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Recibido:
23 de abril de 2015
Aceptado:
15 de septiembre de 2015
ADVOCATUS | VOLUMEN 13 No. 26: 239 - 252, 2016 | UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL | BARRANQUILLA
240 Barbarie y civilización en el pensamiento jusfilosófico latinoamericano
A comienzos de la segunda mitad del siglo tradicciones que su dominio pueda generar.
XIX América Latina no aparece muy cambia- Ello significa que pese a la existencia, durante
da con respecto a la época colonial: las ciuda- estos años, de sublevaciones y revueltas por
des, incluso las capitales, no difieren mucho parte de los grupos subalternos y de tensiones
de las que vieron el fin del proceso de inde- en el seno de las mismas oligarquías, unas y
pendencia, y el tipo de vida siguió siendo, otras pudieron ser superadas (Carmagnani,
esencialmente el mismo, tanto en el campo 1984).
como en las ciudades.
El significado histórico de este período, lo
Esta semejanza entre tipos sociales pertene- sintetiza el argentino Domingo Faustino Sar-
cientes a dos momentos históricos distintos miento (1993) con su libro Civilización y Bar-
nos da una idea de la profunda continuidad barie.
de la evolución histórica antes y después de
1850, pero al mismo tiempo nos muestra la I. LA ANTINOMIA CIVILIZACIÓN-
novedad y distinción en algunos aspectos re- BARBARIE
feridos a la actividad comercial, al manejo de
la propiedad agraria y al ejercicio de la polí- Desde la época del descubrimiento de Amé-
tica. Quienes se dedican a estas actividades rica se muestra con más claridad la polémica,
tienen plena conciencia que son los llamados con carácter de antinomia, entre Civilización
por la historia a dirigir, manejar la economía, y Barbarie, aunque su formulación data de la
la sociedad, la política y mantener bajo el do- época clásica en el mundo occidental. Esta
minio a los otros grupos sociales subalternos. polémica se extendió durante toda la época
colonial hasta muy avanzado el proceso inde-
La renovada confianza en sí mismas que pendentista.
muestran las oligarquías proviene de que en-
tre 1830 y 1850 habían logrado reabsorber, no En sus inicios la polémica asumió el término
sin dificultades, las condiciones creadas por bárbaro como distinción pero luego la filoso-
las guerras de independencia y los efectos de fía cristiana del medioevo le dio una nueva
la ruptura de la estructura política y adminis- connotación muy apegada a sus principios
trativa colonial. culturales. Con el encubrimiento de Améri-
ca, a partir del siglo XVI, los conquistadores,
Por esa razón no solo logran abrirle paso a la una vez reelaborado el término, lo aplican a
hegemonía como oligarquía, sino que utilizan los dominados en forma despectiva, primero
los factores de poder para consolidar el domi- al negro esclavo y luego, al nativo.
nio político, económico e ideológico sobre los
demás grupos sociales. Nos hallamos frente a Ya no es la síntesis de las diferencias entre los
una clase en fase ascendente, capaz de asumir grupos sociales la que prevalece, sino la an-
su poder hegemónico y de minimizar las con- títesis entre un hombre americano cualitati-
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vamente diferenciado del hombre europeo: que muy pronto comprendió cuán divorciada
el uno bárbaro, corrompido y basto; el otro podía estar la teoría de la práctica.
civilizado, inteligente y fino.
II. LA IRRUPCIÓN DEL POSITIVISMO
Pero es definitivamente el pensador argentino
Domingo Faustino Sarmiento quien desde su Este hecho fue para la filosofía en general de
pluma le da forma literaria a la polémica, con mucha importancia y su influencia tuvo re-
un conjunto de escritos de 1845 titulados: Ci- percusiones de gran significado en Latinoa-
vilización y Barbarie, referidos a la vida de mérica, sobre todo en el quehacer filosófico,
Juan Facundo Quiroga y a la situación de Ar- desde 1870 hasta 1920, aproximadamente.
gentina, como consecuencia de la dictadura Los pensadores latinoamericanos no se limi-
de Juan Manuel Rojas. taron a asimilarlo y aplicarlo mecánicamente,
por el contrario, lo adaptaron a nuestras rea-
Según Sarmiento las verdaderas causas del lidades y lo enriquecieron creativamente apli-
desastre en Argentina estaban referidas al ais- cándolo a las distintas esferas de la vida, sobre
lamiento de la gente de las pampas, a su pé- todo, en el mundo espiritual latinoamericano
simo sistema político, a la falta de educación de la época.
y a la primacía de la barbarie. Frente a ello
era impostergable la superación de esta utili- Pero hay críticos de la literatura filosófica
zando los medios que la civilización ofrecía y que afirman que sus manifestaciones fueron
mediante el impulso de un sistema educativo vernáculas, o que se presentaron con mucha
que privilegiara la literatura, las ciencias, las anterioridad a esa fecha, antes que aparecie-
humanidades y las bellas artes. ra la obra de Comte. Algunos consideran que
pensadores de la generación de 1857 en Lati-
Pero la cuestión no quedaba allí, la única noamérica, se desarrollaron en un ambiente
manera de que con el tirano Rosas se abriera positivista y se adelantaron a sus ideas, tal es
paso el liberalismo era mediante oleadas mi- la consideración de pensadores como Alejan-
gratorias provenientes de Europa, al mismo dro Korn y Francisco Romero, quienes seña-
tiempo que se aniquilaba al indio por salva- lan que en los países del Cono Sur existía un
je para que la pujanza, el desarrollo y el pro- clima académico positivista con figuras como
greso aparecieran. Solo el gaucho quedaría la del chileno José Victoriano Lastarria.
como ejemplo del primitivismo y barbarismo
argentino al lado de hombres educados y ci- Para el filósofo cubano Pablo Guadarrama,
vilizados al mejor estilo europeo. Estas ideas “el positivismo fue asumido y cultivado en
contenidas en Facundo fueron las luces que Latinoamérica como una filosofía optimis-
orientaron su accionar en la actividad políti- ta, llena de confianza en el hombre, en la
ca desplegada a lo ancho y largo del país para capacidad creativa de su pensamiento, en la
obtener el apoyo de sus conciudadanos. Aun- cultura, en la ciencia, en el progreso y el de-
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sarrollo industrial; como una filosofía alia- de la producción y una educación más acorde
da del liberalismo y defensora de la demo- con las exigencias requeridas para alcanzar
cracia burguesa. Esas ideas resultaban muy plenamente la independencia de los naciones
avanzadas para los países latinoamericanos recién liberadas.
recién liberados, en su mayoría, del colo-
nialismo español y enfrascados entonces en El positivismo en nuestro continente no
profundas luchas entre las oligarquías re- compartió la idea del debilitamiento de las
trógradas y la naciente burguesía nacional” Ciencias Sociales y el declive de la Filosofía,
(Guadarrama, 2012). tal como lo afirmaba en su versión original,
por el contrario, fue un cada vez creciente
Tales ideas, ya para la época en la cual Cuba y optimismo lo que la caracterizó. Desde esta
Puerto Rico aún no habían obtenido su inde- perspectiva podríamos afirmar que no fue
pendencia, eran consideradas por el gobierno copia y calco mecánico, como algunos sue-
español como muy peligrosas porque subver- len sugerir. Como lo afirman muchos filó-
tían el orden y la tranquilidad, cuando real- sofos latinoamericanos, entre ellos Leopoldo
mente se trataba de ideas de hondo contenido Zea y Pablo Guadarrama: “No significó una
democrático y de libertades políticas, necesa- simple adaptación de una filosofía europea
rias para el orden democrático burgués que se a estas latitudes, sino una incorporación
extendía con vigor en el continente. y recepción creadora con profundos ele-
mentos originales, disímiles y renovadores,
Con esa corriente filosófica, se pretendía or- que constituyeron una forma específica de
ganizar ideológicamente las nacientes repú- superación de dicha filosofía en el ámbito
blicas liberales siguiendo los lineamientos de particular de este continente, como expre-
racionalidad y modernidad, entregando a la sión concreta del desarrollo de la lucha en-
población un acervo de nuevas costumbres y tre el materialismo y el idealismo filosófico”
programas capaces de superar las formas so- (Guadarrama , 2012).
ciales y psicológicas del medioevo, subsisten-
tes aún. Se quería progreso material, espíritu Además, algunos de sus seguidores no siem-
empresarial y hábitos de cara a la industria pre se mantuvieron identificados con dicha fi-
para superar las viejas y carcomidas costum- losofía, pues criticaron y hasta superaron sus
bres de la herencia (Massuh, 1986). insuficiencias y las debilidades de la pretendi-
da superación de la metafísica. Aunque mu-
Encajaba perfectamente esa filosofía, con el chos pensadores latinoamericanos formados
carácter progresista de la débil burguesía na- en esa corriente filosófica se encontraron de
cional, cuya pretensión era sustituir de una repente buscando rescatar las posturas y con-
vez por todas las ya obsoletas relaciones pre- dición de la metafísica (Salazar, 1993).
capitalistas de producción y estimular el de-
sarrollo de la industria, la técnica al servicio Pero fue la concepción evolucionista de
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Spencer la que primó por encima de las ideas tinoamérica, en esos años, se correspondían
dogmáticas de Comte, excepción hecha de al- para que fuera el positivismo la corriente más
gunos países como Brasil y Chile, fundamen- apropiada para desplegarse con vigor. Porque
talmente, donde encontraron eco y se mos- prácticamente no tenía contrincante en la
traron fuertes las ideas del pensador francés. arena de las ideas, pero una vez se genera la
Esto era apenas lógico, porque las concepcio- difusión y desarrollo del marxismo, durante
nes spencerianas se correspondían más con la tercera década del siglo XX, el positivis-
las ideas de Darwin, con los últimos avances mo deja de ser la única opción filosófica y la
de las Ciencias Naturales y Ciencias Sociales más adecuada para las exigencias de aquellos
de la segunda mitad del siglo XIX y tenían tiempos. Inclusive, en esa época de cambios
un contenido más liberal, apropiado para el muchos pensadores positivistas se mostraron
mayor desarrollo de las ideas sociopolíticas y proclives a las ideas de Marx y las defendie-
económicas del continente latinoamericano ron, como el argentino Ingenieros y el cubano
(Zea, 1980). Varona.
Los pensadores que asimilaron y defendieron III. LAS HUELLAS DEL POSITIVISMO
las tesis positivistas no pudieron, en algunos
casos, desligarse del enfoque reduccionista Es bueno aclarar que esos intelectuales positi-
del darwinismo social, aunque no siempre vistas jamás dudaron de la aplicación creativa
estuvieron de acuerdo con sus posturas ra- de las ideas de esa doctrina, porque ellas eran
cistas. De la crítica deconstructiva y asimila- no solo fruto de las condiciones especiales del
tiva pasaron a darle una gran importancia a desarrollo europeo y respondían a sus pecu-
la educación para contrarrestar sus nefastas liaridades, sino que además el método de in-
influencias, al mirar a las minorías étnicas terpretación y análisis fue igualmente remo-
con sentido de inferioridad y propiciar desa- zado y adaptado a las nuevas circunstancias
rrollos de crecimiento humano en los grupos latinoamericanas.
poblacionales. Fue mediante la crítica que la
presumida inferioridad de indígenas, negros, Nada más alejado de la realidad que conside-
mestizos, zambos, mulatos etc., pasó pronto rar que el positivismo no contribuyó a que los
a convertirse en motor para alcanzar las vías intelectuales latinoamericanos se interesaran
del desarrollo mental y contrarrestar la su- por nuestras realidades. En todos los planos
puesta superioridad europea para justificar el del análisis y del desarrollo, con criterio cien-
sometimiento de unos individuos o pueblos tífico, contribuyó con un mejor conocimiento
a otros. de Nuestra América y de sus recursos y posi-
bilidades.
La crítica considera que las exigencias so-
cioeconómicas, políticas y culturales de La- En el campo jurídico y político, dado el in-
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terés por la reorganización del poder en las neris en el siglo XIX e inicios del XX y sus ten-
distintas repúblicas, se hizo notar con gran dencias y manifestaciones se mostraron bien
entusiasmo el predominio de la filosofía po- temprano en pensadores como Juan Bautista
sitivista de Comte, sobre todo en la Filosofía Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento y mu-
del Derecho de esa época. Y sus manifestacio- chos otros, algunos de los cuales habían reci-
nes fueron claras: simpatía frente a las con- bido antes la influencia del romanticismo, el
cepciones materialistas, desprecio y hostili- eclepticismo y el espiritualismo.
dad hacia la metafísica, una gran valoración
de la experiencia como fuente exclusiva de El primero de esos pensadores fue claro al se-
conocimiento, importancia a la observación ñalar la necesidad de someter a una revalora-
de los hechos y el experimento como claves ción nuestra actitud ante la cultura universal
de investigación científica y la exclusividad, y especialmente en el campo de la filosofía.
en su aplicación del método científico a la in-
A mediados del siglo XIX Alberdi, efectiva-
vestigación en el campo de las Ciencias Natu-
mente, plantea la posibilidad de una filosofía
rales, reacción contra el iusnaturalismo de los
americana, bajo el precepto de que si no existe
siglos XVII y XVIII, por sus posturas dogmá-
una solución universal al conjunto de las si-
ticas y excluyentes y la asimilación acrítica del
tuaciones particulares, entonces no es posible
Derecho positivo. Consideraban a este como
ni viable una filosofía de carácter universal
el único válido, pues según ellos, el Derecho
(Alberdi , s.f).
natural no era Derecho (Kunz, 1951).
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nales democráticos y anticaudillistas con ver- Pero no es solo la libertad política su preo-
dadero sentido educador. Fue un hombre de cupación, también la libertad económica, e
teoría y práctica y lo demostró cuando como ideológica. Es decir, una libertad en sentido
Presidente de la República de Argentina no amplio es la que deja plasmada en dos de sus
abandonó su labor pedagógica para mostrar obras clave: Facundo y Conflictos y armonías
con su ejemplo la profunda confianza que se de las razas en América.
debe tener en el papel emancipador de la edu-
cación. Esa libertad también se manifiesta en su pre-
ocupación por emancipar las escuelas de la
En su ideario político no había espacio para enseñanza religiosa, como vieja herencia de
las dictaduras, por eso fue el primer crítico la época colonial. Por esta razón, fue gestor e
impulsor de la Ley 1 de 1884 sobre la educa-
del dictador Rosas en la Argentina a quien
ción laica. Y, muy crítico de quienes querían
consideraba contrario al progreso, al desarro-
por todos los medios utilizar la religión para
llo civilizatorio e industrial del país.
justificar la ideología totalitaria y la manipu-
lación mental de los pueblos. Su postura re-
Como gran defensor de la democracia bur-
ligiosa era consecuente con su identificación
guesa, se mostró partidario de las formas
con la masonería. Pero fue un crítico mesura-
electorales de gobierno y de la división de
do con un discurso lleno de razones anticleri-
poderes, demostrando que fue influenciado
cales no radicales.
fuertemente por Spencer, Montesquieu y por
el eclecticismo de Coussin. Aunque en su for-
La libertad económica la consideraba como
mación como universalista también acogió
necesaria para el desarrollo y progreso capita-
las influencias, sobre todo en la primera fase
lista. Al respecto afirmaba: “no puede haber
de desarrollo intelectual, del romanticismo y progreso sin la posesión permanente del
el espiritualismo. Pero, como ya se indicó, fue suelo, sin la ciudad, que es lo que desenvuel-
el positivismo el que orientó su quehacer in- ve la capacidad industrial del hombre y le
telectual y político en su etapa madura. permite extender sus adquisiciones” (Larro-
yo, 1978).
Sarmiento fue un defensor de la libertad in-
dividual más que de la libertad social. Sobre Su pensamiento progresista lo entronca con
el particular escribía: “legar la libertad a sus dos conceptos: primero, el hombre no es por
hijos es la mejor y más productiva herencia naturaleza malo, sino portador de algunos
que una generación puede dejar a otra; y al elementos que bien pueden conducirlo al
constituir un Estado es digna y grave preo- mal, y que están relacionados con el entorno
cupación de sus legisladores hacer efectiva social. Su desarrollo es perfectible, pero hay
esa bendición que es el origen de todas las que crearle las mejores condiciones exterio-
otras” (Larroyo, 1978). res para que pueda adelantar en todos los as-
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pectos de su vida; y segundo, solo saliendo de do tanto por la reflexión sobre la educación y
la barbarie, se puede llegar a la civilización. la cultura como elementos indispensables de
Pero el camino adecuado es seguir el ejem- la emancipación humana, como al análisis e
plo de Europa y Norteamérica (Guadarrama, interpretación sociopolíticos de su entorno.
2012 y Sarmiento, 1939). El pensamiento de Independientemente de su concepción antro-
Sarmiento ha sido duramente criticado, aun- pológica sobre los pueblos latinoamericanos,
que algunos coinciden en afirmar que estuvo en algún sentido muy cuestionable, su praxis
ajustado a las exigencias y connotaciones de estuvo marcada por una intención marcada-
la época histórica de los pueblos. mente civilizadora y progresista en todos los
órdenes de la vida socioeconómica, política
La filosofía positivista de Sarmiento fue el y cultural, y se dio a la tarea de realizarlas
arma política utilizada para golpear la ideo- mientras estuvo ocupando los altos cargos
logía dominante en cabeza de las dictaduras gubernamentales, como la Presidencia de la
que se abrían paso en el continente como la República.
de Rosas en Argentina y Gaspar Rodríguez en
Paraguay. Si bien es cierto no se mostraba plenamen-
te de acuerdo con el darwinismo aplicado a
Un balance apreciativo de sus ideas nos con- la sociedad, sí se identificaba con el pensa-
duce a afirmar que el norte de su orientación miento de Spencer, pilar fundamental del
política y económica estuvo marcado por positivismo, sobre todo en su obra Conflictos
el liberalismo decimonónico que proliferó y armonías de las razas en América. Su tesis
en la etapa premonopolista del capitalismo, central es que al ser nuestras razas resultado
cuando aún parecía tener alguna validez la de mezclas con razas inferiores, como la árabe
idea de un comercio absolutamente libre. Por de la cual se nutrió España y los negros afri-
supuesto, que esa idea central se disiparía y canos sometidos a la esclavitud, no tienen la
perdería fuerza con el advenimiento de los capacidad para gobernar y requieren, por lo
monopolios a fines del siglo XIX. Pero sería tanto, ser civilizadas adquiriendo una educa-
necio afirmar que sus posturas favorecían a ción que les permita construir un paradigma
las burguesías oligárquicas y eran contrarias de comportamiento parecido al europeo.
a los intereses de los sectores humildes de la
población. En teoría y práctica se mantuvo Mira hacia Europa porque considera que es
fiel a la necesidad de ampliar las posibilidades civilización y la mejor manera de luchar con-
de desarrollo económico, educativo y cultural tra la barbarie es ser europeísta. Es Europa
de estos sectores. Muestra de ello fue su férrea el norte, pero no la Europa ibérica, sino la
defensa de la educación popular auspiciada franco-anglosajona, porque con la primera
por el Estado. no se puede reconstruir a América por ser si-
nónimo de inferioridad, sino con la segunda,
Como académico y político estuvo preocupa- sinónimo de adelanto y desarrollo. Por lo tan-
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la América, ahora como entonces nuestros seían iniciativa social y empresarial ya que
enemigos de raza, de color, de tendencias, eran puro instinto. Además, como tenían, se-
de civilización; ni principiar la historia de gún él, el cráneo muy pequeño solo sentían
nuestra existencia por la historia de los y no pensaban. Esta postura, algo nihilista y
indígenas, que nada tienen de común con frenológica lo llevó a pensar que si España
nosotros” (Guadarrama, 2012 y Anderson, nos había dado todo, nada le debíamos a los
1967). indios.
Resulta más que evidente el visceral racis- La concepción sobre el gobierno era intere-
mo de su postura social-darwinista, cuando sante, aunque al final equívoca: saber gober-
esta teoría apenas comenzaba a emerger, si nar en ese momento era poblar para educar,
bien contaba con antecedentes en Buffon y civilizar y engrandecer, pero no poblar con
Montesquieu, Voltaire y otros pensadores eu- negros e indios salvajes sino con europeos ca-
ropeos. A su juicio aquella sociedad latinoa- lificados y de una cultura superior. Ya en Nor-
mericana mestiza, de la cual él mismo perso- teamérica se habían aniquilado los indios del
nalmente por su fisionomía tampoco podía Oeste, siendo este el modelo que sirvió para
escapar, no obstante sus ínfulas de hombre que los argentinos con la cruel campaña del
blanco, estaba castrada éticamente por consi- Desierto acabaran con los aborígenes de las
derar la existencia de una inferioridad mental Pampas.
en los indígenas, negros, mestizos, mulatos
y también en los criollos, de los cuales creía Esas ideas de Sarmiento son el fruto de su
él mismo no podía escapar. Por tal motivo se concepción sobre la historia universal que
presentaba a sí mismo, con cierta resignación, para él es un conflicto entre barbarie y civi-
como un “salvaje de las pampas”. lización. “La barbarie, es lo indígena, pero
también la España colonial, con su herencia
Consideraba que las razas indias y negras árabe y africana, mientras que la civilización
cuando se mezclaron con la española, ya esta es el capitalismo, el liberalismo, el modelo
se había a su vez mezclado con los árabes y anglosajón de gobierno, como el de Estados
por tal razón todas ellas eran inferiores, no en Unidos e Inglaterra”. A su juicio, “existe una
sentido biológico sino cultural, por eso pre- lucha ingenua, franca y primitiva entre los
suponía que podían mejorar por medio de la últimos progresos del espíritu humano y los
educación, así como en otras condiciones, las rudimentos de la vida salvaje, entre las ciuda-
mentalidades retardatarias se habían supera- des populosas y los bosques sombríos, este es
do logrando importantes niveles de progreso el conflicto entre barbarie y civilización” (Sar-
en su inteligencia. miento, 1915).
Para él, a los pueblos indígenas se les había La barbarie frenaba con su peso la marcha de
atrofiado la inteligencia, por lo que no po- la historia, mientras la civilización impulsaba
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el progreso de las ciudades siguiendo el ejem- dor Rosas en Argentina, demostró que tenía
plo de Europa y Estados Unidos. Lamentable- la talla y la intelectualidad capaz de asumir
mente en América ese conflicto se desataba las riendas del poder debidamente, realizan-
política y culturalmente en un mismo suelo, do una amplia labor de educación popular
la barbarie en el campo y la civilización en lo durante su gobierno y procurando superiores
urbano. niveles de desarrollo en todos los órdenes y
estimulando para que se lograra para los pue-
Pareciera que a Sarmiento le interesaba poco blos latinoamericanos.
estudiar científicamente a las culturas indí-
genas, solo se limitó a la observancia acrítica A pesar de que influenciado por el podero-
de los análisis sesgados e ideologizados de al- so vecino del norte propusiera la creación de
gunos pensadores eurocéntricos. Sintió ver- una especie de Estados Unidos de América
güenza por ellas y hasta el lenguaje hispánico, del Sur, contribuyó grandemente a la aspira-
que asimilaron le parecía que había dejado ción integracionista de Argentina frente a los
más taras mentales que instrumentos de pro- caudillismos y sus aspiraciones federalistas.
greso. Menos mal, decía, que la historia lati-
noamericana se había iniciado con las luchas Sus ideas integracionistas ya las había plas-
independentistas. mado en 1850, con la publicación de su libro
Argiropolis, con la idea de una utópica isla con
Ese pensamiento de Sarmiento fue duramen- una mayor autonomía comercial de las pro-
te criticado por varios pensadores latinoame- vincias del interior y de su natal San Juan para
ricanos, sobre todo, en lo que toca al carácter enfrentar el monopolio aduanero de Buenos
discriminador de los pueblos latinoamerica- Aires.
nos, tanto los aborígenes y ancestrales como
el producto de sus mezclas con otros pueblos Su anhelo era integrar a la Argentina, Uru-
europeos, africanos y asiáticos. Entre ellos, guay y Paraguay en un sistema político te-
José Martí en su célebre ensayo Nuestra Amé- niendo como capital la Isla Martin García, a
rica, quien sostenía que eran equivocadas las la entrada de ríos que serían libremente nave-
apreciaciones en torno al presunto conflicto gados por barcos de todas las banderas.
entre civilización y barbarie sostenido por
Sarmiento, puntualizando que América se Las contradicciones del pensamiento del
debe ante todo a sus indios y que salvarlos es “loco Sarmiento”, como acostumbraban lla-
salvar a América. marle, por un lado proclive al desarrollo, a
la integración y al progreso; y, por otro, par-
Pero a Sarmiento no se le puede juzgar solo tidario de la frenología y el social darwinis-
por lo que pensaba y por sus etiquetas sino mo para superar el falso conflicto barbarie y
por sus realizaciones. Cuando en 1851 logró civilización, no obstaculizaron su labor para
asumir la presidencia, al reemplazar al dicta- hacer de la educación la palanca de la perfec-
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