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Revista Aquelarre
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Aquelarre Nº 1

Enero - Junio 2002

Revista semestral de filosofía, política, arte y cultura del


Centro Cultural de la Universidad del Tolima
2

e Aquelarre
r
r
Revista semestral del Centro Cultural de la Universidad del Tolima.

al Rector:
Editor:
Consejo Editorial:
Dr. Jesús Ramón Rivera Bulla
Julio César Carrión Castro
Arlovich Correa
Luis
JavierFernando
VejaranoRozo
e
u
Delgado
Libardo Vargas Celemín

q
Diseño y Diagramación: Freddy Rojas
Impresión: El Poira Editores
Dirección Postal: Centro Cultural Universidad del Tolima Barrio Sta. Helena - Ibagué

A Teléfono: (98)2669156 - Ibagué


Correo Electrónico: ccu@ut.edu.co
Tabla de Contenido
5 CARTA DEL EDITOR
7 EL AQUELARRE
Manuel León Cuartas

DE LA EPISTEMOLOGÍA A LA HERMENÉUTICA
Nidia Chaparro Cuervo

11 19
LOS GRIEGOS: LA POLÍTICA, LA EDUCAC

25
Efraín Herrera Espinosa

LA POLÍTICA Y LOS INTELECTUALES


Julio César Carrión Castro

LOS MANIPULADORES DEL PRESENT

41 29
Gonzalo Palomino Ortíz
VIVIRÁS MI TOLIMA
Pedro J. Ramos

45
DE LOS TEXTOS NO GEOMÉTRICOS
Luis Fernando Rozo

53
UNA APROXIMACIÓN AL CÓMIC ERÓT
César Hernán Morad Forero

59
POETAS Y NOVELISTAS COLOMBIANOS DE PASO POR IBAGUÉ
Libardo Vargas Celemín
65 EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA SALUD EN IBA
Agustín Ricardo Angarita Lezama

73 77
EL CIELO DEL LAGO
José Alejandro Pinzón Rios DESMADRE.TIERRA.CO
Javier Vejarano Delgado

83
EN MEMORIA DE PIERRE BOURDIEU
César Augusto Fonseca Arquez 89 KEYNES Y EL ESTADO DEL BIENE
Humberto Ramirez Moreno

4
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alr
e
u
q
A
Revista Aquelarre
Los artículos son publicados bajo la exclusiva responsabilidad de sus autores

CARTA DEL EDITOR


Se llamó Aquelarre, en la edad media europea, a esa la velocidad, del ritmo y del uniformismo q
mezcla de fiesta religiosa, carnavalesca y orgiástica, ne la ideología del progreso, la universi

S
que fantasiosamente convocaba a brujas y hechice- pareciera buscar el rendimiento, la eficienc
ros en oscuros y lóbregos parajes, en los cruces de tabilidad y, en consecuencia, funcionar ún
caminos y en otros sombríos rincones de los confi- a favor del capital y del mercado ( “capital h
nes medievales, durante fechas especiales del año, “mercado laboral”, etc.)
supuestamente a rendir culto al demonio, a expresar-
le incondicionales adhesiones espirituales y a reali- La dimensión simbólica de la nostalgia por
zar alegres vínculos sexuales; pero en realidad se tra- so Perdido”, o la irrefrenable esperanza po
taba de la reactualización de antiguos festejos popu- do mejor, por alcanzar la
lares precristianos, evocadores de arcaicos ritos pa- “Tierra Prometida”, per-
ganos a la fertilidad y la abundancia y, por otra parte, manentemente se ex-
de formas de evasión ante las difíciles condiciones de presa mediante la reali-
existencia que llevaban los humildes villanos y aldea- zación de asambleas de
nos, así como de una furtiva exaltación del principio fraternidad, que puedan
femenino por sobre lo masculino llegar a permitir la cons-
trucción de la tan esqui-
Los más diversos grupos humanos, cautivos de po- va comunidad ideal,
deres que los niegan y anhelantes de justicia social soñada en tantas
y de equidad, siempre han buscado escapar de la utopías. El Aque-
opresiva realidad, mediante el eficaz recurso de la larre o Sabbat
imaginación colectiva que les permite apropiarse de de las brujas,
invenciones como el milenarismo, el mesianismo, como reflejo
los encantamientos, la brujería,las posesiones y de las primiti-
muchos otros mitos y utopías. vas reuniones
evangéli-
En las sociedades contemporáneas la orientación cas,
general de la cultura y de la educación responde a cons-
los intereses de la economía. Indefectiblemente to- tituía
das las estrategias y quehaceres educativos se diri- una especie de
gen hacia el desarrollo productivo, la competitividad conspiración
internacional y la inclusión en los avances de la ciencia herética, subver-
y la tecnología. Ello ha conducido a una visión unila- siva y contra-
teral, sesgada, utilitaria y pragmática de la forma- cultural que se
ción académica y universitaria que enaltece el posi- oponía a los
tivismo, la objetividad y la razón instrumental, en paradigmas
detrimento de las demás dimensiones del saber y políticos, éti-
del sentir humanos, excluidos hoy de los currículos cos y estéti-
y las asignaturas. cos de una
época, im-
Como en la vieja edad media, la universidad puestos por
profesionalizante se encuentra atrapada por los quienes
paradigmas omnicomprensivos que no quieren de- ejercían el
jarle espacio a otras opciones. Bajo el peso inexo- dominio y la
rable de una realidad supuestamente desencanta- hegemonía cul-
da y objetiva, sufriendo el rigor y los desastres de tural.

6 Hoy, atenazados por temores semejantes a los que


agobiaron a nuestros antepasados, frente al imperio
esas mismas ciencias iniciadas por ella, por e
dico y el naturalista para quienes había traba
de la objetividad cientista que ha llevado a la amora- la bruja ha perecido para siempre... y la mu
lidad tecnológica, al complejo industrial-militarista, perdido su papel de hada que cura...”
a la amenaza nuclear, a la barbarie ecológica y ante
el imparable consumismo, la manipulación Convencidos, por supuesto, de que ni el retor
conductual y la ingeniería genética que se avecina, las brujas, ni todo el alboroto de las más var
urge de nuevo la construcción de colectivos intelec- expresiones de los saberes subyugados, pod
tuales capaces de confrontar la deshumanización que tener la marcha triunfal de la ciencia y la tecno
muchas veces prohijan las mismas universidades. pero esperando que la loca lucidez del arte,
mensión estética, la diversión y la fiesta, pu
Insertos en la sinrazón de la razón civilizada, ansia- ayudarnos a desmitificar la diosa razón y a co
mos la irreal atmósfera contracultural y pluralista de tar la violencia generalizada que caracteriza nu
los Aquelarres, así como el desenfreno y la alegría país así como a la cosificación y alienación que
de esos saberes vencidos. No olvidemos, como sobre el hombre, entregamos la posibilidad d
Michelet lo dijo, que esa bruja que le prestó aliento Aquelarre a todos aquellos que crean en una n
popular a los orígenes de la medicina y que en su conspiración de herejes y renegados. Nietzsc
momento enfrentó el patriarcalismo y la androcracia, lo advirtió: “ La vida es bruja y es serpiente’’.
hoy ha desaparecido, “ ante todo por el progreso de

El E

re
r
al
e
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A
EL AQUELARRE
MANUEL
Pintor. Profesor LEÓN C
de la Universidad

H
Hacer un análisis, ó un estudio aproximado sobre el generaron en su pensamiento sentimiento
significado de la obra de Goya, denominada por el tradicción con el modelo social imperante
artista “El Gran Cabrón”, y por los críticos, historia- dos en las obras que en estos años hizo,
dores, ó, los compiladores de la profusa obra del un lado son testimonio los “Desastres de la
maestro, como “El Aquelarre”, implica arriesgarse a pero de otro lado, son su preocupación po
correr los velos ideológicos que se han tendido, como tud de “neutralidad” frente a los hechos, y
oscuros mantos iconoclastas, sobre su verdadera postre, le costaría la salida de palacio com
dimensión estética. de cámara del rey.
El maestro aragonés es producto de una sociedad Ya antes de este período, en la serie de “L
convulsionada por los acontecimientos históricos que chos”, había manifestado su preocupació
se suceden con relativa rapidez durante la segunda papel que la “ilustración” venía cumpliendo e
mitad del siglo de las luces y el comienzo del siglo solidación de la monarquía y que se conoc
de las revoluciones burguesas, período que va a es- adelante como “despotismo ilustrado”, co
tar marcado por la consolidación del despotismo ilus- bado No. 43 titulado “El sueño de la razón
trado de la monarquía absoluta, por el proyecto de la monstruos”, anunciando así su estructurac
ilustración como punto triádico, junto al humanismo lógica manifiesta claramente en sus obras
y al elracionalismo,
por que ofrecía
imperio napoleónico la de
luego modernidad;
la Revolu-
ción Francesa, por las plataformas ideológicas
y el desarrollo del nacionalismo, y por la revolu-
ción industrial, con la cual la burguesía iría a
consolidar el nuevo sistema económico conoci-
do como el Capitalismo.

Los sucesos de comienzos del siglo XIX que


tiene que vivir España con la invasión francesa,
la abdicación de Carlos IV, la reposición en el
gobierno de José Bonaparte, y el ascenso al
poder de Fernando VII “El Deseado”, van a lle-
var a Goya a su exilio en Burdeos, pero lo más
importante de estos acontecimientos, es la
transfiguración iconológica del artista hacía la
exaltación romántica, en cuya corta etapa de
su producción estética, estableció la génesis
del expresionismo que cerca de cien años des-
pués, los artistas alemanes redescubrirían con
su movimiento plástico de “El Puente”. A esta
etapa pertenece la obra de “El Gran Cabrón” ó
“El Aquelarre”.

Como hombre que crece en el proyecto de la


modernidad y en uno de sus postulados “La Ilus-
tración” los efectos de la guerra, acaecidos du-
rante el lapso de ocupación francesa de Espa-
ña, y por la llamada “Guerra de independencia”,

8 rie de “Las pinturas negras”, que Goya produciría en


su Quinta de Manzanares, a cuyo conjunto pertene-
la fertilidad cósmica, de los ciclos lunares qu
biernan las lluvias y las aguas que distribuyen
ce la obra “El Gran Cabrón”, o “El Aquelarre”, motivo cundidad universal. Son dioses de la torment
del presente estudio. la fuerza
del genésica,
toro (macho con relaciones
cabrío) cultualescon
en la hierogamia ym
El asunto del “Aquelarre” es reducido ideológicamente sa tierra trenzados en coito ritual. El toro es su
por los jerarcas de la iglesia cristiana en el Concilio tado por el macho cabrío (Gran Cabrón) en
de Trento y los subsiguientes concilios sinodales, sus valencias, y es expresión, por sus cuerno
como uno de los temas condenados por la inquisi- potencia divina, símbolo del poder fecundador
ción, toda vez que, se relaciona con aspectos culino. Los “cuernos” son a su vez, en las hiero
escatológicos de brujas y demonios, haciendo alu- lunares expresión dual, del mundo inferior ó
sión clara del advenimiento del anticristo en el rito de las tinieblas, figurado por la luna moribun
de esa misa negra, ó reunión sabatina presidida por presentada en los cuartos menguant

satán. significantes
masculina. solares como símbolos de la fer
El conocimiento de Goya del asunto por él expresa-
do como “El Gran Cabrón” es evidente tanto por su Los hombres y las sociedades cambia
nominación como por su intencionalidad ideológica. mitografías adecuándolas a sus concepciones
El personaje del enorme Cabrón ubicado como el lógico religiosas, aunque sus significados y co
principal “topo” de la composición artísti-
ca, presidiendo la ceremonia; el tamaño y
expresión sensual de sus cuernos y la at-
mósfera nocturna sobre el paisaje bañado
tenebrosamente por la luna; las mujeres
oferentes en extrema ansiedad de ser
posesas; toda la obra elaborada con la
solemnidad formal y estética del tratamien-
to plástico del más grande pintor de la
época, no deja dudas de la importancia
del tema tratado por el artista.

Es de suponer que un hombre de la ilus-


tración como lo era Goya conocía el ori-
gen y significado de su asunto: Aquelóo
fue un dios fluvial del Asia menor, posible-
mente de origen griego, de similar icono-
logía que el dios Pan, dios griego de la
naturaleza, representado con cuernos,
patas, rabo y forma de macho cabrío, que
er
hacia el año 1000 (d.C) en plena Edad
Media es suplantado y transfigurado por

r
la iglesia cristiana, católica, apostólica y
romana en la imagen de satán.

El rito de Aquelóo fue traído a Roma por

laelos Etruscos, quienes habían emigrado de


Asia menor hacía el siglo XII a.C. y habla-
ban una lengua similar a un dialecto que

use habló en la isla Egea de Lemnos.

q
El macho cabrío está relacionado con las
hierofanías de los “Dioses Fecundado-res”,
símbolo del espíritu macho y combativo
de poderes elementales de la sangre, de

dos primordiales se conservan de del Prado” nos comenta1 : “Des- goyescas, de este diabó
manera analógica
como sucedió con ylas
metafórica,
fiestas y concierta siempre
que pertenecen a laelmisma
considerar
mano do de las
rurales casiviejas super
extinguidas
rituales grecoa-siáticos celebra- estos rudos brochazos de las pin- parecía sepultado ante
dos en honor de Sabazios, dios turas negras y esas exquisitas tración secular de la cu
semejante a Dioniso-Baco, los delicadezas perlinas en que es la fe cristiana’’2
cuales se convirtieron en uno de Goya, cuando se lo propone, tan
los principales antecedentes del consumado maestro. Muy cerca Sobre la interpretación
“Sabbat”, o reunión iniciática, que de los repelentes brujos del esta obra hace el artist
solía celebrarse bajo el influjo de “Aquelarre” están, en el Prado, las Louis Bouloiger, en una
la luna en determinadas fechas. plateadas fuerzas del retrato de para ilustrar una balada
Este “sabbat”
asamblea se convirtió
ó reunión en una
nocturna de “Bayeu”
Isidro” y yelde la “Pradera
juego de San
maravilloso de Hugo,
guiente:Lafuente, plant
“Aquella catara
brujos y brujas llegados por el grises y ocres que da vida al re- res demoniacos ó pos
camino de los aires, sobre sus trato de “Silvela” ó el de grises y hechiceras vestidas o d
escobas, o, a lomos de un ma- rosas que luce la figura de doña de fantásticos personaje
cho cabrío. “Tadea Arias”. Esas obras (pintu- les y de clásicas brujas
ras negras) cuya tónica es la feal- coba, se precipitan en
El “sabbat” a la vez se transcultura dad y, en el terreno de la ejecu- arrollador en los naves
en el “Aquelarre”, llamado simbóli- ción, la soltura briosa, catedral gótica, rodeand
camente “Misa Negra” ó convoca- impresionista, despreocupada de za macabra al “gran m
toria depor
sidida demonios, la cual esquien
el propio Satanás, pre- todo rigor de
alabadas pordibujo, han sido
gran parte de lamuy
crí- brío”deque
do preside episco
atributos la orgí
asume el rol de “dios fecundador”, tica moderna, si bien para ella no nada más lejos de la
en este caso particular, de su hijo ha sido tarea fácil exponer las Goya”.
el “Anticristo”, anunciando simbó- razones (fuera de las puramente
licamente el fin del mundo, confi- subjetivas) en que tales elogios De manera paradójica,
gurando así, la imagen apocalíptica pueden fundarse. Se ha dicho Ferrari, trata de justificar
de las visiones escatológicas numerosas veces que Goya, de- sión artística de Goya, co
judeocristianas. El anticristo, como corando de modo tan poco deco- lisis que hace de la ép
pregonero del fin del mundo y del rativo y agradable su propia vivien- siglo racionalista que fue
juicio final, es símbolo del mito del da, (la quinta del Sordo) no hizo es en efecto, un prec
“retorno del caos”, es decir, sino mostrar las acideces de su nuestros tiempos, en es
significante de la total subversión humor sombrío y pesimista, o bio empeño de querer de
de los valores sociales, humanos, acaso conseguir con tenebrosas ner los mecanismos de
morales, religiosos, y, a su vez, pinceladas, unos burlescos des- para someterlos a razón
significante del mito del “eterno re- ahogos” (Pág. 193-94) mo modo que luego se
torno”, o sea del regreso al edén o la receta al propio me
paraíso, equivale a decir, al origen En la obra “Antecedentes, coin- social, y finalmente, a l
del cosmos creado por Dios, ó al cidencias e influencias del arte de mía sobre la que orien
principio del tiempo. Goya, de Enrique Lafuente de la comunidad huma
Ferrari”, en relación con la obra empeño ingenuo e intra
Sobre esta obra, la crítica de los en cuestión, se dice: “alguna vez provocará en la época
biógrafos de Goya, los historia- se ha hecho notar si una lejana ó como en todos los tie
dores del arte españoles, y des- próxima ascendencia vasca, pue- que su frío rigor quiere a
de luego la iglesia, han observa- de ser puesta en relación con esta bre la vida, los “aquela
do los más controvertidos con- parcela que en la mente y en las desastre, que en nuest
ceptos que van desde demeritar obras de Goya tiene el mundo de vienen a ser expresados
el trabajo artístico del pintor ara- los conjuros y de las brujas y no didos por las brujas y p
gonés, como relacionarlo de ma- sería ello imposible, porque algu- tos demoniacos del sáb
nera directa con el contexto na explicación, aunque ésta sea muy lejos, de las profu
sociopolítico de la vida española difícil, o casi imposible de seguir, de primitivas épocas
de la época. Bernardino de habrá de tener la súbita aparición transfondo ancestral inc
Pantorba en su “Guía del museo reiterada en las creaciones te y activo ó de sociales

10 ticiones soterradas, acuden los monstruos evoca-


dos por una magia negra que puede coexistir con
goyesco, que tanto en la obra que se encuen
el Museo Lázaro Galdeano de Madrid, como
las fantasías racionalistas en el vacío que deja la fe del Museo del Prado también de Madrid, amb
ahuyentada y escarnecida” (Pág. 128) bre el tema del “Aquelarre”, exista un extraño p
do morfológico entre las mujeres que observan e
De una u otra forma, para la época en que Goya hizo seado” y nos introducen a las obras con sus
esta obra existía en España un ambiente propicio das incitadoras, con la reina María Luisa, proge
para los Aquelarres, lo cual nos lo confirma el histo- en el mundo real del “Deseado”.
riador Rodolfo Gil en su trabajo sobre “Magia, Adivi-
3
nación y Alquimia”
Metamorfosis: “Sin ,entrar
en el en
capítulo 12: podemos
detalles, El Sabbatima-
y la No
estees, en última
tema tratadoinstancia,
por Goyadifícil de entende
con singular es
ginar que este tipo de ceremonias englobó reunio- vaya orientado a expoliar la iglesia de su velo
nes de diferente origen y propósito. Posiblemente moralidad e hipocresía, en tanto que la exis
son restos de cultos precristianos de tipo solar ó de los Aquelarres le es útil para la intimidac
báquico, también es posible que haya algún signifi- sumisión ideológica apocalíptica de sus feligr
cado oculto de género extático, más o menos
emparentados con antiguos chamanismos. E, indu- Sin duda alguna, el desconocimiento exprofeso
dablemente, tuvieron que servir como células de ca- tas obras, o su cuestionamiento estético con an
rácter práctico-religioso y conspiratorio, dirigidos con- versión, estén ligados, con razón, al sentido sim
tra el absolutismo
los cristianos de los
oficiales. reyes
A esta europeos
última y contra
suposición vie- que Goya
prender elles confiere. Como
señalamiento también,
que se hace deessu
sencillo
asce
ne a sumarse el hecho de que los asistentes al cia vasca, en tanto, esta región del norte de Espa
sabbat no eran personajes más o menos margina- considerada la cuna de brujas y demonio
dos, sino, en muchas ocasiones, la crema misma coincidencialmente, en la época de Franco, cu
de la burguesía y parte de la nobleza” (página 27) comunismo, motor fundamental del sindicalismo
bativo de aquella época, causas suficientes par
Esta apreciación sobre el sentido teleológico del near con Hitler, en abril de 1937, el etnocidio de Du
“Aquelarre” como conspiración contra el absolutis- y de Güernica, como “los nuevos desastres de l
mo monárquico y contra el absolutismo inquisitorial, rra civil española”, visualizados iconológicament
parece coincidir
ascendente con elcon
de acabar propósito
los dos de la burguesía
poderes centra- años antes por Goya.
les de Europa, la monarquía y la iglesia, como lo Las “pinturas negras” de Goya, lo son, no p
confirman las revoluciones que a partir de 1789 y tendencia cromática, sino, por su significació
durante el siglo XIX se van a suceder para consolidar cial, lo mismo que el “Gran Cabrón” transcult
definitivamente el régimen burgués y con éste el sis- en el “Aquelarre” no dejará de significar el ad
tema económico capitalista. miento del caos y la ruptura del proyecto de l
dernidad engendrado por la burguesía ascen
No es extraño pensar que la imagen del Gran Ca- del Renacimiento y malformado por el “Despo
brón, como advenimiento del anticristo, se traslape ilustrado”, para luego ser sepultado sin pom

con la de Fernando VII del


“El Deseado”, en el sentido honores por el capitalismo salvaje.

rre
metafórico del anuncio fin de la modernidad, de
la ruptura del paradigma humanístico y racionalista El “Aquelarre”, sería entonces, la materializaci
y del modelo de la ilustración, es decir, como expre- mito del eterno retorno, en busca del paraíso p

al
sión endógena de una nueva realidad. tido en la “revelación”, sólo que esta vez, parad
mente, estaría simbolizado en el modelo anglo

e
No es absurdo pensar, tampoco, con el sentimiento de la postmodernidad.

NOTAS
1. Esta
por laguía fue impresa
Gran en los Talleres Tipográficos de E. Sánchez Leal, en Madrid, año de 1950, y publica

u
q
Editorial Capitán.
2. Editada en Madrid por la Sociedad Española de Amigos del Arte, en el año de 1947.

A
3. Editada por Salvat Editores. Temas clave. Barcelona, 1986.

DE LA EPISTEMOLOGÍA A LA
HERMENÉUTICA NIDIA CHAPARRO
Profesora Asociada de la Universidad

PRESENTACIÓN fundamentalismo-antifundamentalismo, si
se entiende por filosofía, lo que hace y cóm

U
Uno de los debates de la filosofía del siglo XX, res- En apoyo de la pertinencia de mi planteami
pecto del cual han debido tomar partido, casi que go estas líneas de Javier Bengoa:“Parece
inevitablemente, los principales filósofos de este si- estudiar las relaciones entre la concepció
glo, es la confrontación entre epistemología y her- néutica y la concepción fundamentalista de
menéutica. fía es estudiar ni mas ni menos que la fron
delimita el ámbito posible de la misma”1
Dicha confrontación reedita, aunque en
otros términos, una problemática que
atraviesa la historia del pensamiento
filosófico occidental y que ha sido abor-
dada, unas veces, de manera explíci-
ta y directa y, otras veces, ha perma-
necido implícita o subyacente a otras
tematizaciones.

Se trata de la relación u oposición entre


lo Uno y el Todo, como originariamen-
te se formuló. Otras veces se planteó
en términos, que de cierta manera son
equivalentes: lo idéntico y lo diverso,
lo universal y lo particular, lo atemporal
y lo histórico, lo trascendente y lo in-
manente.

Contemporáneamente, y en el marco
de la mencionada polémica, se
reformular la misma cuestión pero en
términos de la confrontación entre lo
conmensurable y lo inconmensurable,
entre lo necesario y lo contingente;
estos polos constituyen los presu-
puestos teóricos del fundamentalismo
de la epistemología y del antifunda-
mentalismo de la hermenéutica.

Aunque en dichas oposiciones está


la clave de tales filosofías y de sus
grandes diferencias, lo que me intere-
sa destacar en este escrito es que en
la polémica epistemología - hermenéu-
tica, lo que está realmente en juego,
no es tanto, o solamente, la toma de
partido en la confrontación
12 Para llevar a cabo este propósito
(que bien puede quedarse sólo en
éticos. Por lo mismo, reclama
para sí la condición de saber uni-
cial, la llamada epistemolog
idea predominante de lo q
intención), he elegido como refe- versal, con acceso privilegiado a filosofía, es la de “una teor
rente principal la filosofía de la verdad. Esto se evidencia, de neral de la representació
Richard Rorty, particularmente lo manera más clara, en las filoso- mente se entenderá como
expuesto por él en “La Filosofía fías sistemáticas, de las cuales sobre lo que se debe elabora
como Espejo de la Naturaleza”, el mejor ejemplo es quizás la visión filosófica”6. Su proced
que además de ser una excelen- hegeliana. el de un pensamiento de
te historia temática ( desde el flexión y la autorreflexión,
conocimiento y su elaboración Consecuente con esa pretensión que el sujeto cognoscente
por la filosofía, en distintos mo- fundamentadora, a partir del siglo se representa el mundo ex
mentos ) de la filosofía occiden- XVII, con Descartes, la filosofía se como objeto, puede volver
tal, muestra, a través del proce- centra en la búsqueda de un fun- flexivamente sobre sí, co
so que él llama de “decons- damento cierto, firme y constante fuera otro objeto, para apr
trucción”de la epistemología, su del saber, lo que inaugura la filo- der las facultades de su p
propuesta de la sustitución
ésta por la hermenéutica de
y por una sofía moderna. se
el conocimiento Desde entonces,
entiende como conciencia.
forma de entender la filosofía, ra- el resultado de la confrontación En este contexto, la episte
dicalmente diferente de la moder- entre la mente y los objetos, como gía se verá a sí misma com
na. una representación exacta en la ría fundante de la ciencia, p
mente, tanto del mundo exterior está, supuestamente, en c
como del interior, de los objetos lo ciones de comprenderla y
¿LA EPISTEMOLOGÍA EN mismo que de los contenidos del la, por cuanto se ocupa de e
CRISIS? pensamiento. Entendido así el co- recer los presupuestos y f
Desde sus orígenes, la filosofía nocimiento, la autocomprensión mentos de producción y a
se presentóracional
búsqueda a sí misma como una
y sistemática de éste, quesecorre
la filosofía, fundaporencuenta de
el sujeto ción del conocimiento
su estatuto teórico y suscien
cr
de los primeros o últimos princi- reducido a conciencia cog- de validez. Esta pretensión
pios; del ser primero, de lo uno, noscente. La mente será, a decir epistemología ha dado lugar
que permanece y subyace al cam- de Rorty, “como un gran espejo su función sea, a dec
bio, pero que él mismo se sus- que contiene representaciones di- Habermas, similar a la de u
trae a las dimensiones espacio versas -algunas exactas, y otras supremo, que actúa como
temporales. Lo particular y diver- no- y se puede estudiar con mé- y acomodadora de la razó
so, lo cambiante, aparecen como todos puros, no empíricos’’4 . De cluso respecto de la cultu
parte de una totalidad que tiene ahí que use la metáfora de “Espe- su conjunto, de forma que “
en ese serloprimero,
universal, de carácter
que unifica la multi- jo
a lademente
la Naturaleza”para referirse
y para caracterizar a la una relación entre
fundamentalista la t
del conoci
plicidad, la funda y la torna racio-
2 filosofía moderna to, que atr

er
nalmente cognoscible. ‘’El Uno es como epistemo- a la Filoso
a la vez principio y fondo esen- logía. función de
cial, principio y origen. De él deri- la epistemología se modador d

r
va lo múltiple, en el sentido de De Descartes a ciencias,
fundamentación y origen. Y, mer- Husserl, pasan- verá a sí misma como sistema de

a
ced a este origen, se reproduce do por los empi- ceptos his
como una diversidad ordenada’’3 . ristas y Kant, teoría fundante de la que cubre

En tanto accede a los primeros tendrá


de una lateoriza-
forma ciencia. talidad deq
tura y al
principios, la filosofía pretende ción sobre el co- Filosofía
lu
e
fundamentar, no sólo la realidad
sino también el conocimiento y
nocimiento, sus
contenidos y estructuras elabo-
agradecer
ción, no menos dudosa,

q
la acción, pues los principios que
devela son, a la vez, principios
rada desde la conciencia5 . Con
Kant dicho problema dará lugar
juez con jurisdicción en el
po de la ciencia, de la mora

A
ontológicos, epistemológicos y a una disciplina filosófica espe- arte”7.

Los caminos que han conducido a la ruptura con la ma según ritmos necesarios, perman
filosofía fundamentalista, empezaron a andarse a me- reconocibles, el distanciamiento respecto d
diados del siglo XIX, cuando empiezan a manifestar- pectiva fundamentalista, es apenas parcial
se duras críticas y distanciamientos respecto del
pensar fundamentalista, las que constituirán parte Por su parte, Nietzsche y Heidegger, pondrá
importante de los desarrollos filosóficos del siglo XX. de juicio, no sólo el contenido metafísico y l
Esa actitud crítica adquirió, algunas veces, la forma sión fundamentalista del pensamiento o
de una búsqueda de criterios que permitieran dife- moderno, sino la noción misma de fundam
renciar la ciencia de la filosofía, como es el caso del idea del pensar como base y vía de acces
positivismo lógico; y en otros casos, que permitie- mo. A juicio de Vattimo, esta sí constituye
ran guiar la filosofía por los caminos seguros de la dadera ruptura con el pensamiento mod
ciencia, como sucede en Husserl y el estructuralismo. cuanto su crítica no la adelantan desde un
De igual manera, grandes sistemas filosóficos de los fundamento “más verdadero”y porque sus
siglos XIX y XX, como el hegeliano y el marxista, perspectiva de la filosofía de la conciencia
adoptaron una perspectiva historicista que confron- lenguaje.
taba radicalmente la idea de estructuras estables
del ser, a las que debía corresponder el pensamien- Filósofos de la ciencia como Kuhn y Fey
to que aspiraba a la certeza. Sin embargo, como desde visiones históricas y sociológicas d
desde la perspectiva historicista, el ser se transfor- cia, contribuyeron a la crisis de la episte
Kuhn rebatirá la concepción acumu
progreso de la ciencia, a la que contr
idea de revolución científica, entend
cambio de paradigmas, e insistirá e
paradigmas rivales, ende
ciones heterogéneas tanto expresan
mundo que
que un mismo fenómeno sea visto de
diferentes, son inconmensurables y
acuerdo entre ellos; por lo mismo, no
traducirse el uno al otro plenamente,
existe un lenguaje universal que lo h
ble. Feyerabend, por su parte, negar
tencia de un conjunto de reglas o
metodológicos fijos e invariables, que
científico
tesis9. Enen la formulación
ambos casos, loyque
validación
se afir
existencia de múltiples miradas sobre
do, sin que ninguna pueda reclamar s
dad sobre las otras; se rechaza la ide
racionalidad invariable, central, que o
quehacer científico y la de un lengua
sal que pretenda homogenizar esas div
radas en resultados, desde donde fuer
fundar el conocimiento científico de
cional e inconfundible
la ciencia y diferenciar
de la no ciencia, cla
el contexto
cubrimiento del de justificación; cuestio
trales en la filosofía de la ciencia del s

Sin embargo, a juicio de Habermas,


tas tentativas de ruptura con la filoso
conciencia continúan atrapadas en lo
puestos de dicha filosofía, que sólo s
ble superar con el tránsito al paradigm
guaje, en una perspectiva semántico-p

ca (el lenguaje en uso), que se orienta por las emi- que no, pues entender lo que la filosofía desde
siones con las que los hablantes se entienden entre cartes quería entender, o sea, la ciencia mode
14 sí sobre algo, que parte de las situaciones de habla
y de los contextos en que se emplea el lenguaje,
sus relaciones con las matemáticas y con el
do común, lo mismo que las bases de la teolo
que toma en cuenta las pretensiones, roles dialógicos la moralidad, exige, según él, dirigirse “hacia
y posturas asumidas por los hablantes10 . en vez de hacia dentro, hacia el contexto soc
la justificación más que a las relaciones ent
A partir de una lectura que radicaliza los plantea- representaciones internas”13. Esta perspectiva g
mientos de Wittgenstein, Heidegger y Dewey -a los un marco para el pensamiento filosófico radica
que considera los filósofos más importantes del si- te diferente del de la filosofía tradicional, que
glo XX-, lo mismo que los de Quine, Sellars, Kuhn, mina “conductismo epistemológico” Este co
Rorty adelantará una crítica radical de la filosofía en un enfoque pragmático del conocimiento
como epistemología, bajo la forma de una entiende como una práctica social de elabor
“deconstrucción” de los presupuestos de la filosofía de creencias, que se construye en las interacc
como “Espejo de la Naturaleza”, es decir, de las ideas concretas y cuyo carácter racional es conting
a priori, necesidad, permanencia, mente, represen- histórico y no universal, que no requie
tación, conmensurabilidad. Propone cambiar la idea fundamentación alguna y que está referido a
del conocimiento como representación exacta por el prácticas. Dicho conductismo se opone radica
punto de vista de Dewey, para quien el conocimiento te a ver las prácticas sociales de justificació
es “lo que creemos justificadamente”, lo que
implica negar la existencia de presupuestos
del conocer en los cuales se fundamentaría,
que se pueden conocer a priori, y que deben
ser objeto de una teoría, es decir, busca dejar
sin objeto y sin sentido la teoría del conoci-
miento11 .
Movido por una intención que llama “terapéuti-
ca”o “edificante”, más que “constructiva”, y de
ninguna manera sistemática, la
deconstrucción rortyana no se propone, como
él mismo lo afirma, ofrecer una nueva episte-
mología, porque lo considera imposible e in-
necesario; porque el conocimiento no requiere
de una teoría y menos de fundamento; en últi-
mas, porque el problema del conocimiento, su
explicación causal, que, por lo demás, se ha
confundido con fundamentación, es, filosófica-

e
mente hablando, un falso problema.

Sería mejor para la claridad filosófica que en-


tregáramos
predictiva, yladejáramos
idea de “cognición” a la ciencia

ra
de preocuparnos por
los “métodos cognitivos alternativos” La pala-

le
bra conocimiento no parecería digna de que
se luchara por ella si no fuera por la tradición
kantiana de que ser filósofo es tener una “teo-
ría del conocimiento”, y la tradición platónica

u
de que la acción que no está basada en el
conocimiento de la verdad de las proposicio-
nes es “irracional”12.

A
q
A la pregunta de si queda todavía algo que
pueda ser la epistemología, Rorty responde

este caso a la epistemología, ha dicho, ante las dificultades de una metateoría sobre la
como si fueran algo más que ta- precisar su ámbito de reflexión, lidad del fenómeno herm
les prácticas, es decir, rechaza lo que hacen los filósofos. La hermenéutica, dice:
su pretensión fundamen-tadora14. nombre de una discipli
La discusión sobre la muerte o un método de consegu
Desde la perspectiva rortyana di- no de la epistemología, pienso sultados que la epistem
cha discusión tiene un resultado que sólo tiene sentido si aún le consiguió obtener, ni d
previsible, pues, de una parte, lo asignamos a la filosofía tareas de grama de investigación
que se propuso Rorty fue justa- comprensión reflexiva de las di- expresión de esperanz
mente deconstruirla, en cierto versas prácticas humanas, entre el espacio cultural deja
sentido, eliminarla, y de otra par- las que se encuentra el conocer, abandono de la epistem
te, en su idea de la filosofía “edifi- o si aceptamos la posibilidad de llegue a llenarse -que
cante”, no tiene cabida algo así una reconstrucción racional de los cultura sea una cultura
como la filosofía de la ciencia y distintos saberes y de la ciencia, ya no se siente la exig
mucho menos la epistemología como propone Haber-mas, la cual constricción y confronta
con pretensión fundamen-tadota. ha de permitir mediar entre la to-
Para Rorty, la filosofía es una talidad y lo particular (problema Supone, igual que en G
práctica social, una práctica filosófico por excelencia, aún vi- el rechazo a la constitu
conversatoria, no una reflexión gente), trascendiendo el momen- cendental de los objeto
sobre el mundo o el conocimien- to, sin renunciar a la vinculación nocimiento y al dualism
to, no en el sentido de autorre- al contexto sociohistórico. Esta siano mente-cuerpo, l
flexión, ni tampoco un quehacer tarea, creo, no conduce, por sí que la concepción del
reconstructivo. La filosofía no es misma, a una postura fundamen- como auto-creador. En
una disciplina que se vuelva re- talista, mientras no reclame la fi- texto, el conocimiento (c
flexivamente sobre otras prácticas losofía la infalibilidad de un acce- es una actividad de au
—ni solipsista ni dialógica-men- so privilegiado a la verdad, y aun- ción o ‘’edificación’’, es
te—; la filosofía conversa con que mantenga el carácter univer- versación, una práctic
otras prácticas, no trata de en- salista de sus planteamientos15. todo ello contra la idea
tenderlas, relacionarlas o explicar- conocimiento es una c
las, sólo conversa con ellas. Evi- LA HERMENÉUTICA COMO ción entre ideas o palab
dentemente, después de Rorty, si jetos que daría lugar a u
aceptamos sus planteamiento, CONVERSACIÓN sentación exacta de los
¿para qué más epistemología?.
Independientemente de si las crí- En la conversación “ava
Qué tan acertado sea afirmar que ticas contra la epistemología, en y retrocedemos entre
las críticas referidas antes, y par- gran medida fundadas, han logra- opiniones sobre cómo c
ticularmente la decons-trucción do eliminarla o deslegitimarla, lo zar las afirmaciones pa
rortyana, hayan provocado la cierto es que la postura filosófica u otros hechos y opinion
muerte de la epistemología, es de Richard Rorty, en particular su el sentido de toda la s
algo que podría ser una exagera- concepción de la
representa una hermenéutica,
ruptura con cual- hasta que poco a poco
ción, aunque es innegable la pro- mos sintiendo a gusto c
liferación de críticas a esa re- quier tipo de epistemología. Con hasta ahora nos era ex
flexión sobre la ciencia desde los su opción por la hermenéutica, lo pero, diferencia de la arg
presupuestos de la filosofía tradi- dice claramente, y parece ser ción habermasiana,
cional, fundamen-talista. Sin em- consecuente, no pretende ofrecer tá regida por reglas. En
bargo, la cuestión de la ciencia, una teoría sucesora de la episte- de la conversación “se
como forma de conocimiento, si- mología, ni una teoría de la com- compromisos o se trasci
gue inquietando a los filósofos y prensión como forma de conocer desacuerdos entre disc
mantiene vivas algunas de las tra- que se diferencie claramente de discursos... conversació
dicionales
teadas enpolémicas,
el marco ahora plan-
de nuevas la explicación
predictiva. Tampococon busca
intención
des- presupone
plinaria queninguna
una a losma
h
pespectivas. Lo que se escribe al cribir, con pretensiones de ver- pero donde nunca se pie
respecto, que no es poco, así lo dad, la estructura interpretativa de peranza de llegar a un
indica; y la filosofía es, como se la existencia humana, ni construir mientras dure la conver

16 La referencia al conversar susti-


tuye la metáfora visual del espe-
te en comprender las prácticas
sociales mediante las cuales se
una posición filosófica que p
definirse por el distanciam
jo, porque en la conversación, el justifican las creencias, cosa di- del fundacionalismo metafí
habla no se entiende como repre- ferente de encontrar el proceso por la concepción del m
sentación de objetos de la expe- causal que lo genera20; lo que tor- como conflicto de interpre
riencia ni como exteriorización de na innecesaria una práctica nes22. Es decir, intenta supe
representaciones internas (ideas), justificatoria como la epistemolo- primado de la teoría sobre la
sino sólo como una conexión de gía. Esta es sustituida por la con- tica (logocentrismo) y de la
unas oraciones con otras, en la versación sobre las otras prácti- abstracta, introduciendo la
que las palabras toman su signi- cas sociales, constituyendo un rencia a las prácticas en el
ficado de la relación con otras modo diferente, no funda- do de la vida y partiendo d
palabras. En ello radica, para mentalista, de relacionarse con el contextos y ámbitos en q
Rorty, la diferencia entre conver- resto de la cultura 21 . De este razón opera, con lo que po
sar e investigar, proceder, este modo, la filosofía pasa a ser “una presente la finitud, la temp
último, orientado por convencio- voz en la conversación de la hu- dad y la historicidad de su
nes (método) admitidas previa- manidad” Como tal, habla, no de nifestaciones. Esta mirada
mente con miras a la construc- temas puestos por ella sino por implica, en síntesis, es la
ción de explicaciones verdaderas diferentes interlocutores, en dife- tución de la idea de totalida
y objetivas de los fenómenos, rentes tiempos y contextos; par- lo fragmentario, de la idea d
según la concepción de la “cien- ticipa en conversaciones iniciadas razón central por el de
cia normal”. Por el contrario, la por otros saberes (teología, cien- tramiento, de la unidad p
ciencia “revolucionaria”, consiste cia, política, etc.), pero sin pre- multiplicidad, de la referenc
en plantear nuevos problemas y tender aportar fundamentos ni universal por lo local,
efectuar “redescrip-ciones”del señalar los argumentos pertinen- atemporal por lo histórico,
mundo, que no reúnen lo múltiple tes; es sólo un interlocutor entre necesidad por la contingenc
en una visión y un lenguaje úni- otros. Esto es justamente, lo que lo trascendente por lo inm
cos, sino que usa nuevos lengua- Rorty entiende por hermenéutica, te, de la conmensurabilida
jes, como la metáfora, lenguajes por práctica hermenéutica. la inconmensurabilidad.
no conmensurables. Así, por
ejemplo, las “redescripciones” de Conviene agregar que la herme- A decir de Vattimo, la herm
lo que los hombres somos -pro- néutica es mucho más que una tica se ha convertido

la epistemología... han logrado eliminarla o


deslegitimarla.
er
rblema de las ciencias humanas-; postura asumida por Rorty; pare- Koiné23, en una especie de

al
“no es tarea de una teoría, sino ce ser el carácter de la filosofía ma común de la cultura occ
de géneros tales como la etno- del siglo XX, que, como en él, da tal contemporánea, y de
grafía, el informe periodístico, los continuidad a la perspectiva filo- manera en “moda”, en par
libros de historietas, el drama do- sófica nihilista asumida por las coincidencias mencion
cumental y, especialmente, la Nietzsche, a la comprensión de y porque hoy está “dema

ue
novela,19 lo cual evidencia el ca- la metafísica realizada por poco caracterizada filosófica
rácter sustancialmente estético Heidegger y a los planteamiento te, y por eso puede parec

q
de lo que llama “redescripción”del
mundo.
de Gadamer, de Verdad y Méto-
do. En palabras de Vattimo, por
aceptable, urbana e inoc
ello a causa de la pérdida

A
hermenéutica entendemos ac- sentido filosófico originario
Entender el conocimiento consis- tualmente, más o menos todos, Vattimo encuentra en la “
ción nihilista”, presente, aunque en formulaciones diferentes, sistemas, o con la idea de in
tanto en la filosofía del acontecer de Nietzsche como en la plinariedad. Pero, desde cualqui
crítica heideggeriana de la metafísica. El acuerdo general so- mencionadas miradas, los acerc
bre estos aspectos ha permitido acercamientos entre postu- o la interdisciplinariedad que se
ras filosóficas tan diversas como las de Apel, Habermas, desdibuja las fronteras pero no e
Derrida , Foucault, Rorty, Taylor, Heidegger, Gadamer, Ricoeur diferencias ni se pierde la identi
y otros.
En Rorty, el acercamiento a la n
Pero posiciones como la de Rorty, según Habermas, nutren a la perspectiva estética, que se
formas modernas de escepticismo y de contextualismo “que en una concepción “edificante”
restringe todas las pretensiones de verdad al radio de alcance sofía, la cual enfatiza la actitud c
de juegos de lenguaje locales y reglas de discurso que que encuentra en la poesía su p
fácticamente se han logrado imponer”25. Si no hay más verda- conduce a la pérdida de la espe
des que las que, en cada caso, acepta la tradición y la comuni- de la filosofía: la referencia a la
dad social desde la que se habla, se cae en el relativismo y en el carácter universalista de sus
el etnocentrismo, porque desaparecen los referentes culturales mientos, aunque no infalibilidad
y los estándares de racionalidad que vayan más allá de los vín- rioridad respecto de otros sabere
culos locales, dificultando el diálogo y el acuerdo intercultural y mo que no encontrará cómo cu
dogmatizando el contenido de la tradición de referencia. tarea de guía para la construcció
Habermas agregará, que el contextualismo y relativismo en que vida guiada por una autocompre
cae el pragmatismo radical de Rorty, “sólo es el reverso del flexiva28. La idea de filosofía qu
logocentrismo”, que sólo acepta como racionales las elabora- mentado, es la de un pensamien
ciones relativas a las cuestiones de verdad; todo lo que rodea y rico, ni objetivo ni descriptivo,
delimita a la ciencia, los contextos en que ella se inserta, lo bien persuasivo”, como diría
mismo que las elaboraciones que los sujetos hacen de sí mis- cuya finalidad es “hacer que la c
mos, pertenecen a la esfera de lo irracional per se26. ción se mantenga”29; formulación
sin responder la pregunta acerc
Aceptando también la referencia al contexto y a los múltiples se entiende por filosofía, situació
juegos de lenguaje lo mismo que la idea de una razón situada prensible si a lo que se hace, se
e histórica, Habermas concluye en algo diferente del relativismo nombre que se lo delimita y d
de la hermenéutica de Rorty y los posmodernos. Ve en la plu- se le llama filosofía.
ralidad de juegos de lenguaje una incentivo para el diálogo,
entendido desde una concepción pluralista y procedimental - Pero además, Rorty parece dud
no sustancial- de la razón, que permita criticar y validar nor- exista una actividad específica
mas que merezcan universalizarse si son avaladas por razo- da llamarse filosofía, lo que pr
nes. y que respeta el pluralismo de formas de vida, sin caer en creciente acercamiento a la pe
el fundamentalismo. Desde este punto de vista, el problema estética y el proponer un “giro g
con la hermenéutica de Rorty y las filosofías posmodernas es contra de la teoría y hacia la na
que eliminan todo referente y criterio a la luz de los cuales Su opción por la contingen
adelantar la crítica y juzgar las acciones, cayendo en “una inconmensurabilidad, concepto
racionalidad funcional, estratégica y una ética del “depende”27. tán a la base de su concepción “
te de la filosofía”, le hacen mira
En última instancia, lo que se pone en cuestión es la existencia narrativa, en la que dichos conc
de la filosofía, en la medida en que pierde su especificidad, cual cuentran el ámbito propicio. La
es la mirada al todo y la cierta universalidad de sus plantea- dice, ha sido “el esfuerzo po
mientos. Y no es que pretenda que un campo de conocimiento, autocreación mediante el recon
en este caso, la filosofía, no pueda modificar la idea que de sí to de la contingencia”, mientras
misma tiene, ni ampliar su ámbito de estudio; ni tampoco se losofía ha sido “el esfuerzo por c
pretende desconocer, justamente por esa idea del todo, las re- universalidad mediante la trasc
laciones y vínculos entre distintas formas de la realidad, ni la de la contingencia”31. En conse
imposibilidad de establecer fronteras entre diferentes mundos y afirma que “los filósofos import
formas de acceso a la realidad, que en cambio hoy se enfatizan, nuestro propio siglo son los qu
por ejemplo, con el concepto de mundo de la vida de Habermas, tentado seguir el impulso poéti
o con la noción de complejidad de Morín, o con la teoría de románticos…para hacer patente

18 salidad y la necesidad de lo individual y lo contin-


gente”32. El filósofo “edificante” es “un tipo de intelec-
sistentes entre si y tratando de inventar otros
vos”, acorde con esto, la filosofía se define com
tual literario quecontra
un vocabulario lee y otro,
escribe con el fin
intentando verdesienfrentar
son con- tipo de escritura
que los que no
otros géneros de puede aspirar a algo
literatura.

NOTAS
1. BENGOA, Javier. De Heidegger a Habermas. Barcelona: Herder, 1997. p. 9
2. Por fundamento no se entiende aquí un principio evidente, indemostrable, del que se derivan argumento
como supuestos que hemos de considerar como necesariamente verdaderos, sin los cuales no es posible l
argumentación y la intersubjetividad. Al respecto ver: CORTINA, A. y MARTÍNEZ, E. Etica. Madrid: Aka
1996.
3.
4. HABERMAS,
RORTY, R. LaJ.Filosofía
Pensamiento
comoposmetafísico. Madrid, Taurus,
espejo de la naturaleza. 1990.
Madrid: p. 40.1989. p. 20
Cátedra,
5. La conciencia es la mente que refleja el mundo exterior y que reflexiona sobre sí misma, o mundo interior
sobre su actividad (autorreflexión.
6. RORTY, R. Op. cit., p. 20
7. HABERMAS, J. Conciencia moral y acción comunicativa. Barcelona: Península, 1994, p. 12-13.
8. VATTIMO, G. El fin de la modernidad. Barcelona: Gedisa, 1990 p. 11
9. ECHEVERRIA, Javier. Filosofía de la ciencia. Madrid: Akal, 1998. p. 16-17.
10. HABERMAS, J. Pensamiento posmetafísico. Op. cit. p. 57.
11. RORTY, R. Op. cit. p. 19.
12. Cultural
RORTY, R.y laOp. cit. p. 322.
Historia Las ciencias
Intelectual, quemétodos
que usan han de ocuparse del conocimiento son para Rorty la Antropo
empíricos.
13. RORTY, R. Op. cit. p. 196.
14. Citado por MCCARTY, Tomas. Ideales e ilusiones. Madrid: Tecnos, 1992. p. 23.
15. HABERMAS, J. Pensamiento posmetafísico. Op. cit., p. 24-26.
16. RORTY, R. Op. cit. p. 287.

er
17. Ibid., p. 289.
18. RORTY, R. Op. cit. p. 289.
19. RORTY, R. Contingencia, ironía y solidaridad. Barcelona: Paidos, 1996. p. 18.
20. RORTY, R. La filosofía como espejo de la naturaleza. Op. cit. p. 162.
21. RORTY, R. G. El Hermenéutica,
giro lingüístico.democracia
Barcelona:yPaidos, 1990. p.21-27

alr
22. VATTIMO, emancipación. En: Revista Leviatán Nª 63.
23. VATTIMO, G. Más allá de la interpretación. Barcelona: Paidós, 1995 p. 57.

e
24. Ibid., p. 32.
25. HABERMAS, J. Pensamiento posmoderno. Op. cit., p.60

u
26. Ibid., p.61.
27. CORTINA, A. Ética sin moral. Op.cit., p.32.

q
28. HABERMAS, J. Pensamiento posmetafísico. Op. cit., p. 25-28
29. Citado por BENGOA, J. Op.cit., p.189.
30. RORTY, R. Contingencia, ironía y solidaridad. Op. cit., p.18.

31.
32. RORTY, R. El giro lingüístico. Op. cit., p. 10.

A
Ibid., p.10.

LOS GRIEGOS: LA POLÍTICA, LA


EDUCACIÓN JOSÉ EFRAÍN HERRERA E
Profesor Asociado de la Universidad

E
INTRODUCCIÓN quier otra manera de verla es traicionarla. E
y último lugar, y aunque parezca un lugar c
Existe una preconcepción aplicable a casi toda vi- literatura es ante todo literatura.
sión común de los griegos: que estos sólo son en la
época de la democracia clásica. Esta falsa noción Esta es la problemática a discutir hasta a
trae aparejadas otras igualmente erradas: No se di- manera abstracta, fuera de toda experienc
ferencia el cúmulo de años que van desde la Grecia ca. La idea es verla en lo concreto al anali
mítica, pasan por la época homérica, se detienen en res y obras específicas. Partimos del pen
el siglo de oro y se precipitan entre el infierno de las griego, de Platón y Aristóteles, porque en
derrotas militares, la gloria de sus filósofos y el eclip- contramos
tas que aúnpensamiento modélico,como
hoy son retomadas formas
recy
se espectacular de Alejandro, para no referirnos a la
decadencia preimperial romana; además, no permi- les en la formación de un escritor ciudadan
te diferenciar entre la organización política homérica crata. Es necesario tener presente en esta
preateniense, la democracia clásica de la ciudad ción, la importancia pedagógica y por tanto
estado y el imperio de Alejandro; y por último, deja de lo que está en juego. Trabajamos con pe
sobrenadando la idea que convierte a los griegos en tos formadores, o mejor, pensamientos forja
un pueblo homogéneo, sin fisuras, y supremamente hombres, con ideas constructoras de futur
feliz, que vive no se sabe de qué. Si bien es cierto,
para mucho de lo aquí afirmado, se pensará en lo
griego como en un ente abstracto y
similar en el tiempo, nuestras referen-
cias se ubican temporalmente en la
Grecia determinada por el pensamien-
to de los grandes filósofos: Platón y
Aristóteles, siendo su pensamiento
acerca del papel de la literatura y de
la poesía en particular, lo que en últi-
mas nos interese.

Partimos
nas ideasen baseeste
queproyecto
sólo en de algu-
trabajos
posteriores trataremos de dilucidar,
porque quizá, no exista otro meca-
nismo para sustentarlas en un deba-
te. La primera concepción afirma que
la literatura toda, es necesariamente
un hecho político; no hay literatura que
no sea en esencia un fenómeno polí-
tico; en segundo lugar, la literatura es
un hechoSe
política. autónomo fuera
interpreta de todasus
siguiendo ley
propias leyes. En tercer lugar, la lite-
ratura debe ser comprometida, cual-

20 LA FILOSOFÍA GRIEGA: PLATÓN para ellos. Los primeros cristianos rechazaron


literatura por pagana.
Afirmar que Platón es ubicado como uno de los más
grandes enemigos de la literatura, fuera de ser un En un nivel diferente, al convertirse los primero
lugar común, es también, una verdad a medias. Si ditos, el problema fue otro. El aporte del paga
bien es cierto, sobre el dintel de la entrada a su Aca- tenía un valor cultural intrínseco. La literatura c
demia, sobresalía la afirmación de que nadie debía nía la historia cultural. No se podía arrancar de
pasar por allí si no amaba las matemáticas y en par- había que aprovecharla. ¿Cómo conciliar paga
ticular la geometría, en ninguna parte aparecía men- e historia en la fe cristiana?
ción alguna que expulsara a los poetas. Sin embar-
go, no puede negarse que en su República, no les Un primer elemento fue el concepto de la p
como inspiración divina. No siendo la fe revelad
brinda un buen lugar a los constructores de versos,
leyendas o comedias. A contramano, Aristóteles se gradas escrituras), sí contenía premoniciones
levanta como la respuesta a su maestro. Su Poética verdad. En el interior de los mitos estaban lo
aparece como la defensa de la poesía. Así son vis- cleos de las verdades.
tos de manera tradicional.
En segundo lugar, los cristianos usaron la lla
Lo curioso del asunto es que las ideas más especí- “poética teológica”. La poesía no era mala en
ficas de Platón acerca de la literatura, no aparecen el antiguo testamento se encontraban libros de
en un diálogo sobre las formas de pasar los ratos de
ocio, como podría ser el caso de los poetas, de los
comediantes o de los cómicos; sino, en la obra so-
bre política más reconocida de Platón: La Repúbli-
ca. Allí la literatura aparece vinculada con la política
y con la pedagogía, con el arte y la profesión de
producir ciudadanos de bien. Su perspectiva es una
relación de la literatura con la política, no la literatura
pura.

Pero, existen obras anteriores a la República en don-


de la literatura y la poesía en especial son tratadas
de manera distinta. En el diálogo Ion o de la poesía,
la poesía es en esencia de inspiración divina. Es la
expresión de un “furor poético”, el cual se presta al
menos para dos interpretaciones: en primer lugar, la
desarrollada por la filología moderna. Si la poesía es
el producto de la inspiración divina, el poeta (los poe-
tas) no sólo no son nada, sino que, son ignorantes,
no saben nada. Lo“poseídos”
que dicenportiene sentido porque

re
están “ocupados”, la inspiración. Aquí,
Platón se nos presenta manejando una deliciosa iro-

rnía en donde el objeto de sus dardos no es la poe-


sía, sino, los poetas. Los poetas no son nada, la

alpoesía por su origen irracional es opuesta a la razón


humana. Platón se desposa con la razón. En esen-

e
cia esta es la interpretación filológica moderna.

Pero existe otra forma de mirar el asunto: la conocida


como
el casointerpretación histórica. Para
versus
conseguidores,
uq
en modo alguno tiene que la ironía. La
inspiración divina era la carta de nobleza de la poesía;
esta, en verdad era algo divino. Los primeros autores

Acristianos se relacionaron con la herencia griega, la


cual estaba ligada con el paganismo, falso a priori,
sía (Job, Los Salmos). Si era ca que requiere, según Platón, la ellas la poesía. L
mala, ¿cómo estaban allí?. Con malparada sociedad ateniense, puestas desde
este argumento se rescataba la que no griega, asociación que his- Sócrates hasta
teoría platónica. Como discurso tóricamente nunca existió, residi- misma, no son m
llegó hasta bien avanzado el si- ría en la educación. La relación: gente defensas d
glo XVIII. De esta manera, Platón política, ciudadanía y democracia y de la literatura.
pasa de detractor a defensor de
la poesía. según
pasabaPlatón
por la en La República,
educación. Quien A partir de un Es
mejor lo comprendió, no fue un se propone uno ide
En “El Banquete”, un diálogo que griego sino un lacedemonio, Filipo, a él por la educac
debió llamarse La sexualidad, El quien entregó a su hijo Alejandro reforma o la revolu
amor o Las libaciones, pues de la en manos del mejor pedagogo cias a la educació
comida es de lo que menos se posible: Aristóteles. Infortuna- ella las artes que n
habla, encontramos la idea de que damente la ciudad Estado no re- bellas, sino, tamb
todo hombre aspira a la inmortali- sistió sus alcances y se perdió sumo las necesar
dad. Los hombre brutos lo hacen como pesadilla imperial de una fie- todas, y dentro de
acreación.
través de la reproducción
Otros pro-
por medio de la bre adquirida
perdido villorrioen un pequeño y
asiático. necesarias, las ims
doras poéticas,
poesía y la ley. Desarrollando es- nos lo permite.
tas, el hombre alcanza un nivel ¿Sobre qué presupuestos se fun-
más alto de inmortalidad. daba el pensamiento pedagógico Platón distingue
platónico?. Tres parecían ser los estamentos socia
La poesía sería consecuencia del argumentos centrales: preocupación esen
deseo fundamental de inmortali- tor de los guerrero
zarse, siendo la posibilidad más 1 ) El hombre está abierto a in- o defensores. Algo
elevada de satisfacer este deseo fluencias ajenas: es maleable. cías y militares, si
innato. Este en
a aparecer argumento
su obra.no vuelve
Los ele- Educable dirían hoy nuestros
asesores pedagógicos. lastre del terroris
contemporáneo.
mentos anteriormente descritos, 2 ) El maestro no tiene que en- defender la ciudad
configuran el núcleo de la concep- señar a ver, debe dirigir la mi- enemigos externo
ción platónica acerca de la poe- rada. Lo importante para la orden en el interior.
sía y son esenciales para com- educación es el ambiente; si el deben reunir-satis
prender el desarrollo por él plan- educando ve buenos ejemplos, dades opuestas. T
teado en su obra La República. se inspira en buenas acciones, fieras terribles con
será bueno; de otra manera, se gos externos por
Platón era un amante de la poe- torcerá y terminará como otro, mansos defen
sía. EseCasi
actitud. erapodríamos
el fondo real deque
decir su excrecencia
a su comunidad. si no como
(Estotraidor
debe ytuoso
hermanos
de la del ciu
comu
arguyó contra sí mismo, cosa no desarrollarse caracterizando el podría ser sin una
extraña, en el mejor de los discí- ideal de hombre de la ciudad y especial educaci
pulos de Sócrates. Estado). Y, de la literatura y la
3 ) Educación es ante todo una for- cen salirse del pro
En La República encontramos una mación del carácter. A diferen- co de sociedad.
teoría utópica. Aquí se nos presen- cia de lo que nos es común hoy,
tan los requisitos para la caracte- en nuestro quehacer pedagógi- La justicia es bue
rización de un estado que no ha co utilitario modernizante, que no la injusticia es ma
existido
tirá. Nosjamás y que
informa jamás
sobre cómoexis-
de- moderno,
za para Platón laconcretos
de conocimientos enseñan- cuando se impone
resultados. Es a
bería ser la educación, o quizá, es secundaria; secundaria que discusión desde do
mejor, la pedagogía, proceso que no inútil como algunos otros que- de construir el
es considerado como fundamen- rrían. Lo primero, lo esencial para ¿Cómo educar a lo
tal. La República es considerada construir ciudadanos es la forma- Los poetas presen
como el primer tratado de peda- ción ético moral del carácter. Aquí nes el ejemplo de
gogía. La necesaria reforma políti- son importantes las artes y en los injustos es mu

22 (República, Libro II). Refiriéndose


a Homero y a Hesíodo, dice que
centrales para la interpretación
del Libro III de La República, el
poeta por su propia c
es también imitación p
las fábulas no son verdaderas, que cual es la base de la argumenta- gida; pero, esta imitac
son mentirosas. ción posterior. de ser de lo real, de
como es, sino, de mo
LA CENSURA Y LOS Si el justo la pasa muy difícil y el les, de lo bello y lo b
injusto la pasa bien, esto no debe es consecuencia de
INICIADOS ser tema de los poetas sea ver- puestos sobre educac
dad o no. Al analizar las narracio- es maleable e impres
Las fábulas no deben ser conoci- nes, encuentra tres tipologías a tanto, deben presentá
das por todo el mundo, son para saber: La narración simple, la na- plos buenos, no malo
un círculo reducido. Esta prácti- rración imitativa y, la compuesta rechaza a los i
ca se extiende desde Platón has- de una y otra o mixta. Parte de la indiscriminados, no a
ta ahora ( educación para la mi- imitación estricta, en sentido poé- mite los imitadores de
noría de edadque
res impiden Kant). Los dictado-
todos tengan tico, a una
amplio. en un como
La plantea sentido más
peligro- lo bello. Este
normativa. es ¿
Pero elqui
pri
acceso a las obras (índices, cen- sa. Es un valor secundario. Su es lo bueno o lo malo
sores, incineración de obras, valor depende de lo imitado. Pre- llo o lo feo?. El Estado
etc.). Aquí encontramos la raíz de senta los valores que no deben to por sabios y filós
la normativa poética. La escritura imitarse. Para el hombre libre era pueden ser tiranos ta
no debe referirse a lo ocurrido, prohibido trabajar. El artesano este aspecto puede s
sino a cómo debería ser. Se cam- entonces no es un buen ejemplo. el autoritarismo.
bia una mentira por otra. Este
mundo tampoco se va a corres- Propugna por la narración simple, En este caso la discu
ponder conlos
debe crear la realidad.
modelos El poeta
para los pero reconoce
la narración la importancia
mixta. de
No hay un re- plantea en el plano
como expresión del es
ar
niños y en extensión, para los chazo de toda la poesía. Recha- trumento de la educa
defensores. za la forma poética imitativa: el política. Es consecu
teatro. utilización del arte par
En este debate se presentan dos ción de los niños en g
series de argumentos: ¿ Qué significa imitación? El ori- particular para aquello
1)Lo que se dice de los dioses gen de esta palabra no es griego. están destinados a s
es falso Es una palabra proveniente de la res o guerreros.
2)Los mitos y los poemas pue- Grecia italiana, de Sicilia: mime-
den encubrir alguna verdad. sis. Estrictamente
sentación era de
de una obra la teatro,
repre- Platón
libro X. retoma la polé
Se supone qu
La poesía es una hermosa cober- en un sentido más amplio, copiar se añadió posteriorm
tura que cubre verdades filosóficas. la acción de cualquier hombre y respuesta a La P
A Platón no le interesa, pues, los en uno mucho más amplio, co- Aristóteles. La narrac
niños no serán capaces de esco- piar alguna cosa o acción. La tinguida de la imitació
er
ger. Es peligroso. comprensión de lo dicho por la forma mixta: epope

r
Platón depende de cómo la use, tido estricto, la imita
En el plano histórico, la historia de qué sentido quiera darle a la ción teatral, en uno am
está llena de hechos que no son expresión. manera de acción y e
necesariamente ejemplificantes.
cho más amplio,seloeq
es

lae
Son malos ejemplos y el niño Los poetas deben presentar un la naturaleza,
puede guiarse por ellos. Por eso modelo de buenas costumbres, poesía en general. Im
hay que desecharlos. El poeta algo similar debe hacerse con las o fenómenos naturale

udebe presentar modelos de com-


portamiento ideal. Toda poética
otras artes. Imitación para Platón
es toda poesía, todo arte. Lo dra- Como imitación de lo

q
normativa prescribe lo que debe mático se rechaza porque es imi- sía es peligrosa. Esto
escribirse e induce necesaria- tación de acciones mixtas bue- planteado en los libro

A
mente a la mentira. (Hasta aquí nas o malas. Sólo se admite la el libro X, Platón reto
el libro II). Estos elementos son narración simple, donde habla el blemática sobre la po
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