Sie sind auf Seite 1von 4

EL DRAMA DE LA DESHUMANIZACIÓN EN LA ATENCIÓN A LOS ENFERMOS

Sin lugar a dudas uno de los tema que hoy nos preocupa a quienes trabajamos en el
mundo de la salud es la deshumanización. Desde que llegamos a un hospital o centro de
salud se puede permitir este gran peligro que hoy nos ataca. Fruto del excesivo
“profesionalismo e individualismo” es esa falta de reconocimiento a la dignidad de la
persona humana... en nuestro caso a los enfermos e incluso entre los mismos
profesionales. Si nos dedicáramos a ver los rostros de los profesionales de la salud,
mucho, aunque no todos, son portadores de una seriedad que no solo puede darnos la
impresión de lejanía sino sobre todo de agresividad.
En los años de tarea pastoral he podido experimentar esa “agresividad” de manera
palpable. Son muchas las veces que las mismas o los mismos compañeros de trabajo se
comportan como “extraños”. Imagínense cuando durante la noche los enfermos llaman al
personal y éste, tomándose su “justo descanso” hace caso omiso a lo requerido por el
enfermo. No digo que no haya que tomarse un “justo descanso” pero cuando el enfermo
llama todo debería quedar de lado para atenderlo. Muchas veces el motivo de esa falta de
atención son los vicios que se van adquiriendo en el mundo de la salud. Esos motivos
pueden ser muy variados como variadas son las personas, para algunos: el cigarrillo, para
otros el móvil, no falta quien “se debe” una charla con alguna compañera o simplemente
el “me siento cansada/o y tengo derechos”. Yo me pregunto ¿y las obligaciones? Ni hablar
cuando el paciente se convierte en un “molesto”
No son pocas las veces que he tenido que ir hacia el oficie de enfermería y pedir que se
atienda a un paciente cuando éste reclamaba la presencia de la profesional.
Si bien es cierto que el tema de la presente charla es la deshumanización me gustaría
primero definir a la humanización, vamos a definirla: Es la acción de hacer humano,
familiar y afable a alguien o algo. Se orienta a humanizar la relación, la gestión, la
institución, los espacios, los tiempos. Pero también es hacerse benigno. Nunca debemos
olvidar que la tarea de humanizar el mundo compete a todos. Es tarea y misión de cada
uno de nosotros mucho más si nos llamamos cristianos. El Evangelio es Humanización
plena: Dios se hace humano para que el ser humano no pierda esa dimensión que nos
hace tan especiales y particulares.
Hace un momento decía que las causas de la deshumanización son muchas, citemos
algunas:
1.- La tecnología, cuando se convierte un fin en ella misma.
• El peligro del reduccionismo
• El peligro de la tecnolatría
• El peligro de la dictadura de la tecnología en el mundo sanitario
• La masificación
• la despersonalización
• la burocracia
2.- El complejo mundo sanitario (la competitividad negativa ( no como la superación de
uno mismo sino como la búsqueda de la superación de los demás profesionales)
3- La super - especialización
4.- El trabajo de los profesionales
5.- Los criterios mercantilistas
6.- La negación del sufrimiento
7.- La relación paternalista medico-paciente (el medico DECIDE TODO LO QUE ES
CONVENIENTE PARA EL PACIENTE sin tomar en cuenta el parecer del enfermo). Como se
ve son muchos los factores que contribuyen a la deshumanización.
Un elemento importante que no debemos olvidar es el cansancio del profesional sanitario.
Es lo que llamamos burn out que traducido es el quemarse en el servicio. Este riego
aparece entre otras cosas por la falta de límites que tiene el profesional sea en su servicio
como en las exigencias voluntaristas en las que pueda caer. La sobre exigencia en lo
laboral se cobra sus victimas. Muchos para salir del burn out necesitan de profesionales
idóneos. El afán de ganar dinero contribuye muchísimo y favorece el quemazón. Remedio
para esto darle a cada cosa su lugar.
Donde más se nota la falta de humanización son en las relaciones sociales. Éstas se ven
deterioradas perdiendo la importancia o minusvalorando los sentimientos.
El buen trato, educado, auténtico y sincero contribuye para que las relaciones retomen un
cause normal entre dos personas que se relacionan. La sonrisa y el rostro relajado son
armar poderosas para “aliviar” a quien está siendo visitado por el dolor.
Nunca debemos olvidar que nuestros gestos pueden ser terapéuticos, sanadores y al
mismo tiempo saludables. Recuerdo el caso de una señora que iba a ser sometida a una
intervención quirúrgica “Tengo miedo” . Recordarle que el Señor también tuvo temor
cuando estaba en el Huerto de los Olivos y que como verdadero hombre necesitó ser
confortado le animó para salir del temor y caminar hacia la “seguridad” de haber
experimentado lo mismo que el Señor. Además tengamos en claro NADIE SUFRE SOLO,
NADIE MUERE SOLO DESDE QUE CRISTO EXPERIMENTO LA SOLEDAD Y LA MUERTE.
¿Como humanizamos?Humanizar la salud es una cuestión ética; tiene que ver con los
valores, con la búsqueda del bien de la persona que se encuentra, y de sí mismo en la
relación.
Humanizar consiste en utilizar las habilidades técnicas para luchar contra las adversidades
de la vida impregnándola de los valores y actitudes genuinamente humanos, de acuerdo
con la dignidad humana tan clara y expuesta en el Evangelio
Nosotros somos Agentes de Pastoral de la Salud y como APS tenemos una identidad. Esa
identidad nace del Evangelio concretamente desde el texto del Buen Samaritano. La gente
hoy, toda la gente y sobre todo quien está atravesando un estado de vulnerabilidad
necesita Amor. Ese es sobre todo el ingrediente fundamental para que una relación sea
humanizante y humanizadora. Por algo Jesús nos enseñó que Dios es AMOR porque Dios
humaniza nuestras relaciones desde su Divinidad. No olvidemos que somos suyos.

LA ESPIRITUALIDAD DEL AGENTE DE PASTORAL DE LA SALUD

La espiritualidad del APS parte, como toda sana espiritualidad, desde el mismo Corazón de
Dios. Si en dos palabras consideramos la importancia que tiene el corazón para los
hebreos podremos comprender mejor. ¿De donde ellos aprendieron a darle esa
importancia? Lo aprendieron de Dios. Si leemos la Palabra de Dios descubriremos la
importancia del corazón.
La espiritualidad del APS se apoya en la experiencia de Dios. Sin ésta hablaremos del Dios
que nos contaron pero no del Dios del cual tenemos experiencia. Hace falta convertirse en
Testigos, es decir en ver y tocar. El Papa Paulo decía una de sus enseñanzas decía algo
así “El mundo de hoy necesita mas que maestros... TESTIGOS!” Qué gran verdad.
El Agente de Pastoral de Salud es alguien que ve y se conmueve. Para entender
esto es conveniente recordar la parábola del Buen Samaritano.
• Un samaritano se detiene porque ve y está, misteriosamente, conmovido hasta
las viseras. Porque? Porque se hace cargo de él, siente que no puede seguir
adelante desoyendo los quejidos de quien lo necesita. Es como YHWH que oyendo
el clamor de su pueblo acoge la angustia de quien esta esclavizado y quiere ser
liberado.
Mira con los ojos de Dios
Es necesario que nosotros capellanes y/o acompañantes de los enfermos aprendamos a
mirar al modo de Dios que siempre es compasivo. Por un momento deja tu proyecto
personal. Y hazte cargo de quien tiene necesidad de ti. Toma tu tiempo en tus manos y
hazlo fecundo. Sin prisas, con detenimiento. Es Dios que gime en quien tienes delante:
párate, escucha, acoge. No es este momento un momento de sentimentalismo sino un
momento profundo de comunión; el enfermo espera ver en ti a Alguien. Sé ese Alguien
con quien quiere encontrarse aún cuando él mismo, aún, lo desconozca.
Es la persona del Kairós
Es el hombre del tiempo. Del aquí y del ahora. No habrá otro momento tan especial como
este con este enfermo. Es el momento único e irrepetible que debes aprovechar. Nada
sucede casualmente, sino que en todo hay una causa: Dios te ha enviado a él. ¿Porqué?
Solo Dios lo sabe. Deja tus prisas, alarga tu tiempo. No estás en el hospital para leer el
diario ni jugar con el ordenador. Estás ahí para ser instrumento de un Encuentro que tiene
la característica de ser un Encuentro Salvífico.

Es la persona de los gestos de Misericordia.


Si recordamos la parábola del Buen Samaritano veremos que no todo queda en compasíon
sino que el Samaritano pasa a la acción. Se hace cargo de su tarea. No busca a otros para
que hagan lo que le corresponde. Es un “hacer por y para”. Su hacer es de verdad manos
que se meten en la caridad y en la Misericordia de Dios para distribuirlas a
manos llenas.

Es alguien que lleva y vive de Palabra.


No dice cualquier palabra, no solo habla de los partidos de fútbol, ni de los políticos, Habla
de Dios. Y desde Dios ilumina la realidad que le toca vivir. Recuerdo que en mi país la
gente se quejaba de los sacerdotes que en la homilías solo hablaban de lo social olvidando
la predicación del Reino. Una vez me decían algunas personas: no voy a misa porque para
enterarme lo que pasa en la sociedad leo el periódico y escucho las noticias en el
telediario. Que pena da cuando el capellán no lleva a Dios a los enfermos. Hoy nos
quejamos de que la gente esta como descreída, muchos no están descreídos de Dios sino
de nosotros mismos porque nuestro testimonio deja mucho que desear. Lo que la gente
necesita cuando sufre no solo es que se le cure el cuerpo sino que se le anuncie que Dios
está cerca, le ama y le cuida porque es su padre. Es el Hombre y la Mujer del Evangelio,
no solo la lleva sino que la VIVE, LA ANUNCIA, LA PROCLAMA.

Es dócil al Espíritu.
Es fundamental tener en cuenta que el Agente Principal de la vida del APS y de la vida
Cristiana es el Espíritu de Dios. Por algo Jesús nos lo envió.
El Voluntario o Agente de Pastoral tiene las mismas características que cualquier otro
cristiano, pero hay algo que lo hace único: su labor pastoral es en el templo del
sufrimiento y del dolor que llamamos hospital.
Si de verdad queremos ver el rostro sufriente del ser humano, nos basta acercarnos al
hospital para descubrirlo.
No actuamos en nombre propio: Ningún voluntario puede debería tomar su tarea pastoral
en nombre suyo sino en Nombre de Dios y de la Iglesia. Por lo tanto esto nos pone en la
perspectiva de que hay Alguien que llama y otro que responde. Ese alguien que llama es
el que elige y envía para que en su NOMBRE se actúe y se sirva. Se anuncie el Evangelio y
se cure.
Como vemos no es en nosotros donde radica la fuerza de la evangelización sino en la
misma acción de Dios que llama y envía. Lo que sí debemos tener muy presente es que
cada gesto nuestro debe ser evangelizador y sanador.
Acompañar es un acto de amor a nuestros hermanos pero al mismo tiempo es un acto de
fe. El enfermo para nosotros es Cristo Sufriente y nosotros para él Jesús Buen Samaritano
por ello se hace necesario no perder de vista nunca nuestra identidad sacerdotal.
Acompañar es un desafío constante porque requiere de creatividad. Si miramos con
atención el Ministerio Pastoral de Jesucristo descubriremos que JAMAS ESTA PRESENTE en
su tarea la rutina. Nunca atiende a los demás de prisa, ni de mal humor, ni centrándose
en Él sino es para hacer un anuncio del Reino. Incluso cuando en el Evangelio de Juan
dice que Él es la puerta, el Pastor, el Camino, la Verdad y la Vida está haciendo clara
referencia a la misión encargada a Él por el Padre.
Ser hombre del Espíritu es ser hombre de la creatividad, de la docilidad de la entrega
expresando los frutos de ese mismo Espíritu y aprendiendo de Él absolutamente todo. San
Camilo cuando enseñaba a los religiosos como debía tratarse a los Enfermos decía: Y
según el Espíritu Santo les sugiera. El Espíritu de Dios conociendo cada corazón nos
manifiesta la “forma” en que debemos tratar a los demás utilizando la dulzura, la
autenticidad, la verdad.

Es la persona de la intimidad...de oración


Para alguien que quiere servir a los enfermos es de vital importancia la oración. Es
imposible poder realizar un servicio gratuito sin estar totalmente unidos al Señor. De Él
aprenderemos a hacerlo. Es conveniente hacer el discipulado en la Escuela de Jesús y
cuando digo hacer el discipulado no me refiero a “saber” sino a ir y ver. Recordad el
“Venid y veréis” que dice Jesús a los discípulos cuando le preguntan donde vive. No
podemos hablar de oídas es necesario ver, tocar, saborear en la intimidad las cosas de
Dios. Tenemos que presentarlo nosotros mismos. Solo el corazón que haya vibrado al
Sentirse amado por Dios puede hablar de que Dios es amor; solo quien ha experimentado
la paternidad y la salvación de Dios puede decir que Dios es Padre Salvador. Se trata,
pues, de hacer experiencia... Él la ofrece gratuitamente. Intentadlo y no saldréis
defraudados sino confortados y plenos.

Es Portador de la Salud y de la Salvación

Das könnte Ihnen auch gefallen