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Disfrutar del agua, el recurso vital de la vida, es un problema que en muchas lugares de
Guatemala se agrava paulatinamente. Guatemala es un país que posee abundancia de agua
con diversidad de ríos y lagos. Existe una gran demanda de este recurso en la vida cotidiana
de millones de guatemaltecos; sin embargo no existe un buen manejo del mismo ni mucho
menos la preocupación de las empresas que prestan el servicio por preservarla o entregar un
producto realmente potable.
Expertos mencionan que la contaminación industrial de las aguas subterráneas sigue siendo
un grave problema en la mayoría de los países desarrollados. En todo el mundo se produce
la infiltración de productos tóxicos en el suelo y en las aguas subterráneas, procedentes de
tanques de almacenamiento de gasolina, vertederos de basuras y zonas de vertidos
industriales.
Uno de los grandes problemas de este recurso es la contaminación que percibe y el impacto
que tiene en la salud de la población, ya que apenas el 4.5% de los municipios de Guatemala
otorgan tratamiento de agua hacia el agua que consumen sus comunidades, y es por eso que
apenas un 15% de la población del área urbana recibe agua apta para el consumo humano.
Parecerá raro pero según un análisis realizado en el año 2,003, se demostró que en 2,700
comunidades rurales, el 48% de consumían agua contaminada con coliformes fecales.
Recordemos que más del 65% de población guatemalteca vive en el área rural.
Ninguna institución es capaz de afrontar este problema al 100%. Apenas existen políticas
que establecen que se entregue plenamente agua potable para el consumo humano. La Ley
General de Aguas es poco eficiente y no establece mecanismos de control para lograr que se
dé el servicio pleno y confiable para la población.
Pero no todo es malas noticias. Existen instituciones como RASGUA que trabajan para que
se garantice un desarrollo sostenible del agua en nuestro país. Y otras instituciones de carácter
internacional que tienen presencia en todo el mundo como lo es Global Water
Partnership GWP, quienes tienen la misión de apoyar el desarrollo sostenible y la gestión de
los recursos hídricos en todos los niveles de las comunidades más necesitadas. La
preocupación alarma a la comunidad guatemalteca y a la comunidad internacional como lo
hizo la PNUD en un simposio presentado el año pasado en la Ciudad de Guatemala.
Es por eso que se debe exigir un mejor tratamiento, saneamiento y control del recurso vital.
El agua en nuestra vida cotidiana es esencial. Y también recordar que está en los ciudadanos
cuidar el recurso, no desperdiciándola y hacer conciencia a las demás personas de que el agua
conforme pasan los años, escasea en mayor cantidad. Debemos presionar para lograr una
mejor comunicación con las entidades para mejorar la utilizacion de la misma.
Datos estadísticos.
Guatemala cuenta con las condiciones naturales favorables que le permiten disponer de
abundante agua para las personas, el ambiente y la productividad económica. Anualmente se
producen 97 mil millones de m3 de agua. Sin embargo, de esto solo se aprovecha un 10% a
nivel nacional. [1] Según la Encuesta nacional de condiciones de vida (ENCOVI) 2011-
2012, el 70% de los hogares guatemaltecos tiene acceso a servicios básicos, es decir, a agua
entubada y drenajes a nivel urbano, mientras que en el área rural, solo el 30% de los hogares
tienen acceso a estos servicios. Para todos los departamentos la cobertura con mejores fuentes
de agua es mayor en la zona urbana que en la rural. El déficit de la cobertura para los
servicios de saneamiento está cerca de 83% en la zona rural, mientras en la zona urbana la
cobertura es de 76,7%, que demuestra una situación clara de inequidad. De 334
municipalidades registradas en la ENCOVI, sólo un 4% aplican tratamiento a las aguas
residuales, mientras que el resto es vertido en los cuerpos de agua, principalmente ríos.
En el tema educativo tiene estrecha relación con los servicios de agua y saneamiento, así las
tasas de deserción son más altas en área rural que en el área urbana; existen disparidades y
brechas de cobertura para los pobres, niñas y niños, indígenas y los que viven en zonas
rurales. El 89% de los establecimientos públicos de preprimaria a diversificado se encuentra
en zonas rurales; de estos el 64% cuenta con fuentes mejoradas de agua, cuentan con 70,000
asientos sanitarios y 40,087 letrinas, el 90% de las mismas son pozos ciegos o perforados y
casi, el 62% de estos se encuentra en buen estado.