CAPÍTULO IX

La reformulación de la noción de goce en la

obra de J. Lacan a partir del
Seminario 14 de J. Lacan,
La lógica del fantasma
Valor de goce. Plus de goce

Considero que es muy importante el replanteo que J. Lacan hace

de la noción de goce en el Seminario 14, La lógica del fantasma; allí
reformula la noción de goce como valor de goce, que conduce con
posterioridad a sus elaboraciones relativas al objeto a como plus de
goce.

Para conseguirlo toma cinco distintas vertientes:

a) la cuestión de la satisfacción pul sianal y sus paradojas en la
obrade Freud;
b) el concepto de compulsión a la repetición tal como lo plantea
Freuden "Más allá del principio del placer";
e) la noción de plusvalía de Marx;
d) las leyes de intercambio del parentesco de Lévi-Strauss;
e) la dialéctica del amo y del esclavo en Hegel.

Emplearé este listado como índice de las entradas de este artícu-

lo.Cabe adelantar que Lacan tomará estas nociones de los autores
arribamencionados de una manera heterogénea; a veces literalmen-
te,como en el caso de Freud. En la mayoría de las oportunidades, en
cambio,a la manera de metáfora.

A) LA CUESTIÓN DE LA SATISFACCIÓN PULSIONAL

y SUS PARADOJAS EN LA OBRA DE FREUD

Lacan subraya, siguiendo a Freud, que en aquello que los sujetos

satisfacenpor la vía del displacer se juega también la satisfacción
pulsional.En el Seminario 11,en la clase del 6 de mayo de 1964,pone
82 LILlANA SZAPIRO
en primer plano la cuestión de la satisfacción. Nos dice así, que" ...es
evidente que la gente con la que tratamos, los pacientes, no están
satisfechos con lo que son y no obstante, sabemos que todo lo que
ellos son, lo que viven, aún sus síntomas, tiene que ver con la satis-
facción. Satisfacen a algo que sin duda va en contra de lo que podría
satisfacerlos, lo satisfacen en el sentido de que cumplen con lo que
ese algo exige. Hay una satisfacción -dice- que da cuenta de un
'penar de más', que es la única justificación de nuestra intervención
en tanto analistas". Agrega Lacan: "... los analistas, nos metemos en
el asunto, en la medida en que creemos que hay otras vías más cor-
tas para la satisfacción. En todo caso, nos referimos a la pulsión, jus-
tamente porque el estado de la satisfacción se ha de rectific~r a nivel
de la pulsión, esta satisfacción es paradójica". Esa 'paradoJa ~n ~u.e
cohabitan satisfacción y displacer es la que, como dice Lacan, Justifi-
ca nuestra intervención. Es en el marco del análisis que la satisfac-
ción en juego en ese "penar de más" puede ceder y articularse de
una manera diferente, para que el sujeto pueda no seguir "penan-
do". Y es este "penar de más" de los neuróticos lo que está en juego
en la noción de goce articulad a por Lacan.
Recordemos que ya cuando Freud introduce la noción de pulsión
en "Tres ensayos para una teoría sexual", rige el planteo de que las
psiconeurosis se sostienen en fuerzas pulsionales. Para Freud l.a
energía de la pulsión parcial es la única fuerza que sustenta el sufri-
miento asociado a los síntomas.
Con la introducción del concepto de pulsión parcial, hay una
modificación que se produce en relación al valor de la satisfacción
que comienza a separarse del de genitalidad en sentido clásico. La
noción de pulsión parcial envía a una idea más amplia de la sexua-
lidad que la restringida a la genitalidad. Así, el primero de los "Tres
ensayos ... ", está dedicado a las perversiones, en las cuale.s q~eda
claro que hay satisfacción sexual y que ésta difiere de la gemtahdad.
El segundo ensayo está dedicado a la sexualidad infantil; al resp~c-
to, Paul Bercherie nos dice en su texto Génesis de los conceptos [reudia:
nos: "La sexualidad infantil constituye en esa época una novedad
relativa, pero en cambio un comienzo absoluto por la manera en que
es concebida en su relación con la sexualidad del adulto, como fuen-
te y no prefiguración". La sexualidad infantil da cuenta de que la
sexualidad excede la idea de que la satisfacción se produce solo en
el encuentro a nivel genital. Creo que el hecho de que el primer ensa-
yo esté dedicado a las perversiones y el segundo a la sexualidad
ELEMENTOS PARA UNA TEORIA Y CLINICA LACANIANA DEL FE ÓMENO PSICOSOMÁTlCO 83
infantil, es la manera que encuentra Freud de introducir la cuestión
de la existencia de una satisfacción de otro orden que la genitalidad.
Satisfacción asociada a la pulsión parcial.
Esta premisa le permite introducir en "Tres ensayos para una
teoría sexual" (1905) la idea que formaliza más claramente en
"pulsiones y sus destinos" (1915) de que la sexualidad solo se efec-
túa por intermedio de las pulsiones que son parciales. Recordemos
que Freud en el texto "Pulsiones y sus destinos" (1915) precisa en
relación a la pulsión cuatro términos: fuente, empuje, meta y obje-
to. Freud articula fuente y meta, ya que nos dice que la meta de la
pulsión que es la satisfacción, solo puede ser alcanzada paradóji-
camente por la supresión del estado de excitación de la fuente de
la pulsión: "La meta (Ziel) de una pulsión es en todos los casos la
satisfacción que solo puede alcanzarse cancelando el estado de
estimulación de la fuente de la pulsión". Dicho fin, si sale de la
fuente de la pulsión y vuelve a la fuente que es la zona erógena,
recorta un vacío en su mismo trayecto. La meta de la pulsión que
es la satisfacción se alcanza en ese mismo retorno que dibuja su cir-
cuito. En relación al objeto subraya que el objeto de la pulsión es
variable, es indiferente, puede ser cualquiera." En cuanto a la satis-
facción de la pulsión es llegar a su Ziel, su meta. Pero la satisfac-
1 Me parece interesante la articulación que hace Juan Carlos Cosentino en
Construcción de los conceptos freudianos en relación al objeto de la pulsión.
Dice Cosen tino en ese texto "El objeto de la pulsión es variable. Incluso
Freud insiste, que si hay que introducir el objeto como un medio, con un
valor instrumental, de alcanzar la satisfacción, no se encuentra original-
mente enlazado a la pulsión, no hay connaturalidad entre pulsión y obje-
to. A partir de 'Tres ensayos .. .', este objeto tiene valor de condición para
la pulsión, lleva a que la pulsión se sostenga en ese movimiento circular,
tenga que rodearlo, deba ir y volver, parta de la fuente y vuelva a la fuen-
te para satisfacerse. Aunque si lo rodea no se satisface en el objeto, es la
excusa, se satisface en su propio trayecto. A la pulsión le hace falta el
objeto para satisfacerse, a pesar que de que no se satisface en dicho obje-
to. Entonces, este objeto, es un hueco que hay allí, un vacío. pero lo inte-
resante es que para Freud es ocupable por cualquier objeto y a dicho obje-
to lo va a llamar el objeto de la pulsión. La pulsión lo requiere como con-
dición. Se trata de esta presencia, de este vacío, de este hueco para llevar
a cabo su rodeo, y puede ser ocupable por cualquier objeto. Pasaje del
objeto en su valor de condición -como perdido- a su valor instrumental
-puede ser cualquiera". [Construcción de los conceptos freudianos, Manan-
tial, Bs. As., 1999,pág. 19].
84 LILlANA SZAPIRO
ción puede alcanzarse sin llegar a su meta, justamente porque es
pulsión parcial. " ..." " . "
Freud nos habla de pulsiones de meta ínhibida". Zielgenemmi",
"( ... ) procesos en los cuales se permite avanzar,un trec~o en el sen-
tido de la satisfacción pulsional pero que despues expenmentan una
inhibición o una desviación". No obstante en dichos procesos, "( ... )
va asociada una satisfacción parcial". (Ibíd.) Ese es el enigma de la
meta inhibida, la pulsión puede alcanzar la satisfacción sin alcanzar
su meta. La pulsión puede satisfacerse porque es parcial y porque su
meta está articulada a las fuentes.
"Pulsiones y sus destinos" no se limita a distinguir los cuatro tér-
minos a los que hice referencia en conexión con la p~lsión, adem.ás
puntúa cuatro destinos de la pulsión: el tr~s,torno haCIa. lo c~~trano,
la vuelta hacia la persona propia, la represion y la sublimación.
Al respecto Lacan subraya, en relación a la. inte~:ogación d~ la
cuestión de la satisfacción, el destino de la sublimación: en relación
a la sublimación, nos habla de la Befriedigung (satisfacción), que
introduce la idea de una paz que sobreviene.
Ya en la clase del 13 de mayo de 1964 del Seminario 11, Los cuatro
conceptos ... , para tratar de dar cuenta del tema d~ la.satisfacc~ón ~m
la sublimación, toma en relación a la meta dos termmos del mgles:
aim y goal, el fin y el blanco, y nos dice que en la sublimación se trata
de la diferencia entre ambos términos, que en alemán son Zweck y
Ziel. La Zweckmessigheit, la finalidad sexual, no está inhibida en la
sublimación, lo que está inhibido es el Ziel, el blanco.
En la sublimación, el objeto de la pretendida pulsión genital es lo
que puede ser extraído, sin que la pulsión pierda su c~pa~idad .de
Befriedigung, de la paz, alegría que adviene. Ya en el Semma-:1O 1~ dl~e
que "en la sublimación la satisfacción es reenc?~t,~ada sin rungun
desplazamiento, presión, defensa o transformaclOn . .
La satisfacción en juego en la sublimación es uno de los caminos
para aclarar las paradojas de la satisfacción pulsional. Así dice en la
clase del 22 de febrero de 1967 del Seminario 14, La lógica del fantasma,
que la sublimación es lo que nos permitirá comprender de qué se
trata lo que Freud articula como satisfacción en l~ repetición.
Dice ahí: "Qué es la satisfacción que Freud conjuga como esencial
en la repetición bajo su forma más radical, puesto que también es
bajo ese modo que él produce ante nosotros, la función de la
Wiedorholungzwang (la repetición) en tanto que engloba no solamen-
te tal funcionamiento localizable de la vida bajo el término de 'prin-
ELEME TOS PARA UNA TEORlA y CLÍNICA LACA lANA DEL FE ÓMENO PSICOSOMÁTICO 85
cipio del placer' sino que también sostiene esta vida misma de la que
todo indica, hasta en esto devenido verdad tangible, que no hay
nada material en lo que ella trata que al fin de cuentas no esté muer-
to, o sea que sea de naturaleza inanimada. Pero, sin embargo, es
claro que este material que ella junta no lo devolverá a su dominio
de lo inanimado más que a su manera, que es volver a pasar por los
caminos que ella edificó, teniendo la satisfacción por esencia, el que
ellos sean vueltos a recorrer". Nos aclara que Freud insiste en que la
satisfacción en juego en la repetición es de naturaleza sexual.
B) ACERCA DE LA COMPULSIÓN A LA REPETICIÓN
Para interrogar las paradojas de la satisfacción entonces, es
importante puntuar la cuestión de la compulsión a la repetición.
Para ello es central la reformulación de la teoría freudiana a par-
tir de "Más allá del principio del placer" (1920), donde Freud intro-
duce la cuestión de la pulsión de muerte. La introduce articulada a
la noción de compulsión a la repetición y a la reacción terapéutica
negativa.
Ya en el "Manuscrito K" (1896) Freud planteaba que en el apara-
to psíquico tiene que existir una fuente de desprendimiento de dis-
placer, independiente del principio de constancía.é En "Más allá del
principio del placer", Freud formaliza esa primera aproximación del
2 Según [ean Laplanche y [ean Pontalis en su Diccionario de psicoanálisis, el
principio de constancia es "Un principio enunciado por Freud, según el
cual el aparato psíquico tiende a mantener la excitación en él contenida a
un nivel tan bajo, o por lo menos, tan constante como sea posible. Esta
constancia se obtiene, por una parte, por medio de la descarga de la ener-
gía ya existente; por otra, mediante la evitación de lo que pudiera aumen-
tar la cantidad de excitación, y la defensa contra este aumento.
(... ) El principio de constancia guarda estrecha relación con el principio
del placer, en la medida en que el displacer puede considerarse desde un
. punto de vista económico, como la percepción subjetiva de un aumento
de tensión, y el placer como la disminución de dicha tensión. Sin embar-
go la relación entre las sensaciones subjetivas de placer y displacer apa-
reció, a la reflexión de Freud, como muy compleja; así un aumento de
tensión puede acompañarse de una sensación de placer. Tales hechos
obligan a establecer que la relación entre principio de constancia y el
principio de placer no es una simple equivalencia".
86 LILIANA SZAPIRO
"Manuscrito K" en relación a esa "otra fuente" que atestigua la
acción de tendencias situadas más allá, más originarias e indepen-
dientes del principio del placer, en relación a la pulsión de muerte.
En el "Manuscrito K", esa fuente de desprendimiento de displa-
cer está articulada a la compulsión de los síntomas de la neurosis
obsesiva.
En "Más allá... " el trabajo, la tarea del aparato psíquico, es la de
ligar la excitación de las pulsiones. En la compulsión a la repetición
se trata de ese fracaso. En el capítulo IV de "Más allá... rr plantea la
cuestión de la compulsión a la repetición como la irrupción en la
conciencia, siguiendo la vía en que había planteado la cuestión del
trauma externo, de energía no ligada, en la medida que las huellas
mnémicas reprimidas de vivencias del tiempo primordial no subsis-
ten en el aparato psíquico en el estado ligado, y en cierto modo no
son susceptibles del proceso secundario. Ubica allí un límite al pro~
ceso terapéutico del análisis. Tratará a la exigencia pulsional como SI
obrase desde afuera a la manera de un trauma exterior.
Planteará que la compulsión a la repetición es "más originaria,
más elemental" que "el propósito de ganar placer y evitar el displa-
cer, a partir de la disminución de la tensión". La compulsión a la
repetición está más allá del principio del placer
En "Más allá del principio del placer", en el capítulo V, plantea
claramente que la compulsión a la repetición en el marco de la cura
analítica " ... muestra un alto grado de carácter pulsional", contraria-
mente a lo que sucede en el niño en el cual la repetición de un cuen-
to constituía en sí misma una fuente de placer. Para ese adulto en
cambio, la compulsión a la repetición está articulada a un "más allá
del principio del placer".
La compulsión a la repetición, que es siempre para Freud co~-
pulsión al fracaso, es una de las vías que Freu~ encuent:a, como.dlJe
antes, así como la reacción terapéutica negativa para introducir la
pulsión de muerte.
La pregunta que se formula Freud acerca de la vía en que se
entrama la compulsión a la repetición con lo pulsional, lo lleva a
plantear la hipótesis de un carácter universal de las pulsiones: "Una
pulsión sería un esfuerzo inherente a lo orgánico vivo de reproduc-
ción de un estado anterior, que lo vivo debió resignar bajo el influjo
de fuerzas perturbadoras externas" .
Él planteará una nueva dualidad pul sianal, donde las pulsiones
de vida serán aquellas que se oponen y prolongan el camino ineluc-
table de las pulsiones de muerte hacia lo inanimado.
ELEMENTOS PARA UNA TEORfA Y CLÍNICA LACANlANA DEL FENÓMENO PSICOSOMÁTlCO 87
Lacan remarca en el Seminario 14, que Freud siguiendo a Bichat
considera que "la vida es el conjunto de fuerzas en que se significa
que la muerte sería para la vida su vía".
Esta nueva dualidad pulsional marca un viraje en la obra de
Freud; las anteriores eran: primero, pulsiones de conservación y pul-
siones sexuales, y luego, pulsiones del yo y de objeto.
En toda neurosis a partir de aquí, las pulsiones de vida y de
muerte estarán de alguna manera ligadas. De ahí la paradoja de la
satisfacción en el fracaso, en el "penar de más".
Es en relación a la pulsión de muerte que Lacan nos habla ya, en
el Seminario 11,de la noción de lo real. Nos dice entonces que lo real
es el obstáculo al principio del placer. Es ese real que está en juego
en la satisfacción paradójica que nos convoca en tanto que analistas.
Por otra parte, lo que va a remarcar Lacan en el Seminario 12
(abrevando en Freud) es que una situación que se repite como situa-
ción de fracaso, implica coordenadas no de mayor o de menor ten-
sión, sino de identidad significante como signos de lo que debe ser
repetido.
De lo que se trata en última instancia, en la compulsión a la repe-
tición, es de una repetición de goce. Es por eso que esta noción de
compulsión a la repetición y la satisfacción paradójica que ella con-
lleva, es central en la reformulación que él está haciendo en este
seminario de la noción de goce.
C) DEL VALOR DE GOCE, PLUS DE GOCE
Una cuestión central en su reelaboración de la noción de goce es
la del valor de goce que sienta las bases para su elaboración poste-
rior del objeto a como plus de goce. Para su elaboración toma de
Marx la noción de plusvalía, y de Lévi-Strauss la de intercambio de
mujeres entre los linajes, regida por las leyes elementales del paren-
tesco.
c.l. La plusvalía
La plusvalía es un concepto introducido por K. Marx en su obra
El capital. Es el beneficio que obtiene el capitalista con la venta de las
mercancías producidas por el trabajador.
Marx distingue dos tipos de valores en las mercancías: su valor
de uso y su valor de cambio.
88 LILIANA SZAPIRO
El valor de uso de una mercancía es su capacidad para satisfacer
algún tipo de necesidad humana, y el valor de c~bio, el v~lor .que
un objeto tiene en el mercado y que se mide en dinero, en términos
puramente cuantitativos. Hay objetos que tienen ,:,alor de uso per?
no valor de cambio, por ejemplo el aire que respiramos, los sentí-
mientos de las personas, etc.
El valor de cambio de una mercancía no depende necesariamen-
te de su valor de uso, de su utilidad social, por ejemplo, sino del
valor que tiene en el mercado, particularmente ~e su escasez o ?e su
abundancia, y de la cantidad de trabajo necesana para producirlo.
A este trabajo que socialmente se necesita para crear una mer-
cancía se le llama "trabajo general abstracto". La tesis marxista es
que en la sociedad capitalista, la fuerza de trabajo es una ~ercancía
más, y que como tal tiene valor de uso (que produce trabajo g.eneral
abstracto) y valor de cambio (lo que el capitalista paga al trabajador).
La diferencia entre el valor de uso del trabajo y el valor de cam-
bio es la plusvalía.
El valor de cambio, entonces, incluye a la plusvalía.
Lacan toma esta noción de plusvalía de Marx, como dije antes, para
su reformulación de la noción de goce. Puntualmente para su elabora-
ción de la noción de plus de goce. Así, como dije antes, él utiliza los tér-
minos marxistas, valor de uso, valor de cambio, plusvalía, como metá-
foras que le posibilitan la reelaboración de la noción de goce..
Él toma como sinónimos valor de goce y valor de cambio,
Así dice en la clase del 12 de abril de 1967: "Valor de goce, juega
ahí el lugar de valor de cambio". Valor de goce, entonc~s, ~n tanto
que sinónimo de valor de cambio. En ese valor de goce, siguiendo la
metáfora de la plusvalía, hay un plus en relación al valor de uso.
Plus articulado con posterioridad en el plus de goce.
Dice en la clase del 12 de abril: "Deben sentir enseguida, algo que
concierne al corazón mismo de la enseñanza analítica, esta función
de 'valor de goce', quizás está ahí lo que va a permitirnos formular,
de manera completamente diferente, de qué se trata en la castra-
ción".
Continúa en esa clase: "Quiero acentuar lo que esta ecuación de
dos valores, llamados de uso y de cambio tiene de esencial en nues-
tra materia. Supongan al hombre reducido a lo que es preciso decir
que jamás se lo ha reducido todavía, a la función de moneda de
intercambio, entre los animales domésticos. Dicho de otro modo, sir-
vámonos del inglés, como ustedes saben se dice: she-goat, para decir
cabra, lo que quiere decir: ella-carnero. Llamemos al hombre como
ELEMENTOS PARA UNA TEORIA y CLíNICA LACANIANA DEL FENÓMENO PSICOSOMÁTlCO 89
conviene he-man, es concebible instrumentalmente. De hecho, si hay
algo que da una idea clara del valor de uso, es lo que se hace cuan-
do se trae un toro para cierto número de servicios. Es singular que
nadie haya imaginado inscribir las estructuras elementales del
parentesco en esta circulación del omnipotente falo. ¡Cosa curiosa!
Somos nosotros los que descubrimos que este valor fálico, es la
mujer quien lo representa. Si el goce, entiendo el goce femenino,
lleva la marca de la castración, parece que sea para que de una
manera que llamaremos con Bentham, ficcional, la mujer devenga
eso de lo que se goza".
En la teoría psicoanalítica lo que circula es el falo, pero Lacan
aclara, tomando como otra metáfora los desarrollos de Lévi-Strauss
en relación a la circulación de las mujeres entre los linajes, que no es
el órgano sexual masculino lo que va a servir para esa especie de cir-
culación en la que se instaura el orden sexual, es la mujer en tanto
que ha devenido en esta ocasión ella misma, el lugar de transferen-
cia de este valor substituido al nivel de valor de uso, bajo la forma
del objeto de goce. Ese lugar de objeto de goce, tiene un valor fálico,
de fetiche. Desde el psicoanálisis es por ese valor fálico que la mujer
ocupa ese lugar de objeto de intercambio entre los linajes.
Lacan después de preguntarse porqué a nadie se le ocurrió ins-
cribir la circulación del falo en las estructuras elementales del paren-
tesco, en tanto que el falo es lo que circula, va a plantear que si la
mujer se ubica en su lugar de objeto de intercambio va a ser en fun-
ción de ese valor fálico que ella representa.
c.2. La sexualidad femenina. La mascarada
Así como señala el valor fálico que representa la mujer en el inter-
cambio entre los linajes, también señala ese valor en su posición en
relación al acto sexual
Así, ya en la clase del 12 de abril de 1967,anticipa sus desarrollos
posteriores en relación a la posición femenina explicitados en el
Seminario 20, Encare, remarcando el lugar de la mujer como objeto feti-
che. Es por eso que dice que en la posición femenina juega un rol tan
importante la mascarada, donde la mujer ocupa un lugar equivalente
a un objeto con valor fálico. Mascarada femenina que "la hace desde
siempre la portadora de alhajas", mascarada femenina de la que ya
había hablado en el texto "La subversión del sujeto ... ": "Tal es la
mujer detrás de su velo: es la ausencia de pene la que la hace falo,
objeto del deseo" (Escritos, t. II, Siglo XXI,Bs. As., 1989,pág. 805).
---
90 LIUAN A SZAPIRO
La mujer deviene, por otra parte, aquello de lo que se goza. Por
eso, es también a propósito de la mujer que Lacan diferencia el valor
de goce en tanto que subjetivo, "Yo gozo" o "Ella goza", del valor de
goce, en tanto que objetivo: "Gozar de ella". Esta última cuestión (la
del goce objetivo), la piensa articulada a la perspectiva jurídica, que
implica posesión, gozar de ...
c.3. El plus de goce y la falta
Lacan señala el 19 de abril de 1967, como dije antes, que el valor
de goce se articula a la falta marcada por el complejo de castración,
"dicho de otro modo -dice-la prohibición del autoerotismo, que se
aplica a un órgano precioso, que solo juega ahí el rol y función de
introducción del elemento de inauguración de un estatuto de inter-
cambio. Todo depende de lo que va a ser luego economía en el ser
hablado, cuando se trata de sexo".
Es decir, a partir de la falta, articulada en este momento de la
enseñanza de Lacan, a una prohibición, prohibición vehiculizada
por el complejo de castración freudiano, se instaura la economía de
goce de un sujeto: "Es claro que lo importante es ver la reversión que
resulta de eso que lleva el valor (-<p), en ese punto que constituye el
complejo de castración, algo que hace la distancia del a a la unidad
del sexo".
Así, recordemos que en las primeras clases de este seminario,
Lacan desarrolla la cuestión de la castración, articulada a la no com-
pletud, a que en la relación sexual, dos no hacen Uno. No hay uni-
dad del sexo. A partir de que se ponga en juego la castración (-cp) se
instaura una falta articulada a una pérdida (objeto a), que funda por
otra parte, la economía de goce de un sujeto.
D) DEL GOCE
Aclara Lacan que la palabra goce (en francés jouissance), presenta
sus paradojas: sugiere en la clase del 31 de mayo de 1967, que estu-
diemos la palabra en los diccionarios de la lengua francesa, el Littre3
y el Grand Robert y al respecto, dice: "Verán ahí (en el diccionario)
3 Definición de goce en el Littré: 1°Acción de gozar, satisfacción intelectual,
moral o sensual. 2° Acción de gozar de aquello que produce placer. 3°
Posesión y uso de alguna cosa. El goce de un privilegio, de un derecho.
ELEMENTOS PARA U A TEoRiA y CLíNICA LACANIANA DEL FENÓMENO PSICOSOMÁTICO 91
que su empleo más primitivo, remite por un lado a la alegría 'ioie', y
por el otro, a la de posesión y por ende a aquello de lo que se dispo-
ne". En relación a esta última acepción, podemos dar el ejemplo de
gozar de algún título jurídico o de algún papel que represente un
valor en bolsa o de una herencia. Gozar de una herencia implica
poder disponer de ella. El signo de posesión es también poder des-
prenderse de eso. Gozar de ... es, por lo tanto otra cosa que gozar.
"El goce exige -dice Lacan- la diferenciación del placer". El suje-
to está suspendido de una serie de modos o estados de insatisfac-
ción. Estos estados de insatisfacción son los que justifican la intro-
ducción del término goce, goce que paradójicamente resulta indis-
cernible del registro de la satisfacción.
¿Pero de qué tipo de satisfacción se trata en el goce? De una satis-
facción que está más allá del principio del placer. "La instancia de
satisfacción suspendida -dice Lacan-, no se sostiene más que por ese
nudo de enfermedades y sufrimientos". La paradoja es porqué el
sujeto busca esa satisfacción. Ahí el psicoanálisis.
Lacan remarca que si se ha introducido el goce es bajo el modo
lógico de lo que Aristóteles llama sustancia, algo que no puede ser
atribuido a un sujeto ni puesto en ningún sujeto.
El goce no es susceptible de más o de menos, no se introduce en
ningún comparativo. En ningún signo menor o mayor, o incluso más
pequeño o igual.
Cuando Lacan plantea que no hay goce más que del cuerpo, está
planteando que no hay goce más que del cuerpo en tanto que sus-
tancia gozante. Podemos pensar que plantear que no hay goce más
que del cuerpo implica llevar a su límite la apuesta de Pasca14: en la
medida que el cuerpo en tanto que sustancia tiene un término que es
4° Término jurídico referido al usufructo de un bien o alguna cosa. 5°
Término referido a las finanzas: Derecho a los intereses o dividendos de
una compañía o el tesoro público. "[ouissance de telle époque", se dice de la
época del año en que el tesoro público paga los intereses de sus bonos o
una compañía paga los dividendos de sus bonos o acciones. 6° Se dice de
un amor satisfecho. 7° En lenguaje libre, gozar de una mujer es tener
comercio sexual con ella.
4 El texto de la apuesta de Pascal es el siguiente: "Si no creemos en Dios y
existiese estaríamos condenados, si no existiese no ganaríamos ni perderíamos
nada. Si creemos en Dios y existiese ganaríamos el paraíso, si no existiese no
ganaríamos ni perderíamos nada. Con lo cual queda demostrado que es más ren-
table creer (ganamos o no) que no creer (perdemos o no)".
92 LILIANA SZAPIRO
la muerte, decir que no hay goce más que del cuerpo es negar la
posibilidad de un goce eterno.
Así dice Lacan: "Decir que no hay goce más que del cuerpo les
rehúsa los goces eternos, ahí está en juego lo que he llamado el valor
ético del materialismo, a saber tomar en serio lo que pasa en nuestra
vida de todos los días, si se trata del goce, de mirarlo a la cara y de
no expulsarlo a los pasados mañana que cantan". Cuestión impor-
tante para la clínica. , . .
Recordemos que Lacan plantea que el goce del cuerpo esta limi-
tado por la muerte, la castración, la falta. La cuestión del goce aco-
tado, la articula también Lacan en este seminario en relación al mito
de "Tótem y tabú". Él va a plantear el 26 de abril de 1967 que lo que
Freud trata de decir a través de ese mito, es que el goce no funciona
sino cuando es goce matado, "enlatado", "une jouissance canné".
Lo que designa Freud entonces con el mito del padre y su asesi-
nato, dice Lacan en la clase antes citada, es la función original que
nos permite articular "...10 que va a ser nuestro problema, a saber lo
que juega en las operaciones gracias a las cuales se intercambian, se
economizan y se invierten las funciones del goce tal como nosotros
tenemos que afrontarlas en la experiencia psicoanalítica".
E) SIGNIFICANTE, CUERPO y GOCE.
LA OPERACIÓN DE ALIENACIÓN
En "Los seis paradigmas del goce", J.-A. Miller subraya que el
Seminario 14 de J. Lacan: La lógica del fantasma pertenece a un
momento de su enseñanza donde se establece una relación primaria
entre el significante y el goce; a su entender, es un período qu~ ya
comienza en el seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa-
nálisis. Es entonces, dice Miller, cuando Lacan "... desmiente el cliva-
je del significante y el goce. Forja una alianza, una articulación estre-
cha entre el significante y el goce".
Es más, Lacan llega a decir, en el Seminario 14, que "toda la aven-
tura significante se inscribe, de entrada, en una tabla que es el cuer-
po mismo; y remarca que el efecto de la introducción del sujeto
determinado por la significancia es el de poner el cuerpo y el goce
en esa relación que ha sido definida por la función de la alienación" .
Las nociones referidas a la función de alienación-separación fue-
ron también, no casualmente, introducidas en Los cuatro conceptos ...
ELEMENTOS PARA UNA TEORíA Y CLíNICA LACANIANA DEL FENÓMENO PSICOSOMÁTICO 93
En el Seminario 14, La lógica del fantasma, la separación será articula-
da con la operación verdad. El advenimiento del sujeto no puede ser
pensado sino articulado a la alienación y la separación, que son los
dos momentos lógicos de la operación de castración.
En un primer tiempo, el de la alienación, el sentido articulado al
significante que está en la génesis del sujeto, determina la constitu-
ción del goce y el cuerpo; en un segundo momento lógico, el de la
separación, se produce el advenimiento del sujeto. Momentos estos
que están claramente explicitados en el esquema del cuadrángulo de
Klein que él desarrolla en las primeras clases del seminario de La
lógica del fantasma. Recordemos que llama aquí operación verdad a la
que antes llamaba operación de separación. Debemos recordar que
el cuadrángulo de Klein es un grupo matemático. Un grupo mate-
mático establece determinadas relaciones entre sus elementos. Este
cuadrángulo da cuenta por otra parte, articulada a las operaciones
de alienación y operación verdad, de una relación entre el ello, el
inconsciente y la función fálica.
ello
[
alienación
1 Operación verdad
alienación
-cp
sexo (rel. sexual)
94 LILIANA SZAPIRO
F) EL GOCE DEL AMO Y AQUEL DEL ESCLAVO
A propósito de la cuestión del goce, Lacan retama la dialéctica
del amo y del esclavo que Hegel desarrolla en el texto la Fenomeno-
logía del espíritu.
Se trata en Hegel, en la dialéctica del amo y el esclavo, de una
lucha a muerte por puro prestigio entre ambos. El goce, dice Hegel,
luego de terminada esta lucha a muerte por puro prestigio, será pri-
vilegio del amo, porque para el esclavo, su destino será el trabajo.
Pero Lacan remarca en el Seminario 14, que él diferencia la noción de
goce en Hegel de la utilización que él hace de ese término. Aclara
que él articula de una manera nueva la relación de la palabra goce a
lo que está para nosotros en ejercicio en el psicoanálisis.
Lacan reformula ciertas cuestiones en relación al goce articulán-
dolas a algunos puntos desarrolladas por Hegel en la dialéctica del
amo y el esclavo. Así, plantea que toda la dialéctica del amo y el
esclavo se instaura en relación a la posibilidad de matar a aquel que
es vencido. La cuestión comienza cuando no se lo mata. Lacan
remarca que el hecho de que no se haya querido arriesgar la apues-
ta de la muerte contiene todo el porvenir de la dialéctica en cuestión.
Es aquí donde dice que interviene el término goce. ¿Por qué Lacan
remarca esto? Porque en el contexto del Seminario 14, la apuesta de
la muerte funciona como una metáfora de la operación de castra-
ción. Así, llevar la apuesta de la muerte hasta el final, es poner en
juego la operación de castración y lo simbólico que la misma articu-
la. Si esta operación es fallida (como siempre lo es) queda un resto y
ese resto es el goce.
En relación al amo, dice Lacan: " ... en tanto que se funda en esta
marca del cuerpo que lo privilegia, que sea la marca subjetiva la que
de ahora en más domina todo lo que se va a tratar para el cuerpo,
que vaya ahí y no a otra parte y que sea libre o no de hacerla: he ahí
sin duda, lo que distingue al amo, porque el amo es un sujeto".
Entonces el amo está del lado del sujeto, de quien tiene la liber-
tad de hacerse responsable de su acto y de su decisión en relación a
la cesión de goce, pues es quien podría poner la muerte en juego.
Por otra parte, el esclavo es el encargado de alcanzarle al amo las
cosas de las cuales él dispone. El esclavo tiene un cierto acceso a la
cosa, al goce de la cosa vedado para el amo. Es a través de lo que
podemos considerar la "metáfora" del esclavo que Lacan arriba a la
idea de la articulación del goce y el objeto. Él plantea que el goce
ELEMENTOS PARA UNA TEORIA y CLINICA LACANlANA DEL FENÓMENO PSICOSOMÁTICO 95
subsiste solo del lado del esclavo, pero en relación a esos objetos que
se constituyen en el margen del cuerpo y que el esclavo provee al
amo. La metáfora del esclavo parece interesarle a Lacan porque el
ubica del lado del esclavo a los objetos a: así nos dice en la clase del
31 de mayo de 1967que "Nada puede retirar al esclavo la función de
su mirada, ni de su voz, ni de lo que tiene que ver con su función de
nodriza, porque es en esta función en que la antigüedad nos lo
muestra, ni tampoco su función de objeto eliminado, objeto de des-
precio".
PARA CONCLUIR
La reformulación de la noción de goce que J. Lacan realiza a par-
tir de la clase del 15 febrero de 1967de su seminario que abre la vía
para su posterior formulación de la noción de objeto plus de gozar,
nos permite un abordaje más preciso de la clínica. Si hay algo de lo
que se trata en la "experiencia psicoanalítica", es de la cuestión del
goce al cual un sujeto está anclado. Es ahí donde somos convocados
como psicoanalistas para poder operar en relación al mismo.
Bibliografía
FREUD, S.: "Tres ensayos para una teoría sexual", en: Obras completas, t. VII,
Amorrortu, Bs. As., 1991.
LACAN, J.: El seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoa-
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LACAN, J.: Seminario 14, La lógica del fantasma. Inédito.
LACAN, J.: "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo", Escritos 2, Siglo XXI
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BERCHERIE,P.: Génesis de los conceptos freudianos, Paidós, Bs. As., 1988.
COSENTINO,J. C, Construcción de los conceptos freudianos, Manantial, Bs. As.,
1999.
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1998.