En el actual proceso, las transformaciones económicas, sociales, política, culturales
y demás, generadas por la globalización han comenzado a modificar los parámetros de la sociedad, los efectos que este fenómeno mundial ha causado en el derecho laboral colombiano, la manera como este país ha gestado su inclusión en el mercado global, sus estrategias jurídicas para hacerlo, dentro de la cual se resalta la flexibilización laboral, todo para no quedar relegado del comercio internacional.
En un país como el nuestro, se hace necesaria la flexibilización laboral, en los
términos de reformas a las estructuras de los empleos, de cambios tecnológicos necesarios, que nos orienten a una nueva cultura de trabajo y de producción, para actuar creativamente dentro del mercado global sin desconocer obviamente los principios fundamentales del derecho laboral. Ante el impacto de la globalización los sindicatos deben participar en la internacionalización y regionalización de los movimientos sindicales, a fin de que actúen inteligentemente dentro del ámbito de los convenios que firma la OIT llegando a políticas concertadas, conjuntamente con los gobiernos y los empleadores. Es importante observar las transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales como interés en el proceso de globalización, además de significar un cambio en la naturaleza de las relaciones entre los Estados con los demás actores del sistema internacional, por lo que se ha dado un cambio en la estructura y la organización de los sindicatos como agentes políticos y sociales representantes de intereses colectivos. Las nuevas normas sobre los diferentes modelos de las empresas han limitado su actuar al dividir las grandes en pequeñas empresas, trayendo consigo la diversificación en los intereses de los trabajadores como respuesta a la fragmentación de la estructura productiva y la externalización.
En los últimos años se ha dado un constante inclinación en la afiliación sindical,
acompañado de una pérdida en el poder sindical, como consecuencia de la disminución en los alcances de la negociación colectiva y del papel político de los sindicatos como actores políticos generadores de políticas y de reformas en el mercado laboral y en los sistemas de bienestar para la clase obrera. Esto se ve reflejado en la ausencia en el país de representantes de los trabajadores y organizaciones sociales en los organismos centrales de toma de decisión en materia de política económica y social. Los sindicatos como formas de democracia no pueden hacer a un lado su rol político como negociadores de políticas sociales y económicas en representación de los intereses de los trabajadores. Reforzar su papel en la sociedad implica mayor equidad y legitimación del poder estatal en la toma de decisiones que afecten la actividad laboral en general. Desde la perspectiva económica actual se considera al sindicato como un agente económico con capacidad de negociar con las empresas los salarios y el nivel de empleo de manera simultánea. Es decir, a través de modelos de negociación eficiente, conformados por combinaciones de salario y nivel de empleo que mejoren la situación de ambas partes al final de la negociación. De tal manera que permita la posibilidad de que los aumentos salariales vayan acompañados de aumentos en el nivel de empleo. En este sentido, se pueden concebir los sindicatos como una organización que puede servir para disminuir los costes de transacción y las fricciones dentro del sistema productivo. Pues estos, no solo llevan a cabo huelgas sino que también sirven para canalizar la expresión de los trabajadores y para resolver con rapidez los conflictos cotidianos.