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TRABAJO FINAL MODULO V

ENSAYO - PSICOLOGÍA SOCIOEDUCATIVA Y DEL


APRENDIZAJE

NOMBRE. - LEONEL CARLOS RIVERO MAMANI


INTRODUCCIÓN

La educación es un fenómeno psicosocial, los individuos crecen en un medio familiar,


escolar y cultural que los socializa mediante diversos agentes: padres, hermanos,
amigos, docentes, o bien, los medios de comunicación social, la religión, etc., que
intervienen en la construcción y organización del aprendizaje.

Actualmente existen diferentes métodos que se pueden utilizar en el momento de


aprendizaje de los estudiantes, aunque algunos resultan más complicados que otros
estos proporcionan los procedimientos básicos a seguir para que el estudiante llegue a
aprender. Con esta base, consideremos lo siguiente. En forma sencilla podemos
identificar si una persona sabe hacer algo o no. Simplemente le pedimos que lo haga y
observamos los resultados. Si su ejecución es correcta decimos que sabe hacer eso, que
ya lo aprendió. En caso contrario, diríamos que tuvo algunos errores, que confundió
algunos aspectos o, simplemente que no sabe hacer eso que se le pidió. A los estudiantes
nos interesa que el estudiante aprenda lo que le estamos enseñando y para esto,
desarrollamos diferentes actividades destinados a hacer claras nuestras explicaciones.

Para esto, muchas veces el docente tiene que seguir algunos métodos de enseñanza y
estos mismos tienen que estar de la mano de la psicología ya que es esta la que nos
permite entender lo que es más adecuado para el estudiante, y así poder trabajar
métodos de enseñanza apropiadas para los mismos, sumado esto a la integración que
se debe realizar a las necesidades que tiene la sociedad se logra realizar un trabajo
integrado que beneficie tanto al estudiante y a la comunidad, porque ese es el fin de un
estudiante, prepararse académicamente para ser un aporte a la sociedad y al entorno en
donde reside.

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DESARROLLO

1.- NATURALEZA PSICOSOCIAL DE LA EDUCACION

La afirmación de que la educación es un hecho psicosocial es algo tan obvio que se


mantiene por sí misma, no necesita, mayores demostraciones. Cualquier definición que
tomemos de lo que es la educación, reunirá necesariamente ambos términos: al
individuo, bien sea como educando o como educador en sus relaciones interpersonales,
influidas por la sociedad que se mantiene y se modifica a través de sus diversos medios
educativos. Son por lo tanto aspectos inseparables del concepto mismo de Educación.

Por lo tanto, a simple vista parecería común volver a hablar de la importancia de los
factores psicosociales de la Educación. Todos los educadores los reconocen, al menos
a nivel teórico. De hecho, han aparecido y aparecen continuamente publicaciones que
resaltan los aspectos psicosocioeducativos, a la vez que se quejan del excesivo énfasis
puesto en el desarrollo cognitivo, olvidando los determinantes psicosociales tan
imprescindibles para la estructuración de la personalidad. Pese a que el mismo Piaget
afirma que es la interacción del niño con su entorno la que está subyaciendo a su
desarrollo y Wallon considera lo social como la propia fuente de la dinamica del progreso,
tanto afectivo como intelectual.

Lo cierto es que se ha hablado mucho de lo social pero más bien como un factor añadido
que se superpone al desarrollo. Según los presupuestos piagetianos el desarrollo
sociológico del niño está en función de su previo desarrollo cognitivo; según los
psicoanalíticos, la matriz originaria de lo que serán posteriormente las relaciones sociales
del niño está constituida por las primeras experiencias del niño con sus padres, de las
que las relaciones con el maestro y los adultos no son sino una mera reproducción.

Es por ello que tal vez con la simple aceptación teórica de la existencia de determinantes
psicosociales, los educadores han considerado saldada su deuda y no los han vuelto a
tener en consideración. Por la misma razón se explicaría el hecho de la tardanza en surgir

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una disciplina que se ocupe precisamente del estudio psicosocial de la Educación, e
igualmente el que no existan como asignatura en los planes de estudio de los futuros
docentes, salvo en escasas universidades.

2.- ANTECEDENTES -HISTORICOS DE LA PSICOLOGIA SOCIAL DE LA


EDUCACION

La Psicología Social de la Educación no surge como disciplina autónoma hasta finales


de los años 60 y principios de los 70. Ello no significa que previamente no se hicieran
estudios científicos de temáticas afines desde posiciones psicologicas o sociologicas, e
incluso alguno de naturaleza realmente psicosocial, sino que éstos se hacían desde
perspectivas parcializadas, nunca de forma integradora hacia un cuerpo de conocimiento
científico único, que reorganizara todo su contenido disperso.

Podemos analizar los acercamientos de la educaion desde tres frentes:

1. La Psicología de la Educación. - En los inicios de la Psicología educativa, hacia finales


del siglo XIX y comienzos del XX estuvo ausente la consideración de los aspectos
sociales de la educación. Sus intereses giraron en torno al desarrollo de instrumentos de
medida de las distintas capacidades, a la Psicología evolutiva y a las leyes del
aprendizaje fundamentalmente.

Fue precisamente después de la segunda guerra mundial cuando aumentó el porcentaje


de investigaciones psicosociológicas en educación, tal vez porque la guerra fue vista por
muchas personas como una confrontación entre el fascismo y la democracia y, en
consecuencia, se creyó que la mejor forrna de fomentar la democracia y prevenir el
fascismo era precisamente la educación en las escuelas.

Efectivamente, a partir de los años 40, la Psicología de la Educación comienza a


considerar la dimensión social de la educación, en tanto que escenario idóneo para la

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enseñanza de hábitos e ideales democráticos, con Dewey a la cabeza. A partir de
entonces en los manuales de Psicología de la Educación han continuado y continúan
incluyéndose y recibiendo progresivamente mayor atención, capítulos y temas de
psicosociología educativa tales como el aprendizaje en grupo, la sociometría, la dinámica
grupal en el aula, la influencia de los factores sociales sobre el rendimiento, etc.

2. La Psicología Social.- Pese a que las primeras experiencias que se suelen citar de
modo anecdótico en Psicología Social (de Triplett, en el 1987, sobre el efecto de la
competencia en el rendimiento, y de Moede, en 1920, sobre la tendencia niveladora del
trabajo en grupo), lo fueron sobre un tema, el de la facilitación social, absolutamente
entrelazado con la temática educativa; la verdad es que los psicólogos sociales
permanecieron reacios a adentrarse en el ámbito educativo como tal hasta bien entrada
la década de los 60.

La tendencia de los psicólogos sociales a la utilización preferente de estudiantes ha


podido generar, paradójicamente, un cierto desinterés por la específica temática
educativa, al poderse pensar que en realidad ya se estaba investigando sobre ella puesto
que se utilizaban estudiantes y a menudo escenarios educativos.

No obstante, en Kurt Lewin, uno de los padres de la Psicología Social (y de la actual


Psicología Ecológica, fundada por Barker, su discípulo) podemos encontrar ya los
antecedentes de la Psicología Social de la Educación (DIAZ AGUADO, 1986, pg. 58).
Lewin marcó las pautas de lo que serían las principales áreas de investigación de la
Psicología Social, de entre cuyas contribuciones de más idónea aplicación al terreno
educativo, podemos resaltar las siguientes:

- Su concepción del ambiente en interacción con el sujeto, claramente expuesta en


su definición de espacio vital (Totalidad organizada de factores efectivos que
influyen en una persona concreta en determinado momento).

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- La función del Centro para la Investigación de la Dinámica de Grupos.

- Los estudios ya clásicos, junto con sus alumnos Lippit y White en 1939, sobre los
distintos tipos de liderazgo, autoritario, "laissez-faire" y democrático.

- Sus investigaciones experimentales sobre el cambio de actitudes.

A partir de la segunda guerra mundial, coincidiendo con el auge de investigaciones


psicosocioeducativas que apuntábamos anteriormente, empiezan a aparecer trabajos de
psicólogos sociales de gran relevancia para los educadores tales como los de formación
de normas e influencia, los estudios sobre cooperación y competición, o las
investigaciones sobre personalidad autoritaria y dogmatismo.

Con la llegada de los arios sesenta comienza a notarse una mayor apertura de la
Psicología Social al campo educativo, lo que unido al interés ya manifestado
anteriormente por los psicólogos educacionales hacia las variables psicosociales de la
educación, da un definitivo impulso a las investigaciones de campo, multiplicándose a
partir de entonces las publicaciones.

"Por consiguiente, se puede aventurar la idea de que nuestra disciplina, alcanza la


mayoría de edad alrededor de 1970, comenzando ya en esta fecha su desarrollo como
disciplina autónoma. Sin embargo, a causa precisamente de haber alcanzado esa
mayoría de edad en unos años en los que la psicología social estaba en plena crisis, no
pudo avanzar con la rapidez que se hubiera necesitado" (OVEJERO, 1988, pgs. 27 y 28).

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Una vez superado este bache (polémica entre las investigaciones de campo y las de
laboratorio) con la consolidación de la Psicología Ambiental que "supuso, en principio,
una puerta abierta para que muchos jóvenes especialistas salieran al mundo real en
donde desarrollar una tarea auténtiamente social" (JIMENEZ BURILLO, 1986, pg. 22);
progresivamente ha ido proliferando la literatura sobre temática psicosocial de la
educación, ya sea considerándola como disciplina autónoma, ya sea como una de las
aplicaciones de la Psicología Social.

3. La Sociología de la Educación. - Psicología Social y Sociología de la Educación son


dos disciplinas realmente muy próximas. De hecho, en los planes de estudio vigentes en
la actualidad en todas las entidades educativas tienden a aparecen formando la
Psicosociología de la Educación.

Ciertamente, Sociología y Psicología Social de la Educación son dos disciplinas


hermanadas puesto que constituyen ambas los acercamientos que sus ciencias de origen
úenen hacia el fenómeno educaúvo, por lo que sus contenidos tienen una gran
continuidad y se prestan con facilidad a la interdisciplinariedad.

Algunos factores diferencian entre macro y micro sociología de la Educación,


considerando la primera como Sociología y la segunda como Psicología Social de la
Educación, dejando patente una vez más los lazos de unión entre ambas disciplinas. La
Sociología de la Educación se ocuparía de temas tales como los fines sociales de la
Educación, contenidos sociales de la educación, educación y estratificación social, la
igualdad de oportunidades, la política educacional, educación y cambio social, etc.

Mientras que la Psicología Social de la Educación tendría por objetivo fundamental el


análisis de las relaciones interpersonales en la educación,

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3.- CONCEPTO Y CONTENIDOS DE LA PSICOLOGIA SOCIAL DE LA EDUCACION

Analizando el breve recorrido histórico que acabamos de hacer, podemos observar con
facilidad cual sería la posición de la Psicología Social entre las aproximaciones de las
ciencias psicológicas y sociológicas al hecho educativo, situación que queda de
manifiesto en el siguiente esquema:

Psicología Socioeducativa

Por lo tanto, al ser la Psicología Socioeducativa la aproximación de la Psicología Social


a la Educación, su contenido tratará sobre las relaciones psicosociales en la educación y
su definición podría ser la siguiente: El estudio de las relaciones interpersonales en los
ámbitos educativos.

Ahora bien, el concepto de relaciones interpersonales puede ser entendido en un sentido


muy amplio, e igualmente el de ámbitos educativos por lo que quizás fuera conveniente
para delimitar mejor su contenido, detenernos en los distintos niveles de análisis desde

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los que abordar los contenidos psicosocioeducativos. Podemos distinguir cuatro niveles
fundamentales:

1. Nivel interindividual, desde el que se abordarían temas tales como las


repercusiones de las percepciones de los demás sobre nuestra propia identidad,
la motivación, las actitudes, el aprendizaje social, etc. Temas que, si bien algunos
aparentemente pertenecen al ámbito individual, obviamente se entiende su origen
en las interrelaciones personales.

2. Nivel grupal, que sería el clásico de la Psicología Social, centrándose en el grupo


clase como realidad dinámica, ocupándose de temas como la cohesión grupal, las
redes de comunicación tanto formales como informales, el liderazgo en el aula, los
determinantes ambientales del aula, los conflictos grupales, las técnicas de
dinámica de grupos, etc.

3. Nivel de la Organización, entendidas las instituciones docentes como


organizaciones psicosociales cuya estructura condiciona todos los procesos
educativos que en ellas tienen lugar, mediante sus normas, roles asignados,
jerarquización, etc. Puesto que sería absurdo analizar el comportamiento de
alumnos y profesores exclusivamente dentro de las aulas, como si se tratara de
laboratorios, olvidándonos del resto de la estructura que marca decisivamente el
tipo de relaciones que habrán de establecerse entre sus miembros. Desde este
nivel se abordarían entre otros el tan actual tema del conflicto y malestar de los
docentes, en relación también con el último nivel de análisis.

4. Nivel comunitario, que contemplaría la perspectiva más amplia de los escenarios


educativos, no sólo las organizaciones educativas sino también el barrio en que el
centro se encuentra ubicado, las diversas instituciones que colaboran con él, la
atención sanitaria de la zona (entendida la salud en su sentido más amplio, como

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bienestar psicosocial) y, fundamentalmente en la enseñanza elemental, la familia,
con la que el profesor comparte la responsabilidad de la educación. A este nivel
contaríamos con las aportaciones de la Psicología Social Comunitaria, que ofrece
una alternativa a la intervención psicológica clásica en materia educativa.

4.- LA PSICOLOGÍA SOCIOEDUCATIVA COMO HERRAMIENTA DE EL PROCESO


ENSEÑANZA APRENDIZAJE.

La Psicología social como disciplina psicológica que se encarga de estudiar el


comportamiento humano en contextos sociales, se ha caracterizado por generar una
serie de investigaciones y fundamentaciones teórico-prácticas centradas en ofrecer un
marco de referencia que permita entender, comprender y analizar los diferentes
fenómenos sociales que se presentan en la vida cotidiana del ser humano. Lo que ha
facilitado su apertura hacia otras disciplinas como son la Psicología organizacional,
Psicología de la salud, Psicología jurídica.

Psicología educativa, entre otras. Dentro de las cuales, la Psicología Educativa tiene
como propósito estudiar uno de los contextos sociales más destacados y adecuados por
el hombre: el contexto educativo o de educación, en donde no solo se centran en
establecer procesos de enseñanza y aprendizaje diseñados como mecanismos de
construcción y adquisición de conocimiento, también como constructores de relaciones y
dinámicas interpersonales necesarias para el desarrollo afectivo, social y cognitivo del
ser humano.

Por esto, el objetivo de este texto es establecer la relevancia e importancia de la


Psicología social de la educación en el desarrollo de habilidades y competencias sociales
del ser humano, en el cual se mostrará las principales generalidades de la Psicología
Educativa en cuanto a su definición, objeto de estudio y estado actual como disciplina
psicológica, para luego mostrar la relación que existe entre la educación y los procesos
psicosociales como generador y constructor de resultados conspicuos e inherentes para

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el desarrollo integral, continuo y potencial del ser humano, para finalizar con los
fenómenos psicosociales centralmente estudiados en contextos educativos formales.

Inicialmente, la psicología socioeducativa como disciplina psicológica que estudia y


explica el comportamiento humano en contextos educativos, con el propósito de realizar
diferentes tipos de intervención que favorezcan su optimización y consolidación (Coll,
2002; Triana-Torres & Gallardo-Cruz, 2006), en el desarrollo adecuado y oportuno de
procesos de aprendizaje y enseñanza, se ha visto restringida en su aplicación hacia
contextos educativos escolares; tomando en cuenta, que los contextos educativos no solo
se limitan a espacios educativos formales, sino que se han ampliado hacia otros
contextos que no se llegaban a considerar como educativos (ya sea la educación para el
trabajo y el desarrollo humano presente en ambientes de formación técnico-laboral y el
contexto informal que se encuentra en la familia y las relaciones interpersonales), pero
aun así, se mantiene el imaginario colectivo en torno a la Psicología educativa como área
de estudio exclusiva para este tipo de contextos educativos (Perdomo-Pérez, 2007).

Pero, ¿qué visión se maneja de la Psicología Educativa como área de aplicación


psicológica en contextos educativos escolares? Según Perdomo Pérez (2007) se sigue
manejando una visión reducida y retrógrada de Psicología Educativa, debido a que se
observa al psicólogo como una especie de “mago” que resuelve los problemas de
convivencia, problemas de “hiperactividad” y problemas de aprendizaje, con lo cual
mantenía la paz y la tranquilidad de los estudiantes y profesores, pero esta situación tiene
un precio: servir de herramienta de control por parte de los intereses de los directivos de
la institución educativa, que solo consiste en preservar el orden y la seguridad a través
de la cacería de “niños problemas”.

Aunque este dilema se sigue presentando en el día a día, en algunos contextos


educativos, se ha llegado a ampliar la labor del psicólogo educativo aún más, en cuanto
al desarrollo de diferentes teorías y praxis que permitan potencializar los diferentes
procesos de enseñanza y aprendizaje en relación con procesos psicosociales que
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faciliten una red de interacciones edificadoras de la organización social y cultural dentro
del contexto educativo en el que habita (Blandón, Molina & Vergara, 2006 citados en
Arias Sandoval, 2009).

Puesto que este tipo de procesos psicosociales se generan en el mismo contexto en


donde las personas desarrollan sus actividades académicas y cotidianas durante sus
primeros años de vida (ya que después de todo se sigue otorgando exclusividad al
contexto educativo formal), en el que el docente (o agente educativo) sirve de mediador
u orientador de los procesos de construcción y adquisición de significados y sentidos
culturales propios de los niños (Coll, Onrubia, & Mauri, 2008), dado a que al estar en
contacto con su cultura, los niños llegan a asimilar y aceptar estos procesos culturales de
manera natural (MEN, 2009; Chaves-Salas, 2006), ocasionando que las interacciones se
vuelvan más cotidianas debido al tipo de discurso y valoraciones sobre estas que se llega
a manejar dentro del contexto o escenario educativo en el que se encuentre presente
(Fernández Castillo, s.f.).

Lo que conlleva a que se produzca una intersubjetividad de acuerdo con las


características culturales, sociales y cotidianas del contexto descrito anteriormente. Por
lo tanto, se construyen ambientes de aprendizaje, basados en la estructuración de las
interacciones sociales de las personas, que facilitan la transmisión e interiorización de
costumbres, reglas, normas y pautas de interacción social de una sociedad (MEN, 2009;
Chaves-Salas, 2006).

Sin embargo, ¿cómo se llega a gestionar la Psicología Social de la Educación? Esta


respuesta se da de forma sencilla, como la Psicología es una disciplina científica que
estudia de modo intra e interdisciplinariamente el comportamiento humano, la cual no
solo aporta al estudio de los procesos de aprendizaje y enseñanza, también acepta,
asimila y llega a aplicar los aportes de diferentes disciplinas científicas (ya sean
psicológicas, sociales u otras ramas aplicadas de la educación) sobre la importancia y

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significado que puede tener estos procesos en contextos educativos (Perdomo Pérez,
2007).

Por lo tanto, se llega a establecer la unión inherente entre Psicología Social y Educativa,
para crear de esta manera la Psicologia Socioeducativa centrada en estudiar los
fenómenos psicosociales (interacciones interpersonales e intergrupales, motivación
académica, liderazgo, comunicación y dinámicas grupales, entre otras.) que se presentan
en contextos educativos, dado que este tipo de contextos, por sí mismos, generan efectos
sociales a partir de la interacción docente-estudiantes sobre las personas, con
consecuencias que se visibilizan en función de la experiencia positiva o negativa que
experimentan en sus procesos de enseñanza y aprendizaje (López-Zafra & Jiménez-
Morales, 2012).

De ahí que estos procesos psicosociales no solo se constituyan como elementos


esenciales para el establecimiento de relaciones sociales entre personas dentro de un
contexto educativo, sino que también generan prácticas y modos de actuar específicos
que permiten a las personas integrarse a un sistema de interacciones más amplias y
orientadas hacia los diferentes contextos en los que se desarrollan, y así mantener
relaciones recíprocas con los demás (Leal-Soto, 2005); para esto, se han estudiado los
diversos procesos que se generan dentro de los contextos educativos formales, entre los
cuales se destacan el aprendizaje cooperativo y el trabajo por iguales.

El aprendizaje cooperativo consiste en un conjunto de dinámicas planificadas y


estructuradas en la que los miembros de un grupo trabajan de forma interdependiente,
en grupos pequeños de 4 y 6 personas, realizando tareas cuyos contenidos de naturaleza
generalmente académica son proporcionados por el docente (Alcover de la Hera, 2008).
Lo que permite una mayor atracción intergrupal positiva entre los estudiantes, una mejor
cohesión entre los miembros del grupo, que favorece la resolución de problemas
interpersonales, aumento del autoestima que ayuda al desarrollo de un autoconcepto
más positivo; además del aumento de conductas de cooperación social y actitudes
prosociales, generando un importante grado de asertividad frente a las relaciones

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interpersonales entre los mismos miembros, así como el incremento y generación de
actividades proacadémicas, enmarcadas en la simpatía, atención, cooperación y el
respeto mutuo de sus compañeros, llegando a generar un buen clima en el aula (Alcover
de la Hera, 2008; Triana-Torres & Gallardo-Cruz, 2006; López-Alacid, 2008).

Asimismo, el trabajo por iguales se basa en una dinámica en la cual, la interacción diada
similar a la que se produce entre estudiante-docente, en cambio se presenta entre los
mismos estudiantes, mostrándose de manera general, cuando no se puede acceder a
una tutoría con el mismo docente, donde el tutor se encarga de instruir, transmitir
información y competencias al aprendiz en la realización de una determinada tarea, pero
el tutor no posee el mismo grado de autoridad y competencia frente al docente (Triana-
Torres & Gallardo-Cruz, 2006), debido a esto, el grado de asimetría (desigualdad entre
el tutor y el estudiante) facilita que este exprese sus dudas y solicite aclaraciones de
forma abierta y libre, generando mecanismos y pautas de interdependencia, que
fomentan una mayor interacción entre estudiantes, el desarrollo de conductas de ayuda
y una mejoría en el rendimiento académico (Alcover de la Hera, 2008; Triana-Torres &
Gallardo-Cruz, 2006).

Finalmente la Psicología Social de la Educación tiene un alto grado de relevancia e


importancia para el estudio de los procesos psicosociales involucrados en el aprendizaje
y la enseñanza del ser humano, ya que no solo se limita a ver estos tópicos en relación
con variables cognitivas, sino que las integra con procesos afectivos y sociales, que
aportan a un desarrollo integral y complejo del ser humano; pero queda pendiente ampliar
y explorar otros contexto educativos (Educación para el trabajo y el desarrollo humano e
informal), aunque ya se reconoce su existencia, se debe desarrollar un estudio más
amplio acerca de los procesos psicosociales que se producen en estos, y su relación con
los procesos presentes en los contextos educativos formales, para así, obtener un marco
referencial amplio que permita llegar a un conocimiento global, completo y dinámico sobre
el ser humano.

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5.- INTERVENCIÓN SOCIOEDUCATIVA

La intervención socioeducativa consiste en planear y llevar a cabo programas de impacto


social, por medio de actividades educativas en determinados grupos de individuos, es
cuando un equipo de orientación escolar interviene sobre un problema social que afecta
el desempeño y desarrollo escolar, éste aspecto se desarrolla dentro del aula
considerándolo como un método participativo de investigación-acción educativa para
lograr superar problemas académicos como equipo generador de una cultura de calidad
educativa; sin embargo, además de la modalidad educativa también puede atender las
modalidades cultural y social. Las áreas en que se puede incidir son: el tiempo libre;
educación de adultos; educación especializada y la formación sociolaboral, que incluyen
ámbitos para la educación ambiental, la salud, la paz, de adultos; para la educación
permanente, compensatoria, tercera edad, además de los medios de comunicación y el
desarrollo comunitario.

Los problemas académicos involucran tanto al docente como al estudiante y afectan o


impiden el aprendizaje y la enseñanza, dentro de éstos podemos citar los siguientes:

- Bajo rendimiento en calificaciones.


- Bajos niveles de logro en la asignatura.
- Incumplimiento de deberes/tareas.
- Inasistencia o incumplimiento de horarios por parte de los estudiantes.
- Desunión ó conflictos entre estudiantes.
- Falta de interés por la asignatura, etc.

Ante esta situación, la participación activa es parte de la solución, la primera tarea del
animador sociocultural (docente) consiste en concientizar a la comunidad sobre el
problema que se tiene. El animador y la comunidad deben hacer explicitas la esperanza
(visión), el sentido (misión) y la fuerza interior de quién soy, y quién quiero ser (identidad)

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mediante una estructura programada y bien definida de pasos los cuales se describen a
continuación:

- Identificar el problema
- Establecer un diagnóstico preliminar (DXPRE) para darse cuenta del problema y
con ello poder hablar del problema.
- Reunirse con la comunidad para mostrar los resultados del DXPRE,
concientizando sobre la visión, la misión y la identidad del grupo como equipo.
- Realizar un análisis FODA como diagnóstico participativo para encontrar las
variables principales de intervención dentro del contexto a evaluar.
- Identificar el problema, determinando sus causas de primer y segundo orden,
tomar las que van a ser intervenidas.
- Emprender la construcción de un modelo conceptual operativo para cada una de
las causas determinadas.
- Definir variables, hipótesis tanto explicativa como predictiva, determinar los
indicadores para cada variable, definir los instrumentos para cada indicador, listas
de cotejo ó de observación, cuestionarios, pruebas objetivas, etc.
- Sistematizar resultados, plasmarlos en instrumentos de devolución.
- Plantearse una meta u operacionalidad de la visión, acordando un tiempo
específico para finiquitarla.
- Medir los resultados obtenidos
- Sistematizar resultados y plasmarlos en instrumentos de devolución (gráfica
esquematizada, dibujos, etc.).
- Establecer registros para su medición y evaluación continua, además de diseñar
estrategias de mejora.

Cualquier cambio en las estructuras de relación implica dialécticamente un cambio en las


actitudes y potencialidades de las personas involucradas, lo cual se basa en el
constructivismo histórico cultural de Vigotsky.

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En la raíz de cualquier problema académico existe siempre el componente humano, el
componente espiritual de una rebeldía, una rivalidad, un descuido, una indiferencia, una
falta de amor y preparación; sea del estudiante o bien del profesor.

CONCLUSIONES

Desde un punto de vista propio de la experiencia profesional como docentes y desde la


de tutores de nuestros estudiantes en prácticas, hemos podido comprobar cómo una gran
parte de los problemas de la labor docente están en relación directa con las interacciones
que han de establecerse con los estudiantes, con los compañeros y con el resto de los
componentes de la comunidad educativa

La solución a los problemas de aprendizaje es compleja y no pretendemos ni mucho


menos tenerla en nuestras manos, pero lo que sí es evidente es que está en la línea del
enfoque psicológico socioeducativo, debemos de trabajar de la mano de la psicología en
aprender, desarrollar y utilizar diferentes herramientas que permitan mejor el proceso
educativo con nuestros estudiantes.

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