Sie sind auf Seite 1von 5

Argueta, A., Corona-M, E. & P. Hersch. (2011).

Saberes colectivos y diálogo de


saberes en México. Cuernavaca: Universidad Nacional Autónoma de México.

DIÁLOGO DE SABERES EN MÉXICO

El debate en torno a los diálogos de saberes es interesante, además de la vigencia


de este. La propuesta que se presenta en el texto busca explorar nuevas formas de
entender a la sociedad a partir de un diálogo abierto en el que todos podamos
expresar nuestras visiones y entender las diferentes posiciones que tienen las
distintas comunidades que componen la sociedad mexicana. La propuesta de los
autores es variada y con propuestas concretas en algunos casos, utilizando algunos
ejemplos que han funcionado y en otros casos nos ayuda a entender las distintas
dinámicas que han surgido desde comunidades y grupos que buscan impulsar un
nuevo modelo sustentable o una propuesta integral que genere nuevas
posibilidades económicas, culturales y políticas.

La perspectiva crítica de los cuatro autores se encamina a mostrar las problemáticas


que han tenido algunas comunidades a la hora de expresar su cosmovisión, sus
formas de producción agrícola, su cultura y todo ese saber que han construido como
comunidad. Esa construcción de saberes en las comunidades no puede verse como
algo obsoleto de gente que se niega a incorporarse a las dinámicas del capitalismo,
todo lo contrario, esas formas de producción agrícola han servido para mantener
esas tierras productivas, sin un deterioro por el uso de herbicidas y plaguicidas,
además de mantener el uso de semillas endémicas, promoviendo un tipo de
alimentación sana para su población.

La primera autora, Elena Lazos, parte de un supuesto, que crearon las élites
mexicanas sobre los indígenas. Estas visiones, tenían un carácter negativo, en el
que se consideraba a estos grupos inferiores, perezosos, carentes de una
verdadera cultura, mediocre, etc. Vemos que estos adjetivos carecen de objetividad
y simplemente se plantean desde una visión de imposición, la cual no comprende
otras formas de saberes y simplemente son calificadas de forma negativa, sin
entender una cultura que es diferente y se maneja bajo lógicas distintas, con una
identidad que se basa en lo comunitario y que busca el mejoramiento de las
condiciones sociales y ambientales de los habitantes.

Un elemento primordial que Lazos toca es el atraso de la agricultura en el país,


causado supuestamente por las comunidades indígenas. Ella da unas razones, por
las cuales el campo mexicano se encuentra en un atraso y el deterioro del medio
ambiente:

El conjunto de estos movimientos sociales vigentes ha


puesto en evidencia una multitud de factores que explican el atraso
de la agricultura y el deterioro ambiental: a. la desintegración de sus
territorios y, por ende, de sus instituciones sociales que regulaban el
acceso a las tierras y a los recursos naturales; b. el
desenmascaramiento de las relaciones clientelistas entre las políticas
de desarrollo, los grandes propietarios y las grandes empresas
(agroindustriales, industriales, forestales, turísticas); c. las
inequidades económicas provocadas por el libre comercio en la
agricultura; d. las desventajas competitivas por la fijación de precios
de los productos básicos con base en la política comercial
internacional(…) (Lazos, p. 257).

Los problemas de la agricultura y del medio ambiente no son causados por estas
comunidades que intentan mantener esos saberes locales que les ha causado una
serie de inconvenientes en las que el Estado y las multinacionales han tratado de
imponer su tecnología y técnica en detrimento de las comunidades que buscan
generar sus propias formas de producir y no contaminar el medio ambiente. La
imposición de grandes emporios como Monsanto, Pioneer/Dupont y John Deere,
han impuesto una dependencia tecnológica y por otro lado han causado un
desprecio inusitado por las técnicas que los mismos campesinos habían utilizado
históricamente (Lazos, 2011).
Estas imposiciones de las multinacionales y trasnacionales han hecho que impere
una posición poco favorable a los saberes locales de dichas y comunidades y
simplemente se busca el beneficio de las empresas agrícolas que simplemente
quieren generara riqueza a cualquier costo y sin respetar, ni reconocer a grupos
indígenas o campesinos que buscan mantener sus saberes a partir de sus técnicas
agrícolas y sus formas de producción que son más afables con la naturaleza.

En el caso de Enrique Leff, existe una reflexión desde una perspectiva amplia que
busca entender y comprender el mundo a través de la relación y convivencia con
otros grupos que son diferentes a nosotros. Existe un compromiso con el otro, desde
el respeto por las costumbres y formas de ver la vida, en consonancia con el medio
ambiente y su preservación como elemento fundamental de la vida de las
comunidades, preservando la naturaleza por ser parte de la propia existencia. El
elemento ambiental hace parte del ser y no puede ser relegada a un segundo plano,
ni puede estar exclusivamente en función de los intereses económicos, ya que las
futuras generaciones se tendrán que ver abocadas a un problema de marca mayor,
en el que el acceso al agua o alimento será restringido.

La crisis ambiental nos abre un camino hacia la reflexión sobre el planeta y la


sociedad, esto nos permite plantear desde la interdisciplinariedad nuevas formas de
afrontar un problema que nos aqueja como sociedad. Leff, es prudente con esta
integración de las ciencias en busca de una supuesta unidad y universalidad del
conocimiento. “Pero estos nuevos acercamientos holísticos no renuncian a la
obsesión de la ciencia por la unidad y por la universalidad del conocimiento.
Finalmente, somos hijos de toda esta historia de lo uno, de la generalidad del
conocimiento, del ser absoluto y de la verdad absoluta; somos hijos de esa filosofía,
de esa comprensión del mundo”. (Leff, p. 383).

Estas posiciones universales niegan el valor de comunidades locales, no podemos


quedarnos en el ámbito científico como constructo universal, capaz de darle
solución a todos los problemas de la humanidad. Debemos tener presente que la
interdisciplinariedad no es simplemente la suma de las partes, es algo más profundo
que consiste en comprender el mundo como lo señala Leff:
Más allá de ese intento por rearmar la pedacería de conocimientos,
surge en la posmodernidad el propósito de desconstruir el
logos científico y filosófico, de romper incluso esta lógica de la
racionalidad formal y de la racionalidad instrumental, de trascender la
ética de yo y tú, la idea del alter ego, donde el otro tendría que ser un
reflejo de mí mismo; es decir, se trata de confrontar el imaginario de la
unidad y de la representación: de la representación de lo real a través
del concepto, como ideal de la verdad para alcanzar la transparencia
y el control del mundo objetivo; de la comprensión del otro como un yo
mismo, como si yo pudiera incluso comprenderme a mí mismo. (Leff,
p. 386).

La propuesta de Leff es muy llamativa y nos lleva a una reflexión de los diálogos
como interdisciplinarios, pero sin dejar del lado al otro, es decir debemos integrar el
concepto de “otredad” de Levinas. Esta visión nos permite comprender al otro, más
allá de lo ontológico, construyendo la otredad a partir de un diálogo de saberes que
nos permite tener una vía de integración en el que todas las partes puedan tener
una mejor convivencia.

Los otros dos autores, realizan reflexiones a partir de casos concretos en los que
van construyendo nuevas formas de apropiación y de un desarrollo sustentable en
la que las instituciones estatales pueden ser parte del diálogo de saberes. En el
caso de Toledo, su propuesta esta sustentada en la integración del sector público
con el sector rural tradicional, en el que se busca el aprovechamiento de la
biodiversidad local. Su argumentación se basa en el caso del café orgánico como
una forma de generar nuevas dinámicas agrícolas, dándole un valor agregado al
producto y un mayor aprovechamiento de los recursos vegetales del sistema
agroforestal.

La propuesta de Arturo Argueta esta fundamentada en un diálogo de saberes viable,


que se base en las necesidades que los pueblos requieran y demanden y donde no
se reproduzca un monólogo que busque cubrir las necesidades de grupos
empresariales. Argueta propone cambios sustanciales en la legislación,
reformulación de políticas públicas, reformas institucionales, Educación en la que
se incluyan estos saberes y la reconstrucción de saberes indígenas; estos puntos
muestran una nueva visión que integra los saberes en un entorno que desconoce al
otro y sus forma de ver la vida y de construir una sociedad a partir de lógicas
distintas a las que nos han impuesto como sociedad y de la que hacemos parte sin
cuestionar su accionar o simplemente nos abstraemos de la realidad para no
implicarnos como sujetos en estas problemáticas sociales.

Das könnte Ihnen auch gefallen