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El obispo de Ciudad Rodrigo abrió las XVI Jornadas de

Teología sobre la Caridad en Salamanca

Raúl Berzosa: "El Papa Francisco está


siendo como un espejo o despertador de
conciencias"
"Sus primeros gestos y pasos me parecen sorprendentes y muy
positivos"
José Manuel Vidal, 27 de abril de 2013 a las 11:02

(José Manuel Vidal).- Está llamado a ser uno de los protagonistas del futuro en la Iglesia
española. Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo, pronunció la primera ponencia de las XVI
Jornadas de Teología sobre la Caridad que se celebran en Salamanca. Antes concedió una
entrevista a RD en la que subraya que "el Papa Francisco está siendo como un espejo o
despertador de conciencias".
Precioso título de su ponencia en Las XVI Jornadas de Teología sobre la Caridad: "Creer para
evangelizar amando; amar para evangelizar creyendo".
No es un simple juego de palabras más o menos acertado. Trato de hacer realidad el "método
teológico-pastoral" del Papa Benedicto, que no es otro que el "cristológico": así como en Jesucristo
entre lo humano y lo divino no hay "separación ni división" ni tampoco "confusión ni cambio", así se
relacionan todas las paradojas en la vida, complementándose: fe-razón, fe-ciencia, fe-caridad,
acción-contemplación, teología-pastoral, etc...
¿El enorme esfuerzo caritativo de la Iglesia española es suficientemente reconocido por la sociedad
civil?
Nunca lo ha sido ni lo es en estos momentos. Más aún: muchas veces es cuestionado, ignorado e
incluso atacado desde posturas ideológicas o de praxis divergentes. Ya es clásico el debate entre
"justicia y caridad", como si la Iglesia sólo hiciese "caridad" (en sentido asistencialista) y ciertos grupos
sociales reivindicaran "la justicia" (lo promocional). Como se puede deducir, es una percepción
deformada de la pastoral caritativa de la iglesia que abarca las dos dimensiones inseparablemente: lo
asistencial y lo promocional ("dar peces y enseñar a pescar").
Algunos echan de menos, junto a esta labor samaritana, la denuncia de las causas y de los causantes
de la crisis.
Si se refiere a los pastores-obispos, el tema es claro: en nuestras respectivas diócesis (y se puede
comprobar) todos los obispos hemos tratado de iluminar el momento presente, discernir los problemas
y las causas de las crisis y, lo más importante, actuar. Sin embargo, los mensajes, a veces, no llegan
suficientemente o, en otros casos, son silenciados. En cuanto a la acusación que, como
Conferencia Episcopal no se han abordado el tema, tampoco es cierto del todo: ahí están algunas
declaraciones del propio Presidente, de la Asamblea o de algunas Comisiones. El problema sigue
siendo el mismo: "¿Cómo llegar al gran público y que el mensaje cale?".
¿Las consecuencias de la crisis han llegado ya al campo?
Estaban instaladas en el mundo rural desde hace años, para bien o para mal. La forma de vida del
mundo rural es "familiar y de supervivencia". De ahí que, por ejemplo en mi Diócesis, los efectos de la
crisis se hayan dejado sentir menos en estos momentos: diríamos que la gente ya está "entrenada" a
vivir con los mínimos y de forma muy austera. Y, por qué no, solidaria con los más necesitados.
¿Qué le parecen los gestos y los primeros pasos del Papa Francisco?
Sorprendentes y muy positivos. Vengo repitiendo una clave que lo dice todo: hace 50 años, Juan
XXIII, con el vaticano II , nos hizo dos preguntas: Iglesia, ¿Qué dices de ti misma? Y ¿Qué rostro
quieres ofrecer a los hombres y mujeres del siglo XX?. Pablo VI (en "Evangelii Nuntiandi"): Iglesia,
¿qué dices del hombre y la mujer de hoy?. Y, ¿Cómo evangelizarlos?. Juan Pablo II ( en "Redemptor
Hominis"): Iglesia, ¿qué dices de Jesucristo?. Y, ¿Cómo anunciarlo sin miedo?. Benedicto XVI (Deus
Caritas est): Iglesia, ¿qué dices de Dios? Y, ¿Cómo anunciar a Dios en el laicismo, en el
fundamentalismos en el diálogo interreligioso? Y, finalmente, Francisco: Iglesia, ¿qué dices de los
más pobres y desprotegidos? Y, ¿Cómo ser Iglesia pobre y de los pobres?...
¿Se siente, a nivel de curas, que comienza una nueva etapa pastoralmente ilusionante?
Así como entre los laicos, en general, hay una sensación "de novedad", entre ciertos religiosos y
presbíteros hay una "alegría y esperanza contenidas". Espero que los miedos y las reticencias
desaparezcan. Algo es claro: el Papa Francisco está siendo como un espejo o despertador de
conciencias: nos invita a cambiar, a quitar cansancios, a volver a lo esencial... ¡y esto cuesta! La
inercia, la rutina, el desgaste, los desencantos son malos amigos para volver a recobrar la sana ilusión
y las ganas de renovación...
¿Cuál sería la primera reforma que le aconsejaría a Francisco?
No soy nadie para indicarle o aconsejarle nada. Él está haciendo ya "reformas" necesarias. Por
ejemplo, su estilo de vida, los gestos con la gente, ciertos movimientos en la Curia romana, etc... Mi
postura es más de "respeto" y de orar para que el Espíritu le ilumine y le dé fortaleza. Y para que
encuentre las personas adecuadas que le secunden.
Como especialista en Cultura, ¿cómo puede recobrar la Iglesia su presencia
en ese ámbito?
Como está intentando hacer en muchos de los campos: saliendo a la plaza pública y al atrio de los
gentiles. Y, siempre, con las tres palabras del Papa Benedicto XVI, que son todo un programa: asumir
(inmersión), purificar (todo aquello que no es humano o va en contra del sueño de Dios para la
humanidad) y elevar (que aparezca la belleza, la bondad, y la verdad).
Como especialista en comunicación, ¿cómo tratan los medios españoles la información sobre la
Iglesia?
En general, con la ley del péndulo: vamos de un extremo a otro. Es muy típico de los españoles.
Ya Lo dice el refrán: "O, por delante, con la vela; o, por detrás, con la tea". A mi juicio, y es algo que lo
he escuchado siempre a D. Antonio Montero, faltan verdaderos periodistas-especialistas en
información religiosa, y faltan personalidades "libres" para un tratamiento de lo religioso
adecuado.
¿Internet es una alternativa real para una mayor y mejor información religiosa?
Internet, con sus enormes posibilidades y variedades, es el instrumento "de hoy" para la información
religiosa. Y hay que estar presente. Pero encuentro el mismo problema que he señalado en la
pregunta anterior: escoramiento de posturas ("tradicionalismos y progresismos"); y, además, el peligro
del que nos advertía el poeta T. Elliot: "La sabiduría se pierde por la mucha especialización; y, ésta,
por la mucha información". Hay que saber utilizar las nuevas tecnologías para que "no te coman o
destruyan". En cualquier caso, y de nuevo es una advertencia de Benedicto XVI: no podemos estar
esclavizados por "la tiranía" de la opinión pública o de las redes sociales. El continente Internet es
"un medio"; no "un fin" para lo religioso.

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