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[2]
Cómo hacer Tesis Doctorales
y Trabajos de Grado
Investigación Científica y Tecnológica
Fidias G. Arias
[3]
2019
[4]
Fidias G. Arias, 2019
1ª edición
ISBN:
[5]
Edición Electrónica.
[6]
Dedicatoria
[7]
[8]
Índice
PRESENTACIÓN.........................................................................11
1.- Efectividad y eficiencia de la investigación tecnológica en la
universidad........................................................................................12
2.- Pertinencia social de la investigación educativa: concepto e
indicadores........................................................................................44
3.-Metodología para la valoración de resultados en Trabajos
Finales de Grado (TFG) de áreas tecnológicas .........................74
Ciencia y tecnología: actividades diferentes pero relacionadas
.........................................................................................................83
4.- La tesis doctoral: el caso venezolano .................................. 107
5.- Nuevos Errores en la Elaboración de Tesis Doctorales y
Trabajos de Grado ....................................................................... 133
6.- Sobre la pertinencia del método fenomenológico en Tesis
Doctorales...................................................................................... 163
[9]
7.- Funciones de los antecedentes en el proceso de
investigación .................................................................................. 168
8.- Obsolescencia de las referencias citadas: un mito
académico persistente en la investigación universitaria
venezolana .................................................................................... 173
11.- Citación de fuentes documentales y escogencia de
informantes: un estudio cualitativo de las razones expuestas
por investigadores venezolanos ................................................. 200
[10]
PRESENTACIÓN
[11]
1.- Efectividad y eficiencia de la investigación
tecnológica en la universidad 1
[14]
Las actividades de ciencia y tecnología (CyT)
La ciencia
[15]
conocimiento científico. En palabras de Bunge (1981), la ciencia
es un cuerpo creciente de ideas “que puede caracterizarse como
conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por
consiguiente falible” (p. 9).
Para el autor de este artículo: “La ciencia es un conjunto
de conocimientos verificables, sistemáticamente organizados y
metodológicamente obtenidos, relativos a un determinado
objeto de estudio o rama del saber” (Arias, 2016, p. 17).
Los fines de la ciencia son la descripción, explicación y
predicción de los fenómenos, tanto naturales como sociales. Sus
métodos están dirigidos al descubrimiento y búsqueda de
nuevos conocimientos y varían según la disciplina, por cuanto
desde hace varias décadas se reconoce y acepta que el
denominado método científico no es la única vía para la
obtención de conocimientos válidos y confiables.
[16]
La tecnología
[17]
satisfacer necesidades mediante la producción de bienes y
servicios” (p. 17).
Mientras que Bello (2006) expresa: “La tecnología pasaría
a definirse como un conjunto de técnicas, cuyo estatuto de
origen se apoya en la ciencia y se integran en función de generar
prácticas de mayores funciones de producción” (p. 8).
En síntesis, la tecnología es aplicación del conocimiento
científico con fines productivos y sus métodos son particulares
de cada área (electrónica, farmacéutica, computación,
construcción de obras civiles, entre muchas otras), pero
enfocados en el diseño, fabricación y prueba de prototipos.
Tecnologías duras
[18]
a) Las que generan objetos a partir de acciones físicas sobre la
materia: textil, mecánica y de materiales.
b) Las que emplean procesos químicos y/o biológicos:
biotecnología, genética y agroquímica (Martinet, Lafortiva y
Martinet, ídem).
Tecnologías blandas
[19]
Ejemplos: tecnología educativa, tecnología sanitaria o de
salud, tecnología organizacional, desarrollo de software, diseño
de procedimientos y sistemas administrativos. Una vez
definidos los conceptos de ciencia y tecnología, se pueden
identificar las actividades comunes a estos campos:
2. Investigación aplicada
[20]
La investigación científica
[21]
Investigación básica o pura
Investigación aplicada
Investigación tecnológica
[33]
Cuadro 1. Diferencias entre la investigación aplicada y la
investigación tecnológica.
INVESTIGACIÓN APLICADA INVESTIGACIÓN TECNOLÓGICA
Concepto de efectividad
Concepto de eficiencia
[40]
de entrega, mayores son los recursos que se invierten y por
tanto hay una menor eficiencia.
[41]
e beneficiarios directos
(usuarios)
beneficiadas
-valor inicial)/valor
inicial] X 100
[42]
cumpla todas sus etapas en el tiempo previsto y al menor costo
posible.
Se recomienda que la evaluación de la investigación
tecnológica en las universidades sea un proceso continuo que
se realice antes, durante y después de culminado el proyecto.
Esto permitirá un mayor control y aprovechamiento del
presupuesto asignado a las actividades de ciencia y tecnología y
del presupuesto universitario en general.
En cuanto a los indicadores propuestos, estos
conforman un sistema flexible de referentes que pueden variar
de una institución a otra y de un proyecto a otro.
[43]
2.- Pertinencia social de la investigación
educativa: concepto e indicadores 2
[45]
¿Cuáles son las dimensiones e indicadores que definen la
pertinencia social de una investigación educativa?
Para cumplir con dicho objetivo, se parte en primer lugar,
de la definición de pertinencia y en segundo término, del
significado de lo social, para luego conceptualizar lo que se
considera como pertinencia social y pertinencia social de la
investigación, en particular, de la investigación educativa.
Posteriormente, a partir de la revisión de la literatura y de
la operacionalización del concepto pertinencia social, se
propone un sistema de indicadores de pertinencia social de la
investigación educativa, construido según la metodología de
Armijo (2009), consultora de ILPES/CEPAL, cuya
importancia radica en la necesidad de verificar el cumplimiento
de objetivos y propósitos de la investigación, así como el
impacto de sus resultados, además de medir aspectos tales
como efectividad y eficiencia, información indispensable para
establecer prioridades que orienten las líneas y proyectos de
investigación en el área de la educación.
[46]
La metodología empleada para el desarrollo de este
artículo consistió en un análisis documental, específicamente,
de fuentes impresas y electrónicas, con énfasis en artículos
publicados en revistas arbitradas donde se aborda la temática de
la pertinencia social de la investigación, con la finalidad de
identificar las dimensiones e indicadores vinculados con dicho
concepto. Como producto del procedimiento anterior, se
elaboró una definición de pertinencia social de la investigación
educativa y se propone un sistema de dimensiones e indicadores
para medir o evaluar dicha variable.
[48]
¿Qué es lo social?
Social
Pertinencia de la
Académico Científica investigación
Económico
[53]
La pertinencia académica se refiere, por una parte, a la
vinculación de los resultados de la investigación con
necesidades específicas de las instituciones educativas,
concretamente, el currículum y la formación para el campo
laboral. Por otra parte, la validez científica del conocimiento
generado en la investigación, también le asigna un carácter
pertinente desde el punto de vista académico. En esta dirección,
Ramírez (2005) distingue la pertinencia social de la investigación
universitaria de la pertinencia académica, al concebir la
pertinencia social como el aporte para solventar problemas
sociales y la pertinencia académica como la obtención del
conocimiento requerido para el ejercicio profesional.
La pertinencia científica está determinada por el estado
del arte en una disciplina, el cual reporta los vacíos en el
conocimiento y si es necesario realizar una determinada
investigación. En este sentido, se plantea interrogantes como
¿cuáles son los últimos avances y principales hallazgos? ¿Cuáles
son los problemas de investigación pendientes o qué falta por
descubrir? Además, tiene que ver con la pertinencia o
[54]
correspondencia de los métodos de investigación empleados en
un estudio y la validez de sus resultados.
En palabras de Suárez (2010), la pertinencia se concreta
en “ciencia bien hecha”, de lo que se deriva, investigación con
pertinencia científica es investigación bien ejecutada.
Así mismo, los hallazgos de Naidorf (2011) revelan que
los “…evaluadores entrevistados en los proyectos diferencian
la pertinencia científica de la pertinencia social de una
investigación en función del carácter ligado a la valoración en sí
o como fin en sí mismo del conocimiento científico –su
ampliación, el aporte a la disciplina y la importancia o utilidad
social del conocimiento científico en el caso de la pertinencia
social” (p. 51).
Por otra parte, la pertinencia económica de la
investigación se presenta fundamentalmente en investigaciones
aplicadas al sector productivo y en áreas tecnológicas
(ingenierías, biotecnología y computación, entre muchas otras),
de las que se espera una ganancia o rentabilidad de la inversión
realizada en la investigación. Como señala Cegarra (2004), la
[55]
investigación tecnológica o investigación más desarrollo
tecnológico (I+D) genera “artefactos o procesos con el
objeto de ofrecerlos al mercado y obtener un beneficio
económico.”(p. 50) Luego, el mencionado autor agrega que la
investigación tecnológica debe “ser rentable desde el punto de
vista financiero” (p. 54). En este caso, la relación costo-
beneficio es monetaria y determinante para el otorgamiento
de financiamiento de investigaciones científicas y tecnológicas.
Por otra parte, Garrocho y Segura (2012), al referirse a la
pertinencia económica de investigación, expresan que la
“…investigación científica es pertinente con respecto a la
economía en la medida que contribuye al uso racional y
sustentable de los recursos naturales y se dignifica el trabajo
humano. La investigación en tal sentido ha de contribuir al
mejoramiento de los sistemas productivos y las condiciones de
distribución de los satisfactores y la riqueza generada. Revertir
las condiciones de dependencia tecnológica que históricamente
se ha padecido es un asunto central” (p.28).
[56]
¿Por qué es importante considerar la pertinencia social
de una investigación?
La investigación educativa
[58]
Para Herrera (1999), “la investigación educativa es la
mirada rigurosa que pretende construir, explicar o comprender
el fenómeno educativo” (p. 158).
Al igual que en otras áreas de indagación, la investigación
educativa puede ser básica, para generar teorías que expliquen
los procesos y sistemas educativos, o aplicada en la solución de
problemas prácticos que habitualmente se presentan en el aula
de clase, como por ejemplo, el rendimiento estudiantil, el
desempeño docente, ausentismo y deserción escolar. Así
mismo, debe cumplir los siguientes requisitos: debe ser abierta
a todos los paradigmas de investigación, multidisciplinaria y
además, pertinente.
Es importante aclarar que la investigación educativa no
constituye una actividad lucrativa. A diferencia de otras
modalidades como la investigación tecnológica, la investigación
educativa no genera rentabilidad financiera, aun cuando ambas
requieren una inversión de recursos para su ejecución, en la
investigación tecnológica el prototipo o bien desarrollado es
fabricado en serie y a gran escala para luego ser comercializado,
[59]
generalmente, por la empresa privada. Mientras que la inversión
en investigación educativa, no genera rendimiento económico,
su “ganancia” se evalúa en términos de costo-beneficio, pero
no un beneficio monetario sino social, en el sentido del aporte
que significa la formación de los ciudadanos.
Revisión de la literatura
[61]
investigación que permitan su operacionalización y definición
de indicadores.
Sobre este tema, Acuña y Valenzuela (2000) expresan que
es necesario “…pensar que la investigación debe abordar temas
de conocimiento relevantes e importantes cuyos resultados
podrán contribuir directamente con la prosperidad del
conocimiento individual y colectivo y no estar dando vueltas en
círculos en temas que ya han sido analizados a profundidad
porque de esto suelen surgir estudios que, o no se publican, o
en el mejor de los casos se envían a revistas que más que
difundirlos los sepultan en el anonimato” (p. 1).
Luego, los mencionados autores concretan al señalar
que “la pertinencia de una investigación está relacionada con el
grado de mejora del espacio social donde se integrarán los
conocimientos adquiridos o los resultados de la misma” (p. 2).
Como se observa, estos autores conciben la investigación
pertinente como una actividad transformadora en la que sus
resultados convergen en un ámbito específico. Además, hacen
[62]
énfasis en el abordaje de temas y problemas de investigación
significativos.
Para Colina (2007), la pertinencia de la investigación se
concreta en su aplicabilidad social, mientras que para Ramírez
(2010), se traduce en utilidad social, es decir, una investigación
al servicio de las mayorías.
Por otra parte, De Roux (2011) plantea que la
investigación universitaria pertinente debe estar “…focalizada
en problemas acuciantes, en sociedades situadas en un
territorio, y es una investigación transdisciplinaria de disciplinas
que se convocan unas a otras desde el problema, para conseguir
la pertinencia de los resultados, y es una investigación
conectada internacionalmente y públicamente responsable (p.
12).
Lo anterior se puede sintetizar de la siguiente manera:
Para que sea pertinente, la investigación universitaria:
[63]
Debe tener sentido, es decir, que tenga razón de ser o
una finalidad, tanto para los investigadores como para los
beneficiarios directos e indirectos de los resultados.
Intenta plantear problemas relevantes: los problemas
formulados deben ser importantes y prioritarios para grupos
mayoritarios.
Pretende atender no sólo asuntos locales, sino también
problemas de mayor alcance territorial.
[66]
Hacia un sistema de indicadores de pertinencia social de
la investigación educativa
[69]
Cuadro 3. Sistema de indicadores de pertinencia social
de la investigación educativa
[70]
Como se expresó en las secciones anteriores, la
pertinencia de la investigación depende del contexto, como
consecuencia, en un estudio o proyecto puede ser considerada
la pertinencia social, académica, científica y económica, si
procede esta última.
Así mismo, un área de investigación puede presentar
mayor pertinencia que otra, por ejemplo, la investigación
tecnológica tiene una mayor correspondencia con el sector
productivo (pertinencia económica) que la investigación
educativa, mientras que esta última presenta una mayor
pertinencia académica por su vinculación directa con los
procesos de formación del recurso humano.
El concepto de pertinencia social de la investigación es
relativo porque depende del entorno y de las demandas
específicas que pueden variar de un grupo social a otro y de un
período a otro. Es complejo porque está integrado por una
diversidad de elementos de carácter político, económico e
[71]
histórico. En este sentido, los autores consultados coinciden en
algunos criterios e incorporan diferentes elementos
constitutivos del concepto de pertinencia social de la
investigación.
Para el autor de este artículo, la pertinencia social es sólo
una dimensión de una concepción de pertinencia mucho más
amplia. Específicamente, la pertinencia social de la
investigación educativa se define como la correspondencia con
las necesidades y prioridades de grupos mayoritarios inmersos
en el hecho educativo y concretamente, en relación con las
dimensiones o áreas de investigación propias de la educación.
No obstante, aun cuando la visión de pertinencia social
está centrada en los requerimientos o demandas de la sociedad,
ésta no se opone a la pertinencia de investigaciones básicas
dirigidas a la satisfacción de la curiosidad intelectual y
ampliación del conocimiento sin considerar su aplicación o
utilidad social inmediata.
A partir de la definición anterior se proponen las
dimensiones e indicadores de pertinencia social de la
[72]
investigación educativa los cuales pueden brindar una medida
aproximada de la pertinencia social que presenta un estudio o
proyecto.
Se recomienda validar los indicadores propuestos y para
posteriores trabajos se sugiere incluir las escalas y unidades de
medida para la construcción de un índice de pertinencia social
de la investigación educativa.
[73]
3.-Metodología para la valoración de resultados en
Trabajos Finales de Grado (TFG) de áreas
tecnológicas 3
[77]
que requieren metodologías de valoración distintas pero,
pertinentes con el producto que se evalúa.
En España el Trabajo Final de Grado es obligatorio y
está normado en el Real Decreto 1393/2007, el cual expresa en
su artículo 12, apartado 7, que el TFG “deberá estar orientado
a la evaluación de competencias asociadas al título”. Sobre este
aspecto Garrote (2015:3) amplía el “…apartado 3 de artículo 12
establece que “Estas enseñanzas concluirán con la elaboración
y defensa de un trabajo de fin de Grado”. La norma no
especifica qué se entiende por TFG, sino que se limita a fijar
algunos rasgos en el apartado 7 del mismo artículo: “El trabajo
de fin de Grado tendrá un mínimo de 6 créditos y un máximo
del 12,5 por ciento del total de los créditos del título. Deberá
realizarse en la fase final del plan de estudios y estar orientado
a la evaluación de competencias asociadas al título”.
Por otra parte, en algunos países de América Latina
como México, Argentina y Colombia, no se encuentra una
normativa general acerca de los TFG para el nivel de
licenciatura. La búsqueda realizada sólo reporta reglamentos
[78]
internos de instituciones universitarias particulares, y para el
caso específico de estudios de postgrado: especialización,
maestría y doctorado. En Venezuela el TFG no está
contemplado en la Ley de Universidades vigente. En este
sentido, queda a discreción de las instituciones de educación
superior, la exigencia de un TFG como requisito para la
obtención del grado de Licenciatura y de Técnico Superior
Universitario.
No obstante, es importante destacar el caso de la
Universidad de Costa Rica, institución que presenta en 1980 un
Reglamento de Trabajos Finales de Graduación en el que se
establecen los objetivos, opciones, presentación y examen de
este requisito. Su principal aporte radica en las distintas
opciones o modalidades de TFG que incluyen, además de tesis
o trabajos de investigación, otras actividades académicas como
Seminario de Graduación, Proyecto de Graduación y Práctica
dirigida de Graduación (Art. 3).
Ahora bien, ¿qué es un TFG? Según Battaner, González
y Sánchez (2016:48). En general, el TFG puede ser entendido
[79]
como un trabajo o proyecto personal y original de
integración de los contenidos formativos recibidos y de las
competencias adquiridas en el Grado y asociadas al mismo, en
el que el/la estudiante, mediante su elaboración obligatoria, con
la orientación de un tutor/a, y su posterior defensa pública,
debe demostrar para poder concluir sus estudios en el Grado
que ha adquirido tales competencias y que está capacitado para
elaborar y presentar trabajos científicos, técnicos, teóricos o
experimentales sobre los fundamentos teóricos y prácticos de
una o varias disciplinas del plan de estudios, siendo evaluado
por ello, recibiendo, en su caso, los créditos ECTS previstos
para el TFG en dicho plan de estudios.
Es importante destacar en la definición anterior la
presencia de una variedad de modalidades que pueden ser
adoptadas como TFG: científicos, técnicos, teóricos, entre
otros. De allí que Sánchez Fernández (2013: 465), expresara
“No existe un tipo de TFG que pueda ser considerado estándar
en lo que se refiere a su contenido. Es por ello que cada
[80]
institución debe clarificar qué tipos de TFG tienen cabid a y,
especialmente, cuáles no.”
En cuanto a su diferencia con trabajos de otros niveles
de estudios, se debe precisar que mientras que la tesis doctoral
y el trabajo de máster requieren principalmente competencias
de investigación, el TFG exige múltiples competencias, sobre
todo las vinculadas directamente con el campo de acción del
graduado.
Con respecto a las áreas del conocimiento en las que
puede realizarse, en el caso de tecnologías como las ingenierías,
por lo general, los TFG no se plantean una investigación
propiamente dicha sino un trabajo de aplicación en el que se
demuestren las competencias profesionales del área. Como ha
expresado Sabino (2006:97): “…el diseño de un edificio o de
una máquina, de una técnica productiva o de medición, el
desarrollo de productos o de procedimientos. En tales
circunstancias lo razonable, por cierto, es hablar de un trabajo
especial de grado más que de una tesis…Este planteamiento
coincide con los casos particulares de los desarrollos
[81]
tecnológicos puros en los que es posible obviar la fase de
investigación básica, por cuanto el conocimiento científico ya
existe y sólo se requiere analizarlo y aplicarlo” (Primo Yúfera,
1994).
Con base en lo expuesto anteriormente, el TFG puede
ser caracterizado por:
[84]
Además de sus resultados y productos finales, la ciencia
y la tecnología se distinguen en cuanto a sus fines y métodos,
como se aprecia en el Cuadro 1 que se muestra a continuación.
[86]
Revisión de la literatura
[90]
Caracterización de los TFG
[91]
Caracterización de los resultados o productos terminales
de TFG
[93]
• Desarrollo de partes y nuevos materiales.
[94]
necesidades o requerimientos de una organización y de los
usuarios.
De manera general, los TFG del área de las TIC pueden
presentar una gran cantidad y diversidad de productos
tecnológicos como:
[95]
Caracterización de los resultados de los TFG en el área
de salud
[96]
directamente en la producción de equipos y dispositivos
médicos.
Por otra parte, el graduado en Farmacia sí genera
tecnologías duras que se concretan en ingredientes terapéuticos
o medicamentos. Según los objetivos formativos del Licenciado
en Farmacia de la Universidad de Sevilla (2018), éste se forma
“… en el análisis de los fármacos y las sustancias que los
componen, la elaboración de los mismos y las tecnologías
utilizadas para ello…” No obstante, en este trabajo sólo se
consideran las áreas de salud que generan tecnologías blandas o
servicios.
En consecuencia, los principales resultados del TFG en
el área de salud, son los protocolos de atención y los servicios
prestados, de los cuales se espera una gran efectividad, que sean
de gran utilidad en el campo sanitario y que generen un impacto
altamente positivo en las comunidades.
[97]
Metodología para la valoración de resultados en TFG
[98]
proporcionan ciertos referentes para la construcción de la
metodología propuesta.
Concretamente, la metodología de valoración que se
presenta consta de las siguientes fases:
[100]
Diseño de las rúbricas específicas para cada área en
función de los indicadores definidos.
[103]
[104]
Producto del análisis de las distintas fuentes
documentales se confirma que el TFG que se realiza en áreas
tecnológicas presenta diferencias de fondo y de forma con
respecto a trabajos de ciencias y humanidades. Esto es debido
fundamentalmente a la diferencia sustancial que existe entre
ciencia y tecnología, actividades que aun cuando están
íntimamente relacionadas, difieren en sus fines, métodos,
procedimientos y productos terminales.
Los TFG tecnológicos generan objetos distintos a los
obtenidos en la investigación científica por lo que deben
valorarse con criterios, indicadores e instrumentos diferentes.
En consecuencia, fue construida una metodología para la
valoración de resultados, específicamente para TFG de áreas
tecnológicas, la cual integra un sistema de fases, procedimientos
e indicadores válidos y replicables en productos del área
industrial, informática-comunicacional y salud.
Finalmente, fueron diseñadas tres rúbricas para la
valoración de los resultados de TFG, correspondientes a las
áreas tecnológicas abordadas. En este sentido, se recomienda,
[105]
para futuros estudios, la validación de las mismas y su
adaptación para otras ramas de la tecnología.
Es importante resaltar la similitud de los indicadores
presentes en las rúbricas correspondientes a TFG en las áreas
de tecnología industrial y TIC, dado que uno de los resultados
típicos es el prototipo, aun cuando en las TIC se consideran
también los productos acabados. Sin embargo, no ocurre igual
en los TFG del área de tecnología de la salud, en los que los
resultados o productos son sistemas de atención sanitaria,
protocolos de tratamiento de pacientes y procedimientos
terapéuticos.
[106]
4.- La tesis doctoral: el caso venezolano 4
4 Artículo aparecido en la Revista Paradigma, Vol. XXXIX, Nº1, 2018, págs. 138-149.
[107]
Es mucho lo que se ha escrito acerca de las tesis
doctorales, desde su definición y caracterización hasta los pasos
para su elaboración. Autores clásicos en este tema son Eco
(2010), Sabino (2006), Morles (1996) y Sierra Bravo (2003). Hoy
día, mediante actividades de búsqueda e indagación, se puede
contrastar lo expuesto por distintos autores (teoría), con
procesos y productos doctorales, que van desde la formulación
del proyecto doctoral hasta su ejecución, presentación y
evaluación, para optar por el título de Doctor (realidad). En este
sentido, con este artículo se pretende precisar algunos criterios
sobre lo que debe ser una tesis doctoral y sumar otros en
función de nuestra trayectoria como tesista doctoral, tutor y
jurado de tesis doctorales.
Para comenzar, es importante señalar que la tesis puede
ser vista en dos dimensiones: en primer término, como aquella
proposición que debe ser defendida con argumentos válidos. Es
decir, la idea que se sostiene y se pretende comprobar. En
[108]
segundo término, se entiende por tesis, aquel trabajo de
investigación escrito, de carácter académico que se presenta
para optar por el título de doctor (Sabino, 2006; Sierra Bravo,
2003).
No obstante, este artículo está referido concretamente a
la tesis como el informe escrito que expone el proceso y
resultados de una investigación, creación literaria o desarrollo
tecnológico. En este sentido, se definen y se precisan los
criterios que distinguen la tesis doctoral de trabajos de grado de
niveles educativos anteriores.
Por otra parte, se presentan algunos mitos y errores
detectados en tesis doctorales presentadas ante instituciones
universitarias venezolanas. Es importante aclarar, que los juicios
emitidos son producto de una exhaustiva revisión documental
y de la observación participante en eventos académicos, por la
que en ninguna circunstancia se pretende generalizar los
mismos.
¿Qué es una tesis doctoral?
[109]
Según Gonzalo y González (2001): “Una tesis doctoral
es el resultado de un trabajo de investigación científica cuya
finalidad consiste en demostrar la capacidad investigadora de su
autor, así como en realizar una aportación original y sustantiva
al acervo de conocimientos relativos a una materia determinada
o, si se prefiere, un valor añadido al estado de la cuestión
concerniente a algún aspecto particular de la misma.
Luego, el mismo autor expresa que una tesis doctoral no
es un “refrito” o una mera revisión de la literatura relacionada
con el tema en estudio. Aun cuando el análisis de los
antecedentes de investigación o trabajos previos es una etapa
inicial necesaria, la tesis debe ir más allá mediante el aporte de
nuevos conocimientos, datos, resultados y conclusiones que no
se hayan obtenido y expuesto hasta el momento. Así mismo, la
tesis doctoral no deberá ser “Un conjunto de opiniones más o
menos subjetivas acerca de una determinada cuestión…”
(Gonzalo y González, 2001, p. 2). Es decir, a diferencia de los
juicios opináticos, los conceptos y razonamientos emitidos en
[110]
una tesis doctoral deberán tener un sólido argumento o sustento
teórico o empírico (evidencias de la realidad).
Por último, una tesis doctoral tampoco es una serie de
reflexiones que responden más a una situación ideal (deber ser)
que a una situación actual real (ser), es decir, una propuesta que
no haya sido verificada en la realidad mediante una evaluación
de impacto.
¿Qué puede ser una tesis doctoral?
En sus orígenes la tesis doctoral consistía
fundamentalmente en una investigación científica. Cone y
Foster (1997) consideran que la disertación o tesis doctoral debe
ser una investigación original y empírica (de campo). No
obstante, Sabino (2006) aclara “… que tal visión estrecha
implica no sólo una perspectiva formalista del trabajo científico,
sino también un criterio realmente limitado en cuanto a lo que
es ciencia y los aportes que la construyen” (p. 21). Actualmente,
la tesis asume un concepto mucho más amplio como el de
producción intelectual que se puede desarrollar en diversos
campos: científico, tecnológico o artístico (Morles, 2004).
[111]
En este sentido, una tesis doctoral puede ser:
[113]
Criterios para definir una tesis doctoral y distinguirla de
los trabajos de grado
Criterio normativo
[114]
Por supuesto, el aporte original y significativo sólo es
posible cuando se dispone de una sólida formación científica.
No obstante, corresponde en primera instancia al jurado o
tribunal evaluador, decidir si, efectivamente, la tesis presentada
constituye un verdadero aporte de relevancia.
En la misma normativa queda expresa la diferencia
principal de la tesis doctoral con el trabajo de maestría, referida
al aporte original relevante que debe estar presente en la
primera.
Sobre este punto, Mancoksky (2009), señala: “Una tesis
de maestría tiene requisitos diferentes a los de una tesis de
doctorado. A grandes líneas, la primera forma parte del proceso
de aprendizaje del oficio de investigar. Se espera que un
maestrando aprenda a: definir un objeto de investigación a
partir de sus preguntas iniciales o de una demanda específica del
grupo de investigación al cual pertenece, sistematizar
bibliografía tendiente a la producción de un marco teórico -
conceptual coherente con el objeto, llevar adelante la
recolección de datos en función de alguna metodología
[115]
específica y delinear algunos posibles resultados de su trabajo,
según la sistematización y el análisis de datos realizado.
Generalmente, las conclusiones de la tesis de maestría son
retomadas en la etapa inicial del doctorado, ya sea desde la
continuidad o el replanteo del objeto de investigación
propuesto inicialmente en la primera instancia de formación.
Por su parte, como se mencionó recientemente, la tesis de
doctorado debe dar cuenta del proceso de autorización y
creación de saberes originales haciendo una contribución a un
campo disciplinar específico (p. 203).
También es importante aclarar que, en países
anglosajones, por lo general, se emplea el término “dissertation”
(en castellano disertación) para referirse a la tesis doctoral, y
“thesis” para denominar el trabajo de maestría.
[118]
Criterio de novedad
[122]
Un criterio adicional que se agregaría es la
UNIVERSALIDAD.
¿Qué se quiere expresar con esto? Que una tesis doctoral
debe ser vista como una tesis doctoral en cualquier institución,
universidad o país del mundo. Una tesis doctoral de la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL),
debe ser una tesis doctoral en la Universidad Central de
Venezuela (UCV), en la Universidad Autónoma de Madrid
(UAM), en Harvard, en Kiev, Cambridge, en Beijing o en
Moscú. No debe haber tesis doctorales de primera y de segunda.
Cuando una tesis doctoral no cumple con los estándares
establecidos nacional e internacionalmente, y no se considera
de un nivel y calidad equivalentes a los de otras
universidades, entonces no es una tesis doctoral, aun cuando
haya sido “aprobada por un jurado examinador”.
Como síntesis de los criterios anteriores, en el Cuadro 1,
se propone un instrumento que puede ser empleado por
doctorandos, e incluso, por quienes ya han aprobado su tesis
doctoral.
[123]
Es importante señalar que el instrumento anterior es una
propuesta con carácter flexible, en consecuencia, puede ser
adaptado según las necesidades o el área del conocimiento en la
que se realiza la tesis.
[124]
Mitos y errores recientes en torno a la elaboración de tesis
doctorales
[132]
5.- Nuevos Errores en la Elaboración de Tesis
Doctorales y Trabajos de Grado5
[134]
• Detectar nuevos errores de fondo en la elaboración de Tesis
Doctorales y Trabajos de Grado de Maestría.
[136]
abstracts. El autor se reserva el nombre de las instituciones
universitarias en las que fueron presentadas las tesis.
Por otra parte, entre los autores consultados para
confrontar los errores se destacan Morles (1992, 1996, 2004),
cuya obra propone un concepto de mayor amplitud para la s
Tesis Doctorales como es el de producción intelectual. Sabino
(2002), probablemente uno de los pioneros en la identificación
de los errores que, con mayor frecuencia cometen los tesistas,
Ramírez (2010), quien enfatiza en el carácter determinante del
objeto de estudio con res- pecto al método, Martínez (1989,
2004), aclara lo relativo a la presentación de la postura
epistemológica del investigador. Bunge (2001), precisa las dis-
tintas acepciones del vocablo constructo y Kerlinger (1988),
también aporta a la definición de lo que significa un constructo
en una investigación, además de su contribución a la precisión
del concepto de teoría, entre otros.
Esta investigación se justifica por cuanto con- tribuye a
aclarar dudas a estudiantes y tesistas en relación a la elaboración
de sus trabajos de investigación y evitaría el surgimiento de
[137]
mitos o falsas creencias que tanto afectan el desarrollo y la
calidad de los productos académicos.
[140]
Esta falla surge de la creencia de que leer algún texto de
Metodología y citar a un autor es suficiente para dominar y
aplicar un método de investigación. Tampoco es suficiente un
curso de Metodología de la Investigación con una duración de
16 semanas, para profundizar en cada uno de los métodos que
contempla el programa.
Sobre esta situación, el estudio realizado refleja que en el
ámbito universitario venezolano los casos más comunes
ocurren con la selección de los métodos hermenéutico-
dialéctico, fenomenológico y Teoría Fundamentada de Glaser
y Strauss. En este orden de ideas, cuando se les consultó a los
tesistas si habían realizado algún curso sobre dichos métodos,
la respuesta fue negativa, al igual que en la pregunta sobre si
poseían experiencia en la aplicación de los mismos.
Es ampliamente conocido que, al comenzar cualquier
proyecto, adicionalmente a las preguntas: ¿qué investigar?, ¿por
qué y para qué investigar?, el tesista también debe responder la
interrogante ¿cómo investigar?, en consecuencia, para
responderla deberá conocer con anticipación el método que
[141]
utilizará en su investigación, no sólo en su definición sino en
sus aspectos prácticos u operativos.
Para concluir este apartado, resulta muy válido recordar
a Morles (1992), quien precisó como “requisitos esenciales”
para realizar una investigación, no sólo conocimiento previo del
tema, sino también dominio del método que será empleado en
el estudio. Por tanto, la recomendación para los tesistas es que
se preparen y profundicen en los métodos vinculados con su
línea de investigación y además, realicen aplicaciones o estudios
pilotos para adquirir la experiencia necesaria.
[151]
Para aclarar este asunto, inicialmente es necesario
responder la pregunta: ¿qué es un constructo teórico?. En
principio un constructo es un concepto, idea o representación
mental de un hecho o de un objeto. Así mismo, el término
constructo puede ser entendido en dos direcciones: como
concepto integrante de una teoría (Hyman, 1994) o como una
“teoría” (Bunge, 2001, p. 36).
En relación a la primera acepción, Hayman (1994),
precisa: “Los constructos son el material básico de la
construcción de teorías” (p.164).
Mientras que para Ary, Jacobs y Razavieh (1989), los
constructos o construcciones son conceptos de mayor nivel y
complejidad que resultan de la com- binación de conceptos más
simples. Por ejemplo, perfil profesional (construcción para el
área laboral), perfil sanguíneo y perfil lipídico (construcciones
para el área de la salud).
Específicamente, en investigación positivista
(cuantitativa) un constructo es un concepto elaborado para
[152]
resolver un problema científico, sobre lo cual Kerlinger (1988),
argumenta:
Un constructo es un concepto. Sin embargo, tienen un
sentido adicional, el de haber sido inventado o adoptado de
manera deliberada y consciente para un propósito científico
especial. “Inteligencia”, es un concepto, una abstracción de la
observación de conductas consideradas como supuestamente
inteligentes o no inteligentes (p. 31).
No obstante, como se expuso al inicio, además de su
acepción como concepto, según Bunge (2001), un constructo
también puede ser entendido como teoría o construcción
teórica, de allí la expresión “constructo teórico”, utilizada en
investigaciones cualitativas cuya finalidad es la generación o
construcción de teoría (Goetz y LeCompte, 1988). En
consecuencia, cuando un tesista se plantea como objetivo
general de su investigación “Generar un constructo teórico
acerca de…”, en otras palabras, está expresando “Construir…,
desarrollar…, o for- mular una teoría sobre…”
[153]
El error radica cuando en este tipo de trabajo no se
genera, ni nuevos conceptos (constructos) ni una teoría. En el
primer caso, la investigación generativa debe descubrir y
elaborar constructos no conocidos con anterioridad, para
aportar una nueva explica- ción del fenómeno objeto de
estudio.
Así mismo, en el caso de generación de teorías, también
debe surgir una serie de constructos (nuevos conceptos)
interrelacionados, que en conjunto cumplan una función
explicativa y predictiva. De no cumplirse lo anterior, es decir,
que no surjan ni constructos ni lo que se conoce como teoría,
entonces no se cumpliría el objetivo general de una investiga -
ción generativa.
[156]
Una Tesis Doctoral puede ser una investigación
conducente a la generación de teoría o dirigida a la verificación
de una teoría (Goetz y LeCompte, 1988). Lo que caracteriza a
la Tesis Doctoral no es la formulación de una teoría, sino lo
relevantes o significativos que sean sus aportes a la ciencia, a las
humanidades o a la tecnología. Una investigación puede generar
una teoría que resulte irrelevante e intrascendente, lo que le
restaría méritos para ser considerada como Tesis Doctoral.
Sobre este aspecto, la Normativa General de los Estudios
de Postgrado para las Universidades e Institutos debidamente
autorizados por el Consejo Nacional de Universidades (2001),
expresa que la Tesis Doctoral “…debe constituir un aporte
original relevante a la ciencia, la tecnología, o las humanidades
y reflejar la formación científica del autor”.
Morles (2004), coincide con la norma anterior y propone
como concepto más amplio, el de producción intelectual que
incluye producción científica (investigaciones y generación de
teoría), producción tecnológica (inventos, innovaciones e
[157]
investigación más desarrollo: I+D) y producción humanística
(creaciones artísticas y literarias).
Así mismo, Morles (1996), agrega: “… en un país
específico, producir una determinada tecnología puede tener
mayor pertinencia que producir una teoría o realizar una
investigación, si dicha tecnología resuelve un problema de alta
relevancia social” (p. 30).
En resumen, si bien es cierto que toda investiga- ción
debe tener un sustento teórico, no es menos cierto que una
Tesis Doctoral puede ser algo más que una investigación para
verificar o generar una teoría como aporte a la ciencia, también
puede ser una invención o desarrollo tecnológico como
contribución a la tecnología, o una creación artística o literaria
como tributo para el campo de las humanidades, siempre que
sean productos relevantes y significativos para la sociedad.
[158]
En investigación cuantitativa, la confiabilidad de un
instrumento de medición se refiere a la estabilidad en los
resultados o valores similares que se registran en varias
mediciones (Kerlinger, 1988; Ary, Jacobs y Razavieh, 1989). Si
no hay relación entre los datos reportados en las distintas
medidas, entonces el instrumento no es confiable. Un ejemplo
muy ilustrativo es el caso del peso o balanza de baño, si en una
primera medición un individuo registra 75 kg, luego, al subir de
nuevo a la balanza en las mismas condiciones marca 98 kg y por
tercera vez muestra un registro de 62 kg, evidentemente la
balanza no es confiable.
No obstante, en investigación social existen
instrumentos no mecánicos que por supuesto, no pueden ser
calibrados como una balanza. Se trata de documentos diseñados
por los investigadores que buscan obtener información escrita
mediante preguntas abiertas o cerradas, enunciados, escalas,
entre otros..
Dada la complejidad de los fenómenos o hechos sociales
y la diversidad de estos instrumentos, no todos conducen a
[159]
mediciones repetidas y estables. Hay algunos que reflejan
situaciones cambiantes e irrepetibles, por ejemplo, los utilizados
en entrevistas de opinión, la cual puede variar de un día a otro
en un mismo individuo, por lo tanto, en esos casos no aplicaría
una prueba de confiabilidad.
El cálculo de confiabilidad sólo es pertinente en los
siguientes casos:
[162]
6.- Sobre la pertinencia del método
fenomenológico en Tesis Doctorales 6
6 Artículo aparecido en la Revista Actividad Física y Ciencias Año 2017, vol. 9, Nº2.
[163]
Aunque por ahora no puedo aportar cifras estadísticas,
las cuales deben ser producto de una investigación empírica y
no de la simple intuición, las entrevistas y observaciones
documentales hasta el momento realizadas en diversas
instituciones universitarias venezolanas, reflejan una importante
tendencia a utilizar el método fenomenológico en las tesis
doctorales del área educativa.
Está claro que ninguna institución universitaria debe
“encasillar” a los tesistas e investigadores en el uso de un único
método. Sin embargo, ante una variedad de caminos para
investigar, es necesario considerar lo expresado por Morles
(1992) en relación al saber previo que, sobre metodología, debe
poseer el investigador como condición o requisito esencial para
la generación de nuevos conocimientos.
Es precisamente esa falta de conocimiento la que
probablemente conduce a la “escogencia de un método sobre
el que no se ha recibido formación y del que no se tiene ninguna
[164]
experiencia en su aplicación” (Arias, 2017, p. 39). En este orden
de ideas, cuando se consultó a un grupo de tesistas si habían
realizado algún curso sobre el método en cuestión, la respuesta
fue negativa, al igual que en la pregunta sobre si poseían
experiencia en la aplicación del mismo (Ídem).
En este sentido, Néstor Leal, expresa: “…es conveniente
resaltar que un método cualitativo, como lo es el
fenomenológico, posee toda una estructura que amerita el
conocimiento y manejo, por parte del investigador que lo
asume, de sus principios, bases y nociones esenciales; de
tal manera que su puesta en marcha no quede convertida en un
acto mecánico, congelado en pasos”. (Leal, 2000, p. 59) (las
cursivas en negritas son nuestras)
Luego, para precisar en cuáles casos es pertinente el
empleo del mencionado método, recurro a Miguel Martínez
Miguélez, quien detalla: “El método fenomenológico se centra
en el estudio de esas realidades vivenciales que son poco, pero
que son determinantes para la comprensión de la vida psíquica
de cada persona. Podemos decir que el método fenomenológico
[165]
es el más adecuado para estudiar y comprender la estructura
psíquica vivencial que se da por ejemplo, en un condenado a
muerte o a prisión perpetua, en un acusado y Arias, F.
Sobre la pertinencia del método fenomenológico en Tesis
Doctorales condenado injustamente, en la soltera que llega a ser
madre contra su voluntad, en el enamorado, en el drogadicto,
en la pérdida de un ser querido, en un atraco criminal o en una
violación, en el que se queda inválido o solo en la vida, en el que
padece una enfermedad incurable, en el nacimiento del primer
hijo, en la experiencia de una conversión religiosa, en tener que
tomar una decisión grave sin razones en pro o contra, en vivir
la crisis a mitad de la vida, y muchas otras situaciones semejantes.
(Martínez, 2004, p. 139) ( las cursivas en negritas son nuestras).
Como investigador en formación, reconozco que no
tengo ni preparación ni experiencia en la aplicación del método
fenomenológico, es por eso que, en dependencia de mi objeto
de estudio, selecciono el método más pertinente y del que debo
tener conocimiento y experiencia previa. Como sentenciara
Ramírez (2010): “No es el método el que debe determinar el
[166]
objeto de estudio; por el contrario, es el objeto de estudio el
que, dada su propia naturaleza, determina el método a utilizar
para su investigación” (p. 23).
En consecuencia, aspiro que estas reflexiones
contribuyan a desarrollar una actitud crítica en la búsqueda de
criterios válidos y alejados de las modas, para la escogencia
del camino más adecuado dirigido al abordaje del problema de
investigación.
Por último, como era de esperar, en este nuevo número
de Actividad Física y Ciencias se observa coherencia y
pertinencia en los métodos de investigación utilizados por los
autores, quienes adecuaron su ruta metodológica a sus
respectivos objetos de estudio.
[167]
7.- Funciones de los antecedentes en el proceso de
investigación 7
En concreto:
[171]
d) Si las conclusiones presentadas en los antecedentes
confirman o refutan nuestras conclusiones.
[172]
8.- Obsolescencia de las referencias citadas: un
mito académico persistente en la investigación
universitaria venezolana 8
Referentes teóricos
[180]
Ley del Envejecimiento u Obsolescencia de la Literatura
Científica
[183]
Literatura clásica y efímera
[186]
Aun cuando los autores citados anteriormente,
reconocen que la vida media de las referencias empleadas es
baja, el resultado 14,36 años se aproxima a una década y media.
Por otra parte, en el caso de las Ciencias Sociales, son pocos los
estudios bibliométricos que muestren datos precisos sobre el
semiperíodo o vida media de las referencias. Al respecto,
Romanos (2000) señala que: “El uso de los materiales en las
Ciencias Sociales es, sin embargo, prolongado y a menudo
repetitivo. Según estudios citados por Li, la vida media de las
citas totales en Ciencias Sociales es de nueve años, y las citas a
publicaciones periódicas de seis años” (p. 272).
Un estudio bibliométrico realizado en universidades
de la India, específicamente sobre la literatura citada en tesis
doctorales de Psicología revela que: “The Obsolescence of
Literature in Psychology discloses that nearly 27% of journal
citations are 8 years old or less than eight years in age, 50% of
citations are 14 years old and 75% of journal citations are 22
years old or less in age. More or less similar trend is observed
with respect to the distribution of cited literature in the sub-
[187]
fields of Psychology. The results of K-S test confirmed
statistically that the obsolescence (distribution) rate of journal
and book citations followed a negative exponential distribution.
Half- life of journal citations in Psychology is found to be 14
years whereas it is 19 years for book citations. Half-life of Basic
Psychology is found to be 13 years for journals and 18 years for
books. In Applied Psychology, it is found to be 14 years for
journals and 19 years for books. [La obsolescencia de literatura
en Psicología demuestra que casi el 27% de las citas en revistas
tienen 8 años de antigüedad o menos, 50% de las citas tienen
14 años y 75% de las citas de revistas son de 22 años de
antigüedad o menos. Una tendencia más o menos similar se
observa con respecto a la distribución de literatura citada en los
sub-campos de la Psicología. Los resultados de la prueba K-S
confirmó estadísticamente que la tasa de obsolescencia
(distribución) de las citas en revistas y libros seguían una
distribución exponencial negativa. La vida media de citas en
revistas de Psicología se encuentra en 14 años mientras que es
de 19 años para citas en libros. La media-vida de Psicología
[188]
Básica se encuentra en 13 años para revistas y 18 años para
libros. En Psicología Aplicada, se encuentra en 14 años para
revistas y 19 años para libros]”. (Zafrunnisha, 2012,
“Obsolescence of Literature”, párr. 1).
En pocas palabras, según los resultados obtenidos, el
mayor porcentaje (75%) utiliza referencias de revistas científicas
con 22 años o menos, mientras que la vida media de las revistas
citadas en Psicología es de 14 años y la de los libros de 19 años.
Metodología
[192]
Los datos fueron procesados mediante el programa
Microsoft Office Excel 2007.
Resultados
[194]
Al discriminar la muestra, en la figura 2, se observa que
el 60% de los tesistas mantiene la creencia sobre 5 años como
máximo de vigencia, mientras que el 90% de los tutores sostiene
la misma idea. Llama la atención como en los tutores está
mucho más arraigada la creencia acerca de un período máximo
de 5 años, en comparación con lo que indican los tesistas. Sobre
la existencia de una norma o criterio que defina la
desactualización de una referencia, el 100% de los encuestados,
tanto tesistas como tutores, respondió no saber; es decir, los
consultados desconocen de dónde proviene el tiempo
expresado en la respuesta anterior.
[195]
El análisis documental confirma lo expuesto por Arias
(2014), quien señala que “el tiempo de obsolescencia o
desactualización de las referencias citadas es relativo, debido a
que depende de varios factores, fundamentalmente de la
disciplina o área del conocimiento, así como del tema objeto de
estudio” (p. 31). Este hallazgo coincide con lo expuesto por
Bellavista, Guardiola, Méndez y Bordons (1997) y reafirma lo
[196]
concluido por Arias (2014) en su estudio preliminar: “En
humanidades y ciencias sociales, campos en los que predomina
la literatura clásica en formato de libro, el período de vigencia
de las referencias es mucho mayor que en las ciencias naturales,
en las que generalmente se utiliza literatura efímera divulgada
en revistas científicas de publicación periódica (Journals) ” (p.
32).
Esta situación encontrada puede afectar negativamente
el desarrollo de investigaciones de distintas maneras. En primer
lugar, al no encontrar fuentes con 5 años o menos, los autores
dejan de emplear referencias aún vigentes y de gran relevancia
en el área. En segundo lugar, por la presión de buscar
referencias muy recientes, se puede incurrir en el error de citar
fuentes secundarias o terciarias, en lugar de acudir a las fuentes
primarias u originales, ocasionando que las investigaciones
pudieran resultar incompletas o insuficientes en cuanto a la
revisión de la literatura y presentación de bases teóricas se
refiere. Por último, la exigencia de una vigencia de 5 años para
las fuentes de referencia limita la labor creativa del investigador
[197]
y obstaculiza el desarrollo de trabajos con diversidad y
profundidad teórica y metodológica. En este sentido, Oyola,
Soto y Quispe (2014) expresan que: “Es innegable que el avance
del conocimiento se apoya en investigaciones anteriores (8),
pero la exigencia que todas las referencias bibliográficas tengan
esta antigüedad en las publicaciones científicas, especialmente
en la elaboración de tesis, es una práctica sin sustento y negativa
para quienes desarrollan investigación innovadora o en campos
donde las publicaciones son escasas” (p. 381).
Aun cuando el tamaño de la muestra no es suficiente para
generalizar, los resultados obtenidos en la investigación de
campo conducen a inferir la persistencia de un mito académico
referido a las creencias en torno a la obsolescencia o
desactualización de las referencias citadas, específicamente en
Ciencias Sociales y Humanidades.
La principal creencia detectada se refiere al tiempo de
caducidad de las referencias citadas en los “antecedentes de
investigación” o estudios previos, y que sólo pueden citarse
referencias con un máximo de 5 años. Asimismo, los
[198]
encuestados no poseen un argumento que sustente dicha
creencia. Índice de Price no es una regla que establece 5 años
de vigencia de la literatura científica; en cambio, es el porcentaje
de referencias citadas cuyo lapso desde su publicación es menor
a 5 años.
Por lo tanto, no debe ser asumido como una norma para
elaborar proyectos e informes de investigación, tesis o trabajos
de grado.
Se recomienda el estudio y divulgación de los
fundamentos de la Bibliometría, con el fin de erradicar el mito
académico y propiciar la elaboración de tesis e investigaciones
de mayor calidad. Asimismo, se sugiere la difusión de los
conceptos de “vida media” o semiperíodo de la literatura e
Índice de Price, entre tutores, tesistas y jurados evaluadores de
tesis, con la finalidad de evitar que se penalicen tesis por razones
equivocadas.
[199]
11.- Citación de fuentes documentales y
escogencia de informantes: un estudio cualitativo
de las razones expuestas por investigadores
venezolanos9
Referentes teóricos
[205]
Es importante aclarar que, aun cuando las fuentes
documentales aportan datos secundarios, por cuanto estos han
sido obtenidos, procesados y publicados por otro autor, estas
fuentes, a su vez, se clasifican en documentales primarias u
obras originales, y fuentes documentales secundarias o trabajos
en los que se hace referencia a la obra original de otros autores
(Arias, 2016).
[206]
Actualmente, en la literatura especializada existen
diversas clasificaciones de las fuentes documentales. No
obstante, a los efectos de esta investigación se adoptó la
clasificación de la American Psychological Association (APA),
institución que las agrupa en tres grandes categorías: impresas,
audiovisuales y electrónicas; por supuesto, cada clase tiene
varias subclases o sub-categorías de fuentes documentales. Para
citar un ejemplo, entre las clases de fuentes impresas se
encuentran libros, revistas científicas, anuarios estadísticos, tesis
y cualquier otra publicación sobre papel.
[211]
Fiabilidad y calidad de las fuentes documentales
impresas
[215]
La revista científica es el principal medio de
comunicación y reproducción del conocimiento científico. Se
diferencia del libro en el carácter periódico de su publicación,
es decir, por su aparición cada cierto tiempo: trimestral,
semestral o anual. Por supuesto que las primeras versiones
de revistas científicas fueron impresas, pero con la aparición
de la Internet, se han incorporado en formato electrónico. No
obstante, hoy día coexisten ambos formatos: impreso y digital.
En cuanto a la fiabilidad y la calidad de las revistas
científicas, Delgado, Ruiz y Jiménez (2006) valoran los
contenidos en función de su originalidad, novedad, actualidad,
interés, rigor metodológico y relevancia. En otro sentido,
Camacho, Rojas y Rojas (2014), señalan como indicadores
específicos para evaluar la calidad de revistas científicas, el
sistema de arbitraje, indización en Bases de Datos y Directorios,
factor de impacto, información para autores y árbitros, y
políticas de publicación. De igual manera, se pueden agregar las
[216]
agencias de indexación nacionales e internacionales donde la
revista ha sido evaluada, por ejemplo, Internacional Science
Index (ISI), Social Science Citation Index (SSCI) y Emerging
Source Citation Index. Mientras que en Iberoamérica, se
destacan Scielo, Clasificación Integrada de Revistas Científicas
(CIRC) y el Índice de Revistas de la Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(OEI).
En una dirección similar, Márquez y Baltierra (2017)
utilizan el Proceso Analítico Jerárquico (PAJ) como método
multicriterio para tomar decisiones al momento de seleccionar
una revista para optar por la publicación de un artículo.
Expresan: “…es posible recomendar a los estudiantes o jóvenes
investigadores que los elementos mínimos que se deben
analizar para la selección de la revista de publicación son los
siguientes seis puntos: 1) el FI de la revista (sin que sea un
criterio de exclusión el que una revista carezca del mismo), 2) el
tiempo de aceptación promedio, 3) el número de artículos
[217]
publicados anualmente, 4) el tipo de indización 5) que la revista
candidata sea citada en el artículo que se pretende publicar y
6) cargos por publicación de artículo (p. 15).
Como se observa en la cita anterior, un criterio de gran
importancia en la evaluación de las revistas científicas es su
Factor de Impacto (FI), definido como el cociente resultante
de la división del total de citas que, en un año específico, reciben
los artículos publicados durante un período anterior, entre la
cantidad total de artículos publicados en ese mismo período.
No obstante, es necesario aclarar que el FI no denota
calidad de las publicaciones y como indicador bibliométrico
posee un carácter relativo, debido a que está condicionado
por distintas variables, principalmente, el área o disciplina, lo
que ocasiona que, generalmente, el FI de las publicaciones de
Ciencias Físicas y Naturales sea mayor al de las Ciencias
Sociales y Humanidades.
Es importante señalar que, además del FI, en la
actualidad existen otros indicadores bibliométricos para
comparar y evaluar las revistas científicas, como el CiteScore,
[218]
utilizado particularmente para calcular el impacto de las revistas
indexadas en Scopus, y que se diferencia del FI en que el
denominador equivale a la cantidad de artículos publicados en
los tres años anteriores.
También, existen métricas para medir el impacto de las
publicaciones de los investigadores, como el índice h que
relaciona el número de publicaciones que han recibido cada
una cantidad de citas igual a dicho número, es decir, se obtiene
un índice h=5, si se cuenta con cinco publicaciones que hayan
recibido, al menos, cinco citas cada una.
Informantes clave
Expertos
[221]
Ahora bien, ¿cómo seleccionar a un experto? Al igual
que en los casos anteriores, existen indicadores que permiten
evaluar esta cualidad. Skjong y Wentworht (2000), proponen
los siguientes criterios de selección: experiencia en la emisión
de juicios y toma de decisiones con base en la experticia (grados
académicos, investigaciones publicadas, puesto dentro de una
organización, años de experiencia y premios obtenidos),
prestigio en la comunidad; disposición y motivación para
colaborar con la investigación; imparcialidad y cualidades
personales como confianza en sí mismo y adaptabilidad.
Asimismo, Cruz y Martínez (2012) incluyen como
requisitos que califican a un experto, la categoría docente,
grado científico, formación académica, independencia de
juicios, profundidad de pensamiento, imparcialidad,
autoconfianza, ética profesional y capacidad de análisis.
Por último, Font (2012) propone, entre otros, los
siguientes indicadores para identificar expertos: años de
experiencia; grado académico y/o científico; publicaciones;
participación en eventos científicos; opinión del colectivo de
[222]
profesionales acerca del candidato; nivel de conocimiento
mostrado sobre la materia objeto de estudio y grado de
actualización.
Metodología
Diseño y técnicas
Se utilizó un diseño cualitativo microetnográfico
(Creswell, 2005) dado que se exploraron prácticas, costumbres
y experiencias de los investigadores participantes, en relación
[223]
con la citación, la selección y la exclusión de fuentes, es decir,
únicamente un aspecto específico, como parte de su cultura
investigativa.
Las técnicas de recolección de datos utilizadas fueron
entrevistas individualizadas en profundidad y grupos focales de
discusión desarrollados en sesiones de 45 minutos cada una.
Tanto para las entrevistas, como para los grupos de discusión,
se convocó con anticipación a los participantes y las
actividades se realizaron en los ambientes naturales de las
instituciones universitarias en las que prestan servicio. En
ambos casos, el investigador previamente comunicó los
términos de la investigación y del consentimiento informado, el
cual fue aceptado y firmado por los participantes. La
recolección de información se llevó a cabo entre los meses de
julio 2017 y agosto 2018, período durante el cual, además de
las entrevistas, se interactuó con los participantes en labores
conjuntas de investigación. Los datos suministrados por los
entrevistados fueron registrados en los cuadernos de notas del
autor o directamente en una computadora portátil.
[224]
Categorías y subcategorías
[225]
Fuente: Elaboración propia.
[226]
Participantes en el estudio
[227]
Procedimiento de análisis de los datos
[228]
Resultados
[233]
publiquen el artículo. En todo caso, el criterio de inclusión
difiere si se trata de una tesis o un artículo”. (IA-6)
De las respuestas emitidas emergieron las siguientes
propiedades o características de la categoría razones para
citar: Factor de Impacto (FI), relevancia, pertinencia, vigencia,
país de origen de la revista y cuartil de posición de la revista.
Otras razones de orden subjetivo, como la vinculación
entre autores y la presión para que se citen algunas fuentes, se
ven reflejadas en el testimonio aportado por uno de los
investigadores entrevistados: “Existen casos en los cuales un
equipo de investigadores desarrolla una misma línea o trabajan
temas muy vinculados, de esta manera se citan constantemente
entre ellos. Es decir, existe una preferencia a la hora de escoger
las fuentes y no consideran otros criterios de selección”. (IA-
9)
“También existe la presión de algunos profesores y
tutores, quienes exigen a sus alumnos y tesistas que citen sus
trabajos, tesis, libros de texto o artículos, sin darles la libertad
[234]
de evaluar la fuente según los criterios recomendados en la
literatura especializada”. (IA-9)
En la pregunta ¿cuáles razones argumenta usted para
descartar y dejar de citar fuentes en sus trabajos de
investigación? Los investigadores respondieron: “Descarto las
que provengan de publicaciones no arbitradas y de
publicaciones muy viejas y exista información más reciente”.
(IA-1) “1) Descarto páginas informales, blogs y fuentes no
indexadas en bases de datos. 2) Descarto artículos en
alemán, francés y otros. 3 Cuartil de una revista científica es
una medida internacional de posición que equivale al 25% o una
cuarta parte del listado total de revistas de la misma área,
ordenadas según su Factor de Impacto (FI). En el primer
cuartil se ubican las revistas con más alto FI y viceversa; idiomas
que no pueda leer, ni traducir fácilmente. 3) La presentación es
importante. Me causan desconfianza las publicaciones que
lucen muy artesanales. 4) Como mínimo me gusta que los
artículos que voy utilizar como referencia aparezcan en Google
Académico”. (IA-2)
[235]
“Para descartar generalmente es dependiendo del factor
de impacto de la revista, también el factor de impacto del
profesor o jefe del grupo de investigación. Otra razón se refiere
a cuántas publicaciones tiene un determinado grupo en esa
área. Esto último dice mucho porque así sabemos la historia,
que saben lo que hacen y hacia dónde van”. (IA-3)
“Referencias de segunda mano o trabajos que sean una
repetición de obras primarias, es decir, artículos que son
compilaciones de otras revisiones o citas de citas de citas, que
no utilizan como referencias las fuentes originales. También
descarto trabajos que ya no tenga relevancia o que ya no
tengan vigencia teórica metodológica o
etnográfica”. (IA-5)
Nuevamente, los investigadores entrevistados coinciden
en algunas razones para descartar y dejar de citar algunas
fuentes documentales, como ausencia de arbitraje, vigencia de
la información, bajo Factor de Impacto, así como poca
pertinencia y relevancia para la investigación que se realiza. No
obstante, se identifica como categoría emergente: las fuentes
[236]
de carácter terciario, es decir, trabajos que utilizan fuentes
secundarias y no las originales.
Adicionalmente, otros investigadores consultados
aportan su testimonio: “Hay artículos muy buenos de autores
que apenas se inician en la labor de investigar y publicar,
mientras que hay autores con mayor trayectoria, que publican
artículos de baja calidad e intrascendentes que no merecen ser
citados”. (IA-10)
“Dada la facilidad que hay para publicar contenidos
en la web, mucha gente sube sus trabajos sin que hayan
sido sometidos a una evaluación o arbitraje.
Lamentablemente, por cuestiones de marketing digital, esos
documentos llegan a tener un gran impacto en cuanto a visitas,
lecturas y descargas se refiere. Como docentes, debemos alertar
que estas prácticas pueden resultar negativas si no se aplican
rigurosos criterios de selección que verifiquen la fiabilidad de la
fuente”. (IA-10)
Sobre este tópico emergieron las siguientes categorías:
contenidos de baja calidad e intrascendentes y páginas y
[237]
contenidos no arbitrados e indizados. Sobre las razones para
seleccionar informantes clave y expertos
Además de los criterios señalados en la literatura
especializada, ¿qué razones considera usted a la hora de
seleccionar informantes clave para ser entrevistados?
“Informantes clave: si tienen la vivencia que, ante un
fenómeno a estudiar, cualitativamente lo conocen o tienen la
experiencia de vivirlo”. (IA-4)
“Para los informantes claves o también colaboradores,
así se llaman ahora en los trabajos de antropología, los criterios
dependen del proyecto de investigación, pero básicamente,
estos colaboradores deben ser personas con conocimiento del
tema que se va abordar, actores sociales que forman parte de
alguna organización comunitaria y que tengan un rol y estatus
relevante en la comunidad. Por lo general son adultos,
hombres y mujeres de la comunidad. Ancianos, si se va a tratar
temas que tienen que ver con memoria histórica y grupos
focales: el trabajo con grupos focales para abordar y discutir
[238]
asuntos de la comunidad es una herramienta que utilizamos
cada vez más”. (IA-5)
De lo anterior se deriva que, en el caso de los
informantes clave, no es prioritario poseer títulos o
credenciales académicas, el principal requisito es
18 tener conocimientos, experiencias e información que le
permita suministrar datos pertinentes y relevantes para una
investigación.
Además de los criterios señalados en la literatura especializada,
¿qué razones asume usted a la hora de seleccionar expertos para
ser entrevistados?
[240]
Frente a la interrogante ¿Cuáles han sido sus experiencias
más significativas relacionadas con la escogencia de fuentes de
información documentales y vivas? Los investigadores
respondieron: “Haber contactado con autores nacionales y dos
extranjeros a través de sus obras. El haber recibido respuesta a
mis inquietudes, lo cual demuestra espíritu de colaboración,
profesionalismo y sencillez de estos profesionales”. (IA-7)
“Haber seleccionado a un informante altamente
especializado en el tema, sin ningún tipo de nivel académico, ni
publicación indizada alguna, y tener que justificarlo con mucha
dificultad, pero con éxito”. (IA-8)
“En la universidad trabajan profesores que, por
envidia, celos profesionales o mediocridad, dicen a sus
alumnos que no citen determinados textos, aun cuando estos
libros sean reconocidos y citados en otros países, y hayan
obtenido premios”. (IA-9)
“En Venezuela existen algunas revistas de reconocidas
universidades que prácticamente son un club de amigos, donde
el arbitraje doble ciego es riguroso para unos y flexible para
[241]
otros. Si bien es cierto que estas revistas mantienen un prestigio
por su antigüedad, su calidad es muy variable. El problema
radica en la inclusión por amiguismo, o en la exclusión
deliberada de algunos autores, por tanto, no son fuentes
fiables”. (IA-10)
“Me he topado con casos de supuestos expertos que
se sienten aludidos cuando se les consulta sobre asuntos
críticos relacionados con la investigación en Venezuela. Esto
hace que se molesten y no colaboren con el estudio, o peor
aún, que respondan con agresiones hacia el entrevistador. Estas
manifestaciones los deja al descubierto y les quita el traje de
experto y de persona”. (IA-10)
Discusión
[242]
de esta investigación, es decir, el medio universitario
venezolano.
En principio, los investigadores entrevistados
coinciden en las razones para citar publicaciones científicas:
arbitraje, indización, vigencia y calidad del contenido, en
correspondencia con Buela-Casal (2003), Fornas (2003) y
Delgado, Ruiz y Jiménez (2006). Se destaca la consideración
que se hace del factor de impacto como criterio objetivo de
selección, en concordancia con lo expuesto por Camacho, et al.,
(2014) y Márquez y Baltierra (2017), así como la mención que
hace un investigador (IA6) del Índice h.
Luego, al contrastar lo expresado en las entrevistas en
profundidad y grupos focales, los investigadores mencionaron
algunas razones subjetivas como la relevancia y pertinencia
de la fuente, preferencia entre investigadores de la misma línea
o grupo, citación de trabajos que puedan contribuir a que la
investigación que se realiza también sea publicada y preferencias
por algunas revistas según su país de origen.
[243]
Estas motivaciones subjetivas se aproximan a lo que
Camacho y Núñez (2009) han denominado “selección
preferencial” basada en prejuicios subjetivos como
nacionalidad del autor, género, raza, universidad de
procedencia y estatus académico. No obstante, en el presente
estudio, la “selección preferencial” de los investigadores
consultados responde a criterios distintos a los reportados por
Camacho y Núñez (2009). En este caso, los investigadores
participantes nunca mencionaron o coincidieron con lo s
prejuicios antes mencionados.
En cuanto a la selección de informantes clave, lo
expuesto por los entrevistados refleja que las razones pueden
ser muy variadas y dependen de las características de cada
investigación. Sin embargo, las razones básicas de escogencia
mencionadas, como las vivencias y relaciones con el entorno,
coinciden con la definición de informante clave presentada
por Robledo (2009).
Para la escogencia de expertos, los investigadores
concuerdan con Skjong y Wentworht (2000), Cruz y Martínez
[244]
(2012), y Font (2012), en cuanto a los requisitos básicos que
debe cumplir un experto como fuente de información,
fundamentalmente, la experiencia y trayectoria en un área,
además de sus certificaciones. Sin embargo, al triangular con
entrevistas y grupos focales, se devela una menor importancia
a las credenciales académicas, como lo expresó el investigador
(IA-8).
En síntesis, las principales razones de carácter objetivo
para seleccionar y citar fuentes documentales, asumidas por los
participantes son el Factor de Impacto, tanto de la revista como
del artículo, el arbitraje e indización de la publicación. Entre las
razones subjetivas resaltan la pertinencia y la relevancia de la
información, así como las preferencias de los investigadores,
referidas principalmente al país de origen y gestión de la revista.
Dejar de citar una fuente documental relacionada con el
tema de investigación no necesariamente implica plagio o
egoísmo por parte del investigador, porque dicha fuente,
además de ser primaria y pertinente, debe cumplir con otros
[245]
requisitos como ser novedosa, de calidad y que provenga de un
autor con altas condiciones éticas dentro del medio académico.
La selección de informantes clave debe responder a
razones como las vivencias, conocimientos y relaciones de los
participantes con el entorno. Mientras que la escogencia de
expertos como fuente de información para una
investigación, no debe limitarse sólo a criterios académicos y
profesionales, también debe considerar las condiciones
personales del elegible, como accesibilidad, humildad,
generosidad y honestidad para evitar situaciones indeseables
que puedan afectar el estudio. Entre las experiencias más
significativas relacionadas con la escogencia de fuentes
documentales e informantes, narradas por los entrevistados, se
identifican situaciones positivas y negativas que se presentan
eventualmente y que pudiese confrontar cualquier investigador.
Sin intención de generalizar, en el grupo y contexto del
estudio se concluye que la citación de fuentes documentales
y la selección de informantes están condicionadas por razones
objetivas y subjetivas expuestas por los investigadores
[246]
entrevistados. Sin embargo, se aspira que la decisión de
escogencia esté fundamentada, principalmente, en criterios
racionales de fiabilidad y calidad de la fuente, disminuyendo, en
lo posible, factores subjetivos que pudiesen influir en el
producto final de la investigación.
La temática del análisis de citas y selección de
informantes adquiere gran importancia en la actualidad por
cuanto los resultados develan algunos aspectos relevantes en
la cultura académica de los investigadores, como sus prácticas
en la redacción de artículos, así como sus intereses y tendencias
en relación con determinados tópicos y autores.
Por último, se recomienda ser muy crítico y selectivo
antes de citar páginas web personales o documentos contenidos
en ella, incluso trabajos publicados mediante arbitraje; blogs que
presenten trabajos sin las debidas referencias; conferencias o
ponencias no arbitradas; artículos publicados en revistas no
arbitradas ni indizadas; libros publicados por sistema de
autoedición e impresión por demanda y cualquier texto que no
presente lista de referencias.
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