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INCLUSION SOCIAL

MOMENTO 1: RECONOCIMIENTO

YULIANA ANDREA PARRRA GUERRERO

(1.098.788.955)

TUTOR: YAMISON PALACIOS

(40004_42)

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, ARTES Y HUMANIDADES

PROGRAMA DE PSICOLOGIA

BUCARAMANGA – COLOMBIA

2016
Introducción

A la hora de llevar a cabo una intervención social es muy importante conocer la realidad social
sobre la cuál vamos a intervenir; porque de este modo conoceremos y entenderemos mejor dicha
realidad, sus necesidades, demandas, preferencias...etc.; de ahí que tengamos que plantearnos
cuestiones previas de carácter general que nos aporten datos sobre el objeto de nuestra intervención

El logro de los fines del estado (Bien Común, Bienestar General y Seguridad Integral) demanda una
voluntad que ha de traducirse en la acción de toda la colectividad nacional, tanto del gobierno del
Estado como de todos los integrantes de la nación; esto es, de los individuos concretos, grupos o
instituciones que ella comprende o abarca, en todo cuanto suponga participar bajo distintas formas
en los procesos de adopción y ejecución de decisiones políticas. La acción de uno y otros, en
procura de los fines, no es otra cosa que la acción política que tiene lugar en el marco del Estado, a
la que se denomina puede denominar Política Nacional, cuando dicha acción política está referida a
una nación o Estado concreto; es decir, la acción política que se da en el Estado, está determinada
por un carácter constructivo, en el sentido de que debe ir creando situaciones cada vez mejores en la
vida de la nación, de manera que su ascenso creciente y edificante vaya configurando
progresivamente el logro de los fines antes indicados.
1) ¿Por qué Saidiza (2013) advierte que el actual movimiento cultural y político en Colombia
entra en tensión con el proyecto de la inclusión social?
La tensión entre estado y sociedad que había en el centro del Movimiento Cívico se resolvió por
medio de la mesa de negociación entre los líderes del movimiento social y los representantes del
estado. Se manifiesta una nueva estructura de poder, al rechazar la representación que este tenía de
los campesinos |cocaleros y presentar ellos su propia forma de representarse: habitantes con arraigo
en la región, ciudadanos |putumayenses con quienes deben concertarse políticas y programas. En la
negociación, respaldada por el paro cívico, los líderes del movimiento confrontaron el poder del
estado y obligaron a sus representantes a oírlos y a tomar en cuenta las diferentes perspectivas y así
lograr la concertación de unos acuerdos. En palabras de Melucci (1993: 250): "la acción colectiva
hace posible la negociación y el establecimiento de acuerdos que, aunque transitorios, sirven como
condición de una democracia política capaz de proteger a la comunidad de los riesgos crecientes del
ejercicio del poder o de la violencia". En el Putumayo, exigir mesas de negociación y la firma de
acuerdos se ha convertido en una manera de demandar los derechos ciudadanos, sociales, cívicos y
políticos, así como del reconocimiento como movimientos sociales y políticos. En última instancia,
en una forma que tienen los habitantes de demandar su inclusión dentro de la democracia
participativa promovida por el estado, a la que no han podido acceder; más aún, de plantear nuevas
formas democráticas y de ejercicio de la ciudadanía.
2) ¿Por qué Saidiza (2013) sugiere que la tendencia actual en Colombia tanto política como
cultural que pretende retomar los valores y la forma de vida pre moderna es opuesta al
proyecto de la inclusión social?
saidiza nos sugiere para que entendamos que es cultura política creándonos la ilusión de que no
sabes tener valores como para enriquecer nuestra tierra
3) De acuerdo a Lechner (1998) ¿Qué desafíos plantean nuestros miedos para lograr un
desarrollo donde las personas sean el sujeto y beneficiario del proceso?
Los miedos de la gente tienen una expresión sobresaliente: el miedo al delincuente. La delincuencia
es percibida como la principal amenaza que gatilla el sentimiento de inseguridad. Sin ignorar las
altas tasas de delitos en todas las urbes latinoamericanas, llama la atención que la percepción de
violencia urbana es muy superior a la criminalidad existente. Por ende, no parece correcto reducir la
seguridad pública a un problema policial. Probablemente la imagen del delincuente omnipresente y
omnipotente sea una metáfora de otras agresiones difíciles de asir. El miedo al delincuente parece
cristalizar un miedo generalizado al otro. Varias razones alimentan esa desconfianza en las relaciones
interpersonales.
4) ¿Por qué Marín Espinosa (2013) plantea que al abordar el tema de la inclusión social es
pertinente tener en cuenta las dimensiones políticas, económicas e históricas a través de las
cuales ordenamos las Relaciones entre un nosotros y los otros?
La celeridad del proceso y la expansión del mercado a ámbitos extra económicos (como educación,
salud o previsión) tienden a modificar profundamente nuestra mirada de la sociedad y el significado
cultural de vivir juntos (Touraine 1997). Prevalece una visión individualista del mundo, de sus
oportunidades y sus riesgos. Dicho esquemáticamente: los procesos de individuación desembocan en
procesos de privatización. Privatización de normas y conductas, privatización de riesgos y
responsabilidades. Ello debilita la integración de la vida social y como muestra el miedo a la
delincuencia deja al individuo desamparado. El vínculo social representa un patrimonio de
conocimientos y hábitos, de experiencias prácticas y disposiciones mentales que una sociedad
acumula, reproduce y transforma a lo largo de generaciones. Es el capital social de un país (Putnam
1993, 1995). Y, como todo capital, su desarrollo exige un entorno favorable.
Pues bien, cabe dudar si la actual estrategia de modernización favorece el despliegue de nuestro
capital social. Las políticas neoliberales no valoran las experiencias de la gente, no dejan lugar al
ocio, no fomentan la acción colectiva. Interiorizando las exigencias de productividad, competividad
y flexibilidad se hace más difícil producir sociedad: darle densidad a la interacción social y espesor
simbólico a la vida en común. El capital social es una red de redes. Exige lazos activos de confianza
y cooperación, conversaciones fluidas sobre asuntos de interés común. Exige la participación y
articulación de un sinnúmero de actores organizados (desde rotary hasta asociaciones de vecinos) y
agrupaciones informales (bandas juveniles, alcohólicos anónimos, grupos literarios , etc.).
5) ¿Los otros representan una categoría política necesaria para pensar la inclusión social?
Si el extraño causa alarma, es porque desconfiamos de nuestras propias fuerzas. El miedo a los otros
es tanto más fuerte cuanto más frágil es el nosotros. La modernización rompe con el estrecho mundo
señorial de antaño y abre amplias zonas de contacto. Incrementa las transacciones, pero no genera
necesariamente lazos sociales. La mayoría de las relaciones suelen ser anónimas y fugaces. Apenas
se conoce al vecino. Vemos día a día cómo los procesos de secularización, diferenciación y
mercantilización de la sociedad moderna, potenciados por la globalización, socavan las identidades
colectivas. Se debilitan los contextos habituales de confianza y sentido. La familia, la escuela, la
empresa, el barrio, la nación ya no son lugares evidentes de integración e identificación.
Los nuevos lugares públicos centros comerciales, estadios de fútbol, recitales de rock ofrecen nuevos
rituales, pero no conforman lazos de cohesión social. Crecen las tribus, agrupaciones móviles y
flexibles, que comparten emociones, símbolos e intereses puntuales, pero sin la autoridad y duración
necesarias para ofrecer normas y creencias estables.
6) ¿Por qué para Rodríguez (2013) en el caso colombiano pensar el asunto de la democracia y de
la relación democracia-educación y exclusión es urgente para poder imaginar un futuro en
donde la exclusión, la pobreza y la desigualdad, no sean como hasta ahora los comunes
denominadores de la historia del país?
esta nueva actitud requirió de una profunda transformación que no sólo afectó el sistema político y
económico, sino también los modos de concebir el conocimiento , la educación y la realidad, así que
ya desde principios del siglo XVII se dejan oír voces que propugnaban por un nuevo tipo de
educación, Descartes, Bacon, Galileo, entre otros muchos pensadores, critican de manera radical los
sistemas y contenidos tradicionales de la escuela, ellos reconocían la necesidad y urgencia de esa
transformación. Pero ¿de qué transformación se trata?, tal vez, Antonio Gramsci es el que mejor ha
resumido el asunto; en un ensayo intitulado "En busca del principio educativo", en donde dice, "La
escuela y su enseñanza luchan contra el folclor, contra todas las sedimentaciones tradicionales de
concepciones del mundo, para difundir una concepción más moderna, cuyos elementos primitivos y
fundamentales vienen dados por el conocimiento de las leyes de la naturaleza como dato objetivo y
rebelde al cual hay que adaptarse para dominarlo, y de las leyes civiles y estatales, producto de la
actividad humana, establecidas por el hombre y, por consiguiente, susceptibles de ser transformadas
por el hombre para los fines de su desarrollo colectivo". Así, que la escuela debería convertirse en un
sitio en donde se forma para el conocimiento e investigación tanto de la naturaleza, como del mundo
social, en este último punto se pone como fundamental la comprensión y toma de conciencia de los
distintos lazos sociales, pero no simplemente como algo dado de sí, sino esencialmente como un
"algo" en constante construcción y movimiento. Construcción y movimiento que dependen
fundamentalmente de las relaciones y acuerdos de los hombres, en donde todos los miembros de la
sociedad juegan un pape
7) Hasta qué punto la modernidad y sus implicaciones han hecho eco en el “nuevo continente”... y
¿cómo se han dado los procesos de exclusión e inclusión en el continente, y en especial en
Colombia? (Rodríguez, 2013).
El caso particular de Colombia pensar el asunto de la democracia y de la relación
democracia-educación y exclusión se hace más que urgente, no solo como consecuencia
de la coyuntura actual del país, sino como esencial para poder imaginar un futuro en
donde la Exclusión, la Pobreza y la Desigualdad, no sean como hasta ahora los comunes
denominadores de la historia del territorio. Pues estos elementos Exclusión, Pobreza y
Desigualdad, atraviesan toda la historia patria, baste recordar el modo como desde
iniciada la conquista del Darien2 las gestas españolas esclavizaron y azotaron a la
población aborigen, ya que no sólo fueron rotos los lazos tradicionales con la cultura, es
decir, las relaciones con la familia y con el entorno, pues al ser desplazados de sus
lugares tradicionales, se alteraron los cultos y los encuentros sociales desaparecieron,
pero ello no bastó a los recién llegados, ya que bien pronto el afán de lucro llevo a que
esta población se convirtiera en objeto de negocio, al igual, que lo serían más adelante
las poblaciones negras
8) ¿Por qué la modernidad permite el reconocimiento del otro y de los otros como iguales dignos
de derechos?
La dignidad humana en la modernidad y también en este siglo XXI aparece en un contexto
intelectual que arranca del tránsito a la modernidad, que ha superado avatares históricos y
confrontaciones intelectuales y que se sitúa en lo que llamo el proceso de humanización y de
racionalización que acompañan a la persona y a la sociedad, en los diversos procesos de liberación
que conducen a la primera a la mayoría de edad y a la segunda a una organización bien ordenada que
contribuye al desarrollo de las dimensiones de esa dignidad. La dignidad de la persona y la dignidad
de la humanidad son dos aspectos de una misma mentalidad, la del antropocentrismo y de la
laicidad, dos coordenadas que encuadran todo el proceso. Cuando reflexionamos sobre la dignidad
humana, referencia ética radical, y sobre el compromiso justo que corresponde a las sociedades bien
ordenadas, no estamos describiendo una realidad sino un deber ser, en cuyo edificio la dignidad
humana es un referente inicial, un punto de partida y también un horizonte final, un punto de llegada.
Se puede hablar de un itinerario de la dignidad, de un dinamismo desde el deber ser hasta la
realización a través de los valores, de los principios y de los derechos, materia de la ética pública.
Por eso la dignidad humana es más un prius que un contenido de la ética pública con vocación de
convertirse en moralidad legalizada, o lo que es lo mismo en Derecho positivo justo.

Texto:
El objetivo de este proyecto es crear un espacio de cooperación entre profesores en el que
desarrollar capacidades en el ámbito de los temas relacionados con la inclusión social. El propósito
final es incorporar los objetivos de aprendizaje. Este objetivo en el que se indica que “los planes de
estudio deberán tener en cuenta que cualquier actividad profesional debe realizarse desde el respeto
a derechos fundamentales y de igualdad entre hombres y mujeres, debiendo incluirse, en los planes
de estudio en lo que proceda, enseñanza relacionas con dichos derechos”. Los mecanismos para
conseguir este objetivo son la creación de diferentes espacios de comunicación y recursos
compartidos, como son:

Una base de datos de experiencias docentes, cursos de formación, seminarios y encuentros donde
discutir sobre las distintas propuestas y elaborar para poner a disposición bancos de datos con
recursos de información para mejorar su formación. Por parte de las redes se ha adoptado una
perspectiva que asume el principio de “inclusión explícita.

La idea es que se trate de forma específica en las actividades, pero sin dejar de incluir a otros grupos
sociales que compartan similares características e, incluso, buscar analogías y paralelismos (sin
olvidar las diferencias) con los procesos de exclusión social que afectan a otros grupos sociales.
Otro de los principios enunciados que asumen de forma directa las redes que colaboran en este
proyecto, como la participación directa de docentes en distintas actividades.

Conclusión
En el presente artículo se analiza la evolución de la definición del concepto de realidad

social en Occidente desde la Ilustración hasta la actualidad. La idea fundamental que quiere

destacar es que la visión de la realidad que posee la sociedad contemporánea es el fruto

de un largo proceso en el que la cultura —la filosofía, el arte, la ciencia—, con su poder

estructurante y desestructurante, ha tenido un decisivo papel. Para ello y tras señalar la

importancia que el tema de la realidad tiene para la sociología, dedico una serie de apartados

a cada una de las cuatro etapas en las que he dividido la Modernidad: la Ilustración —que

está pegada a la realidad, pero que comienza a cuestionarla—, el Romanticismo —en el

que la realidad ya no es un determinante de la sociedad—, la Modernidad —que ha convertido

a la realidad en un paradigma tecnológico— y la Posmodernidad —que ha transformado

a la realidad en una mercancía más que está en venta. Finalmente, concluyo indicando

que el pensamiento, la estética y la ciencia, es decir, la cultura, ha entregado la

realidad a un orden económico dominante

Referencias Bibliográficas

Saidiza, Oscar, (2013) Políticas Públicas para la inclusión en Colombia: de la realidad política a la realidad
cultural. UNAD, Bogotá.

file:///C:/Users/usuario/Downloads/52749-60924-1-PB.pdf

Pérez, Juan y Mora, Minior, (2006) Exclusión social, desigualdades y excedente laboral.
Reflexiones analíticas sobre América Latina, En Revista Mexicana de Sociología 68, núm. 3: 431-
465: México D.F.

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