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I. Introducción.
A. Salutación.
b) ¿De manera que Dios busca solo a “verdaderos adoradores”? Esto es justamente
lo que enseña el Señor Jesús.
c) ¿Quiere decir que haya adoradores que no sean verdaderos, que sean falsos? Tal
inferencia es obligatoria, ¿no le parece? Si hay verdaderos, se implica que los hay de
la categoría opuesta.
(1) La mujer que planteó a Cristo el tema de la "adoración" era samaritana. Ahora
bien, los samaritanos adoraban sí a Dios, pero no conforme a las directrices del
Antiguo Testamento, el código de leyes divinas que estaba en vigor cuando Cristo
Antiguo Testamento, el código de leyes divinas que estaba en vigor cuando Cristo
habló con aquella mujer al lado del pozo de agua. Por lo tanto, el Señor le
dice: “Vosotros adoráis lo que NO sabéis…”. Adoraban al Dios verdadero, pero
adoraban equivocadamente. Efectivamente, adoraban en vano. De ahí que,
tristemente, no figuraban entre los “verdaderos adoradores”.
(3) Nuestro país está lleno de adoradores del único Dios verdadero, pero
¿cuántos de ellos son “verdaderos adoradores”? ¿Cuántos siguen sus propios
criterios o las tradiciones de tiempos pasados? ¿A cuántos diría el Señor:
“Vosotros adoráis lo que no sabéis”?
El verdadero adorador...
(e) No dice: “Dios, te amo. Mi alma te alaba. Quiero adorarte y voy a hacerlo con
los dones que tú me has dado. Mira, que tú me has dado el don de tocar la
guitarra (el cuatro, la pandereta, la batería) y el don de cantar. Así que, de todo
corazón, con toda sinceridad, voy a alabarte mediante mis dones, confiado en
que te agraden mis alabanzas”.
1. En el día de hoy, ¿se quedan nuestras alabanzas aquí en la tierra, encerradas en este
edificio? ¡De modo alguno! Se levantan, flotan, vuelan sobre las alas de nuestro amor
para con Dios, hacia el trono del Creador.
para con Dios, hacia el trono del Creador.
4. Ya que Dios es el adorado, su evaluación de nuestra adoración es la que cuenta. Sin
embargo, se detecta la tendencia fuerte entre los adoradores aquí en la tierra de hacer
su propia evaluación, dicho sea de paso, casi siempre subjetiva.
a) “¡Qué lindo culto el de esta mañana! Cuán preciosos los cánticos, ¿verdad?,
hermanos. ¡Oh, sí! ¡Tremendo culto!” Pues bien, para nosotros, sí, "bien bonito el
culto", pero, la pregunta clave es: ¿Qué evaluación de nuestro culto hace el propio
Dios allá en el cielo?
c) Sin duda, nosotros los adoradores debemos evaluar nuestro culto. En el escenario
de la visión de Apocalipsis 11:1, el ángel ordena al apóstol Juan: “Levántate, y mide el
templo, y el altar, y a los que adoran en él”, es decir, medir la iglesia, el culto y los
adoradores. ¿Con qué “vara”? Amados, ¡con la de la sana doctrina del Nuevo
Testamento, y no con la de nuestros sentimientos o emociones humanos!
7. La dirección del culto bíblico es, reiteramos, vertical, hacia Dios. Tengámoslo presente
siempre para que siempre seamos “verdaderos adoradores”.
2. La dirección de este mensaje es horizontal, desde este púlpito hacia ustedes, mis
amados oyentes. No es vertical, pues no pretendo instruir a Dios. Más bien,
es horizontal para nuestra mutua edificación. Asimismo, la dirección de las clases
bíblicas, como también de los cánticos espirituales compuestos para edificar y animar,
es horizontal. En cambio, la dirección de las alabanzas es vertical.
3. ¿Por qué el énfasis sobre la dirección del culto bíblico, que si bien vertical o
horizontal? Sencillamente, porque las observaciones y evidencias evidencian que
muchos adoradores se confunden referente a la dirección que han de tomar sus
alabanzas.
a) Al parecer, hay adoradores que se concentren más en el hombre que en Dios, que
dirijan sus alabanzas más hacia el hombre que hacia Dios. Se llega a esta
conclusión porque sus cultos son patentemente carnales, materialistas, mundanos,
de la tierra, de los hombres, concebidos y efectuados para...
Impresionar al hombre.
Impactar al hombre.
(2) Ya que están pensando más en los hombres que en Dios, no es de extrañarse
que introduzcan en sus cultos objetos y acciones que agraden y atraigan al
hombre.
(a) Por cierto, no pocos adaptan a sus cultos casi todo lo que ofrece
la farándula mundana, incorporando en sus cultos todo tipo de instrumento
musical, de ritmos musicales, de canciones mundanas, aun bailes, al estilo
de los artistas de renombre y los mecanismos de promoción utilizados en los
grandes espectáculos mundanos, incluso luces psicodélicas.
(b) Lo que hacen en tales cultos no tiene ningún apoyo bíblico. No constituye
un culto “en verdad”; ciertamente, no es un culto “en espíritu” sino más bien en
la carne.
b) He aquí un gran peligro para nosotros los líderes y miembros de la Iglesia de
Cristo: que en nuestros cultos dejemos de mirar hacia arriba, de dirigir nuestras
alabanzas a Dios; que cambiemos la dirección de nuestras alabanzas de vertical a
horizontal. De hacerlo, sin duda no tardaríamos en comenzar a imitar a nuestros
vecinos religiosos. Efectuado tal cambio, ya no seríamos “verdaderos adoradores”.
C. La dirección del culto bíblico no es hacia adentro, es decir, hacia mi propio corazón o
alma, hacia mi propio ser, sino hacia arriba, hacia Dios.
1. Al adorar al Padre, no lo hago para complacerme a mí mismo sino para complacer a
él. Al complacer a él, teniendo el testimonio de su palabra de adorar “en espíritu y en
verdad”, rindiendo “culto racional”, me siento satisfecho y contento. Estas emociones
positivas fluyen a través de mi corazón y espíritu por haber hecho lo correcto, lo bíblico,
y por haberlo hecho con el propósito bíblico de ensalzar al Creador de acuerdo con sus
instrucciones. No fluyen porque haya adorado a mi manera con miras a hacerme a mi
mismo sentirme bien, alegre, aliviado, liviano, emocionado, extasiado, eufórico.
Aguardo con paciencia el día cuando me llame el Señor a unirme a los seres
celestiales en gloriosas alabanzas donde ni lo carnal ni lo material reste nada del
culto al único Dios verdadero, pues habrán dejado de existir. Entonces, estaré vestido
de mi nuevo cuerpo espiritual, poderoso y glorioso, en el cual podré adorar sin
distracciones físicas al Dios que es Espíritu, al que merece gloria y honra por las
edades, pues él es quien lo ha creado todo, incluso él es el Padre de mi espíritu,
amándome y rescatándome para su Reino eterno.
III. Invitación. Amigo, amiga, le invitamos a convertirse al Señor para que también tome usted
su lugar entre la multitud de los “verdaderos adoradores” que adoran a Dios “en espíritu y en
verdad”, pues el Creador tiene complacencia solo en los "verdaderos".
verdad”, pues el Creador tiene complacencia solo en los "verdaderos".
Tenga por seguro que, si usted está buscando de Dios, él también está buscando a usted para
redención y reconciliación, deseando que se transforme usted en verdadero adorador.
Tal transformación excelente se inicia cuando la persona llena de convicción confiesa que
Cristo es el Salvador, se arrepiente de todo pecado y se bautiza "para perdón de los
pecados" (Hechos 2:38-47).
LIBRO en PDF
También disponible como impreso
¿Autoriza Dios el uso de INSTRUMENTOS
de MÚSICA en las ALABANZAS de la iglesia?
Dieciséis estudios
139 páginas, tamaño carta