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Ciclo : V
TARAPOTO – PERU
2018
INDICE
GLOSARIO:................................................................................................................. 2
RESUMEN: ................................................................................................................. 4
FIN DEL PODER ARBITRAL DE LAS FUERZAS ARMADAS Y PASO A UNA
VISIÓN MULTIDIMENSIONAL DE LA SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL. ......... 5
CAPITULO I PODER ARBITRAL DE LAS FUERZAS ARMADAS .............................. 5
1.1 ANTESEDENTES DE LA SEGURIDAD Y LA DEFENSA NACIONAL EN LAS
CONSTITUCIONES DEL PERÚ. ............................................................................. 5
1.2 ORIGEN DEL PODER ARBITRAL DE LAS FUERZAS ARMADA. .................. 6
1.2.1 La Misión de las Fuerzas Armadas: ......................................................... 9
1.3 EL FIN DE LA TUTELA MILITAR. ................................................................. 10
1.4. LOS CAMPOS NO MILITARES DE LA SEGURIDAD Y DEFENSA
NACIONAL EN MANOS DE MILITARES. ............................................................. 11
CAPITULO II: SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL .............................................. 12
2.1 DE LA SEGURIDAD MILITAR DEL ESTADO Y LA CONFORMACIÓN DEL
SISTEMA DE SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL. ........................................ 12
2.2 ROL DE LOS CIVILES Y EL SISTEMA UNIVERSITARIO EN LA SEGURIDAD
Y DEFENSA NACIONAL. ...................................................................................... 14
2.3.- ROL DE LOS MILITARES. ............................................................................ 15
CAPITULO III: VISION MULTIDIMENCIONAL .......................................................... 16
3.1 DE UNA VISIÓN MILITAR A UNA VISIÓN MULTIDIMENSIONAL DE
LA SEGURIDAD. ................................................................................................... 16
CONCLUCIONES: .................................................................................................... 18
PREGUNTAS ANALITICAS: ..................................................................................... 19
BIBLIOGRAFIA: ........................................................................................................ 20
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GLOSARIO:
Democracia.- Es una forma de organización social que atribuye a titularidad del poder
al conjunto de la ciudadanía. En sentido estricto, la democracia es una forma de
organización del estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el
pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren
legitimidad a sus representantes.
De Facto.- es una locución latina que significa, literalmente, de hecho .Como tal, se
refiere a toda aquella situación que se ha producido por la fuerza de los hechos, es
decir, sin ajustarse la normativa jurídica vigente.
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Golpes de estado.- Es la toma de poder político de un modo repentino y violento, por
parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un
estado.
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RESUMEN:
A medida que iba pasando el tiempo y con ellos sus gobernantes es decir en estos
últimos 10 años era notorio el carácter militar y la asignación a las fuerzas armadas
de un poder arbitral que convirtió a esta institución en una corporación que llegado el
caso asumía roles políticos y cuestionaba y descalificaba la gestión de los
partidos políticos, es decir las fuerzas armadas tenían impacto en la gestión del país.
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FIN DEL PODER ARBITRAL DE LAS FUERZAS ARMADAS Y PASO A UNA
VISIÓN MULTIDIMENSIONAL DE LA SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL.
Desde el siglo XIX en que nacen a la vida republicana los nuevos Estados de
Latinoamérica, sus clases dirigentes trataron de reproducir las instituciones
republicanas europeas que reemplazarían a las que durante trescientos años había
edificado y consolidado la monarquía española. De esta manera surgieron los
primeros instrumentos jurídico-políticos que se conocen como Constituciones; estos
mecanismos reguladores de la conducta de las personas, los grupos y las
instituciones se fueron implementando y perfeccionando en el tiempo en toda la región
Latinoamericana.
También durante este lapso republicano, el Perú tuvo que hacer frente a
sublevaciones en el interior del territorio conducidas por caudillos civiles y militares, y
a partir de 1962 continuando con el poder arbitral que ejercían los caudillos militares
del siglo XIX, las Fuerzas Armadas protagonizan golpes de Estado de carácter
institucional, actuando como una corporación que argumenta defender la
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democracia frente al supuesto fraude electoral de 1962. En 1968 vuelve a interrumpir
la democracia con un proyecto político propio que condujo durante doce años, y
finalmente en la década de 1990 la institución militar respaldará a un gobierno civil de
naturaleza autoritaria.
En las diez primeras Constituciones que corresponden a los años: 1823, 1826, 1828,
1834,1839, 1856, 1860, 1867, 1920 y 1933 era notorio el carácter militar y la
asignación a las fuerzas armadas de un poder arbitral que convirtió a esta institución
en una corporación que llegado el caso asumía roles políticos y cuestionaba y
descalificaba la gestión de los partidos políticos. La Constitución de 1933 en su art.
213 es la que mejor expresaba ese poder arbitral de las fuerzas armadas al señalar
que: “La finalidad de la fuerza armada es asegurar los derechos de la República, el
cumplimiento de la Constitución y de las leyes y la conservación del orden público”.
Es importante hacer notar que esta responsabilidad asignada a la fuerza armada
constituye una actividad eminentemente política que va más allá de la responsabilidad
técnica de la seguridad militar. De hecho las Constituciones convirtieron a la fuerza
armada en el garante del sistema político nacional. Ello facilitó que durante el siglo
XIX y gran parte del XX, los golpes de Estado dejaran de lado la actividad de los
partidos y asociaciones políticas; estos actos de facto en unos casos fueron
conducidos por caudillos.
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Militares y en otros como el de 1962 y 1968 se definieron como golpes de Estado
institucionales comprometiendo a toda la corporación militar. En estos casos, la fuerza
armada desplazó a los partidos políticos constituyéndose en una alternativa política
que planteó un modelo propio de solución de los problemas nacionales de desarrollo
y seguridad.
Cabe destacar que el contenido del artículo 213 de la Constitución de 1933 tuvo una
vigencia de 46 años sin considerar que la figura del tutelaje y el poder arbitral se
definieron desde la Constitución de 1823. Este poder arbitral de las Fuerzas Armadas
sobre la sociedad y los partidos políticos, aparentemente concluyó con la Constitución
de 1979 y se ratificó en la Constitución vigente de 1993. Sin embargo, este tutelaje de
las Fuerzas Armadas se eliminó sólo formalmente en los textos constitucionales
porque el poder político de las Fuerzas Armadas se mantuvo intacto hasta su colapso
durante la crisis política del año 2000. En todo este tiempo en el que el poder arbitral
de las Fuerzas Armadas se hizo evidente en los hechos, específicamente en los
últimos tramos del siglo XX, la institución militar logró imponer un lenguaje que se
acostumbró repetir sin el menor análisis al considerársele como “la reserva moral” y
la “institución tutelar de la Patria”. Los notorios actos de corrupción descubiertos el
año 2000 así como los que continuaron y comprometieron a las diversas instituciones
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militares y policiales, han determinado que se cuestione que sigan siendo la reserva
moral del país. En todo caso, la reserva moral existe en cada grupo humano y son
estos grupos los que son vigilantes de la moralidad pública nacional y donde las
investigaciones sociales de todo tipo y el periodismo, han jugado un rol esclarecedor
y fiscalizador. Como un dato adicional hay que considerar que durante la segunda
mitad del siglo XX se acumularon 28 años de gobiernos autoritarios frente a 24 años
de democracia.
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1.2.1 La Misión de las Fuerzas Armadas:
En esta se evidencia una falta de precisión y delimitación entre la misión del Ministerio
de Defensa y la misión constitucional de las fuerzas armadas, ya que la misión citada
en el informe de la Comisión de Reestructuración de las Fuerzas Armadas no delimita,
ni diferencia entre las misiones de ambas organizaciones como entes totalmente
diferentes, que no hacen más que reafirmar que la verdadera misión no es la que está
en el papel de ahí la importancia del cambio de la cultura organizacional, sino por el
contrario tal como sucedió en reiteradas veces en el Perú, la verdadera misión está
detrás de la misión constitucional, como es el caso del “Plan Inca” del gobierno militar
de Juan Velasco y el “Plan Verde” elaborado por los militares durante el gobierno de
Alan García y plasmando durante el gobierno de Alberto Fujimori.
En tal sentido, la misión de las fuerzas armadas, debe estar en función a la seguridad
humana, aunque esta premisa muchas veces atente contra el concepto de soberanía,
ya que el fin supremo de un estado democrático es el bien común y consecuentemente
el respeto a los derechos humanos de sus ciudadanos; la misma que debe implicar el
uso eficiente de los recursos de defensa, la cual significaría un buen uso de los
recursos humanos y del apoyo logístico de los militares en lugares en donde en la
mayoría de veces el Estado no llega. Por tanto, por la premisa citada, por el cambio
de percepción de las amenazas como “nuevas” y por la defensa de los intereses
nacionales del país, es preciso orientar las misiones de las fuerzas armadas en:
e. En el orden interno.
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1.3 EL FIN DE LA TUTELA MILITAR.
Este sobre dimensionamiento de sus facultades militares les otorgó un poder arbitral
que rebasó su función técnico-profesional. Por ejemplo, en el mensaje a la Nación del
General Velasco con motivo de la toma de la Brea y Pariñas el 9 de octubre de 1968
en una parte del discurso afirmaba: “El Gobierno Revolucionario después de declarar
la nulidad de la indigna “Acta de Talara” y del lesivo contrato celebrado por el régimen
que la Fuerza Armada ha depuesto, en cumplimiento de la misión de cautelar los
derechos de la 1 República que le impone el artículo 213 de la Constitución del Estado
Cabe señalar que este poder arbitral hoy es responsabilidad del Tribunal
Constitucional en cuestiones constitucionales y lo que se ha dado en denominar
estado de derecho, mas no en cuestiones de orden político o social. La eliminación
real del tutelaje militar en el Perú llegó a su fin con la crisis política del año2000,
cuando los altos mandos de las fuerzas armadas que apoyaron al gobierno autoritario
desde el autogolpe del año 1992 al 2000 fueron encarcelados por flagrantes actos de
corrupción. A partir de ese momento histórico se ha iniciado un esfuerzo político por
establecer controles democráticos a las Fuerzas Armadas y a los aparatos de
Inteligencia del Estado Para ello se ha tomado en cuenta las recomendaciones que
definió la Comisión de Reestructuración Integral de las Fuerzas Armadas el año 2002.
En la actualidad las Fuerzas Armadas, políticamente hablando, ya no son aquel factor
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de poder que históricamente actuaba con autonomía ni tienen la presencia ni la fuerza
moral para sacar los tanques y amedrentar a los congresistas como se hizo en la
época del general Nicolás Hermosa, ni la posibilidad de ejercer presión política como
pretendió el general de la fuerza aérea Abrahán Caballerino cuando en una muestra
de su desacuerdo frente a la creación del Ministerio de Defensa en el primer gobierno
del presidente Alan García, ordenó un pase rasante de los aviones por Palacio de
Gobierno; cabe señalar que la creación del Ministerio de Defensa se hizo a partir de
la fusión de los ministerios de guerra, de marina y de aviación, lo que determinó una
pérdida política significativa de las tres fuerzas en el Consejo de Ministros y en el
manejo presupuestal. Si bien hoy el país reconoce la importancia de las Fuerzas
Armadas, sus últimas intervenciones políticas le han pasado la factura del descrédito,
y por consiguiente, ahora están más abocados a sus roles técnico-profesionales para
garantizar la seguridad militar del país.
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ejército, la marina, la fuerza aérea y la policía en retiro para que elaboraran propuestas
político partidarias sobre estos asuntos. Otro hecho significativo que demuestra la
seria desconfianza de los militares frente a los civiles, se pudo observar durante
la vigencia de la Secretaría de Defensa Nacional. Este órgano técnico del Estado tenía
como responsabilidad legal encargarse del Planeamiento Estratégico de la Defensa
Nacional en los campos no militares, vale decir de los campos político, económico y
sicosocial. Sin embargo en sus veintiséis años de vigencia que comprendió entre 1975
y el año 2001 todos los Secretarios de Defensa fueron almirantes de la marina de
guerra y generales del ejército o la aviación; incluso nunca ni por asomo el segundo
del titular fue encargado a un profesional de las ciencias sociales o las ingenierías .
Resultó una primavera que entre el 2004 y el 2005 tres civiles asumieran la conducción
de la Dirección General de Política y Estrategia del Ministerio de Defensa, porque
después se retornó a la gestión militar.
Admite que la Defensa Nacional es permanente e integral. Y añade que toda persona
natural o jurídica está obligada a participar en ella (art. 270).·Establece que la
dirección, preparación y ejercicio de la Defensa Nacional se realiza a través de un
sistema. Y especifica que el Presidente de la República es el Jefe Supremo de las
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Fuerzas Armadas y Policía Nacional, y además dirige el Sistema de Defensa Nacional.
Precisa así mismo que las fuerzas armadas y fuerzas policiales participan en el
desarrollo económico y social del país, y en la defensa civil. La Constitución de 1979
por primera vez, señala a su vez, que la Defensa Nacional no es de exclusiva
responsabilidad de los militares sino que toda persona natural o jurídica está en la
obligación de involucrarse y participar en toda su problemática y solución. La
Constitución de1979, normativamente cuando menos, señalaba que la Defensa
Nacional ya no seguiría siendo un campo privativo y exclusivo de los militares. Para
complementar esta voluntad el mismo año se aprobó el Decreto Ley 22653 titulado
Ley del Sistema de Defensa Nacional, lo que significó:·La institucionalización del
Sistema de Defensa Nacional. La delimitación en cuatro campos en el que se
desarrolla la Defensa Nacional: político, económico, sicosocial y militar. Integra y
racionaliza el funcionamiento de los diferentes organismos del Estado, y ·Orienta la
participación de la población en la Defensa Nacional. En 1993 el gobierno autoritario
del presidente Alberto Fujimori convoca a otra Asamblea Constituyente, la misma que
aprueba la Constitución actualmente vigente. Este instrumento jurídico-normativo
ratificó y concentró en tres artículos los aspectos referidos a la Defensa Nacional
dados en 1979:
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2.2 ROL DE LOS CIVILES Y EL SISTEMA UNIVERSITARIO EN LA SEGURIDAD
Y DEFENSA NACIONAL.
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su politización institucional, es decir, permitir que ellas puedan servir objetivamente al
cumplimiento de los fines que la Constitución les asigna, al margen de los intereses
particulares de los gobiernos de turno o los suyos propios, sean estos corporativos o
privados.” Lo que coincide plenamente con lo que se viene sosteniendo en este
capítulo. Cuando las Fuerzas Armadas asumieron roles políticos de modo directo,
ejecutando golpes de Estado, o apoyando institucionalmente a gobiernos
civiles autoritarios, simplemente distorsionaron sus funciones y generaron el
debilitamiento de la institución militar y de modo expreso afectaron la seguridad del
país. Los problemas complejos de la seguridad militar y las estrategias requieren una
alta especialización sobre todo cuando se trata de armas modernas sofisticadas. Es
importante destacar que el artículo 169º de la Constitución establece el carácter no
deliberante de la Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, lo cual significa, como
bien lo ha señalado el Tribunal Constitucional en la misma sentencia, que ambas
instituciones están sometidas al “poder constitucional”, que no es lo mismo que “poder
civil”, esta expresión, aunque suele confundirse, no es utilizada por nuestra Carta
Magna. Esto significa que cualquier decisión del poder constitucional, representado
por las autoridades civiles legítimamente elegidas, no requiere de su opinión,
pronunciamiento o aprobación de las Fuerzas Armadas. Lo anterior no les impide
hacer llegar al Presidente de la República sus opiniones sobre determinados
problemas nacionales, pero “cuando así se les requiere”, además, éstas no obligan ni
vinculan al mandatario o al Gobierno.
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recogida tanto en la Declaración de Bridgetown (2002) y en la Conferencia Especial
sobre Seguridad en México (2003) que daba paso a reconocer que la seguridad ya no
podía seguir viéndose únicamente con un alcance militar sino que había que admitir
que los nuevos acontecimientos ligados a la seguridad que se empezaron a manifestar
en gran parte del mundo después del fin de la guerra fría, tenían orígenes en campos
que antes eran soslayados, vale decir el campo político, social, económico y
medioambiental, porque sólo primaba el criterio militar. Por otro lado, la discusión
académica y política que se suscitó entre 1990 y el año 2000 en América Latina,
cuestionándola operatividad del Tratado Interamericano de Asistencia Pacífica, las
dificultades de la OEA para contribuir en la solución de los problemas de seguridad de
la región y los resultados de la guerra de las Malvinas, así como los conflictos de
Centroamérica, permitieron establecer que la visión militar no era suficiente sino que
había que admitir que estaban surgiendo conflictos, riesgos y amenazas que tenían
un origen social y que luego devenían en problemas de seguridad que no se limitaban
o concentraban en el propio país sino que se podían internacionalizar afectando a
otros países y regiones. Este hecho ponía en evidencia el carácter multidimensional
de los temas de seguridad y que la relación entre los Estados sobre estos asuntos no
podía seguir siendo competitiva sino cooperativa. Otro aspecto destacable del
carácter multidimensional de la seguridad es la existencia de una estrecha relación
entre desarrollo y seguridad; ambos aspectos en el pasado eran tomados como
campos diferentes y no relacionados, los hechos contemporáneos indican la
existencia de una relación estrecha entre ambos campos y que el cambio en una
afecta necesariamente al otro y viceversa.
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CONCLUCIONES:
Concluimos que la seguridad y defensa nacional con la mano de las fuerzas armadas
son indispensables para el orden, protección, apoyo para los ciudadanos del Perú ya
que antes solo se tenía en cuenta la seguridad territorial pero en la actualidad se debe
velar y promover la seguridad de la población. Las fuerzas armadas son solo el ente
para que cualquier incidente de mayor rango que no se podría controlar saldrán para
brindar apoyo, salvaguardar y traer orden al país, además de contribuir a la
consolidación de la paz, al desarrollo integral y a la justicia social, basada en los
valores democráticos y en el respeto a los derechos humanos.
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PREGUNTAS ANALITICAS:
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BIBLIOGRAFIA:
Jaime Raúl Castro Contreras .Fin del poder arbitral de las fuerzas armadas y
establecimientos de controles democráticos. 2010
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