La hiperinflación boliviana y estabilización

Por JEFFREY SACHS *

La inflación en Bolivia durante 1984 y 279

1985 fue el más rápido en la historia de
América Latina, y una de las más altas de la
historia del mundo. Durante el período de
doce meses, agosto 1984-agosto 1985, los
precios subieron 20.000 por ciento, y durante
los últimos meses de la hiperinflación, de
mayo 1985 a agosto 1985, la inflación
aumentaron a una tasa anualizada de 60,000
por ciento. Al igual que en otros
hiperinflación, el final llegó abruptamente.
Un nuevo Gobierno llegó al poder a
principios de agosto de 1985, y un programa
global de estabilización se anunció el 29 de
agosto de 1985. Dentro de los diez días, la
inflación se detuvo, y los precios en realidad
comenzó a caer. Aunque los precios saltaron
de nuevo en diciembre de 1985 y enero 1986
los precios aumentaron en sólo un 9 por
ciento entre las semanas del 20 de Enero
1.986 y 3 de noviembre., 1986
La inflación de Bolivia es el único caso en
treinta y cinco años de una hiperinflación
"verdadero", aplicando 1,956 definición
clásica de Phillip Cagan de aumentos de
precios superiores a 50 por ciento por mes
(por esta definición, la hiperinflación duró de
04 1984 hasta septiembre 1985). Como tal, el
caso boliviano ofrece una oportunidad
importante para examinar puntos de vista
alternativos de hypeírinflation y la
estabilización de precios. Mi discusión de la
experiencia boliviana es el siguiente (una
descripción más completa se puede encontrar
en mi artículo de 1986 de la que se basa este
documento). Sección II describe la cronología
de la hiperinflación y la estabilización de 1980
a 1986. Sección III a continuación, examina el
extremo rápida de la hiperinflación en vista de
las teorías en competencia de estabilización de
precios.

I. Una descripción de los Periodos

hiperinflación y Estabilización

La inflación boliviana puede ser único en

los anales de la hiperinflación como el único
caso

* Universidad de Harvard, Cambridge, MA 02138

Asesor-Eco-nómico al gobierno boliviano. la opinón
expresada aquí es mia.
que no surgió a raíz de una guerra extranjera, una
guerra civil o una revolución política (ver Forrest
Capie, 1986, para una discusión de los
antecedentes de los hyperinfla-ciones del siglo
XX). Más bien, la hiperinflación surgió como el
resultado de varios choques menos dramáticos
que golpean el país durante un período de intensa
inestabilidad política. regímenes de Bolivia han
sido notoriamente débil a lo largo de la historia
del país, pero la inestabilidad durante 1979-1985
superó la norma del país. Una serie
desconcertante de golpes de estado,
estancamientos electorales y gobiernos
provisionales llevó a un notable volumen de
negocio de los jefes de estado después de 1978.
La inestabilidad surgió de las perturbaciones
políticas y económicas tras varios años de
relativa estabilidad y prosperidad bajo el
régimen del general Hugo Banzer (1971-1978).
La prosperidad de la era Banzer se basa en gran
medida en condiciones favorables de Bolivia
del comercio en la década de 1970, el
endeudamiento externo pesado de los bancos
internacionales y un régimen político que
favorezca la inversión extranjera directa en el
país. Cuando el general Banzer dejó el cargo en
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1978, en parte bajo la presión de Estados
Unidos para restaurar el gobierno civil en el
país, sobrevino una amarga competencia
política por el poder, enfrentando a la
izquierda contra la derecha y los políticos
civiles contra los militares. Un entorno
económico internacional empeoramiento
después de 1980, con altas tasas de interés, la
caída de precios de las materias primas y la
escasez de crédito, sumada a la inestabilidad.
A finales de 1980, el acceso de Bolivia a los
mercados internacionales de capital privado se
había secado. Una emergencia
reprogramación con los bancos comerciales se
completó en 1981, pero pronto se vino abajo.
El Banco Mundial y el FMI también cesaron
los préstamos. La situación económica
deriorated tanto que los militares volvieron a
la fortaleza en 1982. Siles Suazo, que habían
recibido la pluralidad de votos en una elección
estancado de 1980, se le permitió tomar el
poder como jefe de un gobierno de coalición
de izquierda en octubre de 1982. Este
280 AEA documentos y actas de mayo de 1987

gobierno duró hasta que fue destituido en de $ 178 millones en 1980 a las transferencias
julio de 1985. netas de distancia de $ 190,0 millones
El gobierno de Siles heredó una tasa de
inflación anual de aproximadamente 300 por
ciento (octubre de 1982 respecto a octubre
1981), una incapacidad para tomar prestado en
los mercados internacionales, y una economía
en declive fuertemente en términos reales
(PNB real disminuyó un 6,6 por ciento en
1982). Al mismo tiempo, el nuevo gobierno
fue llamado para satisfacer las demandas
sociales y económicas contenidas. Las
demandas sobre el Gobierno se acentúan por
el hecho de que el gobierno representado una
coalición de fuerzas de la izquierda política
que presionó por incrementos en el gasto
social, el empleo del sector público, y los
salarios del sector público, pero que carecían
de la base política para recaudar impuestos a
financiar tales gastos. El gobierno de Siles en
realidad propuso varios programas de
estabilización durante 1982-85, pero en cada
caso estos programas se anuló por la protesta
pública, por los principales grupos del
gobierno, o por la oposición política del
gobierno en el Congreso. El impuesto de la
inflación, a diferencia de otras medidas de
gasto o impuesto propuesto, no provocó una
específica y bien organizada = desafío al
gobierno, aunque al final de la hiperinflación
obligó a elecciones anticipadas, y la expulsión
del gobierno de Siles.
Los enlaces cuantitativas precisas de la
inflación a los préstamos del exterior y la
política fiscal son difíciles de medir debido a
lo incompleto de los datos de Bolivia. Sin
embargo, podemos identificar tres aspectos
fundamentales de la subida de la
hiperinflación. En primer lugar, el punto de
corte de los préstamos internacionales y el
aumento de las tasas de interés
internacionales en la década de 1980 fueron
los principales factores de iniciación en el
estallido de la hiperinflación, ya que el
gobierno se reunió con el descenso de la
financiación internacional neta y mayores
costos de servicio de la deuda a través de un
aumento de la impuesto de la inflación. Los
datos del Banco Mundial sobre la
transferencia neta de recursos al sector
público boliviano de endeudamiento externo
de mediano y largo plazo indican un cambio
dramático en las condiciones internacionales
de crédito.
Con boliviana PNB aproximadamente
igual a US $ 3,6 mil millones el cambio de la
transferencia neta de recursos hacia Bolivia
en 1983 significa un cambio de
aproximadamente 10 por ciento del PNB. En
la primera mitad de 1985, la Administración
Siles cesó prácticamente todos los pagos del
servicio de la deuda a los acreedores privados
y el gobierno de Paz continuó que moratoria
del servicio de la deuda.
La segunda característica importante de la
dinámica de la inflación es que el recurso a
señoreaje (es decir, el impuesto inflacionario)
saltó cuando la transferencia neta de recursos
internacionales fue negativa, ya señoreaje
fluctuando en torno a una nueva meseta
durante el período del gobierno de Siles.
El despegue de la inflación a partir de 1981
siguió de cerca en el salto en señoreaje, como
cabría esperar de casi cualquier teoría
monetaria de la hiperinflación. Sin embargo,
durante 1982 a 1985 la tasa de inflación
continuó acelerándose a pesar de recogida
señoreaje no aumentó de manera constante
después de su salto de una sola vez. Este
modelo remite a modelo original de Cagan de
la hiperinflación. Suponiendo que las
expectativas de inflación se ajustan
lentamente a la inflación real, y que la
demanda de saldos monetarios reales es una
función de la inflación esperada, un aumento
permanente de las necesidades señoreaje del
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gobierno (como ocurrió después de 1981)
producirán una tasa de inflación que se eleva
por encima tiempo, mientras que el stock de
saldos monetarios reales declina. Si el nuevo
nivel de señoreaje es suficientemente alta,
entonces la inflación se elevará sin límite en el
modelo de Cagan.
El tercer aspecto importante de la dinámica
de la inflación fue que el aumento de la
inflación hizo que el sistema de impuestos a
colapsar, con el total de los ingresos del
gobierno central de la caída de alrededor del
9 por ciento del PIB en 1981 a alrededor de
1,3 por ciento del PIB en la primera mitad de
1985. Por lo tanto, la constancia del impuesto
señoreaje no reflejaba una trayectoria
subyacente constante de los ingresos reales y
los gastos reales, sino más bien un camino de
caer la recaudación de impuestos reales
emparejados con un desfase de un descenso
sostenido del gasto real. Como se describe en
mi artículo 1986, los recortes más importantes
en el gasto se hicieron en la inversión pública
y luego en el servicio de la deuda
internacional (como el país entraron en
prácticamente completa por defecto a los
acreedores privados a finales de 1984).
Irónicamente, el pico de la hiperinflación en
VOL. 77 N ° 2 PARADA alta inflación 281

mediados de 1985, los pagos del servicio de y una moratoria del servicio de la deuda
la deuda se elimina casi por completo. El externa, los ingresos del gobierno aumentaron
factor original que había comenzado la por encima de expendi
hiperinflación había ido, pero por ahora el
sistema fiscal estaba en un caos.
El exitoso programa de estabilización se
llevó a cabo por el gobierno de centro-
derecha recién elegido del presidente Víctor
Paz Estens-soro en agosto de 1985. La
llamada Nueva Política Económica del
gobierno de Paz, dio a conocer el 29 de agosto
de 1985, contenía una agenda enormemente
ambiciosa , que fueron más allá de la
estabilización macroeconómica para incluir
la reforma fiscal, la liberalización del
comercio, el descontrol de precios internos, y
la descentralización o privatización de las
empresas públicas. En el lado
macroeconómico, el programa contenía
cuatro elementos explícitos, y un quinto
elemento implícito. Los cuatro elementos
explícitos fueron los siguientes: 1) una
devaluación y posterior flotación
administrada del tipo de cambio, y un
compromiso de convertibilidad de la moneda
completa sobre las cuentas corrientes y de
capital; 2) una reducción inmediata del déficit
fiscal a través de un fuerte aumento de los
precios del sector público (especialmente el
precio del petróleo nacional), combinada con
una congelación salarial del sector público; 3)
una propuesta de reforma tributaria
(promulgada por el Congreso de ocho meses
después) para ampliar la base tributaria y
aumentar los ingresos fiscales; y 4) la firma de
un acuerdo stand-by del FMI (realizada en
junio de 1986), para ser seguido por una
reprogramación del Club de París de la
deuda pública con acreedores oficiales
extranjeros. De estos pasos, el que está con el
efecto más importante a corto plazo era la
subida de los precios del sector público que
eleva los ingresos del gobierno de inmediato
en varios puntos porcentuales del PIB. El
quinto elemento implícito era la suspensión
completa continuada en el pago de principal
e intereses a los acreedores de los bancos
comerciales, a pesar de los fuertes impulsos
del FMI para reanudar el servicio de la
deuda.
El paquete de políticas tuvo el efecto
deseado de cerrar el déficit de presupuesto de
flujo del gobierno central. Con la combinación
de precios más altos del sector público, la
virtual paralización de toda la inversión
pública, la congelación apretado en los salarios
del sector público en niveles muy deprimidos,
turas después del inicio del programa. El
gobierno central no se basó en absoluto en
el crédito fiscal del banco central durante
los meses finales de 1985 o durante el año
1986.
U. Interpretar el repentino final de la
hiperinflación
A pesar de una enorme devaluación al
comienzo del programa, y el aumento de otros
precios claves, el nivel general de precios se
estabilizó casi inmediatamente. El final
repentino de una inflación de 60.000 por
ciento parece casi milagrosa, excepto por el
hecho de que prácticamente todos los
hiperinflación ha parado de esa manera. En
un estudio justamente reconocido, Thomas
Sargent (1986) argumenta que un cambio tan
dramático en los resultados de la inflación de
precios de un cambio repentino y drástico en
las expectativas del público de las políticas
futuras del gobierno, y por lo tanto argumentó
que un contundente "cambio de régimen" es
el necesario y condición suficiente para una
rápida desinflación. Sugiero, a diferencia de
Sargent, que la experiencia boliviana destaca
una explicación diferente y mucho más fácil
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de final muy rápida de la hiperinflación. Por
1985 agosto de los EE.UU.satisfacer dos de las
tres funciones clásicas de dinero: la unidad de
cuenta y la reserva de valor (aunque no era el
medio de intercambio para la mayoría de las
transacciones). Se establecieron los precios, ya
sea explícita o implícitamente en dólares, con
operaciones continuas a tener lugar en los billetes
de pesos, a precios determinados por los precios
en dólares convertidos al tipo de cambio de
contado. Por lo tanto, mediante la estabilización
del tipo de cambio, la inflación interna se podría
hacer para volver de inmediato a la tasa de
inflación en dólares de Estados Unidos!
En mi artículo anterior, mostré ecometri-
camente que la clave, por tanto, a poner fin a
la inflación de los precios era detener la
depreciación del tipo de cambio del mercado
negro (que se convirtió en la misma que la tasa
oficial vez que las tasas se unificaron a través
de un sistema de subasta abierta),
Afortunadamente, fijación o estabilización de
un tipo de cambio en el corto plazo es mucho
más simple que convencer al público de que se
ha producido una verdadera y fundamental
"cambio de régimen". El tipo de cambio se
puede colgar temporalmente,
282 AEA documentos y actas de mayo de 1987

por ejemplo, incluso si el público sabe sentido, el gobierno de Bolivia instituyó un

ciertamente que el PEG se degradará en un impuesto importante
futuro próximo, como se indica en la
literatura sobre ataques especulativos contra
racionales tipos de cambio fijos. En el caso de
Bolivia, el gobierno fue capaz, al menos
temporalmente, para estabilizar el tipo de
cambio, ya que había eliminado su déficit
presupuesto de flujo de al menos
temporalmente. El público, sin embargo,
permaneció profundamente escépticos de que
el gobierno sería capaz de mantener la
austeridad presupuestaria más allá de un corto
período de tiempo (especialmente en vista del
hecho de que varios intentos de estabilización
anteriores habían fracasado).
Hay dos piezas principales de pruebas en
apoyo de la tesis de que la estabilización de
precios precedió a la credibilidad del
programa por varios meses. En primer lugar,
las tasas de interés de los préstamos en pesos
se mantuvieron muy altos en los meses
posteriores a la estabilización, mucho más
alta que las tasas de préstamos denominados
en dólares comparables. Esto sugiere que a
pesar de la estabilización de precios procedió
rápidamente, y la tasa de cambio del peso se
estabilizó vis-a-vis el dólar, a finales de 1985
ya lo largo de 1986, el público continuó
esperar una tasa significativa de la
depreciación del peso. De hecho, las tasas de
interés en pesos mensuales no cayeron por
debajo del 5 por ciento por mes hasta octubre
de 1986, después de 8 meses de tasa de
cambio virtual y la estabilidad de precios.
La segunda parte de la evidencia sobre la
lenta recuperación de la confianza en el éxito
del programa de estabilización viene del
comportamiento de los saldos monetarios
reales. En 1983, los saldos monetarios reales
se situaron en 10.3 mil millones de pesos
1.980. En la víspera de la estabilización, los
saldos reales cayeron a 3,0 mil millones de
pesos 1.980. Después de la estabilidad de
precios fue restaurada en Bolivia, los saldos
monetarios reales se incrementaron de forma
muy gradual en respuesta. Todavía en junio de
1986, los saldos monetarios reales todavía se
situó en 3.6 mil millones de pesos 1.980, muy
por debajo de los niveles de 1983.
Las autoridades bolivianas fueron capaces
de mantener el tipo de cambio estable durante
el plazo debido a la transición de déficit fiscal
al equilibrio fiscal más tiempo, de manera que
para el largo plazo, Sargent es correcto hacer
hincapié en la necesidad de un cambio
fundamental en la política fiscal con el fin de
mantener la estabilidad de precios. En este
reforma de mayo de 1986 cuando ampliará en
gran medida la base de ingresos, y también
instituyó un presupuesto muy austero para
1986. Por otra parte, se ha mantenido el
principio de no pago de servicio de la deuda a
los bancos comerciales hasta que se pueda
concluir un acuerdo fundamental de la deuda
problema que implica algún tipo de perdón de
la deuda.
La conclusión, entonces, es que la
estabilización del tipo de cambio desempeñó
el papel preeminente en la desinflación
inmediata, mientras que los cambios
fundamentales de política fiscal eran
necesarias para mantener el tipo de cambio
estable en el tiempo. En otros países, sin
embargo, como Chile durante 1979-1981, el
tipo de cambio se ha estabilizado, pero sin una
desinflación inmediata. La diferencia entre
Bolivia y estos otros casos parece estar en la
naturaleza de la hiperinflación. Con el
aumento de precios en más de 50,000 por
ciento al año, todos los vestigios de la fijación
de precios a largo plazo en la moneda nacional
desaparecen, por lo que la fijación de la tasa
de cambio nominal se convierte suficiente
para la estabilización de precios. Para
inflaciones menos rápido, contratos de precios
escalonados denominados en la indexación de
la moneda nacional o mira hacia atrás con el
IPC doméstica pueden romper el estrecho
vínculo entre la inflación y el tipo de cambio.
Por lo tanto, los países con alta inflación, pero
no hiperinflaciones podría ser conveniente
combinar la estabilización del tipo de cambio
con otras medidas (como por ejemplo, los
ingresos políticas) con el fin de lograr un
retorno inmediato a la estabilidad de precios.
Tales estrategias "heterodoxas"
Recientemente se han empleado en Argentina,
Brasil, e Israel, en contraste con el "enfoque
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ortodoxo" de las autoridades bolivianas. En
todos los casos, sin embargo, la estabilización
a largo plazo es casi seguro que requieren una
rectificación de los desequilibrios fiscales más
fundamentales. países con alta inflación, pero
no hiperinflaciones podría ser conveniente
combinar la estabilización del tipo de cambio
con otras medidas (por ejemplo, ingresos
políticas) con el fin de lograr un retorno
inmediato a la estabilidad de precios. Tales
estrategias "heterodoxas" Recientemente se
han empleado en Argentina, Brasil, e Israel, en
contraste con el "enfoque ortodoxo" de las
autoridades bolivianas. En todos los casos, sin
embargo, la estabilización a largo plazo es casi
seguro que requieren una rectificación de los
desequilibrios fiscales más fundamentales.
países con alta inflación, pero no
hiperinflaciones podría ser conveniente
combinar la estabilización del tipo de cambio
con otras medidas (por ejemplo, ingresos
políticas) con el fin de lograr un retorno
inmediato a la estabilidad de precios. Este tipo
de estrategias "heterodoxas" Recientemente se
han empleado en Argentina, Brasil, e Israel, en
contraste con el "enfoque ortodoxo" de las
autoridades bolivianas. En todos los casos, sin
embargo, la estabilización a largo plazo es casi
seguro que requieren una rectificación de los
desequilibrios fiscales más fundamentales.
Referencias
Cagan, Phillip, "La dinámica monetaria de la
hiperinflación", en M. Friedman, ed,
estudios realizados en la teoría
cuantitativa del dinero, Chicago:.
University of Chicago Press, 1956.
Capie, Forrest, "Las condiciones en el que la
inflación muy rápida ha aparecido", en K.
 VOL. 77 NO. 2 PARADA alta inflación 283

Brunner y Meltzer AH, eds, Carnegie- y la estabilización", NBER Discusión Paper

Rochester Serie Conferencia de Política
Pública:. El método Nacional Bureau,
movilidad internacional del capital, y otros
ensayos, vol. 24, Spring 1986.
Sachs, Jeffrey, "La hiperinflación boliviana
Series No. 2073, noviembre de 1986.
Sargent, Thomas J., "Los extremos de cuatro
grandes inflaciones", según sus
expectativas racionales y la inflación,
Nueva York: Harper & Row, 1986.
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reservados