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2. EFECTOS SUSTANCIALES
A) Interrumpe la prescripción y conserva el derecho materia de la demanda.
Pero para que la demanda produzca este efecto, deberá registrarse en la
Oficina Subalterna de Registro, antes de expirar el lapso de prescripción,
copia certificada del libelo con la orden de comparecencia del demandado
autorizada por el juez; a menos que se haya efectuado la citación del
demandado dentro de dicho lapso (Artículo 1969 del Código Civil).
2. EFECTOS SUSTANCIALES
Efectos civiles constituye en mora al deudor. Interrumpe el transcurso del plazo
de prescripción.
a) Mejora el derecho del demandante, produciendo la mora del deudor haciendo
correr los intereses moratorios, siempre que la obligación de dar o de hacer no
tenga fijado un plazo para el cumplimiento. Del mismo modo, cuando
habiendo sido establecido el plazo, este vence después de la muerte del
deudor, caso en el cual, el heredero no quedaría constituido en mora sino por
su requerimiento, u otro acto equivalente, y únicamente ocho días después del
requerimiento (Artículo 1.269 del Código Civil).
b) Mejora el derecho, haciendo al demandado, poseedor de buena fe,
responsable de los frutos que perciba después de la notificación legal de la
demanda (Artículo 790 del Código Civil).
La reforma de la demanda
a) La posibilidad de la reforma de la demanda este previsto en el Artículo 343
del nuevo código en estos términos: "El demandante podrá reformar la demanda,
por una sola vez, antes que el demandado haya dado la contestación a la
demanda, pero en este caso se concederán al demandado otros veinte días para
la contestación, sin necesidad de nueva citación".
Razones terminológicas aconsejan hacer desde el comienzo algunas
distinciones necesarias:
1. Cuando se habla de reforma de la demanda, en realidad se quiere significar
la reforma de la pretensión que se hace valer en la demanda. Una tradición
secular, que empleaba sin distinción los términos "demanda" y "pretensión",
persiste todavía al calificarse de reforma de la demanda lo que en esencia es la
reforma de la pretensión, pues coma se ha visto, la demanda es el acto de la
parte en el cual se hace valer la pretensión y tiene naturaleza instrumental, en
cuanto sirve de media para el planteamiento de aquella; de tal modo que solo en
sentido figurado puede hablarse de reforma de la demanda, para expresar una
realidad que no afecta al continente sino a lo contenido en aquel acto
instrumental.
Como se ha vista también, el objeto del proceso es la pretensión procesal y no la
demanda, por lo que una modificación o reforma de dicho objeto, no puede sino
estar referido a los fundamentos de aquellas y a los elementos de identificación
de la misma.
2. Conviene distinguir también entre reforma y cambio de la de (rectius:
pretensión), porque la reforma supone la modificación alguno o algunos de los
elementos del objeto reformado inalterados los demás; mientras que el cambio
implica la sustitución del objeto por otro distinto. De esto se sigue La reforma
de la demanda deja siempre inalterado alguno o de los elementos de la
pretensión, mientras que el cambio la sustitución completa de la pretensión por
la modificación de todos sus elementos.
La jurisprudencia tradicional de la Casación relativa a esta cuestión bajo el
código de 1916, distinguía la reforma parcial de la demanda, en la cual
aisladamente se modifique, innove o suprima algunos de los términos del libelo
primitivo, el cual queda subsistente todo cuanto no haya sido objeto de
innovación, y la reforma integral, consistente en sustituir el libelo originario
que queda desde luego sin efecto, por otro nuevo libelo, en donde hasta
cambiarse, no solo determinados aspectos del contenido de la demanda, sino
incluso la acción primitivamente deducida otra distinta; esto es, el cambio
completo de los pedimentos anteriores, hasta anular la acción, y sustituir una
demanda por otra tan diferente de ella como a bien lo tenga el demandante.
Sin embargo, la referida doctrina de la Corte, no pretende diferenciar, la
reforma del cambio de la demanda en el sentido que expresamos, porque para
la Corte "según el léxico, el verbo refirmar significa no solo `arreglar, corregir
o enmendar', sino que su acepción primaria significa volver a formar, rehacer;
y rehacer es hacer de nuevo, independientemente de si se mantienen o no
elementos antiguos en la cosa nuevamente hecha, lo que, aplicado al caso de
reforma de una demanda, autoriza a sostener que el libelo reformado puede
sustituir íntegramente al primitivo, ello resultaría innecesario a la defensa del
demandado el conocimiento de una demanda insubsistente que no ha servido
para la legítima constitución del proceso"
Para nosotros no puede verse en la reforma integral de que habla la corte; un
cambio de la demanda, porque en ella queda subsistente el demandante o parte
activa, elemento subjetivo de la pretensión que no puede cambiar, por mas
integral que sea la re-forma, pues de otro modo, se tendría el fenómeno de un
tercero incorporado a la demanda como demandante, por la vía de la reforma, lo
que no es formalmente valido, porque un cambio tal de la demanda, requeriría
dos actos distintos: el desistimiento del procedimiento por parte del actor y la
presentación de una nueva demanda por parte del nuevo demandante.
Es lo que enseña Kisch cuando afirma que "si el actor se separa del proceso y
entra en el otro nuevo actor, se trata de dos actos diferentes con diversas
consecuencias: un desistimiento y una nueva presentación de la demanda. Ambos
actos son completamente independientes. El actor primitivo expresa su voluntad
de dejar de ser demandante, pero esta voluntad no puede influir sobre el nuevo
actor, el cual solo por la propia voluntad pasará a serlo, y con ello ejercitará una
nueva pretensión, ya que no puede en absoluto alterar el primer proceso, puesto
que no ha sido parte en el. Se trata pues de dos momentos y dos actos
procesales diferentes".
No ocurre lo mismo con el cambio del demandado, o con la adición de dos o más
por la reforma de la demanda, porque la posición pasiva de estos, sujetos a los
efectos de la demanda, ya sea originaria o reformada, y la citación en forma, los
Integra al contradictorio y les asegura su defensa en la causa. Por ello puede
afirmarse, que la reforma de la demanda, ya sea parcial o integral, solo se
produce cuando modificado alguno o algunos de los elementos de la pretensión,
queda inalterado el sujeto activo de la misma o demandante, y que el cambia
total de la misma, hace necesario el desistimiento del procedimiento por parte del
actor originario y la presentación de una nueva demanda por el nuevo
demandante.
b) En esta materia de la transformación de la demanda, no existe una doctrina
pacifica y las posiciones son diversas, como diversas son las soluciones de
derecho positivo. Sin embargo, puede considerarse predominante la posición de
los que sostienen que la modificación de la demanda significa la modificación
del objeto litigioso y de su fundamentación fáctica y de derecho. Así, para
Lent, la demanda puede variar, bien porque se cambie el hecho (o titulo),
permaneciendo inalterada la providencia solicitada, a porque se cambie el
efecto jurídico afirmado (y consecuencialmente la providencia solicitada)
permaneciendo inalterado el hecho, o porque se cambien los dos. En otras
palabras —sostiene Lent— puede suceder que de un hecho diverso se
deduzca un efecto jurídico idéntico, o que del mismo hecho se deduzca un
efecto jurídico de diferente contenido, y naturalmente, con mayor razón se esta
frente al mismo fenómeno, si de un hecho diverso se deduce un diverso
efecto jurídico.
Otros autores ven en la petición el elemento fundamental de la pretensión y
sostienen que debe acudirse a la fundamentación de hecho, solo cuando sea
necesario para interpretar la petición; por ello conciben la modificación de la
demanda coma "el cambio de la petición presentada" o, allí donde la petición
necesita un fundamento de las circunstancias de hecho sobre que se
demanda; esto es, el planteamiento de una nueva pretensión en lugar de la
anterior o junto a ella.
Nosotros hemos sostenido (supra: n. 161 d) que el concepto de pretensión no
puede reducirse a la mera petición, porque no hay petición sin fundamentación y
lo que delimita y fundamenta la petición es la afirmación del hecho o narración
del estado de cosas (sustanciación) contenida en la pretensión, por lo que,
siendo los elementos de esta los sujetos, el objeto y el titulo o causa petendi,
una variación de estos elementos que produzca una modificación subjetiva u
objetiva de la pretensión, constituye una reforma o modificación de la demanda
que la contiene, siempre que permanezca inalterada la parte actora o
demandante.
c) En la practica, la cuestión se concreta a determinar si la variación de los
hechos, o del punto de vista jurídico, o de la petición de la demanda, tienen tal
trascendencia que constituye el planteamiento de una nueva pretensión. Sin
embargo, no es fácil, ni seguro de establecer, los confines entre las
variaciones de hecho que no alteran el objeto litigioso y aquellas que al
contrario provocan un cambio de este. Sin embargo, la doctrina señala al gunos
ejemplos de modificación de la demanda:
1. Modificación del hecho sin modificación del petitum:
El pago solicitado originalmente en base al contrato, se solicita después en base
al enriquecimiento sin causa. En este caso, la suma puede permanecer
idéntica, pero cambia el efecto jurídico afirmado.
2. Modificación del petitum sin modificación del hecho:
Después de haber solicitado la eliminación del vicio de la cosa, el comprador
reforma la demanda en una redhibitoria o pretende la reducción del precio. La
narración de los hechos permanece inalterada, sea a propósito de la
conclusión del contrato, sea a propósito de la existencia del vicio.
3. Modificación del petitum y del hecho:
La demanda de cumplimiento del contrato se modifica en una demanda de
resarcimiento de los daños por retardo en el cumplimiento o por imposibilidad
sobrevenida de la prestación, cuando tales eventos han ocurrido ya antes de
la proposición de la demanda.
d) En cambio, se señalan casos en los cuales las variaciones no son
consideradas como modificación de la demanda:
Así, v. gr., cuando en el curso del proceso se demuestra que el contrato que
fundamenta la demanda se realizo de parte del actor o del demandado, por un
representante; el cambio de la demanda fundada en un contrato a la fundada en
un delito; la demanda de herencia por la del legado; o cuando se modifica el
fundamento de hecho de un presupuesto procesal (competencia); ni cuando
se mantiene un derecho o relación jurídica como objeto litigioso, aun cuando se
modifiquen sus fundamentos de hecho, etc.
e) Finalmente se observa que las características de la reforma de la demanda
según el nuevo código, difieren por ciertas notas de aquellas que tenia según el
código de 1916:
1. Se permite la reforma por una sola vez, poniendo así termino a las Judas
que habían surgido en la práctica del foro, acerca de la admisibilidad de
sucesivas reformas, antes de la contestación de la demanda. La limitación ha
de entenderse, lógicamente, cuando se ha producido ya la citación, pues antes
de esta, las partes no es -tan a derecho y no hay litispendencia.
2. Se dispone que se concedan al demandado otros veinte días para la
contestación de la demanda reformada, sin necesidad de nueva citación.
La jurisprudencia de Casación relacionada con el Articulo 265 del código de
1916, había sentado la doctrina según la cual el comienzo de los nuevos días
para la contestación ordenados en la mencionada disposición, habrá de variar,
según se halle o no presente la parte demandada en el momento de la reforma.
Si esta se hiciere en presencia del demandado, este quedará citado sin nece-
sidad de que se expida y entregue al demandado copia certificada de las
reformas hechas o del nuevo libelo introducido en sustitución y como reforma
del anterior. En el caso contrario, si la reforma se hiciere antes del día de la
contestación, en ausencia del demandado, se requeriría su citación formal y la
entrega de la compulsa de la demanda original con la reforma efectuada.
La mencionada doctrina tomaba en cuenta, que según el código de 1916, la
contestación de la demanda debía efectuarse en el decimo día hábil siguiente
a la citación del demandado, a la hora fijada por el tribunal en el auto de
comparecencia. Aunque bajo ese régimen, el demandante no tenía la
obligación de estar presente en el acto, podía no asistir a él, y generalmente,
estaba presente, al momento de la contestación, de tal modo que podía
reformar la demanda, en el acto mismo de la contestación, antes de que esta
tuviera lugar.
Pero ahora, como se vera más adelante, la contestación de la demanda no
tiene lugar en un día fijo y a una hora determinada, sino dentro del plazo de
veinte días siguientes a la citación del demandado o del Último de ellos si
fueren varios, a cualquier hora de las indicadas en la tablilla a que se refiere
el Articulo 192 C.P.C., sin necesidad de la presencia del demandante
(Articulo 359 C.P.C.). De modo que difícilmente podrá darse la hipótesis.
De que el demandante pueda reformar la demanda en presencia del demandado,
y sin embargo, la disposición del mencionado Articulo 343 C.P.C., ordena
conceder al demandado otros veinte días para la contestación, sin necesidad
de nueva citación, previsión que se justifica en atención a que las partes están
a derecho con la citación del demandado, lo que hace innecesaria una nueva
citación para la contestación de la demanda reformada, en acatamiento a la
celeridad procesal.
f) Cuando sean varios los demandados y estos no procedan de acuerdo a una
contestación uniforme en un mismo día, sino que actúen por separado, en
distintos momentos del lapso de la contestación, puede plantearse la duda de si
contestada la demanda por uno de ellos, v. gr., en el quinto día, podría el
demandante reformar la demanda antes de la conclusión del lapso, faltando
todavía la contestación de los restantes demandados, o de alguno de ellos.
Para resolver la duda, es necesario partir de los principios establecidos: 1. La
reforma es procedente antes que el demandado haya dado la contestación a la
demanda. 2. El lapso para la contestación lo fija el emplazamiento: "comparecer
dentro de los veinte días siguientes a la citación del demandado o del último
de ellos si fueren varios" (Articulo 344 C.P.C.). 3. El lapso del emplazamiento se
dejara correr Íntegramente cuando el demandado o alguno de ellos, si fueren
varios, diere su contestación antes del último día del lapso (Articulo 344 in fine
y Articulo 359 in fine). 4. La contestación solo puede considerarse terminada
cuando el último de los demandados ha contestado la demanda, o cuando
queda precluido el lapso para realizarla (Articulo 364 C.P.C.). Por Cuanto,
mientras el Último de los demandados no haya dado su contestación, el
demandante puede reformar su demanda, conforme al Artículo 343 C.P.C.
Además de las razones expuestas, otra de carácter práctico abona esta
solución: La contestación de la demanda, sólo puede darse si no se hubieren
alegado las cuestiones previas a que se refiere el Articulo 346 C.P.C., o
cuando habiendo sido alegadas, se las hubiere desechado (Articulo 358
C.P.C.). La contestación dada por uno de los demandados, en los primeros días
del lapso del emplazamiento, es siempre eventual, porque si otro de los
demandados, con posterioridad a aquel, alega cuestiones previas, aquella
contestación queda sin efecto, pues las cuestiones previas se deben promover
dentro del lapso del emplazamiento, en vez de la contestación, y su resolución es
antecedente necesario para que pueda procederse a la contestación. Por ello el
Articulo 346 in fine establece: "Si fueren varios los demandados y uno
cualquiera de ellos alegare cuestiones previas, no podrá admitirse la
contestación a los demás y se procederá como se indica en los artículos si-
guientes".
Por tanto, en la hipótesis considerada, la oposición de una cuestión previa por
alguno de los demandados, con posterioridad a la contestación dada por otro,
hace que por la eventualidad de esta quede sin efecto, y deba luego renovarse
en el lapso que fija para cada caso el Articulo 358 C.P.C., para la contestación
después de resueltas las cuestiones previas.
Como se ve, el régimen adoptado por el nuevo código, para las cuestiones
previas y para la contestación, difiere profundamente de lo establecido en el
código de 1916, y constituye, como se Vera en los capítulos siguientes, una de
las mas importantes reformas del viejo sistema, que permitirá una más ágil y
pronta resolución de dichas cuestiones.