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EL EJEMPLO DE LOS MARTIRES

por Dr. R. L. Hymers, Jr.

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y
sígame” (Mateo 16:24).

(Mateo 16:21, 22, 23; Marcos 8:34; Lucas 9:23)

I. Primero, la cruz del cristiano significa negación propia,


Mateo 16:24; Lucas 14:27; Hechos 11:26.
II. Segundo, la cruz del cristiano significa perder tu vida por causa de Cristo, Mateo 16:25,
26; Gálatas 2:20.
III. Tercero, la cruz del cristiano trae recompensas en el Reino venidero, Mateo 16:27; II
Timoteo 2:12; Apocalipsis 2:10.
Rachel Joy Scott

Le apuntaron con una pistola y le preguntaron si creía en Dios. Ella contestó que sí

20 de abril de 1999, once y media de la mañana. En


la Columbine Highschool en Littleton, Colorado
(Estados Unidos), Rachel Joy Scott, de 17 años, caía
herida a causa de los disparos de dos alumnos que se
precipitaron abriendo fuego indiscriminadamente. Uno de
ellos se le acercó y, apuntándole en la cabeza, le
preguntó: «Y ahora, ¿crees en Dios?». Respuesta:
«Tú sabes que creo». Fueron sus últimas palabras,
silenciadas por un disparo.

Varios años después de la tristemente famosa matanza


de Columbine, el testimonio de Rachel Joy Scott sigue
tocando los corazones de millones de personas. Su
familia fue poco a poco descubriéndonos el interior
de su alma, principalmente con la publicación de sus
poemas, diarios y dibujos.

La tercera de cinco hermanos, Rachel era


una de esas criaturas que no merecería
morir jamás. Joven alegre, estudiosa, con
deseos de ser actriz y muy religiosa; se
tomaba en serio su amistad con Cristo. Así
lo demuestra uno de sus escritos: «¡Ve tras
de Dios! Donde sea que quiera llevarte,
ve. Y no pongas la excusa “sólo soy un
adolescente” o “lo haré cuando crezca”,
porque no es así como funciona. ¡Dios
quiere conocerte ahora!».

Rachel no quería ser «etiquetada como


una simple estadística», como escribiría,
sino que tenía muy claro qué es lo
importante en la vida. Lo sintetizó
perfectamente en la portada de uno de sus
diarios: «Ni para provecho de mi gloria, Rachel con dos de sus hermanos
ni para provecho de mi fama, ni para provecho de
mi éxito. ¡Por el provecho de mi alma!».

Dibujo en la puerta de su armario: "Estas son


las manos de Rachel Joy Scott y un día
tocarán el corazón de millones de personas"
Era muy consciente de que lo que hacía tenía un sentido de eternidad. Sus poemas son los
que, sin duda, transmiten mejor esta visión: «¿Qué pasaría si murieras hoy? ¿Qué sería
de ti? ¿Adónde irías? No tienes asegurado el mañana, sólo es una posibilidad. Y puede
que no la tengas. Y después de la muerte, ¿qué? ¿Dónde piensas pasar la eternidad?».
Y concluía con esta resolución: «La eternidad está en tus manos, ¡Elige!».

Dibujo que hizo 15 minutos antes de morir

Pero lo que tal vez impresiona más, entre todo el material, es el dibujo que pintó quince
minutos antes de su muerte: sus ojos, de los que se desprenden trece lágrimas cayendo
sobre una rosa. ¿Qué es lo extraordinario? Que trece fueron las víctimas esa mañana y
que muchas confesiones cristianas en los Estados Unidos simbolizan la Resurrección
de Cristo con una rosa (en inglés “rose”, que, en un juego de palabras, se traduciría “Él
resucitó”).

En los momentos duros, Dios elige siempre almas como Rachel para lanzarnos un
aviso. Ellos son como esas señales de tráfico, que nos van guiando hacia dónde dirigir
nuestro camino. La misma Rachel nos dice el modo de también serlo nosotros: «Yo te
desafío a escuchar y ver lo que Dios puede hacer. Asume el riesgo, dale una
oportunidad, confía en Dios. Y verás lo que Dios es capaz de hacer con un corazón
entregado».

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