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FUNDACIÓN UNIVERSITARIA CLARETIANA- FUCLA.......................................................................................................................................................1
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MURAL DE DESPEDIDA:.............................................................................................................................................................................................. 19
MURAL DE BIENVENIDA: Introducción al tema
Este curso tiene como interés primordial otorgar elementos a los estudiantes sobre el análisis y estudio de las religiones nativas desde la
antropología. Es importante tener conceptos claros, que faciliten las investigaciones que como profesionales realicemos en los diversos contextos
que involucren comunidades étnicas como sujetos de estudio, siendo importante conocer esos impulsos pioneros que insistieron en conocer las
religiones como instituciones relevantes dentro de las dinámicas culturales de las poblaciones, pero además generar elementos de reflexión
aterrizados al contexto actual.
Reciban un cordial saludo. Mi nombre es Nathaly Giraldo Marín. Soy Antropóloga. He desarrollado investigación sobre
Desplazamiento Forzado en Comunidades Afrodescendientes; actualmente me desempeño como profesional social en
CORANTIOQUIA (Corporación Ambiental del Centro de Antioquia). La invitación a apasionarse por un tema
necesariamente apunta a reconocerlo como propio. Con respecto a la antropología de las religiones nativas, esto implica
comprender que las espiritualidades ancestrales no constituyen sólo folklor turístico, sino instancias de la representación
sagrada que engloba y alimenta la existencia humana, en todas sus facetas. De hecho, la ancestralidad de estas
religiones no debe llamarnos a engaño al considerarlas como explicables por la precariedad de las condiciones de vida
de las comunidades que las sostienen, o por peculiaridades psicológicas generales del ser humano, necesariamente
acentuadas en la intemperie primitiva. Por el contrario, la radical otredad de las religiones raizales, frente al universalismo
ético del cristianismo, puede abrirnos la puerta a entenderlas como concepciones del mundo – cosmovisión-, como
filosofías profundas del ser que bien pueden entrar en diálogo con las corrientes del pensamiento occidental, que las han
despreciado en tanto ignorancia tradicionalista supersticiosa. Hallar tales resonancias profundas bajo la exuberancia y
voluptuosidad del ritual nativo, puede bien ser la consigna que nos oriente en el camino. La comprensión de las religiones
nativas desde un punto de vista evolucionista necesariamente simplifica sus concepciones, resaltando sólo algunos
rasgos y excluyendo otros como inexistentes. Incluso más que el politeísmo mismo, la no-eticidad de la magia –la
legitimidad de su apelación a la maldad- es etnocentristamente interpretada como evidencia de su infantilismo psíquico,
en contraste con la filantropía cristiana, por ejemplo. Sin embargo, el individualismo en el acceso a lo sagrado –base
ontológica de la hechicería- se fundamenta a su turno en el panteísmo cósmico de nociones como el mana, cuya
omnipresencia y radical heterogeneidad posibilita su instrumentalización por los objetivos privados, y no la subordinación
de éstos a los ideales públicos de la primacía del colectivismo sobre el sujeto. Discutir entonces los enfoques de abordaje
de las religiones nativas constituye un problema de entrada del curso.
Harris, M.
(1979). El
desarrollo de la
teoría
antropológica:
historia de las
teorías de la
cultura. Siglo
XXI de España
Editores.
Disponible en:
http://books.g
oogle.es/books
?
hl=es&lr=&id=
INDC87ibTOkC
&oi=fnd&pg=P
A1&dq=evoluci
onismo+antrop
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MURAL DE DESPEDIDA:
Estimados y estimadas estudiantes,
Reciban de nuevo un cordial saludo. Entre más viajas, menos conoces, decía Lao-Tse, hablando un poco de la capacidad
mística de aprehender el universo en un pensamiento. Lejos de adscribirnos a esta omnipotencia de la conciencia
contemplativa, bien podemos retornar a este antiguo sabio chino para alejarnos del tan hoy en día avaluado viaje
turístico, para reivindicar el no tan mercantilizado viaje antropológico, aquel que no descansa en la superficialidad
diseñada de lo exótico, sino que bien por el contrario se adentra en los entresijos –tanto gozosos como dolorosos- de la
vida humana, allí donde ella se acuñe y se manifieste. Y ello porque este rumbo se ha ofrecido como un recorrido por la
densa geografía simbólica de las religiones nativas, universo éste repleto no tanto de idolatría, superstición e ignorante
petulancia, como lo interpretó a su momento el cristianismo europeo y el mismo evolucionismo antropológico, sino
especialmente de filosofías pseudo-panteístas de Dios y de los dioses y diosas, pero también del ser, el tiempo, el mundo
y el hombre, filosofías que se encarnan profundamente en la psicología colectiva de los pueblos que fundan y que
desembocan en prácticas de consagración de la naturaleza y de la armonía mística del ser humano con ella.
Pero también, tras este recorrido, debe decirse que la interpretación que se haga de estas culturas religiosas debe ser
consciente de sí misma, es decir, como interpretación, en tanto no debe llamarnos a engaño al pensarse como versión
exhaustiva, científicamente respaldada, de estas concepciones del mundo. Debe ser claro hoy para nosotros que una
simplificación así vulneraría los matices, ambigüedades y contradicciones mismas que pueblan estas espiritualidades,
mismas que obstinadamente se evaden e impiden los esquematismos empobrecedores que –mal o
bienintencionadamente- se hace de ellas (piénsese por ejemplo en las idealizaciones de las religiones indígenas que el
ecologismo o la Nueva Era presentan a su favor, a su turno e innegablemente también manipulaciones, por convenientes
que sean). Una interpretación se encuentra casi que necesariamente atada a las circunstancias del/la intérprete, de modo
que la proyección de las propias necesidades e incertidumbres es casi que inevitable. La disciplina antropológica, como
compromiso intelectual y ético con la diversidad y la complejidad que ella encierra, privilegia esta forma de auto-
conciencia sobre las aproximaciones a las diversas formas que adopta la Alteridad humana, de manera que el rigor
interpretativo e investigativo sobre ella sea posible. La mirada entonces que hemos tratado de privilegiar aquí sobre las
religiones nativas intenta adoptar una actitud abierta, sobria y realista de estas ancestrales nociones de lo sagrado, para
aprehender de ellas tanto sus observancias rituales como su pensamiento mítico, pasando por sus instituciones sociales
y sus prácticas artísticas y expresivas. Desde las religiones nativas siberianas, pasando por las centro-asiáticas y
polinesias, por África, Norte y Meso América, para llegar finalmente a la diversidad religiosa ancestral que habita nuestra
Colombia profunda, esperamos que este viaje haya permitido simultáneamente apreciar las particularidades de estas
espiritualidades como sus puntos de convergencia, de modo que hayan Uds. logrado hacerse un panorama a la vez
amplio y profundo del mundo de las religiones nativas.
Docente