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MÁSTER UNIVERSITARIO EN ECONOMÍA INTERNACIONAL Y

DESARROLLO
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

TRABAJO DE FIN DE MÁSTER

La hegemonía del capital financiero en


Argentina durante la presidencia de Mauricio
Macri

Nombre y apellidos del autor: Carlos Hernán Stibanelli


DNI del autor: AAA152181
Nombre y apellidos de los tutores: Fonseca Castro, Jorge Oscar y Medialdea
García, Bibiana.
Tipo de trabajo: Estudio de caso
Fecha de presentación: 5 de septiembre de 2019
RESUMEN
El presente trabajo de fin de máster es un estudio de caso de la gestión económica del
último gobierno de la República Argentina, encabezado por Mauricio Macri, quien accede
al poder el 10 de diciembre de 2015 y luego de 12 años de gestión peronista, ejercidos por
el matrimonio Kirchner. La hipótesis se centra en aspectos institucionales y económicos con
la pretensión de demostrar que el recambio de gobierno no puede ser inscripto en un mero
traspaso de mando de un partido político a otro, sino que, esencialmente, se trató de un
traspaso del poder político al poder económico, ejercido sin intermediarios ni representantes
de segundo orden. Tal ocupación se ejerció desde las propias estructuras y posiciones de
jerarquía del Poder Ejecutivo Nacional. En relación a los aspectos económicos, el objetivo
principal del presente trabajo está orientado a probar la existencia de una alianza especifica
entre ciertas fracciones dominantes del capital, pero cuya conducción fue ejercida por el
capital financiero especulativo, que adquiere un rol hegemónico en el proceso económico
durante éste periodo.

Para lo anterior, será esencial el abordaje detallado de las principales medidas introducidas
por la nueva gestión, con el objetivo de comprender las causas y consecuencias en el plano
económico y social de las políticas económicas, con especial énfasis en los principales
beneficiados de dichas políticas económicas. Lo anterior será desarrollado teniendo en
cuenta la jerarquía de la economía argentina en el orden internacional y las realidades
sociales e históricas del país.

ABSTRACT
The following master's thesis is a study case of the economic management of the last
government of the Argentine Republic, headed by Mauricio Macri, who comes to power on
December 10, 2015 after 12 years of Peronist management, exercised by The Kirchner
matrimony. The hypothesis focuses on institutional and economic aspects with the aim of
demonstrating that the change of government cannot be registered in a mere transfer of
command from one political party to another, but specifically, as a transfer of political power
to the economic power, exercised without intermediaries or second-order representatives.
Such occupation was exercised from the hierarchy structures and positions of the National
Executive Power. In relation to the economic aspects, the main goal of the present work is
oriented to prove the existence of a specific alliance between certain dominant fractions of
capital, but whose conduct was exercised by speculative financial capital, which acquires a
hegemonic role in the economic process during this time.

For this, the detailed approach of the main measures introduced by the new management
will be essential, with the objective of understanding the causes and consequences of
economic policies in the economic and social level, with special emphasis on their main
beneficiaries. This will be executed taking into account the hierarchy of the Argentine
economy in the international order and the social and historical realities of the country.
DEDICATORIAS

A mi madre que, si hubiera podido finalizado sus estudios de grado, habría sido una gran
economista además de lo que siempre fue, una gran madre

3
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................................... 5
2. DIMENSIÓN INSTITUCIONAL DE LA HEGEMONÍA Y ORIENTACIÓN GENERAL DEL GOBIERNO DE
CAMBIEMOS .................................................................................................................................. 7
2.1. DIMENSIÓN INSTITUCIONAL DE LA HEGEMONÍA ............................................................7
2.2. ORIENTACIÓN GENERAL DE LA POLÍTICA ECONÓMICA DEL GOBIERNO DE CAMBIEMOS .9
3. LAS PRINCIPALES MEDIDAS ECONÓMICAS DE LA GESTIÓN DE CAMBIEMOS ............................. 10
3.1. POLÍTICA MONETARIA Y FINANCIERA ........................................................................... 10
3.1.1. Fin del cepo y liberalización del mercado de cambios ................................................. 10
3.1.2. Desregulación bancaria y financiera ............................................................................ 11
3.1.3. Política monetaria de alto contenido especulativo ...................................................... 12
3.1.4. Endeudamiento externo ............................................................................................. 13
3.2. POLÍTICA DE COMERCIO EXTERIOR ............................................................................... 14
3.3. LA POLÍTICA ENERGÉTICA Y LA ACTUALIZACIÓN DE LAS TARIFAS DE SERVICIOS PÚBLICOS16
4. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA Y LOS EFECTOS SOBRE LOS
DISTINTOS GRUPOS SOCIALES ...................................................................................................... 18
4.1. RESULTADOS ECONÓMICOS ......................................................................................... 18
4.1.1. Cambios en la inserción externa ................................................................................. 18
4.1.2. Marco monetario y financiero .................................................................................... 21
4.1.3. La problemática fiscal ................................................................................................. 22
4.2. LOS EFECTOS SOCIALES ................................................................................................ 24
4.3. LA INTERACCIÓN ENTRE LOS DIFERENTES SECTORES ECONÓMICOS ............................. 25
5. CRISIS Y EL REGRESO AL ENDEUDAMIENTO CON EL FMI ....................................................... 27
6. CONCLUSIONES .................................................................................................................... 30
7. BIBLIOGRAFÍA....................................................................................................................... 33
8. ANEXOS................................................................................................................................ 36

4
1. INTRODUCCIÓN
El proceso de financiarización de las economías latinoamericanas tiene su inicio durante
los procesos militares en la década del setenta y se ha profundizado continuadamente a lo
largo de las décadas siguientes, alcanzando su apogeo durante la década del noventa con
el pleno desenvolvimiento del paradigma del Consenso de Washington (Williamson, 1990),
impulsado por diversas instituciones y organizaciones financieras mundiales, y según los
intereses de los grandes capitales de los países centrales. Los diez puntos que lo componen
abordan una secuencia de políticas económicas a las que se puede definir como la
intersección entre el neoliberalismo y la contrarrevolución neoclásica. Como se verá más
adelante, existe un alto grado de coincidencias de éstas con la política económica
impulsada desde diciembre de 2015 en la República Argentina.

No hay unanimidad en la literatura académica ni por tanto una definición única de


financiarización, sin embargo, para los fines de ésta investigación se concebirá
financiarización como el ascenso en términos de relevancia del sector financiero por sobre
las actividades productivas y, especialmente, en términos de un cambio del patrón de
acumulación “cuyo contenido económico y social concreto respondería a la influencia, tanto
en el orden económico como en el social de una forma del capital” (Chesnais, 2003, p. 39).
De esta forma, la acumulación capitalista comienza a girar cada vez más alrededor de la
valorización financiera, en donde el nuevo patrón de acumulación “devino en el eje
ordenador de las relaciones económicas, lo cual, por cierto, no aludió únicamente a la
importancia que adquirió el sector financiero en la absorción y asignación del excedente
sino a un proceso más abarcativo” (Basualdo, 2006, p. 130). Por lo tanto, el origen de tal
proceso se encuentra en el terreno de las relaciones sociales y económicas en torno a las
finanzas y no en el ámbito de la producción.

La forma en la cual la financiarización se desenvolvió en América Latina ha sido estudiada


en profundidad por diversos autores como Basualdo (2006), Basualdo y Kulfas (2000),
Salama (2006, 2007), Ferrer (2015), Medialdea (2010), entre otros; sin embargo, no es el
objetivo del presente trabajo abordar tal proceso. Por el contrario, se considerará que el
nuevo patrón de acumulación financiarizado de las economías periféricas y semiperiféricas1
de América Latina está estrechamente relacionado con un proceso histórico más profundo,
el cual ha servido de cimiento al capital financiero internacional para repetir y reforzar el
carácter dependiente de tales economías y su subsidiaridad, además de que agregó
fragilidades estructurales consecuencia de la mayor exposición a los cambios de los flujos
internacionales, tanto financieros como comerciales. Se podría decir, entonces, que el
nuevo régimen de acumulación acarrea todas las contradicciones y desigualdades previas
en conexión a la internacionalización de capital en la economía mundial, cuyos efectos no
son otros que la profundización de esta inserción dependiente.

El presente trabajo adoptará la forma de estudio de caso y buscará caracterizar el dominio


del sector financiero y especulativo, tanto de origen local como internacional, y la forma
distintiva en que esto se expresó en términos políticos e institucionales durante la gestión
del partido Cambiemos, con Mauricio Macri como presidente de la República Argentina,
quien accede al poder el 10 de diciembre de 2015 a través de elecciones libres y
democráticas, hasta la firma del acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional
[FMI] en 2018.

1
Entendiendo “semiperiferia” en los términos expuestos por Gereffi y Evans (1981).

5
Debe tenerse en cuenta que no es la pretensión de ésta investigación dar una respuesta
definitiva a la totalidad de la complejidad del tema que se aborda. Por el contrario, se trata
esencialmente de una primera aproximación teniendo en cuenta las limitaciones temporales
y materiales de la realización de un trabajo de fin de máster.

La hipótesis central es que Argentina se encuentra en un momento culmen del proceso de


creciente relevancia del capital financiero especulativo, donde éste alcanza una posición
hegemónica desde la cual conduce la acumulación en el marco de una alianza específica
con otros sectores dominantes, pero con un elemento diferenciador y distintivo que sería el
ejercicio directo de la gestión de la política económica, sin intermediarios y desde las
estructuras institucionales del Poder Ejecutivo Nacional. Lo anterior no supone una mera
caracterización del contexto, sino que podría tratarse de un genuino intento de modificar la
morfología y el sentido del Estado, y que, como se verá más adelante, no puede ser
igualado a experiencias previas de gobiernos del mismo perfil ideológico, hayan sido
democráticamente electos o dictatoriales.

La metodología de aproximación al caso incluirá un análisis pormenorizado de las


principales medidas de política económica de dicha gestión y cómo se vinculan frente a las
diversas fracciones del capital. Además, se utilizarán recursos estadísticos para exponer
los efectos en las cuentas nacionales de las políticas económicas, con especial foco en la
balanza de pagos y el balance cambiario2 del Banco Central de la República Argentina
[BCRA] . En razón de la relevancia de los factores institucionales, se analizará con un
enfoque empírico cómo y en qué grado estas diversas fracciones pasan a formar parte de
las estructuras formales del Estado.

Es necesario recalcar que la existencia de una fracción hegemónica no implica que no


operan de forma conjunta con otras fracciones del capital, por el contrario, integran un
bloque de poder específico. De esta forma, y utilizando los términos conceptuales de
Poultanzas (1975), esa clase o fracción hegemónica operan de forma conjunta
estableciendo una alianza específica de clase y que forman parte del bloque en el poder,
pero existe una fracción hegemónica que ejerce la dirección.

En el caso de este trabajo, el objetivo principal es identificar cuáles son estas fracciones
dominantes y evidenciar que el sector hegemónico ha sido el financiero. Asimismo, será
central el abordaje institucional, demostrando que el cambio de gestión política también
estuvo asociado a una nueva forma de Estado. En este sentido, el análisis de las medidas
adoptadas durante la crisis económica y financiera que se desarrollará a partir de 2018,
cuyo puntapié inicial fue el rechazo de los mercados financieros internacionales a absorber
nuevas emisiones de deuda soberana de Argentina, que se extiende y se profundiza hasta
el presente, podría aumentar el caudal de evidencias.

La gestión de la política económica durante la crisis permitirá que observe con mayor
claridad los compromisos con la fracción hegemónica, o sea el capital financiero
especulativo, mientras que con el resto de los sectores dominantes se mantendrán, en

2
“Intenta resumir las operaciones cursadas en moneda extranjera en el conjunto de entidades
autorizadas a operar en cambios y en el BCRA, realizadas en un período determinado. Dado que el
balance cambiario muestra como resultado la variación de reservas internacionales del BCRA, en la
explicación de los factores que dan lugar a ese resultado se incluyen las operaciones de cambio
cursadas a través del Mercado Único y Libre de Cambios o el BCRA, y las transacciones que afectan
el nivel de reservas internacionales o la Posición General de Cambios de las entidades financieras,
sin pasar por una liquidación de cambio” (BCRA, n.d.)

6
términos de Gramsci (2003), en un equilibrio inestable de compromisos con una serie de
grupos subordinados que se mantienen, no solo sobre un plano corporativo, sino sobre un
plano universal.

En el próximo capítulo se procederá a analizar la dimensión institucional y la orientación


general de la política económica. Seguidamente, se abordarán las medidas económicas
iniciales en concreto y cómo afectan positiva y negativamente a uno y otro sector. En tercer
lugar, se realizará un análisis de la crisis, identificando cuál fue su disparador y el
desempeño del gobierno durante ésta. Luego, se intentará caracterizar el rol y sentido del
acuerdo con el FMI con la información disponible, poniendo especial atención en la
velocidad con la que éste ocurrió y en el marco del mantenimiento de los privilegios de las
fracciones dominantes, aún en el peor momento de la crisis. Finalmente, se presentarán las
conclusiones que, lejos de pretender fijar un cierre al análisis, invitan a una reflexión o
investigación posterior que necesariamente deberá ser desarrollada a futuro.

2. DIMENSIÓN INSTITUCIONAL DE LA HEGEMONÍA Y


ORIENTACIÓN GENERAL DEL GOBIERNO DE CAMBIEMOS

2.1. DIMENSIÓN INSTITUCIONAL DE LA HEGEMONÍA

Como lo destaca Basualdo (2017), con el gobierno de Macri y por primera vez en la historia
argentina, los sectores dominantes accedieron al poder a través de elecciones
democráticas, con un partido propio y sin condicionamientos de otras fuerzas partidarias.
Esta alianza de sectores económicos no funciona como una base de sustentación política,
sino que ejercen la administración directa del Estado desde los espacios de jerarquía
institucional del Poder Ejecutivo Nacional. Dentro de este grupo podríamos ubicar a
sectores como el agroexportador, el energético y el financiero, tanto locales como
extranjeros, pero especialmente a los de origen extranjero.

A pesar del discurso oficial en referencia a la importancia centralísima de reducir el gasto


público, la estructura jerárquica del Poder Ejecutivo Nacional se incrementó en un 160%
durante los primeros meses de gestión (CIPPEC y ASAP, 2019), lo cual prima facie
pareciera ser una contradicción si no fuera porque el costo de los nuevos puestos
jerárquicos creados fueron parcialmente compensados por despidos de personal general,
staff o de la base piramidal del Estado que fueron aproximadamente 11.000 durante los
primeros meses de gobierno y con aproximadamente 115.000 contratos en revisión o
suspenso (Ferrari, 2016).

Si se partiera desde un punto de vista estrictamente empírico y asumiendo que existe una
expresión institucional inmediata y directa de la hegemonía de una fracción del capital, se
podría decir que, en la distribución de funcionarios de esta estructura jerárquica
acrecentada del gobierno nacional, el 40% de las posiciones fueron capturadas por
representantes directos e indirectos de diversos grupos económicos y cámaras
empresariales. Los bancos transnacionales y empresas extranjeras no industriales son los
que ostentarán el mayor poder, ocupando el 30% de las posiciones institucionales de
relevancia, frente a una disminuida presencia de los grupos económicos locales con una

7
representación del 6,7%. Las cámaras empresariales poseen el 12,5% y, en mayor medida,
están asociadas a la actividad agropecuaria (Anexo I).

De esta forma, la producción industrial nacional queda desjerarquizada, subrepresentada y


reducida a una expresión menor en términos institucionales, mientras que los grandes
ganadores en el terreno institucional son las compañías financieras y de servicios de capital
extranjero, y con una clara sobrerrepresentación de directivos, lobistas y gerentes de
empresas energéticas en el Ministerio de Energía de la Nación.

En este sentido, conviene aclarar que lo anterior constituye una experiencia inédita en
Argentina, ya que no hay antecedentes de una tradición política de “puerta giratoria” o
revolving door, como fue acuñada en la legislación norteamericana, entre el sector público
y el sector privado transnacional de capitales extranjeros para ingresar a un gobierno y
retornar luego a sus actividades en el sector privado.

Por otra parte, sería un error pretender asociar automáticamente la gestión de Macri con lo
ocurrido en los noventa. Si bien el sector financiero “cobró una forma hegemónica con el
modelo de la convertibilidad y el menemismo en los años ’90” (Varesi, 2014, p. 15), no tuvo
la contrapartida institucional que sí se observa en el caso del macrismo. Los noventa se
caracterizaron por el ascenso de políticos tecnócratas que en su mayoría eran
manifiestamente ortodoxos y que podemos asimilar como adherentes al pensamiento de la
contrarrevolución neoclásica. Si bien Carlos Menem, presidente de Argentina durante dicho
periodo, llevó adelante un gobierno de claro corte neoliberal, existió algún grado de
equilibrio político y no se puede afirmar que existía en lo institucional una presencia
hegemónica de alguna de las fracciones del capital en el gobierno.

En el mismo sentido, tampoco se aprecian similitudes de representatividad institucional


entre la gestión de Cambiemos y la última dictadura militar, periodo que abarcó de 1976 a
1982, ya que, como refiere Castellani (2009), durante la dictadura sobrevivió algún grado
de favoritismo por actores vinculados con los grupos económicos locales.

Se evidencia, entonces, que el sector financiero ha logrado una posición hegemónica desde
lo institucional, acompañado en segundo y tercer lugar por el sector energético y
agroalimentario exportador, lo cual no se asimila a otro periodo histórico de Argentina y, por
lo tanto, adquiere un carácter particular y distintivo en la actual gestión de gobierno.

A partir de este breve repaso institucional, se podrá comprender más rápidamente que las
medidas de política económica de la gestión de Mauricio Macri que se abordarán en los
próximos párrafos, lejos de la aparente afinidad ideológica y necesidad económica, podrían
responder a una causa específica. En este sentido, se intentará demostrar que dicha causa
es aquella que le es propia a una fracción del capital que ha logrado hacerse de un poder
hegemónico y conducir así tanto la acumulación como el ejercicio directo del gobierno y las
instituciones del Estado en un acuerdo de intereses con otras fracciones dominantes.

8
2.2. ORIENTACIÓN GENERAL DE LA POLÍTICA ECONÓMICA DEL GOBIERNO
DE CAMBIEMOS

El nuevo partido gobernante centró su discurso en la acumulación creciente del déficit


subordinando todas las variables económicas a las monetarias, “este enfoque plantea que
el déficit externo se produce por exceso de emisión monetaria y su resolución requiere de
políticas monetarias contractivas o la eliminación de las fuentes de exceso de creación
monetaria como es el gasto público” (Manzanelli, 2018, p. 29). En ese sentido, el
ordenamiento del gasto público y la administración de la emisión monetaria eran centrales
para el nuevo gobierno, pero a contramano de los discursos anti-estatales típicos de los
partidos políticos de derecha, inicialmente y a grandes rasgos, no existió una orientación
anti-estatal en el macrismo.

Al mismo tiempo, el recambio de gobierno no implicó novedades en términos


necesariamente ideológicos, ya que se trata de retomar una tradición de corte neoliberal y
de derecha que gobierna desde 1976 a la fecha y del que solo pueden ser exceptuadas las
gestiones de Raúl Alfonsín (1983-1989) y del matrimonio Kirchner (2003-2015). En este
sentido, es necesario remarcar que el neoliberalismo no es un ejercicio de política
autónoma y soberana, sino más bien una expresión del modelo de inserción dependiente
de Argentina en la economía mundial.

La falta de novedades en el terreno de lo ideológico se opone a las innovaciones en


términos del ejercicio de la gestión. De esta forma, considerando que “básicamente, la
derecha representa la forma de pensar y sentir de los responsables de dirigir la producción,
y la izquierda expresa los puntos de vista de los trabajadores y de quienes se preocupan
por la justicia social” (Di Tella, 2015, p. 18), en el caso de la gestión de Cambiemos no
podemos asumir que sea la expresión exacta de un gobierno de derecha, sino que ha sido
un gobierno donde los grupos de poder representativos de las fracciones del capital
asumieron la conducción del Estado de forma directa.

El cambio de administración que se dio en diciembre de 2015 en Argentina vino a


representar un giro copernicano en relación a la política económica respecto del periodo
kirchnerista (2003-2015). En el plano de la política monetaria y financiera, y con inusitada
rapidez, la nueva gestión implementó cambios sustanciales de orientación respecto de la
gestión anterior. Fue de amplio y extendido conocimiento que estos cambios eran exigidos
por los grandes bancos de inversión de origen extranjero, pero también por fracciones del
capital financiero local y de las grandes empresas energéticas trasnacionales. En el próximo
capítulo se abordará de forma más detallada el desmantelamiento de los controles de
cambios, de ingreso y egreso de capitales, y la desregulación financiera y bancaria.

En suma, la nueva gestión priorizó el reingreso a los mercados internacionales de créditos


para satisfacer la demanda de divisas contenida debido a los controles establecidos por la
gestión anterior a través de endeudamiento. Por lo tanto, lo importante era el
reordenamiento de las finanzas públicas por ser una exigencia de los capitales financieros
internacionales, que argumentativamente exigen que el deudor no gaste en exceso y
garantice de tal manera el repago de la deuda.

El gobierno afirmó que el objetivo de estas modificaciones era modernizar, recrear la


confianza de los capitales internacionales en la Argentina y establecer reglas de juego que
automáticamente regeneraría el circulo virtuoso de inversiones, ahorro y crecimiento. Lo
anterior inscripto en una cosmovisión de la economía mundial no conflictiva, sin

9
reconocimiento de la existencia de diferencias estructurales y de jerarquía entre la periferia,
semiperiferia y los países centrales, y donde “la globalización es una realidad que trae
inmensas oportunidades que debemos aprovechar” (Macri, 2016).

Por su parte, las experiencias de desregulación y liberalización financiera están asociadas


a crisis económicas en la memoria argentina dada la persistencia de la fuga de capitales,
al tiempo que no logra resolverse la llamada “restricción externa”, que agrega otro
componente crítico en torno a la dependencia de los flujos de ahorro externo.

Como se verá más adelante, el patrón de endeudamiento de la gestión de Cambiemos


alentará la fragilidad financiera de país, consecuencia de la creciente dependencia de tales
fondos y, como consecuencia de ello, la exposición a cualquier fenómeno imprevisto que
pudiera reducir los flujos de ingreso o exacerbar los flujos de fuga.

3. LAS PRINCIPALES MEDIDAS ECONÓMICAS DE LA


GESTIÓN DE CAMBIEMOS

A continuación, se presentarán de forma descriptiva las medidas iniciales de política


económica de la gestión de Cambiemos, diferenciando las medidas tendientes a la
liberalización del mercado cambiario y de capitales, liberalización financiera, y brevemente
se hará mención a la cuestión del comercio exterior y a la dolarización de las tarifas de los
servicios públicos. En referencia a la gestión financiera, será abordado el caso de los hold-
out del canje de deuda de 2005 y 2009, ya que en sí es representativo del objeto del
presente trabajo. Es necesario también señalar que lo siguiente abracará el periodo de
diciembre de 2015 a diciembre de 2017, ya que la batería de medidas al momento de la
crisis debe estudiarse por separado y, al mismo tiempo, como consecuencia de las medidas
iniciales.

3.1. POLÍTICA MONETARIA Y FINANCIERA

3.1.1. Fin del cepo y liberalización del mercado de cambios

La prioridad de la nueva gestión fue la liberalización y desregulación del mercado cambiario,


lo que implicó la derogación del llamado “cepo cambiario”3 implementado en la gestión
kirchnerista. La liberalización del mercado de cambios se dio el 16 de diciembre de 2015, a

3
El “cepo cambiario” fue una medida implementada el 1º de noviembre de 2011, momento a partir
del cual todas las personas físicas tuvieron que pedir autorización a la agencia recaudadora de
impuestos antes de comprar moneda extranjera. En caso de inconsistencia entre los ingresos
declarados y los montos que se intentaban adquirir, la solicitud era rechazada. También existían topes
mensuales a la cantidad de divisas que las personas podían adquirir, más allá de su nivel de ingresos
declarados. Esta medida no afectó la utilización en el exterior de tarjetas de crédito o débito emitidas
en Argentina, pero sí implicó una retención anticipada de impuestos sobre los consumos realizados,
que luego se podía aplicar a las declaraciones anuales. Por su parte, las empresas no podían realizar
compras de divisas para fines especulativos o por razones de atesoramiento.

10
tan solo siete días de asumir el nuevo gobierno y sin instalar ninguna medida que pudiera
paliar un eventual overshooting de la cotización de la moneda, ya que a partir de ese
momento pasaría a cotizar según los vaivenes de la oferta y la demanda, con alguna
posibilidad de intervención del BCRA si el tipo de cambio superaba cierto límite, pero este
nunca fue clarificado por la autoridad monetaria (Franco, 2015).

Lo anterior generó un shock devaluatorio de aproximadamente el 40% en lo inmediato y, a


pesar del pronóstico estrictamente teórico de que los precios son más inflexibles que el tipo
de cambio y que, por otra parte, la presunción de Mauricio Macri de que los precios ya
habían descontado una devaluación futura (Macri, 2015), se descartó un traslado a precio
de la variación del tipo de cambio. Lo anterior quedó totalmente invalidado cuando la
inflación se disparó por encima del 40% en los primeros meses de gestión.

La desregulación del mercado de cambios fue creciente y quedó completamente


desregulado para septiembre de 2016; de esta forma, el BCRA eliminó de forma total las
restricciones a la compra de moneda extranjera cualquiera fuese su fin4.

3.1.2. Desregulación bancaria y financiera

Con la derogación el decreto N° 616/2005 que establecía un encaje del 30% para los
capitales golondrina y la obligatoriedad de que estos fondos quedaran dentro de las
fronteras por un año, parte del capital estrictamente especulativo veía limitada su
valorización dado que un 30% quedaba virtualmente congelado en el BCRA y, por otra
parte, si bien podía deshacerse de los activos, no podían fugarse por el periodo establecido.
Ese plazo fue reducido a 120 días y se eliminó el encaje del 30% pocos días después de la
eliminación de los controles cambiarios. La regulación quedó totalmente eliminada el 5 de
enero de 2017 con la modificación del referido decreto a través de la Resolución 1 - E/2017,
anunciada por el ministro de Hacienda frente a banqueros en el Foro de Davos del mismo
año.

Al mismo tiempo, y como recoge Vanoli (2018), respecto al sistema bancario se tomaron
medidas agresivas de eliminación de topes máximos de tasas de interés activas para la
otorgación de préstamos personales y prendarios, se desregularon comisiones y tasas
cobradas por los distintos servicios bancarios, y paulatinamente se fueron desarticulando
las líneas de crédito para la producción.

Como se observará al final de esta sección, la liberalización de la cuenta de capitales no


generó un efecto positivo en la Inversión Extranjera Directa [IED], sino más bien sobre la
inversión en cartera, acompañada por una creciente fuga de capitales y una remisión de
utilidades, especialmente por parte de las empresas trasnacionales.

4
En un primer momento, se estipuló que cualquier individuo o empresa podría comprar y atesorar
libremente moneda extranjera, inicialmente fijando un máximo de U$2 millones por mes.
Posteriormente, en mayo de 2016, este tope se incrementó a U$5 millones, y finalmente, se eliminó
cualquier tipo de limitación en septiembre de 2016.

11
3.1.3. Política monetaria de alto contenido especulativo

El nuevo gobierno se abandonó totalmente la política monetaria del kirchnerismo, basado


en metas cuantitativas y de flotación administrada para el tipo de cambio, adoptándose la
política monetaria de inflation targeting y flotación libre del tipo de cambio, ambas asociadas
a la tradición neoliberal de enfoque estrictamente monetarista del fenómeno inflacionario,
dejando de lado cualquier efecto que podría generar las tensiones redistributivas entre el
capital y la fuerza de trabajo, o sus efectos sobre el empleo y la actividad económica.

La instrumentalización de la política monetaria contuvo en sí misma un altísimo grado de


componentes especulativos, porque careciendo de una política activa de financiamiento de
la actividad productiva que permitiera mejorar la posición exportadora, el BCRA pasaba a
depender exclusivamente de la buena voluntad del sector primario y extractivo exportador
de liquidar divisas —a lo que ya no estaban obligados5—, y del sector financiero de ingresar
divisas para obtener una rentabilidad en pesos argentinos a través de instrumentos
especulativos, con la garantía de que se podría convertir tal ganancia en moneda dura y
fugarla cuando y como quisieran.

De esta forma, el BCRA abrió camino a la especulación dándole un nuevo sentido a


instrumentos de esterilización monetaria existentes, compuestos por las “Lebac” para su
nominación en pesos y “Letes” para su nominación en dólares, permitiendo su adquisición
por parte de inversores privados, tanto institucionales como particulares, argentinos o
extranjeros, y constituyendo así el vehículo fundamental para el desarrollo de las
actividades especulativas del periodo analizado y asociadas al carry-trade o “bicicleta
financiera” como lo denomina Vanoli (2018). Ésta fue la receta aplicada, no solo para
absorber liquidez con la esperanza de reducir el ritmo inflacionario por la vía monetaria, sino
para aumentar las reservas y recrear una oferta de divisas totalmente ficticia —ya que parte
importante de los inversores en Lebac eran extranjeros—, basada en el crecimiento de la
deuda del BCRA, y que constituyó una presión constante sobre la tasa de interés y sin
ningún tipo de éxito en torno al control de la inflación, como se podrá apreciar en el capítulo
4.

Los intereses de estos instrumentos impactan en el llamado “déficit cuasifiscal”, que es el


originado en el resultado financiero del BCRA y surge de la diferencia entre lo que rinde el
activo del BCRA, o sea, las reservas internacionales, y los intereses que devengan sus
pasivos remunerados, como es el caso de estos instrumentos y los pases pasivos6. El
continuo empeoramiento de este déficit fue una constante de la gestión macrista.

De esta manera, y como se volverá evidente, se ayudó a crear un desbalance persistente


e institucionalizado en el mercado de cambios. Por un lado, los sectores exportadores ya
no estaban obligados a liquidar sus posiciones, la liberalización la cuenta de capital no
imponía restricciones de ningún tipo a los flujos externos de corte especulativo, ni al capital
productivo trasnacional sumergido en el país. La dependencia de estos flujos redundó en
una tasa de interés creciente basada en las necesidades de remuneración exigida por el

5
Mediante el Decreto Nº 893/2017, los exportadores ya no estarían obligados a ingresar al país y/o
liquidar las divisas provenientes de la venta de productos argentinos en el exterior en el Mercado
Único y Libre de Cambios.
6
Es un contrato entre bancos y Banco Central, en el cual una de las partes compra a la otra, títulos
al contado y, simultáneamente, convienen la operación de recompra a un plazo determinado y por
un precio convenido que se denomina “prima”. La prima engrosa la rentabilidad de los bancos y
constituye un pasivo para el Banco Central.

12
capital financiero y que, a su vez, encarecía el crédito productivo, excepto para aquellos
que podían financiarse en el exterior, que serían las empresas trasnacionales.

3.1.4. Endeudamiento externo

La primerísima medida para poder retornar a los mercados internacionales fue el pago del
total del monto reclamado por los holdouts en los tribunales de Nueva York, Estados Unidos,
que bloqueaba cualquier posibilidad de nuevas colocaciones en dicho mercado. Argentina,
que había iniciado un proceso de desendeudamiento exitoso a través de los canjes de
títulos en default de 2005 y 2010, se veía impedido de realizar una oferta a los acreedores
en litigio hasta tanto venciera la cláusula RUFO7, vencimiento que operaba el 1º de enero
de 2015.

Posterior a esta fecha se intentó negociar con los acreedores, pero según informó el
ministro de Economía de aquel entonces, Mauricio Macri ya se había comprometido con los
llamados “fondos buitres” a pagar el total de lo reclamado durante la campaña presidencial
de 2015 (Kicillof, 2019). De esta forma, los acreedores no tenían ningún incentivo para
aceptar ninguna oferta, excepto la ya determinada en el juzgado.

De esta forma, la nueva gestión de gobierno emitió títulos de deuda en el mercado


internacional por U$16.500 millones a una tasa de interés promedio del 7% y que destinaron
enteramente a cancelar lo adeudado a los holdouts. Los agentes colocadores de esta nueva
deuda también formaban parte de la composición del gabinete del gobierno nacional a
través de personal jerárquico de dichas empresas que ahora habían pasado a formar parte
de dicho gabinete, siendo el propio ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, uno de ellos.

A lo anterior hay que agregarle un canje de letras del BCRA que agregó U$14.500 millones.
Sobre esto es necesario recalcar que no fue específicamente un canje de deuda emitida en
el mercado secundario, sino que se trataba de títulos que había emitido el gobierno nacional
durante el periodo kirchnerista y que rendían poco más del 1% para compensar los fondos
girados por el BCRA al Estado nacional para realizar las cancelaciones de servicios de
deuda externa. De esta forma, se pasó de una deuda entre organismos del Estado —que
era poco onerosa en términos fiscales para el Estado—, a deuda externa y cuyo rendimiento
promedio superó el 8% promedio, aumentando aún más el costo fiscal de la deuda.

Solo en el primer año de gestión, y según la Secretaría de Finanzas de la Nación, el


gobierno nacional había emitido deuda en los mercados internacionales por un total de
U$45.077 millones, a lo que habría que agregar unos U$7.000 millones aproximadamente
que emitieron las distintas provincias, arrojando un total de U$52.102 millones en total. El
sector privado, según el Instituto Argentino de Mercados de Capitales, solamente logró
colocar unos U$6.889 en el mismo periodo, de los cuales en su mayoría fueron contraídos
por compañías trasnacionales relacionadas con el sector energético, bancario y
telecomunicaciones.
La deuda externa estatal total nominada en dólares al momento de la asunción de Macri
rondaba los U$85.616 millones o U$222.703 millones en términos totales y globales o
37,6% respecto del PIB. Las emisiones durante el primer año implicaron un incremento de
52,65% de la deuda externa en dólares y respecto del PIB el endeudamiento representó

7
Por sus siglas en inglés, Rights Upon Future Offers. Se trata de una cláusula de la emisión de
títulos del canje de deuda de 2005 y 2010, a partir de la cual se prohíbe pagar a otros inversores de
manera voluntaria en mejores condiciones que las otorgadas a aquellos que aceptaron el canje.

13
7% más respecto del año anterior, totalizando de forma global una deuda de U$266.978M.
Esto representó la tasa de crecimiento del “endeudamiento externo público más relevante
de las últimas cuatro décadas que fueron, por cierto, aquellas en las que la deuda externa
asumió una mayor relevancia en la economía argentina” (Manzanelli y Barrera, 2018, p.
25).

Durante 2017, este proceso de endeudamiento continuó a ritmos verdaderamente


alarmantes y, como se desprende del Ministerio de Finanzas de la República Argentina, la
deuda total y global ascendió a U$318.058 millones, lo que representó un incremento
nominal de más de U$51.000 millones que, sumado a las emisiones de 2016, representó
un franco cambio del perfil de acreedor, resultando en una creciente participación de los
tenedores privados extranjeros que pasó del 12% al 24% durante los primeros dos años de
gestión.

Ese dato también implica un crecimiento del stock de deuda medido con relación al PIB,
pasando de 37,6% en 2015 a 54,6% en diciembre de 2017, que es el doble del ritmo de
aumento de la deuda anual alcanzado en dictadura, entre 1976 y 1983; además de esto, el
endeudamiento del sector privado fue aún menor que en 2016 y las emisiones nominales
en moneda extranjera rondaron los U$5.000 millones (Observatorio de la Deuda Externa,
2018).

El impacto sobre el déficit publico primario y financiero serán analizados más adelante, pero
en esencia, las reducciones del gasto primario fueron más que compensadas por el
creciente déficit financiero, lo que terminó generando un déficit global superior.

3.2. POLÍTICA DE COMERCIO EXTERIOR

Antes de describir la política de comercio exterior establecida por el gobierno de Macri, es


necesario repasar dos aspectos claves de la gestión anterior. Por un lado, la fuga de
capitales durante el kirchnerismo no cesó, “pero cambió de naturaleza ya que pasó a estar
asociada al superávit de balanza comercial y no a la deuda” (Basualdo, 2017, p. 148),
volviéndose evidente entre 2011 y 2015 a través del deterioro de la posición externa
consecuencia del deterioro de los términos de intercambio desde 2013 en adelante8, del
creciente déficit generado por las importaciones energéticas y la fuerte elasticidad producto
de las importaciones. Esto se modificó con el gobierno de Macri, ya que, al liberalizar la
cuenta de capitales, eliminar el “cepo cambiario” y otras medidas financieras ya analizadas,
canalizó la fuga que antes discurría por la balanza comercial.

El gobierno de Cambiemos siempre mantuvo un discurso aperturista en lo comercial,


tendiente a despejar, al menos en las apariencias, el componente ideológico de la política
exterior y retomando las visiones más auspiciosas del escenario global a la hora de definir
e implementar su política exterior. De esta forma, se entendió la inserción externa como un
terreno libre de conflictividad entre las dimensiones internas y externas de la economía de
Argentina y como facilitador automático de desarrollo económico de la nación. Por lo tanto,
y partiendo de esta cosmovisión, la respuesta automática del nuevo gobierno fue proceder

8
Según se desprende del “Informe de poder de compra de las exportaciones y efecto de los
términos del intercambio, base 2004=100, años 1986-2018”, de INDEC.

14
a eliminar o reducir las barreras arancelarias y no arancelarias, tanto de las exportaciones
—como fue el caso de las retenciones a las exportaciones—, como de las importaciones.

En ese camino, la gestión de Cambiemos impulsó una reducción de las retenciones a la


soja, cayendo del 35% al 30% para el grano y del 32% al 27% en sus derivados, mientras
que las retenciones al trigo y al maíz pasaron del 23% y el 20%, respectivamente, al 0%. A
este valor se llevaron también las de girasol y sorgo, e igualmente se quitaron las
retenciones a la exportación de carnes y productos de las economías regionales. Asimismo,
mediante el Decreto 160/2015, las retenciones industriales también fueron eliminadas,
estableciéndose su descenso al 0% a un amplio conjunto de mercancías industriales.

En referencia a las barreras no arancelarias, el gobierno de Cambiemos eliminó gran parte


de ellas el 22 de diciembre de 2015 a través de la Resolución General Nº 3823/2015 de la
Administración Federal de Ingresos Públicos [AFIP] y, de esta forma, fue desarticulado el
régimen para autorizar el ingreso de importaciones de bienes ideado por el gobierno
anterior para no gastar las divisas “en importaciones superfluas o suntuarias a la vez que
se buscaba incentivar la sustitución de importaciones” (Vanoli, 2018, p. 7), facilitando el
ingreso de bienes importados y exponiendo a la industria local a una competencia
desventajosa.

En términos de política de comercio exterior, estos cambios deben ser interpretados en un


sentido más amplio, ya que son la expresión de una estrategia económica y política regional
y mundial, y que no se evidencia por una sola vía sino por varias simultáneamente. En este
sentido, la liberalización del comercio debe comprenderse de forma contextualizada, ya que
el “golpe blando”9 en Brasil y el triunfo de Macri en Argentina retoman una agenda
aperturista y orientada a la realineación política y comercial con Estados Unidos que había
sido derrotada con el “No al ALCA”10 en la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata,
Argentina.

Entonces, los cambios en torno a la liberalización del comercio no son aislados, sino que
están insertos en una estrategia política regional que persigue la restauración del orden
impuesto a la región, que implica que Argentina asuma su “condición periférica y evitar
cuestionar el rol de gendarme global que hace décadas ejerce Estados Unidos”
(Morgenfeld, 2017, p. 2), con severas sanciones frente a cualquier nuevo intento
proteccionista para darle un carácter permanente y con la posibilidad de elevar los costos
de salida para aleccionar a las naciones desobedientes.

La reducción de aranceles y la liberalización de las barreras no arancelarias tendieron a


retomar la especialización en la producción primaria y energética, “alentando un esquema
reprimarizador y extractivista […] permitiendo ganancias extraordinarias para un núcleo
reducido de la clase dominante —y los grandes capitales externos con los que se asocia—
y una escasa diversificación productiva” (Morgenfeld, 2017, p. 2).

9
Como lo denomina Varesi (2016).
10
El rechazo al ALCA fue la expresión de una corriente política, ideológica y social que condensó en
el fenómeno observado en 2005 durante la IV Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, Argentina.
Esta iniciativa fue acompañada institucionalmente por los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia y
Venezuela, pero además fue un punto de confluencia de vertientes que no necesariamente se
encontraban ideológicamente identificadas con los líderes políticos de estos gobiernos.

15
3.3. LA POLÍTICA ENERGÉTICA Y LA ACTUALIZACIÓN DE LAS TARIFAS DE
SERVICIOS PÚBLICOS

Durante la gestión kirchnerista, la característica sobresaliente del sector energético en


Argentina fue la “tendencia decreciente de la producción de petróleo y gas en simultáneo
con el crecimiento de la demanda de energía asociado al crecimiento de la actividad
económica” (Kofman y Crespo, 2018, p. 1). Si bien a partir de 2012 y 2013, cuando el Estado
argentino retoma el control accionario de YPF, se promulga una serie de leyes y medidas
que ensayaron un intento de recuperación que implicó que “las cantidades importadas de
gas disminuyeron y el sector logró relajar la restricción externa que sufría la economía por
la falta de divisas” (Kofman y Crespo, 2018, p. 7). La baja en el precio al que se importó gas
a partir de ese año por la caída de la cotización internacional, también fue un elemento que
cooperó a aliviar la problemática.

El déficit, por lo tanto, se materializaba no solo en el creciente giro de utilidades de las


empresas trasnacionales con posición dominante en el mercado local, especialmente
durante el control accionarial de YPF por parte de Repsol, como se puede apreciar en el
gráfico a continuación, sino especialmente en un creciente déficit energético —gas,
electricidad y petróleo— que, en términos de divisas, representaba U$7.700 millones en
2014 y U$4.670 millones en 2015, según el balance cambiario del BCRA. Al mismo tiempo,
el precio interno de la energía estaba subsidiado y, por lo tanto, generaba una constante
pérdida de divisas por la cuenta externa y una presión sobre el déficit fiscal. Por otra parte,
las tarifas internas subsidiadas permitían a la industria local —mayormente proveedora del
mercado interno— producir a costos significativamente más bajos, lo que alimentaba la
rentabilidad de las empresas y, a su vez, generaba una fuente de ingresos indirectos a los
sectores asalariados a través de los subsidios al consumo domiciliario.

3.1. Evolución de los dividendos pagados por YPF y del porcentaje de dividendos sobre utilidades,
2006-2018

3500 300

3000 255,1 250

2500
200

2000

150
140,5
1500

105,1 100
1000
76,8

52,9 57,8
50
500

7,8 6,4 11,4


0 5,2 3,1 5,7 3,1 0
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018

Dividendos pagados Porcentaje sobre utilidades

Fuente: Elaboración propia en base a YPF y Kofman y Crespo (2018).

16
Las demandas del sector energético de capitales privados durante la gestión kirchnerista
se habían concentrado en presionar por liberalizar la comercialización exterior y la
disponibilidad de las divisas resultado del intercambio, desregular la actividad interior y
finalizar con la política de subsidios, igualar precios internos a los externos, etc. Todos y
cada uno de estos reclamos del sector privado fueron atendidos por la gestión de Macri,
pero no en una mesa de negociación entre el Estado y el sector privado, sino que se
instauró un Ministerio de Energía atendido por los propios dueños, lobistas y directivos de
las empresas energéticas.

En el caso de la gestión de Mauricio Macri, 364 altos funcionarios del Poder Ejecutivo
Nacional, que según Basualdo (2017) representan el 40% del funcionariado jerárquico,
provenían del sector privado, con o sin ninguna experiencia previa en la gestión pública;
además, sesenta de ellos ocupaban los máximos cargos en las empresas de las que
provenían y se ubicaron principalmente en los ministerios de Energía y Minería, Producción
y Agroindustria (Canelo y Castellani, 2017).

El caso del Ministerio de Energía y Minería de la Nación debe ser abordado en lo particular,
porque no solo representa uno de los casos más flagrantes de “puerta giratoria” de la
gestión de Macri al designar para tal cargo Juan José Aranguren, CEO y accionista de Shell
Argentina, sino que éste, a su vez, completó la estructura jerárquica interna de tal ministerio
con secretarios y subsecretarios con el mismo o similar grado de incompatibilidad (Anexo
II).

Entre las primeras medidas se modificó el entramado institucional del Ministerio para
“concentrar el poder de decisión en el nuevo Ministerio de Energía y Minería, sin necesidad
de establecer acuerdos con otras áreas” (Canelo y Castellani, 2017, p. 18). Esto le dio
autonomía suficiente para realizar cambios profundos en los cuadros tarifarios, redirigir
subsidios y atender los reclamos del lobby del sector energético sin tener que intermediar
con ninguna otra área del Estado. De esta forma, el propósito fundamental fue lograr una
rápida recomposición de la tasa de rentabilidad de las empresas energéticas, reducir lo más
rápido posible el déficit energético sin establecer metas de inversión, reducir a la menor
expresión posible los subsidios dirigidos al consumidor, pero en claro perjuicio del conjunto
de la sociedad argentina, especialmente a los sectores asalariados y a las pequeñas y
medianas industrias que abastecían de bienes y servicios al mercado interno (Anexo III).
De esta forma, se fueron alineando paulatinamente los precios internos con los
internacionales y produciendo la apertura de la comercialización externa con libre
disponibilidad de divisas para los exportadores lo que, en términos regulatorios y prácticos,
implicó la dolarización de las tarifas internas. Esto estuvo acompañado de una serie de
incentivos a los productores de gas, donde el Estado no solo cubriría la diferencia del precio
internacional respecto del precio local, mientras este existiese, sino que además se pasaba
a subsidiar la exportación de forma tal que resultaba más rentable exportar que abastecer
el mercado interno11. Siendo que abastecer el mercado interno era una obligación, cuanto
menor consumo interno hubiera mayor rentabilidad obtendrían al exportar los saldos.

11
Si el gas se exporta la empresa recibirá la compensación, más el precio de exportación que será
mayor al doméstico. Ejemplo: U$7,5 – U$4,345 (valor promedio para el primer cuatrimestre de 2018)
= 3,15 dólares por la compensación. Si vende al mercado interno a nivel distribuidoras, recibe U$4,32
(valor promedio del mismo periodo) + U$3,15 de la compensación = U$7,5. Pero si vende a Chile,
por ejemplo, a U$10 puesto en frontera, seguirá percibiendo la compensación basada en el precio

17
Por ejemplo, la liberalización del precio del gas ayudó a reducir los subsidios, pero
asestando un golpe directo a los costos de producción y, por lo tanto, a la rentabilidad del
sector productivo y los ingresos de las familias. Esta medida, entre otros factores,
desencadenó la suba de las tarifas energéticas, las cuales entre diciembre de 2015 y
diciembre de 2017 acumularon incrementos en torno al 920% en la electricidad domiciliaria
y comercial, 927% para el caso del gas y 100% para el caso del combustible (UNDAV,
2018), aunque en este último el impacto fue menor ya que venía actualizándose desde que
el Estado retomó el control de YPF.

4. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DE LA POLÍTICA


ECONÓMICA Y LOS EFECTOS SOBRE LOS DISTINTOS
GRUPOS SOCIALES

La política económica descripta a grandes rasgos en el capítulo anterior tuvo claros y


contundentes ganadores. El objeto del presente capitulo es exhibir los resultados y el
impacto en los distintos grupos sociales. De esta forma, quedarán expuestas como es que
ha funcionado la alianza especifica de los sectores dominantes y las nuevas formas de
obtención de rentabilidad basada, esencialmente, en las condiciones, reglas y tracción
generada por la fracción hegemónica, o sea, el capital financiero especulativo. Sin éste, el
resto de las dinámicas de obtención de rentabilidad de los sectores agroalimentario
exportador y energético no se podrían haber realizado de la forma que se realizó, y donde
la burbuja de divisas montada sobre los pasivos del BCRA reviste un carácter central de la
dinámica especulativa.

4.1. RESULTADOS ECONÓMICOS

4.1.1. Cambios en la inserción externa

El sector financiero, en ausencia de controles sobre los flujos de capitales y la desregulación


del mercado de cambios, ya no veían limitadas sus posibilidades de lograr una ganancia
estrictamente financiera en el terreno de las inversiones especulativas en instrumentos
públicos en pesos argentinos, aprovechando los diferenciales de tasas. Simultáneamente,
la reapertura de los mercados de crédito internacionales representaba cierto nivel de
reaseguro sobre la disponibilidad de divisas para fugar las ganancias en moneda fuerte, en
este caso, el dólar norteamericano.

Esto se expresó en el meteórico ascenso del endeudamiento público al mismo tiempo que
las inversiones de cartera en 2016, que se multiplicaron 80 veces respecto de las de 2015,
pero acompañado de una muy importante caída de la inversión directa. Tan es así que la

de venta en la Argentina. En este caso, el total percibido será U$10 + U$3,15 del programa de
estímulo. En suma: mercado interno U$7,5 /MMBTU vs venta a Chile U$ 13,15 /MMBTU.

18
inversión directa de 2016 solo representó un 13% respecto de la observada en 2015, y si
bien en 2017 intenta una recuperación, no alcanza para superar los niveles de 2015, que
de por sí ya eran bajos debido al proceso electoral en curso.

La inversión de cartera se localizó principalmente en títulos de deuda soberana e


instrumentos del menú del BCRA de corto y cortísimo plazo, esta dinámica de atracción de
divisas le permitió al gobierno recomponer las reservas internacionales por
aproximadamente unos U$ 14.000 millones en 2016 y una cifra similar en 2017 a fuerza de
divisas ficticias, de origen netamente especulativas, generando un efecto burbuja.

Asimismo, esta liberalización del mercado de divisas y capitales, junto con la eliminación
de las barreras arancelarias y paraarancelarias en relación con el comercio exterior,
sostenidas por la oferta de divisas de origen especulativo, permitió al capital productivo
trasnacional normalizar el flujo de compras y pagos al exterior, remitir utilidades de sus
operaciones en el país sin limitaciones ni cargas de ningún tipo, volver a endeudarse en los
mercados internacionales si así lo deseasen o liquidar sus actividades productivas en el
país y dedicarse a la importación.

4.1. Resumen balanza de pagos por componentes y categoría funcional, 2015 a 2018 (en millones
de dólares).
2015 2016 2017 2018
Total Total Total Total

1. Cuenta corriente -17.622 -15.105 -31.598 -27.479


1.A Bienes y servicios -6.600 -4.035 -15.611 -10.149
1.A.a Bienes -785 4.416 -5.462 -867
Crédito (Exportaciones) 56.809 57.960 58.639 61.638
Débito (Importaciones) 57.594 53.544 64.101 62.505
1.A.b Servicios -5.815 -8.452 -10.149 -9.282
Crédito (Exportaciones) 13.214 13.425 14.752 14.717
Débito (Importaciones) 19.029 21.876 24.901 23.998
1.B Ingreso primario (Renta) -12.105 -12.192 -16.388 -18.629
1.B.1 Remuneración de empleados 26 -94 -88 -89
1.B.2 Renta de la inversión -12.130 -12.098 -16.299 -18.541
1.B.2.2 Inversión de cartera -2.687 -3.505 -5.981 -9.323
1.B.2.3 Otra inversión -1.322 -1.487 -1.767 -2.220
1.B.2.4 Activos de reserva 24 61 130 417
1.C. Ingreso secundario (Transferencias corrientes) 1.083 1.123 401 1.300

2. Cuenta de capital 52 366 139 87

Capacidad/Necesidad de financiamiento -17.570 -14.739 -31.459 -27.392

3. Cuenta financiera -18.498 -13.964 -31.273 -27.985


3.1 Inversión directa -10.884 -1.474 -10.361 -10.071
Activos 875 1.787 1.156 1.802
Pasivos 11.759 3.260 11.517 11.873
3.2 Inversión de cartera -437 -35.255 -35.922 -6.683
Activos 93 798 5.502 6.092
Pasivos 530 36.053 41.424 12.775
3.3 Instrumentos financieros derivados -25 222 -96 -35
Activos - - - -
Pasivos 25 -222 96 35
3.4 Otra inversión -2.246 8.232 550 -22.473
Activos 8.814 2.689 12.506 25.185
Pasivos 11.060 -5.542 11.956 47.657
3.5 Activos de reserva -4.906 14.311 14.556 11.277

Errores y omisiones netos -928 775 186 -593

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

19
4.2. Detalle cuenta financiera por categoría funcional: Inversión de cartera y derivados financieros,
2015 a 2018 (en millones de dólares)
2015 2016 2017 2018
Total Total Total Total

3.2 Inversión de cartera -437 -35.255 -35.922 -6.683

Adquisición neta de activos financieros 93 798 5.502 6.092


3.2.1 Participaciones de capital y participaciones en fondos de inversión -176 -978 308 509
3.2.2 Títulos de deuda 269 1.776 5.195 5.583

Pasivos netos incurridos 530 36.053 41.424 12.775


3.2.1 Participaciones de capital y participaciones en fondos de inversión 239 985 3.013 -508
3.2.1.1 Banco central (S121) - - - -
3.2.1.2 Sociedades captadoras de depósitos, excepto el banco central (S122) 48 95 2.598 -419
3.2.1.3 Gobierno general (S13) - - - -
3.2.1.4 Otros sectores (S1Z) 191 891 415 -90
3.2.2 Títulos de deuda 291 35.068 38.411 13.283
3.2.2.1 Banco central (S121) - 480 5.131 -4.152
3.2.2.2 Sociedades captadoras de depósitos, excepto el banco central (S122) 83 532 609 -436
3.2.2.3 Gobierno general (S13) -1.593 31.190 28.381 17.640
3.2.2.4 Otros sectores (S1Z) 1.802 2.866 4.290 231

3.3 Derivados financieros netos -25 222 -96 -35

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

Sin embargo, el cambio de lógica en las actividades de las empresas trasnacionales en el


país redundó en una creciente presión sobre la balanza de pagos vía la cuenta corriente de
bienes y servicios, donde las importaciones crecen 20% en 2017 respecto de 2016,
mayormente explicadas por un crecimiento de los bienes de consumo y automóviles, frente
a un magro crecimiento de las exportaciones del 1% para el mismo periodo, explicado en
mayor medida por una mejora de las exportaciones de origen no agroalimentario. En
referencia a los datos de 2017, el único año de crecimiento del periodo macrista, arroja un
dato muy relevante entorno a las importaciones, ya que se da en un contexto de caída de
la actividad industrial, con lo cual el peso de lo importado es cada vez más significativo en
términos de la demanda. Los déficits de la balanza comercial de 2016 y 2017 fueron
cubiertos con endeudamiento externo.

El giro de dividendos y la remisión de utilidades de las empresas trasnacionales crecen más


de un 35% de 2016 a 2017 y continúan su expansión durante 2018, lo que explica los
movimientos observados en la cuenta de ingreso primario (renta). Los crecientes
desbalances de cuenta corriente, tanto por remisión de utilidades como por importaciones,
presionan sobre las necesidades de endeudamiento, que crecen un 113% de 2016 a 2017,
en ausencia de una dinámica exportadora virtuosa. La caída de las necesidades de
financiación de 2018 se explica casi exclusivamente por una caída más acelerada de las
importaciones que por un crecimiento de las exportaciones.

En términos generales, el sector energético explica los montos observados en inversión


directa, asociada principalmente a aprovechar las ventajas regulatorias ofrecidas en él,
cuyas tarifas se habían dolarizado, beneficiándose también de la especulación del tipo de
cambio, ya que frente a una devaluación podían recomponer su rentabilidad incrementando
las tarifas.

20
4.1.2. Marco monetario y financiero

Las Lebac conllevaban un problema significativo, ya que era deuda de corto y cortísimo
plazo y su relevancia en relación al PIB se expandió un 81% de diciembre de 2015 a abril
de 2018, pasando a representar casi 10 puntos porcentuales del PIB en ese momento, por
un valor de $1.405 billones de pesos argentinos, y que, al tipo de cambio de la fecha,
representaban casi 1,2 veces las reservas totales del BCRA.

Este instrumento absorbía del sector bancario todo el exceso de liquidez generada por un
mercado de créditos al sector productivo y a los consumidores, en clara declinación frente
a un aumento de los depósitos que no tenían forma de colocar, en consonancia con los
efectos de la política económica. Con lo cual, el sector productivo de capital local no tenía
ningún incentivo para tomar créditos a tasas de especulación, ni los bancos privados para
colocar a una tasa inferior que ésta. Por otra parte, gran parte de la rentabilidad de los
bancos pasó a estar asociada a estos instrumentos, ya que, en ausencia de un mercado de
créditos dinámico, no tenían mucho más que hacer con los depósitos que captaban.

4.3. Tasa de interés, stock de Lebac y tipo de cambio nominal, 2015 a 2018.

Fuente: Elaboración propia en base a BCRA

Si bien no forma parte del alcance temporal de este trabajo, es necesario aclarar que el
desarme de la burbuja generada por los stocks de Lebac a partir de abril de 2018 está
relacionado con el ascenso de un nuevo instrumento denominado “Leliq” y otras letras
(Lelink, Lecer, Letes) emitidas por el Tesoro Nacional en moneda nacional y extranjera para
inversores institucionales e individuales, cuyo stock sumado ascendió a una cifra en torno
al billón de pesos argentinos para noviembre de 2018, no muy lejos del pico de las Lebac
en términos de puntos porcentuales sobre el PIB. La principal diferencia con las Leliq es
que estas no pueden ser adquiridas por inversores individuales y se trata de un instrumento
exclusivamente para entidades financieras que cuentan con autorización del BCRA para

21
operar en el país. Las altas tasas de interés de estos activos alcanzaron un rendimiento
nominal anual del 75%, se apalancaron en los depósitos a plazo fijo y evitaron una presión
aún mayor sobre el dólar.

4.1.3. La problemática fiscal

Las sucesivas devaluaciones que llevaron el valor del dólar de $9,60 en diciembre de 2015
a $17,70 en diciembre 2017, generaba automáticamente un encarecimiento del costo de la
deuda externa para el sector público, lo que impactó en el déficit global del gobierno, que
continuó creciendo en 2017 y la mayor parte era de origen financiero. Todo lo anterior
redundaba en una presión alcista sobre las tasas para reiniciar el ciclo especulativo.

En este sentido, el aumento de las transferencias del sector público al capital financiero por
intereses con relación al PIB se vio fuertemente incrementado durante este periodo, lo que
también impactó en la composición del déficit público, virando de un desbalance primario
con relación al gasto del sector público a un déficit mayormente explicado por la cuenta
financiera.

4.4. Aumento de las transferencias del sector público al sector financiero: intereses pagados por el
Tesoro y el BCRA en puntos porcentuales sobre el PIB, 2015 versus 2018.

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC y BCRA

22
4.5. Déficit fiscal primario y financiero, 2015 a 2018.

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC y Kicillof (2019)

En el mismo sentido, con respecto a las medidas fiscales, y como se puede apreciar en el
Cuadro 4.6, Manzanelli y Barrera (2018) dicen:

No jugaron un rol marginal. Es decir, las diversas medidas que redujeron los
ingresos fiscales tendieron a sobrecompensar el ajuste en el gasto público —
principalmente por el recorte de los subsidios económicos—, a pesar del ingreso
extraordinario percibido por el blanqueo de capitales, en tanto que el incremento del
peso de los intereses de la deuda aumentó el déficit fiscal financiero.

4.6. Transferencias a sectores de altos ingresos, 2015 a 2017 (en millones de dólares)

Fuente: Manzanelli y Barrera (2018) en base al Ministerio de Hacienda

La reducción de las retenciones a los productos agropecuarios, mineros e industriales tuvo


un impacto fiscal que significó una pérdida de ingresos de $46.400 millones para 2016 y
con efectos permanentes en la recaudación fiscal. Aún en el peor momento de la crisis,
como veremos en el próximo capítulo, y frente a las exigencias de ajuste del FMI, todo el
recorte del gasto público fue volcado, esencialmente, sobre los sectores medios y bajos.

Por lo tanto, una parte creciente de la recaudación fiscal del gobierno terminaba en gran
medida remunerando el capital financiero especulativo, o bien en una transferencia a
sectores de altos ingresos vía los subsidios a las exportaciones del sector energético, la

23
desgravación de los exportadores agroalimentarios y reducciones impositivas a sectores de
altos ingresos.

4.2. LOS EFECTOS SOCIALES

La inflación consecuencia de la tensión redistributiva que se generó entre el trabajador y el


capital deterioró el ingreso de las familias por partida doble, ya sea por su efecto sobre los
precios de los bienes y servicios que adquirían, como por la eliminación de los subsidios.
El desempleo creció durante todo el periodo, el último dato de 2015 marcaba un desempleo
de 5,9%, mientras que a finales de 2018 el desempleo había crecido al 9,1%, según INDEC
(2018), además de un crecimiento de la informalidad laboral que pasó del 31,9% al 35,3%.
Con referencia a los ingresos, se puede observar un estancamiento del salario real durante
el primer año de gestión, con una leve mejora durante 2017 y una profunda declinación a
partir de 2018. Lo anterior puede ser explicado en razón de la continua caída de la actividad
industrial, que por sus características es un sector mano de obra intensivo.

Al mismo tiempo, las altas tasas de interés perjudicaron a los empleados registrados, ya
que redujo la posibilidad de financiar el consumo que no lograban cubrir con sus ingresos,
lo cual deterioró aún más la demanda interna. Los sectores de altos ingresos, a contramano
de los segmentos medios y bajos, volcaron sus excedentes de liquidez en la adquisición de
divisas como estrategia de refugio y, en menor medida, tomaron posiciones especulativas
en los instrumentos del BCRA. Los ahorros de los residentes se volcaron masivamente al
dólar, lo que implicó un drenaje cercano a los U$55.000 millones en divisas.

4.7. Variación interanual del salario y salario real, 2015 a 2018.

Fuente: Cifra (2018)

24
4.7. Desempleo, subempleo e informalidad laboral 2015 a 2018.

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC

4.3. LA INTERACCIÓN ENTRE LOS DIFERENTES SECTORES ECONÓMICOS

En primer lugar, el sector agroexportador vio catapultada su rentabilidad por la combinación


de la significativa reducción de las retenciones a las exportaciones y la eyección del tipo de
cambio consecuencia de la liberalización del mercado cambiario. Lo primero impactaba en
el presupuestario del gobierno, que luego, en momentos donde el ritmo de ajuste fiscal
comienza a acelerarse consecuencia del acuerdo con el FMI, va a distribuirse en una mayor
presión a los sectores más perjudicados.
En referencia al tipo de cambio, otro elemento de empuje de esta actividad fue la eliminación
de la obligatoriedad de liquidación de las divisas por las exportaciones realizadas. Lo
anterior también se podía sostener exclusivamente por la participación del capital financiero
especulativo permitía mantener una relativa calma cambiaria a fuerza de una creciente
remuneración del BCRA y hasta tanto el sector productivo decidiera liquidarlas.
Con lo cual, no solo vieron favorecida la rentabilidad obtenida por las ventas en el mercado
interno debido al efecto sobre el precio consecuencia de la reducción de las retenciones y
las sucesivas devaluaciones, sino que además las ventas realizadas al exterior permitían
un comportamiento especulador en torno a las divisas retenidas hasta que el tipo de cambio
sea considerado suficiente para liberar las mismas. Eventualmente, la necesidad de divisas
se podía descomprimir elevando el tipo de cambio para incentivar las ventas de este sector
o bien incrementar el ritmo de endeudamiento.

Acompañando el planteo institucional e ideológico del gobierno, la estrangulación de la


actividad productiva de origen local y del gasto de las familias eran necesarias para
controlar la inflación y los déficits de divisas. Los datos alientan la posibilidad de que el
gobierno haya intentado reducir el déficit externo poniendo a la estructura productiva en
tensión, lo que también encajaba perfectamente con el programa de las fracciones
dominantes. De esta forma, las pequeñas y medianas industrias se encontraron en una
encrucijada por partida cuádruple:

25
 Las importaciones habían sido liberadas y se enfrentaba una desventaja en la
competencia con los bienes importados o frente a los bienes intermedios o básicos
que antes proveían a las empresas trasnacionales y que ahora se podían adquirir
en el exterior.
 El crecimiento exponencial del costo de la energía generó una pérdida de
rentabilidad significativa e inflación de costos.
 El estancamiento y posterior caída del ingreso de los asalariados, quienes son sus
principales consumidores, impactó en el nivel de demanda.
 Las tasas de interés de política monetaria, ya que no estaban ajustadas para
satisfacer las necesidades de la producción y, por lo tanto, sostener el empleo, sino
para atender las pretensiones de rentabilidad del capital especulativo.

De esta forma, la participación de la industria en el PIB en términos de agregación de valor


alcanzó el nivel más bajo en términos históricos desde 1960, además de un ritmo de
deterioro del nivel de actividad del sector que se fue profundizando a lo largo de todo el
periodo analizado y, constituyéndose así, en el sector donde se observan las caídas de la
actividad más significativas de toda la economía, generando un efecto cascada sobre la
demanda de trabajo y el nivel de salarios. A finales de 2018, el uso de la capacidad instalada
del sector industrial rondó el 56,6% lo que solo puede ser equiparado con los ritmos de
deterioro de la actividad en el marco de la crisis de 2001 (INDEC, 2019).

La desgravación de las exportaciones industriales no tuvo ningún efecto real sobre estas,
ya que solo favorecía a las empresas que lograban exportar, que esencialmente son las
grandes empresas trasnacionales.

El impacto en la demanda interna de energía consecuencia de la suba del valor de las


tarifas terminaba beneficiando a las empresas energéticas, ya que podían liquidar el
excedente energético a través de exportaciones12, sobre el cual ya no operaban
restricciones y que, además, en el caso del gas, percibían una rentabilidad extraordinaria
por las exportaciones debido al efecto de los subsidios mencionados anteriormente.

La inconsistencia entre la oferta y la demanda de divisas, además de la apertura de la


cuenta de capitales y del mercado de cambios, pudo ser sostenida a base de
endeudamiento externo y la burbuja de Lebac del BCRA. Cabe recordar que, como se ha
mencionado, el endeudamiento externo de las empresas ha sido poco significativo en 2016
y las nuevas emisiones continuaron decreciendo durante el año 2017 y 2018.

Esta nula vinculación del endeudamiento con el sector productivo local o trasnacional y su
contrapartida sobre el bienestar social es relevante. El origen y destino del endeudamiento
externo del gobierno central era atender en primera y gran medida la especulación
financiera, proveyendo divisas para garantizar la fuga de los grandes capitales, y pagar
otros vencimientos de deuda, al mismo tiempo que garantizaba la libre disponibilidad de las
divisas de las exportaciones de los sectores dominantes. En el gráfico 4.8 se puede apreciar
el comportamiento asintótico entre la deuda en moneda extranjera del gobierno nacional y
la fuga. La diferencia del comportamiento de la fuga entre el tercer trimestre de 2016 y el
primero de 2017 está estrictamente relacionado con el programa de blanqueo de capitales.

12
Establecido oficialmente en el Decreto 962 que autoriza la exportación ilimitada de la producción,
siempre y cuando el mercado interno estuviese abastecido.

26
4.8 Stock acumulado de la nueva deuda pública en moneda extranjera y valor acumulado
de la fuga de capitales y de los intereses de la deuda de la Administración Pública Nacional,
valores expresados en millones de U$ (2015 a 2019)

Fuente: Cifra (2019)

5. CRISIS Y EL REGRESO AL ENDEUDAMIENTO CON EL FMI

En este tramo del presente trabajo se abordará de forma muy sucinta una secuencia de
eventos en los que desembocan todos los efectos y consecuencias de lo comentado en los
capítulos anteriores. Esto implica que tales eventos son la forma de manifestación de la
crisis, pero no las causas.
En diciembre de 2017 el gobierno, a través de los funcionarios del BCRA, reconocen que
la inflación de 2018 iba a ser más alta de la esperada. A contramano de la lógica
implementada hasta ese momento, el BCRA comienza a reducir la tasa de interés. La
disminución de la remuneración del capital especulativo fue acompañada por una tendencia
a la devaluación del peso por el desarme de la “bicicleta financiera”, que en “ausencia de
opciones de inversión en el ámbito productivo” (Manzanelli, 2018, p. 36) precipitaron y
agravaron el escenario que ya estaba montado.
De esta forma, se produce una formidable salida de inversores de los instrumentos
especulativos de corto plazo y razón por la cual el BCRA comienza con el desarme de las
Lebac, cuya contrapartida fue una aceleración de la fuga de divisas, una significativa caída
de las reservas del BCRA y una eyección del tipo de cambio. Esto no implicó que se
terminara la burbuja, por el contrario, las Lebac fueron sustituidas por nuevos instrumentos
(Leliq) que reproducía la misma dinámica, en el sentido de que son pasibles de dolarizarse,
pero con la diferencia de que los nuevos instrumentos tenían una gran capacidad de daño
al sistema bancario porque la compra esta apalancada con los depósitos a plazo fijo.
En ese contexto, las autoridades del Ministerio de Finanzas buscaron recomponer la
sangría de divisas de la única manera que podían hacerlo sin afectar los intereses de las

27
fracciones dominantes del capital, o sea, endeudándose en el mercado financiero
internacional. Durante la primera semana de enero de 2018 habían logrado colocar deuda
por unos U$ 9.000 millones que se fugaron rápidamente consecuencia del desarme de
Lebacs. Dada la creciente necesidad de hacer frente a la fuga, las autoridades intentaron
una segunda emisión a finales de abril del mismo año, luego de que en marzo la Reserva
Federal de los Estados Unidos había aumentado los tipos de interés. Los agentes
colocadores a los que el gobierno había recurrido, y cuyos ex funcionarios ahora formaban
parte del gobierno nacional, coincidieron en que los mercados financieros internacionales
ya no tenían interés alguno en continuar financiando a la Argentina. Esto terminó
incrementando el ritmo de fuga y las presiones sobre el tipo de cambio, y devino en un
inusitadamente rápido llamado de auxilio al FMI el día 8 de mayo del 2018. Con la misma
inusitada rapidez el FMI aprueba el acuerdo Stand-By el día 20 de junio por un monto inicial,
que luego será incrementado, de U$ 50.000 millones que representa 1.110% de la cuota
de Argentina en el FMI.
En el Country Report No. 18/219 del FMI, ésta institución refiere que:

For the past 2½ years, Argentina has been engaged in a systemic transformation of
its economy, including deep changes to foreign exchange markets, subsidies, and
taxation, as well as improvements to their official statistics. Nonetheless, a recent
shift in market sentiment and an ill-fated confluence of factors have placed Argentina
under significant balance of payments pressures (FMI, 2018, p.2).

De esta forma, las propias transformaciones que dieron pie a la crisis se mantendrían
inalterables, garantizando así todas las ventajas y libertades para el capital financiero
hegemónico acompañado de las fracciones dominantes encarnadas por el complejo
agroalimentario exportador y energético trasnacional.
Como se puede apreciar en el gráfico 5.1, al no interponerse medidas de control en el
mercado de cambios, se avaló una devaluación del 100% para 2018, al mismo tiempo que
el pass-through de la devaluación a los precios marco la inflación anual más alta desde los
albores de la Ley de Convertibilidad en 1992 alcanzando el 47,6% para el 2018. No existió
el menor atisbo real y concreto de tomar medidas para evitar el traspaso a precios de la
devaluación sobre los alimentos y la energía, lo que implicó un proceso creciente de
empeoramiento de las variables sociales. Esto solo puede ser explicado por el enfoque
monetarista de la solución, ya que tanto gobierno como FMI acordaron un programa de
apretón monetario, de crecimiento nominal cero de la base monetaria, con la esperanza de
que el efecto recesivo de tal medida hiciera lo suyo en referencia a la inflación.

28
5.1. Gráfico de la variación acumulativa de la inflación y del tipo de cambio peso argentino
por dólar norteamericano, diciembre 2015 = 100 (2015 a 2018).

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC, BCRA y Dirección General de Estadística y Censos
(Ministerio de Economía y Finanzas, Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Sobre la
recta de la variación acumulativa del tipo de cambio se puede apreciar el valor nominal promedio del
tipo de cambio para el periodo indicado.

En este sentido, se expresa en la crisis económica el apogeo de la hegemonía económica


e institucional de las fracciones del capital dominantes, que imponen al país como única
salida la vuelta al tutelaje del FMI quien viene a garantizar el mantenimiento de las
condiciones para dichos capitales. Esto se expresa en FMI (2018) en el compromiso exigido
a las autoridades por mantener el tipo de cambio flotante, reducir el peso del endeudamiento
a través de un esfuerzo anclado en un ajuste fiscal, brindar al banco central la
independencia y autonomía institucional en lo referido a la lucha inflacionaria y reestablecer
la confianza en los mercados. Llamativamente, lo manifestado por el FMI es coincidente
con la alineación ideológica del gobierno en el abordaje de los problemas.
Es llamativo también que el FMI reconozca que parte del ajuste fiscal requerido debe estar
dado por “la suspensión de los recortes fiscales que se habían anunciado anteriormente”
(FMI, 2018, p.10), a pesar de que reconoce que el déficit fiscal no se ha incrementado, a
diferencia del “rápido incremento del gasto en intereses financieros” (FMI, 2018, p. 6). Aun
así, la recomendación que se hace avanza solo sobre el abordaje de lo impositivo y fiscal,
manteniendo inalterado la cuestión financiera.

29
Como se hizo mención en el capítulo cuarto de este trabajo, en la sección de problemática
fiscal, existieron una serie de desgravaciones a los sectores de más altos ingresos.
Tardíamente, con la tutela del FMI, el gobierno atisbará algunas medidas de baja intensidad
y significancia entorno a la recaudación, pero manteniendo prácticamente intactos los
beneficios a las fracciones dominantes del capital y descargando la mayor parte de la
presión sobre los asalariados. A pesar de esto, el FMI continuó validando las ventajas de
estos sectores en las revisiones trimestrales realizadas y continuando con los desembolsos
programados.

La confianza de los mercados no se restituyó, por el contrario, gran parte de los fondos
aportados por el FMI terminaron siendo aplicados a financiar la fuga de capitales, lo cual
constituye una clara y directa violación al estatuto del FMI. Esto había sido mencionado por
el equipo técnico en su reporte, y que fue reflejado de la siguiente manera:

In the event markets view the Fund program as an opportunity to exit Argentine
assets there would inevitably be a significant real depreciation, much higher real
interest rates, and lower growth rates. Such a scenario would increase the risks to
debt sustainability (FMI, 2018, p.28)

Aun así, en septiembre de 2018, en el marco de la crisis, el gobierno argentino obtiene una
ampliación del programa a U$57.500 millones, con crecientes flexibilizaciones para que el
gobierno pueda usar una cantidad mayor del mismo en intervenir el mercado de cambios
para intentar mantener estable la cotización del dólar, que terminó funcionando como un
facilitador de la fuga de divisas a precios más convenientes para el capital especulativo.
Además, incluyó un adelantamiento del programa de desembolsos para que la mayor parte
de los mismos sean acreditados durante la gestión de Mauricio Macri. El stand-by con
Argentina continúa constituyendo la línea de asistencia financiera activa más voluminosa
de dicha institución y siendo Argentina el mayor acreedor del organismo.

Si bien no es el objeto del presente trabajo, es necesario remarcar que el fracaso del rol del
FMI en Argentina durante la crisis de 2001 esta indeleblemente asociada la tragedia
económica, social y política más profunda y dañina de la historia del país, cuyo final estuvo
asociado a uno de los mayores default soberanos de la historia y, al mismo tiempo, a la
muerte de 39 ciudadanos y varios cientos de heridos hospitalizados durante las
manifestaciones de diciembre de 2001 en rechazo a las políticas de ajuste impuestas en
aquel entonces.

6. CONCLUSIONES

A continuación, se procederá a presentar las principales conclusiones de forma sucinta en


base a la información y el análisis aquí presentado, teniendo en cuenta la necesidad de
darle continuidad al trabajo de investigación:
 La interacción entre las fracciones dominantes del capital se vuelve evidente por la
relación de conveniencias entre ellas y la ocupación directa y mayoritaria de las
estructuras jerárquicas del Estado.

30
 Las nuevas regulaciones, o desregulaciones, del gobierno de Cambiemos
estuvieron estrechamente vinculadas a los reclamos históricos de las fracciones
dominantes, lo cual, evidencia algo más que la simple capacidad de influencia de
los grupos económicos sobre el Estado. Esto, sumado a lo mencionado en el primer
punto, evidencia la posibilidad de una doble conducción de las fracciones
dominantes del capital, tanto en el terreno del proceso económico, como del político
institucional.

 Los sectores agroalimentarios exportadores y energéticos, encabezados por la


fracción hegemónica, ejercida por el capital financiero especulativo, fueron los
hacedores del marco institucional a través del cual se garantizaban las nuevas
condiciones para incrementar su rentabilidad trasladando el costo a la sociedad a
través del endeudamiento externo asumido por el Estado.

 Los datos sobre el sector industrial son alarmantes, tanto por su caída en términos
de actividad, como de participación en el valor agregado sobre el total del PIB y de
utilización de la capacidad instalada, y sus efectos sobre el nivel de ingresos,
informalidad laboral y empleo. El análisis de este sector para el objeto del presente
trabajo requiere de una indagación más profunda, tanto por la dimensión de la
destrucción de agregación de valor industrial, como por sus efectos sociales.

 Por un lado, la disponibilidad de divisas producto del endeudamiento y la bicicleta


financiera permitieron mantener el tipo de cambio relativamente estable a fuerza de
una creciente remuneración del capital especulativo, mientras que el sector
agroalimentario exportador se benefició de la especulación con las divisas obtenidas
de las exportaciones.

 Al momento de cerrarse los mercados internacionales de crédito en 2018, el


gobierno no atinó en ningún momento en modificar la regulación de la cuenta de
capitales, del mercado de cambios o retornar a una administración más razonable
en relación a la liquidación de divisas de las exportaciones en consideración de la
coyuntura.

 En cambio, el gobierno prefirió garantizar los flujos de salida del capital financiero
sin afectar los intereses de las otras fracciones dominantes involucradas y volcarse
a un acuerdo Stand-By con el FMI, el cual, en esencia, fue utilizado para financiar
la fuga y mantener los privilegios.

 El modelo planteado fue insustentable desde sus inicios, con un enfoque de


cortísimo plazo y orientado a la realización de ganancias inmediatas, que es el perfil
de inversión por excelencia del sector especulativo. La creación de valor estuvo
asociada principalmente a sectores extractivos, bienes primarios y alimentos, los
cuales se beneficiaron de forma directa de la caída de la demanda interna y cuyos
privilegios se han podido mantener en base a un proceso de endeudamiento no
sustentable.

 Existe evidencia de que la vuelta de Argentina a los programas del FMI estuvo
intrínsecamente vinculado a la necesidad de darle continuidad a un modelo de
especulación y fuga que ya no podía ser sostenido a través del ahorro privado
externo porque la creación de valor era insuficiente para que razonablemente se

31
pudiera atender los compromisos ya asumidos, tanto con los acreedores, como con
las diversas fracciones dominantes. A pesar de que los técnicos del organismo
advirtieron que los desembolsos podrían terminar financiando la fuga de capitales y
haciendo insostenible el repago de la deuda, pareciera que la confirmación de esto
no ha repercutido en el sostenido apoyo del FMI al gobierno de Macri y a las políticas
aplicadas.

 La finalización de la redacción de este trabajo fue el 29 de agosto de 2019, fecha en


que las calificadoras de riesgo asignaron a las letras del tesoro de corto plazo la
calificación de selective default. Estas letras son parte del menú de instrumentos
con los que desarmo la burbuja de las Lebac, lo que ha dejado en evidencia el grado
de insostenibilidad de las políticas implementadas desde el BCRA. En este sentido,
las reservas del BCRA, solo en éste mes, han caído U$11.850 millones, lo que
representa aproximadamente el 20% sobre el total de las mismas. El tipo de cambio
en lo que va del mes se ha devaluado un 34% frente al dólar, y desde que entró en
vigor el acuerdo con el FMI 140%. Casi 3 millones de personas ingresaron en la
pobreza y medio millón más en la indigencia desde que el programa del FMI
comenzó a aplicarse. Los sectores exportadores aún retienen U$20.000 millones en
divisas sin liquidar a pesar de las tensiones financieras que atraviesa el país. La
política de apretón monetario implicó una caída en términos reales del 20% de la
base monetaria, sin ningún éxito entorno al control de la inflación que perfila a
ubicarse en torno al 55% para este año.

32
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2005, Nº 30.672, p. 1.

República Argentina. Decreto Nº 160/2015 del 18 de diciembre. Boletín Oficial, 21 de


diciembre de 2015, Nº 33.280, p. 3.

República Argentina. Decreto Nº 893/2017 del 1 de noviembre. Boletín Oficial, 2 de


noviembre de 2017, Nº 33.743, p. 23.

República Argentina. Decreto Nº 962/2017 del 24 de noviembre. Boletín Oficial, 27 de


noviembre de 2017, Nº 33.759, p. 9.

Salama, P. (2007). Modernización y nuevas vulnerabilidades. Los casos de Argentina,


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Salama, P. (2006). Deudas y dependencia financiera del Estado en América Latina. En: A.
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Williamson, J. (1990). What Washington means by policy reform. Latin American


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35
8. ANEXOS

 ANEXO I
8.1. Distribución de los funcionarios de acuerdo a su procedencia laboral en porcentajes
(2016)

Administración pública 28%


Representantes directos del capital 39%
Bancos trasnacionales y empresas extranjeras 30%
Grupos económicos locales 7%
Otras fracciones del capital 2%
Representantes indirectos del capital 34%
Camaras empresariasles 13%
Fundación y consultoras 11%
Estudios jurídicos, contables y financieros 11%
TOTAL 100%

Fuente: Elaboración propia en base a Basualdo (2017)

 ANEXO II
8.2. Principales demandas corporativas del sector energético en Argentina (1977-2015)

Fuente: Canelo, P. y Castellani, A. (2017)

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 ANEXO III
8.3. Porcentaje de funcionarios de cada ministerio con experiencia laboral exclusivamente
en el sector privado

Fuente: Canelo, P. y Castellani, A. (2017)

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