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Esto hace que el manipulador, practique reglas básicas que tienen que ver con
su estado de salud, su higiene personal, su vestimenta y sus hábitos durante la
manipulación de los alimentos. La correcta presentación y los hábitos
higiénicos además de ayudar a prevenir las enfermedades, dan una sensación
de seguridad al consumidor y en el caso de negocios de comida, significan un
atractivo para el cliente.
Como parte de los controles de salud del manipulador, las autoridades exigen a
veces la práctica de exámenes médicos o de laboratorio, pero el estar
debidamente capacitado para la manipulación higiénica es el requisito más
importante para ejercer este oficio. Aquellos exámenes no obstante, pueden ser
practicados, si existen razones de tipo clínico o epidemiológico que así lo
aconsejen.
Examen médico es muy importante en el personal que entre en contacto con
alimentos en el curso de sus labores, deberá someterse a examen médico y
acreditar un carnet sanitario antes de asignársele tal actividad. La frecuencia
para la realización de los exámenes médicos dependerá de cada
municipalidad. Lo recomendable es hacerlo lo más periódicamente posible, a
fin de garantizar la salud del operario y disminuir el riesgo de contaminación de
los alimentos.
Como dice un refrán popular” A veces no basta con ser bueno, si no que hay
que parecerlo”. En este caso podemos decir lo mismo: “A veces no basta con
ser limpio sino aparentarlo ante el cliente, también”.
Hábitos deseables:
Además de los hábitos referidos a la higiene personal y la vestimenta, el
manipulador siempre debería acostumbrarse a:
Lavar prolijamente utensilios y superficies de preparación antes y después
de usarlos.
Lavar prolijamente vajilla y cubiertos antes de usarlos para servir.
Tomar platos y fuentes por los bordes, cubiertos por el mango, vasos por el
fondo y tasas por el asa.
Mantener la higiene y el orden más prolijo en su cocina o expendio y
alrededores.
Lavarse las manos antes de arreglar la mesa.
Hábitos indeseables: Los hábitos que sí TIENE QUE EVITAR a toda costa el
manipulador incluyen:
Hurgarse o rascarse la nariz, la boca, el cabello, las orejas descubiertos, o
tocarse granitos, heridas, quemaduras o vendajes, por la facilidad de
propagar bacterias a los alimentos en preparación. De tener que hacerlo,
acudir a un inmediato lavado de manos.
Fumar, comer, mascar chicle, beber o escupir en las áreas de preparación
de alimentos. Estos son hábitos inadmisibles.
Usar uñas largas o con esmalte. Esconden gérmenes y desprenden
partículas en el alimento
Usar anillos, esclavas, pulseras, aros, relojes u otros elementos que
además de “esconder” bacterias, pueden caer sin darse cuenta en los
alimentos o en equipos y además de causar un problema de salud al
consumidor, pueden incluso causar un accidente de trabajo! Manipular
alimentos o ingredientes con las manos en vez de usar utensilios.
Utilizar la vestimenta como paño para limpiar o secar.
Usar el baño con la indumentaria de trabajo puesta. Resulta muy fácil que
la ropa se contamine en este lugar y luego transportar los gérmenes al
lugar de proceso.
Requisitos para visitantes: Las personas que visitan los lugares de
preparación de alimentos y en particular las áreas de proceso, deberán llevar la
indumentaria requerida acorde con lo aconsejado para el personal manipulador
y deberán además cumplir con las mismas disposiciones de higiene personal
señaladas en esta sección.
QUEMADURAS Y ESCALDADURAS
¿Qué se puede hacer para utilizar las freidoras de fondo profundo de una
manera segura?
Utilizar dispositivos para sumergir los alimentos de manera automática.
Procurar que el aceite y la grasa calientes se enfríen durante la noche
antes de eliminarlos.
Asegurarse de que los depósitos sean suficientemente grandes y resistan
altas temperaturas.
Utilizar equipos de protección individual apropiada.
RUIDO
Los procesos de cocción ruidosos, los pitidos, los lavaplatos, la maquinaria, la
ventilación, los molinillos de café, las actividades de mantenimiento, la
lavandería, la música en los bares y, por supuesto, la charla de los compañeros
o los clientes son elementos que forman parte del trabajo.
Puede que padezca un problema de ruido en su lugar de trabajo si tiene que
alzar la voz para hablar con alguien situado junto a usted. Una exposición
reiterada durante períodos prolongados puede afectar a la audición.
SUSTANCIAS PELIGROSAS
Las sustancias peligrosas pueden causar lesiones y enfermedades a las
personas que entran en contacto con ellas o no las utilizan debidamente. Estas
sustancias que pueden representar un riesgo grave para los empleados, como
los lavavajillas, los detergentes y líquidos de aclarado, los productos de
limpieza en seco, los limpiadores de hornos, los desinfectantes, los limpiadores
para baños, la lejía, los agentes esterilizadores y los desincrustadores. Los
riesgos más comunes se derivan del contacto con la piel o los ojos, así como
de la respiración e ingestión de este tipo de sustancias.
Muchos productos químicos de limpieza resultan peligrosos porque son
corrosivos y pueden causar quemaduras de la piel y de los ojos si salpican. Sin
los controles pertinentes, algunos pueden causar dermatitis (piel seca, irritada o
con escamas) y otras irritaciones de la piel, asma y problemas respiratorios.
Puede producirse asimismo dermatitis por contacto con ciertos alimentos, como
zumos de frutas y verduras, proteínas de pescado, marisco, carne y harina.
Otra fuente de sustancias irritantes o nocivas es la emisión de humos de
cocción y de humos del tabaco.
¿Qué podemos hacer al respecto para evitar el riesgo?
Evaluar el riesgo que entraña la situación específica y aplique un plan para
eliminarlo o reducirlo y para informar al personal
Los agentes limpiadores deben conservarse únicamente en recipientes
cuya forma o designación garantice que el contenido no pueda confundirse
con alimentos. Además estos recipientes deben estar marcados de forma
que el riesgo que implican pueda ser reconocido por todos los usuarios.
Al utilizar agentes limpiadores peligrosos debe emplearse equipo de
protección. Son equipos de protección individual las mascarillas y las gafas
de seguridad, así como los dispositivos de protección contra inhalaciones,
los guantes protectores, los delantales de caucho y las botas de seguridad.
Deben facilitarse instrucciones de funcionamiento en las que se definan los
riesgos para las personas y para el medio ambiente asociados a los
agentes limpiadores, así como las medidas preventivas necesarias y las
normas de actuación en cada caso.
La forma más eficaz de proteger a los trabajadores contra el humo del
tabaco es establecer áreas sin tabaco. Si no es posible, un sistema de
ventilación adecuado puede resultar de gran ayuda.
RIESGOS PSICOSOCIALES
Los factores de riesgo psicosocial se vinculan al modo como se organiza el
trabajo y a las exigencias mentales de éste. Las exigencias en conflicto, la
ausencia de control sobre el trabajo y la falta de apoyo de compañeros y jefes
son factores de riesgo significativos. Las jornadas laborales prolongadas, a
menudo por las noches y los fines de semana, son causa de tensión para los
trabajadores. El contacto con clientes conflictivos puede dar lugar a situaciones
de estrés, e incluso de acoso o violencia.
Los alimentos en polvo (como harinas) o granos (como el maíz) así como el
azúcar, arroz, pan molido, leche en polvo, té, etc. se almacenarán en
recipientes que los protejan de la contaminación, o sea, en un contenedor de
plástico con tapa, perfectamente etiquetado e identificado.
Algunos alimentos como papa, yuca, cebolla, limones, plátano, manzana, piña
y sandía no requieren ser conservados en frío, por lo tanto, se deben
almacenar en ambientes frescos, secos y ventilados.