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\ t N arrar(se) para deshabitar el encierro:
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desafíos en el diseño de proyectos
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de extensión universitaria con enfoque de género

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Irma Colanzi
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( Introducción
1
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':41 insistir en no desposarse hasta el retorno de Odisea, Penélope se ha parado
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1 sobre la entrada del rechazo al sistema patriarcal. Sin reconocerlo así, ella ha
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establecido de forma efectiva su posición como individuo que se auto -gobierna
y controla la propiedad, ambas posiciones negadas a la mujer en su sociedad

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contemporánea".
Elizabeth Gregoy, 1996.
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"Scherezada le niega a la muerte la función de fortalecer el poder inmortal de la
1 historia. A diferencia de los filósofos contemporáneos le da la vuelta al acto de con-
í tar para convertirlo en un arma aún más fuerte para conservar la muerte fuera".

\~
Adriana Cavarero, 2000.

J
\, Escribir con el cuerpo

t ~
"La escritura es liberación, es hacer el cuerpo hablar, dotarlo de poder,
darle su lugar y espacio"
l (De Alva, 2014: 77).

t
1
En algún momento, cuando hacemos memoria, podemos defi-
nir acontecimientos que han marcado nuestras vidas. Cada uno
de estos recuerdos nos permiten ver que hay un yo, actual, que .
1 vuelve al pasado y se (re)descubre. Este viaje en el tiempo nos
permite pensar en nuestras experiencias y trascenderlas.
'i Una de las maneras de reencuentro con el pasado y las viven-
cias personales es la narrativa, por medio de las memorias y del
~ cuerpo. Cuando se recuerda de alguna manera se reinventa un

~ espacio, haciendo escritura con el cuerpo, y se propician nuevas

maneras de pensar(se).
La escritura de narrativas es entonces una estrategia y una
1

i táctica, un objetivo y un modo de trabajo con mujeres en contexto

de encierro punitivo. La estrategia se relaciona con la idea previa
~
J.,

1
 100
o planificación que tenemos cuando abordamos un modo de hacer
esta clase de escritos, de contarnos historias, de relatar viven-
cias, y la táctica es la manera en que vamos a llevar adelante la
construcción de esas narrativas, por medio de un juego, con una
carta, a través de un dibujo, con una imagen, entre otras tantas
posibilidades del soporte narrativo.
¿Qué nos proponemos? Reinventar espacios y modos de
pensar(nos), deconstruyendo las maneras en que nos hemos edu-
cado como mujeres, y revisando los deseos que se proyectan en
nuestras narrativas.
¿Por qué una estrategia y una táctica? Este capítulo comienza
con dos mujeres que cuentan historias, Penélope esperaba a su es-
poso Odiseo que retornara de la guerra, era muy joven y tenía un
recurso, tejer un sudario. ¿Cuál era entonces la estrategia de Pené-
lope? tener el tejido como excusa para resistir a la seducción de otros
hombres que querían casarse con ella. ¿Cuál era su táctica? El tejido
como modo de resistencia, reinventando de esta forma un mito.
¿Qué estrategia tenía Scherezada? Contar historias para que
Califa, su esposo, no la asesinara antes del amanecer como hacía
con todas sus esposas. La táctica de esta mujer también era el
tejido de historias para reinventarse, para poder sobrevivir.
¿Por qué contar estas historias para hablar de extensión uni-
versitaria? Por dos razones, la primera es definir una estrategia
para poder propiciar espacios de concienciación desde las discu-
siones de género y la escritura de narrativas. La idea de concien-
ciación nos permite pensar un dar cuenta de nosotras mismas,
estar advertidas, pero sin imposición y/o mandato, la idea de con-
ciencia se asocia a un mandato activo (como los del sistema pa-
triarcal que luego explicaremos), en cambio la concienciación es
proceso activo vinculado con el descubrir(se), encontrar una voz.
La segunda, es precisar cuál es la táctica que utilizaremos y para
qué, y esta es la escritura en un sentido de résistencia, es decir,
cómo las mujeres construyen narrativas para sobrevivir, para de-
safiar el tiempo detenido en la cárcel y reinventarse a través de
historias, de poemas, de cuentos, de memorias, de cartas, entre
otros modos de narrativas que se escriben con el cuerpo.
¿Por qué decir que hay una escritura con el cuerpo? Porque
consideramos que cuando narramos y leemos historias, nos po-
demos imaginar cómo éramos en el pasado, reinventarnos en el
presente, y esto es un acto identitario, o sea, nos permite ser y
volver a inventarnos cada vez.
101
De esta manera, vamos a contar cómo pensamos una cons-
trucción en extensión, con una propuesta centrada en los estu-
dios de género, con herramientas queer (porque consideramos
que cuando una se narra a sí misma, está desarrollando un modo
de performance, es decir un modo de actuar(se) desde un lugar
que se organiza por el género, tomando las narrativas -teniendo
en cuenta tanto lo que leemos y lo que escribimos- como herra-
mienta de acción y (re)invención).
¿Qué nos permite pensar la escritura? Con esta pregunta va-
mos a comentar tanto lo que hacemos en los espacios de talle-
res, con la metodología de la narrativa y la educación popular
(Freire, 1969; Korol, 2001). Estos enfoques nos brindan herra-
mientas para pensar nuevos lugares de las integrantes delta-
ller desnaturalizando cada aspecto de lo que significa ser mujer,
encarcelada, ser madre dentro y fuera de la cárcel, entro otras
cuestiones. Asimismo, nos proponemos con esta apuesta colec-
tiva pensar en dos imágenes: las cajas chinas o muñecas rusas,
y los laberintos.
Una caja china contiene en un objeto varios, éstos se van
abriendo a medida que se despliegan. Este capítulo, como el pro-
yecto, es como una caja china, que tiene muchos eslabones/objetos
que se anudan, se relacionan con otros capítulos para armar una
gran historia: la de este proceso que empezamos a vivir desde el
año 2014, cuando diseñamos nuestro primer proyecto de exten-
sión (Centro de Extensión Comunitaria. Facultad de Psicología,
UNLP, y desde 2015 Extensión Universitaria, UNLP) 1•
Así, el proyecto de extensión "Mujeres (des)habitando encie-
rros" (2016) se nos presenta como una caja china, con múltiples
herramientas, como pretende ser este libro.
¿Por qué un laberinto? Cuando pensamos en las historias de
las mujeres que se encuentran privadas de su libertad, en la Uni-
dad N°33 y en la Unidad N°45, pensamos en historias difíciles,
en mujeres que han atravesado múltiples obstáculos, y en cuyas
vidas disfrutar ha sido siempre postergado y relegado, así como
también la posibilidad de tener un tiempo para poder pensarse
y sentirse. Por eso construir narrativas es desafiar el tiempo y el
[1] Les dejamos los links de ambos espacios, donde encontrar información sobre estos
temas:
http:/ fwww.psico.unlp.edu.arfarticulo/2015/10/14/contenido_centro_de_extension_
de_atencion_a_la_comunidad; http:/ fwww.unlp.edu.ar / extension.
 102
espacio, meterse en un laberinto para poder escaparse y reinven-
tarse, y esto puede hacerse con la escritura a través del cuerpo.
Con estas imágenes, las del laberinto, volvemos a las muje-
res, que han empleado la escritura como recurso y también como
defensa. De esta manera, para nosotras la construcción de na-
rrativas es fundamental para poder reconstruir nuestras propias
historias y pensar en otras posibles.
Estos textos son disfrute, son cuerpo, son denuncia y son fun-
damentalmente resistencia, lo que permite caminar en el labe-
rinto del encierro, sabiendo que se va a encontrar una salida.
¿Por qué el cuerpo? Porque es un territorio que ha sido doble-
mente negado para las mujeres privadas de su libertad, por ser
mujeres, porque es violentado simbólica y físicamente todos los
días, a través de las publicidades, por medio de los "piropos" en
la calle, porque sabemos que a cierta hora de la noche no pode-
mos transitar el espacio público, y porque por medio del cuerpo
se disciplina a las mujeres (si salís vestida como Melina, vas a
terminar muerta) 2 • Los cuerpos de las mujeres ya no aparecen
golpeados exclusivamente en las casas, salen al espacio que com-
partimos todos/as, porque son un mensaje para controlar a las
mujeres, así encuentran esos cuerpos en bolsas de residuos, mu-
tilados, maltratados 3 •
En el cuerpo entonces resistimos y también podemos reinven-
tar las mujeres que nos hicieron ser en un orden de género im-
puesto4 y a la vez, narrarnos por medio de los cuerpos 5 •
Se escribe con el cuerpo, porque se siente con las tripas y se
crea además un nuevo espacio, espacio que también ha sido ne-
gado a las mujeres, que han sido obligadas a permanecer en el
ámbito doméstico, cuidando, trabajando sin sueldo, sin poder re-
clamar sus derechos en la calle, en las plazas, y cuando lo han
hecho siempre han sido violentadas, nos basta pensar en el cierre
[2] http: / fwww.revistaanfibia.com/ ensayo /la-mala-victima/
[3] http:/ /www.revistaanfibia.comfcronicafa-esta-nena-la-mataron/
[4] Sobre este concepto pueden leer el capítulo "El enfoque de género en extensión", de
Agustina Larrouyet, en el que se desarrolla la categoría de género y el enfoque de género
en extensión universitaria
[S] En la producción de Chela, de la Parte 1 de este libro, se advierte la escritura en y a
través del cuerpo. Se recomiendo la lectura sobre el lunar en la espalda.
103
de cada Encuentro Nacional de Mujeres, que termina en cuerpos
con balas de gomas y gases lacrimógenos.
María de Alva (2014) nos cuenta:
Se observará de qué forma esta tradición de resisten-
cia y escritura se nota en literaturas más contempo-
ráneas escritas por mujeres, donde tanto la mente
como el cuerpo se ocupan el acto de escritura y se con-
vierten en el aliento ante el dolor, la muerte, el miedo
y la experiencia. La palabra, un arma para quien la
usa. (de Alva, 2014: 70)
Las narraciones nos permiten co- pensar, es decir, trabajar
con la diversidad de opiniones en un grupo de mujeres para po-
der arribar a discusiones colectivas respetando las diferencias6 y
sobre todo cuestionar, cómo habitamos nuestros cuerpos, cómo
nos reinventamos, con la herramienta que ha sido histórica y _sis-
temáticamente reprimida: los cuerpos de las mujeres.
Cuando pensamos en la narrativa, también nos imaginamos y
diseñamos herramientas específicas para trabajar con el cuerpo,
como son las técnicas del entrenamiento del teatro espontáneo y
la sensopercepción7 • Porque creemos que el cuerpo no es sólo los
modos en que la sociedad lo pensó y piensa, sino que también es
un lugar de resistencia, son sensaciones, olores, secreciones, su-
dores, ruidos, placeres.
Escribir es aunar muchas funciones del cuerpo:
(... ) intelectuales, sexuales, motrices, de injerencia
alimenticia y desecho, afectan asimismo a la creación
del espacio, creando un multi - espacio cambiante.
También el cuerpo se desnuda o se viste, está sano
o enfermo, es joven o viejo, está limpio o sucio; tiene
olores, sudores, secreciones. Todas las posibilidades
del cuerpo son sumas al espacio que crea. Más aún,
la complejidad radica en que no es posible separarlo
[6] Sobre la noción de ca- pensamiento se recomienda la lectura del capítulo Del re-
gistro a la crónica ca -pensada: aspectos técnicos, desafíos e innovaciones. Irma Colanzi
-María Belén Del Manzo- Natalia Mayer.
[7] Estas herramientas son definidas en el capítulo ¿Qué nos pasó con lo que pasó? Ailín
Di Bernardi - Diana Fainstein - Antonella Sorarraín - Florencia Sangiácomo.
 104
o desmembrarlo para analizar cualquier aspecto que
se desee estudiar, como se pudiera hacer con un arte-
facto o instrumento. (de Alva, 2014: 76)
La definición de un taller de narrativas es entonces un desafío
que se piensa y diseña desde una perspectiva de género y femi-
nista, y que pretende reinventar e interrogar, para poder proyec-
tar nuevos modos de habitar(nos).
Algunos pasos para co - construir un proyecto de inter-
vención en cárceles desde un enfoque de género
Luego de definir nuestras herramientas por excelencia: el
cuerpo y las narrativas, vamos a contar cómo diseñamos un pro-
yecto de extensión que tiene como principal objetivo promover
espacios de discusión sobre género por medio de las narrativas
(sus construcciones, las lecturas y el cuerpo).
Para dar cuenta de este proceso se detallarán una serie de
pasos, que tendrán distintos recursos web y un anexo con pro-
puestas efectivas, pensadas para las intervenciones posibles en
la cárcel, pero que pueden ser recontextualizadas (pensadas en
otros tiempos y en otros espacios).
Paso l. Delimitar un mapa de actores (los pasos son a ma-
nera de sugerencia, pueden ser pensados en una secuencia, pero
también en paralaje, tomando la noción que plantea Slavoj Zi-
zek y que nos permite entender la coexistencia de antagonismos,
por ejemplo escribir y narrar para la concienciación en la cárcel
-espacio punitivo por excelencia-). Cuando nos reunimos por pri-
mera vez con el compañero Fernando Marchiolli, a pensar este
proyecto (año 2014) teníamos claro que estaría orientado a las
mujeres privadas de su libertad, pero también a los/as estudian-
tes (de distintas unidades académicas), porque la Universidad
tiene un compromiso político8 con la cárcel y con las personas que
se encuentran allí detenidas.
[8] Sobre este aspecto se recomienda la lectura del capítulo Desafíos en la inclusión de
"saberes no sabidos". Problematizando la dimensión de género y extensión en la currícu-
la del plan de estudios de los fas futuros fas psicólogos fas, de Giuliana Alfana. La autora
desarrolla minuciosamente las lógicas de extensión universitaria, el compromiso con la
comunidad y las tramas políticas de la formación de losfas estudiantes.
105
De esta manera, lo primero que surgió como necesidad al mo-
mento de pensar un proyecto es definir qué actores, qué posi-
ciones, cómo se trabajaría con ellos y tener en cuenta quiénes
ya estaban trabajando en el ámbito objeto de intervención. En
nuestro caso, conocíamos el trabajo de Anatilde Senatore, quien
junto con Mariana Mostajo, fueron las pioneras, en el año 2003,
en hacer visibles las necesidades de las mujeres encarceladas y
sus hijos/as9 • Desde el Centro de Orientación y Asistencia para
Familiares de Detenidos (COFAM), Anatilde trabaja con un equi-
po de estudiantes y profesionales, sobre la situación del contexto
de encierro punitivo y especialmente sobre los/as familiares de
las personas privadas de libertad.
En la Facultad de Trabajo Social, también podemos situar el
aporte de las acciones del proyecto coordinado por Isabel Burgos 10 ,
específicamente sobre intervenciones en cárceles con mujeres.
También teníamos contacto con referentes del Grupo de Estu-
dios y Educación en Cárceles (GESEC), por medio del trabajo del
equipo fundado por Francisco Scarfó 11 , hace ya 14 años 12 • El GE-
SEC constituye un espacio de formación, investigación e inter-
vención, sobre el contexto de encierro por medio de herramientas
de educación popular y educación formal.
Otro colectivo que se encontraba generando espacios de acción,
específicamente en la Unidad N°33, donde empezamos a traba-
jar, es el grupo Atrapamuros 13 , cuyas publicaciones y desarrollos
teóricos y de intervención en la cárcel, han sido analizados y com-
partidos en nuestro grupo. Este colectivo tiene distintos espacios
de organización e intervención con estudiantes y graduados/as
[9] Antilde Senatore comentando sobre el COFAM y la restitución de derechos: https:/ f
www.youtube.comfwatch?v=DJ8FDmoL121.
[101 Acerca del Proyecto Antígona, es posible consultar el siguiente trabajo: http:/ f
www. trabajo social. unlp.edu.arf uploads / docs fburgos_gedis. pdf.
1
[11] Antes del cierre de este libro el Licenciado Scarfó fue distingui-
do por su tarea en el espacio de GESEC: http:/ fwww.gesec.com.ar/
francisco-scarfo-recibio-el-premio-paulo-freire-en-chilef.
[12] La página web del GESEC: http:/ fwww.gesec.com.arf.
[13] El blog de este colectivo: http:/ fatrapamuros.blogspot.mxf. El colectivo Atrapa-
muros cuenta con publicaciones periódicas que se encuentran reunidas en este link:
https:/ /issuu.comjatrapamuroseducacionencarceles.