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Ramiro Gómez

Ventana-objeto, 1976

LOS SUICIDIOS
Omar Ruíz
Suspendida, 1998

LOS SUICIDIOS
Suicides

Jorge Oswaldo González Ortíz


Epidemiologist Psychologist
Center for National Reference on Violence1

The complexity of suicidal behavior has motivated a wide number of explanations from different perspectives,
from Durkheim and Freud´s to theories and models based in social learning, which have enabled us to
approach its study and understand the enormous diversity that suicidal behavior presents. Taking this knowledge
into account, this chapter is not named Suicide, like Durkheim´s book, but Suicides, as stated by Sarro and
De la Cruz, because of the variety of multidimensional and multidetermined events which in diverse ways
lead individuals to voluntary death. Since the late 1990´s Colombia presents a stable suicidal rate of 5 per
100.000 inhabitants. Nevertheless, differences can be appreciated in the local level. The towns in the
department of Cundinamarca show the higher rates of suicide necropsies, compared to other local units in
the country. Divulgation of mental health politics and its mandatory enforcement, along with community
involvement will enable the establishment of preventive and promotional actions.
S e entiende por suicidio toda muerte intencional autoinfligida que se
realiza con conocimiento de su letalidad y es motivada por trastornos
JORGE OSWALDO GONZÁLEZ ORTÍZ
Psicólogo Epidemiólogo
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia
emocionales, pérdida de personas allegadas, trabajo o dinero, presión ANDREA DEL PILAR RODRÍGUEZ
institucional, enfermedad incurable y mandato religioso, entre otras causas.1 Universidad El Bosque

La complejidad de la conducta suicida ha motivado una gran diversidad


de enfoques, tipologías, teorías y modelos explicativos, los cuales han
permitido abordar su estudio y comprender la amplia diversidad al in-
terior del mismo. Por lo anterior, el presente capítulo no se denomina
El suicidio, como lo propuso Durkheim, sino Los suicidios, dada la varie-
dad de eventos multidimensionales y multideterminados que llevan a
los individuos de muy diversas maneras a la muerte propia.

Los estudios acerca del suicidio han planteado diversas posiciones, desde
la tesis de Pinel y Esquirol hasta las de Jousset y Moreau de Tour, ade-
más de otros, quienes concibieron el suicidio en el siglo XIX como una
patología de carácter psiquiátrico que obedece a desórdenes mentales es-
pecíficos y claramente delimitados. En contraposición a esta visión en-
contramos la visión sociológica, y en ella se destaca el estudio realizado
por Emile Durkheim en 1897, para quien el suicidio va más allá de las
concepciones meramente individualistas y de carácter patológico, sien-
do un acto social2 , sugiriendo que los niveles de integración y de regu-
lación social (los deseos y aspiraciones de los miembros de la sociedad
son restringidos por normas sociales, costumbres y valores) son los cau-
santes del suicidio social. Durkheim estableció cuatro tipos de suicidio:
el egoísta, el altruista, el anómico y el fatalista. (Cuadro 1)

1
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses-CRNV y Cooperación Alemana al Desarrollo. Forensis
1999, Datos para la vida.
2
Durkheim E. El suicidio. Madrid: Ediciones Akal S.A. Cuarta edición, 1995.
Cuadro 1. Tipos de suicidio social

En el suicidio egoísta existen fuertes factores culturales que dirigen la


conducta del sujeto; el suicidio altruista se presenta en sociedades rígi-
damente estructuradas que ponen por encima del individuo un código
de deberes de sentido grupal y hacen del sacrificio por el grupo una
exigencia moral; el suicidio anómico se da cuando un fallo o dislocación
de los valores sociales lleva a una desorientación individual y a un sen-
timiento de falta de significación de la vida4; la anomia como estado so-
cial es una falta de dirección que suele aparecer en las épocas de
revolución o cambio social, que pueden surgir como resultado de la
guerra, crisis económicas y cambios rápidos en la movilidad o en la es-
tructura social. Por otra parte, y aunque menos desarrollado y poco im-
portante para la época, Durkheim planteó un cuarto tipo de suicidio: el
fatalista, que descubrió como aquel que está en oposición al anómico
y que resulta de un exceso de reglamentación: el que cometen los su-
jetos cuyo porvenir está implacablemente limitado, caracterizado por
estados de desesperación, llevándolos a descargar la ira contra ellos
mismos o contra otras personas5. Durkheim afirma que “cada sociedad
tiene, en un determinado momento de su historia, una aptitud definida
para el suicidio”6.

La visión del suicidio como un homicidio frustrado o agresividad


interiorizada fue expuesta por Stekel expresando que alguien que no desee
matar a otro, o que al menos lo desee, se mata a sí mismo. Para Freud el
suicidio era un síntoma penoso, producto de la civilización, una conse-
cuencia de las tendencias autodestructivas que podían estar presentes, en
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cierto grado, en cada persona, convirtiéndola en un ser vulnerable al sui-


cidio (Litman, citado por Sarró y De la Cruz, 1991). Freud interpretó el
suicidio como un fenómeno intrapsíquico originado primariamente en el
inconsciente y en cuya psicodinámica intervendrían especialmente la agre-
sión y la hostilidad contra sí mismo al no poder exteriorizarla. Según él la
base del suicidio radicaba en un instinto de muerte.7

3
Encyclopedia of violence, Peace and Conflict. Vol. 3. 1999.
4
La anomia, como estado social, es una falta de dirección que suele aparecer en las épocas de revolución social.
En el individuo se corresponde con la pérdida de identidad.
5
Durkheim, 1995. op.cit .
6
Durkheim, 1995. op. cit .
7
Sarró y De La Cruz, 1991.

120
Escuelas más recientes, neoconductistas, han propuesto otras formas común, altos índices de desem-
de ver el suicidio8. La teoría de los constructos personales de Kelly par- pleo y migraciones, tanto de
quienes buscan mejor situación
te de la idea de que todos los sujetos tienen una forma particular de adap- económica como de desplazados
tarse al medio que les rodea, en función del desarrollo cognoscitivo que por los conflictos armados.
9

posee cada individuo y que sirve de parámetro para procesar sus ex-
periencias; se fundamenta en que la realidad es independiente de la in- Cosa similar sucede con Ba-
terpretación que cada sujeto hace de ella, siendo esta condición la que rrancabermeja, en donde, además
de los factores enumerados arri-
orienta y, en algunos casos, modifica la conducta. ba, se ha encontrado un aumento
en el robo de gasolina, con parti-
Así, el suicidio se manifestaría como una forma extrema de depresión, cipación de pobladores de los ba-
que o acepta o rechaza la definición de la vida; Kelly define al suicida rrios nororientales y periféricos
de la ciudad, así como un resurgi-
como: “aquel que con la muerte pretende validar la vida y que acude a
miento de la piratería terrestre,
esa solución, bien sea porque su mundo le resulta impredecible o bien, asociada al secuestro y desapari-
en el caso opuesto, porque sus anticipaciones le parecen excesivamente ción forzada de comerciantes y
10
regulares, obvias y carentes de interés” (Avia y Sánchez Bernardos, 1993, conductores.
citados por Clemente y González, 1996).
Bucaramanga y su área metropoli-
tana, a diferencia de las anterio-
La teoría de la internalidad/externalidad de Rotter está basada en el en- res, presenta un porcentaje más
foque del aprendizaje social9, escuela que considera que la conducta se alto de muertes por accidente de
ve influida por el aprendizaje que se lleva a cabo en un contexto social, tránsito y homicidio (21,2% y
por tanto, las diferencias conductuales entre los individuos se atribuyen 36,1% del total de necropsias por
muerte violenta en el 2000, res-
en gran parte a la historia única de aprendizaje de cada persona en re- pectivamente).
lación con los demás y con situaciones específicas a las que estuvo so-
metida. En la teoría de la internalidad/externalidad la experiencia FRANCIS PICABIA. PORTRAIT OF GEORGES CARPENTIER, 1923.
continuada de ineficacia en el curso de la propia vida puede llevar al sujeto
a un estancamiento y absorción de las propias limitaciones impuestas
por el ambiente, rompiéndose el vínculo entre ambos por agotamien-
to, reificación de los significados, o simple inconformismo con el estatus
y rol socialmente impuestos. Es decir, para que las personas se desa-
rrollen óptimamente necesitan refuerzos vitales y un umbral mínimo de
logro, determinados por el control que tengan sobre los sucesos de su
vida y la satisfacción de sus necesidades.

Por otra parte, la teoría de la desesperanza aprendida de Seligman se


fundamenta en la idea de que la percepción continuada de no correla-
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ción entre los objetivos propuestos y los resultados de sus actos puede
provocar en la persona un sentimiento de impotencia e incapacidad de
control. “El aprendizaje e interiorización de la carencia de control en
los resultados de las propias conductas provoca tres déficit en la perso-
nalidad: 1) motivacional, 2) cognoscitivo y 3) emocional; lo cual se ma-
nifestaría a través de la depresión que sufriría el sujeto”10. Esta teoría

8
En la medida en que el presente informe no pretende realizar una revisión extensa de las teorías explicativas
del suicidio, muchas de las aproximaciones teóricas no se tienen en cuenta. En este sentido, nos limitamos a
plantear las que a juicio de los siguientes autores pueden ser más relevantes: Avia y Sánchez Bernardos, 1993,
citados por Clemente y González, 1996.
9
Bernstein y Nietzel, 1986.
10
Abramson, Seligman y Teasdale en Clemente y González, 1996.

121
muestra una relación especial del sujeto con el entorno social y con su
propio desarrollo como ser social, relación que no lo lleva a su integra-
ción sino, todo lo contrario, provoca el progresivo desligamiento entre
el sujeto y la sociedad, e incluso entre el sujeto y su propio desarrollo
como entidad individual y social al ser unos de sus principales efectos la
apatía y la desmotivación.

Dada la complejidad de la conducta suicida y la necesidad de buscar


explicaciones satisfactorias, cada día cobran mayor importancia los
modelos multidimensionales. Villardón (1993)1| propone agrupar estos
modelos explicativos distinguiendo modelos de vulnerabilidad biológi-
ca, psicológica, psicosocial y biopsicosocial12.

Entre los actuales modelos multidimensionales se destacan:


1) El modelo arquitectónico de Mack (Mack y Hickler, 1981); el cual está
basado en el estudio del suicidio juvenil. Consta de los siguientes ele-
mentos: a) macrocosmos: es decir, la influencia que ejercen el sistema
educativo, la cultura, los factores sociopolíticos y la actividad económi-
ca en los brotes de suicidio entre escolares; b) vulnerabilidad biológica:
factores genéticos; c) experiencias tempranas: influencias de diversos
factores sobre las primeras etapas del desarrollo; d) organización de la
personalidad: dimensión narcisista, desarrollo del yo y la autoestima; e)
relaciones del individuo con los padres: el grado de separación con res-
pecto a ellos, identificaciones, lazos con otros adultos, relaciones con
los amigos; f) psicopatología: cuadros depresivos y alcoholismo; g)
ontogenia: relación existente entre el desarrollo y la muerte o el tipo
de relación particular con la muerte; h) circunstancias vitales: factores
precipitantes (como alcohol o drogas) y sociofamiliares (como traslados,
desavenencias, fracaso escolar).

2) El modelo basado en el estado de la mente (Bonner y Rich, 1987),


que se sitúa en un paradigma biopsicosocial amplio. Considera el suici-
dio como un proceso dinámico y circular, del que los individuos pue-
den entrar y salir. Reúne las variables en dos grupos: a) Del contexto
social general: cambios sociales, competitividad, incomunicación, valo-
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ración social del suicidio y medios de comunicación; este a su vez se


subdivide en a.1) contexto social inmediato: como acontecimientos vi-
tales estresantes, grado de apoyo social, presencia de conducta suicida
en el entorno y características socio-demográficas; y a.2) entramado
individual del sujeto: aspectos bioquímicos, enfermedades psiquiátricas,
factores cognoscitivos, evolutivos y de personalidad, así como el nivel
de tolerancia al estrés y los modos de afrontamiento del mismo; y b) el
estado mental suicida: conjunto de características psicológicas que ro-
dean y acompañan a la conducta suicida (depresión, desesperanza, baja

11
Citados por Bobes J, González JC, Saíz PA. Prevención de las conductas suicidas y parasuicidas . Barcelona:
Masson S.A.,1997.
12
Bobes J, González JC y Sáiz PA, 1997. Op cit.

122
autoestima, soledad, falta de razones para vivir y valoración positiva del Estos porcentajes se generan por
suicidio como medio para la solución de problemas). hechos que tienen como caracte-
rística la planeación del uso de la
violencia hacia conocidos (ej., la
3. El modelo de sobreposición (Blumenthal y Kupfer, 1986): contem- venganza o el ajuste de cuentas),
pla factores de riesgo, que son agrupados en cinco áreas: o hacia extraños (atracos, intole-
11
1- trastornos psiquiátricos. rancia social, etc.).
2- rasgos y trastornos de personalidad.
No se pueden dejar de lado otros
3- factores psicosociales y ambientales. factores asociados, como el con-
4- variables genéticas y familiares sumo de estupefacientes en jóve-
12
5- factores biológicos. nes , el desempleo y el sub-
empleo (más específicamente lo
relacionado con los vendedores al
Cada una de estas áreas corresponde a una esfera de influencia o de 13
minoreo en las calles) , y última-
vulnerabilidad, y su conjunto se representa de manera gráfica mediante mente el fenómeno de los despla-
una serie de diagramas de Venn entrelazados. La posible capacidad de zados. A pesar de todo, el primer
intervención sobre estas esferas de vulnerabilidad dota al modelo de un problema no ha sido identificado
carácter preventivo, ya que la presencia de ciertos factores protecto- como causa importante de activi-
dad delincuencial en nuestra
res, como flexibilidad cognoscitiva, esperanza, respaldos sociales sóli-
zona, a pesar de la alta presenta-
dos y tratamiento psiquiátrico adecuado, contribuye a la conservación ción de casos de
de una barrera protectora contra la conducta suicida. farmacodependencia.
14

BUCARAMANGA.
UN CORTO ANÁLISIS DE
HECHOS VIOLENTOS

Durante el año 2000 se practica-


Figura 1. Modelo de sobreposición ron 5.365 dictámenes a personas
lesionadas y 311 necropsias por
muerte violenta, por hechos su-
4) El modelo cúbico del suicidio (Schneidman, 1987, 1992) se repre-
cedidos en el área urbana de Bu-
senta gráficamente con un cubo con 125 cubiletes, 25 de ellos en cada caramanga, con una disminución
plano, 5 en cada fila y columna. Cada una de las tres caras visibles del del 1,4% en el número de casos
cubo corresponde a un componente del modelo: dolor, perturbación de lesiones no fatales, respecto a
y presión-. La cara anterior del cubo representa el dolor psicológico re- 1999, y una disminución de 0,6%
respecto a los hechos fatales.
sultante de las necesidades psicológicas frustradas -desde inexistente

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hasta intolerable la cara lateral corresponde a la perturbación: estado El análisis de los eventos violentos
alterado que incluye la constricción de la percepción y la impulsividad. no fatales permitió determinar que
Consta de una escala con cinco posibilidades, que van desde la mínima en el año 2000 la mayoría de las
perturbación (mente abierta, pensamiento claro y tolerabilidad eleva- víctimas fueron hombres (el
57%), teniendo en cuenta que en
da) hasta la máxima perturbación (estrechamiento del pensamiento e los casos de violencia de pareja/
impulsividad). La cara superior del cubo representa la presión, entendi- conyugal y maltrato a menores
da como los aspectos interiores y ambientales que mueven o afectan al predominaron las víctimas de
individuo; presiones negativas como amenazas, alteraciones y daños. sexo femenino.
También está graduada desde lo positivo hasta lo negativo.
Desde años anteriores, la zona
Centro de Bucaramanga ha pre-
El cubilete situado en la confluencia de máximo dolor, máxima pertur- sentado la proporción más alta de
bación y máxima presión negativa (5,5,5) representaría a los sujetos personas lesionadas por eventos
suicidas. El resto de factores sería periférico. violentos. Esto es igualmente váli-

123
Figura 2. Modelo cúbico

Schneidman señala diez características comunes a todo acto suicida:


• El propósito común del suicidio es buscar una solución.
• El objetivo común es el cese de la conciencia.
• El estímulo común es el dolor psicológico intolerable.
• El estresor común son las necesidades psicológicas frustradas.
• La emoción común es la indefensión - la desesperanza.
• El estado cognoscitivo común es la ambivalencia.
• El estado perceptual común es la constricción.
• La acción común es el escape.
• El acto interpersonal común es la comunicación de la intención.
• Es congruente con los patrones de afrontamiento a lo largo de la vida.

5) El modelo de trayectorias de desarrollo del suicidio (Silverman y


Felner, 1995) es equivalente a la historia evolutiva del trastorno (Felner
y Felner, 1989), es decir, existe una serie de procesos que conducen al
suicidio y que se deben desplegar durante un determinado tiempo. El
objetivo general de la prevención consistiría en modificar aquellos pro-
cesos que conducen a un determinado trastorno. La vulnerabilidad
personal sería la resultante de la exposición a los factores de riesgo y a
los factores protectores. Desarrollos tempranos problemáticos pueden
determinar que un sujeto adquiera vulnerabilidad al suicidio, aunque esa
adquisición no es sinónimo de comienzo del trastorno, por lo cual es
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posible intervenir sobre dicha vulnerabilidad mediante programas pre-


ventivos. En cada etapa de la vida del individuo podría examinarse la pre-
sencia de condiciones de riesgo suicida, la adquisición de vulnerabilidades
y aquellos factores que incrementan la capacidad de reacción frente a
las condiciones de riesgo.

6) El modelo de aculturación (JW Berry y U Kim13), describe cuatro


posibles fases de adaptación cultural: a) integración: que es el resultado
de la retención de la cultura tradicional por parte del emigrante y del
deseo de mantener relaciones positivas con el grupo mayoritario del

13
Berry JW, Kim U. Acculturation and Mental Health. En: P Dasen. JW Berry, N Sartorious (ed.): Health and cross-
cultural psychology : Toward Applications . London: Sage, 1998.

124
país al cual se emigra; b) asimilación: resulta cuando la persona que do para las Comunas Occidente y
emigra decide olvidarse de su cultura nativa y mantener relaciones po- San Francisco. En estas tres co-
munas se presentó el 33% de la
sitivas con el grupo cultural mayoritario del país al cual llega; c) rechazo: totalidad de hechos violentos no
cuando el emigrante decide retener su cultura nativa y a la vez no man- fatales en la ciudad.
tener relaciones positivas con el grupo cultural mayoritario de la nación 15
a la cual emigra; y d) marginalización: es el resultado del rechazo de la En estas zonas se han identifica-
cultura nativa por el emigrante, así como la decisión de no mantener do algunos puntos críticos asocia-
dos a problemáticas sociales pre-
contactos positivos con el grupo cultural mayoritario de la nación a la sentes en ellas. Una de estas zo-
que llega. nas se encuentra entre las calles
30 a 33 con carreras 14 y 18,
De esta manera, se entiende por aculturación aquellos cambios cultu- lugares de expendio y consumo de
drogas alucinógenas. Otros pun-
rales que se observan cuando dos grupos culturales o étnicos están
tos crítico son los alrededores de
expuestos a contactos continuos14. Existe una serie de variables, como la plaza de mercado San Francisco
la edad, el estado marital y la educación, que tienen gran impacto en la y la zona de talleres de los barrios
aculturación. Este proceso lleva a estados crónicos de tensión, los cua- Girardot y Gaitán.
les pueden dar lugar a diversas condiciones patológicas, entre ellas el
Como lo indican los registros de la
suicidio. Durante el proceso, los miembros del grupo cultural minori-
Policía Nacional, existe una relación
tario se exponen a conflictos al tratar de adaptarse a los cambios cultu- entre el consumo de estupefacien-
rales. También se desarrollan resistencias a dichos cambios culturales y tes y los índices de violencia no
mientras más grandes sean estas resistencias, mayores serán también fatal, especialmente en los barrios
las tensiones relacionadas. Girardot y Santander, pertenecien-
16
tes a la comuna 4 u Occidente.

La administración municipal, ante


la persistencia del problema, ini-
Epidemiología del suicidio ció la instalación de cámaras de
video en la zona de San Francisco
y en el centro de la ciudad, y se
trasladó el CAI de la Policía del
En Colombia durante la década de 1990 se presentaron dos periodos barrio Kennedy al barrio Girardot.
epidémicos de suicidio, en los cuales se incrementó la tasa de manera
significativa, entre 1991 y 1994 y de 1997 a 1998. La Organización Mun-
dial de la Salud clasifica las tasas de suicidio de una comunidad en bajas,
medias, altas y muy altas, en función del total de casos por cada 100.000
habitantes. Colombia se ubica actualmente, a nivel mundial, en el gru-
po de países con una tasa media, la cual se ha mantenido constante
durante los últimos tres años.
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
Cuadro 2. Necropsias por suicidio.
Colombia, 1996-1999

14
Redfield R, Linton R, Herskovits MJ. Memorandum on the study of acculturation. American Psychologist 1936;
38: 149-152. FRANCIS PICABIA. TITLE UNKNOWN (FANTASTIC NUDE), 1924-27.

125
Distribución según edad y género

A lo largo de los años se ha mantenido constante y es consistente con


los hallazgos a nivel internacional; 79% se presentó en hombres y por
cada mujer se suicidaron 4 hombres. Tradicionalmente en Colombia los
Durante el año 2000 el Instituto grupos más afectados han sido los de adolescentes y adultos mayores16.
Nacional de Medicina Legal y Sin embargo, en 2000 la mayor tasa se presentó en el grupo de 18 a
Ciencias Forenses realizó 2.070 24 años de edad (10,3 por cada 100.000 hab/año), grupo compuesto
necropsias por posible suicidio15 en
los 140 puntos de atención, por personas en edad de trabajar y cabeza de hogar, lo cual trae una
observándose un leve descenso, serie de implicaciones socioeconómicas para el grupo familiar y la so-
0,9%, diferencia que no es ciedad. (Cuadro 3)
estadísticamente significativa
comparada con el año anterior. El
suicidio corresponde a la cuarta
causa de muerte violenta en el país.
Cuadro 3. Tasa de necropsias por suicidio según edad y género.
Colombia, 1999-2000

Figura 3. Suicidios según edad y género.


Colombia, 1999-2000
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

15
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses no tipifica los delitos, por lo cual aporta la prueba
pericial, en la cual la evidencia corresponda a un posible suicidio.
16
Forensis 1999 , Datos para la vida , op cit.

126
Distribución según arma o mecanismo causal

El arma o mecanismo utilizado con más frecuencia para conseguir la


muerte fue la intoxicación (31%), seguida de arma de fuego (30%) y la
suspensión o ahorcamiento (27,3%).

Llama la atención el incremento permanente que ha tenido la suspen-


sión, tanto en la capital del país como en el territorio nacional, siendo
casi tan frecuente como el arma de fuego.

Figura 4. Suicidios según arma


o mecanismo causal.
Distribución según mes Colombia, 1999-2000

El promedio mensual de casos fue de 174, correspondiendo aproxima-


damente a 6 casos al día o un suicidio cada cuatro horas ; los meses con
mayor número de casos fueron mayo (192), enero (191) y octubre (182).

Figura 5. Suicidios según mes.

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Colombia, 1999-2000

127
Distribución geográfica

De acuerdo con el número de necropsias realizadas por suicidio en las


unidades locales del instituto, el mayor número se realizó en las ciuda-
des de Bogotá (363), Cali (153) y Medellín (122). Los departamentos
con mayor tasa fueron Amazonas, Risaralda y Huila.

Al nivel de unidad local, la mayor tasa de necropsia por suicidio se re-


gistró en La Mesa (Cundinamarca) con 41,2/100.000 habitantes. Le si-
guen Garagoa (Boyacá) con 29,4 y Chocontá (C/marca) con 27,8.

Figura 6. Tasa de necropsia de


suicidio por departamento.
Colombia, 1999-2000

Figura 7. Tasa de necropsia de suicidio


según unidad local INML y CF.
Colombia, 1999-2000
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128
Cuadro 4. Suicidios según punto de atención del INML y CF.
Colombia, 1999-2000

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129
Figura 8. Suicidios según punto de atención del INML y CF.
Colombia, 1999-2000
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

130
Suicidio en Bogotá, D.C. La comuna de Morrorrico, que en
años anteriores mostraba índices
de violencia por encima de la me-
dia de la ciudad, en el 2000 pre-
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Regional sentó el menor número de
personas lesionadas por hechos de
Bogotá, realizó 333 necropsias de suicidios ocurridos en el distrito en
violencia, incluidos los casos de
1999, y 337 en el 2000. No se halló una diferencia estadísticamente 17
accidentes de tránsito. La pre-
significativa entre los dos años, y la tasa se mantuvo en 5 suicidios por sencia de un buen número de
cada 100.000 habitantes/año. ONG, que han enfocado su labor
hacia esa zona, y la adecuación
del puente peatonal y una vía al-
Figura 9. Tasa de necropsia por suicidio. terna para el ingreso a la comuna,
Bogotá, 1999-2000
parecen ser las causas de la dismi-
nución de los eventos violentos.

Las lesiones fatales requieren una


visión diferente, dado que la ob-
servación de las tasas de personas
fallecidas muestra una permanen-
te disminución en la ciudad desde
1997, a excepción de los homici-
dios, que registraron un aumento
en el 2000 de 11% con respecto
a 1999. Este aumento se dio a
expensas de los fallecidos en el
segundo semestre, periodo en el
cual aumentaron los fallecidos
por esta causa un 23,4% (de 72
casos en el primer semestre a 94
en el segundo).
La razón de masculinidad se mantuvo, correspondiendo 79% de
los casos a hombres, lo cual significa que se suicidan 4 hombres Durante los fines de semana se
por cada mujer. presentó la mayor ocurrencia de
homicidios en la ciudad (56% de
viernes a domingo), en especial en
A diferencia de los años anteriores, en el 2000 se presentó un incre- las horas de la madrugada, entre la
mento de 15 casos con respecto a 1999, siendo la mayor tasa de suici- medianoche y las 3 de la mañana.
dio la del grupo de 45 a 49 años (13 casos por cada 100.000 hab/año),
superando proporcionalmente a los grupos de jóvenes y de adultos ma- Con lo anterior se puede concluir
que la ocurrencia de los homici-
yores, los cuales tradicionalmente presentaban los mayores valores. dios en Bucaramanga se encuentra

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


asociada a actividades desarrolla-
El promedio mensual de casos fue de 27 en 1999 y 28 en el 2000, co- das durante los fines de semana,
rrespondiendo, aproximadamente, a 1 caso por día . en horas de la noche, y que las
armas de fuego son utilizadas para
tal fin en una alta proporción.
El principal mecanismo usado para ocasionar la muerte, fue el ahorca-
miento (asfixia mecánica), modalidad que se incrementó en 48%, pa- A diferencia de los homicidios,
sando de 90 a 133 casos. los hechos fatales por accidentes
de tránsito han venido disminu-
yendo, tanto en número como en
En los dos años de estudio, el mayor número de casos se presentó en
tasa, desde 1997. Aunque se han
las localidades de Suba (39-34) y Kennedy (38-32). Sin embargo en la observado oscilaciones en los
localidad de Engativá se observó un incremento del 68% para el año registros entre peatones y moto-
2000. La mayor tasa se presentó en la localidad de La Candelaria ciclistas fallecidos, poco a poco,
(16,9x100.000 hab.). y como en la mayor parte del

131
Figura 10. Suicidios según arma o mecanismo.
Bogotá, 1999-2000

Hallazgo de alcohol y estupefacientes en Bogotá

El alcoholismo es un factor de riesgo suicida y las personas con depen-


dencia del alcohol son un grupo de riesgo, pero la incidencia real en la
tasa de suicidios oscila en los diferentes estudios epidemiológicos entre
2% y 56% (Roy y Linnoina, 1986, citados por Sarró y De La Cruz). Estas
divergencias se deben, entre varios factores, a problemas relacionados
con los criterios para definir alcoholismo y a que en su mayoría han sido
estudios retrospectivos, con sus correspondientes limitaciones.

Los datos aportados por el Instituto en el presente documento corres-


ponden al hallazgo incidental de alcohol u otras sustancias durante el pro-
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

ceso de la necropsia como consecuencia de una muerte violenta, por


lo cual este deberá interpretarse a la luz de sus limitaciones. Dado que
no se cuenta con un sistema de vigilancia epidemiológica Nacional de
alcohol y estupefacientes, se incluirán los datos aportados por algunas
de las regionales del Instituto.

De las 363 necropsias por suicidio realizadas en la Regional Bogotá, 337 ca-
sos ocurrieron en el distrito capital, de los cuales 37,8% tenían prueba de
alcoholemia positiva, 4,3% cocaína, 6,2% de marihuana y 1,6% de opiáceos.

132
Cuadro 5. Hallazgo de alcohol en muertes
violentas, según manera de muerte.
Bogotá, 2000

Figura 11. Hallazgo de alcohol en muertes violentas.


Bogotá, 2000

Homicidios 54,1%

Accidentes de
tránsito 49,4%

Muerte accidental 37,5%

Suicidio 37,8%

Fuente: Centro de Referencia Nacional sobre Violencia. CRNV, INML y CF.

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

Cuadro 6. Hallazgo de estuperfacientes en muertes


violentas, según manera de muerte y sustancia.
Bogotá, 2000

133
Suicidios en Pereira - Risaralda
CARMENZA LÓPEZ, Coordinadora Centro de Referencia sobre Violencia - Regional Occidente

La tasa de suicidios estimada para Pereira fue de 7 por 100.000 habi-


tantes/año, que es igual a la observada durante 1999, pero ligeramente
superior a la nacional (suicidios por 100.000 habitantes) y superior si se
compara con la de otras ciudades como Barranquilla (3 suicidios por
100.000 habitantes/año).
Durante el año 2000, la Regional
Occidente del Instituto Nacional de Los suicidios aportan 5,5% (1.299) del total de años de vida potencial-
Medicina Legal y Ciencias Forenses mente perdidos (AVPP) por muertes violentas. La mayor pérdida se
realizó en Pereira 33 necropsias por presenta en el grupo de 15 a 24 años, con 46,7% (606 AVPP).
suicidios ocurridos en la ciudad, lo
que representa 5,1% del total de
muertes violentas, cifra igual a la
del año inmediatamente anterior.
Distribución según edad y género

Figura 12. Suicidios según


grupo de edad y género.
Pereira, 2000
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

134
18
Del total de suicidios, 81,8% (27) corresponde al género masculino; por mundo, los peatones se han
cada mujer se suicidaron 5 hombres, con una edad promedio de 33 años. convertido en la víctima más fre-
cuente, especialmente las perso-
19
nas mayores de 60 años.
La tasa más elevada de suicidios se observó en el género masculino en
el grupo de 15 a 24 años y fue de 21 suicidios por 100.000 habitantes/ En la ciudad, durante el 2000, la
año, mientras que en el mismo grupo, pero en el género femenino, fue mayoría de personas fallecidas en
de 7 casos por 100.000 habitantes/año. (Figura 12) accidentes de tránsito se presen-
taron los días sábados (29%),
principalmente fueron peatones
(51%), mayores de 60 años
(49%), y fueron por buses o
busetas de servicio urbano en la
Distribución según arma o mecanismo causal mayoría de los cosos (28%). Lla-
ma la atención que la proporción
más alta se presentó en la zona
oriental de la ciudad (33% del
El arma o mecanismo más usado para conseguir la muerte fue el lanza- total de casos).
miento al vacío (30,3%), seguido del arma de fuego (24,2%), el ahor-
camiento o suspensión (21,2%), la intoxicación (15,2%), y 9,1% utilizó
otros mecanismos.

Figura 13. Suicidios según arma o mecanismo causal.


Pereira, 2000

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

JEAN (HANS) ARP. MUJER, 1927.

135
El promedio mensual de casos durante el año 2000 fue de 3 y la mayor
proporción se presentó en el mes de diciembre (18,2%). (Figura 14)

En 81,8% (27) de los casos se practicó prueba de alcoholemia, encon-


trándose 59,3% (16) con resultados positivos; de estos, 2 casos pre-
sentaron resultados positivos para marihuana.

En 78,8% (27) de los casos se logró establecer el estado civil; de estos,


59,3% (16) eran personas solteras, 33,3% (9) casadas y 3,7% (1) di-
vorciadas.

Se obtuvo información acerca de la actividad de estas personas en 78,8%


(27) de los casos. De estos, 18,5% (5) pertenecían al grupo de trabaja-
dores no calificados, 19,2% (5) al de estudiantes y 11,5% (3) a perso-
nas desempleadas, al igual que trabajadores de servicios.

27% (9) de los casos ocurrieron en el viaducto Pereira-Dosquebradas,


y en 56% de ellos se halló alcoholemia positiva; las edades oscilaron
entre 20 y 55 años, siendo la edad media 30 años, y el 100% eran hom-
bres. A estos 9 casos se le suman los ocurridos en 1999 (7 casos) y 1998
(12 casos) en el mismo sitio.

Figura 14. Suicidios según mes.


Pereira, 2000
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

136
Suicidios en Barranquilla y Soledad Notas
1
Forensis, Datos para la vida. Instituto Nacional de
ALEXANDRA MARTHE, Coordinadora Centro de Referencia sobre Violencia - Regional Norte
Medicina Legal y Ciencias Forenses- GTZ, Bogotá,
septiembre 2000.
3
Comportamiento de las lesiones fatales y no fatales de
causa violenta, Bucaramanga y zona Metropolitana

El 5,4% (33) de las muertes violentas ocurridas en el perímetro urba- 1998; Centro de Referencia Regional sobre Violencia,
Regional Nororiente, INML y CF, Bucaramanga,
no de Barranquilla ocurrieron por suicidio, registrando una disminución 3
Ortiz Sarmiento CM. Un balance de los estudios acerca
de la violencia en Colombia. Tomado de internet.
de 38% en relación con el año anterior. El género más afectado fue el 4
Camacho A, Guzmán A. Nuevas visiones sobre la

masculino, con 85% (28). El rango de edad más comprometido fue el 5


violencia en Colombia. Santa Fe de Bogotá, 1997.
Para esta comparación se toman los datos de las
de 15 a 29 años, con 45% (16). actividades relacionadas con lesiones personales no
fatales, delitos sexuales, dictámenes de embriaguez,
edad, estados de salud y necropsias.

En 42% (14) de los suicidios, el medio utilizado fue el proyectil de arma Se consideran actividades periciales aquellas acciones en
6

las cuales un perito médico revisa una persona que haya


de fuego, seguido del ahorcamiento, con 30% (10). (Figura13). sido víctima de un hecho violento (con consecuencias
mortales o no mortales) y entrega a la autoridad un informe
pericial sobre estos hechos. Se incluyen exámenes a
personas fallecidas ( necropsias médico legales), y
exámenes por lesiones no fatales de violencia común,
Suicidios en el municipio de Soledad, 2000 violencia intrafamiliar, accidentes de tránsito, etc.
(dictámenes de lesiones personales, sexológicos, edad,
embriaguez, embarazo, odontológicos, y estados de salud).

El 10% (13) de las muertes violentas ocurridas en Soledad fueron por sui- Informe por carta de la coordinación de la Unidad Local
7

de Medicina Legal. Barrancabermeja


cidio, con un aumento de 8% en relación con el año anterior; 77% (10) 8
Son consideradas muertes violentas las ocurridas en
homicidios, suicidios, accidentes de tránsito, accidentes
de los suicidas eran hombres. El rango de edad más comprometido fue el de otro tipo, como laborales, ahogamientos, caídas,
electrocusiones, etc., y las muertes de fetos o abortos
de 15 a 29 años con 61% (8). En 54% (7) el medio utilizado fue el ahorca- que impliquen maniobras abortivas o uso de fuerza para

miento, seguido del envenenamiento con 23% (3). 9


su realización.
Lesiones fatales en Cúcuta, Los Patios y Villa del Rosario
durante el año 2000; Boletín No. 2, enero de 2001;
INMLCF, Seccional Norte de Santander
10
Información por carta de la Coordinación de la Unidad
Local de Medicina Legal, Barrancabermeja, Marzo 2001
Figura 15. Suicidios según arma o mecanismo causal. 11
Mortalidad de causa violenta en el municipio de
Barranquilla, 2000 Bucaramanga, enero 01 a diciembre 31 de 2000;
INMLCF, Centro de Referencia Regional sobre Violencia;
Febrero de 2001.
12
Juventud y participación, El caso de Bucaramanga;
Investigación. Ministerio de Justicia y del Derecho.
Diciembre 1996
13
Bucaramanga ha vivido y está viviendo un fenómeno de
invasión de sus espacios públicos por vendedores
ambulantes que se unen en grupos para “dominar”
determinados sectores, ejerciendo presión, muchas veces
violenta, hacia otros vendedores que amenacen sus sitios
de venta. A esto se une la permanente acción policial
contra estos vendedores, que desafortunadamente llega,
en muchas ocasiones, a la utilización de la fuerza para
el desalojo de los lugares invadidos. Anexo a esto algunos
sitios ambulantes de venta (chazas), son utilizados para

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF


la venta de sustancias psicotrópicas y el almacenamiento
temporal de objetos hurtados.
14
Informe Programa Rumbos, Presidencia de la República,
2000 7 Prevención De las cifras a la acción;
Bucaramanga; Proyecto Censo Observatorio del delito,
Boletín No. 1, diciembre 1998.
15
Prevención. De las cifras a la acción; Bucaramanga;
En nuestro país tradicionalmente los Proyecto Censo Observatorio del Delito, Boletín No. 1,
adolescentes y los adultos mayores han diciembre 1998.
16
Componente de juventud para la política de prevención
sido los grupos más afectados por este
del delito; Bucaramanga. Ministerio de Justicia y del
fenómeno, debido a diversos factores Derecho, Santa Fe de Bogotá, diciembre 1998.
entre los cuales se destacan la falta de 17
Mortalidad de causa violenta en el municipio de
habilidades para resolver problemas, las Bucaramanga; enero 01 a diciembre 31 de 2000; Centro
de Referencia Regional sobre Violencia, INMLCF;
pérdidas, la baja capacidad para afrontar Bucaramanga, febrero 2001.
situaciones de tensión, las enfermedades 18
Cuando los años pesan al volante; Revista Luchemos
crónicas y degenerativas y las por la Vida; Año 4, número 8; Santiago de Chile, 1997.
Reyes-Ortiz y et al.; Lesiones fatales ocasionadas por
condiciones socioeconómicas y de
19

vehículo de motor a personas mayores de 60 años en


conflicto que vive nuestro país. Cali, 1993-1997. Centro de Investigación en Salud y
Violencia, CISALVA; Cali, Valle.

137
Reflexiones
JUAN ISAAC LLANOS, Psiquiatra Forense - Regional Norte

El suicidio es un fenómeno especialmente trágico y crea un grave ma-


lestar en los familiares y amigos de la víctima. Es una de las principales
causas de muerte en los grupos de mayor edad y se considera un evento
prevenible. La valoración del riesgo de suicidio es una de las labores más
importantes y difíciles de realizar en la psiquiatría de urgencia. Entre los
factores de riesgo de suicidio, que el personal de salud debe identificar,
se encuentran: depresión mayor, alcoholismo, historia previa de inten-
to y de amenazas suicidas, sexo masculino, adulto mayor, soltería o
viudez, desempleo o ausencia de actividad laboral y enfermedad o do-
lor crónico. El consumo de alcohol y fármacos puede desinhibir a los
pacientes deprimidos o disfóricos y facilitar así el intento suicida. Las
mujeres intentan suicidarse de 3 a 4 veces más que los hombres, pero
los hombres consuman el suicidio 2 a 3 veces más que ellas. Diversos
investigadores han estudiado si la publicidad incrementa o no los suici-
dios. El interrogante planteado es si el cubrimiento extenso de un suici-
dio resulta en un aumento del mismo en una población susceptible.
Sabemos que, así como todos los “avisos” empleados por la publicidad
convergen en un mensaje focalizado y homogéneo y que la duración,
intensidad y repetición del mensaje incrementa su efecto, estos mismos
se pueden complementar y así neutralizar el posible efecto, focalizando
también las alternativas de solución. Así mismo, presentar historias en
donde se glorifique al suicida o se justifique su acción es un mensaje
captado de forma clara por personas en riesgo17.

Discusión
Los suicidios son eventos múltidimensionales y multicausados, cuya com-
plejidad plantea una serie de interrogantes que sólo pueden ser estudiados
bajo una visión transdisciplinaria y de complejidad. Como dice Max-Neef,
el ser humano va a requerir de mucha creatividad para poder lograr lo que
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

tal vez aún no ha alcanzado, y es llegar a comprenderse a sí mismo18 .

Se han propuesto diferentes estrategias para prevenir el suicidio en ni-


ños y adolescentes, entre ellas las siguientes: 1) entrenar al personal
educativo escolar y a otros responsables encargados de detectar niños
y adolescentes en situación de alto riesgo; 2) educar a los niños en las
escuelas con respecto a los principales aspectos del suicidio; 3) elabo-
rar y divulgar un directorio de servicios profesionales, sensibilizados y
debidamente entrenados; 4) crear programas de apoyo entre los pa-
res; 5) promover centros de ayuda o líneas telefónicas permanentes para

17
Boletín CRNV, Vol. 4, No. 5, mayo de 1999.
18
Max-Neef M. De la esterilidad de la certeza a la fecundidad de la incertidumbre. Congreso Internacional de la
Creatividad. Universidad Javeriana. Facultad de Psicología. 1991.

138
casos de crisis depresivas; 6) restringir el acceso a las armas en el hogar
o incrementar las medidas de seguridad para su tenencia (uso de dis-
positivos de almacenamiento con seguridad); 7) intervenir después de
que se haya producido un suicidio a fin de evitar que otros niños o ado-
lescentes traten de suicidarse; 8) proponer la creación de programas
de prevención de suicidio en los cuales se tenga en cuenta la dinámica
familiar como eje central y en los que se proporcionen estrategias de
afrontamiento, manejo de habilidades y estrategias de comunicación.

Teniendo en cuenta que el suicidio se ha venido identificando como un


problema de salud pública en Colombia, pasando a ocupar en 1995 el
vigésimo séptimo lugar, y el sexto lugar para el grupo de 15 a 24 años,
dentro de las causas de la mortalidad general del país 19 , y por otra par-
te el cuarto lugar entre todas las muertes violentas en Colombia, el Ins-
tituto Nacional de Medicina Legal junto con otras entidades conformó
un equipo profesional interinstitucional e intersectorial para el estudio
de la conducta suicida (CIECS-Bogotá)20, el cual formula las recomen-
daciones que se citan a continuación.

Recomendaciones

1. Fortalecer o crear las redes de salud mental a nivel local, mediante


los sistemas de referencia y contrarreferencia.Una atención efecti-
va en salud mental en general y en prevención de suicidio en parti-
cular requiere de una red funcional de entidades con mejores
procesos de comunicación, que supere las deficiencias actuales re-
feridas al proceso de atención, brindando mayor acceso a los usua-
rios (familiares y pacientes) de los servicios de salud, así como la
respuesta integral a la magnitud de la demanda.
2. Ampliar la capacidad de respuesta existente en las instituciones. Una
acción efectiva interinstitucional (ejemplo, salud-educación-justicia-
protección) permitiría intervenir a nivel de prevención primaria
(ideación e intento) y prevención secundaria (atención a familiares
y personas cercanas a los casos de suicidio), mejorando los siste-
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
mas de atención en las instituciones de primer nivel.
3. Capacitar al personal de salud en terapia familiar sistémica, ya que
este problema requiere de una intervención familiar efectiva.
4. Crear equipos terapéuticos especializados en toma de decisiones
y resolución de conflictos interpersonales, que apoye a nivel de jus-
ticia la Red de Salud Mental.
5. Capacitar personal que labora en el área de la salud (en diferentes
niveles de atención), especialmente en el abordaje, manejo prácti-
co y terapéutico de los pacientes en riesgo de alguna de las posi-
bles conductas suicidas (ideación, intento y suicidio).

19
Castaño L, Pinilla C y Velázquez E. Muertes violentas en Colombia. Documento en revisión. Bogotá, 2001.
20
González J, Alejo H y Morales L. Comité Interinstitucional para el Estudio de la Conducta Suicida. Bogotá, 2001.

139
6.. Adecuar los currículos universitarios y escolares, puesto que resul-
ta necesario para la formación de futuros profesionales de la salud
y de las ciencias sociales (facultades de medicina, psicología, enfer-
mería, trabajo social, terapia ocupacional y pedagogía entre otras),
entrenados en la atención de personas con riesgo suicida.
7. Fortalecer los sistemas de información que existen en salud mental y
crear sistemas locales interinstitucionales de vigilancia epidemiológica
de la conducta suicida, que se articulen a nivel nacional.
8. Realizar estudios sobre conducta suicida, con énfasis en ideación e
intento, en particular estudios encaminados a identificar factores de
riesgo, asociación de las conductas suicidas con otras problemáti-
cas socialmente relevantes como el abuso de psicoactivos y la vio-
lencia intrafamiliar.
9. Elaborar y presentar propuestas de reforma a la ley 100 de 1993,
que facilite el acceso de las personas en riesgo a la atención psico-
lógica y psiquiátrica a través del POS.
10. Realizar programas de prevención y promoción de la salud mental
comunitaria, la cual se debe realizar mediante la divulgación de la
política de salud mental del Ministerio de Salud de Colombia y de
las respectivas directrices a nivel departamental y municipal, median-
te una amplia convocatoria institucional, con el apoyo de los me-
dios de comunicación y con la participación de la comunidad.
11. Con el apoyo de las instituciones de salud y educación, se debe vin-
cular a la comunidad brindando entrenamiento a facilitadores esco-
lares, padres de familia, profesores, consejeros, psicoorientadores,
otros familiares y estudiantes.
12. Vincular a los medios de comunicación se convierte en una doble es-
trategia, al sensibilizarlos para el uso adecuado de los mensajes a la
comunidad y a la vez para el apoyo a los programas de intervención.
13. Vincular a las organizaciones comunitarias, capacitando a líderes
como promotores de salud mental, y vigías comunitarios del siste-
ma de vigilancia (notificadores), con el fin de intervenir oportuna-
mente y propiciar que las comunidades desarrollen sus propios
planes de respuesta, y convocar grupos de jóvenes, asociaciones
juveniles (Cruz Roja, Scouts, ACJ, etc.) para el entrenamiento de
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

facilitadores en prevención y promoción de la salud mental.


La respuesta de la comunidad podría orientarse bajo el enfoque de
salud mental comunitaria, de tal manera que evite la glorificación
de las víctimas y minimice el sensacionalismo.
Las personas que puedan estar en alto riesgo de suicidio podrían
ser identificadas mediante tamizaje, por asesores entrenados (por
ejemplo, profesores, guardianes de cárceles, agentes del orden, per-
sonal de sanidad, entre otros), y en capacidad de utilizar los siste-
mas de referencia y contrarreferencia de los servicios de atención.
14. Vincular personal de salud mental que trabaje con grupos de per-
sonas privadas de la libertad o en condiciones obligatorias de en-
cierro como personal de las cárceles, de las fuerzas armadas y otros
ambientes.
140
15. Cada municipio podría realizar Jornadas de reflexión por la vida: Por
una sociedad más equitativa,, en las cuales participen instituciones
de los sectores salud, justicia, educación y protección, instituciones
educativas y comerciales de cada localidad y se vincule al sector co-
mercial a través de sus representantes (Fenalco, Acopi, Cámara de
Comercio, etc.) promoviendo la participación de la comunidad a
través de diversas expresiones culturales de respeto a la vida. Di-
cha jornada permitirá fortalecer las redes sociales de apoyo e inte-
grarlas a la Red de Salud Mental del Distrito.

Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF

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