Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
La Constitución de 1920, que era de corte liberal, fue la primera en la historia del
Perú en contener disposiciones laborales, aunque se limitó a delegar a la legislación
el desarrollo de ciertos derechos como: (i) La seguridad, salud e higiene en el
trabajo; (ii) las jornadas de trabajo; y (iii) las remuneraciones. Por lo demás, es
llamativo su tratamiento de los conflictos entre empleadores y trabajadores −a los
que denomina en forma impersonal “capital” y “trabajo” − al imponer el arbitraje
obligatorio. Tal diseño constitucional da cuenta de un modelo de relaciones
colectivas que adquiere características de la ya mencionada “etapa de la tolerancia”,
en la medida en que no se aceptaba la manifestación más importante del
sindicato: la huelga. Pero, al mismo tiempo, posee ciertas características de la
etapa del reconocimiento, en la medida en que el legislador ya empezó a reconocer
una serie de derechos.
Era una etapa donde se legislaba en materia sindical pero con la finalidad de
controlarlos para que no haya revueltas sociales.
Es así que contrariamente a lo que se creería, que se debe seguir un orden donde
primero se regulen los derechos laborales individuales, con el contrato de trabajo,
lo que hizo el Estado fue en primer lugar
Esta nueva rama del Derecho que contempla las relaciones colectivas no tiene en
cuenta directamente al trabajador individual sino el interés colectivo, o sea el de una
pluralidad de sujetos hacia un bien apto para satisfacer una necesidad común: no
es la suma de intereses individuales sino su combinación, y es indivisible.
En cualquier país el derecho colectivo del trabajo tiene una estructura triangular que
se asienta en tres institutos fundamentales: el sindicato, la negociación colectiva y
la huelga. Si falta alguno de estos tres, el sistema todo se detiene.