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Hinojosa Zúñiga Dulce Vania

La segunda parte del libro refiere a los pensamientos críticos de Freud de diversos aspectos
esenciales de la vida, no sin antes mencionar que las teorías expuestas por Freud hoy en día
no son tomadas con la importancia necesaria puesto que han tenido modificaciones que, en
cierto grado, desvirtúan la significación de ellas a causa del desconocimiento de quienes
intentan explicarlas o aplicarlas de diferente forma.

Por ello es que la autora se da a la tarea de explicar los puntos importantes que Freud
retoma en sus teorías, de manera que sean aún más entendibles para el lector.

Así, el libro básicamente se divide en seis apartados, el primero titulado La crítica del
sujeto, donde una primera parte habla sobre los síntomas como una expresión de las
represiones del sujeto y que se encuentra esperando ser interpretado. Por consiguiente,
también se habla de pulsión e instinto, explicando la relación que existe entre las pulsiones
que se derivan del placer que se experimenta en las zonas erógenas y el narcisismo como el
momento en que el sujeto se concibe como el objeto de su placer.

También habla acerca de los conceptos como masoquismo, sadismo, agresividad y


ambivalencia como pulsiones derivadas de la neurosis obsesiva, siendo estas las formas en
que se representa la pulsión de muerte.

El segundo apartado conocido como De la crítica del sujeto a la crítica de la cultura que
retoma la creación de normas mediante las cuales se busca imponer una organización a los
sujetos y, por ende, implica que estos sacrifiquen o renuncien a aquellas pulsiones que los
hacen pertenecer al mundo animal.

Habla también de la desigualdad que se vive en la sociedad, donde la satisfacción de


pequeñas masas se traduce en las carencias o privaciones de masas que son la mayoría;
Freud en su momento reconoce que ese tipo de prohibiciones a las cuales está sometido ese
sector pequeño creará un desbalance que no puede durar mucho tiempo, sin embargo será
mediante el estallido de rebeliones que intente equilibrarse.

Es de este modo que se habla de una desvalorización de la cual creen tener derecho
aquellos pueblos que creen tener mejores producciones culturales que los demás y, con ello,
se ve lo que en el primer apartado se conoció como narcisismo. Esto, a su vez, se vuelve un
círculo en el que las masas desfavorecidas suelen hacer menos a las masas equivalentes
pero que radican en otra población.

Ahora bien, también se menciona como relevante a la religión y el papel que esta juega
para el sujeto e incluso, para una comunidad, debido a que el sujeto se concibe como un ser
indefenso ante la naturaleza y las fuerzas que de ella emanan. Se habla que esto es debido a
que el sujeto, al igual que un niño, opta por colocar dichos aspectos naturales como dioses
que pueden castigarlos o premiarlos.
Hinojosa Zúñiga Dulce Vania

De esa forma Freud concede el nombre de ilusión a aquello en lo que el sujeto necesita
creer para llevar a cabo sus pulsiones o, simplemente, para creer que lo que ocurre en torno
a él tiene una explicación.

La solución, menciona también, convertir las necesidades en situaciones racionales, pero


debido a las pulsiones y su magnitud, es casi imposible implementar la razón.

Posteriormente se tiene el apartado tres: La crítica de la razón, donde se postula que Freud,
por su profesión de médico neurólogo, compara las creencias culturales e incluso aquellas
acciones que se sustentan en la misma para establecer ciertos aspectos que, como
menciona, podrían hacer que el sujeto sea incapaz de pensar por sí mismo y se rija por
dogmas impuestos desde casa e incluso más allá de ella, con lo que solo logra limitar la
capacidad de raciocinio.

Necesita haber prohibición para que exista la cultura, al menos eso es lo que afirma y que
de ser así el sujeto está condenado a tener carencia y, en última instancia, padecer neurosis.
Es por ello que Freud habla acerca de soportar hasta cierto grado el tener que vivir con
cierta carencia, como intentando estar a la mitad de las pulsiones e ilusiones.

El apartado cuatro nominado como la ciencia como ilusión retoma que si se abandona la
religión como aquello que pueda explicar ciertos aspectos de la vida, el sujeto siempre
buscará algo que le dé significado a la misma siendo de esa forma que se conciba la ciencia
como la forma de explicar y a su vez perturbar el orden que se tiene. De esta forma pasa de
creer sin preguntar a refutar en busca de una verdad que tenga sustento.

Y entonces se relaciona el poder con el saber, estipulando que dichos conocimientos estarán
siempre a merced de diferentes prejuicios que busquen destacar dogmas que se crean
ciertos en su totalidad. Es así como en el afán de encontrar explicación a ciertas cuestiones
que en su momento se creyeron parte de la religión, se llega a adelantos tecnológicos y
científicos que han costado catástrofes mundiales, como si la ciencia se estuviese utilizando
mal y solo en contra de la misma humanidad que busca más allá de la verdad que se le
presenta ante los ojos.

Por otro lado el siguiente apartado La crítica del sentido se habla de la manera en que
Freud realiza el método empleado en la interpretación de los sueños: la asociación libre; y
como ésta se revela a todas aquellas formas de lo conocido como ciencia en aquel entonces,
a la vez que explica las razones a buscar los significantes mediante el sentido de esas
asociaciones, resaltando lo que hasta ahora dentro de la psicología aún se retoma como lo
es la escucha y la palabra del otro.

Es en este apartado donde se vuelve a hablar acerca de las ilusiones como una forma en que
el sujeto intenta explicar aquello que podría no tener un sentido, pero que al no tenerlo la
Hinojosa Zúñiga Dulce Vania

vida misma tampoco tendría el valor necesario de existir, por ello es que prefiere relegar
dichas ilusiones en la religión o aspectos científicos que le den la explicación necesaria.

Y con ello abre la puerta para el último apartado: El psicoanálisis como ilusión donde lo
menciona como una parte fundamental para el buen vivir de las siguientes generaciones,
pues si los sujetos logran modificar ciertos aspectos que limitan dentro de la cultura, donde
no se intente dar explicación a un todo, donde no exista una única verdad aceptable ni
mucho menos las ilusiones que han regido a la humanidad, se podrá detener el consumismo
que provoca el seguir creando a partir de buscar explicaciones.

Es en ese momento, donde la autora explica el por qué ha sido tan cuestionado y
desprestigiado el psicoanálisis, pues se debe a que varios autores han intentado buscar el
trasfondo de las teorías de Freud y en el camino los fieles seguidores creen que el dogma
único o verdad absoluta debería ser lo establecido por él. De esa forma es como el
psicoanálisis fungiría como la religión, pues si se toma de esa forma sería un obstáculo para
los analistas el pensar en diferente forma de lo que se dicta lo aprendido.

Así es como Freud menciona que el conocimiento debe estar en un constante cambio sin
que esto implique el creer que se llegará a un sentido concreto, como si se tratase de un
bucle en constante movimiento en busca de nueva información que se pueda agregar o
descartar del conocimiento primario.

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