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Licenciatura en Filosofía
Pensamiento franciscano
Profesor: Julio César Barrera Vélez
Estudiantes: Daniel Felipe Calderón Vargas
Keyner Javier Benavides Cañas
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Salto, hay una preocupación por el orden y la proporción, en tanto que debe constituirse
un ritmo que dé como resultado una bella música (Salto, 2017. P.63).
Pseudo-Dionisio el Areopagita. Buenaventura sigue a Agustín en la referente a la belleza
como contemplación per creaturas, añade ello la idea del Peudo-Dioniso acerca de que el
mundo sensible viene organizado según un orden o jerarquía (Salto, 2017. P.64). La
visión simbólica del Areopagita habla de un del Uno como aquello de lo cual emana la
Bondad y todas las cosas y hacia el cual todas han de regresar. Este s un movimiento, dice
Salto, de emanación de la multiplicidad a partir del Uno (Salto, 2017. P.64). en este caso
hay una identificación del ejemplar divino con el Uno. Este mundo, por tanto, para el
Psedu-Dionisio, es un símbolo que nos conduce a una realidad superior, es más, nos hace
presenta tal realidad, de modo que el mundo es una teofanía o manifestación de lo divino
(Salto, 2017. P.64). por ende, el Doctor Seráfico, retomando estos postulados, habla del
reonocimento o relación de lo creado y el Creador desde: per criaturis e in creaturis, per
speculum e in speculum, per vestigia e in vestigia. (Salto, 2017. P.64). Sin embrago,
Buenaventura, siguiendo a Hugo de San Víctor, cree que la contemplación in creaturis,
considerando la realidad de los vestigios, da un puno de vista marcadamente Trinitaria
(Salto, 2017. P.65).
Alejandro de Hales. El pulchrum viene unido al verum y al bonum. Para Hales, Dios ha
estructurado todas las cosas con mesura, número y orden (Salto, 2017. P.65). todo lo
creado, entonces, al ser expresión de la Summa Pulchritudo, es bella, dado que el mismo
Dios ha considerado que toda su creación era buena y, por tanto, bella (Salto, 2017. P.65).
la belleza sensible, por consiguiente, dice Salto, siguiendo a Alejandro de Hales, es un
reflejo de la belleza divina.
Francisco de Asís. Buenaventura rotama de Francisco su gran sensibilidad estética,
convieriendose en un ejemplo de lo bello y lo motivante (Salto, 2017. P.66). El cántico
de las creaturas y las alabanzas ala Dios Altísimo son muestra de la belleza de este
mundo que, en últimas, está referida al Dios que es Belleza (Salto, 2017. P.66).
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cuerpos intermedios a través de los considerados sensus intermedius, es decir, el aire por
el oído, el vapor por el olfato, el líquido por el gusto.
El encanto: se caracteriza por el placer que provoca la percepción realizada por los
sentidos. Un objeto puede ser percibido según una triple modalidad: primera, con el
sentido de la vista; segunda, con el sentido del olfato y con el oído y finalmente la tercera,
con el sentido del gusto y el tacto.
El juicio: En la explicación del proceso cognitivo, Buenaventura considera que después
del encanto viene el juicio, éste indaga el motivo por que cual un objeto es placentero a
los sentidos y puede elaborar un juicio sobre la belleza, la suavidad y la sabiduría de eso.
III. La belleza Trinitaria revelada por el Hijo
Siguiendo con el planteamiento de Salto, Buenaventura utiliza las expresiones
“Perfectissima aequalitate et similitudine parium” porque la belleza de las Personas
Divinas brota tanto de la igualdad de esencia como de la pluralidad perfecta que se
verifica al interior de la Trinidad. Él nunca deja de maravillarse de la armonía que existe
en la relación al interior de la Trinidad, que resulta el modelo de organización y de
armonía de cualquier tipo de estructura o jerarquía.
En la relación Trinitaria, el padre genera eternamente el hijo y en él mismo se dice y todas
las cosas. El hijo “habet pulchritudinem aequalitatis”. Buenaventura ilustra la doble
característica de la expresividad del Hijo con base a los textos bíblicos que lo califican
como Verbum y como “imago Dei invisibilis”.
IV. La difusión de la belleza
San Buenaventura, asevera que existe una íntima relación entre el Dios de la Trinidad y
todo lo creado. Siguiendo el pensamiento de Hugo de San Víctor, afirmando que, si se
mira con atención toda la creación en general, y cada creatura en particular se puede “leer”
claramente las pistas de la Trinidad creadora.
En realidad, la vida intratrinitaria está caracterizada por la mutua donación entre las
personas Divinas, obviamente, en el acto creativo viene comunicada a las creaturas la
belleza que caracteriza a la Trinidad.
Todos los seres contingentes siendo creados a imagen y semejanza de la Trinidad reflejan
tanto la unidad como la pluralidad que, en modo perfecto, se encuentran en el interior de
ella. Del mismo modo, lo creado puede ser considerado como una bellísima canción que
proclama la magnificencia del Creador, en el interior del cual cada criatura entona una
parte diversa con limpia y fuerte.
San buenaventura, invita a quien quiere recorrer la via pulchirtudinis a abrir el ojo triple
para ver correctamente y así ser capaz de descubrir la presencia divina en la belleza de la
criatura. En efecto, con el ojo de la carne se observa la realidad eterna; con el ojo de la
razón, las cosas internas; con el ojo de la contemplación, se contempla a Dios y la realidad
celeste.
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V. La belleza, camino a la delectación.
Entre los escolásticos del sigo XIII, era común reducir la belleza a lo que se contempla
con la vista. Santo Tomas afirma “Pulchra enim dicuntur quae visa placnet”, para san
Buenaventura, la experiencia estética involucra a toda la persona.
La concepción estética bonaventuriana es más amplia, la pulchritudo incita la capacidad
de decidir que el ser humano posee, la cual es una característica que constituye su ser de
Imago Dei. El deseo de la belleza genera una unión entre el sujeto que busca y decide y
el objeto que lo atrae. Así pues, mediante el uso de todos los sentidos se reúne una
conciencia de la belleza diversa de aquella obtenida solo con la inteligencia siendo el
motivo de esta diferencia el carácter de cognitio experimentalis que formaron,
conocimiento que conduce a la sabiduría divina.
De este modo, san buenaventurano deja de invitar a una experiencia estética en la cual se
pueda contemplar la Summa pulchritudo, escuchar la suma harmonia, probar la Summa
dulcedo que son revaladas en el Hijo, en su sacrificio en la cruz.
Bibliografía.
Salto Solá, C (2017). Contemplare la Summa Pulchritudo. La sfida di leggere la realitá
in chiave estética secondo Bonaventura da Bagnoregio. MF 117. PP. 61-77.