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a. La caída de los ingresos de la nación, donde el gobierno manifestó que por cada
dólar no percibido anualmente del barril de petróleo se dejaría de recibir en los
ingresos de la nación aproximadamente 400.000 millones de pesos.
“El incremento de los últimos cinco años del saldo de la deuda externa, reexpresado
en pesos se explica en un 54% (44 billones de pesos) por efecto de depreciación en
la tasa de cambio y en un 46% (38 billones de pesos) por flujos netos (emisiones
menos amortizaciones)” (Ministerio de Hacienda , 2018, pág. 37)
Bajo este somero análisis se observa que esta crisis fiscal es una crisis anunciada
bajo las políticas implementadas desde la década de los 70, y claramente arraizada
en la década de los 90 y en la primera década del siglo XXI, por agentes como el
actual Ministro de Hacienda, arrojando al país a procesos de subordinación y
dependencia cada vez más altos.
Este incremento del IVA está sustentado por el gobierno bajo la idea de que las
clases con mayor poder adquisitivo se benefician de la compra de productos no
gravados y que esto conlleva a una gran fuga de ingresos fiscales, con lo que se
pretende devolver a las capas más empobrecidas un tipo de subsidio bimestral
como fuente de compensación ante la presión fiscal.
Esta compensación a las clases más empobrecidas aún es incierta a partir de las
declaraciones del Gobierno; sin embargo, según las últimas noticias sería relativo a
3 Unidades de Valor Tributario, que representan $99.468 pesos colombianos para el
2018, sería un subsidio bimestral y sería entregado a cada unidad familiar, la que
recibiría aproximadamente 49.500 pesos mensuales. (Vega Barbosa, 2018)
Aun no se especifica cómo será el proceso para que dicho subsidio sea entregado
ni el instrumento de focalización de este, aun cuando se anuncia por parte de entes
gubernamentales que será entregado a los núcleos familiares que perciban menos
de un salario mínimo -781.242 pesos para el año 2018- y la posibilidad de ser
entregado por medio de consignación a una cuenta financiera. Este medio de
entrega es un total despropósito, teniendo en cuenta la propuesta misma, debido a
los altos y onerosos costos del manejo de las tarjetas y servicios financieros que
conllevarían a una transferencia de dichos recursos públicos a mano de los
monopolios del sistema financiero nacional y en concreto a las manos de Sarmiento
Angulo, representante de los grupos económicos de este sector.
Si la excusa de gravar la canasta familiar redunda en que las capas con mayor
poder adquisitivo no pagan impuestos, sería mejor incrementar otro tipo de tributos
de corte progresivos y directos como el tributo a la renta y el impuesto a la riqueza;
sin embargo, claramente este no es el propósito del gobierno.
Quedando con mayores vacíos que certezas tras leer el proyecto de ley, se
evidencia la macabra realidad de Colombia en donde en pasadas semanas se
aumentó el presupuesto destinado a la guerra ante las latentes necesidades de los
derechos socioeconómicos y ahora en la Ley de Financiamiento se deja exenta de
pagar el IVA del 18% a las Armas y todos los instrumentos concernientes al régimen
castrense mientras se impone este impuesto a los alimentos y necesidades básicas
de la sociedad colombiana.
“Los siguientes bienes se hallan excluidos del impuesto y por consiguiente su venta
o importación no causa el impuesto sobre las ventas -IVA. (…) as municiones y
material de guerra o reservado y por consiguiente de uso privativo y los siguientes
elementos pertenecientes a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional” (Ministerio de
Hacienda , 2018, pág. 2 Y 4)
Como se ha evidenciado, esta propuesta de gravar con el IVA del 18% en el año
2019 a la canasta familiar es totalmente regresiva pues aumentará la desigualdad
en el país a la par que protege y acrecienta las dinámicas de subordinación de los
derechos de los colombianos a la guerra y el extractivismo, transfiriendo recursos
públicos hacia el sector financiero y configurando un aumento de la financiarización
en el país, lanzando a millones de colombianos al hambre, entre otras dinámicas
totalmente denigrantes.
“El mecanismo para lograr una reducción en la tasa de tributación se dará por medio
de permitirles a las empresas la deducción de los tributos de industria y comercio, el
gravamen a los movimientos financieros (4 x 1.000) y la deducción del 100% del IVA
por la adquisición de bienes de capital” (Portafolio, 2018)
Uno de los principales puntos del proyecto de ley, que ha sido más anunciado por el
gobierno, ha sido el descuento del IVA en la adquisición de bienes de capital, el cual
quedaría de la siguiente forma:
“De conformidad con lo dispuesto en el artículo 115-2 del Estatuto Tributario, los
responsables del impuesto sobre las ventas podrán descontar del impuesto sobre la
renta a cargo correspondiente al año en el que se efectúe su pago y así
sucesivamente, hasta agotarse, el IVA pagado por la adquisición, construcción o
formación e importación de bienes de capital, incluyendo el asociado a los servicios
necesarios para ponerlos en condiciones de utilización” (Ministerio de Hacienda,
2018, pág. 11)
Otro punto por resaltar es la reducción del impuesto sobre la renta que pasa del
33% al 27%, entre otras reducciones y deducciones que podrían realizar las
empresas que generen inversiones en el país por lo menos de 50.000 Unidades de
Valor Tributario -equivalentes a 1.657 millones de pesos- en un límite de tiempo de 5
años y que genere por lo menos 50 empleos directos.
Este régimen de estabilidad fiscal llamado -Gran Inversión- aplicará por 20 años y se
tendrá como plazo para ingresar a este régimen hasta el primero de enero del año
2024, lo cual lo constituye en un instrumento odioso debido a que condiciona en el
futuro las diferentes reformas que se puedan contemplar en razón de que las
empresas puedan derivar en demandas internacionales bajo el argumento de
estabilidad jurídica de la inversión en detrimento de los ingresos fiscales y del gasto
social, como lo ha manifestado el senador Jorge Enrique Robledo:
“[...] los convenios de “estabilidad fiscal” y otras exenciones que han firmado 68 de
las más importantes empresas con operación en Colombia acumulan exenciones de
cerca de 8 billones de pesos, muy cercanas a lo que se espera recaudar en el
proyecto de ley de reforma.” (Reyes, 2016)
Otra bandera agitada por el gobierno ante el gran capital y en contravía de los
derechos de las y los colombianos, es la reforma de que las empresas puedan
generar obras por pago de impuestos, es decir que una empresa estaría en la
disposición legal de realizar una inversión social [5] en contrapartida del pago de
impuestos.
Este proyecto que en principio es socializado por parte del gobierno como fuente de
eficiencia y eficacia de la inversión en el país, no es más que la corporativización del
territorio como fuente de control tanto física, como estructural y simbólica de la
región y la población impartida por el gran capital, en donde estas compañías
podrán decidir los proyectos de infraestructura y desarrollo de las regiones pasando
por encima de las instancias institucionales locales y de las necesidades de las
poblaciones para imponer sus propias agendas y permitir la aceleración de su propia
acumulación de capital.
Para el caso de la economía naranja las sociedades deben ser constituidas antes
del 31 de diciembre de 2021 y garantizar por lo menos 10 empleados contando con
una inversión de 25.000 UVT -equivalente a 828,9 millones de pesos- en un plazo
máximo de tres años, lo que demuestra el enfoque y quien está llamado a recibir
estos incentivos, que no son los pequeños inversores, sino los grandes capitales
nacionales y trasnacionales.
Por otro lado, el incentivo de exención de rentas por 10 años al desarrollo del campo
cuenta con los siguientes requisitos: i) la sociedad debe ser constituida antes del 31
de diciembre de 2021, ii) debe garantizar la empleabilidad de 10 personas y, iii)
contar con una inversión de 50.000 UVT que equivale a 1.657 millones de pesos en
un plazo máximo de 6 años. Se evidencia de nuevo la constante de que quien
puede acceder a este incentivo, quien no va a ser el pequeño campesino ni la
pequeña asociación sino el capital trasnacional de corte mono-productivista y
exportador que vulnera la soberanía alimentaria y que se configura en un
extractivismo rural.
Estos son solo algunos puntos del proyecto de Ley de Financiamiento, anudadas
con el aumento de la franja grabable que golpea cada vez más a las clases
populares, constantes de las reformas tributarias de corte neoliberal:
“(...) el aumento en el Imporrenta de personas naturales de mayores ingresos le
generará $1,8 billones más. Asimismo, se revivirá el Imporriqueza para personas
naturales cuya base gravable supera los $3.000 millones anuales, que, de forma
plena, incrementará el recaudo en $1,5 billones durante el 2019}” (Portafolio, 2018)
4. Conclusión.
Contexto
La Ley de Financiamiento, que firmó el presidente Iván Duque el pasado 28 de
diciembre y empezó a regir desde el pasado primero de enero como la Ley 1943,
modificó la forma de tributar de los colombianos. De acuerdo con las proyecciones del
Ministerio de Hacienda con esta reforma se espera recaudar al menos $7.5 billones.
Adicionalmente se pretende impulsar la competitividad del país desde la simplificación
de los trámites y la congelación de impuestos a sectores generadores de empleo. De
acuerdo con el Presidente de la República, Iván Duque, en esta ley se plantea un alivio
en la carga tributaria que actualmente tienen las micro, pequeñas y medianas empresas.
“Es lo que queremos: que las empresas sean capaces de emplear todos los días más
colombianos”, enfatizó el presidente.
El primer mandatario también destacó el impulso que su gobierno quiere darle a la
llamada Economía Naranja y al agro colombiano. “Durante cinco años, el impuesto de
renta para los emprendimientos culturales, creativos y digitales que generen empleo,
será de cero pesos; y la exención será de diez años para los que realicen inversiones
productivas en el campo colombiano y generen empleo formal y de calidad en la zonas
rurales del país”, señaló.
De acuerdo con la Presidencia de la República con esta Ley todas las Regiones del país
recibirán más recursos provenientes de las regalías, el monto de inversión pasará de
$12,6 billones a $18,5 billones, un crecimiento del 47%. Los recursos para apoyar la
construcción de la paz pasarán de $511 mil millones a $1,9 billones.
“Durante cinco años, el impuesto de renta para todos los
emprendimientos culturales, creativos y digitales que generen empleo,
será de cero pesos; y la exención será de diez años para los que realicen
inversiones productivas en el campo colombiano y generen empleo
formal y de calidad en la zonas rurales del país”, Iván Duque, Presidente
de la República.
IVA
● Se destaca la inclusión como responsables de este impuesto a las empresas y
compañías dedicadas al expendio de comidas y bebidas preparadas, así como
a los bares, tabernas y discotecas inscritas en el Régimen Simple. Artículo 19
LEY 1943. Modifica el artículo 512-1 del ET.
● Serán gravadas con el impuesto al consumo las ventas de viviendas nuevas o
usadas cuyo valor supere los 26.800 UVT (Cerca de 890 millones de pesos). El
responsable del impuesto será el vendedor y deberá cancelarse previamente
mediante retención en la fuente. La tarifa aplicable será del 2% sobre el precio
de venta. Artículo 21 del LEY 1943. Adiciona el artículo 512.22 al ET.
● No serán responsables del -INC- Los restaurantes y bares en cabeza de
personas naturales que tengan ingresos brutos totales inferiores a los 3.500
UVT y que tengan un solo punto de comercio. Artículo 20 LEY 1943. Modifica
el artículo 512-13 del ET.
Con las reformas introducidas al impuesto sobre la renta el gobierno espera recaudar
1.9 billones para el financiamiento de la nación. Sobresale en este sentido:
● El artículo 26 de la Ley 1943 de 2018 modificó el artículo 241 del Estatuto
Tributario y estableció las nuevas tarifas que regirán para las personas
naturales.
Desde Hasta
0 1090 0% 0
● En el caso de los dividendos o participaciones para las personas naturales el
impuesto tendrá tarifa marginal del 15% a partir de los 300 UVT y se obtendrá
con la fórmula: (Dividendos en UVT menos 300 UVT) x 15%. Artículo 27 del
LEY 1943. Modifica el artículo 242 del ET.
● Otra reforma significativa en el Impuesto Sobre la Renta tiene que ver con los
parámetros para establecer la Renta Líquida Cedular.
Recordemos que la Determinación Cedular apareció en el Estatuto Tributario de 2016
con el objeto de simplificar la declaración de renta a las personas naturales. Mediante
este mecanismo se eliminó el Impuesto Mínimo Alternativo Nacional (Iman) y el
Impuesto Mínimo Alternativo Simplificado (Imas) para crear una Determinación Cedular
que permita clasificar los ingresos según su origen y obtener así la Renta Líquida
Cedular.
En el 2016 estaba compuesta por 5 cédulas establecidas: a) rentas de trabajo, b) de
pensiones, c) de capital, d) no laborables y e) dividendos y participaciones. Finalmente,
el gravamen será el resultado de la suma de la renta líquida que arroje cada una de ellas
siguiendo las directrices del artículo 26 del estatuto tributario.
Se propone en esta reforma cambiar la Determinación Cedular reduciendo las
cédulas, que constituirán la Renta Líquida Cedular, a sólo tres:
● Respecto de la Retención en la Fuente aplicada a los pagos gravables
originados en la relación laboral propone elevar la tarifa marginal hasta el 39%
a los pagos gravables que superen los 2300 UVT. Igualmente, la nueva
reglamentación redujo la base mínima al rango 87 – 145 UVT donde regirá una
tarifa de 19% que se incrementará de manera diferencial de acuerdo con el
monto. Artículo 34 del LEY 1943. Modifica el artículo 383 del ET.
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