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1.

2 Escuelas o Corrientes Doctrinales de la Criminalística


Muchos han sido los intentos suscritos a definir la presente disciplina.

Uno de los primeros fue enunciado por, para muchos el patriarca de esta ciencia, Johann Baptist
Gustav Gross, mundialmente conocido como Hans Gross, hacia 1894, en su Manual del Juez
Instructor, quien la concebía como “el arte de la instrucción Judicial fundada en el estudio del hombre
criminal y los métodos científicos de descubrir y apreciar las pruebas”.

Edmond Locard por su parte, años más tarde, la entendía como una “disciplina que se ocupa de la
Investigación de la prueba del delito, mediante el establecimiento de las pruebas indiciadoras y la
agrupación de las nociones en un cuerpo de doctrina”.

No obstante, merced al avance del conocimiento científico y su inevitable propagación, la ciencia


Criminalística ha ido en su crecimiento y evolución, conglomerando en su seno de diversas
concepciones que han pretendido, con mayor o menor éxito, definir, comprender y explicar su
naturaleza. A esas concepciones normalmente se las suele denominar: “escuelas o Tendencias
Doctrinarias Criminalísticas”.

El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia de la Lengua Española (RALE), en su


22ª. Edición, contempla en su haber diez acepciones destinadas a la definición del término
“escuela”, palabra que deviene de latín schola, y ésta a su vez deriva del griego σχολή.

Para nuestros efectos, asumimos que “escuela” denota el conjunto de discípulos, seguidores o
imitadores de una persona o de su doctrina; así como también a la doctrina, principios y sistemas
de un autor o conjunto de autores.

Los teóricos en esta materia, en ese particular entendido, han identificado cuatro tendencias
doctrinales o también denominadas Escuelas Criminalísticas que, en el espacio académico-
científico del quehacer criminalístico, se han desarrollado ampliamente hasta nuestros días,
enarbolando en alguna medida, diferentes ideas sobre la naturaleza del saber criminalístico.
1.2.1 Escuela Clásica o Juridicista

Los teóricos de esta vieja tendencia sostienen y defienden férreamente la tesis que señala que la
ciencia Criminalística se encuentra íntimamente vinculada con el quehacer de la Investigación
Jurisdiccional principalmente con el Derecho Penal y Procesal Penal; en tal sentido propugnan una
tesis auxiliarista y apendicular de la Criminalística como componente del Derecho Penal o, en su
defecto, como ente integrante de la llamada Enciclopedia de las Ciencias Penales, en la verificación
científica del delito y del delincuente.

Entre sus más eximios representantes tenemos a Jiménez de Asúa, quien sostiene que los
conocimientos criminalístico son parte integrante de las denominadas “Ciencias de la Pesquisa”,
como componentes de la Enciclopedia de las Ciencias Penales; Díaz de Acevedo (quien refiere
que: “la Criminalística es el conjunto de cocimientos técnicos-científicos, ajenos a la ciencia médica,
aplicados a la resolución del proceso penal y civil”, Cfr. Rodríguez Regalado, 2006a, así para el
maestro argentino “El Derecho Penal se vincula con otras muchas disciplinas, usualmente llamadas
“Ciencias Penales”, dentro de éstas, la Psicología Juridicial, la Criminalística, la Medicina Legal, la
Estadística Criminal, la Psiquiatría Forense, la Criminología, etc.”, Sandoval Smart, para quien la
Criminalística es la disciplina auxiliar del Derecho penal que se ocupada del descubrimiento y la
verificación científica del delito y del delincuente; Ladislao Thot, en Policía Nacional del Perú
(2010:2), que afirma que ésta es la ciencia auxiliar del Derecho Penal, que se ocupa del
descubrimiento y la verificación científica del delito y del delincuente; Ladislao Thot, en Policía
Nacional del Perú (2010:2), que afirma que ésta es la ciencia auxiliar del Derecho Penal, que se
ocupa de los métodos y modos prácticos de dilucidar las circunstancias de la perpetración de los
delitos e individualizar a los culpables; Carlos Alberto Guzmán (2000:37), que la concibe como la
profesión y disciplina científica dirigida al reconocimiento, individualización, evacuación de la
evidencia física, mediante la aplicación de las ciencias naturales, en cuestiones legales; Montiel
Sosa, quien sostiene que ésta es una ciencia penal auxiliar, que mediante la aplicación de sus
conocimientos, metodología y tecnología, al estudio de las evidencias materiales, descubre y verifica
científicamente la existencia de un hecho presuntamente delictuoso y al o los responsables
aportando las pruebas a los órganos que procuran y administran justicia; los autores del Manual de
Criminalística de la Policía Nacional del Perú (2010:2), para quienes el saber criminalístico
representa una “disciplina técnico-científica, jurídica y metodológica que integra las diferentes áreas
del saber científico aplicables a la investigación del delito, a fin de establecer por el estudio y/o
análisis de los indicios o evidencias, el móvil, las pruebas, las circunstancias y los medios empleados
para su ejecución, así como la identificación del autor o autores”; y finalmente, Moreno González,
quien señala que la Criminalística “es la disciplina que aplica fundamentalmente los conocimientos,
métodos y técnicas de investigación de las ciencias naturales en el examen del material sensible
significativo relacionado con un presunto hecho delictuoso de administrar justicia, su existencia, o
bien reconstruirlos, o bien señalar y precisar la intervención de uno o varios sujetos en el mismo”;
citado por Hikal Carreón.

1.2.2 Escuela de la Investigación Criminal

Sus defensores propugnan, fervientemente, una Criminalística aplicada, como componente


fundamental de la Investigación Criminal propiamente dicha.

Este enfoque es definido, fundamentalmente, por: Guillermo Cabanellas (que señala que “la
Criminalística es la investigación científica del crimen o delito”; Vid. Rodríguez Regalado, 2006ª:
183); Creccaldi, citado por Rodríguez Manzanera (1981:70), quien refiere que la Criminalística “es
el conjunto de procedimientos aplicables a la investigación y estudio material del crimen para
proveer a su prueba”; López Gómez y Gisbert Calabuig, que señalan que el objeto del quehacer
criminalístico se funda en “el estudio de las técnicas médicas y biológicas usadas en la investigación
criminal sobre las huellas y los objetos de los hechos delictuosos” (así, Policía Nacional del Perú
2010:2); Fillho del Picchia, quien en un errado marasmo por negarla a los vestigios biológicos su
importancia en el esclarecimiento de los hechos, concebía a la Criminalística como “un conjunto de
conocimientos técnico-científicos aplicados a la función judicial de la investigación criminal y, del
estudio de la prueba indiciaria constituida por los vestigios materiales de naturaleza no biológica”;
Gisbert Calabuig (1992;975) quien tras haber reformado su primer y poco acertado concepto, afirma
más coherentemente que “la criminalística es la ciencia que estudia los indicios dejados en el lugar
del delito, gracias a los cuales se puede establecer, en los casos más favorables, la identidad del
criminal y las circunstancias que concurrieron en el hecho delictivo”, Aguilar Ruiz (2005:181), para
quien la Criminalística “analiza indicios y evidencias, es decir, todos los objetos relacionados con la
escena del crimen con el fin de identificar quien es la víctima y el victimario”; y a Nieto Alonso
(1998:17) que en igual talante, la define como aquella disciplina encaminada a la determinación de
la existencia de un hecho criminal, a la recogida de pruebas e indicios y a la identificación de los
autores mediante la aplicación de métodos científicos de laboratorio, así como a la elaboración de
los informes periciales correspondientes.

1.2.3 Escuela Criminológica y Escuela Autónoma o Contemporánea

Escuela Criminológica

Para los seguidores de esta tendencia, la Criminalística no representa en modo alguno, una ciencia
autónoma y más bien es concebida como parte integrante y subsidiaria de la Criminología, o en su
defecto, de la llamada Síntesis Criminológica o Enciclopedia Criminológica.

Son defensores de esta corriente: Sodi Pallares, Palacios Bermúdez y Gutiérrez Tibón (para
quienes, “la Criminalística es una disciplina explicativa y formalística constituida por un conjunto
sistematizado de diversas disciplinas naturales y que tiene por objeto el descubrimiento y
verificación del delito; desde luego que es una disciplina auxiliar, pero que comprueba el delito y
estudia al delincuente en forma científica”, Cfr. Rodríguez Regalado, 2006ª:183-184); Vicente
Garrido, Per Stangeland, Santiago Redondo (que afirman que la Criminalística constituye “una
técnica dentro de la Criminología y no una ciencia propia”, Cfr. Rodríguez Regalado, 2006ª: 183-
184), Oswaldo Tiegui (para quien, “la Criminalística es multidisciplinaria, y se le señala como la
madre de la Investigación Criminal, por cuanto los conocimientos, técnicas, disciplinas y ciencias a
las cuales recurre acorde a su finalidad (Medicina, Química, Física, Antropología, etc.), son
capítulos de su quehacer científico. De tal manera la Criminalística se haya en un estadio superior
plenamente articulada con el quehacer criminológico”, Cfr. Rodríguez Regalado, quién sigue
diciendo una concepción enciclopédica de la Criminología sostiene que la Criminalística es una
ciencia relacionada al proceso; Rodríguez Manzanera (1981:60) quien, pese a reconocer que la
Criminalística es el conjunto de procedimientos aplicables a la búsqueda, descubrimiento y
verificación científica del hecho aparentemente delictuoso y del presunto actor de éste(Ídems,
1981:70)sostiene, por otro lado, que los “componentes mínimos de la Criminología son:

a) Antropología Criminológica
b) Biología Criminológica
c) Psicología Criminológica
d) Sociología Criminológica
e) Criminalística
f) Victimología
g) Penología

Carro Fernández (2008:9), que la concibe como aquella parte de la Criminología que considerada
como ciencia, estudia sistemáticamente las huellas, rastros e indicios del delito, dejados por el
culpable o culpables, y mediante técnicas científicas de toda índole, médicas, biológicas, físicas,
trata de identificar al autor(es) del delito.

Escuela Autónoma o contemporánea

Los teóricos de esta nueva y valiente tendencia confieren a la ciencia Criminalística un carácter
autónomo de las demás ciencias del saber humano, entendiéndola como una ciencia Teórico-
Aplicativa, con propio campo de estudio y plena independencia científica, que no obstante puede
trabajar en equipo a favor de la resolución de conflictos e incertidumbres en general.

Defendiendo esta tesis tenemos a Alberto Helwing, para quien la Criminalística constituye “en su
conjunto, la enciclopedia del peritaje, la prueba del porvenir”, y al maestro peruano Rodríguez
Regalado (2006ª:181), prestigioso jurista y perito criminalístico, quien (en una feliz tarea integradora
del saber criminalístico de la época, y bajo la premisa de que este conocimiento no sólo es aplicable
al quehacer del Derecho Penal, sino que puede ser extensivo a las diferentes ramas del Derecho y
hasta incluso a las actividades particulares de los individuos, actividades que por cierto nada
tendrían que ver von procesos o delitos), afirma que la criminalística es la “ciencia mediante la cual
se procede al examen de indicios y evidencias de diverso origen y naturaleza, por parte de expertos
forenses, con el objeto de plasmar la información obtenida en un pronunciamiento pericial que sirva
de ilustración para un proceso judicial, administrativo o de índole particular”.

Así, sólo resta decir, que las escuelas o tendencias doctrinarias desarrolladas precedentemente se
encuentran, evidentemente alimentadas en atención a las diversas posiciones académico-científicas
de quienes han ejercido y/o vienen ejerciendo actividades relacionadas con esta materi.

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