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4/6/2019 Casación 599-2018, Lima. Análisis y comentarios, por José David Burgos Alfaro | Legis.

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Casación 599-2018, Lima. Análisis y comentarios,


por José David Burgos Alfaro
POR LEGIS.PE - OCTUBRE 15, 2018

José David Burgos Alfaro


Exmagistrado del Poder Judicial

Este análisis corresponde a la sentencia recaída en la Casación 599-2018, Lima, emitida por la Sala
Penal Permanente de la Corte Suprema, con fecha 11 de octubre del año 2018, a propósito del recurso
presentado por la defensa del partido político Fuerza Popular, que había solicitado un control del plazo
de la investigación ante el Juzgado de la Investigación Preparatoria, el mismo que fue declarado
fundado en su oportunidad, ordenándose que el Ministerio Público emita su pronunciamiento (archivar
o formalizar) en un plazo de 20 días. La decisión fue revocada por la Sala Penal Nacional, luego de lo
cual la defensa promovió un recurso de casación que cuestionaba tanto la actividad scal, como los
fundamentos desarrollados por la segunda instancia.

Lea también: Diligencias preliminares en crimen organizado: alcances, plazo y ampliaciones (caso


Fuerza Popular) [Casación 599-2018, Lima]

Al admitirse el recurso, el Alto Tribunal delimitó su pronunciamiento en tres aspectos: i) la


inobservancia de precepto constitucional; ii) quebrantamiento del precepto procesal; y, iii) el
apartamiento de la doctrina jurisprudencial. Ahora bien, ¿qué es lo que buscaba la defensa al plantear
ese recurso?: a) determinar el alcance de las denominadas diligencias preliminares; b) determinar el
plazo de las diligencias preliminares en la investigación por crimen organizado y si es posible
ampliarlo; y c) determinar la validez del apartamiento de la doctrina jurisprudencial (Casación 134-
2012, Áncash) de fecha 13 de agosto del año 2013.

En el recurso se argumenta que el plazo de investigación se había vencido en exceso, ya que entre la
disposición scal de fecha 2 de diciembre del año 2015 y la disposición scal de fecha 3 de julio del
2017 habían pasado 360 días, y que posteriormente se emitió otra disposición scal cuando ya había
precluido la etapa preliminar. También se cuestiona que de manera errónea la Sala Penal Nacional
interprete que la expresión “urgente e inaplazable” de las diligencias preliminares está íntimamente
ligada al factor tiempo, esto es, que tiene relación con la celeridad conque se desarrolla cada
diligencia y no con el plazo.

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Lea también: Diligencias preliminares en crimen organizado: alcances, plazo y ampliaciones (caso


Fuerza Popular) [Casación 599-2018, Lima]

Ahora bien, la Corte Suprema ha tenido en consideración la fecha de la disposición scal del 20 de
octubre del año 2015 para computar el inicio de las diligencias preliminares. Llama la atención que
pese a la existencia de una denuncia de parte donde se pone a conocimiento del Ministerio Público la
información nanciera de la campaña electoral de Fuerza 2011 (en la que habrían existido ciertas
irregularidades) se haya señalado que las primeras diligencias durarían 90 días (a pesar que se sabía
la magnitud de la información que se necesitaba recabar), y que antes de su término, con fecha 2 de
diciembre del año 2015, se emita una disposición scal ampliando el plazo en 8 meses.

El detalle que se advierte es el silencio del ente persecutor desde esa fecha hasta el 3 de julio del
2017, fecha en la que se dispuso “abrir investigación” -por segunda vez- por el plazo de 60 días sin
de nir el motivo de su demora, aunque también existe el silencio de la defensa. Así, pues, se continuó
la investigación y se emitieron otras disposiciones scales. Recién el 14 de septiembre del 2017 el
scal superior coordinador señaló en su disposición que existirían elementos indiciarios de una
organización criminal, por lo que el 13 de octubre del mismo año, la Fiscalía Supraprovincial
Corporativa Especializada en Delito de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio emite la disposición 1
y “adecua” la investigación, de compleja a crimen organizado, jando el plazo de 36 meses.

La sentencia casatoria en comento re ere que el scal tiene la facultad exclusiva de llevar a cabo las
diligencias preliminares. Sin embargo, aún seguimos equivocándonos al decir que la etapa preliminar
es una “fase prejurisdiccional, previa al proceso penal”, toda vez que dicha etapa puede ser
controlada por el Juez de la Investigación Preparatoria a pedido de parte. Decir que se trata de una
etapa prejurisdiccional es como entender que el proceso vaya a tener, necesariamente, una etapa
jurisdiccional. Tampoco es “previa al proceso” porque con ello concluiríamos que la etapa preliminar
no sería un proceso; y, si no lo es, las partes procesales no tendrían derechos. El imputado, desde el
momento en que se le atribuye un hecho, ya puede ejercer los derechos que constitucionalmente le
son asistidos por su cualidad. Entonces, la etapa de diligencias preliminares es el inicio de un proceso
penal porque el Ministerio Público tiene facultades para realizar actos de investigación que considere
necesarios para cali car el hecho y establecer la identi cación de las partes involucradas.

La Corte Suprema hace una interpretación que jamás había realizado respecto de la
expresión “urgentes e inaplazables”, pues avala la interpretación que realiza la Sala Penal Nacional, al
sostener que se debe realizar una interpretación en sentido sistemático y teleológico y no temporal, a
n de argumentar -posteriormente- que el plazo, en dicha etapa procesal, puede durar hasta 36 meses
en casos de crimen organizado. Sin embargo, dichas conclusiones no pueden ser pací cas. Si vemos
a través del tiempo, desde que se promulgó el Código Procesal Penal hasta la fecha, el plazo legal de
las diligencias preliminares siempre fue menor que la investigación preparatoria formal. Si bien la
Corte Suprema consideró que la investigación preliminar no puede durar más que la preparatoria
propiamente dicha, no signi ca que sus plazos deban ser iguales.

Ahora, es cierto que existen procesos que, por sus propias características, exigen mayor actividad
probatoria, y en tales casos hay plazos diferentes a los plazos comunes que establece la Ley. Para ello,
es necesario que el scal, al recibir la noticia criminal, realice una precali cación y plani que una
estrategia de investigación, dependiendo de los hechos. En este caso, se ha advertido que ello no
ocurrió desde el inicio. Pero para que existan plazos diferenciados, el legislador debió desarrollarlos en
la norma, cosa que ho ha hecho. Es decir, es necesario que exista una ley, del mismo modo que los
plazos jados en la etapa de la investigación preparatoria formalizada, para establecer mayores plazos
para las diligencias preliminares, pues por lo pronto, el plazo estándar para todo tipo de investigación
es de 60 días.

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Asimismo, la Corte Suprema considera que sus actuales argumentos para no fundar la casación son
congruentes con otras casaciones dictadas respecto del plazo de la investigación, porque los plazos
que se ja para la etapa formal de investigación, para los procesos complejos y de crimen organizado,
no son iguales a los procesos comunes. Estos se diferencian en razón a una actividad probatoria
mucho más compleja, como la pluralidad de diligencias, documentos, declaraciones, y hasta de
medidas limitativas si fuera el caso. Por ende, la Corte Suprema considera que las diligencias
preliminares deben tener las mismas características, otorgándole el mismo plazo que el de la
investigación preparatoria formal, sin darse cuenta que las nalidades entre ambas subetapas son
distintas, que pese a formar parte de toda una investigación, existe una división procesal.

Lo que no se toma en cuenta -nuevamente- es que, al encontrarnos en una etapa de cali cación,
nalidad de la programación de diferentes actos procesales, no podría sustentarse ningún argumento
de plazo basado en un supuesto delito de crimen organizado, cuando aún no se ha terminado de
realizar la cali cación jurídica, pues ella recién se plasmará en una disposición de formalización de la
investigación preparatoria, porque se corre el riesgo de que el Ministerio Público, al nalizar sus
diligencias preliminares, concluya que no estaba frente a una organización criminal, utilizando
indebidamente 36 meses de investigación, quebrantado así el plazo razonable.

Otra circunstancia importante que destacar es que la Corte Suprema convalida las disposiciones
scales extemporáneas, con lo cual no di ere de sus criterios interpretativos en otros casos similares.
En ese sentido, estamos de acuerdo en parte, pues esta solo podría realizarse si el Ministerio Público
aun tuviese un plazo restante que la norma le permita utilizar, pues si bien fue emitido
extemporáneamente, formalmente aún se encontraba dentro de un plazo máximo jado por ley. En el
presente caso, al no existir plazo legal, la Corte Suprema ja el plazo de 36 meses, por ello, convalida
sus disposiciones porque se encontrarían “jurisprudencialmente” dentro del plazo.

Ahora, cabe la advertencia de la dejadez de la defensa en no controlar el plazo para posteriormente


pretender alegar control judicial con efectos retroactivos. Es cierto que las disposiciones scales no
re ejan una investigación ordenada ni plani cada. Actos procesales sin números, sin estructura de
plazo y sin criterio de motivación, fueron permitidos por la propia defensa, quien no alegó
absolutamente nada por más de un año; y luego, cuando el proceso estaba por adecuarse a la
normatividad del crimen organizado, recién se solicitó un control ante el juez de la investigación
preparatoria, convalidando, con su silencio, que el Ministerio Público continúe con los demás actos de
investigación.

Debemos recordar que estamos frente a una etapa procesal, donde las partes son las que deben
instar al juez de garantías el control judicial, de ahí que se le otorgue al imputado la posibilidad de
defender a través de un representante legal; y, esta defensa no advirtió, en su oportunidad, estas
disposiciones irregulares. Es cierto que existe una responsabilidad funcional del Ministerio Público,
pero no podemos dejar de pensar que la defensa también debió de activar el control respectivo y
ponerlo a conocimiento de manera oportuna al juez de la causa.

Por otro lado, existen ciertos órganos jurisdiccionales a nivel nacional que consideran que el Ministerio
Público no puede continuar con su investigación cuando esta ha culminado con un plazo legal, pues
necesita que el juez emita una “resolución autoritativa” para continuar con sus actos procesales
restantes. Sin embargo, dicha condición procesal no existe en la norma, muy por el contrario, el
Ministerio Público debe seguir realizando sus investigaciones pese a que se encuentre frente a un
control el plazo y ya será el juez de la investigación preparatoria, quien de nirá si es amparado o no.
De ahí que la Corte Suprema haya contabilizado la fecha de la disposición scal de inicio y haya
convalidado las disposiciones de ampliación y adecuación al crimen organizado, re riendo que este
culminará el 18 de octubre del 2018, sin que el Ministerio Público haya dejado de investigar o haya
paralizado sus diligencias a la espera del pronunciamiento supremo.

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Por último, si bien la Corte Suprema de ne que el plazo de diligencias preliminares en casos de cimen
organizado es de 36 meses, también considera que el scal no podría saber qué diligencias va a
realizar en el futuro, por lo que no sería exigible que esta se encuentren plasmadas especí camente en
sus disposiciones, precisamente por encontrarse ante una investigación con diligencias complejas.
Pero dicho criterio es alarmante, porque estaríamos interpretando que el plazo de 36 meses jados
para este tipo de delitos sería el plazo estándar y no el máximo, que al no saber qué actos de
investigación realizará con precisión, estos podrían surgir en el camino de sus descubrimientos. Así,
en consencuencia, el juez no podría realizar el control respectivo, a n de que haya congruencia entre
el plazo jado y las diligencias a realizar. Tan es así que la propia Corte Suprema estableció que el
plazo debe culminar el 18 de octubre del 2018, sin saber si es que se seguía investigando o si aún
faltaban realizar actos de investigación.

LEGIS.PE
Plataforma virtual que promueve el debate y la discusión de temas político-jurídicos. Directora: Sandra Gutierrez Iquise.

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