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Si la adoración es dirigida por un deseo de alabanza de los hombres, o juzgada

por nuestro gustos y desagrados, perderemos la bendición de Su presencia


poderosa, y Su gloria y las obras maravillosas entre nosotros se eran limitadas.

La palabra griega para adorar, "proskyneo", en realidad significa "inclinarse


delante de Dios". El corazón de la alabanza no es humillar nuestros cuerpos a
tierra, sino humillar nuestro orgullo delante de El.
Cuando uno está solo, puede humillar su cuerpo delante de Dios, pero no hay
espacio suficiente para hacerlo así en nuestra adoración pública. Sin embargo, es
esencial que humillemos nuestras voluntades humanas delante de El, una y otra
vez, siendo que nuestro orgullo caprichoso puede volver a erguirse con gran
facilidad.

Que el Espíritu Santo nos libere de nuestro orgullo vacío y nos enseñe que
nuestro mayor llamado es alcanzado cuando entramos en la presencia majestuosa
del Rey con adoración, alabanza y acción de gracias. Es de esa manera que en
realidad hacemos lugar para que Su gloria more entre nosotros.

Aquí hay un bosquejo para la adoración que hemos encontrado muy útil.

...con nuestro espíritus nacidos de Dios (Ro. 1:9)


Adorando en Espíritu (Jn 4:23,24)
Cantando himnos espirituales (Co.3:16; Ef.5:19)
Dando gracias "bien" por el Espíritu (1Co.14:15-17)

2. ...con nuestras mentes hechas nuevas en Dios. (Fil 2:3-5)


Adorando por obediencia con entendimiento (Ro.12:1; 2Co. 10:5).
Orando con entendimiento (1Co.14:15)
Alabando con entendimiento (Sal. 47:6,7)

3. ... con nuestras emociones vivas para Dios (Col. 3:23; Ro.12:11-15)
Con nuestra aclamaciones y palmoteando las manos al Señor (Sal. 47:1)
Mostrando nuestro gozo y dando graciasn (Sal. 47:1; Sal 100:1,4;Fil.4:4).
Estando en silencio delante del Señor (Sal. 46:10; Hab. 2:20)

4. ...con nuestro cuerpos entregados a Dios (1Co 6:19,20)


Arrodillándonos en adoración (Fil.2:9,10)
Inclinando nuestras cabezas (Miq. 6:6-8)
Levantando nuestras cabezas (Sal. 3:3,4; He. 4:16)
Levantando las manos (Lam. 3:40,41; Sal. 63:3,4)
Moviendo las manos en alabanza (Lv.9:21)
Danzando con gozo delante del Señor (Sal. 149:3; 150:4; 30:11)

Aunque este bosquejo es solamente el inicio en un estudio de adoración y


alabanza, puede llevar mucha bendición cuando estos principios son puestos en
práctica fiel y obedientemente. He descubierto esta verdad a medida que he
dirigido a mi congregación en las sublimes alabanzas a Dios, y estoy seguro de
que sucederá lo mismo con ustedes. El tema principal es la gloria a Dios, y el
fruto de esto es Su Reino - aquí y ahora-

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