2. La entrada de sustancias
Las plantas toman agua y sales minerales por la raíz, y dióxido de
carbono por las hojas.
3. La fotosíntesis
La fotosíntesis es el proceso que realizan las plantas para
fabricar su alimento.
Para realizar la fotosíntesis, las plantas necesitan dióxido de carbono, agua y sales
minerales. Este proceso requiere emplear mucha energía.
El agua y las sales minerales las obtienen gracias a la raíz. Ésta tiene unos pelillos
que absorben el agua del suelo, junto con las sales minerales que van disueltas en
ella.
El dióxido de carbono CO2 es un gas que forma parte del aire. Penetra en
las hojas a través de unos orificios microscópicos, los estomas, que se abren y
cierran en función de las necesidades de la planta. Los estomas son la principal
vía de entrada y salida de los gases en las plantas. El dióxido de carbono, el
oxígeno y el vapor de agua entran y salen a través de ellos.
Los alimentos que fabrican las hojas mediante la fotosíntesis se reparten al resto
de la planta para su nutrición.
El tallo, transporta la savia bruta por los tubos leñosos y la savia elaborada, por
los liberianos.
El tallo también realiza otras funciones relacionadas con la nutrición, como la
fotosíntesis (en los tallos verdes) o el almacén de reservas. Por ejemplo, los tallos
de la caña de azúcar almacenan sacarosa (un glúcido), y los tallos subterráneos
(tubérculos) de la papa almacenan almidón.
Para comprender esto, debemos repasar conceptos que aprendimos en el colegio cuando
éramos niños. Las plantas, como todos los seres vivos se desarrollan gracias a la función de
nutrición. Volvamos años atrás, cuando éramos alumnos de 8º de EGB..., sí, lo que ahora es
2º de ESO.
Las plantas, a diferencia de los animales, no se alimentan de otros seres vivos porque son
capaces de fabricar su propio alimento. A partir de los elementos químicos que absorben
y la luz del sol, elaboraran sustancias más complejas que le sirven para crecer y realizar sus
funciones vitales.
Absorción de nutrientes
Fotosíntesis
Respiración
Absorción de nutrientes
Los vegetales absorben agua y nutrientes por la raíz y con ellos componen la savia bruta,
que asciende por el tallo a través de unos conductos muy finos, que se llaman vasos leñosos,
hasta las hojas. Esta savia bruta es la materia prima, los ingredientes, con la que van a fabricar
su alimento.
Fotosíntesis
En las hojas hay unas aberturas microscópicas, los estomas, por las que entra dióxido de
carbono. Durante el día, con la luz del sol, el dióxido de carbono se combina con la sabia
bruta y se produce la sabia elaborada y oxígeno. Este proceso se llama fotosíntesis y se
produce gracias a la clorofila, la sustancia que da el color verde a las hojas. La savia bruta es
ya materia orgánica, la componen aminoácidos y azúcares.
El oxígeno que producen las plantas durante la fotosíntesis se libera a la atmósfera y es el que
los animales respiramos.
La sabia elaborada, el alimento, debe repartirse por todas las partes de la planta. Para ello se
transporta por los tallos hasta la raíz mediante unos conductos llamados vasos liberianos.
Respiración
Como todos los seres vivos las plantas necesitan respirar. Toman oxígeno que mezclan con
su alimento para conseguir energía, es un proceso en el que liberan dióxido de carbono y
lo llevan a cabo continuamente, tanto de día como de noche.
Rosales recibiendo la luz del sol
Resumiendo:
Las plantas fabrican su alimento mediante la fotosíntesis, para ello necesitan agua,
minerales, dióxido de carbono y luz solar. Además las plantas necesitan respirar, para
ello absorben oxígeno.
Todo esto os lo explico después de haber dado un repaso al libro de Ciencias Naturales de mi
hijo y aunque se podría profundizar mucho más, considero que es suficiente para que
podamos entender que las plantas, para desarrollarse correctamente, necesitan encontrar
nutrientes en el suelo en el que están plantadas, agua con la que poder absorberlos y disponer
de una correcta iluminación.
Cuando la planta no obtiene los recursos que necesita para alimentarse dan señales
inequívocas: no florecen o las flores se caen, las hojas amarillean y se desprenden, etc. Todo
ello son signos de que falla alguno de los puntos que vimos antes: riego incorrecto, escasez
de nutrientes o mala exposición solar.
Es curioso, además, que observando una planta con dificultades podemos llegar a conocer
qué circunstancia es la que le está afectando. Con experiencia y los conocimientos
suficientes, el color de las hojas es un buen indicador de los nutrientes que la planta no
encuentra. Así, unas hojas que se han vuelto amarillas pueden evidenciar la falta de nitrógeno
o hierro, brotes nuevos que se pudren puede deberse a falta de potasio, etc.
Normalmente asocionamos (al menos así me suele ocurrir a mí) la decolororación amarillenta
de las hojas a la clororosis férrica. No estamos desencaminados, ese tono amarillento suele
ser debido a una falta de algún nutriente esencial, pero no siempre es el hierro lo que
escasea. La falta de otros elementos también producen clorosis.
Yo no soy una experta en estas lides, siempre necesito recurrir a la ayuda de especialistas
cuando veo que las hojas se deforman o decoloran. Con la práctica he llegado a aprender un
poco, en ocasiones soy capaz de encontrar la causa consultando temas donde se habla
de deficiencia de nutrientes, pero cuando me siento perdida suelo llevar una muestra a
un vivero de confianza para que me asesoren. Casi siempre saben descifrar el porqué y
recomendarte un producto que revierta la situación.
Aquí podéis ver mi planta de hortensias. A pesar de las bonitas flores, las hojas ya denotan
falta de nutrientes esenciales. En el caso de la hortensia y con el agua calcárea que hay en mi
zona, esto suele deberse a que no es capáz de absorber el hierro. Lo que suelo hacer es aportar
un poco de quelatos de hierro y regar con agua en la que disuelvo un poco de ácido cítrico.