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Psicopatología infantil

Para comprender los problemas psicopatológicos del niño es necesario conocer las
situaciones ambientales adversas a su desarrollo, como las ocurridas en su núcleo
familiar. Los síntomas y alteraciones de su conducta dependen tanto de influencias
morbógenas como de propensiones inherentes a su dotación genética.
Entre los trastornos comunes se encuentran las manifestaciones de la angustia
patológica: la angustia de separación, el trastorno de evitación y el trastorno
hiperansioso.
Trastorno de angustia de separación
Se refiere a una angustia intensa, al punto del pánico ocurrida cuando el niño es
separado de uno de sus padres o de alguna persona querida y generalmente surge de
forma súbita interfiriendo con las actividades normales del niño pues se quejan a menudo
de dolor de estómago, cefalea, nauseas etc. La angustia de separación se puede
expresar como fobia escolar ya que temen que si se separan de sus padres nunca
volverán a reunirse con ellos.
En gran parte de los casos, el trastorno se desarrolla después de situaciones adversas
como la pérdida de un ser querido, una enfermedad o un cambio en el ambiente. En
cualquier caso, requiere que el niño reciba medicamentos, así como psicoterapia que le
permita expresar su angustia y a superar su miedo a través de la exposición gradual a
experiencias de separación
Trastorno de evitación
El rasgo predominante de este trastorno es una reducción severa y persistente del
contacto con los extraños basado en temor que en desinterés. Como consecuencia
pueden no desarrollarse habilidades de socialización y cursar de forma crónica.
Trastorno de ansiedad excesiva
El rasgo esencial de este trastorno es la preocupación excesiva y una conducta temerosa
relacionada con asuntos de incompetencia y mala ejecución, es decir usualmente se
asocia al estrés. A menudo estos niños pueden ser vistos erróneamente como
hipermaduros. Quienes lo padecen pueden beneficiarse del uso de fármacos,
antidepresivos y benzodiacepinas así como de psicoterapia individual y orientación
familiar.
Fobias simples
Son miedos intensos a objetos específicos como animales o situaciones que a menudo
pueden desaparecer o disminuir con tratamiento que va desde la desensibilización, la
medicación y la psicoterapia individual o en grupos.
Depresión
Se refiere a sentimientos negativos que persisten por un largo periodo y ocurren sin una
causa identificable. Los síntomas en los niños se suelen expresar con conductas tales
como disminución repentina del rendimiento escolar, dolores diversos, irritabilidad, crisis
de llanto, miedo, agresividad etc.
En la depresión están involucrados desequilibrios bioquímicos relacionados con los
neurotransmisores como la serotonina y la norepinefrina, así como aumentos en los
niveles de cortisol.
Además, este trastorno es más común en niños cuyos padres biológicos sufren
depresión lo cual sugiere que se hereda la susceptibilidad a la enfermedad. Sin embargo,
las circunstancias del ambiente familiar también pueden jugar un papel importante, por
ejemplo, el abuso de alguno de los padres puede contribuir a su surgimiento.
Los niños deprimidos suelen responder satisfactoriamente a la medicación
antidepresante en conjunto con psicoterapia que le permitirá al niño expresar sus
sentimientos.
La inteligencia y el retraso mental
La inteligencia es un complejo de capacidades de la raza humana que permite el empleo
de conocimientos y experiencias al encontrarse ante situaciones nuevas; depende, entre
otras condiciones, de la facultad de retener lo aprendido y recordarlo en el momento en
que se requiere.
La debilidad mental es hereditaria o tempranamente adquirida por lesiones centrales.
Pero, además el ambiente puede favorecer o dificultar el desarrollo máximo de la
inteligencia.
Al retraso mental se le define como la capacidad intelectual inferior al promedio (CI
inferior a 70) que se acompaña de deterioro en la capacidad adaptativa. Sin embargo,
cabe mencionar que las deficiencias mentales de un sujeto deben valorarse en relación
con sus circunstancias (vivienda en zonas urbanas vs zonas rurales etc.)
Retraso mental leve
Todos los niños con retraso mental presentan retraso escolar, ya que no son capaces de
pensar abstractamente o asumir responsabilidades, esto es de hecho, lo que causa que
se vuelvan desertores escolares en el nivel primaria. Suelen manifestar retardo en la
adquisición del lenguaje y del control de esfínteres. El niño que no es identificado a
tiempo con estas deficiencias suele ser víctima de las exigencias de sus padres y
maestros lo cual puede traer como consecuencia inhibiciones profundas, hostilidad y
agresividad, lo cual los hace susceptibles a caer en el futuro en actitudes antisociales
como robo, vagancia y actividades sexuales prematuras y desordenadas.
Retraso mental moderado y grave
Los sujetos de este grupo no llegan a comunicarse por escrito con sus semejantes. Su
edad mental está comprendida entre los 3 y 7 años. Son capaces de aprender algunas
habilidades sociales y laborales.
Retraso mental profundo
Los retrasados mentales profundos son incapaces de comunicar verbalmente su
pensamiento o de comprender el pensamiento expresado por los demás. Presentan
anomalías corporales que los hace requerir de cuidados constantes por tiempo
indefinido.
Trastornos generalizados del desarrollo
Afecta las habilidades intelectuales, la percepción y la capacidad de comprender el
lenguaje. La forma más común de esta categoría es el autismo. Los niños autistas son
indiferentes y no saben recibir ternura, es más, tales expresiones les causan tensión. Al
crecer, no establecen amistades, prefieren jugar solos y tienen problemas para entender
las interacciones sociales de la vida cotidiana. Tienen poca tolerancia para los cambios
en su ambiente y pueden tener explosiones cuando se les quita su lugar.
Dislexia
Es un problema atribuido ya sea a un defecto estructural o funcional, y específicamente
tiene que ver con un rezago de la habilidad para leer. Tiende a asociarse a tartamudez y
torpeza motriz. El factor genético se considera importante porque es frecuente encontrar
el mismo problema en padres, abuelos o tíos de los niños disléxicos. La identificación
oportuna permite su manejo eficaz.
Trastorno de déficit de la atención.
El problema se manifiesta por la dificultad que tiene el niño para concluir actividades que
requieren concentración, además de actuar antes de pensar, no entender lo que se le
dice e hiperquinesia.
Las causas son una combinación de la herencia y el ambiente. Los padres de algunos
de estos niños sufrieron este trastorno en su infancia. El manejo requiere de psicoterapia
y el uso de medicamentos como el metilfenidato que, en conjunto ayudan en la mejora
de la atención, llevan a cabo mejor sus tareas, controlan su conducta impulsiva y se
relacionan mejor con sus compañeros trayendo consigo un aumento en su autoestima.
Trastornos de la conducta
Son los problemas psiquiátricos más frecuentes en la adolescencia que, pero iniciados
durante la infancia que se caracterizan por no ser esporádicos y varían entre discretos y
severos. A menudo tienen que ver con alguna patología cerebral no diagnosticada como
epilepsia, esquizofrenia o lesión cerebral. Ciertas teorías sugieren que la conducta
antisocial es resultado de la privación del afecto maternal de no haber internalizado los
controles y prohibiciones paternas. Pero, por otra parte, los estudios biológicos sugieren
que se hereda cierta vulnerabilidad al trastorno y aunada las influencias ambientales y
familiares causa la génesis de estos problemas.
La terapia de conducta y la psicoterapia individual o engrupo están indicadas para ayudar
a los niños y adolescente que pasan por estos trastornos.
Otras manifestaciones psicopatológicas
La psicopatología de la infancia puede manifestarse en diversas áreas de la conducta
alimentaria, la conducta motora y la de eliminación.
Respecto a la alimentaria se puede mencionar la anorexia nerviosa, la bulimia y la pica.
De los trastornos del movimiento el más conocido es el síndrome de Giles de la Tourette
caracterizado por múltiples tics motores y verbales.
En los trastornos de eliminación el más frecuente es la enuresis que se refiere a la
micción involuntaria después de los 3 años de manera persistente. Los factores que
intervienen van desde lo biológico (retraso en la madurez de los centros voluntarios de
la micción) hasta lo psicológico en el manejo que los padres dan al problema.
Los terrores nocturnos son frecuentes en la infancia, y consisten en que el niño se
incorpora a media noche gritando aterrorizado con la mirada fija en cierta dirección, pero
una vez que se le despierta se olvida del sueño aterrorizador.
El sonambulismo es una modalidad de disociación frecuente en la infancia. El sonámbulo
habla mientras está dormido o se levanta y deambula por la casa. Todo esto de forma
inconsciente de modo que al día siguiente no recuerda nada. En casos severos se indica
la psicoterapia, así como las benzodiacepinas.

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