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La labor de consejería bíblica es una de las funciones pastorales, pero no exclusiva de los
pastores; es un servicio que Dios no llama a realizar a todos dentro del cuerpo de Cristo.
Se llama “bíblica” porque el consejero cristiano a diferencia del secular, no aconseja basado
en sus conceptos, ni se apoya en sus criterios, ni establece sus principios con base en sus
experiencias; todo esto puede enriquecer su labor, pero no son el fundamento de su
consejo. Tampoco se deja influir por las corrientes filosóficas que imperan en el ambiente,
ya sea humanista, liberal, legalista, etc. Su consejo siempre tendrá sus raíces profundas en
la palabra de Dios y sus palabras serán siempre paralelas a las sagradas escrituras. 2ª
Timoteo 3:17
La palabra produce salud emocional, física y espiritual; es la palabra viva que imparte y
produce vida. Por lo tanto, el consejero cristiano, siempre guiará al aconsejado a
alimentarse, a nutrirse de ella, para que vaya creciendo y madurando. Es así como, la
consejería bíblica es una labor pastoral, que busca la salud integral, del creyente.
A todo aquel que necesite ayuda y básicamente la consejería bíblica está dirigida al
creyente; porque el creyente tiene o debe tener, como norma de vida los principios
establecidos en la palabra de Dios, es mediante ella que nuestro carácter y conducta de
vida es cambiada para el proceso de ser una nueva criatura, en obediencia a Dios. La
consejería bíblica es la mejor herramienta en este proceso. El inconverso de igual modo es
ayudado y bendecido a través de la consejería. Mateo 5:15-16; Mateo 6:33.
PROPÓSITO DE LA CONSEJERÍA
El consejero debe tener clara su meta, porque existen algunos factores que pueden
desviarnos del proceso:
Cuando vamos a consultar un médico buscamos alguien que cuente con un título
que acredite su labor, también tomamos en cuenta sus referencias personales y otro
aspecto importante es su carácter, esperamos que sea amable, confiable y que sea
compresible en su comunicación. De igual modo las características personales del
consejero son parte integral del proceso, su carácter, ética, su filosofía de la vida y
su diario vivir, serán tan importantes como su consejo y por lo tanto representan una
herramienta eficaz en su labor.
I. CARACTERISTICAS ESPIRITUALES
Un consejero tiene autoridad moral para aconsejar porque ha resuelto sus propios
conflictos internos, cuando no es así, esto nos puede llevar a identificarme con el
conflicto de modo que no confronto al aconsejado y termino justificándolo en su error
o puedo llegar a desplazar mi culpa sobre él y convertirme en severo juez, no siendo
honesto. 1 Timoteo 4:16; Mateo 7:3-5.
Debe tener buena disposición con respecto a las relaciones sociales, debe ser una
persona social y amigable; conocer el mundo que lo rodea; conflictos y valores.
Romanos 12:2, es difícil ser consejeros si desconocemos la realidad que nos rodea.
Un buen consejero debe ser una persona que administra bien su salud, física y
emocional, porque entiende que la parte física del ser humano es importante y debe
ser cuidada y atendida. Santiago 2:15-17.
3. ESCUCHAR CON INTERES REAL: Juan 2:23-25 Jesús nos dio ejemplo.
Escuchar es un arte que debemos aprender para lograr así una comunicación
profunda.
-Prestar atención a las palabras pero también a los gestos, estados de ánimo,
carácter, etc. Esto nos da más claridad sobre el problema que nos comunican.
-Permitir que el aconsejado se exprese con libertad y aceptación, que no se
sienta criticado, ridiculizado o juzgado.
-Escuchar con real interés es “ponerse en lugar de otro”
5. CLARIFICAR EL PROBLEMA:
-Encontrar el verdadero problema y no la excusa que se utiliza generalmente.
-asegurarnos de tener claro el problema en sí y no hacer conjeturas o
especulación
9. REMITIR:
Hay situaciones que pueden salirse de nuestra capacidad y es necesario pedir
ayuda a remitir. Debemos explicarlo al aconsejado y contar con su aprobación
para remitir; pero continuar mostrando apoyo e interés de nuestra parte.