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Material de Apoyo de Tecnología Educativa

Ciencias Tecnológicas en Educación

Generalmente cuando escuchamos la palabra "tecnología" inmediatamente nuestra


imaginación nos transporta a un mundo extraño, tal vez misterioso, ajeno a nuestras
posibilidades donde unas son benéficas y otras malignas.

En fin las ciencias tecnológicas en el terreno educativo son más que una forma de
pensar,la cual se constituye como un nuevo paradigma con una forma más agresiva
de encarar objetivamente los desafíos que impone la dinámica del conocimiento en la
época actual; por ello es importante la necesidad de buscar mecanismos mas eficaces
para incorporar de manera sistemática las ventajas u beneficios que brinda la
información y conocimientos que son producto del vertiginoso avance científico
tecnológico que están puestos a disposición del docente que quiera adaptarse a los
cambios e innovaciones en nuestra actualidad y así interactuar en un mundo laboral
de mayor exigencia que nos permitan mejorar y lograr altos niveles de producción y
competitividad en el proceso enseñanza-aprendizaje. Pero esto no significa solo el uso
de equipos, sino fundamentalmente, un cambio de actitud de poder tomar como un
hábito diario de poder apropiarnos de los nuevos programas que nos ofrece la
tecnología.

Frente a este panorama se desglosaran varios contenidos respecto al uso y


desempeño docente como mediador en el proceso de la educación.

La ciencia, la tecnología y la educación

Como factores de desarrollo de las naciones e intenta responder la interrogante en


torno al cómo estas variables contribuirán a la transformación de la realidad . Los
planteamientos expuestos en esta página forman parte de una investigación cualitativa
que se sustenta en una revisión teórica cuyos resultados indican que existe la
posibilidad cierta de construir y alcanzar una educción virtual en los próximos años; es
decir, se vislumbra un país interconectado y funcionando a través de redes cuyos
individuos estarían capacitados y entrenados en el uso y usufructo de las nuevas
tecnología.

La tecnología al servicio de la educación

El impacto de las nuevas tecnologías en la educación reflejan cambios visibles y


tangibles en el rol de los docentes y en el de los alumnos.respecto a este modelo
decimos que los docentes son los agentes activos de la enseñanza, “dueños del
conocimiento".La tecnología al servicio de la educación La fuerte expansión de las
tecnologías en todas las dimensiones de la vida humana también ha alcanzado el
campo de la educación y allí ha generado grandes cambios y potencialidades, además
de nuevos desafíos para los tradicionales sistemas educativos.

Es decir, la tecnología de información y comunicación es una herramienta más, muy


poderosa, al servicio de alumnos y maestros para que logren tener una educación de
calidad, cuyos objetivos estaban establecidos antes de decidir incluirla.

Los profesores tienen necesidad de contar con publicaciones actualizadas, tanto en el


contenido de los programas académicos como en el manejo de nuevas formas de
abordarlo, todo ello a partir de un cambio de actitud y descubrir e indagar en la actual
preparación con una capacitación continua para poder encarar de manera efectiva y
practica utilizando mecanismos y herramientas al alcance de la mano. Para apoyarlo
en esta tarea, se provee al docente con bancos de información construidos con base
en los planes de estudio de la SEP. Estos bancos relacionan conceptos pedagógicos y
no sólo a partir de libros y documentos, sino también de vídeos, imágenes y páginas
Web. La biblioteca digital cuenta en su acervo con publicaciones sobre las
experiencias de alumnos y maestros en su práctica escolar. Es así como se logra
compartir las nuevas ideas, las propuestas y los éxitos de cada localidad con la
comunidad educativa de todo el país.

Ventajas de la Tecnología en la Educación La tecnología no es una actividad


educativa en sí misma, sino una herramienta o un medio para alcanzar el fin de una
educación de mayor calidad.

"Nadie educa a nadie, los hombres se educan entre sí, mediatizados por su mundo".
La tecnología en los materiales didácticos:

El nuevo material didáctico para los niños de hoy con el surgimiento de juegos nuevos, y una mayor

implementación de tecnología para atraer más a los niños y por supuesto atraer una mayor cantidad de

ingresos, si los juegos son más atractivos, los niños paulatinamente se olvidarían de aquel aburrido tipo

de material didáctico que podía ser un cuento un juego con los amigos. Los tiempos cambian y es

necesario ver si estos juegos electrónicos de alta popularidad entre los niños y adolescentes constituyen

un tipo real de material didáctico, ya que así sabremos que es lo que aprenden nuestros niños u

estudiantes serian capaces de desarrollarse de buena forma. Pero hay un factor importante: el vicio. En

realidad, la mayoría de los juegos están programados de tal modo que a medida que el niño aumenta su

creatividad y el juego se hace más rápido y más fácil. Entonces el niño desarrollara cualidades, pero ¿a

costa de qué? Estar mucho tiempo frente a un computador o televisión que, sin duda afectará a su

visión. Y si algo daña la salud, difícilmente es un buen tipo de material didáctico. La proposición es crear

juegos interactivos, no desperdiciar las nuevas tecnologías y crear un nuevo tipo de material didáctico,

uno que integre distintos elementos visuales y sonoros. De esta forma los niños podrán desarrollar

distintas habilidades ayudados por la tecnología y los nuevos tiempos. He aquí la necesidad de volver a

las raíces y proponer un tipo de material didáctico con acceso para todos, para que así la comunidad

pueda ver cómo los niños que componen la sociedad crecen de una forma sana y así pueden ayudar a

formar una mejor nación, una que se preocupe por el tipo de material didáctico que entrega a sus futuras

generaciones.
La tecnología y el desempeño docente:

La relación entre el rol del docente en la enseñanza y la Tecnología Educativa nos permite apreciar

cómo las sociedades actuales poseen nuevas percepciones de la realidad. Por ello, el docente debe

estudiar al alumno y a su contexto para entender cómo puede crear un proceso educativo efectivo,

donde logre una comunicabilidad. La Tecnología Educativa nos ayuda a comprender la importancia de

analizar el proceso de enseñanza-aprendizaje como un sistema y a revisar cada parte de este sistema

para crear una retroalimentación, la cual nos permita mejorar cada día nuestro desempeño docente. En

la "sociedad del conocimiento", en la "sociedad de la información" y en

el paradigma post moderno, el docente debe promover la participación del alumno para que el

estudiante pueda comprender, desde una postura crítica y reflexiva, (en un mundo lleno de información)

cómo puede utilizar esos recursos tecnológicos innovadores y cómo puede adquirir y mejorar sus

conocimientos. La Tecnología Educativa nos ayuda a concebir esa necesidad de percibir el acto

educativo y el contexto que lo envuelve para lograr un mejor desempeño docente y, por supuesto,

promover una educación más adecuada al contexto

La Tecnología en la Educación es un tema muy amplio e interesante hoy en día principalmente porque

el avance tanto en la tecnología como en la rapidez de la información son cada vez mayores.
El Docente tiene que estar muy actualizada con la tecnología por muchas razones una de las cuales es

porque los estudiantes siempre están buscando y actualizados día a día con los últimos avances

tecnológicos y el docente no puede quedarse atrás.

Adicionalmente la rapidez con que llega la información a nivel global que es prácticamente instantánea,

permite que tanto los docentes como los estudiantes puedan acceder a los principales avances e

informaciones tecnológicas.

La combinación de ambos elementos hace que obtención de la información utilice herramientas

tecnológicas cada vez más avanzadas, eficientes y a su vez influencian sobre la educación en general.

Una de las herramientas que cada vez es de mayor utilidad y de mayor influencia en la educación como

elemento informante es por supuesto el Internet.

El Internet puede influenciar tanto positivamente como negativamente sobre el estudiante y es misión de

todo educador Orientar y guiar sobre el uso del mismo. también es responsabilidad de los Padres y

representantes como educadores, vigilar, guiar y orientar sobre el adecuado uso de la Internet a sus

hijos, para que lo usen de la forma más positiva posible y contribuya a nutrir su educación.
Uso de la Tecnología en Educación

El uso de tecnología dentro de las aulas de educación actual, es de suma importancia en los procesos

creativos y de investigación, sobre todo cuando se les permite a los estudiantes opinar libremente,

investigar siguiendo sus propios intereses y compartir sus experiencias. Sin embargo, la tecnología no es

mágica: no resuelve por sí misma ningún problema educativo, sea en planteamiento de objetivos o en

definición de metodología de enseñanza. Como herramienta de trabajo, la tecnología puede servir para

muchos fines, algunos más nobles que otros. Quizá lo más importante a considerar dentro de los

salones de clase es construir la autoestima, la confianza en el trabajo colectivo y el juicio crítico, porque lo

relevante en el proceso educativo son los cambios en los sujetos.

¿Por qué usar la Tecnología para enseñar y aprender?

Casi todas las actividades humanas se relacionan de algún modo con las Tecnologías de la Informática

y la Comunicación (TIC). Viendo así las cosas, pareciera que la respuesta a la pregunta que titula esta

entrada es obvia, sin embargo, algunas cuestiones relacionadas con el uso de las TIC en la enseñanza -

aprendizaje no saltan a la vista, es más, muchos docentes menosprecian el valor de la tecnología como

medio y herramienta para potenciar los logros de aprendizaje.

Aplicar TIC en la enseñanza-aprendizaje no consiste en que los estudiantes dominen el uso de un

determinado programa de computadora, se trata más bien, de aprovechar las habilidades que ellos y

ellas ya poseen en relación con el uso de tecnología para mejorar su capacidad y posibilidades de

adquirir conocimientos en otras materias.


La posibilidad de acceder a datos que de otra forma sería imposible obtener en la escuela (por ejemplo,

 Imágenes en tiempo real de Marte

 Los proyectos colaborativos con sus pares en cualquier parte del mundo (sin tener que
trasladarse físicamente a ningún lugar)

 Los simuladores de fenómenos físicos

 Los recursos multimedia, las herramientas para organizar el trabajo académico y un muy largo
etcétera

 Educación virtual son sólo algunas buenas razones para enseñar y aprender con las TIC

El acceso a las ciencias: derecho y necesidad

Para salir de la pobreza, para alcanzar un nivel razonable de calidad de vida, para

poder participar en la comprensión actual del mundo, para poder competir en el

ejercicio profesional y en la producción de bienes y servicios, para poder mejorar la

economía personal, familiar y empresarial, es necesario tener acceso a las ciencias y

adquirir competencias científicas al menos de nivel fundamental. Las ciencias han

invadido toda nuestra vida, están presentes en todos los rincones de nuestra

subsistencia y de nuestra convivencia.

Para que todos tengan acceso a las ciencias y logren dichas competencias, la
sociedad ha delegado al sistema educativo la responsabilidad y tarea de facilitarlas.
¿Pero qué pasa si el sistema, las instituciones educativas y los educadores no
cumplen esta tarea? Sencillamente, dejan a los ciudadanos en situación de inequidad
y en condiciones de subdesarrollo.

En la opinión de la mayoría de nuestros ciudadanos, va confirmándose la idea de que


el mundo de las ciencias no es para ellos; es un mundo de otros, de los científicos, un
mundo distante y admirado, en el que se mueven esos seres especiales, inaccesibles,
que trabajan con elementos, instrumentos y lenguajes, muy difíciles, casi
incomprensibles.

Al mismo tiempo, crece también el temor a las ciencias, porque también con ellas se
han instalado las industrias de la muerte, la inseguridad y las amenazas tan radicales
como la destrucción nuclear del mundo entero o la manipulación y la ingeniería
genética para producir clones o seres vivos imprevisibles.
Por otra parte, hay que reconocer que la mayor parte de los beneficios derivados de
las ciencias están desigualmente distribuidos a causa de las asimetrías estructurales
existentes entre los países, las regiones y los grupos sociales. Como dice la
Declaración de Budapest sobre la Ciencia y el Uso del Saber Científico (26 de Junio
de 1999), a medida que el saber científico se ha transformado en un factor decisivo de
la producción de bienestar, su distribución se ha vuelto más desigual. Lo que distingue
a los pobres (sean personas o países) de los ricos no es solo que poseen menos
bienes, sino que la gran mayoría de ellos está excluida de la creación y de los
beneficios del saber científico.

Tal vez por nuestro bajo nivel de cultura científica, en nuestro país no hemos entrado
en un debate democrático sobre la producción y la aplicación del saber científico. No
hay manifestaciones ni reclamos sociales del derecho a acceder a las ciencias y,
consecuentemente, estamos incapacitados para opinar y participar en el desarrollo
científico y absolutamente indefensos para enfrentar los riesgos que trae consigo la
ignorancia científica. Por ignorancia de los conocimientos básicos de ciencias, por
ejemplo, estamos inermes ante los envíos crueles de desechos químicos altamente
contaminados y contaminantes. Por la misma ignorancia, la mayoría de los políticos,
gobernantes y ciudadanos no están en condiciones de poder luchar con los problemas
éticos, sociales, culturales, ambientales, económicos y sanitarios que plantean ciertas
propuestas científicas o no científicas de uso de los recursos de la naturaleza.

Los responsables de la educación formal tenemos que revisar qué estamos haciendo y
qué no estamos haciendo con respecto a la cultura y la educación científicas. Es muy
fácil constatar que la mayor parte de la información y probablemente también de los
conocimientos que tienen nuestros niños y niñas, adolescentes y jóvenes no proviene
de las instituciones educativas, sino de los medios de comunicación social,
especialmente de algunos programas de televisión y algunas revistas de divulgación
científica, que cuentan con alta estima de toda la población.

La pedagogía y la didáctica de las ciencias para la edad escolar son pobres en la


mayoría de las instituciones. Un indicador de esta pobreza es la dificultad de encontrar
profesores para el área de ciencias, sobre todo en el interior del país, y más aun en las
zonas rurales, con mayor dificultad aun para encontrar profesores especializados y
competentes. Esta dificultad ha sido una de las causas de que la mayoría de las
instituciones educativas haya elegido la modalidad de bachillerato en ciencias sociales
("asignaturas leídas", en el argot de muchos profesores y alumnos), y no el
bachillerato científico con énfasis en ciencias básicas y tecnologías. La misma
tendencia se ha manifestado a la hora de elegir las materias del plan optativo,
evidenciándose que la mayoría ha elegido como optativas las materias sociales y no
las de profundización de las ciencias básicas.

Esta decisión de las instituciones responde no solo al deseo de los alumnos, quienes
"temen" al mayor esfuerzo que supone estudiar las ciencias básicas y especulan con
la mayor probabilidad de ser aplazados en las evaluaciones, responde también a
limitaciones económicas, de infraestructura y de equipamiento, ya que las instituciones
no cuentan con bibliografía ni con los laboratorios necesarios para las ciencias. Es
decir, la responsabilidad no es solo de alumnos y familias, sino del Estado, del
Gobierno y de las instituciones que no están preparadas para ofrecer la educación
científica básica, exigible en estos niveles de la educación escolar. Aunque los
alumnos quieran estudiar ciencias, la mayoría de las instituciones no pueden

ofrecérselas.

El acceso al saber científico con fines pacíficos desde una edad muy temprana forma
parte del derecho a la educación que tienen todos los hombres y mujeres, y que la
enseñanza de la ciencia es fundamental para la plena realización del ser humano,
para crear una capacidad científica endógena y para contar con ciudadanos activos e
informados".

Los planificadores del desarrollo del país deben atender al desarrollo científico, si es
que quieren lograr el desarrollo humano, el desarrollo social, el desarrollo intelectual y
el desarrollo económico. Y atender al desarrollo científico pasa por la posibilidad de
que todos los ciudadanos tengan acceso a las ciencias. Una vez más, por otra línea de
argumentación y evidencias, volvemos a reclamar la atención a la educación y
responsabilizamos también a los políticos, que tienen poder de decisión, de su
negligencia en dotar a la educación de los recursos y el presupuesto financiero
necesarios.

Políticas de educación para el desarrollo científico

El desarrollo científico es vital para el desarrollo general del país. Nuestras principales

fuentes de economía como la agricultura, la ganadería, nuestra incipiente industria, el

turismo y los servicios necesitan el valor agregado de los conocimientos científicos,

permanentemente actualizados y aplicados, si queremos crecer y competir con éxito

en los mercados regionales y mundiales.

Pero el desarrollo científico no brota espontáneamente; requiere muchos y


competentes recursos. Requiere por lo menos profesionales cualificados, inversiones
financieras, recursos materiales y funcionales, políticas adecuadas a las posibilidades
reales del país, visión, pensamiento y planes estratégicos, empresas comprometidas
con la investigación, integración de las universidades en el desarrollo del país,
educación en ciencias actualizada y proyectada hacia el futuro, cultura científica
socializada y consensos suficientes para armonizar todos los agentes y componentes
necesarios para el deseado desarrollo científico.

Atender todo esto solo es posible con políticas públicas congruentes para el desarrollo
científico, entre las que ocupan un puesto prioritario las políticas de educación.

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) "posee el mandato legal


para formular la política nacional de ciencia y tecnología en concordancia con la
política de desarrollo económico y social".
Por su parte, la propuesta del Ministerio de Educación y Ciencias para la reforma de
la educación en ciencias tampoco considera las políticas de educación para dicho
desarrollo. Hay que reconocer un avance en ciertos aspectos del plan de la reforma si
comparamos los actuales programas con los anteriores. Por ejemplo, se ha superado
el enfoque centrado en la enseñanza para poner el énfasis en el aprendizaje y,
además del aprendizaje de los contenidos exigibles según cursos y niveles, se han
incorporado objetivos tan importantes como el desarrollo de competencias y actitudes.
A la hora de elegir estrategias se han puesto en marcha los "proyectos", que están
siendo probablemente la mejor y más eficaz innovación metodológica. Pero es obvio
que estas propuestas curriculares no cubren el papel y el ámbito que corresponden a
las políticas para el desarrollo de las ciencias en el país.

La primera política pública educativa para el desarrollo científico es promover la cultura


científica colectiva. Para ello una segunda política pública necesaria es garantizar a
toda la población el acceso al conocimiento de las ciencias sociales y naturales. Todos
los ciudadanos tienen necesidad y derecho a la formación básica en ciencias.
Lamentablemente todavía la cobertura escolar es incompleta. El logro de cobertura en
primer grado, con el 99% de niños de esa cohorte escolarizados, queda menguado por
la deserción a medida que suben los cursos. El 46% de los adolescentes que deberían
estar en el tercer ciclo de la educación escolar básica y el 61% que deberían estar en
el bachillerato han abandonado la educación escolarizada.

Los que quedan en el bachillerato (solamente el 39%) estudian con los programas de
ciencias naturales que el MEC ha entregado como muestra a los profesores. Estos
programas son esqueletos descarnados, índices abstractos y absolutamente
descontextualizados que no evocan ninguna relación entre ciencias, tecnología y
sociedad, entre ciencias, tecnología y economía, entre ciencias, tecnología y pobreza,
y población, desarrollo humano, desarrollo del pensamiento, creatividad, historia y
futuro del Paraguay, sostenibilidad, actualización profesional, democracia, etc.
El acento está puesto más en los conceptos que en la metodología propia de cada
ciencia y no se explicitan cuáles son sus funciones en la sociedad, cuál es su sentido,
el porqué y el para qué. En este sentido creo que es necesario replantear la política de
la educación en ciencias considerando la naturaleza social de los conocimientos
científicos y tecnológicos y sus incidencias, al menos, en los ámbitos culturales,
sociales, económicos y ambientales. Solo así la educación en ciencias podrá ser
verdaderamente "significativa" para los alumnos y la sociedad.

El debate para reflexionar sobre estas y otras políticas públicas de educación para el
desarrollo científico debe abrirse, mantenerse y llegar a propuestas dinamizadoras.

Función de las Ciencias en la Sociedad

La ciencia es, ante todo, una manera de ver el mundo, una determinada manera de
intentar comprender qué somos, entender lo que nos rodea y relacionarnos con ello.
Aunque la visión científica es parcial y el desarrollo de las sociedades modernas
necesita de otras aproximaciones a la realidad, a la ciencia le debemos muchos de los
logros sociales que ahora nos parecen irrenunciables, y de las ideas que conforman la
mentalidad contemporánea.
La ciencia nos da, además, herramientas preciosas para pensar y modelos
conceptuales valiosísimos para desenvolvernos en nuestras vidas. Y deberíamos pedir
a los científicos que cultivasen la ciencia y la transmitiesen a la sociedad para que
estos beneficios fueran compartidos. Ésta tendría que ser la primera función de la
ciencia y de los científicos: generar y compartir cultura científica.

Por otra parte, nuestra sociedad, e incluso nuestra vida, está cada vez más tecnificada
y, aunque no sea necesario tener conocimientos de física cuántica para utilizar un
teléfono móvil, es conveniente saber hasta qué punto una prueba genética puede ser
predictiva del desarrollo de una determinada enfermedad. El avance continuo de la
técnica nos propone cada día nuevas aplicaciones de las que debemos ser capaces
de valorar los riesgos y los beneficios que nos pueden aportar. Para ello es necesario
que la sociedad en general y nuestros políticos en particular tengan un conocimiento
científico suficiente para poder participar en el debate y tomar las decisiones
adecuadas. Transmitir a la sociedad el conocimiento necesario para entender la
técnica sería, pues, la segunda función de la ciencia en una sociedad avanzada.

Por último, efectivamente, la ciencia puede generar aplicaciones que en algunos casos
permitirán una mayor competitividad a las empresas del país y que pueden redundar
también en una mejora del nivel de vida de la sociedad.

El enorme éxito del método científico para generar tecnología nos está haciendo
olvidar las otras funciones de la ciencia. Para mantener una ciencia capaz de crear
cultura, de transmitir nuevos conceptos que nos ayuden a pensar, es necesario
desligarla en parte de objetivos finalistas. Si seguimos empeñados en ver a la ciencia
únicamente como una productora potencial de aplicaciones técnicas, perderemos la
influencia de la ciencia en la cultura .

Ciencia y tecnología en la sociedad.

La ciencia y la tecnología se han convertido en ramas de la actividad inseparables de


la vida y el progreso de la sociedad desde hace varias décadas. Ambos conceptos
están hoy tan interrelacionados que han llegado a considerarse como uno solo. El
estudio de sus orígenes revela, sin embargo, diferencias notables. Con el fin de
formalizar de manera pragmática ambos conceptos y delimitar sus esferas de acción,
se exponen sus definiciones, características e interdependencias. Tanto la ciencia
como la tecnología justifican su existencia en la búsqueda y el desarrollo de productos,
servicios, medios, herramientas y otras entidades, capaces de satisfacer las
necesidades humanas y de la vida en general.

La ciencia y la tecnología constituyen hoy un poderoso pilar del desarrollo cultural,


social, económico y, en general, de la vida en la sociedad moderna. A tal punto llega
su influencia que la vida actual se ha visto inundada en todos sus aspectos por una
creciente avalancha de productos procedentes tanto de una esfera como de la otra,
cuya utilización sistemática se ha impuesto como condición para el desarrollo en esta
etapa histórica.

Se entiende por ciencia a aquella esfera de la actividad de la sociedad, cuyo objeto


esencial es la adquisición de conocimientos acerca del mundo circundante. La ciencia
está formada por cuatro componentes fundamentales:

 El factor humano, representado por los científicos y por todo el personal que
colabora con los fines de la actividad científica.
 El factor social, compuesto por el conjunto de relaciones que, en el marco del
trabajo, mantienen los científicos; manifestaciones de estas relaciones las
constituyen las sociedades, los grupos y equipos de trabajo, los colegios
invisibles, etc.
 El factor cognitivo, que aun cuando incluye los procesos necesarios para
generar los conocimientos teóricos, metodológicos, prácticos u otros se
manifiesta por medios informales (conferencias, intercambios de reprints, etc.)
o formales (revistas científicas, manuales, etc.) de la comunicación científica,
que son los que esencialmente simbolizan a este componente.

Las leyes (regularidades estables o probabilísticas identificadas en el comportamiento


de los procesos naturales, sociales o de otra índole), constituyen una de las formas
que adopta el conocimiento científico, que posee una gran significación para la
sociedad porque permite transformar tanto la realidad objetiva como a sí misma de
manera consciente (con conocimiento de efecto) y controlada.

 El factor material, que comprende tanto los instrumentos, los equipos u otros
elementos que constituyen herramientas que los científicos utilizan
directamente en el proceso cognoscitivo como las instalaciones (laboratorios,
edificios, etc.) en el marco de las cuales se desarrolla este tipo de actividad.

Muchos objetos tomados en forma aislada del contexto científico contienen elementos
de dos o más de los componentes mencionados. Por ejemplo, los métodos de gestión
del personal científico, aun cuando su fundamento lo aportan distintas disciplinas, su
aplicación se produce en el contexto social de las ciencias, es decir, en la esfera de las
relaciones entre los individuos y los colectivos.

La tecnología, por su parte, constituye aquel sector de la actividad de la sociedad


empeñada en la modificación del mundo circundante.

La transformación de la realidad objetiva se efectúa mediante un ciclo cerrado de cinco


momentos o etapas que comprende, tanto al producto o al servicio, como a los
procesos de su generación. Estas cinco fases por las que atraviesa cualquier producto
o servicio son: determinación de su necesidad; diseño y desarrollo del producto, del
servicio y del proceso; producción o prestación del servicio; valoración del
suministrador y del cliente y análisis del perfeccionamiento del producto o servicio y
del proceso.

Aunque un poco esquemáticamente, se pueden considerar las necesidades


cognoscitivas del hombre como origen de la ciencia y las necesidades materiales,
como la fuente del desarrollo de la tecnología. En tanto la ciencia se ocupa de conocer
y comprender los objetivos y fenómenos ya existentes, la tecnología trata de crear
productos y servicios que aun no existen, pero que son necesarios.1

Las instituciones de información, por ejemplo, poseen un doble carácter, científico y


tecnológico en su actividad esencial porque, a la vez que facilitan los procesos de
transmisión de los conocimientos, participan activamente en el proceso de
transformación del mundo mediante el desarrollo constante de productos y servicios
dirigidos a influir decisivamente en los procesos sociales, materiales, etcétera.

La tecnología se desarrolló antes que la ciencia, porque respondía a la necesidad


práctica e inmediata. El hombre aprendió a producir el fuego mucho antes de
preguntarse sus causas e implicaciones....., a domesticar animales y construir casas
sin poseer los conceptos generales de la genética ni del equilibrio o la estabilidad.1

Si se observan los componentes esenciales que conforman la actividad tecnológica, se


hallarán los cuatro elementos antes definidos como fundamentales a la hora de
analizar la actividad científica. Sin embargo, esto no quiere decir que para el sector
tecnológico cada componente no posea matices propios. Por ejemplo, en cuanto al
componente cognoscitivo, la actividad tecnológica incorpora, con gran énfasis, la
información del mercado, de las necesidades, de los precios de la competencia, de la
satisfacción y otras, esenciales para la subsistencia de los productos y las empresas
que desarrollan este tipo de actividad.

La ciencia y la tecnología como fuerzas productivas de la sociedad moderna


Los productos tecnológicos constituyen uno de los resultados de la actividad creativa
del hombre. Ellos completan y adecuan el cuadro de la realidad a las necesidades de
la sociedad. Estos productos, al contrario de lo que ocurre con los conocimientos que
aporta la ciencia, poseen primero un carácter ideal y, posteriormente, adoptan una
forma material específica.

Los sistemas biológicos en lo fundamental, se adaptan al medio circundante; a


diferencia de éstos, la sociedad humana, con una esencia social, se manifiesta como
un sistema que modifica al medio -ejerce una función transformadora sobre él- para
hacerlo habitable y adaptar la naturaleza a sus necesidades.2

Se entiende por proceso de transformación de la ciencia en una fuerza productiva


inmediata, a la paulatina transformación de esta en un factor necesario del proceso
productivo, al influjo creciente de la ciencia sobre todos los elementos materiales de
las fuerzas productivas.

Si el conocimiento representa la transformación del objeto material en ideal, el


movimiento de la ciencia hacia la esfera productiva representa un proceso de
transformación de lo ideal en material.

Tanto la ciencia como la tecnología se han convertido en una fuerza productiva


inmediata de la sociedad moderna, es decir, en un factor necesario del proceso de
producción que ejerce una creciente influencia no sólo sobre los elementos materiales
-y hasta espirituales- de las fuerzas laborales, sino que alcanza también a todas las
esferas de la actividad humana.

La utilización sistemática de los conocimientos científicos y de las nuevas formas


materiales generadas en el sector tecnológico, se ha impuesto como condición para el
desarrollo social. Su utilización constituye una de las tendencias que con mayor fuerza
caracteriza a la sociedad moderna y ejerce en ésta un empuje cada vez más creciente.

La fusión de la ciencia con la tecnología y de ésta con la producción material en


general, así como la conversión de la ciencia en fuerza productiva inmediata, son
rasgos característicos del cambio cualitativo radical que actualmente se opera en las
fuerzas productivas. Por ello, el progreso histórico de la ciencia y la tecnología no es
más que un aspecto del desarrollo histórico del ser humano, como la principal fuerza
productiva de la sociedad.

Se hace referencia no sólo a los conocimientos científicos, sino también a la ciencia en


general, el proceso de conversión de ésta en fuerza productiva inmediata consiste
asimismo en que los eslabones de la investigación científica pasan a ser elementos
importantes de las empresas industriales, que se incluyen directamente, sin ninguna
mediación, en la esfera de producción material.

Interdependencia de las esferas científica y tecnológica


Es extraño, en nuestros días, encontrar alguna actividad material de la sociedad que
no requiera de la obtención de determinados conocimientos mediante la investigación
como medio para lograr objetivos particulares. Todas las tecnologías están por lo tanto
en proceso de generar sus propias ciencias, aunque por otra parte, también es difícil
hallar cualquier pieza del conocimiento que no se escudriñe en busca de beneficio
potencial en forma material. Todas las ciencias están en proceso de generar sus
propias tecnologías. Este proceso está entremezclado a gran escala, desde el
laboratorio y el taller, hasta el concilio de investigación y la firma industrial, así como y
en cada dimensión de la interpenetración.3

Si bien en sus orígenes las esferas tecnológica y científica se desarrollaron de forma


relativamente independiente, con posterioridad, dichos sectores de la actividad social
adquirieron tal grado de interrelación, que la ciencia y la tecnología han llegado a
considerarse como una sola esfera.

Las funciones de la ciencia y de la tecnología en la sociedad son inseparables. Estos


son dos aspectos de una actividad indivisible, cuyo alcance trasciende a una variedad
de instituciones sociales con una función primaria esencialmente instrumental. A la
corta o a la larga, ellas justifican su existencia mediante la producción de
conocimientos prácticos, productos o técnicas nuevas y humanamente relevantes, a
los que se les pueda dar algún uso, que se extienden sobre un amplio espectro ético
que va desde la satisfacción de las necesidades básicas humanas de alimentos,
vivienda y salud hasta las que soportan la poderosa estructura de una sociedad con el
armamento bélico y las inversiones lucrativas.3

Sin embargo, esta función puede sólo ser efectiva si se genera un producto intermedio
-conocimiento generalizado- que no es práctico de inmediato. Algunos científicos y
tecnólogos se especializan en la producción de este tipo de conocimientos, mientras
que otros se dedican principalmente a transformar aquellos en formas prácticas. Estas
no son funciones separadas y, a menudo, se realizan simultáneamente por las mismas
personas en la organización. Puede que no se manifiesten de igual modo a como
aparecieron la ciencia y la tecnología en el pasado, pero es la forma que ahora ellas
adoptan desde el punto de vista de la sociedad como un todo.3

El avance del conocimiento científico desde el surgimiento de la ciencia se basa, en


gran medida, en el auge de la tecnología que amplía las posibilidades de observación,
experimentación y captación, procesamiento, trasmisión y utilización de la información.
A tal punto llega esta influencia que son escasos los procesos científicos que no se
apoyen en la multitud de herramientas tecnológicas disponibles.

De igual forma ocurre con los progresos tecnológicos los que, si bien en un principio
no se apoyaban en un conocimiento verdadero del mundo circundante, en la era
moderna dependen cada vez más de la búsqueda intensa de nuevos conocimientos
que permitan investigar, diseñar y producir objetos materiales más adecuados a los
parámetros de las necesidades sociales.
Ocurre, por lo tanto, un intercambio constante de productos entre las esferas científica
y tecnológica, de manera tal que los productos de una esfera pueden convertirse en
las materias primas o las herramientas necesarias de la otra para realizar su actividad.

CONTEXTO DE LA EDUCACION SUPERIOR


La educación en el Paraguay comprende los siguientes niveles:

 La educación inicial y la educación escolar básica
 La educación media y,
 La educación superior.
La Educación Superior forma parte del Sistema Educativo Nacional, según lo
establece la Ley General de Educación, promulgada en julio de 1998. Artículo 53:
“ Las universidades públicas y privadas, así como las instituciones superiores de
enseñanza, son partes del Sistema Nacional de Educación” . Sin embargo las
universidades tienen un régimen de autonomía para establecer su órgano de
gobierno y estructura académica.
El Ministerio de Educación y Cultura es el encargado del cumplimiento efectivo de
la Ley General de Educación.
El Consejo Nacional de Educación y Cultura es el órgano responsable de
proponer políticas culturales, la reforma del sistema educativo nacional y
acompañar su implementación en la diversidad de sus elementos y aspectos
concernientes, y tiene como uno de sus objetivos principales el de dictaminar
sobre el desarrollo de las instituciones de educación superior.

MARCO LEGAL

Este nivel educativo se regula por las siguientes normativas:


La Constitución de la República del Paraguay, de fecha 20 de Junio de 1992,
Artículo 79 sobre las Universidades e Institutos Superiores, que establece:
"La finalidad principal de las universidades y de los institutos superiores será la
formación profesional superior, la investigación científica y la tecnológica, así
como la extensión universitaria.""Las universidades son autónomas. Establecerán
sus estatutos y formas de gobierno y elaborarán sus planes de estudio de
acuerdo con la política educativa y los planes de desarrollo nacional. Se garantiza
la libertad de enseñanza y la de la cátedra. Las universidades, tanto públicas
como privadas, serán creadas por ley, la cual determinará las profesiones que
necesiten títulos universitarios para su ejercicio."
Ley No. 1264 de “ General de Educación” , de fecha 21 de abril de 1998,
Capítulo II, Sección VI, a través de la cual se normatiza la política de la
Educación Superior.
Que las Universidades son las instituciones de educación superior que abarcan
una multiplicidad de áreas específicas del saber en el cumplimiento de su misión
de investigación, enseñanza, formación y capacitación profesional y servicio a la
comunidad. (Ley General de Educación, Art. 48)
La educación científica ante la reforma de la educación superior

El proceso de la reforma educativa, iniciada como filosofía y primeros pasos de

planificación en 1990 y como aplicación progresiva desde el nivel primario en 1993, no

ha ofrecido todavía oportunidad para un debate público nacional sobre cómo debe ser

la educación científica en escuelas, colegios, institutos terciarios, superiores y

universidades.

Tal vez, ahora que se pretende iniciar la reforma de la educación superior, incluida la
reforma de las universidades, sea otro momento oportuno para abrir este debate.

En el reparto de responsabilidades sobre el tema es obvio que el Ministerio de


Educación y Ciencioas (MEC), el Consejo Nacional de Educación y Cultura (CONEC),
el Consejo de Universidades, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT) en primer lugar, y después las universidades con sus facultades
respectivas, la Sociedad Científica del Paraguay, los otros ministerios del Gobierno
más directamente afectados (sobre todo Secretaría Técnica de Planificación), las
asociaciones y gremios docentes, las asociaciones profesionales y empresariales, las
organizaciones no gubernamentales que trabajan sobre el tema, los medios de
comunicación social y los científicos, intelectuales y profesionales implicados en el
desarrollo científico, etc., deben asumir el compromiso de proponer el debate sobre el
tema, organizarlo y realizarlo con apertura y participación de todos los demás sectores
(sean políticos, sociales o culturales) representativos e interesados en el futuro
científico y general del país.

La educación científica no es asunto exclusivo de la Dirección General de Desarrollo


Educativo y del Departamento de Currículo del Ministerio, ni siquiera de los
diseñadores de los currículos de las facultades de cada universidad dedicadas a los
diversos campos de las ciencias sociales y de la naturaleza, porque con la educación
científica está en juego la viabilidad del país, un verdadero despegue de la pobreza y
la entrada efectiva en el mundo de la producción y el desarrollo de conocimientos,
bienes y servicios.

¿Qué puede aportar la educación institucionalizada para el desarrollo científico del


país? ¿Cómo debe ser la educación científica en nuestras instituciones educativas de
todos los niveles?

Cualquier modelo de educación que se elija debe superar la mera información sobre lo
que cada ciencia es y lo que hace y, desde luego, evitar la reducción de las ciencias a
los conceptos que ha producido. La educación científica desde sus niveles más
básicos debe tener en cuenta que también son parte de la ciencia los procedimientos
(plantearse problemas, proponer hipótesis de sus causas y de sus soluciones,
experimentar, imaginar alternativas, etc..) y las actitudes que lleva consigo el quehacer
científico (curiosidad, sospecha, rigor, creatividad, etc...).
En todos los niveles de educación, según capacidad por edad y rango de exigencia
deseable, los estudiantes tienen que familiarizarse con los elementos característicos
de la actividad científica y adoptar un papel activo en la construcción de los
conocimientos que queremos que aprendan.

Entre esas actividades científicas hay que incluir el aprender a investigar, no


memorizando las teorías de la "metodología de la investigación científica", sino
adquiriendo el aprendizaje de la investigación en la acción y la experiencia. Así como
se aprende a caminar caminando, se aprende a investigar investigando y
reflexionando sobre cómo se investigó.

Si la reforma educativa no reforma la educación científica que se viene dando desde la


educación inicial, pasando por la educación escolar básica, la media y la terciaria, sea
o no universitaria, la reforma mantendrá frenado al país y lo privará de una pieza
fundamental para el desarrollo científico y general.

Las ciencias al servicio del desarrollo

Pretender superar el subdesarrollo social y económico con el desarrollo científico

parece utópico. ¿Acaso desde la pobreza se puede soñar con el desarrollo científico?

Paradójicamente el subdesarrollo científico es al mismo tiempo efecto y causa de la

pobreza. Lo cierto es que hoy sin desarrollo científico no hay posibilidad de salir de la

pobreza.

Hay que repetirlo: en otros tiempos bastaba la generación de productos naturales para
enriquecer a un país, hoy la riqueza se alcanza con la producción de conocimientos.
No basta producir materia prima, hay que transformarla para ofrecerla con valor
agregado en forma de productos de interés para la progresiva calidad de vida
deseada. Y esa transformación no se puede hacer sin ciencias y tecnología.

Podría decirse que estamos en una aporía, en un camino sin salida. No tenemos
desarrollo científico porque somos pobres y somos pobres porque no tenemos
desarrollo científico. ¿Se puede romper este círculo paradójico?
Se puede. Y a mediano y largo plazo, la mejor salida del cerco cerrado pasa por el
camino de la educación en todos los niveles de su sistema. Toda nuestra educación
formal tiene que reformarse para que los educandos dediquen su esfuerzo no tanto a
aprender para reproducir los conocimientos de otros, sino sobre todo para aprender a
producir conocimientos propios.

Para que los conocimientos producidos en el mundo académico pasen al mundo del
trabajo y lleguen a las grandes, medianas y pequeñas empresas, los puentes entre
ambos mundos tienen que estar tendidos. Esos conocimientos innovadores deben ser
transferidos al sector de la tecnología, porque es la tecnología la que los hace
prácticos y rentables. Los conocimientos científicos y las tecnologías son necesarios
para el desarrollo. La producción de conocimientos se logra casi exclusivamente con la
investigación. Por eso las políticas de Gobierno y de Estado para salir de la pobreza
deben incluir necesariamente políticas claras y eficaces que favorezcan, promuevan y
desarrollen la investigación científica. Los países y las empresas que crecen destinan
cada año más y más fondos de sus presupuestos financieros a la investigación. No
son fondos para gastos, son fondos de inversión.
En un estudio del Centro de Información y Documentación Científica (CENDOC) del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, analizando las ciencias
básicas al servicio del desarrollo tecnológico en los países de América Latina, sus
autores destacan como indicador de producción de conocimientos innovadores el
número de inventores reconocidos como tales y el número de patentes que producen.
Se calcula que en América Latina tenemos unos 5.576 inventores, de los cuales ocho
corresponden a Paraguay; solamente Nicaragua aparece debajo de nosotros con
cuatro, mientras que encabezan la lista Argentina con 781 y Brasil con más de 1.200.
Pero ¿por qué habríamos de tener más inventores e investigadores si el clima social
del país ignora y menosprecia el mundo intelectual y no prioriza la investigación ni
siquiera en las instituciones universitarias?
Si en el presente es prácticamente absoluta nuestra dependencia de la tecnología del
exterior, trabajemos incansablemente desde todos los niveles de la educación y con la
colaboración de la sociedad y las políticas públicas, para que en el futuro, además de
exportar productos elaborados y terminados con calidad, exportemos también
conocimientos y tecnología.

Educación técnica y desarrollo

La educación debe preparar para producir conocimientos más que para aprenderse de
memoria y reproducir los conocimientos que otros han producido. La riqueza está en la
producción de conocimientos. Hoy damos un paso más en nuestra afirmación, la
riqueza está en la producción y en la aplicación de dichos conocimientos producidos.

Y es ahí donde la educación técnica ocupa su espacio propio. La técnica y la


tecnología se encargan de que los conocimientos sean útiles y se puedan aplicar a la
producción de bienes y servicios. Como dice Filmus, si queremos el desarrollo
económico, tenemos que "articular teoría, creatividad y práctica", con un "saber
actualizado y vinculado a la realidad".

¿Qué pasa con la educación técnica en nuestro país? El Ministerio de Educación y


Ciencias anda en estudios para reorganizar todo lo que en el sistema educativo se
refiere a la educación técnica. Pero la urgencia de este sector es tanta, que el proceso
va demasiado lento, sobre todo con respecto a ciertos aspectos concretos como la
actualización de los programas del Bachillerato Técnico y, más aun, el de la Formación
Profesional Media (no bachillerato) que a siete años de haber sido promulgada la Ley
General de Educación (Nº 1264), en la que se compromete al Ministerio de Educación
a "ofrecer oportunidades de profesionalización de distinto grado de calificación y
especialidad" (art.43), nada de esto se ha hecho.

La urgencia surge no solo de la necesidad del desarrollo laboral, productivo y


económico, sino también del desarrollo educativo y técnico del país. Cuando las
estadísticas denuncian el abandono de la educación al llegar a las puertas de la
educación media y el bajo nivel de integración de los jóvenes al bachillerato, es
importante que el Ministerio de Educación ofrezca la alternativa no menos importante
de la formación profesional de nivel medio.

Algunos guardan la imagen de una formación profesional de nivel medio al estilo de


las antiguas escuelas de oficios, en las que los aprendices hacían carpintería,
mecánica automotriz, plomería, etc. La educación técnica de nivel medio debe ser
mucho más, ya no son, no deben ser, "instancias de educación terminal. Nuestros
jóvenes necesitan trabajar, pero también continuar los estudios superiores... Deben
tener una sólida formación académica general, que posibilite la continuidad de los
estudios", sencillamente porque, ante los cambios acelerados, los profesionales de
este nivel deben comprenderlos y mantenerse competentes y actualizados en la
secuencia de esos cambios.

La educación técnica de hoy, incluida la del nivel medio, no debe plantearse


solamente, ni siquiera principalmente, como respuesta a las actuales demandas del
mercado de trabajo, "ya que ellas se modifican cotidianamente", la educación técnica y
sus instituciones deben diseñarse con visión de futuro y con tal capacidad de
flexibilidad, de adaptación a los cambios, que puedan responder a las exigencias que
vayan surgiendo sucesivamente, como resultado del desarrollo científico universal.

En el momento presente es muy difícil entender cuál es la política de Estado y de


Gobierno con respecto a la educación técnica y su vinculación con las políticas de
trabajo y de desarrollo económico y general del país.

Debe preocuparnos que mientras otros países de la región actualizan su sistema


educativo e integran la educación al desarrollo del país, nosotros andamos
lentamente, sin políticas y sin programas concretos en el campo de la educación
técnica.

Ciencias, tecnologías y revolución cultural

La revolución actual de la computadora y el internet no es simplemente una revolución


técnica, es algo mucho más profundo, comparable a lo que fue la aparición del
alfabeto o el invento y la rápida difusión de la imprenta. Como dice Philippe Quéau,
internet es el equivalente a una imprenta universal, personal, ubicable en cualquier
parte, instantánea y de bajísimo costo. Esta revolución cultural va tan lejos que es
posible hablar de una nueva manera de ser.
El impacto de estas tecnologías de la información y la comunicación, gracias al
desarrollo y aplicación de las ciencias, sigue afectando cada día a más dimensiones
de la vida y del ser humano. Además de acelerar a velocidades inimaginables los
mensajes de nuestra comunicación, nos facilita nuestros cálculos matemáticos,
multiplica la capacidad de nuestra memoria, agiliza nuestras transferencias
económicas, ofrece infinidad de posibilidades y operaciones que incluyen hasta la
ayuda al pensamiento con la inteligencia artificial y la inteligencia colectiva.

Consecuentemente modifica radicalmente nuestra manera de ver el mundo y de


encarar y resolver los problemas, de vernos y conocernos a nosotros mismos, a los
demás, al pasado, el presente y el futuro.

Tal vez lo más significativo sea que esta revolución cultural ha sido súbitamente
mundial, es global. Si la imprenta y la cultura del libro y la lectura tardaron siglos en
llegar a todos los continentes, la informática con sus computadoras está ya en todos
los países del mundo. Los países que aún no se han tomado en serio la importancia
de esta revolución técnica y cultural son los países que estamos quedando en la
cuneta de las rutas de la información y la comunicación, ignorantes de los nuevos
conocimientos científicos de cada día y al margen de las oportunidades de interacción
con el resto del mundo vivo, creativo y creciente.

Los gobernantes y políticos de Paraguay tienen que integrarse e integrar al país al


dinamismo de esta revolución cultural. Las políticas públicas sobre las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación caminan extremadamente lentas,
parecen miopes, que no ven el camino y menos aún los horizontes, anteponen
inmediatistas intereses de grupos y nos alejan cada vez más de las posibilidades de
desarrollo, dejándonos aislados.

Para referirse a esta revolución cultural, de la que algunos países estamos todavía
lejos, los especialistas han creado la palabra "cibercultura". Con el escaso número de
un 4% de paraguayos que tienen computadoras, con el más reducido 2% que usan
internet, con un sistema educativo que en la educación escolar básica y en el
bachillerato aún no ha tendido el servicio de estas tecnologías, no podemos entrar ni
beneficiarnos de las utilidades que puede aportar esta nueva cultura mundial.

Como otras revoluciones culturales, incluida la desencadenada con la imprenta, no


todo lo que trae esta revolución es bueno. Ya sabemos que la sociedad de la
información y el uso de estas tecnologías no implica necesariamente más cultura,
porque la información no es por sí misma conocimiento, ni el conocimiento es por sí
mismo sabiduría y cultura. La cibercultura, solo merecerá realmente este nombre
cuando haya sabido encarnar las aspiraciones profundas de los ciudadanos
planetarios en que nos estamos transformando.

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