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La antropología feminista hoy: algunos énfasis claves

Martha Patricia Castañeda Salgado*

Resumen: Abstract:

En este artículo se exponen algunas de las This article, based on the Feminist
aportaciones más significativas de varias an- Anthropology, discusses around a new
tropólogas feministas mexicanas y espa- epistemological and methodological key to
ñolas. Su objetivo es mostrar algunas de analyze and to contribute to the transit
las líneas de reflexión que ellas han of women, from the alterity to the center
desarrollado en relación con la redefini- of their own perspective.
ción de la disciplina antropológica y sus
procedimientos de investigación. En esa
tesitura, se aborda el tránsito de la
alteridad de las mujeres a su recono-
cimiento como sujetas cognoscentes y
cognoscibles, algunas claves epistemoló-
gicas y las innovaciones en la metodología
y en el trabajo de campo. Cierra el ar-
tículo la referencia al lugar que ocupa
actualmente la antropología feminista en
tanto que perspectiva que actualiza e
Palabras clave: Antropología feminista, cul- impulsa la búsqueda de nuevos desarrollos
tura, metodología feminista. para la antropología en su conjunto.

* Programa de Investigación Feminista,


Centro de Investigaciones Interdisciplinarias
en Ciencias y Humanidades de la UNAM,
Torre II de Humanidades, 6° piso, Ciudad
Universitaria. Coyoacán, 04510, México, D.F.

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Perspectivas Teóricas 35
Presentación

Es referencia recurrente informar mente maleable y que las diferen- entrenadas en el análisis de la
que los estudios hechos por las cias de los sexos en términos de diferencia cultural, hicieron un
antropólogas sobre culturas dis- personalidad son creaciones cultu- pasaje relativamente fluido al aná-
tintas a la occidental han sido rales en las que cada generación lisis de las diferencias sexuales y
reveladores de la diversidad de de mujeres y hombres es entrenada. de género1. En ese proceso, la
arreglos culturales que rodean el De entonces a la fecha muchas confluencia entre dos ámbitos de
ser y el estar de mujeres y hombres. investigaciones y elaboraciones teó- pensamiento abiertos e interdi-
Una de las autoras más citadas ricas han abonado el terreno del sciplinarios, la antropología y el
es, probablemente, Margaret Mead, estudio de las diferencias entre feminismo, mostró ser, además
quien publicó en 1935 Sex and mujeres y hombres en distintos de estimulante, provocadora.
Temperament in Three Primitive contextos socioculturales. La irrup- En este artículo expondré al-
Societies. En esa obra pionera, ción en la academia de la llamada gunas de las aproximaciones con-
ella comparó tres grupos en los “segunda ola del feminismo” dio, ceptuales y metodológicas de
que las atribuciones de mujeres y sin embargo, un giro definitivo a antropólogas feministas mexica-
hombres parecían diferir notable- la interpretación de dichas diferen- nas y españolas que son claves,
mente, llegando a concluir que cias. La presencia creciente de fe- tanto para el desarrollo de la di-
no es el sexo consustancial al ministas en distintas disciplinas sciplina como para las investiga-
comportamiento de unas y otros, y áreas del conocimiento trajo ciones orientadas por la teoría de
sino que éste es el resultado del consigo la entrada de voces críticas, género2. Como toda selección, es
condicionamiento social que cada deconstructivas y propositivas que arbitraria. Se centra en algunas
cultura y cada grupo social dedi- contribuyeron a evidenciar el carác- de las especialistas que me han
ca a niñas y niños para hacerles ter androcéntrico de la ciencia y guiado en mi propio trabajo de
individuos capaces de desenvol- sus formas de trabajo. La antro- investigación y, por lo tanto, for-
verse de manera adecuada dentro pología no estuvo exenta de este man parte entrañable de mi
de su contexto social. En un sen- proceso; es más, en poco tiempo genealogía intelectual.
tido más amplio, afirmó que la se dejó sentir el peso de la obra de
naturaleza humana es increíble- las antropólogas feministas que,

1
Marta Lamas publicó en 1986 “La antropología feminista y la categoría ‘género’”, artículo de análisis y balance de dicha situación que, a la
postre, resultaría una referencia obligada como punto de partida para determinar el estado del arte.
2
Marcela Lagarde definió a la teoría de género como “…una teoría amplia que abarca categorías, hipótesis, interpretaciones y conocimientos
relativos al conjunto de fenómenos históricos construidos en torno al sexo…” Vid. Marcela Lagarde, Género y feminismo. Desarrollo humano y
democracia, Madrid, Horas y Horas la Editorial, 1996 (Cuadernos Inacabados, 25), p.26.

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La elaboración de un nuevo campo conceptual

Sin duda, el trabajo continuado Ahondar en esas implicaciones vedosas, pensar en metodologías
de las antropólogas feministas ha condujo a las antropólogas a ir no estandarizadas y proponer con-
redundado en la elaboración de más allá de la descripción etno- ceptos y categorías centradas en la
conceptos y categorías de análi- gráfica para desentrañar el con- explicación de las mujeres como su-
sis que hacen parte de un nuevo tenido de la “especificidad” de jetos5. Supuso también transformar
campo conceptual. En ese senti- las mujeres, demostrando que tal de manera radical la manera de hacer
do, la antropología feminista se cualidad no radicaba en su “natu- trabajo de campo junto con una
ha especializado en el estudio pro- raleza” sino en la subordinación resignificación de la etnografía.
fundo, crítico y propositivo de una en que transcurrían sus vidas, En este proceso se distinguen al
forma particular de la experien- posición interiorizada en el con- menos cuatro hechos relevantes:
cia humana: la de ser mujer. Este texto de las relaciones de poder a) El reemplazo del informante hom-
deslinde ha tenido varias impli- que iba aparejada de la minus- bre por informantes mujeres.
caciones a lo largo de ya casi valía de todo lo clasificado cul- b) La selección de temas específi-
medio siglo3. En primer término, se turalmente como femenino. cos de la experiencia de las muje-
trató de reconocer la existencia Consecuencia de ello, la propues- res que no podrían ser rastreados
misma de las mujeres, visibilizán- ta de la antropología feminista más que a través de ellas mismas.
dolas, denunciando el carácter pro- fue desplazándose poco a poco a c) El reconocimiento de las intera-
fundamente androcéntrico de la dejar de mirar a las mujeres como cciones entre mujeres en el cam-
disciplina que equiparó las expe- “el otro” cuya experiencia no había po de la investigación empírica.
riencias masculinas con las de la sido reconocida en los estudios d) El desmontaje de las posturas
humanidad en su conjunto. De for- sobre la cultura para conceptua- esencialistas en torno a las iden-
ma paralela, con el desmontaje del lizarlas como sujetos cognoscentes tidades de género.
androcentrismo se mostró también y cognoscibles. Esta reorientación Cada uno de estos hechos tras-
el sexismo, el racismo, el clasis- permitió plantear nuevas pregun- toca las orientaciones epistemológi-
mo, el etnocentrismo occidental y tas, todas ellas relacionadas tanto cas de la antropología convencional,
el colonialismo que subyacían al con el ser como con el estar y el labor en la que han coincidido la
contenido teórico, epistemológico hacer de las mujeres. Esto supuso vertiente feminista y otras líneas
y metodológico con que se había desmontar perspectivas y conceptos de pensamiento crítico internas a la
conducido la antropología, aun afianzados ya en las teorías antro- disciplina. A continuación enuncio
cuando reportara “casos” basados pológicas, resignificar los campos de algunos de los efectos que estas
en la observación de las mujeres4. estudio, elaborar explicaciones no- reorientaciones han traído consigo.

3
Me refiero específicamente a la antropología española y latinoamericana, puesto que en el ámbito anglosajón, dados los antecedentes históri-
cos, se trata de una postura de más viejo cuño dado que antropólogas que ejercieron profesionalmente desde la década de 1930 (como la
propia Margaret Mead) trazan ya los derroteros de la antropología feminista. Cfr. Teresa del Valle. “Contribuciones, significatividad y perspec-
tivas futuras de la antropología feminista,” en Actas del IX Congreso de Antropología de la Federación de Asociaciones de Antropología del Estado
Español, Septiembre de 2002, Barcelona.
4
Es evidente que la antropología feminista coincide en este punto con otras posturas postmodernas y postcolonialistas de la disciplina. Sin
embargo, lo que interesa destacar aquí es el énfasis que pone en el androcentrismo y el sexismo como rasgos distintivos de la antropología
en general.
5
Es decir, no se trató más de “feminizar” los conceptos ya consensuados, sino de crear aquellos que dieran clara cuenta de la condición de
género de las mujeres en el contexto estudiado.

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De la otredad a la caracterización de las mujeres como sujetas de género 6

La influencia del feminismo en el anglosajonas, explicita Teresa del tamente excluidas de las descrip-
quehacer cognoscitivo de las antro- Valle, pues su huella no está sufi- ciones etnográficas o de los
pólogas se manifiesta de la manera cientemente impresa ni en la etno- planteamientos teóricos; el pro-
más evidente en la recolocación grafía ni en la etnología de habla blema real era su subsunción en
de las mujeres en el campo de los inglesa, situación paradójica pues- preocupaciones que no pasaban por
problemas de investigación, en to que, si bien la obra de Simone reflexionar en torno a las impli-
los procedimientos empíricos y de Beauvoir presenta esquemas caciones de su ser sexuado y ge-
en la complejización de la noción de universalistas, su interés en la nérico. En ese sentido, las mujeres
sujeto. Así, la sustitución de los particularidad de La Mujer sen- eran parte del dato, no sujetas ac-
informantes hombres por mujeres taría las bases para una buena tivas de la elaboración cultural.
a quienes se les reconoció la parte del desarrollo del concepto Tendría que cobrar fuerza el
misma capacidad para referir su de género, tan importante para la concepto de género para que las pre-
cultura es apenas un primer paso antropología feminista anglosa- guntas sobre las posiciones diferen-
de un proceso más profundo de jona. ciadas de mujeres y hombres, así
diversificación de El Sujeto7. Entre los efectos de la obra de como la valoración también dife-
Teresa del Valle plantea al respec- Simone de Beauvoir en la antro- rencial de lo femenino y lo mas-
to: “En los argumentos que pología se debe destacar la refle- culino, repararan en la necesidad
enlazan la filosofía política femi- xión en torno a la alteridad de la de comprender cómo es que sobre
nista con el pensamiento ilustra- mujer como categoría y de las mu- esas bases se constituyó la pro-
do encuentro las raíces teóricas de jeres como existencias particula- funda desigualdad que marca las
la antropología feminista que más res. Al definirla como “el otro”, el vidas de unas y otros. La incorpo-
tarde van a tener su continuidad paso a su caracterización como ración de la perspectiva de género
en la obra El Segundo Sexo. Es en “el otro de el otro” de la antro- a la investigación antropológica
este punto donde se produce la pología estaba abierto. permitió, entre otras cosas, visi-
articulación entre la antropología Sin embargo, como bien señala bilizar a las mujeres como sujetas
feminista y el desarrollo teórico Carmen Gregorio Gil9. esa ubica- con vida propia y con una partici-
de la disciplina,…”8 Sin embargo, ción en la alteridad no resolvió el pación determinante en la produc-
la influencia de la autora de ese problema de la representatividad ción de la cultura. Ahora bien,
libro esencial para el feminismo de las mujeres para la teoría an- dada la posición de inferioridad
contemporáneo en la antropología tropológica, pues no se trataba generalizada de las mujeres que
sólo es detectable en posturas no de que hubieran estado comple- se ha reportado en la etnografía de
6
Es amplia la discusión en torno a la emergencia de los sujetos y a la conveniencia de aplicar o no esta categoría a las mujeres, debido a las
múltiples connotaciones que tiene el término en relación con la sujeción. Sin embargo, es claro que en esta exposición asumo el término en
el sentido epistemológico y lo feminizo para subrayar su no subsunción a la connotación de un sujeto cognoscente neutro y universal.
7
Con este reconocimiento, la antropología feminista contradice el dicho de la muerte del sujeto y muestra, por el contrario, que “…El sujeto
no ha muerto: se ha revolucionado. Desenmascarado por el pensamiento crítico, el sujeto muestra sus múltiples vestimentas culturales de
mundo, de clase, de estamento, de género, y de edad. Muestra sus particularidades concretas y su trasvestismo universalista. Y, ante la emer-
gencia práctica y simbólica, discursiva, existencial y política de múltiples sujetos, el ser, el sujeto, el hombre, ese conjunto de categorías inter-
dependientes es reconstruido.” (Marcela Lagarde, 2002:228). Marcela Lagarde, “Antropología, género y feminismo”, en Griselda Gutiérrez
Castañeda (coord.), Feminismo en México. Revisión Histórico-Crítica del siglo que termina, México, Universidad Nacional Autónoma de México,
Programa Universitario de Estudios de Género, 2002, p. 228.
8
Ibid. p. 2.
9
Carmen Gregorio Gil, “Contribuciones feministas a problemas epistemológicos de la disciplina antropológica: Representación y relaciones de
poder”, en AIBR Revista de Antropología Iberoamericana, Edición electónica, Antropólogos Iberoamericanos en Red, vol. 1, no. 1, enero-febrero
del 2006, Madrid.

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contextos por demás disímbolos, investigadora-investigada se tras- los saberes de las mujeres y los
Dolores Juliano sugiere entender toca para convertirse en una rela- saberes concretos de cada una; la
que las mujeres constituyen un ción intragenérica en la cual, sin otra consiste en conceder rango de
sector subalterno y que, como tener pretensiones ideales de iden- autoridad a las mujeres por su sa-
tal, tienen la capacidad de “rene- tidad (una-una), se reconoce la biduría intelectual, sus conocimien-
gociar o impugnar su situación”, especificidad de cada una de las tos, sus habilidades subjetivas para
por lo que “son sujetos activos mujeres interactuantes. Esto, en vivir, sus hallazgos y sus descubri-
en el campo de las relaciones palabras de Marcela Lagarde, in- mientos. Implica también visibilizar
sociales…”10 que, desde esa posi- troduce un compromiso distinto de los aportes de cada mujer a su
ción desigual de poder, elaboran para las feministas, compromiso que propia vida y a su mundo. Como el
estrategias para romper su invisi- hago extensivo para las antropó- esfuerzo es grupal y colectivo, al va-
bilización, revertir su situación logas feministas en particular, en lorar y reconocer a cada mujer y sus
de subalternidad y lograr el re- el sentido de que conduce a vin- aportes, contribuimos a crear la au-
conocimiento de sus obras. dicar a cada mujer como razón de toridad de las mujeres: dimensión
En esta tesitura, las antropó- ser del feminismo para actuar po- simbólica legítima de identidad,
logas feministas no verán más a las líticamente tanto en el nivel indi- cimiento de autoestima personal
mujeres de las sociedades o gru- vidual como en el colectivo, por un y colectiva11”. Llevando este plan-
pos estudiados como “los otros lado, y a erigir, por otro, “…una pe- teamiento a sus consecuencias para
de los otros” sino que apreciarán dagogía entre mujeres en la que la disciplina antropológica, supone
su vida en sí misma y, sobre todo, cada una puede ser maestra de otras contribuir a un mutuo fortaleci-
demostrarán que, a pesar de la y a la vez ser discípula de otras ma- miento de las capacidades y la au-
opresión (y desde ésta), las mu- estras. Esta visión en que se reco- toridad tanto de las mujeres que
jeres dotan de significación a la noce la posibilidad de aprender algo investigan como de las mujeres
sociedad y a la cultura. Al hacer de las otras, tiene por lo menos dos con quienes se investiga.
este reconocimiento, la relación bases: una consiste en reconocer

El análisis crítico de la cultura

Las antropólogas feministas rom- la justicia, la equidad, la igualdad ciones que la acompañan, como
pieron con el romanticismo cen- entre las personas, que no pueden la étnica, la racial y la de clase).
trado en la valoración de cada ser “negociados” en virtud de si- La mirada crítica respecto a la
cultura como positiva por sí tuaciones específicas en las que cultura bajo estudio se aplica
misma, pasando a una perspecti- resulten transgredidos en nombre también a la cultura propia. Con
va crítica en la que se redefine la de concepciones de género que ello se introduce, simultáneamente,
tensión entre universalidad y par- no sólo permiten sino estimulan un posicionamiento respecto al
ticularidad. Así, se postula que que se perpetúe la subordinación etnocentrismo y al relativismo, de
existen valores universales como de las mujeres (y otras subordina- acuerdo con el cual, si bien es ne-

10
Dolores Juliano, El Juego de las Astucias. Mujer y Constucción de modelos sociales alternativos, Madrid, Horas y Horas La Editorial, 1992,
(Cuadernos Inacabados, 11), pp. 15,16.
11
Marcela Lagarde, Claves feministas para la autoestima de las mujeres, Madrid, Horas y Horas La Editorial, 2000 (Cuadernos Inacabados, 39),
p. 26.

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cesario entender a cada cultura en tivismo cultural y los Derechos de la violencia, la desigualdad y
sus propios términos, también es Humanos.”14 la opresión de las mujeres, cada vez
cierto que eso no la convierte en De acuerdo con la autora arriba más y mejor documentada. En es-
ideal e incomparable. De ahí la mencionada, un punto de quiebre te sentido, la antropología femi-
propuesta de constituir un femi- tiene que ver con que el relativismo nista contemporánea ha puesto
nismo multicultural12 en lo que toca cultural incluye un relativismo mo- especial atención en la demostra-
al campo político filosófico, que ral que impide, según distintas ción de que las culturas no son
puede asociarse fácilmente con la posturas, “…establecer un crite- unidades homogéneas y consis-
perspectiva antropológica de vin- rio universalmente aceptable para tentes; por el contrario, encie-
dicación de la diversidad cultural. medir y comparar distintos sis- rran fuertes contradicciones (una
Así, se ha construido una mirada que temas de valores.”15 Si dicho crite- de las más patentes la que atañe
permite aprehender las distintas rio está basado en el “modelo a la condición de género de mu-
maneras como se relacionan con- individualista de la democracia jeres y hombres, la cual redunda
cepciones del mundo, formas de occidental.”16 Inherente a este en posiciones y relaciones atrave-
organización social y contenidos modelo es la exclusión de las mu- sadas por poderes de dominación
de género particulares etnocén- jeres de la representación de lo de éstos sobre aquéllas), inconsis-
tricas13, junto con la posibilidad humano, condición compartida con tencias y fisuras. Ante este cambio
de analizar si esas culturas y sub- otros grupos subalternos y mar- de perspectiva, advierte Virginia
culturas de género llevan dentro de ginales. En los últimos años, sin Maquieira, las antropólogas femi-
sí los fundamentos ideológicos embargo, las definiciones de los nistas están contribuyendo simultá-
de la desigualdad entre mujeres y derechos humanos se han amplia- neamente a redefinir los conceptos
hombres, así como las vías para do y complejizado para dar cuen- de cultura, diversidad cultural y
desmontar esa situación. En esa ta de las distintas formulaciones diferencia cultural, proceso con el
intersección se ubica lo que Vir- culturales al respecto. cual obligan a repensar la defi-
ginia Maquieira caracteriza como A pesar de ello, un problema nición y el sentido de la propia
“la compleja relación entre el rela- continúa irresuelto: la prevalencia disciplina antropológica.

Claves epistemolóicas: desnaturalización y visibilización

Quizás el logro más importante de ta lógica de humanización de lo que como algo ajeno y con existencia
la cultura sea generar la percep- nos rodea se logra que todo aque- propia, proceso que afecta de ma-
ción de que lo natural es humano llo que es producto de la creativi- nera decisiva a la comprensión de
y lo humano es natural. Desde es- dad y actividad humana aparezca las relaciones humanas y las posi-

12
R. Aída Hernández Castillo, “Entre el etnocentrismo feminista y el esencialismo étnico. Las mujeres indígenas y sus demandas de género,”
en Debate Feminista, año 12, vol. 24, octubre del 2001, México, p. 207.
13
Marcela Lagarde, Género y feminismo. Desarrollo humano y democracia, Madrid, Horas y Horas La Editorial, 1996, (Cuadernos Inacabados, 39)
p. 14.
14
Virginia Maquieira D’Angelo, “Género, globalización y multiculturalidad,” en Martha Patricia Castañeda Salgado (Coord.), Construyendo el
Presente, mirando al futuro. Perspectivas feministas para un desarrollo con democracia, México, Universidad Nacional Autónoma de México,
Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en ciencias y Humanidades, en prensa.
15
Ibid.
16
Ibid.

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ciones relativas de mujeres y hom- la desnaturalización de todo lo que es la visibilización de las mujeres.
bres. En ese sentido, uno de los atañe a mujeres y hombres en tanto En tanto la experiencia humana ha
propósitos más recurrentes entre que sujetos de género. En este sido mostrada a lo largo de siglos
las antropólogas feministas ha sido punto, el referente obligado es el a través de la mirada patriarcal y
demostrar que la coincidencia entre cuerpo, en particular el cuerpo se- androcéntrica, la existencia misma
el pensamiento teórico de estu- xuado, erigido en fuente de metá- de las mujeres es un hecho a pro-
diosos como Lévi-Strauss17 y el sen- foras y aseveraciones que califican bar: mientras la presencia de los
tido común cuando homologan a cada uno de sus órganos, sistemas hombres no está en tela de duda,
las mujeres con la naturaleza son y funciones en relación con capaci- la de las mujeres está permanen-
preceptos ideológicos, elaboracio- dades humanas desigualmente pon- temente sujeta a la demostración.
nes culturales y construcciones he- deradas. A partir de ese punto, En esta medida, décadas atrás las
gemónicas que las han anclado en cada cultura ha elaborado un im- antropólogas feministas han insis-
la subordinación. bricado entramado de significaciones tido en que es indispensable plan-
Como parte del desmontaje crí- que legitima la desigualdad y la tearse la pregunta ¿y las mujeres?
tico de lo que es la cultura, destaca oculta bajo múltiples velos que ter- cada vez que se pretende abordar
la rehumanización del concepto, es minan por hacerla aparecer como cualquier aspecto de la vida hu-
decir, se recupera el análisis de que natural, histórica, lógica, intrínseca mana. Con la consolidación de esta
es un producto de las acciones, pre- a la experiencia humana. perspectiva antropológica, las in-
ferencias y decisiones de mujeres y Frente a ello, las antropólogas dagaciones apuntan cada vez
hombres que, a través de su actuar feministas han insistido en el más hacia los conocimientos, los
cotidiano, le imprimen dinamismo poder desestructurador y decons- saberes, los valores, las formas de
e historicidad. Marcela Lagarde lo tructivo de cuestionar todo lo que producción, la participación en la
sintetiza así: “La mayoría de los aparece como “natural” cuando reproducción, la estética, los con-
estudios antropológicos feministas del ser mujer y el ser hombre se ceptos filosóficos, los cuerpos y las
parten de una epistemología de gé- trata. La desnaturalización surge, sexualidades, las concepciones del
nero que ha permitido resignificar así, como un proceso epistemoló- mundo, las posiciones políticas,
la cultura: lo simbólico, los lengua- gico y metodológico que, más que en fin, hacia todas las expresio-
jes, las representaciones y los proce- basarse en la prioridad de la cul- nes de las mujeres en términos de
sos de aculturación al analizar la tura sobre la biología, centra su ser y hacer que, aun hoy, son des-
intervención de mujeres y hombres atención en la sospecha: la sos- conocidas, ignoradas, silenciadas u
en dichos procesos; así como las pecha de que no hay identidades omitidas. Por esa razón, las an-
repercusiones culturales específi- femeninas y masculinas esenciales, tropólogas feministas trabajan
cas en ellas y ellos, los papeles y las la sospecha de que toda aparien- actualmente en varias direcciones:
funciones de la intelectualidad, cia de equilibrio oculta inequida- abordando los temas clásicos
las instituciones y los sujetos socia- des de poder, la sospecha de que desde la perspectiva de las muje-
les en la recreación de la cultura.”18 lo natural no es tal19. res; planteando temas novedosos
Acompaña a esta perspectiva Ahora bien, un paso previo indis- derivados de las necesidades de
otra clave epistemológica central: pensable para la desnaturalización conocimiento que plantea la pro-
17
El fundamento de la explicación levi-straussiana respecto a la conformación de la cultura descansa, precisamente, en su aseveración de la
mayor cercanía de las mujeres con la naturaleza y de los hombres con la sociedad. De esa asociación se desprenderá su análisis de las mujeres
como bienes de intercambio, cuya circulación permite las relaciones sociales y, en consecuencia, la organización social toda entre los hom-
bres, los grupos parentales y, en su sentido más amplio, las sociedades. Cfr. Claude Lévi-Strauss. Las estructuras elementales del parentesco,
Buenos Aires, Paidós, 1988.
18
Marcela Lagarde, “Antropología, género y feminismo”... op. cit, p. 226.
19
Esta actitud crítica se ha nutrido básicamente de las filósofas feministas a partir de Simone de Beauvoir. Siguiendo con el análisis de la obra
de las antropólogas mexicanas y españolas hasta ahora citadas, no cabe duda que algunas de las referencias importantes en sus elaboraciones
son las filósofas españolas Celia Amorós y Amelia Valcárcel.

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Perspectivas Teóricas 41
fundización en la experiencia cul- Innovaciones metodológicas y técnicas
tural e histórica de las mujeres; en el trabajo de campo
haciéndose cargo de los temas
emergentes/urgentes que ofrecen
las modificaciones introducidas en Emprender la investigación antro- “un día en la vida”, constituido por
la situación de los géneros por la pológica con las mujeres como suje- el contraste entre un día rutinario y
tensión entre lo local y lo global; tas y no como una voz más es, en un día excepcional, procedimiento
elaborando los conceptos, las cate- sí misma, una innovación dentro de que permite identificar cómo “La
gorías, las metodologías, los méto- la disciplina. Hacerlo, además, con mayoría de las mujeres vive, por
dos y las técnicas que se requieren una perspectiva feminista consti- lo menos, con dos calendarios vi-
para consolidar las teorías antro- tuye, más que una innovación, una tales: el culturalmente aceptado
pológicas feministas. Por el mo- reorientación con múltiples impli- para su sociedad y el suyo, confor-
mento me restringiré a exponer las caciones. Entre éstas es menester mado por los hechos genérica-
propuestas de Marcela Lagarde y mencionar la exigencia de modi- mente significativos de sus vidas,
Teresa del Valle respecto a algu- ficar los procedimientos empíricos y por catástrofes y otros hechos
nas de las metodologías antropo- convencionales para llegar a com- sobresalientes.”22
lógicas feministas. prender con profundidad lo que sig- Otro aspecto de la metodolo-
nifica ser mujer en un contexto gía es la “estancia con las mujeres”.
determinado. En esta búsqueda, las Ésta supone “Estar con las mujeres
antropólogas feministas han adap- para aproximarse y analizar sus
tado las metodologías consensuadas vidas, consiste en compartir con
en función de sus objetivos; ade- ellas, hacer cosas juntas, mirar y
más, han resignificado procedimien- mirarse, ser espejos y superficies
tos e inventado técnicas propias. que no reflejan, acompañarse y
En esta última línea se ubican participar con las mujeres en sus
varias de las aportaciones de Mar- quehaceres, en sus actividades es-
cela Lagarde y Teresa del Valle20. pecíficas, en sus rituales, en situa-
Con la publicación de Cautiverios ciones de conflicto o de gozo, en
de las mujeres21, Marcela Lagarde la soledad de sus diversas celdas o
explicitó una metodología de in- en sus recorridos delirantes por las
vestigación compleja en la que los calles.”23 ¿En qué se diferencia esta
recursos ya probados para la inves- perspectiva de la observación par-
tigación empírica, como la historia de ticipante, tan cara para la antropo-
vida, la observación participante o logía clásica? Responde la autora:
el relevamiento del ciclo de vida se “…la estancia con las mujeres no
complementaron y enriquecieron con se asemeja a la observación parti-
otros elaborados en la práctica. cipante porque la distancia no hace
Con base en esa conjugación, la au- ajena a quien investiga. En cambio,
tora explicita su metodología de considera que influye en el ‘hecho
20
Los aportes de ambas autoras al desarrollo teórico conceptual y metodológico de la antropología feminista abarcan numerosas obras e impor-
tantes planteamientos. En este artículo me restrinjo a citar algunas de las que considero han sido más influyentes en el trabajo de colegas y
discípulas.
21
Marcela Lagarde, Cautiverios de las Mujeres Madresposas, monjas, putas, presas y locas, México, Universidad Nacional Autónoma de México,
1990.
22
Ibid. p. 36.
23
Idem.

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42 Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales
de investigación’, con su sola pre- momentos importantes en la ela- riencias), las articulaciones (momen-
sencia, con sus decires y acciones y boración de la memoria social, en- tos en que se vinculan las diferen-
que, simultáneamente, es observada, tendida ésta como “…una manera tes encrucijadas) y los intersticios
analizada, investigada por las muje- de acceder a la comprensión de los (momentos en que las mujeres
res. Una parte del conocimiento mecanismos del poder a través encuentran la forma de resolver
es elaborado en este diálogo. del conocimiento de la construc- situaciones difíciles). Todos ellos
“Finalmente, en contrario a la ción del pasado. Esto implica el devienen ejes articuladores del re-
supuesta neutralidad del observa- delinear las constelaciones del po- cuerdo, que a la vez es el que da
dor participante, la metodología de der…”25 Esta aproximación es fun- sustancia de la experiencia.
la ‘estancia’ adquiere su especifici- damental pues el estudio del poder Por otra parte, Teresa del Valle
dad, porque en este caso, el sujeto es un elemento conceptual y ana- propone también el estudio de
es mujer y es unilateral: además de lítico que diferencia de manera los cronotopos genéricos como
mirar el mundo genéricamente, sien- clara las aproximaciones feministas estrategia metodológica enrique-
te empatía hacia las mujeres con al género de aquellas que lo consi- cedora, puesto que son “…los pun-
quienes investiga hechos que las deran una variable, una dimensión, tos donde el tiempo y el espacio
constituyen a todas; se encuentra en un dato o una entrada a la des- imbuidos de género aparecen en
ellas y las encuentra en sí misma. cripción de formas particulares de una convergencia dinámica. Como
La investigación realizada consti- división sexual del trabajo y del nexos poderosos cargados de re-
tuye así, explícitamente, parte de mundo. En ese sentido, estudiar flexividad y emociones, pueden
una voluntad y de un saber polí- el poder a través de sus expresio- reconocerse en base a las carac-
ticos.”24 nes materiales y simbólicas (tales terísticas siguientes: actúan como
Marcela Lagarde enfatiza la im- como monumentos, genealogías, me- síntesis de significados más amplios,
portancia de abordar la transgre- canismos de identificación, nomen- son catárticos, catalizadores, con-
sión y la obediencia como recursos claturas) permite constatar “…la densan creatividad y están sujetos
que permiten entender la simul- finura con que actúan los hilos de a modificaciones y reinterpreta-
taneidad de la dependencia y la la naturalización como tentáculos ciones continuas. Son enclaves
búsqueda de autonomía, mismas de la estructura de poder… De ello temporales con actividades y sig-
que adquieren matices de acuerdo hemos de diferenciar entre la na- nificados complejos en los que se
con la situación específica de cada turalización como medio para sen- negocian identidades, donde pueden
mujer y de cada categoría de mu- tar y consolidar los cimientos del estar en conflicto nuevas inter-
jeres. A través de la transgresión, poder y la naturalización como pretaciones de acciones, símbolos
por otra parte, se evidencian los estrategia de inmovilismo y de- creados de desigualdad. Puede ne-
hitos (muchos de ellos correspon- sigualdad…”26 gociarse la desigualdad y o reafir-
dientes a momentos rituales, de pa- Así, en el estudio de la memoria marse, expresarse. Lo mismo puede
so en especial) que han marcado la se vinculan los hitos (aquellos mo- ser objeto del mismo proceso la
posibilidad de transformación de mentos que las mujeres identifican igualdad. En muchos casos son los
la vida, la situación y la condición y seleccionan como importantes espacio-tiempos donde se obser-
de las mujeres. porque introdujeron una reorienta- van las fisuras incipientes de lo
Teresa del Valle, por su parte, ción en sus vidas), las encrucijadas que más tarde puede erigirse en
propone también los hitos como (momentos de cruce en las expe- un cambio manifiesto.”27

24
Idem.
25
Teresa del Valle, Andamios para una nueva ciudad. Lecturas desde la antropología, Madrid, Ed. Cátedra, 1997 (Feminismos, 39), p. 102.
26
Ibid. p. 132.
27
Teresa del Valle, “Procesos de la memoria: Cronotopos Genéricos”, en Teresa del Valle (ed.), Perspectivas Feministas desde la Antropología
Social, Barcelona, Ed. Ariel, 2000, p. 246.

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Perspectivas Teóricas 43
En ambas autoras está pre- sceptibles de potenciar cambios mujeres y a lo femenino y, en par-
sente una intencionalidad clara: reales en la organización genéri- ticular, que sean conocimientos
hacer que la investigación an- ca del mundo, en las posiciones favorables a la redefinición de sí
tropológica feminista aporte cono- relativas de los individuos gene- mismas, así como a la modi-
cimientos comprometidos con la rizados, en el orden patriarcal, en ficación de las condiciones de
identificación de aquellos hechos el desmontaje de los poderes de género de ellas y de los hombres.
de la vida social y personal su- dominación que subordinan a las

Perspectivas actuales
-Conclusión-

Teresa del Valle28 muestra que en actuar como conciencia crítica de puentes creativos con el femi-
el momento actual, la antropolo- para resaltar las tensiones y con- nismo así como con los movimien-
gía feminista ofrece importantes tradicciones inherentes a dichos tos feministas y de mujeres y, por
perspectivas para el futuro de la discursos…”30. En ese ejercicio, último, se convierte en un importan-
antropología, las cuales enuncia el reconocimiento de los silen- te estímulo para el dinamismo de la
como “tensión”, “sospecha” y “emer- cios, las omisiones, la invisibi- disciplina antropológica al abrirle
gencia”. Respecto a la tensión lización, son elementos claves en brechas interdisciplinarias que la
señala: “Un punto fuerte de la an- torno a los cuales construir herra- ayudarán a romper su autoconten-
tropología feminista reside en su mientas metodológicas que los ción y a cumplir cabalmente con su
capacidad para generar fuentes de develen. objetivo científico: dar cuenta de
tensión que en algunos casos por Por último, la emergencia se la experiencia humana en toda su
sus resultados llega a revelarse refiere “…a la investigación acer- amplitud.
como tensión creativa…”29 misma ca de la anticipación del cambio; Los procesos macroestructurales
que se vincula con la importancia tema vital de la antropología fe- que afectan a la humanidad en su
creciente de la interdisciplina que minista y de la antropología en conjunto requieren de una antropo-
involucra, entre otros procedimien- general…”31 logía comprensiva de la diversidad,
tos, la relectura crítica de la propia Con estos y otros procesos, la la multiculturalidad, la multiplici-
disciplina. antropología feminista se coloca en dad de sujetos. A la conformación de
Por su parte, la sospecha “se una posición privilegiada para con- esta antropología contribuye la an-
desarrolla en la tarea del feminis- tribuir con conocimientos novedo- tropología feminista de manera
mo de desentrañar las falacias de sos al desmontaje de la opresión decisiva al analizar cómo todos ellos
los discursos naturalistas, de las de género junto con las otras opre- están imbuidos por las marcas y
argumentaciones excluyentes y siones a ella articuladas; se nutre significaciones del género, por lo

28
Teresa del Valle, “Contribuciones, significatividad y perspectivas...”, op. cit.
29
Ibid.
30
Ibid.
31
Ibid.

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44 Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales
que, al tener entre sus objetivos sean las condiciones que susten- dad una de las aspiraciones más
aportar conocimientos compro- ten la vida de mujeres y hombres sentidas de las feministas: vivir
metidos, situados, críticos y a nivel mundial, sustenta tam- en libertad.
propositivos vinculados con que bién los contenidos de los nuevos
la justicia, la igualdad, la equi- pactos civilizados que es indis- Recibido el 23 de noviembre del 2005
dad, el desarrollo y la democracia pensable signar para hacer reali- Aceptado el 24 de agosto del 2006

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Perspectivas Teóricas 45
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Perspectivas Teóricas 47

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