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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

Asignatura
Administración de empresas I

TEMA:
Trabajo Final

PRESENTADO POR:
Carlos Báez Mercedes

Matrícula
201810158

FACILITADORA:

Anny Restituyo

Nagua, Prov. María T. Sánchez, R. D


El liderazgo es la clave para que una empresa, departamento o proyecto de
cualquier ámbito funcione. Sin embargo, encontrar a personas que desarrollen su
liderazgo de forma acertada en un equipo no es una tarea fácil. Muchos de los
problemas derivan del desconocimiento o distintos puntos de vista sobre
la definición del liderazgo.
El liderazgo es un conjunto de habilidades que sirven para influenciar en la manera
de pensar o de actuar de otras personas.
Para partir de una descripción amplía, podemos decir que líder es una persona que
tiene la capacidad de lograr que otros lo sigan, es alguien cuya voluntad,
sentimientos e intuiciones dirigen y controlan a otros en la persecución de una
causa común.
Líder es una persona que tiene carisma, presencia, empatía, que se conoce a sí
mismo y sabe comunicar, este debe definir el propósito, lograr la atención e interés
de los empleados, hacer que la organización se involucre, crear y sostener la
tensión hacia el logro de los objetivos.
El uso indiscriminado de la palabra líder ha logrado deformar esta palabra hasta
sacarle su significado. En todas partes hay líderes, casi todo el mundo es líder, la
palabra líder se aplica con desaprensión y sequita de esta manera significado a la
verdadera descripción de quienes son líderes y de quienes se dice que deberían ser
líderes.
La sociedad actual necesita líderes que cuenten con una buena base y sepan cuál
es la dirección correcta en la que deben caminar para conseguir la meta fijada.
El objetivo de un buen líder es conseguir que el equipo trabaje de manera efectiva
tanto individualmente como grupal. Su figura es clave para que el departamento
funcione. En muchas ocasiones esta tarea se convierte en un auténtico reto: el
equipo está formado por personas heterogéneas, con intereses propios y
conocimientos diferenciados. Por ello, el líder debe defender la independencia del
empleado, apoyándole en el uso de todo su potencial y creatividad y estimulando su
sentimiento de pertenencia para crear un verdadero equipo.
En pocas palabras, la importancia del liderazgo recae en que es la pieza clave para
la supervivencia de cualquier organización. Más si se toma en cuenta que la
capacidad para saber guiar y dirigir es el centro de la misma.
No importa si estás en la cúspide de una gran empresa o si tienes por el contrario
un grupo pequeño de personas a tu cargo. Existen ciertas habilidades de un líder
que no pueden ser desestimadas. Son estas habilidades las responsables de
potenciar y producir los mejores cambios en una organización.
Aunque no hay un listado de valores para el liderazgo, no deben faltar los valores
éticos tales como el compromiso, la honestidad o la lealtad. Tampoco pueden faltar
valores orientadores como la visión, creatividad, valentía o afán emprendedor.
Estos valores tienen que interiorizarse de tal forma que se lleven a la práctica de
forma inconsciente.
Es importante la distinción que plantearon Pigors, Sheriff y otros respecto de cuál es
la base del poder en que se apoya el líder, distinguiendo el liderazgo tradicional, del
liderazgo organizacional:
Uno es aquel en que el poder proviene del grupo que sigue al líder en su causa; otro
es la de quien recibe el poder de una organización y el y quienes a él reportan están
incluidos en el sistema de poder de esa organización.
Estas dos bases del poder del líder determinan dos líderes totalmente diferentes.
Este tipo de liderazgo empieza por tener sentido de la visión. La visión nos hace
saber quiénes somos el propósito, hacia dónde vamos nuestro futuro ideal y lo que
motiva nuestro viaje los valores. Así, las organizaciones que destacan por un
liderazgo de nivel superior se caracterizan por.
 Tener la meta y la visión correctas.
 Tratar adecuadamente a sus clientes.
 Preocuparse de su personal.
 Seguir el estilo de liderazgo acertado.
Por de pronto es evidente que entre las personas se producen empatías que hacen
que se lleven bien y que vivan o trabajen juntas en armonía. A veces se puede decir
que un jefe es carismático en una empresa porque sus empleados lo siguen y lo
quieren. Como no sabemos que es carisma no podemos discutir que lo sea o no.
Podemos decir que no es líder porque el poder no es de su grupo sino de la
organización.
Pero no podemos saber dónde está el límite de la empatía y el del carisma. O si el
carisma no es por fin una forma de empatía.
Poder del líder: del grupo de la organización
Tiempo del líder corto 1,3 largo 2,4
En el caso 1 el poder proviene del grupo, es decir se trata de alguien reconocido por
sí mismo y es un líder por un corto tiempo.
El tiempo no nos define la calidad del liderazgo, sino la consistencia, la permanencia
del liderazgo. Pero no hay permanencia sin fuertes valores. Podemos no participar
de esos valores, pero quienes han permanecido han tenido valores que han sido
compartidos por los demás.
Aun los más duros dictadores, han tenido sin duda una fuerte parte de su pueblo a
favor de lo que hacían. Cuando no ha sido así, han caído. Y si a veces parece que
no haya sido así, es porque nos cuentan la Historia desde el punto de vista de las
minorías.
El líder además se preocupa por lo que ocurre, porque sabe que esto es importante,
mientras que el conductor que debería hacerlo igualmente encuentra más
resistencias a recibir esa información y es normal que sepa que ocurre a su nivel,
algo de lo que ocurre un nivel por debajo pero no sabe que ocurre dos niveles por
debajo de él y se maneja por dichos o por viejas creencias.
También es importante que el conductor tenga sentido de eficacia global, tema que
al líder no le importa en absoluto, ya que sigue adelante a partir de otras líneas que
no tienen que ver con esa organización con ese sentido de análisis de lo que ocurre,
de búsqueda de la eficacia, sin que esto implique que el líder sea ineficaz o que no
se preocupe por lo que ocurre, pero simplemente esto no es de la esencia de su
carácter, puede o no hacerlo de esa manera y no por eso dejara de ser líder.
Los requerimientos de una organización son diferentes según los niveles en que
este el puesto.
Denominamos tradicional aquella organización donde a un manager reportan hasta
6 jerárquicos, hasta 10 empleados o hasta 15 operarios. En una organización de
peines amplios a un manager reportan no menos de 10 jerárquicos, de 20
empleados o de 30 operarios.
No es lo mismo supervisar a quienes trabajan, supervisar a quienes supervisan el
trabajo, tener a cargo un grupo de tareas propias de una disciplina, dirigir una
función global, tener a cargo toda una organización, dirigir varias organizaciones,
dirigir a quienes dirigen varias organizaciones.
Si ampliamos el peine, las funciones cambian y los requerimientos no son los
mismos, haciéndose más importantes los niveles más bajos que lo que ocurre en la
organización tradicional, pero a partir del director volveremos a encontrar exigencias
similares. Siguiendo un nivel más arriba, el jefe de un grupo de supervisores tiene la
tarea más compleja de dirigir a personas que dirigen la operación.
El ya no tiene relación directa con la operación, aunque sigue estando a nivel de la
operación, sigue trabajando en el día a día o eventualmente en el semana a
semana.
Cuando se medita sobre la realidad de los managers que se han visto en acción, es
perceptible que algunos tienen esa cosa tan particular de atracción que hemos
llamado carisma y que no tiene explicación.
El mánager es el gerente o directivo de una empresa o sociedad.
Como gerente, un mánager puede ser el director ejecutivo, el consejero delegado o
el presidente ejecutivo de una organización.
Por otra parte, como representante, el mánager es la persona que se ocupa de los
intereses de un deportista o de un artista profesional. Esto quiere decir que está a
cargo de negociar sus contratos, de manejar su imagen y de garantizar que su
representado se encuentre cómodo y conforme con sus obligaciones. Por otra parte,
el mánager es el quien realiza propaganda sobre el talento y la capacidad del artista
o deportista en cuestión.
Aquí hay una cuestión primera que es el entusiasmo del manager.
Una persona puesta al frente de un grupo de trabajo, que tiene un cierto entusiasmo
por algo, es evidente que tendrá mejores perspectivas de entusiasmar al grupo que
aquel que no tiene entusiasmo.
Lo que esperamos del manager es que motive a la gente para hacer ciertas cosas,
para lograr ciertos objetivos. Esto puede o no hacerse entusiasmándolas con el
proyecto o entusiasmándolas a partir de uno mismo. Esto puede hacerse sabiendo
ser participativo, apelando a la creatividad de las personas, dando buenos motivos
para que la gente se divierta haciendo el trabajo.
Luego que el hombre ha llegado a los puestos jerárquicos que suponen
management le pueden ocurrir las siguientes situaciones: que su jefe no le permita
actuar, controlando permanentemente lo que hace que la empresa este inmersa en
una situación de falta de claridad que haga que todas las decisiones vayan a la
cúpula que no reciba ni se consiga por sí mismo el entrenamiento necesario para
ser manager que no tenga la capacidad para actuar en ese nivel jerárquico, sea
porque el estilo de la empresa no encaje con el suyo o porque el no tenga la
capacidad personal para ocupar ese nivel jerárquico que pueda ocupar el puesto
con solvencia y pueda ser manager.
La mujer ha estado durante los últimos siglos bajo la ferula del hombre. De hecho es cierto lo que
han planteado los estadounidenses al considerarla una minoria discriminada.

que han sido líderes, como Butho, Eva Perón o Juana de Arco. En esta difícil situación en que ha
vivido la mujer, se suele decir que su carácter es distinto y más complicado que el del hombre. En
realidad la mujer tiene un carácter que no conocemos porque todavía no ha llegado a formarse la
generación que pueda hacerlo con libertad.

Cada parte de este libro gira en torno a uno de estos cuatro rasgos. Así, en la
primera parte se describen las metas que una organización debe proponerse para
mejorar su rendimiento y tener una visión convincente. La segunda sugiere un curso
de acción hasta llegar a ofrecer un servicio sobresaliente y contar con unos clientes
fieles y entusiasmados, puesto que si no nos ocupamos de ellos, otros lo harán. La
tercera parte resalta la importancia de la relación fluida con los empleados, pues
que se sientan incómodos o desatendidos repercute negativamente en la
satisfacción del cliente y ésta, a su vez, en los beneficios. La satisfacción del
personal es la prueba de la eficacia del liderazgo en acción. En la cuarta y última
parte, se expone cómo el liderazgo efectivo se forma desde dentro y debe adquirir
carácter de servicio. Es un liderazgo basado en la humildad y dedicado al bien
común, sin estar contaminado por un falso orgullo o por el miedo. Sólo así es
posible que liderar a un nivel superior se convierta en una realidad.
Aquellas personas que quieren liderar desde un nivel superior han de reflexionar,
primero, sobre lo que significa tener una empresa de alto rendimiento y, segundo, lo
que se precisa para crear una de ellas. En otras palabras, su organización tiene que
proponerse unas metas correctas. En las organizaciones de alto rendimiento, los
esfuerzos no se centran sólo en obtener un buen resultado financiero, sino que su
aspiración final incluye llegar a ser proveedores, empleadores y destino de inversión
favorito para clientes, empleados e inversores.

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