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ELEMENTOS DE LA DIDACTICA

La didáctica tiene que considerar seis elementos fundamentales que son con
referencia a su campo de actividades:

 EL ALUMNO.- Es quién aprende; aquel por


quién y para quién existe los centros de estudio, y es el alumno quien recibe el
conocimiento.
 LOS OBJETIVOS.- Toda acción didáctica supone objetivos. Los centros de
estudio no tendrían razón de ser, si no tuvieran misión y visión del alumno hacia
determinadas metas, tales como: Adquisición de conocimientos y habilidades, potenciar
sus destrezas.

 EL PROFESOR.- Es el mediador del aprendizaje, el


mismo que debe ser fuente de estímulos que lleve al alumno a reaccionar para que se
cumpla el proceso de aprendizaje. El deber del profesor es tratar de entender al alumno
para encaminarlo al aprendizaje.
 CONTENIDOS PROGRAMÁTICOS.- A través de los contenidos
programáticos los procesos educativos se permitirán acceder ha los objetivos que se
plantea una determinada carrera, o especialización.
 MÉTODOS Y TÉCNICAS.- Tanto los métodos y las técnicas son
fundamentales en el proceso del aprendizaje y deben estar lo más cercanas
posibles a la manera de aprender de los alumnos.
 MEDIO GEOGRÁFICO, ECONÓMICO, CULTURAL Y SOCIAL.- Es
indispensable para la acción didáctica se lleve a cabo en forma ajustada y eficiente
considerar el medio donde funciona los centros de educación.

Modelos De la Didáctica.
Modelo Didácticos.
Los procesos instructivos-formativos son complejos y requieren de esquemas
fáciles para conocerlos y actuar creativa y coherentemente. Los modelos didácticos
son las representaciones valiosas y clarificadoras de los procesos de enseñanza-
aprendizaje, que facilitan su conocimiento y propician la mejora de la
práctica, al seleccionar los elementos más pertinentes y descubrir la relación de
interdependencia que se da entre ellos. Estos modelos son aportaciones estimables para
anticipar la adecuación y calidad
de la práctica-educativa, la pertinencia del aprendizaje y la representatividad
de la comunicación transformadora del docente, que en su conjunto
evidencian la posibilidad de una nueva visión acerca del poder motivador de las
opciones docentes-discentes.
Los modelos didácticos son tanto la anticipación a las teorías y paradigmas
de aquellos que en la historia de la Didáctica han supuesto un cambio esencial
para las concepciones y prácticas del proceso de enseñanza-aprendizaje, en especial
alguno de ellos, caso del socrático y activo-situado, incidencia en el medio
contextual, ambiental-envolvente y el colaborativo, de superación y
complementariedad de los anteriores. Desde ellos ha de abordarse el modelo
que cada profesor/a debiera holística y comprensivamente diseñar y asumir transformar
la docencia facilitándole la comprensión de la tarea práctico-reflexiva
y la elección de las opciones más valiosas.
Modelo Sócrates.

Su nombre recuerda al principal cultivador, Sócrates, quien construyó la mayéutica


como forma de comunicación y diálogo entre docente y discente, su per-
Enfoques, teorías y modelos de la Didáctica 61
Señalización y relación profunda con el aprendizaje se basa en emerger las ideas
Fundamentales a través del esfuerzo continuo y la selección de la pregunta más
pertinente.
La gran aportación socrática fue mejorada, al menos expuesta por escrito en
los diálogos platónicos, que representan la consolidación de una forma creadora
de comunicación, motivadora y cercana al modo de pensamiento y a los sentimientos
más característicos del aprendiz.
El diálogo establece una dinámica de preguntas y respuestas, ajustadas al tema
de estudio y a las experiencias más profundas de los estudiantes, quienes han
de reconstruir los hechos y mejorar las explicaciones a las cuestiones formuladas.
Se produce una intensa interacción entre docente y estudiantes con una continua
acomodación entre ambos.
Modelo Activo-Situado.

Ante la visión clásica del protagonismo del docente y la importancia de la materia,


surge con fuerza ligado a la Escuela Nueva y al proceso situado de aprendizaje
como la generación del impulso profundo y singular de cada estudiante
el «modelo activo», que recupera el papel creativo y transformador del aprendiz,
como el principal protagonista de su proyecto y realidad vital.
El modelo activo surge como la superación y alternativa al asentado-denominado
tradicional, entre las características del cambio se señalan: el predominio
de los estudiantes como los verdaderos protagonistas del aprendizaje.
El modelo activo destacado por Ser y Huber (1997), caracteriza al estudiante
como un ser autónomo y responsable, que adopta las decisiones y tareas
que mejor responden a su condición vital y aprovechan los escenarios formativos
en los que participan, especialmente las experiencias personales y escolares,
así como las actuaciones extraescolares.
Aprendizaje para el dominio.

Este modelo de conceptualización del aprendizaje está ligado a Carroll


(1963), quien establece que el aprendizaje es función del aprovechamiento real
y profundo, que cada persona hace del uso del tiempo. El aprendizaje para el
dominio es función de: las características de cada estudiante, la enseñanza-presentación
del saber, la información-refuerzo y los resultados alcanzados, así como
la interrelación La autoimagen del estudiante es cada vez más positiva al superar las tareas y
avanzar en el autoaprendizaje y en el desarrollo de confianza para realizar futuras
tareas y mejorar el nivel de dominio sobre lo trabajado, se logre el «pleno dominio y las
competencias» mediante la calidad de las
tareas realizadas en el acto docente-discente.
Modelo comunicativo-interactivo
(Titone y Cazden)
El proceso instructivo-formativo requiere del dominio y desarrollo de la capacidad
comunicativa, en sus dimensiones semántica, sintáctica y pragmática, que
hemos de hacer realidad elaborando modelos que las interpreten y clarifiquen.
Presentamos los modelos diseñados por Canden (1986) y Titono (1986), caracterizados
por algunos puntos comunes, a tener en cuenta para construir el
propio.
Los modelos han de adaptarse a la realidad concreta en la que trabajamos y
reconstruirse en coherencia con los desafíos interculturales.
Titono (1986) ha diseñado un modelo que pretende descubrir las actuaciones
del profesorado al comunicarse en la clase, diferenciando las siguientes fases:
– Fase de actuación. Analizada mediante diecinueve indicadores.
– Fase de ejercitación. Analizada por diez indicadores.
– Fase de control. Formulada en cuatro indicadores.
Fase de actuación, prioritariamente centrada en el docente:
– Motiva. Acepta o rechaza las respuestas del estudiante.
– Explica el tema. Comprenden o no comprenden los estudiantes.
– Corrige. Comprensión inmediata o recuperación lenta, etc

Fase de ejercitación:
– Invita y estimula a los estudiantes – Ejecución insegura
a desarrollar las tareas – Ejecución fluida
– Corrige las tareas – Recuperación inmediata
– Recuperación lenta
Fase de control:
– Plantea una prueba global – Ejecución con dificultad
– Ejecución con facilidad
Modelo contextual-ecológico.

El docente dispone de una rica pluralidad, ante la que ha de actuar desde una
aceptación crítica de su justificada identidad cultural, complementada con la
apertura, tolerancia y conocimiento de las más genuinas y ricas identidades plurales
de las otras culturas con sus discursos y poderes simbólico-interactivos, en
una nueva micro-meso sociedad: la escuela intercultural para la paz.
Esta escuela requiere emerger y completar el modelo socio-comunicativo con
los más amplios y expresivos modelos ecológico-contextuales, que parten del
papel del medio en la acción que en él y desde él desarrollan los seres humanos.
En uno de los modelos ligados al análisis de tareas y a los procesos dialéctico constructivos,
cuya visión es que el papel de las escuelas y de las comunidades
educativas es el de ofrecer un «ecosistema cultural emancipador», que reconozca
la visión de los agentes y aplique modelos totalizadores innovadores, conscientes
de su compromiso transformador.
La vida en el aula y la interrelación entre los participantes es la base de la comunicación
y se ha de partir de los valores, relaciones y modos de intercambio
entre la totalidad de los participantes, procurando interpretar en su globalidad
las acciones y reacciones, así como su incidencia en la mejora del proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Un planteamiento ecológico ligado al principio de globalización y al desa -
rollo integral y humano, con gran respeto al entorno local, se consolida en numerosos
trabajos, entre ellos Domínguez y cols. (1996), Medina y cols. (1999,
2000, 2008), evidencian que la mejora cultural y el apoyo interactivo de la comunidad
local inciden en la transformación del centro y aula.
Modelo colaborativo.

El modelo colaborativo es la representación de la actividad de enseñanza como


una práctica colegiada, interactiva y tomada en equipo, como función compartida
en la que el profesorado y los estudiantes son agentes corresponsables y
protagonistas de la acción transformadora.
La colaboración se apoya en la vivencia en común del proceso de enseñanza aprendizaje,
diseñado y desarrollado como un espacio de implicación y co-reflexión
entre docente y estudiantes y de estos entre sí, en cuanto autores de la
formación personal y en equipo.
Este modelo amplía las posibilidades de los anteriores y coloca al profesorado
ante un gran compromiso de acción y mejora integral de sí mismo y de la comunidad.
La enseñanza promueve esta visión al aplicar la metodología, tareas y diseño
de medios coherentes con ella, además de valorar las acciones docentes como la
práctica transformadora y el discurso como la base de los procesos interculturales.
La didáctica y los procesos metodólogicos.
La Didáctica ha valorado a lo largo de la historia los diferentes modos de presentar
el saber y ha desarrollado un aspecto básico de ella que ha sido la metodología
didáctica y en ella los métodos más creativos que las tareas formativas
demandaban. La pregunta «¿cómo enseñar?» es la principal forma de responder
al reto del aprendizaje situado y problemático que caracteriza el saber humano,
a la vez que son los procesos formativos los aspectos más generadores de saber
en los que se concentra la realización de proyectos y estilos de llevar a cabo la
docencia.
Didáctica es para algunos autores, sin duda, muy reduccionistas de la amplitud
de esta Ciencia Social, orientada a la formación intelectual de cada estudiante,
una metodología, que es un aspecto esencial, pero no agota la disciplina
de la Didáctica, que por su carácter aplicado y práctico necesita de la reflexión y
realización de nuevas teorías y métodos que posibiliten formas de conocer y de
mejorar tal práctica, encontrando los caminos más adecuados a cada realidad
compleja en la que intervienen los estudiantes y los docentes, reconstruyendo la
cultura mediante nuevos modos de indagación y avance creativo.
Qué son los procesos metodológicos de calidad? El conjunto de actuaciones
formativas más indagadoras y transformadoras que han de asumirse en las condiciones
más complejas y mediante las cuales logramos que se lleve a cabo una
acción de enseñanza-aprendizaje, plenamente transformadora y formativa.
El método es el conjunto de decisiones y realizaciones fundamentadas que
facilitan la acción docente en un ecosistema y con un clima empático, mediante
el que se ordenan las acciones y fases más adecuadas en la interacción educativa.

Didáctica, tradición latino-sajona y diálogo


curricular anglo-americano.
La disciplina de Didáctica tiene un término cercano a ella en la perspectiva
inglesa y norteamericana denominada currículum, pero a nuestro juicio no es
una simple analogía, sino que se ha presentado como un campo propio abierto
al análisis histórico-social y transformador de los procesos educativos en general
y de los de enseñanza-aprendizaje en particular. Algunas de sus acepciones lo
han relacionado con «el conjunto de experiencias que las instituciones educativas
brindan a los estudiantes para formarse», o se ha considerado el nexo de
unión entre la teoría y la práctica, orientado a un compromiso de liberación y
transformación de las personas y la sociedad.
El currículum es un campo de estudio que ha pretendido ser desarrollado y
consolidado desde un enfoque teórico y asistimos a un abundante número de
definiciones que se sintetizan en la Enciclopedia Internacional de la Educación
y que se concentran en tratados como el citado de Jackson (1992), en el que la
visión curricular tiene una gran amplitud, ligada a un espacio de conocimiento
caracterizador de la práctica docente y orientado a construir las teorías y programas
más pertinentes con la visión indagadora y crítica del saber y la acción
docente.
La Didáctica se demarca del resto de las disciplinas sociales y de las áreas de
la educación en el estudio de su objeto, pero asume la finalidad formativo-intencional
como la síntesis de lo deseable y realizable.
La disciplina de Didáctica se afianza y constituye en un campo fecundo de conocimiento
y de comprensión de la realidad educativa, al centrarse en el análisis
y valoración de la potencialidad formativa de los estudiantes y de la relevancia de
los procesos de aprendizaje, estimulados por la acción de la enseñanza reflexiva.
La Didáctica, visión socio-comunicativa.
Esta teoría ha de aportar y crear abundantes y enriquecedoras ideas, que se explicitan
en una concepción de la vida y no de la esterilidad.
La teoría curricular en el nuevo marco europeo ha de retomar la multiplicidad,
la diversidad, la expansión y la riqueza artística que la caracteriza.
La amplitud y el esfuerzo de contextualización y de atención a la diversidad
cultural de la teoría del currículum sirve de apoyo y de complemento al saber
didáctico, configurando las síntesis interdisciplinares y culturales para comprender
y mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, a la vez que implica a cada
estudiante en un proyecto vital para avanzar rigurosamente en los modos de conocer
y en la implicación experiencial y existencial de cada estudiante, logrando
aprender y desarrollar un proyecto vital e integral de conocimientos, emociones
y auténticos valores.
Se considera el saber docente la base del conocimiento práctico y del saber
profesional, nuevo campo de pleno desarrollo en la Didáctica, que requiere del
profesorado un marco de acción-indagación seriamente transformador. La actuación
de los discentes es básicamente de vivenciación, asimilación e interiorización
de las claves, técnicas instrumentales, conceptos y referentes que le
posibiliten entender su cultura y actuar creativamente en el aula y en su vida personal.
Construir una perspectiva creativa de la Didáctica desde el enfoque comunicativo
es desarrollar una interpretación de la misma como «teoría intencionalformativa
de la comunicación», que fundamenta su acción en las aportaciones
de las teorías aplicadas a la Didáctica por Rodríguez Diéguez (1985) y Ferrández
(1996), quienes consideran que es necesario entender la complejidad del
proceso comunicativo debido a las limitaciones del emisor (docente/discente) y
la del receptor (discente/docente), en el acto comunicativo, evolutivo y cambiante,
dependiendo a su vez de:
– La materia/área de conocimiento y su enfoque uni o interdisciplinar.
– Los medios didácticos y su adaptación.
– La naturaleza y significado de las actividades.
– El contexto socio-cultural en el que tiene lugar la relación formativa.
– Los valores desarrollados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La producción y comprensión de textos es un proceso cognitivo complejo que


consiste en traducir el lenguaje representado (ideas, pensamientos, sentimientos,
impresiones de tipo episódico que posee el sujeto) en discurso escrito coherente, en
función de contextos comunicativos y sociales determinados.

Hasta mediados del siglo XX los especialistas en la Ilíada no contemplaron la posibilidad de


que esta obra pudiera ser el resultado de la recolección de narraciones orales transmitidas y
conservadas gracias al uso de la memoria. Después de realizar estudios
juiciosos investigadores como Eric A. Havelock (1994) llegaron a la conclusión (revisada
posteriormente por excesiva) de que esta obra se basa en un componente absolutamente oral,
es decir, que ha sido creada por una comunidad que la reconstruyó durante varias
generaciones a través de transmisiones orales y que luego fue plasmada en el papel por
alguien que conocía la escritura. Este es un proceso complicado que difícilmente podríamos
comprender o imaginar, acostumbrados como estamos a manifestarlo todo por escrito, y que,
sin embargo, todavía permanece en comunidades que no tienen acceso a la escritura y se
valen de la oralidad como el mejor recurso para recuperar su pasado o para transmitirlo a las
generaciones posteriores, bien sea porque no existen los medios materiales para acercarse a
la escritura o porque la comunidad no se interesa en emplearla como medio básico de
comunicación y de aprendizaje.

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