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Lloyd
Profesor Emérito de la Universidad de Cambridge
Aristóteles
Desarrollo y estructura
de su pensamiento
1 prometeo)
~libros
CAPÍTULO VI. Lógica y metafísica
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CAPÍTULO VII. La física de la región celeste Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
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Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
CAPÍTULO VII. La física de la región celeste
conjunto como "más divino" y "más precioso" que los otros cuatro ele-
en los casos del movimiento "forzado" que en los casos del movimiento
mentos, y supone a los cuerpos celestes individuales, divinos y con vida
"natural". Pero el movimiento circular de los cuerpos celestes, al ser eter-
1 (Del Cielo l. 2 y II.l2).
no, no puede ser forzado. Por lo tanto debe $er natural. Aun así un
objeto que se mueve naturalmente en círculo no puede, sostenía Aristó-
La fuente del movimiento
teles, ser un elemento terrestre, o un compuesto de éstos~ Sus movimien-
tos naturales son hacia arriba o hacia abajo, desde o hacia el centro de la
La doctrina ~ristotélica del éter fue, en parte, un serio intento para
tierra, si aquellos se mueven en círculo, como cuando una piedra gira
encarar un problema, sin duda, muy difícil y explicar el movimiento
dentro de una honda, ese movimiento es, en parte por lo menos, forza-
aparentemente inmutable de los cuerpos celestes. Pero esta teoría del
do. Y, por ~o tanto, debe haber un quinto elemento que se mueva en
movimiento celeste está estrechamente ligada a su explicación sobre la
forma natural y continua en círculo.
fuente última del principio del movimiento. Negar la existencia del mo-
En la creencia de que los movimientos de los cuerpos celestes son
vimiento como los eleáticos habían hecho era, a su entender, un error
continuos, naturales y circulares; y que los movimientos naturales de los
evidente.
cuatro elementos terrestres son rectilíneos y discontinuos, Aristóteles con-
En Física VI. 9, en especial, considera con detenimiento los argumen-
cluye que los cuerpos celestes deben estar compuestos de un quinto ele-
tos de Zenón y los rechaza, señala además que negar la existencia del
mento, el éter. Pero si bien éste es el principal argumento teórico que lo
movimiento significa no hablar como un físico. "Considerar que el ser es
lleva a esta conclusión, otros factores empíricos influyeron también en su
uno e inmóvil", dice en Física 184 b 25 y sig., "no es parte de la física". En
~octrina. Sabía de la gran distancia que hay entre los cuerpos celestes y la
Física 253 a 32 y sig., lo afirma con mayor énfasis: "decir que todas las
t1erra, del ~.rolumen de. aquellos cuerpos comparados con~~ de la tierra y
cosas están en reposo, y buscar argumentos que lo demuestren, a pesar
de la atmosfera que la rodea. Uno de los argumentos que utiliza para
de los sentidos es signo de una inteligencia débil: al hacerlo se pone en
s?stener su doctrina del quinto elemento es que si el aire o el fuego, por
duda toda la investigación, no ya una parte de la misma, y se ataca no
eJemplo, fueran los constitutivos de estos vastos espacios entre la tierra y
sólo la física sino a la mayoría de las ciencias y las opiniones comunes
el círculo de las estrellas fijas, la tierra misma se habría destruido hace
que dan por sentado el movimiento". Toma como un dato de la física,
mucho tiempo (Mete. 340 I y sig.). Los cuatro elementos terrestres son
entonces, que el movimiento existe. En verdad siempre ha existido, en
cada uno caliente o frío, seco o húmedo y, para que esta situación conti-
Física VIII.l argumenta que el movimiento, o el cambio mismo, no pudo
n?e, debe h~~er un equilibrio aproximado entre ellos. El inmenso espa-
haber tenido comienzo, ya que el devenir implica un previo proceso de
CIO de la regwn celeste debe, entonces, estar lleno de algún otro elemento
cambio. Más precisamente, sostiene que algunas cosas, los cuerpos celes-
que no se caracterice por estas cualidades opuestas, ya que de otro modo
tes, están en eterno movimiento, mientras que otras, los objetos de la
los elementos del mundo sublunar se destruirían.
región sublunar, están algunas veces en movimiento y otras en reposo.
. ~na com~inación de argumentos abstractos y hechos empíricos per-
Más aún, si bien el movimiento no tiene un comienzo en el tiempo debe,
mitieron a Anstóteles sugerir que había un quinto elemento, el éter, dife-
no obstante, haber una fuente o principio del movimiento en el universo
rente de los cuatro elementos terrestres, primero porque no está caracte-
como un todo.
rizado por cualidades contrarias, y segundo, porque su movimiento na-
tural es circular y continuo, no rectilíneo y discontinuo. También consi-
El motor inmóvil
deraciones religiosas influyeron sobre é'l para que admitiera su existen-
cia. En Del Cielo 270 b 5 y sig., por ejemplo, sugiere que su doctrina del Éste es el punto de partida que Aristóteles toma para su famosa doc-
éter inmutable se adecua a las ideas populares sobre el carácter divino de trina del motor inmóvil. El problema originario es en parte física en lo
las regiones superiores y en Metaph. 1074 a 38 y sig. se refiere en forma que concierne al movimiento y al cambio, pero la cuestión de la fuente
aprobatoria a las creencias tradicionales, que suponen los cuerpos celes- del movimiento lleva a problemas ontológicos y teológicos, acerca de la
t~s como divinos, aunque rechaza los elementos fantásticos antropomór-
naturaleza de la sustancia primera y de dios.
ficos y zoomórficos de tales creencias. Por su parte, describe al éter en su
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CAPÍTULO VIl. La física de la región celeste Aristóteles. DesarroHo y estructura de su pensamiento
La conclusión del argumento de Física VIII por la que establece que El primer motor como causa final
hay un motor inmóvil es suficientemente clara: ~~Ya que el movimiento
debe existir y no debe cesar, debe haber algo n~cesario, sea uno o mu- En Metafísica L. 7 se da respuesta a la primera de nuestras preguntas.
chos, que haya iniciado el movimiento y este primer motor debe ser in- El motor inmóvil es causa de movimiento, pero no a la manera de una
móvil" (Física 258 b 10 y sig.). ¿Pero cómo llega Aristóteles a esta conclu- causa eficiente, sino como causa final, como objeto de deseo y amor. ¿Por
sión? Presupone que en cada instancia del movimiento o cambio de una qué, podríamos preguntar, no hizo Aristóteles de su primer motor una
cosa hay un motor, algo que inicia el movimiento o es causa del cambio. causa eficiente? Parece ser porque la causa eficiente actúa generalmente,
Aun en los objetos que se mueven a sí mismos se puede distinguir en según su modo de ver, al entrar en contacto con aquello que cam~ia.
forma conceptual entre aquello que es movido y aquello que inicia el Pero, en tanto hay contacto hay, supone, una reacción. Entonces, Sl el
movimiento. Sea lo que fuere movido, el hecho es que es movido por primer motor fuera una causa similar a las causas eficientes del movi-
algo. Pero la fuente primera del movimiento en el universo, ¿es un motor miento en el mundo sublunar, estaría en alguna medida afectado o mo-
en movimiento o inmóvil? Dos importantes consideraciones apuntan a la dificado por el movimiento que ocasiona, y Aristóteles no puede_ p~rmi
conclusión de que debe ser inmóvil. Primero, si estuviera en movimiento tir eso. Hay, no obstante, otra posibilidad que provoca el mov1m1ento
él mismo, de acuerdo al principio ya establecido del movimiento gene- como causa final. "El objeto de deseo y el objeto de pensamiento", señala
ral, debe haber otro motor que inicie su movimiento; a menos que conte- en Metafísica 1072 a 26 y sig., "mueven de esta manera: ~ueven sin ser
mos con el presupuesto de que el primer motor es en sí mismo inmóvil movidos (. .. ) aquello que parece ser bueno, es objeto de apetito, y aque-
nos encontraremos sumergidos en una regresión viciosa. llo que es realmente bueno es el primer objeto de deseo", Este Bien nos
El segundo de los argumentos fundamentales de Aristóteles (Física mueve, en un sentido, porque lo deseamos o aspiramos a él, es este mo-
257 b 6 y sig. y Metafísica L. cap. 6) proviene de la doctrina de la potencia delo, más que el modelo del artesano o de la causa eficiente, el que
y el acto. Repetidamente sostiene que el movimiento implica potenciali- Aristóteles utiliza para describir el modo en que opera el motor inmóvil.
dad, y que aquello que provoca el movimiento o el cambio debe ser, en Es una causa final pero en el sentido de un objeto o un ser cuyo bien es
cada caso, algo que es,· en sí mismo, acto. (1) En Física 257 b 9 y sig. meta de una acción particular; no es causa final de modo semejante a la
ilustra esta segunda doctrina con el ejempl~_de la causa eficiente: aquello del encargado de construir una casa, sino que es una causa final, a la
que es ya está caliente es lo que calienta ~ otra cosa. Sostiene que esto manera en que la salud es causa final o la meta de los ejercicios que. se
opera a modo de regla general, que la actualidad de una potencia se hace practican, o el bien al que tendemos con nuestras acciones. Tenemos ~ue
presente a partir de algo que ya está en acto. Más aún; (2) la primera imaginar que el motor inmóvil mueve a los cuerpos celestes como el b1en
causa del movimiento en el universo, debe ser acto, y no meramente nos mueve a nosotros, como objeto de deseo y de amor (Metaph 1072 b 3).
potencia,, ya que "si hay algo capaz de causar movimiento o de actuar Resumiendo, la doctrina Aristotélica que concerniente a la fuente del
sobre las cosas pero que no lo hace en acto, no habría [necesariamente] movimiento y del cambio es la. siguiente: la fuente última del movimiento
movimiento; por cuanto aquello que tiene una potencia no necesita po- en el universo, como un todo es un motor que es en sí mismo inmóvil.
nerla en acto" (Metafísica 1011 b 12 y sig.). Ambos argumentos indican Como causa final mueve los cuerpos celestes pues es objeto de deseo y de
que el primer motor debe ser en acto. Pero, qua acto, inmóvil. El movi- amor. Pero éstos, a su vez, transmiten el movimiento al modo de causas
miento y el cambio son la actualización de las p()tencialidades, un objeto eficientes. Los cuerpos celestes son "motores móviles", movidos por el
cambia o se mueve en tanto posee potencia, y si el primer motor tuviera primer motor, y a su vez, mueven otras cosas, los cuerpos celestes inferio-
alguna potencia, él mismo estaría en movimiento. Nuevamente, enton~ res y eventualmente la esfera sublunar. Los cuerpos celestes se mueven en
ces, a partir de la doctrina de la potencia y el acto, debemos suponer que movimiento eterno e imperturbable. El cambio existe sólo en la región
el primer motor es en sí inmóvil. - inferior a la Luna. Tanto- el movimiento como el cambio en la esfera
El primer motor es actualidad pura. Pero las dos cuestiones más im- sublunar, en último término, derivan de los movimientos de los cuerpos
portantes que resta considerar son: cómo causa el movimiento, y cuál es celestes. 1) El movimiento se transmite a la región sublunar por el con-
su naturaleza, es decir, ya que es en acto, qué significa ser en acto. tacto con la inferior de las esferas, la de la Luna. 2) En el mundo sublu-
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CAPÍTULO Vll. La física de la región celeste Aris'tóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
nar también hay cambio y variaciones a causa del "curso oblicuo" del sol, Hemos visto que el motor inmóvil mueve como causa final, es acto
es decir, de su movimiento en la elipsis. Es la cau$a eficiente de las esta- puro y su acto es razón o pensamiento. Pero, en Metafísica L, Arist~teles
ciones y del continuo ciclo del devenir y del dljar-de-ser en la esfera muestra ciertas dificultades para determinar la naturaleza del pensam1ento
inferior a la Luna. De este modo, al tiempo qu~ los cuerpos celestes se divino. Es importante reconocer que éste es un capítulo aporético, en ~1
mueven con movimiento eterno y circular, otros tipos de movimiento que está más abocado a plantear las dificultades que a ~esarrollar doctn-
tienen lugar en la región sublunar: la generación, la destrucción, el cre- nas positivas. y en algunos casos es difícil señalar cual es su respuesta
cimiento,. el deterioro y los cambios cualitativos entre otros. final a algunos de los problemas que ha planteado .. E_n ~1 Capítulo 7,
señalé que pensamiento y objeto de pensamiento son 1dent1c~s, esto con~
El primer motor como dios cuerda con la doctrina que expone en De Anima donde sug1ere que, as1
como el órgano de la sensación recibe el sentido y se tor~a ~déntico ~ las
El motor inmóvil es causa de movimiento como objeto de amor. Pero, formas sensibles, del mismo modo sucede con el pensam1ento, la razon-
0 aquella parte de la misma que llama razón pasiva- re~~be y se t~rna
¿cuál es su naturaleza? Es por supuesto, el ser más alto. Gran parte de la
discusión en Metafísica L se refiere a él, en género neutro, como to akine- idéntica a las formas inteligibles. Más adelante en Metafmca L. 9 sena la
ton kinoun. Pero, niás adelante, en 1072 b 24 y sig., encontramos un uso que dios es pensamiento del p~nsamiento, noesis n~e.s~os. ¿Qué quiere.
en masculino. Aristóteles pasa de hablar de la causa inmóvil a hablar decir Aristóteles con esta fórmula aparentemente estenl.
acerca de dios: theos. El ser más alto debe estar, cree, vivo. Es pura actua- El capítulo comienza planteando la cuestión de ~n qué ~iensa el pen-
lidad, pero no puede ser meramente inerte. Esto plantea cierto problema samiento divino: cuál es el· objeto de su pensam1ento. S1 no pensara
ya que cualquier tipo de. actividad o de vida puede implicar una falta de nada no sería mejor que un hombre cuando duerme. Pero, ento~ces,
completitud o de actualidad. Cabe suponer que, en tanto se ascriba· algu- qué ~iensa. El objeto de su pensamiento debe ser e~ mejor que hub:ere;
na actividad al ser más alto, esto sólo puede hacerse al costo de .disminuir pero esto es él mismo. "Y, entonces, se piensa as~ m1smo, al ver qu~ el e~
sus derechos al título de "acto puro". Pero éste no es el caso. Hay una la cosa mejor y su pensamiento es un pensam1ento del pensam1ent~
actividad que consiste en actualidad continua, la actividad intelectual o (Metafísica 1074 b 33 y sig.). Pero a continuación señala que _to~a cogn1.;.
pensamiento: noesis. El pensamiento no involucra ni movimiento ni cam- ción parece serlo de algo diferente y solo casualmente de ~l ~usmo. El
bio. Aristóteles lo interpreta comó la recepción de las formas inteligibles conocimiento que, por ejemplo, un médico posee es conocu~ue.nto acer-
por la mente; esta actividad puede ser, y en el caso de dios lo es, continua ca de la salud, pero es secundario que sepa que tal conoc1m1ento sea
y, aún más, superlativamente placentera. Ésta es, entonces, la actualidad sobre la salud. Sugiere, de este modo, que no es así en todos los ca~os.
del motor inmóvil. En Metafísica 1072 b. 13 y sig., señala: Algunas veces es el conocimiento mism~ del" obj.eto que es cono~1do.
"Donde no es material aquello que se p1ensa , d1ce al tratar el m1smo
"De tal principio, entonces, el cielo y la naturaleza dependen. Y su vida problema en De Anima (4 30 a 3 y sig.), "aquello que pi~nsa Y aquello en
es lo mejor, que nosotros tenemos por un corto tiempo. Pero está siem- qué se piensa son uno y el mismo". Un ejempl_o ?odna ser co~oc.er el
pre en este estado, mientras que ello es imposible para nosotros(. .. ). Y principio de contradicción o un teorema. geometnco. Tal conoc1m1ento
pensar en sí mismo, concierne a aquello que es mejor en sí mismo, y puede, en verdad, ser meramente potene1al. Pero cuando es actual po-
pensar en el sentido más alto con aquello que es mejor en el sentido más seemos el conocimiento no sólo a la manera en que el hombre que duer-
alto. Si, entonces, dios está siempre en ese estado bueno en el que noso-
me posee la vista, sino a la manera en que la posee e~ h?mbre que está e~ .
tros estamos solo a veces es maravilloso. Y es en verdad así. Y la vida
acto viendo; entonces el objeto conocido no se d1st1ngu.e del co~ocl
también le pertenece. La actualidad de la razón es vida y él es esa actua-
miento de aquel. En estos casos, el pensamiento es idéntico a .su obJeto,
lidad y su actualidad esencial es la vida mejor y eterna. Sostenemos,
entonces, que dios es un ser viviente, eterno, máximo de bondad, y por y esto sucede en dios, el objeto de cuyo conocimient~ es él m1smo. .
lo tanto, la vida, la duración continua y eterna pertenecen a dios. Porque ·En qué medida este aspecto de la Metafísica contnbuye a la doctnna
esto es dios." del "motor inmóvil? Por cierto, cuando Aristóteles muestra que el objeto
del pensamiento divino no puede ser otro que él mismo, la doctrina
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CAPÍTULO VIl. La física de la región celeste Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
tiene una consecuencia muy importante. Claramente, dios no puede te- Se considera que fue Platón quien, en la Academia, propus() a sus alum-
ner conocimiento de cualesquiera sucesos del mundo de la experiencia nos este problema: ¿cuáles son los movimientos uniformes y or.de~ados
humana. Pero la fórmula "pensamiento del pe!fsamiento" parece contri- que debemos presuponer para poder explicar los aparentes ;n~vimie.ntos
buir menos á la comprensión de la naturaleza; del motor inmóvil que a de los planetas? La solución de Eudoxo parece ser la mas mgenwsa.
un modo de retomar en forma algo dramática y paradójica el mismo Presupuso que los movimientos complejos y las aparentes rutas del Sol,
punto: el objeto del pensamiento divino debe ser el mejor objeto, enton- la Luna y cada uno de los planetas eran el producto de los ~ovimient.os
ces debe ser él mismo. El punto álgido de su discusión sobre este tópico simples y circulares de un cierto número de esferas concéntncas_. La Tie-
parece centrarse en el problema, más aparente que real, de si el pensa- rra reposa en el centro de las mismas y sus ejes se inclinan hacia uno u
miento divino es actividad o contenido. Allí donde el objeto de pensa- otro lado mientras sus velocidades de rotación diferían. Para cada plane-
miento .no es material, el pensamiento y el objeto de pensamiento son ta, propone la existencia de cuatro esferas. El planeta mismo es imagina-
indistinguibles. Esto puede verse en ejemplos sobre conocimientos tea- do como yaciendo sobre el ecuador de la esfera inferior, pero su curso
réticos en acto. También, en el caso del pensamiento divino, Aristóteles visible está determinado por la combinación de los movimientos de todas
parece sugerir que la pregunta por la actividad o el contenido plantea un las esferas. Este modelo le permite explicar un notable número de fenó-
falso dilema ya que ambos son idénticos. menos, que en la actualidad, por supuesto, tienen una diversa explica-
ción. En pocas palabras, la primera esfera, la más exterior, explica en
El número de los motorés inmóviles cada caso el fenómeno de la rotación diaria de cada uno de los planetas
sobre su eje. La segunda produce el movimiento aparente del planeta a lo
Hasta ahora he hablado de un sólo motor inmóvil. Pero, ubicado en- largo del zodíaco. La tercera y la cuarta pretenden dar explicación a l~s
tre el capítulo 7, donde define por primera vez el modo en que opera el principales irregularidades en el movimiento de lo~ planetas.: las con~ci
motor inmóvil y el capítulo 9, en el que plantea una serie de difíciles das estaciones, las retrogradaciones, las aparentes Interrupcwnes Y VIra-
problemas acerca de la naturaleza del pensamiento divino, hay un capí- jes hacia el Oeste por un breve lapso de tiempo del curso hacia el Este d.e
tulo dedicado extensamente a la cuestión del número de motores inmó- las constelaciones. La figura que produce la combinación de los movi-
viles. Mientras que el movimiento de la esfera exterior de las estrellas fijas mientos de estas dos esferas fue llamada "freno de caballo" -una especie
es simple, los movimientos de los planetas, el sol, y la luna son más de figura tridimensional en ocho- y en verdad esto puede brindar u~a
complejos. Un motor inmóvil, el primero, pone en movimiento la esfera aproximación bastante buena a las rutas seguidas por los planetas a traves
exterior a modo de causa final, y esta esfera mueve sucesivamente a cada de las constelaciones.
esfera inferior. Pero esto no explica los varios movimientos independien- N 0 es necesario detenerse en los detalles de la teoría de Eudoxo·, pero
tes de los planetas, el sol y la luna, para los cuales otros motores inmóvi- el número total de esferas que se requería era veintiséis o veintisiete si se
les son necesarios, uno por cada movimiento simple que conforma sus incluye la esfera exterior de las estrellas fijas. Había cuatro esferas para
cursos aparentemente complejos. cada uno de los cinco planetas conocidos y tres para el Sol y la Luna. Por
El problema de determinar el número de esos movimientos es, como su parte, Calipo percibió que algunos fenómenos no podrían explica~se
lo señala en Metafísica 1073 b 3 y sig., un problema de astronomía más con el sistema de Eudoxo. Dos de las dificultades mayores eran la In-
que de la ciencia que trata de la sustancia qua sustancia. Pero aborda exactitud de las estaciones y las retrogradaciones de los planetas más
ciertos detalles comenzando con una referencia sumaria a las teorías de cercanos, en especial Marte. Esto lo llevó a incorporar dos esferas más al
Eudoxo y Calipo. Sol y a la "tuna·, y otra para cada uno de los planetas más próxi~os:
En la historia de los intentos de explicación de los movimientos com- Marte, Venus y Mercurio, llevando el total de esferas al número de tremta
plejos de los planetas, el trabajo de Eudoxo reviste especial importancia. 9
y tres. , . .
9
Ambas teorías eran construcciones puramente matematicas. Nmguno
El trabajo clásico en la historia de la astronomía es el de T.L.Heath Aristarchus of Samas,
Oxford, 1913, pero un resumen explicativo excelente del sistema de Eudoxo es el de
de los dos astrónomos dijo nada acerca de la mecánica de los movimien-
Marshall Clagett Greek Science inAntiquity, London, 1959. tos celestes, acerca de la naturaleza de las esferas concéntricas o acerca de
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CAPÍTULO VIl. La física de la región celeste Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
la transmisión de los movimientos de una a la otrq.. La contribución de elevado, ya que un análisis muestra que la primera esfera de cada planeta
Aristóteles fue convertir lo que había sido una teo~ía matemática en un exactamente reduplica el movimiento de la última esfera reactiva del pla-
mo~elo totalment: -~ecánico. Como ya hemos ,.Jisto, se preocupó por neta anterior: ambas se mueven con el movimiento del círculo exterior
exphcar la transmiswn del movimiento de la esfera exterior a la región de las estrellas fijas. Más aún, cuando leemos en Metafísica 1074 a 12 y
sublunar. Pero tan pronto como las esferas de Eudoxo se conciben como sig. que "si no se agregan los movimientos extra del Sol y la Luna a los
concéntricas en un sistema mecánico, el movimiento de cada uno de los que nos referimos, el número de esferas es de cuarenta y siete", o el texto
cuerpos celeste_s se ve afectado no sólo por su propia esfera, sino por las está alterado y deberíamos leer ennea, nueve, en lugar de hepta, siete o
esferas que estan sobre él. Así Aristóteles se vio obligado a introducir un según parece, Aristóteles, cometió un error. Las esferas extra a las que se
número de esferas de "reacción", con el propósito de cancelar los movi- refiere son las dos que corresponden al Sol y a la Luna, introducidas por
mientos de ciert~s es~eras primarias: esto se logró presuponiendo (1) que Calipo más las esferas reactivas; pero es aquí donde radica el error ya que
cad~ esfera reactiva tiene el mismo eje que la primera esfera sobre la que las esferas deberían ser dos, porque como la Luna no tiene esferas reacti-
actua Y (2) que rota a la misma velocidad pero en sentido contrario. vas, el número total sería de seis y no de ocho, número menor aun que el
Pensó qu: en cada caso -a e~cepción de la Luna que por ser el cuerpo original de cincuenta y cinco.
celeste mas cercano no necesita una esfera que retrotraiga su movimien- Sería un error presuponer, no obstante, que Aristóteles consideraba o
to- las esferas reactivas deben ser una menos que las primarias que tomó creía que en Metafísica L. 8 abía resuelto en forma exacta o definitiva el
de _Eudoxo_ y ~alipo. El número total de esferas primarias y reactivas, problema astronómico. El objeto de su discusión es descubrir el número
asciende asi a Cincuenta y cinco o cincuenta y seis si se incluye la esfera de motores inmóviles que se requieren para explicar los movimientos de
de las estrellas fijas, utilizando la versión de Calipo para el sistema; en los cuerpos celestes; el espíritu con el que se aproximó a este problema
caso de que no se agreguen esferas extra para la Luna y el Sol, el número puede juzgarse a partir de dos pasajes. Primero, al comenzar su análisis
total sería algo menor. 10 (1073 b lO y sig.) señala que hará una referencia a lo que ciertos matemá-
A primera vista todo este aparato de esferas concéntricas parece suma- ticos -esto es los astrónomos- dicen acerca de los movimientos de los
~ente torpe. Pero dada la complejidad de los fenómenos que explica, el cuerpos celestes: "tal que podría ser un número definitivo para que la
sistem~ es sumamente económico en el número de principios que em- mente los captara. Pero respecto de lo restante, debemos investigar algu-
plea; aun cuando sea elevado el número total de esferas para los cuerpos nas cosas nosotros mismos y aprender otras de aquellos que las investiga-
celestes, de todos modos, el crédito por todo el sistema matemático aun- ron, y ver si esos estudiosos llegan a conclusiones que entren en conflicto
que ingenuo, pertenece a Eudoxo y no a Aristóteles. ' con nuestras afirmaciones presentes, debemos amar a ambas partesl pero
En lo que respecta a la versión aristotélica de la teoría, los detalles debemos creer a aquellos que den explicaciones más exactas": Más ade-
presentan algunas dificultades. El número de esferas parece demasiado lante, en 1074 a 14 y sig., después de exponer su propia versión del
sistema concluye: "dejemos que sea éste el número de esferas; ya que
sería razonable presuponer tales sustancias inmutables y principios. Pero
El_nú_mero de esferas que se r~quiere en los tres sistemas astronómicos de Eudoxo, Calipo
10
debemos dejar para pensadores más agudos la demostración de su nece-
Y Anstoteles, en honor a la clandad, puede exhibirse en la siguinte tabla:
Eudoxo Calipo Aristóteles
sidad", es decir, la prueba que establezca cuántas esferas hay y porqué
Primarias Reactivas . debe haberlas. Aristóteles deja en claro que, en lo concerniente a cuestio-
Saturno 4 4 4 + nes astronómicas, habla más o menos como hombre común. Aunque,
3
júpiter 4 4 4 + 3 frecuentemente, su teoría fuera tratada como una afirmación ex cathedra
Marte 4 S S + 4
Venus 4 S S
por los escritores posteriores, por ser ellos mismos pensadores dogmáti-
+ 4
Mercurio 4 S S + 4 cos, Aristóteles evidencia estar lejos del dogmatismo en lo concerniente a
Sol 3 S S sus detalles astronómicos. En verdad, señala claramente que su exposi-
+ 4
Luna 3 S S ción del problema debe ser considerada provisoria.
+
26 33 33 + 22 =SS
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CAPÍTULO Vll La física de la región celeste Aristóteles. Desarrollo y estructura ele su pensamiento
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CAPÍTULO VIl. La física de la región celeste
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CAPÍTULO Vlll. La física de la región sublunar Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
la luna está constituida por los cuatro elementos Sl;lblunares, y estos cua- cuando consistan en éter, los cuerpos celestes más lejanos, de algún modo,
tro elementos están continuamente interactuanqb uno con el otro, ya logran afectar la región sublunar; pero no podía dejar de lado la doctrina
que poseen cualidades contrarias, ser calientes o 1fríos, húmedos o secos. del éter, sin tener que resolver una dificultad mayor aún, es decir: expli-
Pero en la esfera de la luna o inmediatamente/ por encima de ella, los car el movimiento circular continuo.
elementos sublunares dejan su lugar al quinto elemento, el éter; no obs-
tante, el modo en que esto es posible presenta algunos problemas no La tierra
resueltos en su teoría. El éter se mueve continuamente en círculo, y no
acepta cualidades contrarias: caliente-frío; húmedo-seco; aún así, sin En la región sublunar, las masas más importantes de los cuatro cuer-
embargo, transmite el movimiento a los elementos sublunares y en ver- pos simples ordenados en forma descendente son fuego, aire, agua, tie-
dad lo hace sin que se vea afectado por aquéllos o sus reacciones. rra. Cada uno de estos elementos posee la tendencia natural de moverse
Una segunda dificultad en la teoría de Aristóteles es que no es el hacia arriba o hacia abajo, en búsqueda de su "lugar natural"; pero de las
cuerpo celeste más cercano el responsable por los cambios en la región variaciones causadas por el sol en la región sublunar, la más notoria es la
sublunar, sino el segundo en distancia, el sol. Y aún así, podríamos pre- de la temperatura; otras afectan los elementos que no logran separarse
guntar si el movimiento del sol en el eclíptico puede transmitirse a la por completo. La masa principal de la tierra, en el sistema aristotélico,
región sublunar cuando la luna se interpone, y aún cuando deliberada- como en todos los sistemas a.nteriores, con excepción del de los pitagóri-
mente ha introducido las esferas "reactivas" a fin de anular los efectos de cos y del filolaico, es imaginada en el centro del universo. En esto Aristó-
cada uno de los cuerpos celestes que se encuentran más alejados respecto teles se vio influenciado por la obse-rvación de que los objetos pesados
de los movimientos de los que se encuentran más cercanos. Aquí nueva- caen hacia abajo en línea recta, de modo que afirma que la tierra y las
mente nos presenta una respuesta poco satisfactoria; y, en verdad, no cosas hechas de tierra deben comportarse siempre y en todo lugar de la
discute el problema en ningún momento, no pudiéndose conjeturar cómo misma manera; cuando no hay impedimentos, se mueven hacia abajo en
habría resuelto tal dificultad. búsqueda de su "lugar natural". Esto le permitió concluir que la tierra
En tercer lugar, ¿cómo pueden emitir los cuerpos celestes luz, y en el está en reposo en el centro del universo. Aristóteles no creía que la tierra
caso del. sol, también calor si, de consistir en éter ellos mismos, no po- fuera plana. Por el contrario, presenta la primera exposición razonable
drían calentarse? Este problema se trata en Del Cielo II.7 donde sugiere de la doctrina de la esferidad de la tierra. Basó esta doctrina en varias
que el calor y la luz que emiten son producidos por fricción. Presenta consideraciones: primero, llamó la atención sobre el hecho de que los
una comparación con los proyectiles en vuelo, y en realidad, es cierto eclipses de luna, que sabía causados por la interposición de la tierra
que a altas velocidades la fricción producida por un objeto en movi- entre el sol y la luna, muestran una línea curvada (Del Cielo 297 b 24 y
miento a través del aire se acompaña con un gran calor, gráficamente sig.). En segundo lugar, notó que cambios de posición bastante pequeños
ilustrado por un cohete al reingresar a la atmósfera de la tierra. Pero por parte del obserVador llevan a diferencias perceptibles en la posición
observa que la analogía con el objeto en vuelo no es exacta, ya que los de las estrellas visibles sobre el horizonte, a partir de lo cual puede inJe-
cuerpos mismos se calientan, y niega la posibilidad de que esto suceda a rirse (l) que la superficie de la tierra es convexa y (2) .que la tierra es
los cuerpos celestes. Sugiere, no obstante, que el aire y el fuego de la diminuta en comparación con la esfera de las estrellas fijas (Del Cielo 297
región inmediatamente inferior al éter de algún modo son afectados por b 30 y sig.). Aquí, había pues dos pruebas que contribuían a la evidencia
el movimiento de los cuerpos celestes. de la conclusión de la esfericidad de la tierra. Pero su principal argu-
Podemos señalar un número importante de problemas que Aristóteles mento, o por lo menos uno de los que le llevó más tiempo de elaboración
deja sin resolver respecto de la relación entre los cuerpos celestes y el (Del Cielo 297 a 8 y sig.) es de orden teórico. El trayecto de un cuerpo en
mundo sublunar. Pero, aunque tenía presentes por lo menos alguna de caída es una línea recta dirigida al centro del universo. Por lo tanto dos
estas dificultades, no modificó aspectos esenciales de su teoría. El sol, cuerpos que se dejan caer uno al lado del otro no caen en dos líneas
obviamente, es el responsable por el cambio de las estaciones en la tierra, paralelas, sino en líneas que forman un pequeño ángulo, líneas que con-
y los cuerpos celestes, como un todo, evidentemente emiten luz. Aún vergirían en el centro del universo. Imagina cómo se comportaría la tierra
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CAPÍTULO Vlll. La física de la región sublunar Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
si estuviera distribuida a través de todo el universo, y sugiere como resul- llegó a la doctrina de los cuatro "cuerpos sjmples", tierra, agua, aire y
tado de esta prueba imaginaria la formación de ¡un cuerpo aproximada- fuego? Anteriormente, ya Empédocles había sugerido que estas cuatro
mente esférico en el centro del universo. Si hub~era una masa más grande sustancias eran las "raíces" de todas las cosas; y Platón también _dio por
en una parte que en otra, la más grande empujaría a la pequeña hasta supuesto que las otras sustancias eran compuestos de. esas cuatro, aun-
que se produjera el equilibrio en torno al centro. Por lo tanto, aunque la que creía que ellas mismas no eran simples, sino consecuencia de dife-
cantidad total de tierra estuviera originariamente distribuida, la masa del rentes combinaciones de triángulos primarios. Otros físicos, no obstante,
cuerpo resultante de tierra acumulada debe ser similar en todos sus la- ignoraron la teoría de Empédocles. Los atomistas, en particular, sugirie-
dos. El cuerpo debe, de hecho, ser una esfera. ron que todas las aparentes diferencias entre los objetos físicos derivaban
La tierra es pues una masa esférica, no de gran tamaño, que está en de diferencias últimas en la forma, posición y ordenación de partículas
reposo en el centro del universo. Se sigue de la doctrina de la tendencia sólidas, inalterables y homogéneas: los átomos. Mientras que la explica-
natural de la tierra a moverse hacia el centro del universo que la tierra es ción platónica de los compuestos estaba en deuda con Empédocles, su
única; en realidad esta doctrina brinda a Aristóteles las bases necesarias doctrina de los constitutivos últimos de los objetos materiales estaba más
para los argumentos que establecen la unicidad del universo como un en deuda con la teoría de los atomistas, con los que compartía también
todo (Del Cielo 1.8). En lo que respecta al tamaño de la tierra, se lo descri- su base matemática. Para Platón, las otras diferencias se derivaban, por
be como "no grande en comparación con otras estrellas" (Del Cielo 298 a 19 último, de las diferencias en la forma geométrica de los triángulos prima-
y sig.), y registra una circunferencia estimativa, diciéndonos que los matemá- rios y de los sólidos que aquéllos componían.
ticos la han calculado en 400.000 estadios. Aunque no nos dice el método El retorno de Aristóteles a una teoría cualitativa de la materia, des-
por el cual se llegó a esta cifra, presumimos que fue similar al modo de las pués de una explicación cuantitativa y matemática por parte de los ato-
estimaciones posteriores; es decir, basándose en la medición de las diferen- mistas y de Platón, ha sido con frecuencia presentado como un retroceso.
cias de elevación de la misma estrella, observada desde diferentes puntos Pero esto no resulta enteramente justo. Las teorías atomistas de Demócri-
sobre un mismo meridiano. En verdad, no es sorprendente que el resultado to y de Platón fueron sin duda más ingeniosas pero fueron también espe-
obtenido haya sido inexacto. Sobre la interpretación más probable del valor culaciones puras incapaces de pasar cualquier prueba. Damos por senta-
del "estadio" en cuestión, la circunferencia se calculó como casi del doble de do que a la larga el atomismo resultó ser más fructífero que las teorías
su longitud real; aproximadamente 46,000 millas inglesas, comparadas con cualitativas de la materia, pero a corto plazo, la doctrina que Aristóteles
el diámetro real de la circunferencia ecuatorial, de aproximadamente 24,902 propuso debe haber parecido en varios aspectos más promisoria. Cierta-
millas inglesas. Los astrónomos griegos posteriores hicieron cálculos mucho mente, sus explicaciones de los componentes últimos de la materia y de
más exactos a la dimensión correcta, pero considerando que ésta fue la pri- los cambios que afectan los elementos deben haber parecido más próxi-
mera medición estimativa de la circunferencia de la tierra, podemos consi- mas a aquello que en verdad puede observarse. Es obviamente cierto que
derarla un logro meritorio. Como un interesante corolario a esto, Ross y otros de cualquier objeto físico puede decirse que es caliente o frío, húmedo o
han señalado que el capítulo del Del Cielo en el que se discute el tamaño de seco, mientras que asociar las propiedades físicas de. las sustancias con
la tierra estimuló a Colón a realizar su viaje. Aunque la propia estimación de formas geométricas debe haber aparecido como algo_ arbitrario. Igualmen-
Aristóteles acerca de la circunferencia de la tierra fue excesiva, señaló que te, las explicaciones cualitativas de los cambios observables como la eva-
había quienes creían "que la región que rodea los Pilares de Heracles se une poración del agua y su condensación en lluvia deben haber parecido más
a la India, y que el océano es uno sólo", y expresa la cautelosa opinión de plausibles que cualquier explicación matemática de esos cambios. Si te-
que esta postura "no es enteramente increíble" (Del Cielo 298 a 9 y sig.). nemos en mente que no estamos tratando con elementos químicamente
puros, no es demasiado errado o inadecuado asociar tres o cuatro cuer-
Los elementos pos simples con los tres estados primarios de la materia, "tierra" con el
estado sólido, "agua" con el líquido, "aire" con el gaseoso; el "fuego"
Es tiempo de regresar a la física y la química de la región sublunar, considerado como una sustancia más que como un proceso era, natural-
aunque primero abordaremos la teoría aristotélica de los elementos. ¿Cómo mente, tratado como un cuarto cuerpo simple a la par que los otros tres.
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CAPÍTULO Vlll. La física de la región sublunar Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
Por último, Aristóteles sienta las bases para algun~s investigaciones deta- N o obstante la deuda que tiene Aristóteles con las doctrinas anterio-
lladas y extensas en física, no sólo propias, sino/ también de otros estu- res basádas en el fuego, el· aire, el agua y la tierra, la manera en que
diosos que adoptaron su doctrina. Mientras qu~lla doctrina de Demócri- construye e intenta justificar su teoría es original.
to no era de mucha utilidad para la investigación práctica de los consti- Analiza los cuerpos físicos en términos de contradicciones sensibles y
tutivos naturales de la materia, la teoría cualitativa de Aristóteles, aún cuan- la razón por la que hay cuatro cuerpos simples surge de la imposibilidad
do fuera algo vaga o general, sirvió como hipótesis de trabajo para varias· de derivar todos los contrarios sensibles a partir de un número inferior
investigaciones, comenzando por aquellas cuyos resultados se relatan en el de dos pares primarios: caliente-frío y seco-húmedo. Mientras que el
libro cuarto de las Metereoiógicas y en Sobre Ias Piedras de Teofrasto. fuego, el aire, el agua y la tierra son las sustancias naturales más simples,
La explicación de Aristóteles· acerca de los constitutivos de los objetos cada una de éstas es concebible poseyendo o consistiendo en un par de
materiales era menos ambiciosa y menos especulativa que la mayoría de cualidades. La materia sin cualidades, como ya he señalado, es una abs-
sus teorías rivales en un aspecto por lo menos, esto es, permaneció más tracción: aunque desde el punto de vista lógico pueda ser imaginada una
próxima a lo que podía observarse directamente, es decir, a las cualida- materia sin cualidacles de ningún tipo, de hecho de tal modo nunca
des perceptibles de las cosas. Y aún así, los argumentos con los que sus- existe. Los ladrillos a partir de los que se construyen los objetos materia-
tenta su doctrina de los cuatro elementos simples en Sobre Ia Generación y les son estos cuatro elementos simples.
Ia Corrupción son altamente abstractos. Quizá, el aspecto más importante Las líneas generales de su teoría de los constituyentes últimos de la
de su argumento sea el modo en que presenta el problema. "Buscamos", materia son bastante claras, pero debemos considerar aho!a cómo se apli-
dice, "los principios de los cuerpos perceptibles, esto es, de los cuerpos can en la práctica sus ideas aéerca de los cambios y las combinaciones
tangibles" (GC 329 b 7 y sig.). El problema es encontrar los principios de que sufren los cuerpos simples. Primero sostiene que los cambios pue-
los cuerpos perceptibles y la discusión se mantiene dentro del marco de den y tienen lugar entre los cuerpos simples mismos; el agua puede con-
una discusión acerca de las cualidades sensibles de los objetos físicos. vertirse en aire, por ejemplo, o el aire en agua. En esto, su teoría difiere
Analiza las cualidades sensibles, como a todas las cualidades, en tér- de la de Empédocles pero se parece a la de Platón, quien permite que los
minos de pares de contrarios: dos términos opuestos de una escala. Por cambios tengan lugar entre tres de los cuatro elementos simples, con
lo tanto, sostiene que los principios de los cuerpos sensibles serán ciertos excepción de la tierra. En verdad la teoría de Aristóteles de las cualida-
contrarios también perceptibles; hay un importante número de ellos, por des primarias la diseñó en parte, podríamos suponer, para permitirle
ejemplo, duro y blando; áspero y suave; pesado y liviano; viscoso (o explicar tales cambios. Tomemos el cambio que describió como e_l de
pegajoso) y quebradizo (GC 329 b 18 y sig.). Luego, mediante un inge- agua tornándose aire cuando -a causa del sol- el agua se evapora" por
nioso análisis, reduce los tipos de contrarios sensibles a dos pares: ca- ejemplo, o cuando hierve en una tetera. Lo interpreta como un cambio
liente y frío; seco y húmedo. Así, lo quebradizo, según sugiere, deriva y de lo frío y húmedo a lo caliente y húmedo, esto es, la sustitución del frío
puede reducirse a lo seco y lo viscoso deriva de lo húmedo. Nuevamente por el calor. Este cambio puede producirse en sentido inverso, del frío al
lo suave se reduce a lo húmedo y lo duro a lo seco. Concluye su discu- · calor, como en el ejemplo del agua-vapor, como deberíamos llamarlo,
sión (en GC 330 a 24 y sig.) diciendo: "es evidente que todas las otras aunque se condensa y forma lluvia, o cuando el vapor de la tetera se
diferencias son reductibles a las cuatro primeras [caliente-frío; seco-hú- condensa al encontrar una superficie fría. Del mismo modo, el aire se toma
medo]: y éstos no se pueden reducir a un número menor." A continua- fuego, de acuerdo con Aristóteles, por la sustitución de lo seco por lo húme-
ción pasa a considerar las posibles combinaciones de sus dos opuestos do, y el agua se toma tierra por sustitución de lo húmedo por lo seco.
primarios. Lógicamente éstas son seis, pero hay dos combinaciones, ca- Algunos de los cambios que Aristóteles menciona están obviamente
liente-frío y seco-húmedo, que no son posibles por ser contrarios, es relacionados con los fenómenos cotidianos y son intentos de interpretar-
decir, no pueden mezclarse. Esto deja cuatro posibles combinaciones: los. Pero otras de las transformaciones que dice ocurren nos sorprenden
(1) caliente y seco, (2) caliente y húmedo, (3) frío y húmedo, (4) frío y como fantásticas, por ejemplo la sugerencia de que el agua se transforma
seco, las que luego identifica con los cuatro cuerpos simples: fuego, aire, en tierra y la tierra en agua. ¿Hasta qué punto esta teoría se ajusta a la
agua y tierra respectivamente. experiencia? Primero, debemos repetir que los cuerpos simples de Aris-
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CAPÍTULO VIII. La física de la región sublunar Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
tóteles no son sustancias químicamente puras. El agua está definida como ten hacer resaltar la diferencia entre una sustancia natural uniforme, tal
un líquido frío y húmedo y la mayoría de los metales son definidos como como el cabello o los huesos, por un lado, y los objetos compuestos, tales
compu~stos en los que predomina el agua, sirf duda debido a que se como la cara o una mano, por el otro. El cabello es homogéneo: si se lo
funden. La tierra, por su parte, cubre el amplio espectro de los sólidos corta en partes, las partes serán semejantes entre sí y respecto del todo.
fríos y secos. Cuando Aristóteles habla de que el agua se convierte en Pero la cara consiste en partes desemejantes: ojos, nariz, boca, cabello,
tierra, y lejos estuvo de ser el único físico griego que lo dijera, puede etc. Bajo el rubro "sustancias úniformes" se incluye la vasta mayoría de
haber tenido en cuenta, por ejemplo, la formación de sal debido a la sustancias naturales, tanto orgánicas como inorgánicas: carne, sangre,
evaporación de agua de mar, o incluso, la sedimentación de los ríos. semen, piel, leche, uñas, cuernos, corteza, metales, diferentes clases de
Algunos cambios -en los cuerpos simples- son más fáciles o más directos piedras, sal, soda y resina.
que otros, según su teoría. Así, el cambio del aire al agua o vice-versa Estas ·sustancias compuestas lo son a partir de combinaciones diferen-
implica la sustitución de una sola cualidad. Por otro lado, el cambio de tes de cuerpos simples, como dice Aristóteles en GC 335 a 8 y sig. Pero,
agua a fuego y de aire a tierra o vice-versa involucra la sustitución de varios siglos antes del descubrimiento de la ciencia química, ¿cómo con-
ambas cualidades en cada caso, y esto sólo puede tener lugar, según Aris- cebía la combinación y la separación de los cuerpos simples? Con todo,
tóteles, en dos tiempos, por ejemplo el agua cambiando primero en aire traza diferencias útiles e importantes entre los varios tipos de mezcqs.
y luego en fuego. Afortunadamente, las transformaciones que la teoría Primero, la simple aglomeración, para la que utiliza el término synth-dis.
impide que ocurran en forma directa, agua-fuego y aire-tierra, están aleja- Uno de los ejemplos que brinda es el de un montón de semillas de
das de la experiencia ordinaria. Aún así podemos estar seguros de que diferentes clases, tales como cebada y trigo. La mezcla resultante no es
una vez que Aristóteles concluyó la doctrina básica de que cada uno de homogénea, y en verdad, en este caso, es bastante fácil separar las sustan-
los cuerpos simples está conformado por dos cualidades primarias, llegó cias que la componen por medios mecánicos, tamizándolas, por ejem-
a resolver los detalles de la misma por un proceso deductivo, y si bien plo. En segundo lugar, la mitsis o combinación; la combinación de líqui-
existen ciertas coincidencias afortunadas entre los cambios admitidos por dos se denomina krasis. Bajo estos títulos Aristóteles incluye un número
la teoría y lo que la observación superficial podría sugerir, muchas ano- de instancias de lo que podríamos llamar combinaciones químicas, como
malías quedan aún sin resolver. De este modo, es difícil decir cómo de- por ejemplo la aleación de bronce, a partir de estaño y cobre. Pero algu-
beríamos interpretar la producción del fuego a partir de la tierra tal como nos de sus ejemplos corresponden a mezclas, tales como vino y agua,
se menciona en GC 331 a 33 y sig. a menos que estuviera pensando en el donde no tiene lugar ninguna reacción química. La mitsis está claramente
modo en que ciertas piedras chisporrotean cuando se las golpea. Por diferenciada de la synthesis por distintos criterios, siendo el más impor-
último, la teoría permanece en silencio sobre un punto que nos parece tante que la mitsis implica que un cambio de cualidad tiene lugar. Las
de importancia: ¿qué sucede cuando una cualidad es substituida por sustancias constitutivas interactúan una sobre otra para producir una
otra, y frío húmedo, por ejemplo, se tornan caliente-húmedo? Aristóteles nueva sustancia cuyas propiedades pueden ser bastante diferentes de
no explica la naturaleza de esta transformación, tampoco clarifica la na- aquellas que las constituyen, tomadas individualmente. Este compuesto
turaleza de la diferencia entre el aire caliente y húmedo, y el agua calien- resultante, a diferencia del producto final de una "aglomeración" es com-
te y húmeda; o nuevamente entre el aire frío y el agua fría. pletamente homogéneo.
Podemos otorgar a Aristóteles el crédito de haber trazado más clara-
Compuestos mente que sus antecesores la distinción entre los varios tipos de mezcla,
aunque resulta poco sorprendente que no se correspondan exactamente
Los compuestos están formados por la combinación de los cuerpos con las que nosotros establecemos como mezclas mecánicas y combina-
simples. Hay, sugiere Aristóteles, dos tipos de sustancias compuestas, a ciones químicas. Aún hay un segundo punto en el que la teoría de los
las que llama ta homoiorJ1ere y ta anhomoiomere, literalmente "sustancias compuestos marca otro avance Aristóteles va mucho más allá que ningu-
con partes similares" y "sustancias con partes disímiles". Esta distinción no de sus predecesores en el intento de determinar la composición real
parece más oscura de lo que en realidad es. Estos dos términos le permi- de las sustancias naturales específicas. Sobre la Generación y la Corrupción l.
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CAPÍTULO Vlll. La física de la región sublunar Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
6-10 constituye una discusión teórica de los tipos ~e mezclas. Pero en el como cuando discutimos acerca de una casa, es la forma toda, no los
libro cuarto de las Meteorológicas, donde examina t~mbién la constitución ladrillos, la argamasa o la madera en sí mismas, las que nos conciernen".·
de las sustancias naturales, presenta una impor9~mte cantidad de infor- Para Aristóteles, la investigación acerca de la constitución material de
mación concerniente a sus propiedades físicas. tonsidera,. por ejemplo, las sustancias naturales es previa y subordina al estudio de la causa for-
qué sustancias son combustibles, cuáles no, si se funden, se solidifican o mal y final. En GC establece su doctrina de los cuerpos simples y de los
son solubles en agua u otros líquidos, etc., e intenta una clasificación diferentes tipos de mezclas, en el libro cuarto de las Mete intenta una
natural de acuerdo con el cuerpo simple predominante en ellas. Sugiere clasificación aproximada de los compuestos naturales y abre naturalmente
que en aquellas sustancias que se solidifican con el frío pero se disuelven el camino a los tratados de psicología y biología, donde considera las
en el fuego predomina el agua, mientras que en aquellas que se solidifi- funciones vitales de las criaturas vivas y sus partes. El estudio de la com-
can en el fuego lo hace la tierra. Las conclusiones que presenta son, posición "química" de la sangre, esto es de sus elementos materiales, se
como muestran los ejemplos, poco sofisticadas ya que no intenta nin- subordina al estudio de su función en el cuerpo vivo, el papel que juega
guna estimación precisa sobre las proporciones de los cuerpos sim- en el crecimiento y en la nutrición; conforme a la preferencia expresa de
ples que constituyen distintos compuestos que toma en considera- Aristóteles, el examen de la causa final y formal en sus tratados de biolo-
ción. Pero a pesar de todo, cabe considerar el cuarto libro de las Mete gía es mucho más importante y extenso que el trabajo que dedica a la
como el primer intento importante de la antigüedad para emprender discusión acerca de 1a constitución material de las sustancias.
la tarea, increíblemente compleja, de recolectar y ordenar informa-
ción sobre las propiedades físicas de las sustancias naturales y sus Dinámica
reacciones ante diferentes pruebas simples.
En el cuarto libro de las Mete, Aristóteles presenta sus conclusiones El siguiente e importante tópico de estudio es la teoría aristotélica de
sobre los elementos materiales que constituyen las sustancias naturales. las funciones vitales de los seres vivos, es decir su doctrina del alma. Pero
Como en otros campos del saber, inició investigaciones que fueron con- antes de hacerlo, merece la pena agregar algunos breves comentarios acerca
tinuadas y desarrolladas por sus sucesores en el Liceo. Es notable el caso de un aspecto bastante descuidado o malinterpretado de su explicación
de Teofrato, cuyo tratado Sobre las Piedras contiene una detallada exposi- del cambio en la región sublunar, en verdad .una contribución a la cien-
ción de las propiedades de varias piedras y tierras. Pero en opinión de cia que hoy deberíamos llamar dinámica. Se tiende a ignorar su trabajo
Aristóteles, los físicos o filósofos de la naturaleza no deben sólo dedicarse en este campo, en parte quizá porque no hay un sólo libro en el que
a estudiar la causa material de las sustancias naturales, sino especialmen- presente sus puntos de vista sobre el movimiento natural o forzado en
te la formal, la final y la eficiente. Como señala en los capítulos introduc- modo sistemático y comprensivo, como en GC, por ejemplo, presenta su
torios referidos a la metodología en el tratado Las Partes de los Animales, el doctrina de los cuerpos simples junto con los argumentos por los cuales
biólogo debe estudiar las pa.rtes del cuerpo desde ambos puntos de vista logró fundamentarla. Las teorías que, en general, se sabe que sostuvo
y especialmente desde aquel último. "Si estuviéramos describiendo una sobre dinámica, con frecuencia fueron dejadas de lado como aberracio-
cama", dice en PA 640 b 22 y sig., "tendríamos que intentar describir su nes sin importancia de un gran pensador. Es por cierto verdad que aque-
forma, qué la hace una cama, más que la materia, el bronce o la madera". llas teorías son con frecuencia erróneas pero, aún así, su trabajo en este
Si describimos la materia, lo hacemos en vistas del todo concreto. En campo está lejos de carecer de valor.
forma similar, el biólogo debe investigar la causa formal de las partes del La distinción general entre movimiento natural y forzoso ya ha sido
cuerpo. Del mismo modo, en.PA 645 a 30 y sig., justifica el estudio de las mencionada. Aristóteles considera que, como regla general, el fuego y el
partes internas de un cuerpo viviente, sangre, carne, huesos, venas y aire se mueven hacia arriba, el agua y la tierra hacia abajo cuando nada se
otras semejantes, diciendo que no deberíamos suponer que "aquello acerca los impide. Pero los objetos pueden ser movidos en direcciones contra-
de lo que estamos hablando -y el objeto por el cual nuestra investigación rias o diferentes a su tendencia natural por la fuerza.
es llevada a cabo- es su material, sino preferentemente su forma toda, así Así, una piedra puede ser lanzada al aire, hacia arriba, o un barco
puede flotar sobre el agua y moverse horizontalmente sobre ella, pero no
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CAPÍTULO Vlll. La física de la región sublunar Aristóteles. Desarrollo y estructura de su pensamiento
sólo traza esta distinción general entre los dos tipqs de locomoción, sino das de los fenómenos observables de lo que podría en principio su-
que también propone ciertas reglas generales cdncernientes a factores ponerse.
que gobiernan la velocidad del objeto en moviitüento en cada clase de Se lo critica, con frecuencia, porque presupone que la velocidad de
modalidad. Reconoció que la velocidad de un objeto puede verse in- un cuerpo en caída libre varía directamente según su peso, pero debe-
fluenciada por su forma; por ejemplo, creyó además que los dos factores mos dejar en claro dónde radica su error. El hecho es que en el ciire los
más importantes en la determinación de la velocidad de un objeto son cuerpos más pesados caen más rápidamente que los más livianos de igual
(l) su peso, (2) la densidad del medio a través del cual se desplaza. Sus forma y tamaño, aunque esto no sea verdad, por supuesto, en el vacío.
reglas generales se expresan del siguiente modo: (l) en movimiento na- Estaba en lo correcto al asumir que hay alguna relación entre la velocidad
tural -en el caso de caída libre o elevación libre de un cuerpo- la veloci- y el peso que se adquiere en el medio, aunque la relación no sea simple-
dad es directamente proporcional al peso del cuerpo e inversamente pro- mente de proporción directa. También es un hecho obvio de la experien-
porcional a la densidad del medio. Y (2) en el movimiento forzado, la cia que el movimiento a través de un medio denso es más lento que a
velocidad es directamente proporcional a la masa del cuerpo movido; no través de uno enrarecido; pero nuevamente, podríamos decir, Aristót~les
obstante su apreciación de que si una fuerza A mueve un objeto B una ha simplificado en demasía la relación entre la densidad del medio y la
distancia C en un tiempo D, no se sigue necesariamente que la fuerza N velocidad.
2 movería el mismo objeto B la mitad de la distancia, C/2, en el mismo Por cierto, comprendió que establecer proposiciones generales sobre
tiempo D, ya que podría ser el caso que la mitad de la fuerza fuera insu- la velocidad de movimiento de los cuerpos implicaba dar por desconta-
ficiente para mover el objeto en modo alguno. Como he hecho notar do cierto número de factores. Da por supuesto, por ejemplo, que el me-
anteriormente, sugirió que mientras que en el movimiento natural la ve- dio a través del cual el movimiento tiene lugar es completamente homo-
locidad del objeto se incrementa en la medida en que se acerca a su géneo, aunque en verdad, esto nunca sucede. Y mientras nota que la
"lugar natural" (aceleración debida a la gravedad), en movimientos forza- velocidad de un objeto está influenciada por su forma, la deja de lado
dos la velocidad decrece en la medida en que el objeto se aleja del agente cuando propone su doctrina general del movimiento natural y forzoso.
que lo propulsó. La principal diferencia, aún así, entre la dinámica de Aristóteles y la de
Con anterioridad a Aristóteles, los filósofos de la naturaleza, en eL Newton, es que en esta última el proceso de abstracción está llevado
desarrollo de teorías dinámicas, habían logrado tan sólo vagas generaliza- mucho más lejos. La dinámica newtoniana se relaciona con el caso ideal
ciones como la doctrina de lo semejante-hacia-lo-semejante. Pero esta del movimiento sin fricción en el vacío. Pero las proposiciones de la
doctrina se relacionaba con una amplia gama de fenómenos, entre los dinámica aristotélica se refieren a movimientos que tienen lugar a través
que se podría incluir no sólo la acción de las fuerzas gravitacionales, de un medio. En verdad, a causa de que presupone que la velocidad es
objetos pesados tales como piedras que "buscan sus semejantes" al caer, inversamente proporcional a la densidad del medio, explícitamente nie-
sino también el comportamiento de animales gregarios; este modelo fue ga que el movimiento en el vacío sea posible, ya que la velocidad sería
en realidad uno de los utilizados por los atomistas para ilustrar cómo los infinitamente grande.
semejantes son atraídos por sus semejantes y los reconocen. De modo Mientras que para nosotros los efectos de la resistencia del medio
semejante la doctrina platónica del "impulso circular" no sólo explicó el deben descontarse al considerar la relación entre fuerza, masa y velo-
movimiento de los proyectiles, sino tq.mbién sirvió para explicar los fenó- cidad, Aristóteles, en todo su análisis, presupone que el movimiento
menos conectados con el vacío parcial, en el proceso vital de la respira- debe tener lugar a través de un medio. Pero el problema que inmedia-
ción. Aunque las propuestas de Aristóteles parezcan poco elaboradas, tamente se le plantea, y que toma como problema central de la diná-
representan, de hecho, el primer intento que existe para establecer la mica es, según sabemos ahora, de extraordinaria complejidad: deter-
relación entre los varios factores que gobiernan la velocidad de los obje- minar el efecto preciso que la resistencia del medio tiene sobre la
tos en movimiento. velocidad de un cuerpo en movimiento; para esto debemos tener en
No obstante, hay un abismo entre la dinámica de Aristóteles y la post- cuenta no sólo la densidad del medio, sino también la velocidad,
newtoniana. Aún así las proposiciones de Aristóteles están menos aleja- masa y forma del cuerpo en cuestión.
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