Vitaminas B1, B6 y B12 en el
adulto mayor
Introducción
Las vitaminas del complejo B son un grupo de compuestos
orgánicos hidrosolubles estructuralmente diferentes pero
con un papel crucial en el mantenimiento de las funciones
corporales[1]. Las vitaminas B1 (tiamina), B6 (piridoxina) y
B12 (cobalamina) cumplen además un papel fundamental
en el mantenimiento de la estructura y la función del siste-
ma nervioso y, debido a que no pueden sintetizarse en el
organismo, deben ingerirse en la dieta [1]. En consecuencia,
un consumo inadecuado de estas vitaminas puede condu-
cir a deficiencia en un periodo variable, que puede ser de
sólo 2-3 semanas en el caso de la vitamina B1 o de varios
meses en el caso de la vitamina B12 [1]. Además de una
dieta inadecuada, otros factores comunes en el adulto ma-
yor, como la malabsorción intestinal, el abuso del alcohol
y el uso de algunos medicamentos, pueden contribuir a
la deficiencia de vitaminas B1, B6 o B12[1]. Este fascículo
revisa la prevalencia de la deficiencia de vitaminas B1, B6 y
B12 en el adulto mayor y los beneficios de la suplementa-
ción en esta población.
Deficiencia de vitaminas B1, B6 y B12
en el adulto mayor
Vitamina B1
La vitamina B1, en forma de tiamina pirofosfato, es una
coenzima esencial en varias reacciones productoras de
energía, particularmente en el metabolismo de los carbohi-
dratos[1]. La vitamina B1 puede obtenerse principalmente a
partir de los cereales enteros, los lácteos y las carnes rojas
y el consumo recomendado es de 1,2 mg/día en el hombre
y 1,1 mg/día en la mujer[1].
Debido a que la vitamina B1 no se almacena en cantidades
apreciables en el organismo, puede producirse deficiencia
tras 2-3 semanas de consumo inadecuado[1]. La deficien-
cia prolongada de vitamina B1 puede manifestarse como
beriberi húmedo (insuficiencia cardiaca con edema peri-
férico), beriberi seco (neuropatía periférica), encefalopa-
tía aguda (síndrome de Korsakoff) o encefalopatía crónica
(síndrome de Wernicke)[2]. Las manifestaciones plenas de
estos síndromes son poco comunes y la deficiencia de vi-
tamina B1 puede pasar desapercibida en el adulto mayor
porque a menudo los signos clínicos no son claros y por-
que la deficiencia puede ser más un factor contribuyente
que la causa principal de los problemas cardiacos o neu-
rológicos[2]. Además, hay evidencia de que la deficiencia
subclínica de vitamina B1 contribuye a síntomas inespe-
cíficos comunes en el adulto mayor, como fatiga, escasa
movilidad y anorexia[2].
La deficiencia de vitamina B1 es común en el adulto ma-
yor. Se ha reportado deficiencia de vitamina B1 en 8-31%
de los adultos mayores que viven en su casa, de 23-40%
en los que viven en hogares de ancianos y en 48% de los
hospitalizados en unidades de cuidado geriátrico agudo[2].
Vitamina B6
La vitamina B6, en forma de piridoxal 5-fosfato, es una
coenzima necesaria para más de 140 reacciones enzimá-
ticas esenciales en el metabolismo de la glucosa, los ami-
noácidos y los ácidos grasos, así como para la sín-
tesis de hemoglobina y neurotransmisores
(ej. epinefrina, norepinefrina,
 serotonina, ácido gamma amino butírico [GABA]) y para la
expresión genética[1].
La vitamina B6 puede obtenerse a partir del pescado,
la carne, los vegetales ricos en almidón y las frutas[1]. El
consumo recomendado para los mayores de 50 años es
de 1,7 mg/día y 1,5 mg/día en hombres y mujeres[1]. Los
requerimientos del adulto mayor son más altos debido a
que tienen menor absorción, mayor catabolismo y menor
fosforilación[3].
Los principales factores involucrados en la deficiencia de
vitamina B6 son desnutrición, malabsorción intestinal,
abuso del alcohol, infección por VIH, trastornos inflama-
torios y algunos medicamentos como carbamazepina, val-
proato, fenitoína o isoniazida[1]. Además, los adultos ma-
yores tienen riesgo de deficiencia de vitamina B6 debido a
que consumen menos alimentos ricos en vitamina B6[3]. En
general, los principales signos de deficiencia de vitamina
B6 en los adultos son alteraciones del sistema nervioso (ej.
neuropatía periférica), la piel (ej. dermatitis seborreica) y el
sistema hematopoyético (ej anemia)[1].
Varios estudios han mostrado una alta prevalencia de de-
ficiencia de vitamina B6 en los adultos mayores. En un es-
tudio de individuos de 74-76 años de edad se encontró
que 27% de los hombres y 42% de las mujeres tenían un
consumo diario de vitamina B6 inferior al requerimiento
mínimo y que 22% de los participantes de ambos sexos te-
nían niveles plasmáticos reducidos de piridoxal 5-fosfato[4].
En un estudio de adultos mayores internados en hogares
de ancianos, 49% de los participantes tuvieron niveles de
vitamina B6 compatibles con deficiencia[3].
Vitamina B12
La vitamina B12, en forma de adenosil cobalamina, metil
cobalamina o hidroxicobalamina, es una coenzima nece-
saria para la hematopoyesis, la reproducción celular y la
síntesis de mielina[1]. Las principales fuentes de vitamina
B12 son alimentos de origen animal como el pescado, las
carnes rojas, las aves y los lácteos[1]. El consumo recomen-
dado es de 1,4 mcg/día[1].
Las dos causas principales de deficiencia de vitamina B12
son consumo inadecuado y absorción insuficiente, o una
combinación de ambas[1]. Debido a que la liberación de la
vitamina B12 de los alimentos requiere un ambiente gás-
trico ácido, el adulto mayor tiene riesgo de deficiencia
puesto que más de 40% de los mayores de 80 años tie-
nen atrofia gástrica [5]. Otros factores que pueden contri-
buir a una mala absorción de la vitamina B12 en el adulto
mayor son la infección crónica por Helicobacter pylori, el
tratamiento a largo plazo con metformina, el tratamiento
con inhibidores de la acidez gástrica (ej. inhibidores de la
bomba de protones), el abuso del alcohol, la cirugía gás-
trica (ej. gastrectomía, cirugía bariátrica) y la insuficiencia
pancreática exocrina[5]. Las manifestaciones más comunes
de deficiencia de vitamina B12 son hematológicas (anemia
macrocítica) y neurológicas (neuropatía periférica), pero
también puede observarse con alguna frecuencia ataxia,
ictericia y elevación de las enzimas hepáticas[5].
En el estudio de Framingham se observo que 12% los adul-
tos mayores que viven en la comunidad tienen deficien-
cia de vitamina B12[5]. Otros estudios, llevados a cabo en
adultos mayores enfermos o internados en hogares para
ancianos, han mostrado prevalencias superiores, en el ran-
go de 30-40%[5]. No obstante, a pesar de que la deficiencia
de vitamina B12 es frecuente en el adulto mayor, a menu-
do pasa desapercibida porque las manifestaciones clínicas
pueden ser sutiles[5].
Beneficios de las vitaminas B1, B6 y
B12 en el adulto mayor
Un estudio aleatorizado de 80 mujeres aparentemente
sanas de 65 a 92 años de edad evaluó los efectos de la
administración de tiamina 10 mg/día o placebo duran-
te un periodo de seis semanas. Al término del estudio la
proporción de pacientes con deficiencia de vitamina B1
se redujo a cero en el grupo con tiamina y se mantuvo
estable en el grupo con placebo (figura 1). Notablemente,
las pacientes que recibieron tiamina tuvieron un aumento
significativo del apetito, el consumo de energía y el peso
corporal, además de una reducción significativa de los ni-
veles de fatiga[6].
Un estudio transversal de 61 adultos mayores internados
en hogares para ancianos encontró que 36% de los parti-
cipantes que no usaban suplementos de vitamina B6 tu-
vieron niveles reducidos de piridoxal 5-fosfato, lo que no
sucedió en ninguno de los participantes que tomaban su-
plementos de vitamina B6[3].
 50 48% 46%
Pacientes con deficiencia de Bitamina B1 (%)

40
Un estudio prospectivo llevado a cabo en Chile evaluó los
efectos de una inyección intramuscular de 100 mg de vita-
30
mina B1, 100 mg de vitamina B6 y 10 mg de vitamina B12
en un grupo de 51 adultos mayores asintomáticos de 70-
20 78 años de edad con bajos niveles de vitamina B12 (<120
pmol/L). Cuatro meses después de la inyección se observó
que el indicador de suficiencia de vitamina B12, construi-
10
do a partir de varios parámetros (homocisteína total, ácido
Tiamina
Placebo
0% metilmalónico, holotranscobalamina, folato sérico), mejoró
0 significativamente en la población del estudio (figura 2).
Inicio 6 semanas Además, el tratamiento produjo una mejoría consistente
de la conducción de los nervios periféricos mielinizados[7].
Figura 1.
Efecto de la suplementación de vitamina B1 en adultos mayores
con deficiencia de vitamina B1
Adaptado de [6]
Conclusiones
Indicador de vitamina B12 • Las vitaminas B1, B6 y B12 son claves
100 Adecuado
Bajo para el mantenimiento de las funciones
Posible deficiencia corporales y en particular para la estructu-
80 Probalbe deficiencia 78,4%
ra y función del sistema nervioso.
Pacientes (%)

60
54,9%
• El adulto mayor tiene un riesgo aumentado
40 de deficiencia de vitaminas B1, B6 y B12.
• La suplementación de vitaminas B1, B6 y
20 23,5%
13,7%
B12 es eficaz para prevenir o corregir las
11.8%
7,8%
0 9,8% 0,0% deficiencias y se asocia con importantes
Antes 4 meses después mejorías funcionales en el adulto mayor.
Figura 2.
Cambios en el indicador de vitamina B12 en adultos mayores tra-
tados con una inyección intramuscular de vitaminas B1, B6 y B12.
Adaptado de [7]

Referencias: 1. Geller M, Oliveira L, Nigri R, et al. B Vitamins for Neuropathy and Neuropathic Pain . Vitam Miner 2017, 6:2. 2. O’Keeffe
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 Vivir
plenamente
Con nervios
saludables

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“Información Médica Actualizada” ISSN 1657-5970