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EVOCANDO MOMENTOS EN EL AULA

“ La gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca
olvidará lo que les hiciste sentir.-Maya Angelou.”

El que hacer pedagógico de un docente esta permeado por diferentes momentos,


experiencias y ante todo mundos desiguales de los estudiantes que encontramos
diariamente en el aula, pues como dicen las abuelas en su sabiduría coloquial cada día
trae su propio afán y con ella su aprendizaje explícito o tácito.
En el presente escrito pretendo dar a conocer una experiencia pedagógica en el grado de
segundo de primaria con una aula de 35 estudiantes entre edades de 6 a 8 años, donde
por medio de canciones sobre las emociones pude evidenciar y estimular la inteligencia
emocional de los pequeños por medio de los dibujos, palabras y las melodías mismas, ya
que la música se convierte en el pretexto predilecto para indagar en las percepciones
particulares de cada individuo a partir de la generalidad de una emoción o sensación
preestablecida.
Durante la actividad se aprecia la espontaneidad y timidez de los participantes al
momento de dramatizar o imitar la emoción propuesta lo que de fondo manifiesta las
vivencias personales de los mismos, es decir, cada quien pone en evidencia sus sentires
personales y pueden relacionarlo fácilmente con su diario vivir, personas o momentos
específicos lo cual potencia el interés pedagógico de la actividad y se logra sacar el mayor
fruto a la experiencia.
Por eso mismo es tan importante contextualizar las enseñanzas a la realidad de los
estudiantes y hacer que el diario vivir tome relieve en la manera en que se forma el
pensamiento individual en una sociedad colectiva.
Al evocar una clase habitual y reflexionar en lo realizado en el aula puedo descubrir la
importancia del aprovechamiento del tiempo ( 2 horas) y la pertinencia del contenido en la
adquisición del vocabulario en una segunda lengua y como este tema puede ser
transversal en la vida de los estudiantes al momento de sus relaciones interpersonales
con pares o adultos.
Además un aspecto significativo de la experiencia en mención es que los estudiantes los
conocí desde grado cero lo cual es un insumo vital ya que he visto sus cambios físicos,
académicos y emocionales ya que muchos de ellos han cambiado sus formas de actuar
en publico u otros han afianzado en su personalidad y seguridad en si mismos.

Modestia aparte gozo de una gran acogida por los estudiantes en mi área lo cual hace
mas enriquecedor mi trabajo porque me lleva a plantearme nuevos retos como profesional
y lo esencial a fortalecer y mantener actualizado mi rol como docente atendiendo a las
demandas del mundo digitalizado en el que ya vivimos en donde las tecnologías de la
comunicación tics están a nuestro alcance y depende de nuestro uso asertivo sus
aprendizajes.
Ya para concluir puedo decir que me identifico mucho con el aprendizaje vivencial puesto
que este permite un monto de interconexiones con todas las dimensiones de los
estudiantes y las diversas áreas del conocimiento, pues las enseñanzas requieren por no
decir que dependen de las realidades de los niños(as) y es a partir de ellas que se
construyen aprendizajes.
Cada aula de estudiantes esconde en si misma mundos diferentes y cada clase genera
diferentes emociones o sensaciones tanto para el educando como para el educador, el
encuentro matutino tiene vínculos afectivos que teje lazos de emociones y sentimientos
en relación a la labor realizada y los logros recibidos. Sin llegar a generalizar que todos
son positivos o acertados también en la discordia o en las dificultades se aprende porque
no siempre el ambiente o el día se presta para la realización de las actividades
pedagógicas.
En esta primera reflexión la mayor conclusión a la que puedo llegar es que cada
experiencia pedagógica va formando y reformando entre docente y el estudiante la
percepción misma del mundo y su manera de sentir ante una experiencia en particular.

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