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El problema del que nadie habla, el subempleo.

Marcos Zevallos Timoteo, egresado de economía.

En la primera década del siglo XXI, Latinoamérica experimentó una bonanza económica sin
precedentes, el boom del superciclo de las materias primas benefició a los diversos gobiernos del
subcontinente, la actividad económica creció y comenzaron a ingresar capitales del extranjero y los
niveles de la inversión privada comenzaron a crecer, conectando, vía políticas públicas, a la
reducción de la pobreza y el desempleo; posteriormente, la siguiente década estuvo marcada por
una desaceleración económica por efectos de la crisis financiera internacional (2007-2008) y las
actuales guerras comerciales en el Pacífico. A pesar de ello, el Perú, en lo particular, es considerado
una de las estrellas latinoamericanas por su eficiente desempeño macroeconómico, pero la realidad
dista cuando comparamos los impactos a nivel social y microeconómico.

Los ciudadanos de a pie están preocupados constantemente por sus niveles de ingreso y la
ocupación que tienen, cualquier ciudadano al escuchar la palabra “desempleo” siente un justo
temor, los analistas económicos y sociales pareciesen que tienen una especial obsesión con la tasa
de desempleo a la hora de analizar el mercado laboral peruano, si bien es menester mencionar que
la tasa de desempleo se sitúa en un 5% a la fecha del 2017 (INEI) y ha mostrado una ligera tendencia
decreciente en la última década, el mercado laboral peruano es predominantemente informal,
donde siete de cada diez trabajadores son informales, más aún, si examinamos a desglose, de esos
tres trabajadores que están en empleados en el sector formal, dos de ellos en el peor de los casos
no están adecuadamente empleados, que es lo mismo que mencionar a grandes rasgos, estar
subempleados.

Fuente: INEI.
Elaboración: Marcos Zevallos Timoteo.

La tasa de desempleo en el Perú bordea el 45%, existen dos clases de subempleo, el visible y el
invisible, el primero hace referencia a aquellas personas que laboran menos de 35 horas, pero
quisieran laborar más, podríamos situar a los trabajadores que están a tiempo parcial y desean
laborar a tiempo completo; el segundo está relacionado a los trabajadores cuyos ingresos son
menores a un mínimo referencial, que a julio del 2018 se estimó en S/965.85, lo anterior
mencionado a la metodología bajo la cual el INEI (Instituto Nacional de Estadística e Informática)
usa. Me atrevería a añadir un tipo más, aunque no es de medición cuantitativa, ya que es más
cualitativo, el subempleo por vocación profesional, citando un ejemplo, un joven egresado de
economía que le apasiona el mundo de las finanzas corporativas, a menudo puede que no encuentre
un puesto relacionado a ello, así que, por motivos de ingresos, puede que incursione en otras áreas
como logística, estudios económicos, gestión pública, etc. Evidentemente, el hecho de que este
futuro profesional no esté laborando en el rubro donde pueda dar el 100%, puede que no se esté
aprovechando su capacidad óptima.

Fuente: INEI
Elaboración: Marcos Zevallos Timoteo

El subempleo es tan grave como también lo puede ser el desempleo, ya que vulnera las expectativas
de los ciudadanos con respecto al desarrollo de la economía de su país, si bien es necesario una
reforma laboral en el país, esta debe estar integrada tanto por los gestores como los interesados,
estableciendo vías de comunicación adecuadas y claras. Uno de los objetivos de esta Red Mundial
de Jóvenes Políticos relacionadas a las ODS (Objetivos de desarrollo sostenible), específicamente el
número cuatro “Trabajo decente y crecimiento económico”, forma parte de nuestra agenda a
trabajar en los distintos países en donde estamos ubicados. Desde nuestra posición, estaremos
comprometidos a aportar al debate para resolver el problema.

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