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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA


SAN JOAQUÍN DE TURMERO-ARAGUA
ESCUELA DE PSICOLOGÍA

TÉCNICAS APLICADAS.

Fundamentos Teóricos de las Técnicas Terapéuticas

Alumna:
Nayarlhi Villamizar. C.I: 21.342.554
Facilitadora:
Migdalia Vides.

San Cristóbal, septiembre de 2019


Entendida la psicoterapia como procedimiento destinado a aliviar el sufrimiento
humano por medio de recursos psicológicos, y en ese sentido utilizado desde tiempos
pretéritos, su implementación como modalidad terapéutica científica se instaura a partir
de unos cien años a la fecha. Distintos jalones marcan su desarrollo hasta que
Sigmund Freud, con el descubrimiento y construcción del psicoanálisis, abre un camino
definitivo de un modelo de abordaje del padecimiento mental que se diferencia del
paradigma predominante hasta ese momento basado en fenómenos de naturaleza
biológica (con Kraepelin, padre de la psiquiatría moderna, como máximo exponente)
Desde Hipócrates - y otros como Demócrito de Abdera, uno de los primeros en vincular
los pensamientos con el cerebro - hasta el Renacimiento, con antecesores como Vives,
Paracelso y Agripa, es a fines del Siglo XVIII, con Pinel y luego su discípulo Esquirol,
que se comienza a perfilar un tratamiento ("moral") que con el tiempo habrá de
alcanzar su status de psicoterapéutico.

Desde otro campo, son significativos los aportes de Wundt, Pavlov y Watson en lo
que respecta a la psicología experimental. Asimismo, cabe señalar la influencia de las
distintas corrientes filosóficas de las que se nutren las diversas concepciones (cambios
epistemológicos) y modelos que integran el cuerpo de conocimiento de las escuelas
psicológicas, entre las que caben destacar las que surgen a partir del renacimiento
(racionalismo, empirismo), la ilustración, el idealismo alemán, el positivismo, y con
posterioridad distintas tendencias como el evolucionismo, la fenomenología, el
existencialismo, el marxismo, entre otros.

Así, la psicoterapia y diversas técnicas van ocupando un espacio cada vez más
importante en tanto herramienta socialmente útil, transformándose en un recurso
innegable en el campo de la salud mental, no sólo como medio (psicológico) dirigido a
la cura de las patologías mentales, al alivio del sufrimiento sintomatológico o los
cambios comportamentales; su campo de acción asistencial se extiende también en
relación a las enfermedades físicas o en los padecimientos sociales que se vinculan a
perturbaciones psicológicas; en forma combinada con otros tipos de tratamiento, y ya
no limitada estrictamente a la enfermedad, sino como procedimiento útil para promover
el desarrollo, afrontar las crisis vitales y favorecer cambios inherentes al crecimiento
mental y a la afirmación de la salud, es decir en la prevención y promoción de la
misma.

La verdad es que, el desarrollo de las distintas concepciones teóricas, las


investigaciones, el uso de numerosas técnicas, van delineando diversas modalidades
terapéuticas, según se van privilegiando los factores intrapsíquicos, interpersonales o
socio-culturales tanto en la explicación de la génesis como en cuanto a los objetivos
propuestos, que con el correr del tiempo van conformando el vasto campo de las
psicoterapias, que si bien se conforman a en un gradual desarrollo histórico, es a partir
de este siglo que cobran un ímpetu que lejos está de detenerse.

En las últimas décadas dos factores de primordial importancia produjeron un


profundo impacto no sólo en la concepción sino en la búsqueda de respuestas
adecuadas respecto al tratamiento de los trastornos mentales. Por un lado, el
desarrollo de las neurociencias y su incidencia en la investigación y producción de
drogas psicotrópicas, con la aparición de medicamentos con mayor eficacia que se
desarrollan constantemente con consecuencias e implicancias en la clínica que impone
readecuaciones y cambios continuos. Por el otro, la globalización que atraviesa a la
humanidad en su conjunto, con sus modificaciones tecnológicas, económicas, políticas,
sociales y culturales, que genera nuevas formas de demanda y atención producto de
dichas transformaciones y donde cabe destacar:

1) Un crecimiento de los trastornos y una mayor complejidad de los mismos;

2) La necesidad de respuestas inmediatas y eficaces, vinculado a su vez a:

3) La ausencia de políticas de salud desde el ámbito público, que delega las mismas en
el ámbito privado, por lo que se plantea el objetivo de:

4) La búsqueda de disminución de los costos en los recursos, sin que los mismos
produzcan un detrimento de la calidad de las prestaciones.

Desde el punto de vista de los enfoques desarrollados, basados en distintos


paradigmas, es decir el tipo de proceso considerado dominante en la generación de
patologías, se destacan los modelos: psicodinámicos, conductistas, humanístico-
existenciales, interaccionales, cognitivo-conductuales, entre otros.

Ahora bien, las terapias cognitivas, si bien han cobrado un desarrollo notable a partir
de la década del 80, se constituyen a partir del paradigma conductista o
comportamental, basado en un cuerpo de conocimientos empíricos y teóricos que
resultan de la aplicación del método experimental en psicología y ciencias afines, a
partir del cual se despliegan distintas escuelas entre las que se destacan la
neurofisiológica rusa, la behaviorista y la cognitivista. En términos generales la terapia
cognitiva prioriza la instrumentación de las cogniciones (lenguaje y pensamiento) como
intermediación entre el individuo y el medio, de las cuales dependen las motivaciones
(y emociones) y organizan los modos de acción. De modo tal que la modificación de los
esquemas y estructuras cognitivas (modo de percibir, recolectar, procesar y recuperar
la información) favorece una manera distinta de reorganizar y construir la realidad, con
cambios en el modo de conceptualizarla, representarla y significarla.

Desde el punto de vista técnico, es de duración limitada, de características


directivas (el terapeuta desempeña un rol activo) y estructuradas (se proponen y
ensayan técnicas cognoscitivas y conductuales, se planifican tareas y se revalúan las
experiencias); se basa en el consentimiento informado (en pos de la colaboración del
paciente) " procurando identificar los pensamientos disfuncionales, su correlación con
las emociones y conductas, y modificar las creencias nucleares (cuestionamiento de su
razonabilidad) a fin de lograr la reestructuración de las mismas". A tal fin en las
intervenciones se identifican distintos niveles tales como: la resignificación (a partir de
la refocalización y la reorientación), la reclasificación y la reestructuración cognitiva, los
cuales no operan aisladamente dado el carácter realimentador y anticipador del modo
de procesar.

El enfoque sistémico surge en Estados Unidos a comienzos de la década del 50 a


partir de las investigaciones de Bateson, Jackson, Haley y Weakland y la teoría del
"doble vínculo" basada en los tipos lógicos de Russell. Posteriormente otros
investigadores toman conceptos del modelo cibernético (Waszlawick y Fisch entre
otros, que conforman la Escuela de Palo Alto) y de la teoría general de los sistemas de
Von Bertalanfly. Básicamente centra su acción en las interacciones de los miembros
que pertenecen a un sistema y por ende en los comportamientos y actitudes que se
generan dentro del mismo.

La intervención terapéutica consiste en obtener una formulación clara de los


problemas (no la causa, sino el "como pasa" y "sigue pasando") a través de los
referentes comportamentales, acordando la modificación de los mismos. Partiendo de
la idea de la relatividad de todo conocimiento o interpretación de la realidad, no se
busca la verdad sino la eficacia, esto es, la utilización de los recursos necesarios
(distintos niveles y formas de comunicación) para resolver el o los problemas.

Uno de los conceptos centrales en que se basa este enfoque es el de "causalidad


circular", es decir la interrelación e influencia recíproca entre los miembros en el circuito
de comportamiento, el cual se intenta modificar en algún punto del mismo a los fines de
incidir en la retroalimentación interpersonal. Entre otros tipos de intervención se puede
mencionar: la reformulación, las sugerencias y las intervenciones paradójicas, la puesta
en acto, y la prescripción de tareas y rituales. También es de duración limitada y opera
en el aquí y ahora.

De los modelos tradicionales han surgido un conjunto altamente diversificado de


modalidades terapéuticas (actualmente aproximadamente 500) entre las que
predominan fundamentalmente el psicoanálisis y sus derivados, las terapias cognitivas
y el enfoque sistémico, acrecentándose el intento de lograr una integración entre las
mismas a partir de sus puntos comunes, sus diferencias y una evaluación seria y
científica de los resultados obtenidos, esto es su grado de efectividad, eficacia y
eficiencia.

En definitiva, las confrontaciones entre distintas técnicas terapéuticas ha tenido


como sus ejes más importantes: la integración teórica, los factores comunes y el
eclecticismo técnico, predominando la búsqueda de compatibilización entre los
modelos psicodinámicos y comportamentales (psicoanálisis y cognitivismo), aunque
también hay experiencias que vincularon a otros marcos referenciales.
El movimiento integrativo en las técnicas terapéuticas tiene por objetivo no la
yuxtaposición de distintos enfoques (eclecticismo teórico y técnico que consiste en " la
búsqueda de una reorganización conceptual de distintos elementos teóricos y el uso de
recursos diversos que han probado su utilidad empírica ") sino en la construcción de
conceptos teóricos y clínicos que implique un nivel distinto (no totalizador, sino abierto)
que partiendo de la diversidad permita una articulación de mayor complejidad, es decir
superadora de los distintos aportes de los que se nutre. No se trata de sumar teorías y
técnicas, sino precisamente, de integrarlas, respetando las peculiaridades y a la
búsqueda de la complementariedad, teniendo en cuenta la confluencia de los factores
comunes y los condicionantes objetivos y subjetivos.

Los rasgos que caracterizan o definen y son comunes a toda psicoterapia están
dados por:

a) La relación paciente-psicólogo, basada en la confianza del primero y la competencia


del segundo

b) El método, dirigido a la psiquis por vía de la comunicación y su instrumento, la


palabra (o más precisamente el lenguaje, verbal y preverbal)

c) El objetivo, de cura (concepto que varía según el marco referencial teórico que se
sustente)

d) Una teoría, que explique la técnica y la haga comunicable.

Esto implica que existen distintos tipos de técnicas terapéuticas según los criterios
que se tengan en cuenta sea: el número de personas intervinientes (individuales,
vinculares, grupales); su extensión (breves, intermedias, prolongadas); sea el tipo de
recursos empleados (verbales, corporales, con elementos auxiliares, entre otros).

Por consiguiente, las técnicas terapéuticas son intervenciones realizadas por un


psicólogo, las cuales se basan en técnicas y teorías, enmarcadas en un contexto
clínico y seleccionadas de forma cuidadosa para propiciar un abordaje oportuno y
eficaz al paciente. Algunas de las más usadas son las que están asociadas con la
corriente conductista y cognitivo-conductual. Además, los numerosos estudios e
investigaciones (Frank, Wallerstein, Goldstein) permitieron algunas conclusiones de
suma importancia en este sentido tales como:

- La constatación cierta de la efectividad de las técnicas terapéuticas respecto a la


remisión espontánea de los síntomas.

- La durabilidad de sus efectos.

- La imposibilidad de establecer diferencias significativas entre los distintos


procedimientos (no hay superioridad de una técnica sobre otra).

- La importancia de la formación y entrenamiento del psicólogo, independientemente de


la teoría o técnica a la que adscriba.

- Las características personales del mismo y calidad de su relación con el paciente


como factor de éxito del tratamiento.

- La confianza y credibilidad del paciente en beneficio del proceso terapéutico.

- La constatación de que la mayoría de los psicólogos recurren a combinaciones de


técnicas y recursos distintos de los modelos en los que dicen basarse desde el punto
de vista teórico, entre otras.

Así pues, el tratamiento terapéutico abarca la parte cognitiva, la emocional y la


corporal (el organismo en su totalidad), y también la espiritual, con un enfoque holístico
que pone énfasis en ese testigo que siempre nos acompaña (la conciencia), que lo ve
todo desde un punto cero, un espacio de neutralidad en el que todo fluye y cambia
constantemente y desde el que podemos observarnos y mirar nuestra realidad más
objetivamente, sin identificarnos con ella.
REFERENCIAS

Fernández Alvarez, Héctor. Fundamentos de un modelo integrativo en psicoterapia,


Paidós, 1992.

Kaplan, H.- Sadock, B. Tratado de Psiquiatría, 6º Edición. Editorial Inter-Médica, 1997.

Keegan, Eduardo. Trastornos de ansiedad: la perspectiva cognitiva. Revista Vertex,


volumen IX, Nº 33. Ed. Polemos, 1998.

Vidal, Bleichmar, Usandivaras, Enciclopedia de Psiquiatría. El Ateneo Editorial, 1977.

Vidal, Alarcón, Lolas. Enciclopedia Iberoamericana de Psiquiatría. Editorial Médica


Panamericana, 1995.

Safran, J.-Segal, Z. El proceso interpersonal en la terapia cognitiva. Ed. Paidós, 1994

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