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Izado de armaduras.

Primeros
pasos…

Hace un tiempo publicamos una entrada acerca de las grúas auxiliares en las obras de
cimentaciones especiales y de tratamiento del terreno. Hablamos entonces de manera general
sobre sus características y los aspectos generales. En este post le vamos a dar tarea a estas
grúas. Vamos a intentar explicar las primeras consideraciones a tener en cuenta a la hora para
el izado de armaduras. Me servirá como base el izado de armaduras para pantallas, aunque
podríamos poner como ejemplo el izado de armaduras de pilotes, juntas,… No nos
complicaremos, iremos a lo básico, tiempo tendremos de complicarnos la existencia.

Es sin duda uno de los puntos clave en la ejecución de pantallas, tanto desde el punto de
vista de la seguridad como de la producción. El tener problemas durante el izado, con el panel
desarenado y los camiones de hormigón pedidos puede ser uno de los momentos más
estresantes que uno puede pasar en la obra.

Analizaremos pues los aspectos generales a tener en cuenta y luego nos meteremos de lleno
y paso por paso en el izado de una armadura, algo que lo dejaremos para un futuro post. Todo
lo que vamos a comentar aquí podríamos llenarlo de matices, por lo que siempre será
necesario contar con el apoyo y la experiencia del jefe de obra, el encargado y el gruista.

Aspectos principales a tener en cuenta


• La armadura puede montarse “in situ” o realizarse en taller, pero esta debe
descansar sobre una superficie lisa y horizontal. Yo soy partidario de ejecutarlas
«in situ» porque uno controla el proceso, pero a veces, si las dimensiones de las
armaduras permiten su transporte y existe limitación de espacio en la obra, la
ejecución en taller puede ser una muy buena opción. Además, cierto es que las
armaduras en taller están siempre mejor montadas.

• Las armaduras no se deben de apilar y debemos intentar no moverlas hasta el


momento del izado. Cada vez que se mueven, la armadura sufre mucho. Los
puntos de soldadura saltan, los atados se rompen o se destensan, y cuando
vayamos a levantarla podemos tener sorpresas desagradables. Si hay que hacerlo,
los ferrallas deberán dar un repaso a la armadura antes del izado para garantizar
su integridad en el momento del izado.

• La zona de fabricación y acopio de la armadura debe situarse lo más cerca


posible del panel excavado. No está de más considerar la opción de ir moviendo
la zona de montaje de armaduras. Por ejemplo, ocupando zonas ya ejecutadas.

• Las armaduras tienen unos rigidizadores (verticales y horizontales) que se


colocan con la única función de permitir un izado con garantías. La estrategia
lógica es ir un poco sobrado al principio, y cuando vayamos cogiendo confianza
durante la obra, ver si se podemos reducirlos.

• Los cuelgues de la armadura. Estos son elementos nos servirán para apoyar la
armadura en el murete. Se dimensionan para dejar la armadura a la cota
establecida en el proyecto. Puede darse el caso en que los cuelgues sean muy
largos y nos compliquen la maniobra. En estos casos, lo mejor es apoyar la
armadura provisionalmente en el murete, y soldar “in situ” los cuelgues.
• La armadura se levanta desde el suelo y, esta y la grúa deben estar situados en
una plataforma que esté al mismo nivel.
• La cara del trasdós (excavación) debe estar boca arriba para evitar maniobras
extrañas. Algunos muros habrá con armaduras al revés, seguro…

• Longitud, anchura y peso de la armadura. En la obra podemos tener armaduras


que pueden llegar a ser muy distintas entre sí. Habrá que valorar si es mejor
ponerse en el caso más desfavorable o buscar soluciones alternativas si son pocas
las armaduras especiales. Por ejemplo, si sólo el 10% de las armaduras son 10.0m
más largas que el 90% restante, no es muy razonable ir sobrado de grúa para tan
sólo el 10% de las armaduras. En este caso lo adecuado sería solapar “in situ” la
armadura (durante la introducción de la armadura en el panel) o usar dos grúas.
La combinación de estos tres datos nos determinará la rigidez/flexibilidad de la
armadura. Para una anchura dada, tendremos:

Parece que la lógica nos dice que es mejor una armadura rígida. Esto, siendo verdad, es
matizable, ya que cuanto más flexible sea la armadura, más la podremos “maltratar”. En
general esta consideración no será hecha sobre la anchura, ya que el modo de rigidizar una
armadura muy ancha es relativamente sencillo (uso de balancines).

Estos tres datos nos van a determinar varias cosas:

1. Pluma a emplear: El izado implica que la pluma se debe de inclinar lo suficiente para
que el cabrestante tire verticalmente de la cabeza (la parte superior) de la armadura. Muy
básico, pero el esquema sería el siguiente:
Esto es así para no generar esfuerzos flexores en la armadura.

Una posible solución, es bajar un poco el punto de tiro de la armadura. De esta manera la
pluma no tendría que bajar tanto, pero ojo con las desventajas: tendremos la cabeza de la
armadura por encima del plumín, aumentar el armado en esa zona,…

Hay que tener en cuenta que:

– En la medida de lo posible, cuando se baje la pluma, intentar tener el máximo ángulo


posible. No ir al límite, vaya.

– No podremos contar con toda la longitud del plumín (el tramo superior de pluma).

– Cuidado con contar con la altura del cuerpo de la grúa, porque cuando está inclinada la
pluma, es altura perdida. Sí podremos cuando la armadura ya está vertical, pero en general
podremos considerar que lo que ganamos con el cuerpo lo perdemos con el plumín.

– Existencia de rampas en la obra que, cuando bajemos por ella con la armadura, nos hará
“perder” pluma.

– Una manera de comprobar la pluma que tenemos es colgarle al plumín una cinta métrica y
echar para atrás la pluma hasta el máximo. Esa será la máxima longitud de pluma disponible
con la pluma vertical.

– Hay que contar con los elementos de izado (cadenas, balancines, etc).

2. Elementos de auxiliares de izado. Además de la grúa y los cabrestantes principal y


auxiliar, hay elementos que hay que tener en obra para tener garantías de éxito en el izado.
Hablamos de los balancines, grilletes, eslingas, pulpos, etc. Tiempo tendremos de dar más
detalles acerca de estos elementos.

3. Cuando tengamos todo planeado, hay que hacer una prueba de izado. Esto es, se levantará
la armadura, al menos parcialmente, y volveremos a dejarla en el suelo. La armadura requerirá
algo de reparación, pero esta pruebecita nos aportará mucha seguridad en el futuro.

4. Tomar la precaución de atar al culo de la armadura un par de cuerdas (una a cada lado) de
unos 10-15m que nos permitirán maniobrar con la armadura desde una distancia de
seguridad cuando esta esté izada. Hay que tener en cuenta que cuando se iza una armadura,
muchos puntos de soldadura y amarres saltan, y puede que alguna barra quede suelta, con el
consiguiente peligro que esto conlleva.

Por no enrollarme mucho más, lo vamos a dejar aquí. Tenemos la grúa lista, claro los
aspectos generales, pero la armadura aún está en el suelo, pero tranquilos, ahí no se va a
quedar. ¡¡Nos vemos pronto!!

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