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COLEGIO EXTREMADURA

Prof. Giovanna Astorga


Tercero Medio

Guía nº2 La intertextualidad; el prólogo del Ingenioso Hidalgo Don


Quijote de la Mancha y la influencia cervantina
en el microcuento

Nombre:_______________________________________________________ Curso:___________ Fecha:___________.

INTERTEXTUALIDAD

1.- Un texto, cualquiera sea su carácter, no nace de la nada. Al contrario, tanto su producción física como su
elaboración en/por la lectura está determinada por una serie de fenómenos de orden social, cultural y
político que no debemos descuidar en el momento de leer.

2.- Obras como Utopía o Elogio de la locura se ven prácticamente despojadas de sentido y valor (no solo
literario), si no tomamos en cuenta el contexto en que fueron escritas. Solamente así podemos apreciar el
funcionamiento del espejo, en la primera, y de la ironía, en la segunda.

3.-El contexto está constituido por una serie de fenómenos, entre los cuales destaca indudablemente la
misma literatura. En efecto, uno de los criterios básicos de valoración de la obra literaria descansa en el gusto
del público que se expresa en la comparación entre distintos textos, autores, tendencias, movimientos,
épocas, etc. Cabe preguntarse, entonces, el motivo de este cotejo o confrontación. Una de las posibles
respuestas encuentra su asidero en el hecho de que toda obra literaria (o artística) establece una relación
dialógica con otros textos, sean estos anteriores o contemporáneos a ella.

4.-Sin duda, este no es un fenómeno nuevo. Desde los comienzos de la literatura moderna, los críticos y
autores discutieron el problema de la originalidad y de las influencias que recibía un autor, aspecto que se
conoce con el nombre de influencias intrapoéticas. Así, influencia será para Wilde "(...) simplemente una
transferencia de personalidad, una manera de dar de balde lo que es más precioso para uno mismo y su
ejercicio produce una sensación y, posiblemente, una constatación de pérdida. Todo discípulo le arrebata
algo a su maestro."1

5.-Pese a la angustia que puede provocar la conciencia de influir y de ser influido, no debemos interpretar
este hecho como algo negativo o que haga que la literatura se vuelva menos original, ya que frecuentemente
es eso lo que la individualiza. Por ello, Bloom plantea que las influencias constituyen necesariamente un
objeto de estudio: “Es necesario que dejemos de pensar en cualquier poeta como si fuera un ego autónomo,
por más solipsistas que sean los poetas más fuertes. Todo poeta es un ser atrapado en una relación dialéctica
(transferencia, repetición, error, comunicación) con otro u otros poetas” 2. A partir de esta noción, Koppen 3
formula una importante advertencia: “(...) la investigación de la influencia no puede consistir simplemente en
la demostración de las fuentes y modelos. Desde luego no es posible renunciar a dicha demostración; pero
sin olvidar que sólo tiene el carácter de un trabajo previo imprescindible. En definitiva se trata de mostrar lo
que ha hecho el autor recipiente con su dechado, cómo lo ha transformado, lo ha subordinado a sus propias
intenciones artísticas y qué nueva función poética le ha conferido”.

6.- La teoría literaria actual le confiere a las influencias que recibe un autor un estatus distinto al que le
entregaba el siglo XIX, por ejemplo. La preocupación contemporánea está en las modalidades de
textualización de las influencias. Los términos copia, pastiche, refrito y otros han abandonado el metalenguaje
teórico, siendo reemplazados por simulacro, intertexto, hipograma, etc.

7.- La intertextualidad ha sido definida como el conjunto de relaciones que se ponen de manifiesto al interior
de un texto dado; estas relaciones acercan a un texto determinado, tanto otros textos del mismo autor
(intratextualidad) como a los modelos literarios explícitos e/o implícitos a los que se pueda hacer referencia.
Se da, por lo tanto, como un fenómeno que orienta la lectura de un texto y que gobierna su interpretación.

1
Citado por Bloom, H. en: La angustia de las Influencias. Caracas, Editorial Monte Ávila, 1991.

2
Bloom, Harold. La Angustia de las Influencias. Caracas, Monte Ávila Editores, 1991, p. 106.

3
Koppen, E. “¿Posee la Literatura Comparada una Teoría Propia?” , en: Thomas Mann y Don Quijote: Ensayos de Literatura Comparada.
Barcelona, Editorial Gedisa, 1990, p. 81.
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8.- Según Barthes, “todo texto es un intertexto; otros textos están presentes en él, en estratos variables, bajo
formas más o menos reconocibles; los textos de la cultura anterior y los de la cultura que lo rodean; todo texto
es un tejido nuevo de citas anteriores.”4

9.- En consecuencia, los textos en la obra literaria establecen un diálogo, un espectáculo teatral donde los
personajes son otros textos. De esta manera, la intertextualidad puede detectarse por cita o por
reminiscencia5. Mediante la cita, se incorpora un texto extranjero al texto primero; funciona como una especie
de collage o superposición en la superficie del mismo. Forma elemental de diálogo, sin que por ello ninguno
de sus elementos se modifique ni su voz se altere. Por otra parte, la reminiscencia es una forma mediata de
incorporación. En ella el texto extranjero se funde en el primero: indistinguible, sin implantar sus marcas, su
autoridad de cuerpo extraño en otro, pero constituyendo los estratos más profundos del texto receptor, tiñendo
sus redes y modificando sus texturas; son textos que no alteran la superficie, pero que están presentes:
latentes.

10.- Por último, nuestra época muestra una expandida presencia de obras que citan a otras obras, estilos,
lenguajes. Entre estos fenómenos de intertextualidad conviene distinguir dos tipos de textos: a) Los
resultantes de la mezcla/fusión de características de distintos géneros, lenguajes y/o estilos, los cuales
devienen muchas veces en híbridos; y, b) los que sin perder sus principales rasgos de previsibilidad, en tanto
pertenecientes a una clase discursiva determinada, incorporan, tratan y comentan un lenguaje distinto al
propio. Dentro de este segundo grupo existen algunos casos de particular interés analítico debido a que sus
formas de cita permiten rastrear aspectos específicos de definición y diferenciación, tanto del lenguaje del
texto soporte como del lenguaje comentado (por ejemplo, el kitsch).

Vocabulario contextual
1.-Constituido 2.-Constatación 3.-Imprescindible
a) Formado a) Verificación a) Ineludible
b) Hecho b) Confrontación b) Obligatorio
c) Dispuesto c) Identificación c) Forzado
d) Habituado d) Tipificación d) Comprometido
e) Preparado e) Caracterización e) Embrollado

4.-Conferido 5.-Simulacro 6.-Reminiscencia


a) Otorgado a) Copia a) Recuerdo
b) Autorizado b) Réplica b) Presencia
c) Facultado c) Imitación c) Representació
d) Delegado d) Artificio n
e) Mandatado e) Todas las d) Apariencia
anteriores e) Forma

7.- Según el autor, qué es lo que determina la lectura.

8.-De acuerdo al texto, por qué es relevante el contexto al momento de comparar dos obras literarias.

4
En: Marchese, A; Forradellas, J. Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria . Barcelona, Ariel, 1989. p. 217. Conviene advertir que el
origen etimológico de "texto" es tejer (lat. texere).

5
Según Kristeva, los intertextos "...penetran en el texto de la novela directamente recopilados (citas) o como huellas mnésicas (recuerdos). Se
transportan intactos desde su propio espacio hasta el espacio de la novela que se escribe, copiados entre comillas o plagiados." En: El texto de la
novela. Barcelona, Lumen, 1981.
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9.- Cuál es la relación entre el párrafo dos y el párrafo tres.

10- A qué se le conoce por el nombre de influencias intrapoéticas.

11.- De acuerdo a Bloom es posible pensar en un escritor como un sujeto autónomo.

12.- En el párrafo siete cómo es definida la intertextualidad.

13.- ¿A qué se refiere al autor cuando dice «Mediante la cita, se incorpora un texto extranjero al texto
primero»?

Fragmento del prólogo del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

Desocupado lector6:

sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento 7, fuera el más
hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse 8. Pero no he podido yo contravenir al
6
Con desocupado, C. probablemente calca el otiosus (lector) de la tradición clásica (así en Quintiliano, Institutiones, IV, II, 45)

7
La presentación metafórica del libro como hijo del autor está presente ya en Ovidio; C. modifica la idea con la inmediata mención del ingenio, término
aquí en relación con la inventio de la retórica clásica.

8
iscreto: ‘sensato, inteligente y agudo’ (y no en el sentido hoy más corriente de ‘reservado, circunspecto’); discreto y discreciónson palabras clave
para describir un modelo de comportamiento muy apreciado en los siglos XVI y XVII.
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orden de naturaleza, que en ella cada cosa engendra su semejante9. Y, así, ¿qué podía engendrar el estéril y
mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado 10, antojadizo y lleno de pensamientos
varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda
incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación? El sosiego, el lugar apacible, la
amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu son
grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le
colmen de maravilla y de contento 11. Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le
tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y
las cuenta a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de don
Quijote12, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte casi con las lágrimas en los ojos, como otros
hacen, lector carísimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres, que ni eres su pariente
ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde
eres señor della, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comúnmente se dice, que «debajo de mi
manto, al rey mato13», todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación, y, así, puedes decir de
la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calunien por el mal ni te premien por el bien que
dijeres della.

Solo quisiera dártela monda y desnuda, sin el ornato de prólogo, ni de la inumerabilidad y catálogo de los
acostumbrados sonetos, epigramas y elogios que al principio de los libros suelen ponerse14. Porque te sé
decir que, aunque me costó algún trabajo componerla, ninguno tuve por mayor que hacer esta prefación que
vas leyendo. Muchas veces tomé la pluma para escribille, y muchas la dejé, por no saber lo que escribiría; y
estando una suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla,
pensando lo que diría, entró a deshora un amigo mío, gracioso y bien entendido 15, el cual, viéndome tan
imaginativo, me preguntó la causa, y, no encubriéndosela yo, le dije que pensaba en el prólogo que había de
hacer a la historia de don Quijote, y que me tenía de suerte que ni quería hacerle, ni menos sacar a luz las
hazañas de tan noble caballero.

—Porque ¿cómo queréis vos que no me tenga confuso el qué dirá el antiguo legislador que llaman
vulgo16 cuando vea que, al cabo de tantos años como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora,
con todos mis años a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invención, menguada de
estilo, pobre de concetos y falta de toda erudición y doctrina, sin acotaciones en las márgenes y sin
anotaciones en el fin del libro, como veo que están otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos
de sentencias de Aristóteles, de Platón y de toda la caterva de filósofos, que admiran a los leyentes y tienen a
sus autores por hombres leídos, eruditos y elocuentes? Pues ¿qué, cuando citan la Divina Escritura? No dirán
sino que son unos santos Tomases y otros doctores de la Iglesia, guardando en esto un decoro tan
ingenioso17, que en un renglón han pintado un enamorado destraído y en otro hacen un sermoncico cristiano,
que es un contento y un regalo oílle o leelle. De todo esto ha de carecer mi libro, porque ni tengo qué acotar
en el margen, ni qué anotar en el fin, ni menos sé qué autores sigo en él, para ponerlos al principio, como
hacen todos, por las letras del abecé, comenzando en Aristóteles y acabando en Xenofonte y en Zoílo o
9
«Como dice Aristóteles en los Físicos, y lo trae Lucrecio, poeta antiguo, todo animal engendra su semejante» (Mal Lara, Filosofía vulgar).

10
Falto de lozanía.

11
El contexto reelabora un motivo horaciano («Scriptorum chorus omnis amat nemus et fugit urbem, / rite cliens Bacchi somno gaudentis et umbra; /
tu me inter strepitus... vis canere?», etc.; Epístolas, II, II, 77 ss.), quizá recordando y cambiando de sentido un lugar de Quintiliano.

12
Pues la historia de DQ se finge real y narrada en los «anales de la Mancha», por Cide Hamete Benengeli o por otros autores

13
Refrán usado para expresar que cada uno es libre, en su fuero interno, de pensar y juzgar como quiera.

14
Lo acostumbrado en la época era anteponer al cuerpo de la obra una serie de poemas elogiosos. Según se desprende de una carta de Lope de
Vega, C. anduvo por Valladolid pidiendo que se los escribieran, sin hallar nadie «tan necio que alabe a DQ».

15
a deshora: ‘inesperadamente’. La introducción del amigo va a permitir a C. exponer sus ideas con técnica dramática: el amigo se convierte en
narrador secundario y portavoz de la ruptura con respecto a lo establecido.

16
En los prólogos de la época son frecuentes las alusiones al «vulgo con sus leyes» (Lope de Vega, Arte nuevo, v. 149)

17
ingenio vale aquí por ‘sutileza, capacidad de ver o crear conceptos’. La frase, evidentemente, es irónica.
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Zeuxis, aunque fue maldiciente el uno y pintor el otro. También ha de carecer mi libro de sonetos al principio,
a lo menos de sonetos cuyos autores sean duques, marqueses, condes, obispos, damas o poetas
celebérrimos18; aunque si yo los pidiese a dos o tres oficiales amigos, yo sé que me los darían, y tales, que no
les igualasen los de aquellos que tienen más nombre en nuestra España. En fin, señor y amigo mío —
proseguí—, yo determino que el señor don Quijote se quede sepultado en sus archivos en la Mancha, hasta
que el cielo depare quien le adorne de tantas cosas como le faltan, porque yo me hallo incapaz de
remediarlas, por mi insuficiencia y pocas letras, y porque naturalmente soy poltrón y perezoso de andarme
buscando autores que digan lo que yo me sé decir sin ellos. De aquí nace la suspensión y elevamiento,
amigo, en que me hallastes, bastante causa para ponerme en ella la que de mí habéis oído.

Oyendo lo cual mi amigo, dándose una palmada en la frente y disparando en una carga de risa, me dijo:

—Por Dios, hermano, que agora me acabo de desengañar de un engaño en que he estado todo el mucho
tiempo que ha que os conozco, en el cual siempre os he tenido por discreto y prudente en todas vuestras
aciones. Pero agora veo que estáis tan lejos de serlo como lo está el cielo de la tierra. ¿Cómo que es posible
que cosas de tan poco momento y tan fáciles de remediar puedan tener fuerzas de suspender y absortar un
ingenio tan maduro como el vuestro, y tan hecho a romper y atropellar por otras dificultades mayores? A la fe,
esto no nace de falta de habilidad, sino de sobra de pereza y penuria de discurso. ¿Queréis ver si es verdad
lo que digo? Pues estadme atento y veréis cómo en un abrir y cerrar de ojos confundo todas vuestras
dificultades y remedio todas las faltas que decís que os suspenden y acobardan para dejar de sacar a la luz
del mundo la historia de vuestro famoso don Quijote, luz y espejo de toda la caballería andante.

—Decid —le repliqué yo, oyendo lo que me decía—, ¿de qué modo pensáis llenar el vacío de mi temor 47 y
reducir a claridad el caos de mi confusión?

14.- En qué elementos es posible identificar una relación intertextual.

CAPÍTULO VI
Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo

(Fragmento)
El cual aún todavía dormía. Pidió las llaves a la sobrina del
aposento donde estaban los libros autores del daño, y ella se
las dio de muy buena gana. Entraron dentro todos, y la ama con
ellos, y hallaron más de cien cuerpos de libros grandes, muy
bien encuadernados, y otros pequeños; y, así como el ama los
vio, volvióse a salir del aposento con gran priesa, y tornó luego
con una escudilla de agua bendita y un hisopo, y dijo:
—Tome vuestra merced, señor licenciado; rocíe este aposento,
no esté aquí algún encantador de los muchos que tienen estos
libros, y nos encanten, en pena de las que les queremos dar
echándolos del mundo.

18
Era costumbre anteponer a los libros poesías laudatorias de personajes ilustres. C. parece aludir en particular a Lope de Vega, quien abusó de tal
práctica en La Arcadia (1598), el Isidro (1599), La hermosura de Angélica (1602) y El peregrino en su patria (1604).
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Causó risa al licenciado la simplicidad del ama y mandó al barbero que le fuese dando de aquellos libros uno
a uno, para ver de qué trataban, pues podía ser hallar algunos que no mereciesen castigo de fuego.

—No —dijo la sobrina—, no hay para qué perdonar a ninguno, porque todos han sido los dañadores: mejor
será arrojallos por las ventanas al patio y hacer un rimero dellos y pegarles fuego; y, si no, llevarlos al corral,
y allí se hará la hoguera, y no ofenderá el humo.

Lo mismo dijo el ama: tal era la gana que las dos tenían de la muerte de aquellos inocentes; mas el cura no
vino en ello sin primero leer siquiera los títulos. Y el primero que maese Nicolás le dio en las manos fue Los
cuatro de Amadís de Gaula, y dijo el cura:

—Parece cosa de misterio esta, porque, según he oído decir, este libro fue el primero de caballerías que se
imprimió en España, y todos los demás han tomado principio y origen deste; y, así, me parece que, como a
dogmatizador de una secta tan mala, le debemos sin escusa alguna condenar al fuego.

—No, señor —dijo el barbero—, que también he oído decir que es el mejor de todos los libros que de este
género se han compuesto; y así, como a único en su arte, se debe perdonar.

—Así es verdad —dijo el cura—, y por esa razón se le otorga la vida por ahora. Veamos esotro que está
junto a él.

—Es —dijo el barbero— Las sergas de Esplandián, hijo legítimo de Amadís de Gaula.

—Pues en verdad —dijo el cura— que no le ha de valer al hijo la bondad del padre. Tomad, señora ama,
abrid esa ventana y echadle al corral, y dé principio al montón de la hoguera que se ha de hacer.

Hízolo así el ama con mucho contento, y el bueno de Esplandián fue volando al corral, esperando con toda
paciencia el fuego que le amenazaba.

15.- ¿Es posible afirmar que existe una relación intertextual entre Los cuatro de Amadís de Gauda y
Las sergas de Esplandián? Justifica tu respuesta.

Biografía
Marco Denevi es un escritor argentino nacido en Buenos Aires en el año
1922. Cuando tenía treinta y tres años escribió su primera novela
titulada Rosaura a las diez, con la cual ganó en 1955 el Premio Literario
Kraft. Fue galardonado con otros muchos premios literarios. También
escribió teatro y periodismo político. Denevi murió en Buenos Aires en
1998.

Crueldad de Cervantes

En el primer párrafo del Quijote dice Cervantes que el hidalgo vivía con un ama, una sobrina y un
mozo de campo y plaza19. A lo largo de toda la novela este mozo espera que Cervantes vuelva a
19
«Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba
a los veinte, y un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la
podadera»
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hablar de él. Pero al cabo de dos partes, ciento veintiséiscapítulos y más de mil páginas la novela
concluye y del mozo de campo y plaza Cervantes no agrega una palabra más.

16.- ¿A qué alude el título del cuento?

Dulcinea del Toboso

Vivía en El Toboso una moza llamada Aldonza Lorenzo, hija de Lorenzo Corchuelo y de Francisca
Nogales. Como hubiese leído novelas de caballería, porque era muy alfabeta, acabó perdiendo la
razón. Se hacía llamar Dulcinea del Toboso, mandaba que en su presencia las gentes se arrodillasen
y le besaran la mano, se creía joven y hermosa pero tenía treinta años y pozos de viruelas en la
cara. Se inventó un galán a quien dio el nombre de don Quijote de la Mancha. Decía que don Quijote
había partido hacia lejanos reinos en busca de lances y aventuras, al modo de Amadís de Gaula y
de Tirante el Blanco, para hacer méritos antes de casarse con ella. Se pasaba todo el día asomada a
la ventana aguardando el regreso de su enamorado. Un hidalgo de los alrededores, un tal Alonso
Quijano, que a pesar de las viruelas estaba prendado de Aldonza, ideó hacerse pasar por don
Quijote. Vistió una vieja armadura, montó en su rocín y salió a los caminos a repetir las hazañas del
imaginario don Quijote. Cuando, confiando en su ardid, fue al Toboso y se presentó delante de
Dulcinea, Aldonza Lorenzo había muerto de tercianas.

17.- ¿Qué recurso escritural se utiliza en este microcuento?

Realismo femenino

Teresa Panza, la mujer de Sancho Panza, estaba convencida de que su marido era un botarate
porque abandonaba hogar y familia para correr locas aventuras en compañía de otro aún más
chiflado que él. Pero cuando a Sancho lo hicieron (en broma, según después se supo) gobernador
de Barataria, Teresa Panza infló el buche y exclamó: ¡Honor al mérito!

18.- ¿Cómo se podría interpretar el enunciado: « ¡Honor al mérito!»?

Epidemia de Dulcineas en el Toboso


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El peligro está en que, más tarde o más temprano, la noticia llegue al Toboso.

Llegará convertida en la fantástica historia de un joven apuesto y rico que, perdidamente enamorado
de una dama tobosina, ha tenido la ocurrencia (para algunos, la locura) de hacerse caballero
andante. Las versiones, orales y disímiles, dirán que don Quijote se ha prendado de la dama sin
haberla visto sino una sola vez y desde lejos. Y que, ignorando cómo se llama, le ha dado el nombre
de Dulcinea. También dirán que en cualquier momento vendrá al Toboso a pedir la mano de
Dulcinea. Entonces las mujeres del Toboso adoptan un aire lánguido, ademanes de princesa,
expresiones soñadoras, posturas hieráticas. Se les da por leer poemas de un romanticismo
exacerbado. Si llaman a la puerta sufren un soponcio. Andan todo el santo día vestidas de lo mejor.
Bordan ajuares infinitos. Algunas aprenden a cantar o a tocar el piano. Y todas, hasta las más feas,
se miran en el espejo y hacen caras. No quieren casarse. Rechazan ventajosas propuestas de
matrimonio. Frunciendo la boca y mirando lejos, le dicen al candidato: “Disculpe, estoy
comprometida con otro”. Si sus padres les preguntan a qué se debe esa actitud, responden: “No
pretenderán que me case con un cualquiera”. Y añaden: “Felizmente no todos los hombres son
iguales”. Cuando alguien narra en su presencia la última aventura de don Quijote, tienen crisis
histéricas de hilaridad o de llanto. Ese día no comen y esa noche no duermen. Pero el tiempo pasa,
don Quijote no aparece y las mujeres del Toboso han empezado a envejecer. Sin embargo, siguen
bordando al extremo de leer el libro de Cervantes y juzgarlo un libelo difamatorio.

¿Con qué cuento infantil se podría establecer una relación intertextual con este microcuentos?
Justifica tu respuesta.

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