Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
En fin las ciencias tecnológicas en el terreno educativo son más que una forma de
pensar,la cual se constituye como un nuevo paradigma con una forma más agresiva
de encarar objetivamente los desafíos que impone la dinámica del conocimiento en la
época actual; por ello es importante la necesidad de buscar mecanismos mas eficaces
para incorporar de manera sistemática las ventajas u beneficios que brinda la
información y conocimientos que son producto del vertiginoso avance científico
tecnológico que están puestos a disposición del docente que quiera adaptarse a los
cambios e innovaciones en nuestra actualidad y así interactuar en un mundo laboral
de mayor exigencia que nos permitan mejorar y lograr altos niveles de producción y
competitividad en el proceso enseñanza-aprendizaje. Pero esto no significa solo el uso
de equipos, sino fundamentalmente, un cambio de actitud de poder tomar como un
hábito diario de poder apropiarnos de los nuevos programas que nos ofrece la
tecnología.
"Nadie educa a nadie, los hombres se educan entre sí, mediatizados por su mundo".
La tecnología en los materiales didácticos:
El nuevo material didáctico para los niños de hoy con el surgimiento de juegos nuevos, y una mayor
implementación de tecnología para atraer más a los niños y por supuesto atraer una mayor cantidad de
ingresos, si los juegos son más atractivos, los niños paulatinamente se olvidarían de aquel aburrido tipo
de material didáctico que podía ser un cuento un juego con los amigos. Los tiempos cambian y es
necesario ver si estos juegos electrónicos de alta popularidad entre los niños y adolescentes constituyen
un tipo real de material didáctico, ya que así sabremos que es lo que aprenden nuestros niños u
estudiantes serian capaces de desarrollarse de buena forma. Pero hay un factor importante: el vicio. En
realidad, la mayoría de los juegos están programados de tal modo que a medida que el niño aumenta su
creatividad y el juego se hace más rápido y más fácil. Entonces el niño desarrollara cualidades, pero ¿a
costa de qué? Estar mucho tiempo frente a un computador o televisión que, sin duda afectará a su
visión. Y si algo daña la salud, difícilmente es un buen tipo de material didáctico. La proposición es crear
juegos interactivos, no desperdiciar las nuevas tecnologías y crear un nuevo tipo de material didáctico,
uno que integre distintos elementos visuales y sonoros. De esta forma los niños podrán desarrollar
distintas habilidades ayudados por la tecnología y los nuevos tiempos. He aquí la necesidad de volver a
las raíces y proponer un tipo de material didáctico con acceso para todos, para que así la comunidad
pueda ver cómo los niños que componen la sociedad crecen de una forma sana y así pueden ayudar a
formar una mejor nación, una que se preocupe por el tipo de material didáctico que entrega a sus futuras
generaciones.
La tecnología y el desempeño docente:
La relación entre el rol del docente en la enseñanza y la Tecnología Educativa nos permite apreciar
cómo las sociedades actuales poseen nuevas percepciones de la realidad. Por ello, el docente debe
estudiar al alumno y a su contexto para entender cómo puede crear un proceso educativo efectivo,
donde logre una comunicabilidad. La Tecnología Educativa nos ayuda a comprender la importancia de
analizar el proceso de enseñanza-aprendizaje como un sistema y a revisar cada parte de este sistema
para crear una retroalimentación, la cual nos permita mejorar cada día nuestro desempeño docente. En
el paradigma post moderno, el docente debe promover la participación del alumno para que el
estudiante pueda comprender, desde una postura crítica y reflexiva, (en un mundo lleno de información)
cómo puede utilizar esos recursos tecnológicos innovadores y cómo puede adquirir y mejorar sus
conocimientos. La Tecnología Educativa nos ayuda a concebir esa necesidad de percibir el acto
educativo y el contexto que lo envuelve para lograr un mejor desempeño docente y, por supuesto,
La Tecnología en la Educación es un tema muy amplio e interesante hoy en día principalmente porque
el avance tanto en la tecnología como en la rapidez de la información son cada vez mayores.
El Docente tiene que estar muy actualizada con la tecnología por muchas razones una de las cuales es
porque los estudiantes siempre están buscando y actualizados día a día con los últimos avances
Adicionalmente la rapidez con que llega la información a nivel global que es prácticamente instantánea,
permite que tanto los docentes como los estudiantes puedan acceder a los principales avances e
informaciones tecnológicas.
tecnológicas cada vez más avanzadas, eficientes y a su vez influencian sobre la educación en general.
Una de las herramientas que cada vez es de mayor utilidad y de mayor influencia en la educación como
El Internet puede influenciar tanto positivamente como negativamente sobre el estudiante y es misión de
todo educador Orientar y guiar sobre el uso del mismo. también es responsabilidad de los Padres y
representantes como educadores, vigilar, guiar y orientar sobre el adecuado uso de la Internet a sus
hijos, para que lo usen de la forma más positiva posible y contribuya a nutrir su educación.
Uso de la Tecnología en Educación
El uso de tecnología dentro de las aulas de educación actual, es de suma importancia en los procesos
creativos y de investigación, sobre todo cuando se les permite a los estudiantes opinar libremente,
investigar siguiendo sus propios intereses y compartir sus experiencias. Sin embargo, la tecnología no es
mágica: no resuelve por sí misma ningún problema educativo, sea en planteamiento de objetivos o en
definición de metodología de enseñanza. Como herramienta de trabajo, la tecnología puede servir para
muchos fines, algunos más nobles que otros. Quizá lo más importante a considerar dentro de los
salones de clase es construir la autoestima, la confianza en el trabajo colectivo y el juicio crítico, porque lo
Casi todas las actividades humanas se relacionan de algún modo con las Tecnologías de la Informática
y la Comunicación (TIC). Viendo así las cosas, pareciera que la respuesta a la pregunta que titula esta
entrada es obvia, sin embargo, algunas cuestiones relacionadas con el uso de las TIC en la enseñanza -
aprendizaje no saltan a la vista, es más, muchos docentes menosprecian el valor de la tecnología como
determinado programa de computadora, se trata más bien, de aprovechar las habilidades que ellos y
ellas ya poseen en relación con el uso de tecnología para mejorar su capacidad y posibilidades de
Los proyectos colaborativos con sus pares en cualquier parte del mundo (sin tener que
trasladarse físicamente a ningún lugar)
Los recursos multimedia, las herramientas para organizar el trabajo académico y un muy largo
etcétera
Educación virtual son sólo algunas buenas razones para enseñar y aprender con las TIC
Para salir de la pobreza, para alcanzar un nivel razonable de calidad de vida, para
invadido toda nuestra vida, están presentes en todos los rincones de nuestra
Para que todos tengan acceso a las ciencias y logren dichas competencias, la
sociedad ha delegado al sistema educativo la responsabilidad y tarea de facilitarlas.
¿Pero qué pasa si el sistema, las instituciones educativas y los educadores no
cumplen esta tarea? Sencillamente, dejan a los ciudadanos en situación de inequidad
y en condiciones de subdesarrollo.
Al mismo tiempo, crece también el temor a las ciencias, porque también con ellas se
han instalado las industrias de la muerte, la inseguridad y las amenazas tan radicales
como la destrucción nuclear del mundo entero o la manipulación y la ingeniería
genética para producir clones o seres vivos imprevisibles.
Por otra parte, hay que reconocer que la mayor parte de los beneficios derivados de
las ciencias están desigualmente distribuidos a causa de las asimetrías estructurales
existentes entre los países, las regiones y los grupos sociales. Como dice la
Declaración de Budapest sobre la Ciencia y el Uso del Saber Científico (26 de Junio
de 1999), a medida que el saber científico se ha transformado en un factor decisivo de
la producción de bienestar, su distribución se ha vuelto más desigual. Lo que distingue
a los pobres (sean personas o países) de los ricos no es solo que poseen menos
bienes, sino que la gran mayoría de ellos está excluida de la creación y de los
beneficios del saber científico.
Tal vez por nuestro bajo nivel de cultura científica, en nuestro país no hemos entrado
en un debate democrático sobre la producción y la aplicación del saber científico. No
hay manifestaciones ni reclamos sociales del derecho a acceder a las ciencias y,
consecuentemente, estamos incapacitados para opinar y participar en el desarrollo
científico y absolutamente indefensos para enfrentar los riesgos que trae consigo la
ignorancia científica. Por ignorancia de los conocimientos básicos de ciencias, por
ejemplo, estamos inermes ante los envíos crueles de desechos químicos altamente
contaminados y contaminantes. Por la misma ignorancia, la mayoría de los políticos,
gobernantes y ciudadanos no están en condiciones de poder luchar con los problemas
éticos, sociales, culturales, ambientales, económicos y sanitarios que plantean ciertas
propuestas científicas o no científicas de uso de los recursos de la naturaleza.
Los responsables de la educación formal tenemos que revisar qué estamos haciendo y
qué no estamos haciendo con respecto a la cultura y la educación científicas. Es muy
fácil constatar que la mayor parte de la información y probablemente también de los
conocimientos que tienen nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes no proviene
de las instituciones educativas, sino de los medios de comunicación social,
especialmente de algunos programas de televisión y algunas revistas de divulgación
científica, que cuentan con alta estima de toda la población.
Esta decisión de las instituciones responde no solo al deseo de los alumnos, quienes
"temen" al mayor esfuerzo que supone estudiar las ciencias básicas y especulan con
la mayor probabilidad de ser aplazados en las evaluaciones, responde también a
limitaciones económicas, de infraestructura y de equipamiento, ya que las instituciones
no cuentan con bibliografía ni con los laboratorios necesarios para las ciencias. Es
decir, la responsabilidad no es solo de alumnos y familias, sino del Estado, del
Gobierno y de las instituciones que no están preparadas para ofrecer la educación
científica básica, exigible en estos niveles de la educación escolar. Aunque los
alumnos quieran estudiar ciencias, la mayoría de las instituciones no pueden
ofrecérselas.
El acceso al saber científico con fines pacíficos desde una edad muy temprana forma
parte del derecho a la educación que tienen todos los hombres y mujeres, y que la
enseñanza de la ciencia es fundamental para la plena realización del ser humano,
para crear una capacidad científica endógena y para contar con ciudadanos activos e
informados".
Los planificadores del desarrollo del país deben atender al desarrollo científico, si es
que quieren lograr el desarrollo humano, el desarrollo social, el desarrollo intelectual y
el desarrollo económico. Y atender al desarrollo científico pasa por la posibilidad de
que todos los ciudadanos tengan acceso a las ciencias. Una vez más, por otra línea de
argumentación y evidencias, volvemos a reclamar la atención a la educación y
responsabilizamos también a los políticos, que tienen poder de decisión, de su
negligencia en dotar a la educación de los recursos y el presupuesto financiero
necesarios.
El desarrollo científico es vital para el desarrollo general del país. Nuestras principales
Atender todo esto solo es posible con políticas públicas congruentes para el desarrollo
científico, entre las que ocupan un puesto prioritario las políticas de educación.
Los que quedan en el bachillerato (solamente el 39%) estudian con los programas de
ciencias naturales que el MEC ha entregado como muestra a los profesores. Estos
programas son esqueletos descarnados, índices abstractos y absolutamente
descontextualizados que no evocan ninguna relación entre ciencias, tecnología y
sociedad, entre ciencias, tecnología y economía, entre ciencias, tecnología y pobreza,
y población, desarrollo humano, desarrollo del pensamiento, creatividad, historia y
futuro del Paraguay, sostenibilidad, actualización profesional, democracia, etc.
El acento está puesto más en los conceptos que en la metodología propia de cada
ciencia y no se explicitan cuáles son sus funciones en la sociedad, cuál es su sentido,
el porqué y el para qué. En este sentido creo que es necesario replantear la política de
la educación en ciencias considerando la naturaleza social de los conocimientos
científicos y tecnológicos y sus incidencias, al menos, en los ámbitos culturales,
sociales, económicos y ambientales. Solo así la educación en ciencias podrá ser
verdaderamente "significativa" para los alumnos y la sociedad.
El debate para reflexionar sobre estas y otras políticas públicas de educación para el
desarrollo científico debe abrirse, mantenerse y llegar a propuestas dinamizadoras.
La ciencia es, ante todo, una manera de ver el mundo, una determinada manera de
intentar comprender qué somos, entender lo que nos rodea y relacionarnos con ello.
Aunque la visión científica es parcial y el desarrollo de las sociedades modernas
necesita de otras aproximaciones a la realidad, a la ciencia le debemos muchos de los
logros sociales que ahora nos parecen irrenunciables, y de las ideas que conforman la
mentalidad contemporánea.
La ciencia nos da, además, herramientas preciosas para pensar y modelos
conceptuales valiosísimos para desenvolvernos en nuestras vidas. Y deberíamos pedir
a los científicos que cultivasen la ciencia y la transmitiesen a la sociedad para que
estos beneficios fueran compartidos. Ésta tendría que ser la primera función de la
ciencia y de los científicos: generar y compartir cultura científica.
Por otra parte, nuestra sociedad, e incluso nuestra vida, está cada vez más tecnificada
y, aunque no sea necesario tener conocimientos de física cuántica para utilizar un
teléfono móvil, es conveniente saber hasta qué punto una prueba genética puede ser
predictiva del desarrollo de una determinada enfermedad. El avance continuo de la
técnica nos propone cada día nuevas aplicaciones de las que debemos ser capaces
de valorar los riesgos y los beneficios que nos pueden aportar. Para ello es necesario
que la sociedad en general y nuestros políticos en particular tengan un conocimiento
científico suficiente para poder participar en el debate y tomar las decisiones
adecuadas. Transmitir a la sociedad el conocimiento necesario para entender la
técnica sería, pues, la segunda función de la ciencia en una sociedad avanzada.
Por último, efectivamente, la ciencia puede generar aplicaciones que en algunos casos
permitirán una mayor competitividad a las empresas del país y que pueden redundar
también en una mejora del nivel de vida de la sociedad.
El enorme éxito del método científico para generar tecnología nos está haciendo
olvidar las otras funciones de la ciencia. Para mantener una ciencia capaz de crear
cultura, de transmitir nuevos conceptos que nos ayuden a pensar, es necesario
desligarla en parte de objetivos finalistas. Si seguimos empeñados en ver a la ciencia
únicamente como una productora potencial de aplicaciones técnicas, perderemos la
influencia de la ciencia en la cultura .
El factor humano, representado por los científicos y por todo el personal que
colabora con los fines de la actividad científica.
El factor social, compuesto por el conjunto de relaciones que, en el marco del
trabajo, mantienen los científicos; manifestaciones de estas relaciones las
constituyen las sociedades, los grupos y equipos de trabajo, los colegios
invisibles, etc.
El factor cognitivo, que aun cuando incluye los procesos necesarios para
generar los conocimientos teóricos, metodológicos, prácticos u otros se
manifiesta por medios informales (conferencias, intercambios de reprints, etc.)
o formales (revistas científicas, manuales, etc.) de la comunicación científica,
que son los que esencialmente simbolizan a este componente.
El factor material, que comprende tanto los instrumentos, los equipos u otros
elementos que constituyen herramientas que los científicos utilizan
directamente en el proceso cognoscitivo como las instalaciones (laboratorios,
edificios, etc.) en el marco de las cuales se desarrolla este tipo de actividad.
Muchos objetos tomados en forma aislada del contexto científico contienen elementos
de dos o más de los componentes mencionados. Por ejemplo, los métodos de gestión
del personal científico, aun cuando su fundamento lo aportan distintas disciplinas, su
aplicación se produce en el contexto social de las ciencias, es decir, en la esfera de las
relaciones entre los individuos y los colectivos.
Sin embargo, esta función puede sólo ser efectiva si se genera un producto intermedio
-conocimiento generalizado- que no es práctico de inmediato. Algunos científicos y
tecnólogos se especializan en la producción de este tipo de conocimientos, mientras
que otros se dedican principalmente a transformar aquellos en formas prácticas. Estas
no son funciones separadas y, a menudo, se realizan simultáneamente por las mismas
personas en la organización. Puede que no se manifiesten de igual modo a como
aparecieron la ciencia y la tecnología en el pasado, pero es la forma que ahora ellas
adoptan desde el punto de vista de la sociedad como un todo.3
De igual forma ocurre con los progresos tecnológicos los que, si bien en un principio
no se apoyaban en un conocimiento verdadero del mundo circundante, en la era
moderna dependen cada vez más de la búsqueda intensa de nuevos conocimientos
que permitan investigar, diseñar y producir objetos materiales más adecuados a los
parámetros de las necesidades sociales.
Ocurre, por lo tanto, un intercambio constante de productos entre las esferas científica
y tecnológica, de manera tal que los productos de una esfera pueden convertirse en
las materias primas o las herramientas necesarias de la otra para realizar su actividad.
MARCO LEGAL
ha ofrecido todavía oportunidad para un debate público nacional sobre cómo debe ser
universidades.
Tal vez, ahora que se pretende iniciar la reforma de la educación superior, incluida la
reforma de las universidades, sea otro momento oportuno para abrir este debate.
Cualquier modelo de educación que se elija debe superar la mera información sobre lo
que cada ciencia es y lo que hace y, desde luego, evitar la reducción de las ciencias a
los conceptos que ha producido. La educación científica desde sus niveles más
básicos debe tener en cuenta que también son parte de la ciencia los procedimientos
(plantearse problemas, proponer hipótesis de sus causas y de sus soluciones,
experimentar, imaginar alternativas, etc..) y las actitudes que lleva consigo el quehacer
científico (curiosidad, sospecha, rigor, creatividad, etc...).
En todos los niveles de educación, según capacidad por edad y rango de exigencia
deseable, los estudiantes tienen que familiarizarse con los elementos característicos
de la actividad científica y adoptar un papel activo en la construcción de los
conocimientos que queremos que aprendan.
parece utópico. ¿Acaso desde la pobreza se puede soñar con el desarrollo científico?
pobreza. Lo cierto es que hoy sin desarrollo científico no hay posibilidad de salir de la
pobreza.
Hay que repetirlo: en otros tiempos bastaba la generación de productos naturales para
enriquecer a un país, hoy la riqueza se alcanza con la producción de conocimientos.
No basta producir materia prima, hay que transformarla para ofrecerla con valor
agregado en forma de productos de interés para la progresiva calidad de vida
deseada. Y esa transformación no se puede hacer sin ciencias y tecnología.
Podría decirse que estamos en una aporía, en un camino sin salida. No tenemos
desarrollo científico porque somos pobres y somos pobres porque no tenemos
desarrollo científico. ¿Se puede romper este círculo paradójico?
Se puede. Y a mediano y largo plazo, la mejor salida del cerco cerrado pasa por el
camino de la educación en todos los niveles de su sistema. Toda nuestra educación
formal tiene que reformarse para que los educandos dediquen su esfuerzo no tanto a
aprender para reproducir los conocimientos de otros, sino sobre todo para aprender a
producir conocimientos propios.
Para que los conocimientos producidos en el mundo académico pasen al mundo del
trabajo y lleguen a las grandes, medianas y pequeñas empresas, los puentes entre
ambos mundos tienen que estar tendidos. Esos conocimientos innovadores deben ser
transferidos al sector de la tecnología, porque es la tecnología la que los hace
prácticos y rentables. Los conocimientos científicos y las tecnologías son necesarios
para el desarrollo. La producción de conocimientos se logra casi exclusivamente con la
investigación. Por eso las políticas de Gobierno y de Estado para salir de la pobreza
deben incluir necesariamente políticas claras y eficaces que favorezcan, promuevan y
desarrollen la investigación científica. Los países y las empresas que crecen destinan
cada año más y más fondos de sus presupuestos financieros a la investigación. No
son fondos para gastos, son fondos de inversión.
En un estudio del Centro de Información y Documentación Científica (CENDOC) del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, analizando las ciencias
básicas al servicio del desarrollo tecnológico en los países de América Latina, sus
autores destacan como indicador de producción de conocimientos innovadores el
número de inventores reconocidos como tales y el número de patentes que producen.
Se calcula que en América Latina tenemos unos 5.576 inventores, de los cuales ocho
corresponden a Paraguay; solamente Nicaragua aparece debajo de nosotros con
cuatro, mientras que encabezan la lista Argentina con 781 y Brasil con más de 1.200.
Pero ¿por qué habríamos de tener más inventores e investigadores si el clima social
del país ignora y menosprecia el mundo intelectual y no prioriza la investigación ni
siquiera en las instituciones universitarias?
Si en el presente es prácticamente absoluta nuestra dependencia de la tecnología del
exterior, trabajemos incansablemente desde todos los niveles de la educación y con la
colaboración de la sociedad y las políticas públicas, para que en el futuro, además de
exportar productos elaborados y terminados con calidad, exportemos también
conocimientos y tecnología.
La educación debe preparar para producir conocimientos más que para aprenderse de
memoria y reproducir los conocimientos que otros han producido. La riqueza está en la
producción de conocimientos. Hoy damos un paso más en nuestra afirmación, la
riqueza está en la producción y en la aplicación de dichos conocimientos producidos.
Tal vez lo más significativo sea que esta revolución cultural ha sido súbitamente
mundial, es global. Si la imprenta y la cultura del libro y la lectura tardaron siglos en
llegar a todos los continentes, la informática con sus computadoras está ya en todos
los países del mundo. Los países que aún no se han tomado en serio la importancia
de esta revolución técnica y cultural son los países que estamos quedando en la
cuneta de las rutas de la información y la comunicación, ignorantes de los nuevos
conocimientos científicos de cada día y al margen de las oportunidades de interacción
con el resto del mundo vivo, creativo y creciente.
Para referirse a esta revolución cultural, de la que algunos países estamos todavía
lejos, los especialistas han creado la palabra "cibercultura". Con el escaso número de
un 4% de paraguayos que tienen computadoras, con el más reducido 2% que usan
internet, con un sistema educativo que en la educación escolar básica y en el
bachillerato aún no ha tendido el servicio de estas tecnologías, no podemos entrar ni
beneficiarnos de las utilidades que puede aportar esta nueva cultura mundial.