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FUNDAMENTOS
NEUROBIOLÓGICOS
DE LOS PROCESOS
ATENCIONALES Y DE LA
FUNCIÓN EJECUTIVA
Dr. D. Matías M. Pulópulos Tripiana
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Universidad Internacional de Valencia
Máster Universitario en
Neuropsicología clínica
Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales
y de la función ejecutiva
Módulo II: Neurociencia cognitiva: Actividad normal cognitiva.
Actividad y patológica de las funciones cognitivas
3ECTS
Índice
TEMA 1. INTRODUCCIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2.3.2. Planificiación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
3.2. Esquizofrenia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
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5.2. Negligencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
GLOSARIO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
ENLACES DE INTERÉS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
BIBLIOGRAFÍA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
Bibliografía recomendada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Leyenda
Glosario
Términos cuya definición correspondiente está en el apartado “Glosario”.
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.es Módulo II: Neurociencia Cognitiva: Actividad normal y Patológica de las Funciones Cognitivas
Tema 1.
Introducción
Las funciones ejecutivas y los procesos atencionales son dos funciones cognitivas básicas en el
ser humano que le permiten realizar actividades simples, como mirar la televisión, pero también le
permite realizar actividades mucho más complejas, como pilotar un avión. Estás funciones cognitivas
son tan necesarias y las utilizamos tan seguido para el desarrollo de las actividades diarias que
nos olvidamos que están presentes. Sin embargo, cuando se producen daños neurológicos en las
estructuras relacionadas con estas funciones, las alteraciones y déficits se hacen muy evidentes.
Imaginemos el caso de una persona que, debido a un ictus, presenta lo que en neuropsicología se
denomina heminegligencia espacial (inatención en uno de los dos campos visuales). Si a esta persona
le pedimos que coma un plato de lasaña, observaremos a los pocos minutos que se comerá solo la
mitad de la apetitosa lasaña que hay en el plato, ignorando la otra mitad. Ahora imaginemos el caso
de una persona que, tras un accidente de tráfico, sufre un traumatismo craneoencefálico que le afecta
estructuras cerebrales que participan en la planificación de tareas (una de las funciones ejecutivas
que veremos en este manual). Esta persona tendrá muchísimas dificultades para poder establecer
una secuencia de acción necesaria para cocinar algún tipo de alimento y será incapaz de preparar, por
ejemplo, una ensalada. Estos dos ejemplos nos muestran que alteraciones de las funciones ejecutivas
y de procesos atencionales pueden afectar el desarrollo de actividades que consideraríamos simples.
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Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales y de la función ejecutiva viu
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En este manual describiremos, en primer lugar, qué son las funciones ejecutivas y los procesos
atencionales. Para ello nos centraremos en modelos cognitivos que cuentan con la mayor evidencia
científica y que son de gran utilidad desde el punto de vista de la neuropsicología clínica debido
a su gran aplicabilidad a la hora de entender alteraciones neuropsicológicas. Después de su
descripción, detallaremos qué estructuras cerebrales se encuentran implicadas en estas funciones.
Finalmente, describiremos algunos de los trastornos asociados a alteraciones en estas funciones. 2.
Neurobiología de las funciones ejecutivas.
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Tema 2.
Neurobiología de las funciones ejecutivas
(1) La unidad para regular el tono y la vigilia (sistema límbico y reticular).
(2) La unidad para obtener, procesar y almacenar la información que proviene del mundo exterior
(áreas corticales post-rolándicas)
(3) La unidad para programar, controlar y verificar la actividad mental (corteza prefrontal). Esta
tercera unidad supondría lo que ahora denominamos función ejecutiva.
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Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales y de la función ejecutiva viu
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Lezak quien, en 1982, las definió por primera vez. Lezak observó que pacientes con una afectación
frontal, presentaban de manera sistemática problemas de iniciativa, motivación, planteamiento
de metas y objetivos, y diseño de planes de acción. En base a esos estudios, definió las funciones
ejecutivas como las capacidades mentales esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa
y aceptada socialmente.
Cercanos temporalmente a Lezak, Sohlberg & Mateer (1989) consideraron que las denominadas
funciones ejecutivas abarcan varios procesos cognitivos, entre los que destacan la anticipación, la
elección de objetivos, la planificación, el uso de la retroalimentación, la autorregulación, el autocontrol
y la selección de la conducta. Finalmente, Goldberg (2001) definió las funciones ejecutivas a través
de la metáfora del director de orquesta. Según este autor, las funciones ejecutivas coordinan los mil
instrumentos de la orquesta del cerebro.
En general, y considerando las diferentes definiciones que se han dado sobre las funciones ejecutivas
(también denominadas control ejecutivo o control cognitivo), podemos decir que éstas se refieren al
conjunto de procesos mentales que se necesitan cuando el individuo tiene que concentrarse y prestar
atención a la hora de realizar una actividad. Las funciones ejecutivas son necesarias en casos en los
que no es posible realizar un comportamiento o proceso de forma automática. Normalmente, es
mucho más sencillo repetir siempre la misma conducta sin pensar en ella, y no teniendo que pensar
cada uno de los pasos que se van a realizar. A diferencia de las conductas automáticas, la utilización
de las funciones ejecutivas requiere de un esfuerzo extra debido a que estos procesos cognitivos no
son automáticos.
A lo largo de la historia se han entendido las funciones ejecutivas de dos formas (Lezak, 2004):
–– Algunos científicos consideran que las funciones ejecutivas están compuestas por sistemas de
procesamientos múltiples, entendiendo que aglutina numerosas funciones independientes
aunque correlacionadas.
–– Otros investigadores, en cambio, consideran que las funciones ejecutivas son un conjunto de
habilidades llevadas a cabo por un centro ejecutivo común, definido como un mecanismo
unificado y un constructo unitario.
La evidencia científica actual parece indicar que se trata de sistema de procesamientos múltiples. Sin
embargo, aún existen controversias e investigaciones que continúan poniendo a prueba a ambas
hipótesis.
Además de esas diferencias a la hora de ver las la composición de las funciones ejecutivas, una
cuestión de debate es el grado de solapamiento entre las funciones ejecutivas y otros procesos
cognitivos como la atención o algunos componentes de la memoria (memoria de trabajo o memoria
prospectiva). Así, antes de adentrarnos en aspectos neurobiológicos de las funciones ejecutivas, es
importante entender qué son y cómo están compuestas.
Existen diferentes modelos teóricos que intentan explicar el funcionamiento y la relación entre las
diferentes funciones ejecutivas. En este libro nos centraremos en la descripción planteada por Adele
Diamond (Diamond, 2013). La descripción de esta autora es apoyada por gran parte de la comunidad
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científica y su planteamiento de la funciones ejecutivas tiene una gran aplicación desde el punto de
vista de la neuropsicología clínica. La figura 1 es una visión general de esta descripción, que iremos
desarrollando en los siguientes apartados. Cabe destacar que en esta asignatura nos centraremos en
funciones ejecutivas sin prestar demasiada atención a los componentes verbales y motores, ya que
esos temas serán tratados en profundidad en otras asignaturas y manuales del máster.
Tal como plantea Adele Diamond, muchos científicos coinciden en la idea que existen tres funciones
ejecutivas centrales (Lehto et al., 2003; Miyake et al., 2000):
–– Memoria de trabajo
A partir de esas funciones ejecutivas centrales se establecerían dos funciones ejecutivas de orden
superior (Goghari et al., 2012; Lunt et al., 2012):
–– Planificación.
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Funciones ejecutivas
Mantenimiento de objetivo
o de lo que debes o no
debes hacer. En MT en
crítico para saber qué se
debe inhibir
Memoria de trabajo Funciones inhibitorio
Incluye cálculos matemáticos, Inhibir distractores
reordenación de información y externos e internos es
relación de ideas o hechos. crítico para permanecer
centrado en el contenido
de la MT que nos interesa
Autorregulación
Incluye (a) inhibición de
Flexibilidad cognitiva respuestas, (b) inhibición
Incluye el ser capaz de “pensar fuera de la caja”, atencional, pero también (c)
ver algo desde diferentes perspectivas, cambiar mantenimiento de los niveles
rápidamente entre tareas, o cambiar el curso óptimos de arousal
cuando se necesita emocional, motivacional y
cognitivo
Base de la creatividad y la teoría de la mente
Control
esforzado
Predisposición a
Funciones ejecutivas centrales tener mejor o
peor
autorregulación
Figura1. Descripción de los componentes de las funciones ejecutivas según Diamond (2013).
Fuente: Adaptado de Diamond (2013).
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Las dos características generales más importantes de esas funciones ejecutivas son (Verdejo-garcía,
Bechara, & Bechara, 2010):
–– Independencia de tiempo.
En los siguientes apartados desarrollaremos cada una de las funciones ejecutivas planteadas en la
descripción de Diamon (2013). Pero es importante tener en cuenta que, además de esta descripción,
otros autores han propuesto diferentes funciones cognitivas que formarían las funciones ejecutivas.
Algunas propuestas diferentes a las que veremos en este manual son (en Rubiales, 2012):
Autor: Lezak.
–– Planificación.
–– Volición.
–– Inhibición.
–– Flexibilidad cognitiva.
–– Memoria de trabajo.
–– Planificación.
–– Fluencia.
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Autor: Miyake.
–– Cambio.
–– Inhibición.
–– Actualización.
–– Auto-control.
–– Toma de decisiones.
–– Planificación.
–– Pazonamiento.
–– Comportamiento estratégico.
–– Flexibilidad.
–– Memoria de trabajo.
Autor: Soprano.
–– Planificación.
–– Organización.
–– Anticipación.
–– Memoria de Trabajo.
–– Inhibición.
–– Flexibilidad.
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–– Autorregulación.
–– Control de la conducta.
–– Anticipación.
–– Selección de metas.
–– Planificación y organización.
–– Iniciación de la actividad.
–– Autorregulación.
–– Flexibilidad mental.
–– Despliegue atencional.
–– Memoria de Trabajo.
–– Retroalimentación.
Autor: Brown.
–– Activación y emprendimiento.
–– Capacidad de focalización.
–– Sostenimiento de esfuerzo.
–– Memoria.
Autor: Slachevsky.
–– Memoria de trabajo.
–– Razonamiento.
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–– Comprensión de situaciones.
–– Conductas sociales.
–– Motivación y recompensa.
–– Control de la atención
–– Planificación.
–– Planificación adaptativa.
Autor: Roth.
–– Flexibilidad cognitiva.
–– Toma de decisiones.
–– Control Inhibitorio.
–– Planificación y organización.
–– Automonitoreo.
–– Memoria de Trabajo.
Autor: Barkley.
–– Recomposición.
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–– Otra forma de definirse el control inhibitorio sería: Es la capacidad del ser humano para inhibir
o controlar las respuestas impulsivas (o automáticas), y generar respuestas mediadas por la
atención y el razonamiento (Lezak, 2004).
En general, las definiciones coinciden en que el control inhibitorio pone freno al comportamiento y
detiene las reacciones automáticas inapropiadas, cambiándolas por una respuesta más razonada y
más adaptada a la situación.
El control inhibitorio es, sin dudas, una de las funciones cognitivas más necesarias para el correcto
funcionamiento en la gran mayoría de actividades desarrolladas cada día. Esta función ejecutiva
permite al individuo corregir cualquier tipo de conducta. Por ejemplo, el control inhibitorio es la función
ejecutiva que nos permite seguir estudiando durante horas antes de un examen y no distraernos
con cosas menos importantes. Además, participa en respuestas motoras de corrección rápidas como
podría ocurrir en una situación en la que debemos esquivar un objeto en la carretera para evitar un
accidente con el coche. Diversos estudios han demostrado que esta función ejecutiva tiene una alta
correlación con éxito laboral y académico, sobre todo por su papel central en el mantenimiento de
conductas que permiten alcanzar objetivos (Diamond, 2013).
–– Anticipación.
–– Planificación.
–– Establecimiento de metas.
–– Flexibilidad mental
Según Diamond (Diamond, 2009), el cerebro solo puede trabajar de manera selectiva a partir de la
capacidad de control inhibitorio. Esta función permite dirigir la atención hacia las propiedades del
estímulo que son de interés, ignorando las propiedades irrelevantes. Diversos autores consideran
que el control inhibitorio no solo es útil para ignorar una respuesta, sino que también permite
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El déficit del control inhibitorio está vinculado a déficits en la memoria de trabajo, ya que para inhibir
una tendencia dominante es necesario mantener la información en la memoria de trabajo durante
cierto período de tiempo (Diamond, 2002).
Inhibición cognitiva.
Como ejemplo para entender qué es la inhibición cognitiva, pensemos en la siguiente situación:
Pedro y Laura son dos estudiantes de psicología que tienen un examen el día siguiente. Los dos han
estudiado durante muchos días pero, por falta de tiempo, ninguno de los dos ha podido estudiar
el último tema de la asignatura. Antes del examen, Pedro no deja de pensar en ese tema que no ha
estudiado y cada vez se pone más nervioso. Laura, en cambio, ha sido capaz de dejar de pensar en ello
y ya ni se acuerda de ese tema. ¿Quién dirías que tiene una mayor capacidad de inhibición cognitiva?
Si has pensado en Laura, estás en lo correcto.
El control inhibitorio de la atención es el mecanismo que nos permite focalizar la atención en los
estímulos atenuando la interferencia debida a la presencia de otros estímulos presentes en el ambiente.
El control inhibitorio de la atención cumple un rol central en la atención selectiva, llevando a muchos
autores a considerar ambos términos como sinónimos debido a su rol principal en la atenuación del
efecto de interferencia de distractores externos (Diamond, 2013). En general, el control inhibitorio
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presenta unas características muy similares al concepto de atención focalizada, que desarrollaremos
en el apartado de procesos atencionales.
Como ejemplo de esta función podemos pensar en una persona que está mirando el móvil mientras
camina y no es consciente de que ha cruzado la calle cuando el semáforo para peatones estaba en
rojo.
Inhibición de respuesta.
–– La capacidad para detener patrones de respuesta habituales y permitir una demora en la toma
de decisión.
–– La capacidad para proteger este período de demora y las respuestas autodirigidas que
acontecen en él de las interrupciones que derivan de eventos y respuestas competitivas
(control de interferencia).
Además de esos tres componentes centrales del control inhibitorio, existen dos conceptos muy
relacionados y que son de especial importancia en el estudio de las funciones ejecutivas: la
autorregulación y el control esforzado.
–– Autorregulación.
–– Inhibición de respuesta.
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Estas diferencias también ha llevado a que estos dos conceptos se investigaran de forma diferente.
Históricamente, el control inhibitorio se ha estudiado evaluando la conducta de los niños utilizando
test neuropsicológicos de laboratorio. Para estudiar la autorregulación, en cambio, el procedimiento
más utilizado ha sido la evaluación llevada a cabo por otra persona experta en el tema de la conducta
del individuo en situaciones reales.
–– Control esforzado.
La memoria de trabajo (o memoria operativa) es una de las funciones ejecutivas centrales que consiste
en el mantenimiento y manipulación en la mente de información que ya no se encuentra presente en el
medio y por lo tanto el individuo debe mantener una representación mental de ella (Baddeley & Hitch,
1994). La memoria de trabajo es crítica para cualquier tipo de actividad que suponga trabajar con
información que ya no está presente. Por ejemplo, esta función está es necesaria cuando las personas
hablan o escriben, ya que permite seguir el hilo de la conversación o lo que se ha escrito. Algunas otras
tareas en las que la memoria de trabajo es imprescindible son (Diamond, 2013)
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A partir del tipo de información que procesan, se distinguen dos tipos de memorias de trabajo:
Memoria de trabajo verbal y memoria de trabajo visual.
b) Memoria de trabajo:
Diferentes estudios han demostrado que la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo se ubican
en clusters diferentes cuando se realizan análisis factoriales en niños, adolescentes y adultos (Alloway
et al., 2004; Gathercole et al., 2004). Esos resultados demuestran que se trata de dos componentes
diferentes que, aunque pueden trabajar en coordinación y estar relacionados, corresponden a dos
funciones cognitivas diferenciadas.
La flexibilidad cognitiva se define como la capacidad de un sujeto para alternar rápidamente de una
respuesta a otra, respondiendo a las demandas cambiantes de una tarea o situación (Diamond, 2013).
Es la habilidad para cambiar de representación en función de la información entrante que resulta
relevante para el cambio, y la habilidad para mantener una representación intacta cuando se producen
cambios irrelevantes (Chevalier & Blaye, 2008).
La flexibilidad cognitiva se basa en las otras dos funciones ejecutivas centrales y se desarrolla mucho
más tarde que éstas (Davidson, Amso, Cruess Anderson, & Diamond, 2006; Garon, Bryson, & Smith,
2008). Es necesario unos recursos adecuados del control inhibitorio, atención dividida y la memoria
de trabajo para un correcto funcionamiento de la flexibilidad cognitiva (Romero, Maestú, González,
Romo, & Andrade, 2006). Dos son las características centrales en la flexibilidad cognitiva:
Un ejemplo de cambio de perspectiva espacial sería la pregunta “¿Qué forma tendría esto si lo miro
desde otra dirección?” Un ejemplo de cambio de perspectiva interpersonal sería “Déjame ver si puedo
entender tu punto de vista sobre este tema”.
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Para que se produzca un cambio de perspectiva, necesitamos “inhibir” nuestra perspectiva previa y
procesar una nueva perspectiva diferente. Debido a esto, la flexibilidad cognitiva depende en gran
medida del control inhibitorio (usado para inhibir la representación de la perspectiva previa) y la
memoria de trabajo (usada para mantener activa la nueva representación y compararla con la anterior).
Estos cambios de perspectiva también afectan a la solución de problemas. Si una solución para un
problema no funciona, la flexibilidad cognitiva interviene en la acción de buscar una nueva solución,
aunque esta sea radicalmente diferente.
–– Ajuste de cambio:
La flexibilidad cognitiva también implica ser capaz de ajustarse a cambios en las demandas y
prioridades, admitir que uno no está en lo correcto y tomar ventaja de un cambio inesperado. Como
ejemplo pensemos en un profesor que piensa lo siguiente “Ojala mis alumnos fueran más listos o
estudiaran más, de esta forma sacarían mejor notas”. Quizás ese profesor debería plantearse que sus
clases son aburridas y que no motiva a sus estudiantes o que debería buscar otras formas de presentar
las clases para aumentar el éxito entre sus estudiantes.
2.3.2. Planificiación
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Estudios con pacientes lesionados y estudios de neuroimagen funcional han demostrado que las
funciones ejecutivas requieren de la participación conjunta de sistemas dinámicos integrados por la
corteza frontal, pero también de distintas regiones corticales posteriores y otras estructuras límbicas
(hipocampo, amígdala o ínsula) y basales (ganglios de la base y tronco cerebral).
La corteza frontal es la región más grande del cerebro, ocupando un tercio de su superficie total, y su
diversidad funcional es amplísima.
La gran diversidad funcional de la corteza frontal ha llevado al planteamiento de uno de los debates
cruciales sobre la naturaleza de las funciones ejecutivas, ¿constituyen las funciones ejecutivas
un constructo unitario o bien un sistema de procesamiento múltiple con distintos componentes
independientes aunque interrelacionados?.
¿Por qué es importante este debate para entender la neuroanatomía de la funciones ejecutivas? La
visión de las funciones ejecutivas como un sistema inespecífico y adaptable asume que no existen, a
priori, regiones especializadas en el desempeño de funciones particulares sino que más bien distintas
áreas de la corteza prefrontal responden de manera coordinada cuando el sistema debe resolver
nuevos retos. En cambio, entender las funciones ejecutivas como un sistema relativamente modular
y multi-proceso supondría que diferentes divisiones funcionales dentro de la corteza prefrontal
estarían especializadas en el desarrollo de diferentes procesos ejecutivos. Estas regiones y funciones
serían relativamente independientes y disociables, y por lo tanto, lesiones en regiones específicas se
asociarían con deterioros en los procesos en los que son especialistas.
El debate parece inclinarse hacia la idea que diferentes divisiones funcionales dentro de la corteza
prefrontal estarían especializadas en el desarrollo de diferentes procesos ejecutivos. Sin embargo,
esta noción no implica que los procesos ejecutivos estén encapsulados en regiones concretas, sino
que, determinadas divisiones funcionales de la corteza prefrontal, y sus conexiones con otras regiones
corticales y subcorticales, presentaría una asociación más robusta con determinados procesos ejecutivos.
Cabe destacar que esta visión no es incompatible con estudios que han demostrado que tras una
determinada lesión cerebral, otras regiones cerebrales puedan asumir o compensar las funciones que
las regiones lesionadas realizaban.
Los lóbulos frontales son las estructuras más anteriores de la corteza cerebral. La corteza frontal se
encuentra por delante de la cisura central y por encima de la cisura lateral y se dividen en corteza
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motora (formada por la cortea motora y corteza premotora) y córtex prefrontal (Purves, Augustine,
Fitzpatrick, & Hall, 2010).
–– Movimiento específico de los músculos estriados de las diferentes partes del cuerpo.
–– Ejecución de movimientos.
Además, tres áreas que involucran regiones premotoras y motoras suplementarias se encuentran
particularmente muy desarrolladas en el humano:
2) El área de Broca, relacionada con los aspectos más complejos del lenguaje como la sintaxis.
La región anterior a la corteza motora y corteza premotora se denomina corteza prefrontal. La corteza
prefrontal representa la estructura neo-cortical más desarrollada (Carmichael & Price, 1994) y se
considera que su porción más anterior presenta un desarrollo y organización funcional exclusivos
de la especie humana (Stuss & Alexander, 2000). Es importante destacar que la corteza prefrontal se
considera una región de asociación supramodal o cognitivas. Es decir, no procesan estímulos sensoriales
directos (Fuster, 2003).
–– Región órbitofrontal.
–– Región medial.
–– Región dorsolateral.
A continuación, detallaremos las principales características funcionales relacionadas con las funciones
ejecutivas de estas áreas.
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Entre sus funciones más importantes encontramos (Bechara, Damasio, & Damasio, 2000; Elliott, Dolan,
& Frith, 2000; Flores Lázaro, 2008; Rolls, 2000):
–– Detección de cambios en las condiciones ambientales tanto negativas como positivas (de
riesgo o de beneficio para el sujeto). Esta función le permite realizar ajustes a los patrones de
comportamiento en relación a cambios que ocurren de forma rápida y/o repentina en el
ambiente o la situación en que los sujetos se desenvuelven.
Esta área funciona de forma integrada con la corteza del cíngulo anterior. La corteza medial, y
especialmente la parte ventromedial, participa en las siguientes funciones (Flores Lázaro, 2008; Fuster,
2003; Shallice, 2001):
–– Procesos de inhibición.
–– Detección de conflictos.
–– Solución de conflictos.
–– Regulación de la agresión.
–– Control autonómico.
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Las porciones más anteriores de la corteza medial (prefrontal medial), se encuentran involucradas en
los procesos de mentalización (por ejemplo, teoría de la mente).
La porción más dorsal de la corteza dorsolateral se ha relacionado con los siguientes procesos
(Fernandez-Duque, Baird, & Posner, 2000; Flores Lázaro, 2008; Kikyo, Ohki, & Miyashita, 2002; Stuss &
Alexander, 2000):
–– Planeación.
–– Memoria de trabajo.
–– Fluidez verbal.
–– Flexibilidad mental.
–– Generación de hipótesis.
–– Estrategias de trabajo.
–– Seriación y secuenciación.
–– Aspectos psicológicos evolutivos más recientes del humano, incluyendo cognición social y el
auto-conocimiento.
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Tema 3.
Trastornos derivados de la alteración funcional de las
funciones ejecutivas
Los pacientes con funciones ejecutivas deficitarias pueden rendir normalmente en pruebas cognitivas
estructuradas y solamente manifestarán su déficit en situaciones que requieren de la capacidad de
organizar, monitorear y controlar la propia conducta. Existen diversos trastornos que se asocian a
alteraciones de las funciones ejecutivas. Podemos diferenciar esos trastornos entre aquellos asociados
al desarrollo y que se observan en la infancia, y los que se observan en adultos (Delgado-Mejía &
Etchepareborda, 2013; Pineda, 2000).
–– Síndrome de Asperger.
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–– Depresión infantil.
–– Trastornos de la conducta.
–– Esquizofrenia.
–– Enfermedad de Parkinson.
–– Enfermedad cerebrovascular.
También llamado síndrome disejecutivo, se caracteriza por una grave alteración de las
funciones ejecutivas, lo que genera en el paciente un alto grado de desorganización. Suelen
presentar los siguientes déficits:
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–– Rigidez cognitiva, que se refleja por la manifestación constante perseverancia en sus conductas.
Suelen ser pacientes que tienen poca iniciativa y suelen abandonar la tarea propuesta sin alcanzar las
metas asignadas.
–– Desmotivación.
–– Apatía.
–– Pasividad e inercia.
–– Alteraciones atencionales.
–– Conducta desinhibida.
–– Impulsividad.
–– Conducta antisocial.
–– Hiperactividad.
–– Déficits en atención.
–– Poca preocupación por las consecuencias que pueda acarrear su conducta sobre otras
personas.
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3.2. Esquizofrenia
Esta enfermedad mental se manifiesta con signos y síntomas que abarcan el rango entero de la
actividad mental humana. Los síntomas clínicos de los pacientes con esquizofrenia se han agrupado
en tres categorías (Kuperberg & Heckers, 2000):
Una de las características de esta enfermedad es que presenta importantes alteraciones cognitivas.
Los déficits cognitivos en pacientes con esquizofrenia fueron tempranamente observadas por
diversos investigadores. Kraepelin, en 1919, mantenía que la “eficacia mental está siempre disminuida
en un grado considerable” en este tipo de pacientes, “los pacientes están distraídos, inatentos
y no pueden mantener el pensamiento en su mente”. En la década de los 40´, Rapaport describió
que los pacientes rendían peor que los controles en pruebas que evaluaban juicio, concentración,
planificación, formación de conceptos y memoria. Hunt y Cofer, en 1944, observaron que el cociente
intelectual de los pacientes con esquizofrenia era más bajo que el de personas sanas. Avanzando un
poco más, Malec, en 1978, demostró que los pacientes con esquizofrenia no podían ser discriminados
de poblaciones con lesiones cerebrales frontales.
Existe una gran variabilidad en el tipo de alteraciones cognitivas que presentan los pacientes con
esquizofrenia. Entre los más importantes encontramos (Orellana & Slachevsky, 2006):
–– Alteraciones de memoria.
–– Alteraciones en el lenguaje.
–– Alteraciones en la atención.
En este apartado nos centraremos exclusivamente en las alteraciones en funciones ejecutivas que
presentan los pacientes con esquizofrenia.
Sin lugar a duda, los déficits cognitivos más comúnmente observado en los pacientes con esquizofrenia
son los relacionados con los test neuropsicológicos de funciones ejecutivas. Diversos estudios han
demostrado que las funciones ejecutivas se encuentran alteradas en estos pacientes. Los pacientes
con esquizofrenia muestran déficits en tareas que miden (Orellana & Slachevsky, 2006):
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–– Conceptualización.
–– Planificación.
–– Flexibilidad cognitiva.
–– Memoria de trabajo.
–– Inhibición de respuesta.
Diversos estudios de neuroimágen han demostrado que los pacientes con esquizofrenia presentan
alteraciones en las corteza dorsolateral prefrontal y orbitofrontal (Callicott et al., 2003). En estos
pacientes, las alteraciones en corteza dorsolateral se relacionan con déficits en la flexibilidad cognitiva,
evidenciados en tareas tales como el Test de cartas de Wisconsin y el Trail Making Test B. Además, los
pacientes con esquizofrenia presentan dificultadas para inhibir respuestas aprendidas previamente y
como consecuencia son incapaces para cambiar su atención a los estímulos relevantes, cometiendo
errores de perseverancia. Los pacientes con esquizofrenia también exhiben alteraciones en las tareas
que miden capacidad de planificación (por ejemplo, la Torre de Londres) y en tareas duales en las que
se les pide realizar dos tareas simultáneamente o alternar entre dos tareas diferentes (T.E. Goldberg &
Gold, 1995).
En relación con la corteza orbitofrontal, se han asociado con un deterioro en las tareas Go-NoGo (las
cuales miden la capacidad para suprimir una respuesta inapropiada), en tareas de toma de decisión
(especialmente cuando están implicadas variables emocionales) y en tareas de autorregulación del
comportamiento en estos pacientes.
Cabe destacar que muchos de los síntomas observados en pacientes con esquizofrenia también se
observan en pacientes con lesiones frontales. Los trastornos en las pruebas ejecutivas aplicadas a
pacientes con esquizofrenia son consistentes con la evidencia derivada de pruebas de neuroimágen
que han mostrado una hipoactivación de la corteza prefrontal durante la realización de dichas tareas.
Es importante destacar que, aunque los trastornos en las funciones ejecutivas son considerado un
elemento central de la clínica de la enfermedad, se ha sugerido que estos déficits estarían relacionados
especialmente con los síntomas negativos (Donohoe & Robertson, 2003), pero tendrían menos
importancia en el resto de síntomas.
Diversos estudios de neuroimágen han demostrado que los pacientes con esquizofrenia presentan
alteraciones en las corteza dorsolateral prefrontal y orbitofrontal (Callicott et al., 2003). En estos
pacientes, las alteraciones en corteza dorsolateral se relacionan con déficits en la flexibilidad cognitiva,
evidenciados en tareas tales como el Test de cartas de Wisconsin y el Trail Making Test B. Además, los
pacientes con esquizofrenia presentan dificultadas para inhibir respuestas aprendidas previamente y
como consecuencia son incapaces para cambiar su atención a los estímulos relevantes, cometiendo
errores de perseverancia. Los pacientes con esquizofrenia también exhiben alteraciones en las tareas
que miden capacidad de planificación (por ejemplo, la Torre de Londres) y en tareas duales en las que
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se les pide realizar dos tareas simultáneamente o alternar entre dos tareas diferentes (T.E. Goldberg &
Gold, 1995).
En relación con la corteza orbitofrontal, se han asociado con un deterioro en las tareas Go-NoGo (las
cuales miden la capacidad para suprimir una respuesta inapropiada), en tareas de toma de decisión
(especialmente cuando están implicadas variables emocionales) y en tareas de autorregulación del
comportamiento en estos pacientes.
Cabe destacar que muchos de los síntomas observados en pacientes con esquizofrenia también se
observan en pacientes con lesiones frontales. Los trastornos en las pruebas ejecutivas aplicadas a
pacientes con esquizofrenia son consistentes con la evidencia derivada de pruebas de neuroimágen
que han mostrado una hipoactivación de la corteza prefrontal durante la realización de dichas tareas.
Es importante destacar que, aunque los trastornos en las funciones ejecutivas son considerado un
elemento central de la clínica de la enfermedad, se ha sugerido que estos déficits estarían relacionados
especialmente con los síntomas negativos (Donohoe & Robertson, 2003), pero tendrían menos
importancia en el resto de síntomas.
–– Alteraciones visoespaciales.
En este apartado nos centraremos exclusivamente en las alteraciones en funciones ejecutivas que
presentan los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo.
En diversos estudios llevados a cabo por Schmidtke y sus colaboradores realizaron algunas de las
primerasse investigaron por primera vez investigaciones acerca de las deficiencias ejecutivas los
pacientes con trastorno obsesivo compulsivo. Desde entonces se ha demostrado que los pacientes
con trastorno obsesivo compulsivo presentan déficits en (Andrés, Lázaro, Canalda, y Boget, 2002;
Schmidtke, Schorb, Winkelmann, & Hohagen, 1998):
–– Abstracción.
–– Resolución de problemas.
–– Inhibición de respuesta.
–– Inhibición cognitiva.
–– Memoria de trabajo.
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Otra función ejecutiva que parece jugar un papel central en la patología del trastorno obsesivo
compulsivo es la inhibición de respuesta. Como ya comentamos, en tareas que miden este componente
central de las funciones ejecutivas el sujeto tiene que inhibir o evitar que una respuesta prepotente
surja cuando las demandas de la tarea han cambiado o el contexto lo exija. Diversos autores han
intentado explicar las compulsiones a partir de la alteración en el control inhibitorio de los circuitos
frontales y su incapacidad para inhibir los programas motores o cognitivos de los ganglios basales
(Kuelz, Hohagen, & Voderholzer, 2004). En otras patologías, como el síndrome de Gilles de la Tourette
o algunos estadios del trastorno neurocognitivo mayor, se observan síntomas similares a los del
trastorno obsesivo compulsivo. Se cree que ciertos déficits observados en la actividad de la corteza
prefrontal dorsolateral en pacientes con trastorno obsesivo compulsivo explicarían la dificultad para
detener las conductas compulsivas. Diversos autores proponen que, al verse reducida la capacidad
para pensar o generar alternativas viables de razonamiento, acción y solución a las demandas del
entorno, el paciente se encuentra atrapado en su compulsión (Andrés-Perpiñá et al., 2002).
Las principales alteraciones en funciones ejecutivas en el trastorno del espectro autista son:
–– Déficits en planificación.
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Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales y de la función ejecutiva viu
3ECTS .es
trastorno del espectro autista, tanto en su dominio social como no social (Bishop, Aamodt-Leeper,
Creswell, McGurk, & Skuse, 2001).
–– Calidad de vida: Personas con déficits en funciones ejecutivas suele disfrutar de una peor
calidad de vida.
–– Salud física: Déficits en funciones ejecutivas suelen ir asociados a obesidad, abuso de sustancias
y baja adherencia a tratamientos.
–– Éxito laboral: Déficits en funciones ejecutivas se han asociado a dificultades para encontrar y
mantener un trabajo.
–– Seguridad pública: Déficits en funciones ejecutivas se han relacionado con problemas sociales
tales como crímenes, violencia e imprudencia.
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Tema 4.
Bases neuroanatómicas y funcionales de la atención
Al igual que ocurre con casi todas las funciones cognitivas, la atención ha sido definida de diferentes
formas dependiendo de la época y el punto de vista del investigador que realizaba la definición. Por
ejemplo, William James, en 1890, planteó la siguiente definición de atención: “Todo el mundo sabe
lo que es la atención. Es la toma de posesión por la mente, de un modo claro y vívido, de uno entre
varios objetos o cadenas de pensamiento simultáneamente posibles” (Tirapu-Ustárroz & Luna-Lario,
2008). Luria, mucho más tarde, definió la atención como un proceso selectivo en el procesamiento
de información humano que implica un aumento de eficiencia sobre una tarea determinada y la
inhibición de actividades concurrentes (Luria, 1984). Luria consideraba que la atención es un proceso
que depende de unas características neurofisiológicas que determinan las cualidades básicas de los
procesos involuntarios de la atención y le atribuye a las formas de organización social la base de la
atención voluntaria.
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Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales y de la función ejecutiva viu
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Por supuesto, esas diferentes definiciones han dado a lugar a que los investigadores se centrasen en
un aspecto u otro del concepto de atención. Así, dependiendo de la corriente de la psicología desde
la que se tratase el tema, el objeto de estudio y el concepto de atención fue variando. Desde un punto
de vista neuropsicológico, podemos entender la atención como un término psicofisiológico que implica
la capacidad del cerebro de focalizar, seleccionar e integrar la información (Gastó, 2000).
Además de esas definiciones generales del concepto de atención, es importante tener en cuenta
que ésta puede ser clasificada según diferentes criterios. Dentro de la neuropsicología clínica, estas
clasificaciones depende principalmente del campo de aplicación del concepto. Así, encontramos los
siguientes criterios de clasificación de la atención (Rosselló, 1996):
–– Selectiva.
–– Dividida.
–– Sostenida.
Según el objeto al que va dirigida la atención, la atención puede ser dividida en:
–– Interna.
–– Externa.
–– Visual.
–– Auditiva.
Según la amplitud e intensidad con la que se atiende, la atención puede ser dividida en:
–– Global.
–– Selectiva.
Según el control que se ejerce sobre el proceso atencional, la atención puede ser dividida en:
–– Controlada.
–– Automática.
Según la manifestación del proceso atencional, la atención puede ser dividida en:
–– Manifiesta.
–– Encubierta.
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–– Voluntaria.
–– Involuntaria.
-Según el grado de procesamiento de la información no atendida, la atención puede ser dividida en:
–– Consciente.
–– Inconsciente.
Además de estas definiciones y distinciones, se han planteado diferentes modelos que han intentado
explicar el concepto de atención. En este libro explicaremos brevemente los tres más importantes
propuestos desde la psicología cognitiva y que tienen una gran aceptación desde la neuropsicología
clínica:
Debido a que las bases neuroanatómicas dependen en gran medida del modelo cognitivo desde el
que se entienda el concepto de atención, explicaremos qué estructuras cerebrales y redes neuronales
estarían implicados en los procesos atencionales dependiendo de cada uno de esos tres modelos
explicativos de la atención
Es importante tener en cuenta que, aunque en este libro solo explicaremos esos tres modelos, existen
muchos más que han intentado explicar el concepto de atención. Estos modelos no han tenido tanta
aceptación, pero no se debe descartar que quizás algunos conceptos propuestos pueden ser de gran
relevancia en el futuro. Algunos de estos modelos son (Portellano Pérez & García Alba, 2014):
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Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales y de la función ejecutiva viu
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Modelo de atención.
Posner y Petersen (Posner & Petersen, 1990) postularon en su modelo de redes atencionales dos tipos
diferentes de redes como componentes principales de la atención:
Estas redes serían las encargadas de los procesos atencionales que ejercerían su influencia sobre el
resto de redes que realizan otra función cognitiva.
Estas redes estarían encargadas de realizar otro tipo de funciones cognitivas (por ejemplo, memoria),
pero recibirían la influencia de las fuentes de atención. Por ejemplo, cuando intentamos escuchar
una canción, la atención estaría ejerciendo su influencia sobre áreas auditivas primarias y secundarias
primarias. Sin embargo, la fuente de esta influencia se localizaría en otro lugar. Teniendo en cuenta
está concepción de la atención, se entiende que este proceso cognitivo podría influir en todas las
áreas del cerebro. Sin embargo, aunque su influencia se extienda a casi todo el cerebro, la fuente de
estas influencias está limitado a una serie de pequeñas áreas entrelazadas en una red (Fernandez-
Duque et al., 2000).
Según Posner y Petersen, las fuentes de atención pueden dividirse en tres sistemas o redes anatómicos
y funcionales que son independientes y diferenciados (Petersen & Posner, 2012; Posner & Petersen,
1990):
Las características de esas redes son (Portellano Pérez & García Alba, 2014):
Esta red sería definida como la habilidad para mantener la atención consciente o vigilancia
durante largos períodos de tiempo. Esta red se encargaría de alcanzar y mantener un estado
de alerta. Si sufre alteraciones, la persona será incapaz de mantener su atención en una tarea
durante períodos de tiempo relativamente prolongados.
Cabe destacar que esta red influye en las otra dos (sistema atencional anterior y sistema
atencional posterior). La influencia que ejerce es alternativa, es decir se incrementa la actividad
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en una o en otra, pero no a la vez. Así, a más activación de una red, menos de la otra. Este
sistema incluye tres componentes:
–– Alerta tónica. Umbral de vigilancia mínimo que se necesita para mantener la atención
durante la realización de una tarea durante un tiempo largo. Es un nivel estable de
activación del sistema nervioso que puede modificarse lenta e involuntariamente en
ciertas situaciones. Un ejemplo de este sistema de alerta seria la capacidad para no
dormirse al ver algunas serie.
–– Alerta fásica. La alerta fásica se refiere a la reacción del organismo frente a un estímulo
inusual, sorpresivo y novedoso. Por ejemplo, mientras estamos concentrados estudiando,
nos sorprende un fuerte sonido desde la cocina. Este sonido produce un cambio en nuestro
sistema de alerta.
Esta red se corresponde con los reflejos involuntarios de orientación y con el procesamiento
automático de la información y está controlado en cierta medida por el sistema ejecutivo o sistema
atencional anterior. La orientación y la alerta son procesos separados.
–– Reclutamiento y control de las áreas cerebrales que llevan a cabo tareas cognitivas
complejas.
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Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales y de la función ejecutiva viu
3ECTS .es
a) Es un sistema que es informado de los procesos que están teniendo lugar en otras áreas.
Estos autores sugieren que las redes neuronales que reflejan la actividad voluntaria, como la atención
ejecutiva, pueden ser modulares en el sentido de que varias áreas llevan a cabo actividad específica
de ese componente atencional.
Veinte años después de su primera descripción del modelo, los autores realizaron una revisión de
su propuesta con intención de actualizarlo en base a los resultados de las investigaciones en los
últimos años. Así, extendieron su modelo considerando que los conceptos de control esforzado y de
autorregulación (ver apartado de funciones ejecutivas para una descripción de estos dos conceptos)
debían tenerse en cuenta porque afectaban principalmente el sistema ejecutivo (Petersen & Posner,
2012).
Bases neuroanatómicas (Petersen & Posner, 2012; Portellano Pérez & García Alba, 2014).
➢➢ Locus coeruleus.
El nombre del sistema ya nos ofrece una pista sobre las posibles áreas implicadas. En este
sistema participan las siguientes estructuras:
➢➢ Núcleos reticulares del tálamo que, junto con los colículos superiores mesencefálicos, se
encargan del desplazamiento de la atención de una zona a otra del campo visual.
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➢➢ Áreas de la corteza prefrontal medial y del cíngulo anterior, que se encargarían recibir la
información de lo que ocurre en otras sistemas.
Por último, cabe destacar que estos tres sistemas se han relacionado con diferentes
neurotransmisores:
Modelo de atención
El modelo de Mesulam se basa en la idea de que la atención se sustenta en una red altamente
interconectada y organizada. Plantea una dicotomía entre componentes sensoriales y motores. Sin
embargo, esta dicotomía no es absoluta, ya que lo que ocurre es que en cada proceso siempre destaca
un componente sobre otro.
En el modelo de Mesulam se propone que la atención, como proceso general, está compuesta por dos
subsistemas (Mesulam, 1990, 1998):
–– Nivel de vigilancia.
–– Resistencia a la interferencia.
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Fundamentos neurobiológicos de los procesos atencionales y de la función ejecutiva viu
3ECTS .es
Los procesos llevados a cabo por la matriz atencional están relacionados con lo que suele considerarse
tono atencional o arousal.
Un aspecto importante de este modelo es que se considera que los procesos de integración
no se llevan a cabo exclusivamente en los niveles cercanos al input. En cambio, se organizan
de forma jerárquica en los diferentes estadíos del procesamiento controlado o automático.
Bases neuroanatómicas.
Según el modelo de Mesulam, diferentes redes se encargarían de trabajar en conjunto en los procesos
atencionales (Portellano Pérez & García Alba, 2014):
Modelo de atención.
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–– Arousal.
–– Atención focalizada.
–– Atención sostenida.
–– Atención selectiva.
–– Atención alternante.
–– Atención dividida.
A continuación explicaremos los componentes de esta clasificación (Portellano Pérez & García Alba,
2014; Sohlberg & Mateer, 2017).
a) Arousal.
Es la capacidad para estar despierto y de mantener la alerta. Implica la capacidad de seguir estímulos
u órdenes. Es la modalidad de atención más rudimentaria e inespecífica porque la persona no se dirige
hacia el objeto o situación intencionalmente, ni ejerce un esfuerzo voluntario. No está vinculada con
los motivos, necesidades o intereses inmediatos del sujeto. Se incluyen en este apartado el estado de
alerta y la respuesta de orientación.
–– Alerta.
➢➢ Aportar suficiente nivel de activación para permitir el acceso de los estímulos, facilitando
la disposición general del organismo para procesar la información.
Se distinguen dos modalidades en el estado de alerta: fásica y tónica (ver Sistema de alerta o
vigilancia en el modelo de redes atencionales de Posner y Petersen para una explicación de
estos dos conceptos).
–– Orientación.
Es una modalidad de atención pasiva común a todos los mamíferos. permite la supervivencia
del individuo y le prepara para responder ante cualquier estímulo externo sorpresivo. La
respuesta de orientación es la capacidad para reconocer el entorno personal, siendo capaz de
identificar las coordenadas espaciales y temporales existentes entre uno mismo y el ambiente
que nos rodea.
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–– Temporal.
–– Espacial.
–– Autopsíquica.
–– Alopsíquica.
–– Topográfica.
–– Reconocimiento derecha-izquierda.
b) Atención focalizada.
Es la respuesta específica a estímulos provenientes de uno o varios canales sensoriales y que nos
permite dirigir la ventana atencional a una sola fuente de información. Es la capacidad mediante la cual
el foco atencional se concentra en un objetivo concreto. Un aspecto importante de este componente
es que debe resistir al incremento de la fatiga y a estímulos distractores. Requiere un nivel de alerta
suficientemente activo, pero depende en gran medida de factores motivacionales.
Cabe destacar que no existe un acuerdo sobre el origen. Algunos autores sostienen que tiene una
naturaleza sensorial, por estar situado en las fases iniciales del procesamiento atencional. Otros
autores, en cambio, consideran que se trata de un proceso específicamente perceptivo ya que realiza
una selección entre varios estímulos después de producirse la recepción sensorial inicial.
Un ejemplo de atención focalizada sería prestar atención a los vehículos que pasan por la calle
mientras miramos desde la ventana.
c) Atención sostenida.
La atención sostenida es la capacidad para mantener una respuesta de forma consistente durante
un período de tiempo prolongado. La atención sostenida solo puede desarrollarse una vez que se
dispone de suficiente nivel de activación para permitir la focalización de la atención.
Esta clase de atención se da cuando una persona realiza una determinada actividad durante un
periodo de tiempo prolongado y en el que se requiere procesar un patrón de estímulos determinado
de la forma más eficaz durante un espacio de tiempo determinado. Se divide en dos subcomponentes:
–– Concentración: Se refiere a otras tareas cognitivas. Supone la noción de control mental en tareas
que implican el mantenimiento y manipulación de información de forma activa en la mente.
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Un ejemplo de atención sostenida sería tachar una letra o palabra específica en un texto de forma
eficiente durante varios minutos.
d) Atención selectiva.
Incluye distintos subcomponentes que forman parte también de las funciones ejecutivas:
–– Resistencia a la interferencia.
–– Flexibilidad mental.
Un ejemplo de atención selectiva sería intentar hablar por teléfono en un lugar lleno de gente
hablando.
e) Atención alternante.
La atención alternante es la capacidad que permite cambiar el foco de atención entre diferentes
estímulos de forma voluntaria o ante demandas externas. La función de la atención alternante es la de
controlar qué información es procesada en cada momento. Es una modalidad de atención voluntaria
de alto nivel y requiere de la utilización de mayores recursos cognitivos que las anteriores. Algunas
funciones cognitivas básicas para el correcto desempeño de este proceso atencional son:
–– Flexibilidad cognitiva.
–– Control cognitivo.
–– Memoria de trabajo.
–– Memoria prospectiva.
f) Atención dividida.
La atención dividida es la habilidad para dar varias respuestas simultáneas ante diferentes estímulos,
realizando tareas igualmente diferentes ante cada uno de ellos. En otras palabras, la atención dividida
implica prestar atención a dos o más estímulos al mismo tiempo. También se llama atención dividida
a la capacidad para repartir sus recursos atencionales entre dos actividades para poder desempeñar
una tarea compleja. Es considerada por Sohlberg y Mateer como la modalidad de atención que implica
un mayor nivel de esfuerzo mental y más compleja.
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–– Memoria operativa.
–– Resistencia a la interferencia.
–– Flexibilidad mental.
a) Arousal.
–– Tálamo.
–– Sistema límbico.
–– Ganglios basales.
–– Córtex frontal.
b) Atención focalizada.
–– Corteza prefrontal.
c) Atención sostenida.
–– Tálamo.
–– Centros respiratorios.
–– Cerebelo.
d) Atención selectiva.
–– Orbitofront al lateral.
–– Caudado derecho.
–– Pálido izquierdo.
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–– Colículo inferior.
–– Tálamo.
–– Surco parietoccipital.
–– Giro fusiforme.
–– Giro parahipocámpico.
–– Temporal medial.
–– Parietal inferior.
e) Atención alternante.
f) Atención dividida.
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El lector podría pensar que existiendo las técnicas de neuroimagen se resolvería la duda sobre qué
modelo cognitivo es el correcto. Lejos de eso, muchos de los modelos propuestos en el apartado
anterior han sido estudiados y validados mediante estas técnicas. Así, dependiendo del modelo,
diversos investigadores han observado resultados que apoyan tanto un modelo como otro.
Al igual que ocurre con las funciones ejecutivas, dentro del estudio de la atención existen discrepancias
con relación a la red implicada en estos procesos atencionales, qué funciones deben ser estudiadas
y en la interpretación de la actividad cerebral, dependiendo del modelo cognitivo que enmarca el
trabajo. Estos resultados han dado lugar a que, como ocurre en las funciones ejecutivas, existan dos
concepciones distintas sobre el funcionamiento de los procesos atencionales:
Los resultados parecen apoyar más el primer modelo, pero existen evidencias que apoyan el segundo
modelo también.
Stuss y Alexander (Stuss & Alexander, 2000) propusieron hace varios años que las pruebas de
neuroimagen evidenciaban algunas características generales a todos los procesos atencionales:
–– Distintos procesos atencionales pueden ser aislados y puede relacionarse con distintas
regiones del cerebro.
–– Procesos aparentemente sencillos pueden relacionarse con las áreas de la corteza prefrontales,
estructura que generalmente se asocia a procesos cognitivos complejos.
–– Existe una interacción entre procesos de estructuras cerebrales anteriores y posteriores. Esto
indicaría que para dar una correcta explicación de la atención hay que usar conceptos basados
en sistemas funcionales.
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Estudios recientes parecen apoyar esa idea (Portellano Pérez & García Alba, 2014). Así, en base a esos
estudios, detallaremos a continuación algunas de las estructuras cerebrales asociadas a procesos
atencionales. En el apartado anterior hemos nombrado áreas cerebrales que podrían estar implicadas
en los procesos atencionales que se corresponden cada uno de los modelos cognitivos de la atención.
En este apartado plantearemos una aproximación transversal en la que cada una de las estructuras se
asocia a un tipo de proceso atencional, y que podría ser aplicado a cualquier modelo cognitivo.
La estructura multimodal de la atención implica que numerosas estructuras del sistema nervioso
central se encuentren involucradas. El procesamiento neurofisiológico de la atención se inicia en el
tronco cerebral y finaliza en el córtex asociativo. Las modalidades más básicas de atención dependen
de la actividad de las áreas más basales del encéfalo. En cambio, a medida que la actividad atencional
se convierte en más voluntaria y requiere de mayores recursos cognitivo, son las áreas corticales de
asociación las que se implican más activamente.
Entre las estructuras subcorticales que participan en procesos atencionales encontramos (Peña-
Casanova, 2007; Portellano Pérez & García Alba, 2014).
Formación reticular.
–– Control neurovegetativo.
Su papel en la regulación del estado de alerta crucial para iniciar los procesos atencionales. Los
procesos de alerta tónica y alerta fásica dependen de la integridad de la formación reticular.
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Tálamo.
El tálamo es una estructura subcortical situada en la zona central del cerebro. Es una zona de paso
obligado para la mayoría de las aferencias y eferencias cerebrales.
Su función principal es la de interconectar la corteza cerebral con el resto de las estructuras del
sistema nervioso, discriminando los estímulos y regulando cuál debe ser su intensidad de flujo. Está
implicado en dirigir activamente cada estímulo hacia los canales perceptivos apropiados, así como en
la regulación de la intensidad de los estímulos.
Con respecto a la atención, ésta depende del tálamo porque, al igual que el tronco cerebral, contiene
núcleos de la formación reticular que modulan la pertinencia e intensidad de los procesos atencionales.
Ganglios basales.
Establecen un puente entre la formación reticular, la corteza cerebral y el sistema límbico. Están
formados por el núcleo caudado, putamen, globus pallidus, núcleo subtálamico, núcleo accumbens,
sustancia negra y sustancia roja. Sus diversas estructuras (especialmente el putamen y el caudado)
tienen dos funciones:
–– Conectarse con diversas estructuras del sistema límbico como la amígdala. De esta forma
permite que procesos emocionales se integren con procesos atencionales.
Este fascículo de fibras situado en torno al cuerpo calloso tiene una función de tipo conectivo en
la regulación de la atención. La corteza cingulada no procesaría información, pero participaría en la
conexión entre diferentes estructuras corticales. Recibe información del tronco cerebral, el tálamo y
los ganglios basales y la redirige a la corteza cerebral. Los procesos atencionales más complejos se
realizan en la neocorteza, pero es gracias a la corteza cingulada que se produce una coordinación
entre diferentes estructuras para llevar a cabo esas funciones. Entre las funciones más importantes de
la corteza cingulada encontramos:
–– Dotar de adecuada fluidez a las tareas atencionales. El área cingulada anterior alberga el área
motora suplementaria, permitiendo la adecuada programación de las actividades motrices.
Sistema límbico.
Es un sistema formado por varias estructuras cerebrales que, en coordinación con el sistema
neuroendocrino y el sistema nervioso autónomo, regula las respuestas fisiológicas a estímulos
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emocionales. El sistema límbico está constituido por determinados núcleos del tálamo, el hipotálamo,
el hipocampo, la amígdala cerebral, el cuerpo calloso, el septum y el mesencéfalo. Sus principales
funciones son:
–– Determinar la valencia positiva o negativa de las distintas emociones (placer, ira, agresividad,
miedo, etc).
Los cuatro lóbulos del neocórtex cerebral participan de forma activa en la regulación de la atención
voluntaria. Por ejemplo, la corteza de asociación occipito-temporal se activa para atender a las
características visuales de los estímulos. Sin embargo, son los lóbulos parietales y frontales los que
más relevancia tienen en la regulación de buena parte de los procesos atencionales. A continuación
describimos la participación de esas dos estructuras en los procesos atencionales (Carrión, 1995;
Peña-Casanova, 2007; Portellano Pérez & García Alba, 2014).
Lóbulo parietal.
El papel del lóbulo parietal en la atención es de gran importancia. Se relaciona con las siguientes
funciones:
–– Preparar los mapas sensoriales necesarios para el control de la atención. La corteza parietal
construye una imagen del espacio exterior que permite que las redes atencionales puedan
localizar los estímulos espaciales, orientándose hacia ellos de manera satisfactoria. En sujetos
sanos, la corteza parietal derecha recibe información del campo visual izquierdo en lo que a
procesos atencionales se refiere. En cambio, la corteza parietal izquierda recibe información
procedente del campo visual derecho.
–– Participa en tareas de inhibición de respuestas, aunque con menor protagonismo que las áreas
prefrontales.
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Lóbulo frontal.
Al igual que ocurre con las funciones ejecutivas, el área prefrontal juega un papel central en los
procesos atencionales. La corteza prefrontal se considera el final de trayecto de todos los procesos de
atención voluntaria y es quien dota del mayor significado cognitivo a la atención. Además del córtex
prefrontal, la corteza motora es necesaria para moverse entre los objetos percibidos.
–– Mayor control durante la ejecución de tareas novedosas, desconocidas o que exigen un estado
de mayor alerta atencional.
–– El hemisferio derecho dispone de fibras más densas en la formación reticular que el hemisferio
izquierdo. Estas diferencias facilita el transporte más fluido de la información hacia el hemisferio
derecho.
–– Además, los núcleos de la formación reticular del hemisferio derecho se activan más cuando
se produce el paso al estado de vigilia desde el sueño.
–– Lesiones del hemisferio derecho producen más trastornos atencionales que las lesiones en las
mismas áreas del hemisferio izquierdo.
–– Se observa una mayor activación del hemisferio derecho cuando se realizan tareas de
discriminación atencional y de cambio de foco.
–– Las lesiones unilaterales del córtex frontoparietal derecho producen síndrome confusional, lo
que no sucede con las lesiones izquierdas. Esto se debe a que el hemisferio derecho tiene
mayor influencia sobre el sistema reticular.
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Tema 5.
Trastornos derivados de la alteración funcional de la
atención
Son muchos los trastornos y condiciones que cuentan con los déficits en atención como uno de sus
síntomas. Algunos de ellos son:
–– Enfermedad de Alzheimer.
–– Enfermedad de Parkinson.
–– Síndrome de Balint..
–– Esclerosis múltiple.
–– Esquizofrenia.
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3ECTS .es
En este manual describiremos algunos trastornos en los que los déficit de atención que se encuentran
en el centro de la patología.
La última versión del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (American Psychiatric
Association, 1994) propone los siguientes criterios para el diagnóstico del Trastorno por déficit de
atención e hiperactividad:
1. Inatención
Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un
grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades
sociales y académicas/laborales:
NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío,
hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y
adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.
a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se cometen
errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por ejemplo, se
pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).
c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (por ejemplo, parece
tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracció2n aparente).
d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o
los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae rápidamente y se evade con
facilidad).
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e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo, dificultad
para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en
orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los
plazos).
f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren
un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas escolares o quehaceres domésticos; en
adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar
artículos largos).
g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, materiales
escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil).
h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y
adultos, puede incluir pensamientos no relacionados).
i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer las
diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas,
acudir a las citas).
2. Hiperactividad e Impulsividad.
Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un
grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades
sociales y académicas/laborales:
NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición, desafío,
hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y
adultos (a partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.
a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (por
ejemplo, se levanta en clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, en situaciones que
requieren mantenerse en su lugar.
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota: En
adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.).
e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es
incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como
en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta
difícil seguirlos).
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g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta
(por ejemplo, termina las frases de otros; no respeta el turno de conversación).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las
conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas
sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a
lo que hacen los otros).
B-
Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de
los 12 años.
C-
Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más
contextos (por ejemplo, en casa, en el colegio o el trabajo; con los amigos o familiares; en
otras actividades).
D-
Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social,
académico o laboral, o reducen la calidad de los mismos.
Presentación combinada:
E-
Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de
otro trastorno psicótico y no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo,
trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, trastorno
de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).
1- Tras diversos estudios demostrando que el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad
también se observa en adultos (por ejemplo, Sánchez Rodriguez & Pulopulos, 2010), el DSM
5 contempla la posibilidad de realizar el diagnóstico de este trastorno en adultos.
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2- El Trastorno por déficit de atención e hiperactividad también puede ser diagnosticado junto
con el trastorno del espectro autista.
Diversos estudios con PET han demostrado que los adultos con trastorno por déficit de atención e
hiperactividad muestran un descenso del metabolismo cerebral global cercano al 8% en comparación
con el grupo comparador de adultos sin trastorno por déficit de atención e hiperactividad (Rettew &
Hudziak, 2010). Además, se ha observado que las regiones específicas en las que se observaron los
cambios incluyeron la corteza cingulada anterior, y las cortezas promotora y somatosensorial.
Los estudios más recientes con PET se han centrado, especialmente, en la caracterización de la
actividad dopaminérgica en regiones relevantes del cerebro. Esto es debido a que la dopamina tiene
un papel fundamental en tareas de atención. Estos estudios han demostrado que los individuos con
trastorno por déficit de atención e hiperactividad tenían reducida la actividad de la dopamina en las
regiones caudada y límbica (Barkley, 2014). Un aspecto importante de estos resultados es que el grado
de disminución de la actividad de la dopamina se asociaba positivamente con niveles de síntomas de
falta de atención (Barkley, 2014).
Estudios del trastorno por déficit de atención e hiperactividad mediante Resonancia Magnética
Nuclear estructural.
Los estudios estructurales con Resonancia Magnética Nuclear estructural permiten la comparación
del volumen de todo el cerebro o de regiones cerebrales específicas en individuos con y sin trastorno
por déficit de atención e hiperactividad.
Diversos estudios han demostrado que existen claras diferencias en el volumen del lóbulo prefrontal,
observándose un menor volumen en niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad
(Barkley, 2014). Con respecto a estructuras subcorticales, los resultados no estaban tan claros y existía
cierta controversia. Con intención de arrojar más luz a las posibles diferencias en estas estructuras, en
febrero de 2017 se publicó uno de los estudios más importantes que investigó diferencias en el volumen
de estructuras subcorticales entre pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad y
personas sanas, atendiendo a la edad (Hoogman et al., 2017). Este estudio comparó 1713 pacientes
con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad con 1529 personas sanas. El rango de edad iba
desde los 4 a los 63 años. Los resultados de este mega análisis correlacional muestran que las personas
con trastorno por déficit de atención e hiperactividad presentan un menor volumen en las siguientes
estructuras subcorticales:
–– Núcleo accumbens.
–– Amígdala.
–– Hipocampo.
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–– Núcleo caudado.
–– Putamen.
Un resultado muy importante de este estudio es que las diferencias entre pacientes y controles eran
mayores en niños que en adultos, lo que apoyaría la hipótesis de que el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad se podría deber principalmente a un retraso en el desarrollo cerebral.
Estudios del Trastorno por déficit de atención e hiperactividad mediante Resonancia Magnética
Nuclear funcional.
Los estudios de Resonancia Magnética Nuclear funcional permiten investigar la actividad cerebral
midiendo la respuesta hemodinámica, la cual se considera que refleja la actividad neuronal.
Uno de los hallazgos más consistentes es que los niños, adolescentes y adultos con trastorno por déficit
de atención e hiperactividad muestran una reducción de la actividad cerebral en la corteza cingulada
dorsal anterior, el córtex frontal inferior y la ínsula en tareas que requieren control inhibitorio o tiempo
motor (Rettew & Hudziak, 2010). Otras estructuras que muestran menor activación en estos pacientes
son (Rettew & Hudziak, 2010):
–– Putamen.
–– Núcleo caudado.
–– Tálamo.
–– Prefrontal inferior.
–– Córtex parietal.
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Un estudio de meta análisis reciente demostró que el tratamiento con estimulantes aumenta la
activación bilateral del córtex frontal inferior (Rubia et al., 2014).
5.2. Negligencias
En neuropsicología, el concepto de negligencia se refiere al fallo en prestar atención a un estímulo,
cosa que lleva a que la respuesta hacia cierto estimulo se encuentre alterada. Un aspecto central
de la negligencia es que los déficits no pueden explicarse por trastornos sensoriales o motores. La
heminegligencia es un trastomo atencional que se produce casi exclusivamente tras lesiones del
hemisferio derecho. Si se presenta tras lesiones del hemisferio cerebral izquierdo, resulta de menor
gravedad y mejor pronóstico.
La heminegligencia está causada mayoritariamente por lesiones de la zona posteroinferior del lóbulo
parietal derecho (en su unión con la corteza de asociación occipito-temporal), ya que se encarga de la
representación del espacio extrapersonal, generando mapas espaciales que facilitan la programación
de las respuestas motoras (Portellano Pérez & García Alba, 2014).
Lesiones en el lóbulo frontal también se han asociado a heminegligencia (Portellano Pérez & García
Alba, 2014):
a) Las lesiones dorsolaterales del área prefrontal se pueden traducir en dificultad para la ejecución
motora de las respuestas atencionales, al verse dificultada la utilización de los mapas sensoriales.
b) La lesión de los campos visuales oculares, situados por delante de la corteza premotora, altera
los movimientos sacádicos oculares contralaterales alterando el de rastreo visual hacia ese
lado.
c) Una lesión en la corteza cingulada derecha puede impedir el control atencional en el síndrome
de heminegligencia, dificultando la conexión entre el córtex frontal y áreas posteriores.
Tipos de negligencias.
➢➢ Extinción sensorial.
➢➢ Negligencia espacial.
➢➢ Negligencia personal.
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➢➢ Hemiakinesia.
➢➢ Extinción motora.
➢➢ Hipokinesia.
➢➢ Impersistencia motora.
–– Negligencia afectiva
–– Negligencia representacional
En este manual nos centraremos en el concepto de negligencia atencional (para más detalles ver
Peña-Casanova, 2007; Portellano Pérez & García Alba, 2014).
Extinción sensorial.
La extinción sensorial es considerada una forma menor de negligencia sensorial. En este caso, el
paciente solo presenta déficits cuando existe una estimulación bilateral, bien sea sensitiva, visual o
auditiva. Cuando se presentan dos estímulos, uno en el lado derecho y otro en el lado izquierdo, el
estímulo presentado en el hemicampo izquierdo, percibido normalmente cuando es unilateral, deja
de percibirse. Es decir, cuando se presentan dos estímulos, los pacientes con extinción sensorial solo
pueden atender a los estímulos del hemicampo derecho.
Negligencia espacial
Los pacientes con negligencia espacial suelen “olvidarse” del espacio contralateral a la lesión. En estos
casos el fallo se puede observar teniendo en cuenta su cuerpo como el centro para el hemiespacio
contralesional, o pueden fallar en actuar sobre una mitad de un estímulo.
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Negligencia personal.
Este síndrome está caracterizado por la presencia de una constricción de la atención visual que no
permite a los pacientes percibir más de un objeto a la vez y por la llamada "parálisis psíquica de la
mirada", que consiste en la incapacidad para dirigir voluntariamente la mirada a un objeto, en ausencia
de parálisis ocular.
Los síntomas principales del síndrome de Blint son (Portellano Pérez & García Alba, 2014):
El paciente solo puede prestar atención a un solo objeto por vez. Esto le imposibilita la percepción
visual de la totalidad. Los trastornos en la dirección de la mirada producen apraxia oculomotora
(movimientos oculares erráticos cuando se realiza el rastreo visual), ignorando todos los demás
estímulos, con excepción del que están mirando.
Ataxia óptica.
Caracterizada por la incapacidad para liberar la mirada del objetivo en que se ha anclado inicialmente.
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Diversos estudios han demostrado que las características de los estímulos son un factor fundamental
que afecta el rendimiento en tareas de atención selectiva. Diferenciamos entre características físicas y
características comparativas de los estímulos.
Características físicas.
Las características físicas de los estímulos influyen a la atención selectiva porque hacen que un
determinado estímulo tenga más probabilidades de atraer nuestra atención. Las características físicas
más importantes son:
–– Movimiento: Los estímulos en movimiento atraen más la atención que los estáticos.
–– Color: Los estímulos de color atraen más la atención que los de blanco y negro.
–– Posición: Nos atraen más la atención los estímulos en el campo visual superior izquierdo.
Características comparativas.
Un estímulo puede llamar más la atención cuando se compara con otro estímulo que también está
presente. Entre las características más importantes encontramos:
–– Incongruencia: Llaman más la atención aquellos estímulos que son diferentes de los estímulos
que le rodean.
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La modalidad sensorial.
Las tareas auditivas suelen presentar un mejor rendimiento atencional que las tareas visuales.
Cuanto mayor es el número de estímulos presentados por unidad de tiempo, peor es el rendimiento.
Factores motivacionales.
Los estímulos que tienen un especial interés para el sujeto, tienen más posibilidad de ser
atendidos.
–– Estrés.
–– Fatiga.
–– Sueño.
–– Drogas y psicofármacos.
Factores evolutivos.
A lo largo de la vida los procesos atencionales van cambiando, observándose diferencias importantes
entre personas jóvenes y mayores.
Diferencias individuales.
–– Género.
–– Inteligencia.
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–– Personalidad.
–– Estilo cognitivo.
En conjunto, estos factores deben ser tenidos en cuenta a la hora de planificar una evaluación de los
procesos atencionales.
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Glosario
Arousal
Capacidad para estar despierto y de mantener la alerta. Implica la capacidad de seguir estímulos u
órdenes. Es la activación general del organismo.
Atención alternante
Capacidad que permite cambiar el foco de atención entre diferentes estímulos de forma voluntaria o
ante demandas externas. La función de la atención alternante es la de controlar qué información es
procesada en cada momento.
Atención dividida
Habilidad de dar varias respuestas simultáneas ante diferentes estímulos, realizando tareas igualmente
diferentes ante cada uno de ellos.
Atención focalizada
Respuesta específica a estímulos provenientes de uno o varios canales sensoriales y que nos permite
dirigir la ventana atencional a una sola fuente de información. Es la capacidad mediante la cual el foco
atencional se concentra en un objetivo concreto.
Atención selectiva
Capacidad que nos permite seleccionar y activar diversos procesos cognitivos para enfocarlos sobre
estímulos que son relevante para el desarrollo de una actividad, y anular (o no prestar atención) a
aquellos que son irrelevantes y que se considera que están ejerciendo competencia.
Atención sostenida
Capacidad para mantener una respuesta de forma consistente durante un período de tiempo
prolongado. La atención sostenida solo puede desarrollarse una vez que se dispone de suficiente
nivel de activación para permitir la focalización de la atención.
Control inhibitorio
Habilidad que permite el control de atención, comportamiento, pensamientos y emociones para
inhibir una respuesta determinada.
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Flexibilidad cognitiva
Habilidad que permite el cambio de perspectiva o de solución de problemas, ajustándose flexiblemente
a las demandas, reglas o prioridades de la situación.
Funciones ejecutivas
Conjunto de habilidades cognitivas que son necesarias cuando no es posible realizar una actividad de
forma automática.
Lóbulos frontales
Estructura cerebral más anterior de la corteza. La corteza frontal se encuentra por delante de la cisura
central y por encima de la cisura lateral y se dividen en corteza motora (formada por la cortea motora
y corteza premotora) y córtex prefrontal (formada por región órbitofrontal, región ventromedial y
región dorsolateral).
Memoria de trabajo
Habilidad cognitiva que permite mantener información en la mente y trabajar (realizar operaciones)
con esa información.
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Enlaces de interés
CognitiveAtlas
Página web del proyecto colaborativo CognitiveAtlas. El CognitiveAtlas es un proyecto dirigido a unir
los conocimientos científicos dentro del área de las ciencias cognitivas. Dirigido por el profesor Russell
Poldrack de la Universidad de Stanford.
http://www.cognitiveatlas.org/.
http://www.feaadah.org/es/.
Web de la revista científica sobre trastornos de atención. En esta web el alumno podrá encontrar
artículos científicos recientes que se publican en esta revista sobre trastornos de atención.
http://journals.sagepub.com/home/jad.
Neuropsychology Review
Página web de la revista científica Neuropsychology Review. En esta web el alumno podrá encontrar
artículos científicos de revisión recientes en la especialidad de la Neuropsicología. Esta revista es
considerada la más importante dentro de la neuropsicología.
http://www.springer.com/biomed/neuroscience/journal/11065.
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Agradecimientos
Autor
Dr. D. Matías M. Pulópulos Tripiana
Departamento de Recursos para el Aprendizaje
D.ª Carmina Gabarda López
D.ª Cristina Ruiz Jiménez
D.ª Sara Segovia Martínez