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CONFLICTOS POR LA TIERRA EN OAXACA

DE LAS REFORMAS BORBÓNICAS A LA REFORMA AGRARIA


Dr. Martín Sánchez Rodríguez
Presidente de El Colegio de Michoacán, A. C.

Líe. Eduardo Martínez Helmes


Rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca

lng. Porfirio Soriano Morales


Director General del Consejo Oaxaqueño de Ciencia y Tecnología

Este libro se realizó con recursos del Fondo Mixto Conacyt - Gobierno del Estado
de Oaxaca en el marco del proyecto M0036-2009-C02-144258.
FOMIX Conacyt - Gobierno del Estado de Oaxaca
El Colegio de Michoacán, A. C.
Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca

Gobierno
del Estado
deOaxaca


Oaxaca de todos
un gobierno p8l1l tocto.
CONFLICTOS POR LA TIERRA EN OAXACA
DE LAS REFORMAS BORBÓNICAS A LA REFORMA AGRARIA

Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell


Carlos Sánchez Silva
Editores

6) . .

El Colegio de Michoacán
1
Universidad Autónoma
Benito Juárez de Oaxaca
972.74 Conflictos por la tierra en Oaxaca: De las reformas borbónicas a la reforma agraria 1 Luis
CON Alberto Arrioja Díaz Viruell, Carlos Sánchez Silva, editores. -- Zamora, Mich.: El
Colegio de Michoacán : Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca, 2012.
264 p.; 23 cm . -- (Colección Debates)

ISBN 978-607-7764-99-1

1.0axaca- Historia
2.Reforma Agraria- Oaxaca- Historia- Siglo XVIII- Siglo XX
}.Problemas Agrarios- Oaxaca- Historia- Siglo XVIII- Siglo XX
4.Conflicto Social- Oaxaca

l. Arrioja Díaz Viruell, Luis Alberto, ed.


II.Sánchez Silva, Carlos, ed.

Imagen de portada: "Campesinos de Oaxaca" (s/f), Fototeca de la Fundación Cultural Bustamante


Vasconcelos.

© D.R. El Colegio de Michoacán, A. C., 2012 © D.R. Universidad Autónoma "Benito Juárez"
Centro Público de Investigación de Oaxaca, 2012
Conacyt Av. Universidad s/n
Martínez de Navarrete 505 Edificio de la Rectoría
Las Fuentes Ciudad Universitaria
59699 Zamora, Michoacán Ex Hacienda "Cinco Señores"
publica@colmich.edu.mx 68120 Oaxaca de Juárez, Oaxaca

Impreso y hecho en México


Printed and made in México

ISBN 978-607-7764-99-1
ÍNDICE

Introducción 9

Abreviaturas 18

PRIMERA PARTE
l. Pueblos, reformas y contrariedades agrarias: Oaxaca, 1742-1857
Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell y Carlos Sánchez Silva 21

11. Conflictos agrarios de mestizos y afrodescendientes en


Oaxaca antes de la independencia
Luis J García Ruiz 43

111. Conflicto de tierras e insurgencia entre los mixes: San Juan Jaltepec
de Candoyoc contra San Pedro Acatlán, 1790-1819
Huemac Escalona Lüttig 73

IV. Indios y afromestizos ante el problema agrario. La región de los


petapas: siglos XVIII y XIX
Laura Machuca Gallegos 113

SEGUNDA PARTE
V. Entre el porfiriato y la revolución: el campesino y sus circunstancias
en Oaxaca. Un panorama
Anselmo Arellanes Meixueiro 139
VI. La reforma agraria en Huajuapan y las sociedades agrícolas
mercantiles: el caso de Santiago Chazumba
Margarita Menegus Bornemann
y Yair Gerardo Hernández Vida/ 167

VII. Conflictos por tierras y pesquisas documentales en el valle


de Oaxaca, 1912
Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell 185

VIII. Agua y conflictos agrarios en los Valles Centrales de Oaxaca:


las disputas por el río San Juan en el distrito de Etla, 1905-1927
Juan Hugo Sánchez García 215

Bibliografía general 243

Sobre los autores 263


INTRODUCCIÓN

Entre los estudiosos de la realidad oaxaqueña es sabido que la información


periodística que circula -día a día- acerca de los conflictos agrarios guarda
poca relación con la realidad. No es para menos. Las miles de páginas que
se escriben tienen como objeto justificar la existencia de una agenda donde
el gobierno -por un lado- y las organizaciones campesinas -por el otro-
debaten por la resolución de la denominada cuestión agraria. Dado esto, no
es casualidad que numerosos medios propaguen la imagen de una entidad
donde el conflicto por la tierra no sólo es permanente sino irresoluble. A decir
de las autoridades, esta situación tiene sus orígenes en la ineficiencia de los
tribunales, la carencia de núcleos agrarios certificados y la inoperancia de los
programas federales de regulación territorial. Desde las organizaciones cam-
pesinas, estas luchas se explican por las ambigüedades de la legislación -en
especial las reformas al Artículo 27 constitucional en 1992 y los contenidos de
la Ley Agraria de 1993-, el acaparamiento de tierras comunales a manos de
particulares, la complejidad de las relaciones sociales y la subordinación de los
pueblos a una economía mercantil que los mantiene en la pobreza.
Debemos advertir que esta visión de una Oaxaca conflictiva y rezagada
en materia agraria no resulta extraña desde la cultura política estatal. En este
orden, el gobierno no ha perdido la oportunidad de presentarse como la ins-
tancia que resolverá las inoperancias externas y las contradicciones internas; las
organizaciones campesinas, por su parte, aprovechan esta situación para pro-
moverse como portavoces de los pueblos y pugnar por la restitución de "tierras
ricas en recursos" y el reconocimiento constitucional de las prácticas nativas
que regulan el acceso a la tierra. Sea como fuere, lo cierto es que dichas posturas
solamente opacan y distorsionan la percepción de los conflictos. Un análisis
más atento de esta cultura política, por ejemplo, permite comprender que el

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CoNFLICTos POR LA TIERRA EN ÜAXACA

discurso donde los pueblos se presentan como asentamientos que -histórica-


mente- han padecido el despojo de "tierras ricas en recursos", dista mucho de la
realidad. Basta decir que, hoy en día, la mayoría de los municipios oaxaqueños
destina el grueso de sus terrenos a la agricultura y, en especial, a la produc-
ción de granos básicos; productos que se obtienen, casi en 90%, en terrenos de
temporal, pues tan sólo 10% de la superficie agrícola estatal dispone de infraes-
tructura de riego. 1 Lo anterior proporciona una idea del tipo de productividad
y "riquezas agrarias" que tienen los municipios, los pueblos y las rancherías
de la entidad. En cuanto a los recursos ganaderos, se sabe que las localidades
orientadas a dicha actividad no sólo se caracterizan por su escaso contingente
de población campesina, sino por ubicarse fuera de los principales núcleos de
conflicto por la tierra. Algo muy semejante ocurre con los terrenos donde suelen
existir yacimientos de metales preciosos e industriales. Ahora bien, reconocer
constitucionalmente las formas nativas que regulan el control y el usufructo de
la tierra implica darle credibilidad a una postura -alentada por organizaciones
neozapatistas- que vislumbra en este hecho una forma para que los pueblos se
conduzcan por el "camino de la libertad, la democracia, el progreso y la igual-
dad agraria''. Sin embargo, creo que esta postura no sólo parece exagerada sino
incorrecta, pues implica creer que los usos y costumbres son muy próximos al
igualitarismo, la justicia y la democracia; asimismo, implica desconocer que
dichas prácticas han generado -históricamente- diferencias, injusticias, impo-
siciones y conflictos en los pueblos.
Lo que más llama la atención es que tanto las organizaciones como el
gobierno estatal no quieran percatarse de estos hechos y no toman en cuenta
que de los 73 conflictos agrarios que actualmente las autoridades federales
registran en Oaxaca y que catalogan como focos rojos, 90% de ellos se loca-
liza en municipios densamente poblados, con terrenos cultivables escasos,
con actividades industriales y ganaderas limitadas, y con historias seculares
complejas. Prueba de ello son las luchas protagonizadas por Santo Domingo
Ixcatlán y Chacaltongo de Hidalgo, Ayoquesco de Aldama y San Sebastián
de las Grutas, así como Santo Domingo Yosoñoma y San Juan Mixtepec.
Si se le concede crédito a esto, no cabe la menor duda de que la lucha por la
tierra en Oaxaca es un tema sumamente complejo y diverso. Entender sus

l. Véanse los resultados del Anuario estadístico del estado de Oaxaca 2009, México, INEGI, 2010.

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INTRODUCCIÓN

causas y efectos implica una reflexión que abarca varios horizontes: la evolu-
ción histórica de los pueblos, la complejidad de sus estructuras agrarias, las
rivalidades en su interior, los nexos que tienen con autoridades locales y esta-
tales, el crecimiento de la población y la presión sobre los recursos agrarios, la
incidencia de coyunturas y voluntades políticas en los programas del campo,
entre otras cosas. 2
Este libro tiene el propósito de acercarse a varios temas que, de manera
conjunta, pueden explicar las causas y los efectos de las contrariedades agra-
rias en Oaxaca. Para ello, se ha puesto atención en conflictos donde intervie-
nen poblaciones indígenas, mestizas, mulatas y negras; es decir, situaciones
de hostilidad y antagonismo entre actores que han mantenido una relación
estrecha con el uso, el aprovechamiento y el control de la tierra. Tomando
en cuenta estas consideraciones, los capítulos reunidos tienen el propósito
de examinar u-9- conglomerado de luchas por la tierra en dos momentos: la
transición de colonia a república y los años que van del porfiriato a la reforma
agraria cardenista. Estos textos plantean un análisis donde los pueblos apare-
cen como entes dinámicos, comprometidos con sus causas y capaces de desa-
fiar los intereses que cuestionan sus disensos. Dicha perspectiva ha servido
como prerrequisito para ahondar en el conocimiento de las estructuras agra-
rias, las relaciones del campesinado con la tierra y las formas de hostilidad y
negociación en el campo.
En gran parte, se evita teorizar explícitamente acerca del conflicto y
su linde filológico toda vez que lo que interesa es el análisis de procesos his-
tóricos. Por supuesto, las estructuras agrarias y el campesinado son objetos
de estudio valiosos en sí mismos. Más aún, cualquier intento de analizarlos
desde la experiencia regional. Los textos también contribuyen con evaluacio-
nes y hallazgos sobre problemas referidos al acceso, el control y el usufructo
de la tierra. Al hacerlo, profundizan y revisan la historiografía existente sobre
esta cuestión. Cabe aclarar que, estatalmente, este libro no es el primero ni
el único que apuesta por la reflexión sobre las causas y los efectos de la lucha
agraria. No obstante, tenemos la impresión de que es una propuesta novedosa
ya que invita a mirar el conflicto desde un horizonte histórico donde indios,

2. María de los Ángeles Romero Frizzi, "Conflictos agrarios, historia y peritajes paleográficos. Reflexionando desde
Oaxaca", pp. 65-81, en Revista de Estudios Agrarios, 47, 2011.

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CoNFLICTos POR LA TIERRA EN ÜAXACA

mestizos, mulatos y negros se enfrentan por el control de recursos; asimismo,


sugiere un rescate de estrategias de lucha y resistencia que solamente cobran
sentido al ubicarlas en el tiempo y el espacio; mejor aún, pone de relieve la
funcionalidad, los alcances y los límites del antagonismo. Este libro apuesta a
enriquecer y profundizar el debate académico sobre la agitación en el campo,
proporcionando materiales históricos y métodos de análisis.
Ateniéndose a estos planteamientos, la primera parte del libro hace
hincapié en los conflictos acaecidos durante la transición de colonia a repú-
blica. El capítulo intitulado "Pueblos, reformas y contrariedades agrarias ..."
de Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell y Carlos Sánchez Silva plantea una revi-
sión de las formas en que el régimen colonial, primero, y el gobierno republi-
cano, después, visualizaron las tierras y los bienes indígenas, y cómo dichas
perspectivas dieron paso a una legislación anticorporativa que fue aprove-
chada por los pueblos y por los particulares para emplazar litigios, negocios y
fraudes contra las tierras nativas. Este capítulo examina las principales coyun-
turas agrarias que experimentaron los pueblos indios de Oaxaca durante la
crisis colonial y la construcción nacional; de igual modo, se ocupa de uno de
los grandes temas de la conflictividad: la manera en que los grupos sociales
interpretan e instrumentan las leyes en beneficio de sus intereses.
Si bien es cierto que la lucha por la tierra en Oaxaca es un tema donde
la población indígena predomina, también es verdad que no son los únicos
actores de las pendencias. Lo anterior se corrobora en el capítulo de Luis
J. García Ruiz, donde los protagonistas principales son mestizos, mulatos y
negros. El autor demuestra que las disputas por la tierra en Oaxaca se mul-
tiplicaron durante las últimas décadas del siglo XVIII y derivaron, en buena
medida, de las "tensiones y fisuras del orden colonial"; es decir, el incremento
poblacional, las posibilidades de ascenso en la escala socio-racial y la amplia-
ción de derechos de propiedad. Para García Ruiz, estas tensiones fueron más
evidentes en aquellos lugares donde la convivencia social era mixta (indios
y castas) -tal como ocurrió en Huajuapan, Teotitlán del Camirío, Teutila
y Jicayán- y donde el acceso a la tierra se dividía entre ranchos, haciendas,
trapiches y pueblos. Lo anterior permite corroborar la complejidad social y
agraria de Oaxaca, y vislumbrar la presencia de castas en la formación y el
desarrollo de estructuras agrarias, ya sea por medio de la propiedad plena,
el usufructo o la renta de la tierra. Con la intención de mostrar los alcances

12
INTRODUCCIÓN

de la conflictividad, García Ruiz centra su atención en la Mixteca Baja y


revela cómo el paisaje de Huajuapan aglutinaba diferentes actores sociales,
estructuras agrarias y derechos de propiedad; es decir, las tierras agrícolas y
ganaderas de la región eran controladas por caciques indígenas, repúblicas de
indios, hacendados y rancheros españoles, así como arrendatarios mestizos y
castizos. Cuando la población aumentó, las tierras agrícolas escasearon y las
privatizaciones de tierras comunes se volvieron recurrentes; no es de extrañar
que los conflictos por la tierra se multiplicaran. Por si esto no fuera suficiente,
el movimiento insurgente y las disyuntivas agrarias que éste planteó incidie-
ron directamente en las luchas que protagonizaron las poblaciones indígena,
mestiza y afrodescendiente de Oaxaca.
En contraste, el capítulo "Conflicto de tierras e insurgencia entre los
mixes ..."de Huemac Escalona Lüttig examina situaciones antagónicas en
espacios eminentemente indígenas: la Sierra Mixe. A lo largo del texto, el autor
reflexiona acerca de la vigencia de las luchas agrarias y la manera en que los
pueblos capitalizan o diversifican sus intereses según las circunstancias -políti-
cas, económicas o sociales- que enfrenten. Para ello, retoma el caso del movi-
miento insurgente y demuestra cómo en una región de Oaxaca ciertos pueblos
se apoyaron en la causa rebelde o realista para proveerse de campos fértiles,
acentuar diferencias entre pueblos, acrecentar disputas entre linajes, impugnar
decisiones legales, replantear litigios y promover lo que Eric van Young ha
denominado el "anarquismo localocéntrico". De ahí, entonces, que el devenir
de un conflicto ponga de manifiesto un entramado de circunstancias que sola-
mente se comprenden al contextualizarlas en horizontes más amplios.
Laura Machuca Gallegos, por su parte, reflexiona en el capítulo
"Indios y afromestizos ante el problema agrario ..." sobre las luchas que pro-
tagonizaron los pueblos petapas -Santa María, Santo Domingo y el Barrio
de La Soledad-, un enclave de indios y castas en el Istmo de Tehuantepec.
Examina las formas de convivencia y conflicto que se dieron en este espacio a
lo largo de 200 años, de igual manera, estudia cómo el Barrio de La Soledad,
un "lugar de negros y mulatos" adoptó y asimiló la estructura agraria de las
repúblicas de indios y la capitalizó a su favor en los momentos de lucha. Tal
vez más sugerente resulta que buena parte de las disputas entre el barrio y
los pueblos no se explicó por cuestiones étnicas, sino por hechos económi-
cos; pugnas que, además, se atomizaron con las composiciones de tierras -a

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CoNFLICTos POR LA TIERRA EN ÜAXACA

principios del siglo XVIII- y con el liberalismo republicano durante la primera


mitad del siglo XIX. Un análisis detenido del texto permite comprender la
heterogeneidad de causas y efectos de las luchas por la tierra en esta región
de Oaxaca.
Una lectura en conjunto de esta primera parte pone al descubierto
que desde 1740 hasta 1860, las estructuras agrarias en Oaxaca experimentaron
una serie de adecuaciones, ya sea por el incremento poblacional, el aumento
en la presión sobre los recursos, el enfrentamiento entre cabeceras y suje-
tos, las disputas entre nobles e indios comunes, el particularismo de cier-
tos sectores de la población, los ajustes en la escala socio-racial, la extensión
de derechos agrarios a favor de grupos castizos, los cambios económicos en
los pueblos, etcétera. De la misma manera, estos capítulos ofrecen los argu-
mentos suficientes para probar tres cosas: las consecuencias que tienen las
acciones políticas en las estructuras agrarias y en los conflictos por la tierra,
especialmente en aquellos espacios con una arraigada tradición campesina; la
manera en que los conflictos inciden en las instituciones locales que antaño
proporcionaban ciertas medidas de seguridad económica y redistribución de
ingresos; la versatilidad de las poblaciones campesinas para resistir, mitigar o
sobrevivir los trastornos que acarrean las luchas agrarias.
La segunda parte del libro examina las pugnas por la tierra durante
los años que van del porfiriato a la reforma agraria cardenista; un periodo
muy complejo para estudiar los conflictos, pues buena parte de ellos se liga
de inmediato con el ciclo liberal de mediados del siglo XIX y específicamente
con la desaparición del corporativismo agrario, la igualación de calidades
sociales, la eliminación de privilegios señoriales, la sustitución de actividades
productivas y el desarrollo de la agroindustria. Así, el capítulo de Arellanes
Meixueiro, "Entre el porfiriato y la revolución ...", analiza las formas de vida
de aquellos campesinos -indígenas y no indígenas- que carecían de tierras
propias durante el porfiriato. Su argumento central radica en mostrar cómo
el liberalismo decimonónico trastocó los regímenes de tenencia, las relacio-
nes laborales, las formas de vinculación económica y las actividades agrícolas
en el campo oaxaqueño; asimismo, prueba cómo una nueva clase de acto-
res sociales -peones, rentistas y aparceros- se convirtió en promotora de la
lucha agraria. Es prudente advertir que estos hechos se examinan en la escala
regional, tanto en los Valles Centrales y la Mixteca como en La Cuenca y La

14
INTRODUCCIÓN

Cañada. Otro punto central del capítulo es mostrar que el acceso y el control
de la tierra en Oaxaca también convergieron en manos de extranjeros cuyos
intereses estaban puestos en el mercado internacional de productos agrarios.
Obviamente, estas circunstancias configuraron una lucha muy particular por
la tierra e incluso escenarios y actores bien definidos.
El capítulo "La reforma agraria en Huajuapan ... ", de Margarita
Menegus Bornemann y Yair Gerardo Hernández Vidal, analiza cómo la
estructura agraria que existió en la Mixteca Baja condicionó los programas
de restitución de tierra alentados por la revolución mexicana. Con precisión,
los autores revelan la vigencia del cacicazgo indígena a principios del siglo
XX y demuestran cómo esta institución -de corte señorial- determinó las
formas de poseer y controlar la tierra, al grado que muchos pueblos mix-
tecos crecieron sobre terrenos de caciques y, por ende, carecieron de tierras
en calidad de bienes de comunidad. La reforma agraria cardenista planteó
un escenario desalentador para estos campesinos imposibilitados de solici-
tar restituciones. Otra suerte corrieron aquellos campesinos que, antes de la
revolución mexicana, compraron tierras a sus caciques y las registraron bajo
la tutela de sociedades agrícolas. El caso de Chazumba ilustra perfectamente
esta experiencia; un asentamiento que pasó de ser rentista y sin tierras propias
a pequeño propietario de parcelas. Estos procesos se acompañaron de conflic-
tos y disensos: primero entre caciques y terrazgueros; luego entre sociedades
agrícolas y campesinos que buscaban tierras mediante dotaciones ejidales.
En esta misma tesitura, el capítulo "Conflictos por tierras y pes-
quisas documentales ... " de Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell, estudia las
razones que esgrimió un pueblo de los valles de Oaxaca -San Juan Bautista
Guelache- para replantear la indefinición legal de su territorio. Este capí-
tulo no sólo aborda los aspectos jurídicos, sino también las cuestiones polí-
ticas de la lucha agraria. De esta manera, lo primero en que repara es en la
memoria documental de Guelache y en las formas que el Estado -colonial y
republicano- especificó para sustentar los derechos de propiedad y encauzar
los litigios agrarios. El segundo acento se ubica en una disputa agraria que
derivó del reformismo liberal de 1853-1857 y se prolongó hasta bien entrado
el siglo XX. En esta sección se examinan las funciones que cumplen los docu-
mentos históricos de un pueblo al tiempo de plantearse un litigio por tie-
rras. Finalmente, muestra cómo los habitantes de Guelache documentaron

15
CoNFLICTos POR LA TIERRA EN ÜAXACA

su historia agraria en el Archivo General y Público de la N ación y cómo se


encontraron con un pasado escrito que más allá de proveerles soluciones les
impuso numerosos obstáculos. En general, este capítulo evidencia una prác-
tica campesina de antaño que consiste en recurrir a los documentos históricos
con el afán de solucionar los problemas del presente.
El capítulo de Juan Hugo Sánchez García, '~gua y conflictos agra-
rios en los Valles Centrales ...", tiene la premisa de examinar cómo el control
de los recursos hídricos suele ser otro factor recurrente en la lucha por la
tierra. Este análisis se ubica en una de las zonas agrícolas más importantes del
estado, el distrito de Etla, y toma en cuenta las complejas relaciones que se
tejen entre haciendas, ranchos, molinos y pueblos. En este contexto, el autor
hace varias precisiones que ayudan a comprender la lógica de una disputa. La
primera de ellas es incorporar el tema del agua como una cuestión inmersa
en la estructura agraria y, por ende, como un elemento dinamizador de la
lucha por la tierra. Otra consiste en ponderar las consecuencias que acarreó
la ley de aguas de 1905 que, en su intento de centralizar y racionalizar los
recursos, trastocó viejas formas de control y posibilitó que grandes unidades
de producción acapararan tanto el vital líquido como los terrenos húmedos.
Por último, el autor pretende vislumbrar la manera en que los pueblos y las
haciendas manipularon las leyes con un triple objeto: beneficiarse de las dota-
ciones agrarias (entre 1926 y 1927), capitalizar sus intereses económicos y dis-
poner de suficientes razones para luchar por la tierra.
Una mirada en conjunto de esta segunda parte pone al descubierto los
diversos horizontes de conflicto que surgieron en Oaxaca cuando se instru-
mentó la legislación liberal y el programa agrario de la revolución mexicana
intentó revertir estas leyes y alentar una reforma que restituyera los "derechos
inmemoriales" de los pueblos sobre sus tierras, montes y aguas. Cierto es
que estas medidas también provocaron una oleada de pugnas y luchas que,
incluso hoy en día, siguen vigentes.
En general, los capítulos del libro, pese a su diversidad en contenidos
y enfoques, proporcionan pautas que ayudan a explicar los fundamentos y
corolarios de las contrariedades agrarias en Oaxaca en dos momentos histó-
ricos; asimismo, proveen una visión global de las estructuras que surgieron y
evolucionaron en el campo, reflexionan acerca de la participación que tuvie-
ron los diferentes sectores de la población en las luchas por la tierra y discuten

16
INTRODUCCIÓN

las formas jurídicas tan complejas que validaron el acceso, el usufructo y el


control de la tierra entre 1740 y 1925.
Finalmente, queremos señalar que los textos aquí reunidos fueron pre-
sentados y discutidos en el Seminario Problemas agrarios y propiedad en los
pueblos indios y afromestizos de Oaxaca. Visiones durante la Independencia y
la Revolución Mexicana, convocado por el Centro de Estudios Históricos de
El Colegio de Michoacán y el Instituto de Investigaciones en Humanidades
de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, y financiado por el
Fomix Conacyt -Gobierno dé Oaxaca a través del proyecto M0036-2009-
C02-144258. Varios académicos participaron directa e indirectamente en
dicho seminario y aportaron comentarios que sirvieron para el desarrollo .de
cada capítulo, tal es el caso de Francisco José Ruiz Cervantes, Víctor de la
Cruz y Anselmo Arellanes Meixueiro. Una mención especial merece la beca-
ria de este proyecto, María Dolores Ramírez Vega, por su colaboración en
la preparación del seminario y en la formación del libro. De igual forma,
agradecemos al personal de El Colegio de Michoacán el apoyo brindado para
la administración del proyecto y la elaboración de mapas; también a las auto-
ridades del Instituto de Investigaciones en Humanidades de la UABJO por sus
gestiones para convocar y realizar el seminario.

Los editores

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ABREVIATURAS
Archivos, colecciones y fondos documentales

AGI Archivo General de Indias, España

AGN Archivo General de la N ación, México

AGEPEO Archivo General del Poder Ejecutivo del Estado de Oaxaca,


Oaxaca

ARP Archivo Rosendo Pineda en custodia por los descendientes


de José C. Valadez, Oaxaca

AHJO Archivo Histórico del Poder Judicial de Oaxaca, Oaxaca

RAN Registro Agrario Nacional-Sección Oaxaca, Oaxaca

AHA Archivo Histórico del Agua, México

CCG Colección Luis Castañeda Guzmán, Oaxaca

AMSJBG Archivo Municipal de San Juan Bautista Guelache, Oaxaca

AJVA Archivo del Juzgado de Villa Alta, Oaxaca

AAMT Archivo de la Agencia Municipal de la Trinidad Huaxtepec,


Oaxaca

ASASC Archivo de la Sociedad Agrícola de Santiago Chazumba,


Oaxaca

AMC Archivo Municipal de Chazumba, Oaxaca

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