Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Nacimiento e infancia
La Sagrada Familia (José, María y Jesús, con Isabel y
su hijo Juan el Bautista, parientes de Jesús según el
Evangelio de Lucas. Pintura de Rafael, 1507.
Bautismo y tentaciones
Bautismo de Cristo, pintura de Piero della Francesca.
Vida pública
Transfiguración
Arresto
Juicio
Crucifixión
Sepultura
Resurrección y ascensión
Fuentes
Fuentes cristianas
Evangelios sinópticos
Evangelios apócrifos
Fuentes no cristianas
Fuentes judías
Metodología
Contexto
Marco histórico
El hombre
Nombre
Orígenes familiares
Su actividad
Predicación
Milagros
Tanto las fuentes sinópticas como el
Evangelio de Juan presentan a Jesús
como hacedor de milagros. También
destaca esta faceta de su actividad el
Testimonio Flaviano, donde se indica que
«llevó a cabo hechos sorprendentes»
(Antigüedades judías, XVIII, 63), aunque no
puede asegurarse que no se trate de una
interpolación cristiana posterior.
Muerte
Teorías minoritarias
Teorías acerca del carácter histórico de
Jesús
Jesús en el cristianismo
La figura de Jesús de Nazaret es el centro
de todas las religiones denominadas
cristianas, aunque existen diferentes
interpretaciones acerca de su
persona.[Nota 32] En general, para los
cristianos, Jesús de Nazaret es el
protagonista de un acto único[Nota 33] e
intransferible, por el cual el hombre
adquiere la posibilidad de elevarse por
encima de su naturaleza caída y alcanzar
la salvación.[146] Dicho acto se consuma
con la resurrección de Jesús de Nazaret.
La resurrección es, por tanto, el hecho
central del cristianismo y constituye su
esperanza soteriológica. Como acto, es
privativo de la divinidad e inasequible al
hombre. De forma más precisa, la
encarnación, la muerte y la resurrección
compensan en tres actos sucesivos los
tres obstáculos que separaban, según la
doctrina cristiana, a Dios del hombre: la
naturaleza,[Nota 34] el pecado[Nota 35] y la
muerte.[Nota 36] Por la encarnación del
Verbo, la naturaleza divina se hace
humana.[147] Por la muerte de Cristo, se
supera el pecado y por su resurrección, la
muerte.[148]
El gnosticismo es un conjunto de
religiones heterogéneas que florecieron
cuando las religiones locales de Asia
entraron en contacto con el helenismo. A
pesar de su diversidad de contenidos,
comparten algunos rasgos, a veces de
estilo y, a veces, de contenido. Por
ejemplo, era muy común en ellas atribuir al
mundo un origen maligno o defectuoso.
Para algunas religiones gnósticas, el
mundo había sido creado por malignos
demiurgos que tenían al hombre
encerrado en la existencia terrenal e
ignorante de su condición de prisionero.
Para otras, el mundo era el fruto de un
fracaso o tragedia creativos. Los que
conocían (gnosis) esta verdad podían
intentar escapar. En contacto con el
cristianismo, aparecieron nuevas variantes
gnósticas. Las más destacadas fueron:
Marción de Sínope (siglo II): es el único
gnóstico que reconoció a Jesús de
Nazaret como único y verdadero Hijo de
Dios. Sin embargo, el Dios que propugna
Marción no es el Dios del Antiguo
Testamento y, por lo tanto, su acto, más
que redentor, es liberador. Es decir, el
Dios del Antiguo Testamento crea al
hombre y el Dios del Nuevo Testamento
lo libera o manumite pagando para ello
el precio de su sangre.
Valentín (siglo II): fue el fundador de
otra escuela gnóstica. Para él, Jesús de
Nazaret fue una divinidad creada para
redimir a la propia divinidad de un
defecto o desorden interno sufrido
durante el proceso de la creación.
Simón Mago (siglo I): fue un predicador
gnóstico que se autoproclamó
encarnación del Padre. Para él, Jesús de
Nazaret había sido una encarnación
previa del Hijo.
Basílides de Alejandría (siglo II): fue el
fundador de otra secta gnóstica.
Consideraba que la muerte de Jesús era
incompatible con su naturaleza divina y,
por lo tanto, había sido una muerte
ilusoria.
Mani (siglo III): fundador del
maniqueísmo. Dentro de su sistema,
Jesús de Nazaret, Zoroastro y Buda
habían sido tres predecesores cuya
enseñanza él completaba y culminaba.
Jesús en la literatura
Jesús en el cine
Véase también
Portal:Cristianismo. Contenido
relacionado con Cristianismo.
Portal:Islam. Contenido relacionado
con Islam.
Portal:Judaísmo mesiánico.
Contenido relacionado con Judaísmo
mesiánico.
Palestina en tiempos de Jesús
Mishná
Ieshu
Anexo:Advocaciones cristíferas
Hipótesis del cuerpo perdido
Notas
1. En griego antiguo: Ἰησοῦς, Iesous; en
arameo: ܥ , Išo; en hebreo antiguo:
הוֹשׁ ַע
ֻ ְי, Yehošuaʕ, o שׁוּע
ַ ֵי, Yešuaʕ.
2. en griego antiguo: Χριστός, Christós;
en arameo: , Mʕšiha; en hebreo
antiguo: יח
ַ ָמ ִשׁ, Māšîaḥ.
3. Aunque la mayoría de los
historiadores y expertos bíblicos opina
que estos datos pueden darse por
ciertos, dada la concordancia de las
fuentes, una minoría de estudiosos
pone en tela de juicio la historicidad
de Jesús de Nazaret, cuestionando los
textos no cristianos existentes.
Entre los autores que afirman la
historicidad de Jesús se encuentran:
Raymond E. Brown (La muerte del
Mesías, ISBN 84-8169-485-1); John
Dominic Crossan (Jesús, vida de un
campesino judío, 1994, ISBN 84-7423-
655-X; Jesús desenterrado, ISBN 84-
8432-459-1); Bart Ehrman (Jesús, el
profeta judío apocalíptico, 2001, ISBN
84-493-1027-X); Gerd Theissen y
Annette Merz (El Jesús histórico,
2004, ISBN 84-301-1349-5);
E. P. Sanders (La figura histórica de
Jesús, 2000, ISBN 84-8169-400-2);
Geza Vermes (Jesús el judío: los
manuscritos leídos por un historiador,
1994, ISBN 84-7669-213-7; La religión
de Jesús el judío, 1996, ISBN 84-7979-
201-9); Paul Winter (El proceso a
Jesús, 1983, ISBN 84-85501-50-0).
La negación de la existencia de Jesús
es una posición muy tardía, ya que
Jesús comenzó a estudiarse como
figura histórica, al margen de la
religión, recién en el siglo XVIII. Los
principales defensores de este punto
de vista son Timothy Freke y Peter
Gandy (Los misterios de Jesús. El
origen oculto de la religión cristiana,
2000, ISBN 84-253-3450-0); Earl
Doherty (El puzzle de Jesús, 2005,
ISBN 84-9800-268-0) y, sobre todo,
George Albert Wells (The Historical
Evidence for Jesus, 1988, ISBN 0-
87975-429-X); The Jesus Myth, 1998,
ISBN 0-8126-9392-2).
La inmensa mayoría de las
enciclopedias y obras de referencia
aceptan la historicidad de Jesús. Es el
caso, por citar un ejemplo prestigioso,
de The New Encyclopaedia Britannica
(pp. 360-377, tomo 22, Chicago, 1990.
ISBN 0-85229-511-1).
También los defensores de la teoría de
la inexistencia de Jesús reconocen
que la opinión generalizada es la
contraria. Según George Albert Wells,
en un artículo publicado en 1999:
It is almost universally
accepted that Jesus lived in
the opening decades of the
first century, taught certain
doctrines in Galilee, worked
there what were at any rate
taken for miracles, and died in
Jerusalem, at the behest of the
Roman governor Pontius
Pilate.
4. El judaísmo de Jesús no es
cuestionado en la actualidad por
ningún estudioso serio del Jesús
histórico. Como escribe William Arnal
(«The cipher “judaism” in
contemporary historical Jesus
scholarship», en John S.
KLOPPENBORG (ed.): Apocalypticism,
anti-semitism and the historical
Jesus , pág. 24, «no contemporary
New Testament scholar contests that
Jesus was a jew». Véase, por ejemplo,
el libro de Joseph Klausner: Jesús de
Nazaret. Barcelona: Paidós, 2006,
ISBN 84-493-1834-3, quien manifiesta
de manera terminante «Jesús era
judío, y siguió siendo judío hasta su
último aliento» (pág. 469). Con igual
claridad se expresa Edward Kessler, en
«Jesus the jew» (artículo en
BBC.co.uk): «One of the certain facts
about Jesus was that he was a Jew.
He was a child of Jewish parents,
brought up in a Jewish home and
reared among Jewish traditions.
Throughout his life, Jesus lived among
Jews and his followers were Jews».
Bart D. Ehrman ha señalado que «una
de las ironías del cristianismo
primitivo es que Jesús mismo era un
judío que veneraba al Dios de los
judíos, observaba las costumbres
judías, interpretaba la ley judía y tuvo
discípulos judíos, que le consideraban
el mesías judío» (Bart D. EHRMAN:
Jesús no dijo eso. Barcelona: Ares y
Mares, 2007, ISBN 978-84-8432-852-0;
P. 233).
Un desarrollo amplio del tema, con
referencia a las investigaciones de
Geza Vermes, puede encontrarse en la
red: «Jesus the jew» , artículo de
Jonathan Went, en inglés.
Los autores de la llamada tercera
búsqueda del Jesús histórico han
hecho especial incidencia en el
judaísmo de Jesús. Véase, por
ejemplo: John Dominic Crossan
(Jesús, vida de un campesino judío,
1994, ISBN 84-7423-655-X; Jesús
desenterrado, ISBN 84-8432-459-1);
Bart Ehrman (Jesús, el profeta judío
apocalíptico, 2001, ISBN 84-493-1027-
X); E. P. Sanders (La figura histórica de
Jesús, 2000, ISBN 84-8169-400-2);
Geza Vermes (Jesús el judío: los
manuscritos leídos por un historiador,
1994, ISBN 84-7669-213-7; La religión
de Jesús el judío, 1996, ISBN 84-7979-
201-9); J. P. Meier (Un judío marginal.
Nueva visión del Jesús histórico. I, II 1-
2, III. Estella: Verbo Divino, 2001 ss.),
entre muchos otros.
5. Como puede constatarse, las
diferencias entre ambos relatos son
bastante significativas:
En el relato de Mateo, María y
José vivían en Belén; en el de
Lucas, en Nazaret.
En el relato de Mateo, el ángel se
aparece (en tres ocasiones) a
José; en el de Lucas solo se
aparece (en una ocasión) a María.
Las historias de los magos de
Oriente, la degollación de los
inocentes, y la huida a Egipto,
solamente son citadas en el
Evangelio de Mateo.
Las historias de la adoración de
los pastores, la circuncisión de
Jesús, la presentación en el
Templo, y el encuentro de Jesús
con los doctores del Templo,
solamente son citadas en Lucas.
6. No está claro si el relatado en el
Evangelio de Juan es el mismo
milagro, ya que el beneficiario es en
este caso el hijo de un cortesano,
aunque los detalles de la narración
son idénticos.
7. El Evangelio de Juan no hace
referencia a la Última Cena, ya que no
sitúa la detención de Jesús en la
noche de Pascua, sino la anterior: sí
aparece en él, sin embargo, el anuncio
de la traición de Judas (Jn 13, 21-30) y
un episodio que no aparece en los
sinópticos, el lavatorio de los pies de
los discípulos (Jn 13, 1-20).
8. Este episodio no aparece tampoco en
el Evangelio de Juan.
9. Se sabe que el cargo de Pilato no era
en realidad el de procurador, sino el de
prefecto. Figura erróneamente con ese
cargo no solo en los evangelios, sino
también en la obra del historiador
Flavio Josefo.
10. Existe consenso entre la mayoría de
los filólogos bíblicos en cuanto a que
los últimos doce versículos del
evangelio, a partir de la aparición de
Jesús a María Magdalena (Mc 16 1,9)
son el resultado de una interpolación
posterior. Se desconoce si el Evangelio
de Marcos concluía en Mc 16 1,8 o si
el final original se ha perdido. Véase
Bart E. Ehrman, Jesús no dijo eso.
Barcelona: Ares y Mares, 2007;
págs. 88-92.
11. Acerca del significado de esta
expresión, véase el artículo «Libro de
Isaías».
12. En 1972 el jesuita español José
O'Callaghan afirmó que EL 7Q5, uno de
los papiros hallados en Qumrán, junto
al mar Muerto, era un fragmento del
Evangelio de Marcos (concretamente
Mc 6, 52-53). Su hipótesis fue apoyada
por algunos biblistas, entre ellos
C. P. Thiede, pero fue en general
rechazada por los estudiosos. Véanse
Piñero, Antonio: Guía..., pp. 66-67; y
Meier, John P.: Un judío marginal...,
pág. 124.
13. De hecho, en sus cartas cita con
frecuencia textos del Antiguo
Testamento, pero apenas si se refiere
a dichos de Jesús. Solo en 1 Cor 7, 10
y 1 Cor 11, 23-26 acude directamente
a la predicación de Jesús de Nazaret
como fuente de autoridad. En las
cartas de Pablo, sin embargo, no es
sencillo diferenciar cuándo hace
referencia a la predicación del Jesús
histórico y cuándo a su propia
experiencia del Jesús resucitado.
14. La tradición cristiana atribuye la
autoría de estas obras a personajes
citados en el Nuevo Testamento: los
apóstoles Juan y Mateo, y a dos
colaboradores cercanos de los
primeros seguidores de Jesús, Marcos
y Lucas. Esta adscripción es tardía
(del siglo II) y no se sustenta en datos
aportados por los propios textos. No
obstante, para referirse a los
evangelios está generalizada la
denominación tradicional de
evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan, sin que esto implique
posicionamiento alguno en el tema de
su autoría
15. Sebastos es la traducción aproximada
al griego de Augusto.
16. Según Flavio Josefo (Contra Apión 2,
108), eran unos 20 000.
17. Solo dos de los cuatro evangelios
canónicos ―Mateo y Lucas―
proporcionan información sobre la
infancia de Jesús. Marcos, el
evangelio mayoritariamente
considerado más antiguo, no incluye
ningún relato de la infancia. Solo
documenta el nombre de la madre y la
existencia de varios hermanos (Mc 6,
3). Por otro lado, la infancia de Jesús
es desarrollada ampliamente ―con
una considerable dosis de
imaginación y abundantes
anacronismos― por varios evangelios
apócrifos, genéricamente conocidos
como «apócrifos de la infancia».
Existe un amplio consenso en no
concederles absolutamente ninguna
fiabilidad histórica. En el resto del
Nuevo Testamento, solo Pablo hace
un par de alusiones indirectas al
origen de Jesús, cuando afirma que
fue nacido de mujer (Gal 4, 4) y que
procedía de la estirpe de David, «en
cuanto hombre» (Rom 1, 3).
18. Geza Vermes considera que los
relatos de Mateo y Lucas «son
adiciones posteriores a la narración
evangélica principal» (El nacimiento de
Jesús, pág. 237).
19. Mateo cita este pasaje del profeta
Miqueas, según el cual el Mesías
habría de nacer en Belén:
Pero tú, Belén Efrata, aunque
pequeña para figurar entre los
clanes de Judá, de ti me saldrá
quien ha de ser dominador en
Israel, cuyos orígenes vienen de
antaño, desde los días antiguos.
Miq 5, 2
20. En el año 525, el papa Hormisdas
encargó a Dionisio el Exiguo, un
astrónomo y abad escita de un
monasterio romano, establecer como
año primero de la era cristiana el del
nacimiento de Jesús. Dionisio se
equivocó en unos seis años al datar el
reinado de Herodes I el Grande, por lo
que dedujo que Jesús nació el
año 753 de la fundación de Roma.
Este es el origen de la actual era
cristiana.
21. Se declaró oficialmente el 25 de
diciembre la fiesta de la Natividad de
Jesús en el año 336, por orden del
papa Julio I, cristianizando así una
fiesta pagana que tiene sus raíces en
la celebración del solsticio de invierno
y que ya había sido instituida en el
siglo III por Aureliano como natalicio
del dios Sol Invictus. La elección de
esta fecha no tiene ninguna base
histórica. Antes de pasar a celebrarse
el 25 de diciembre, se conmemoraba
el nacimiento de Jesús el 6 de enero,
junto con la epifanía y el bautismo de
Jesús por San Juan. El 6 de enero
había sido, además, la fecha de inicio
del año nuevo en la antigua
civilización egipcia, tras los cinco
primeros días de este mes, que, en sus
tradiciones, no pertenecían ni a un año
ni al otro. La Iglesia ortodoxa sigue
celebrando el nacimiento de Jesús el
6 de enero.
22. Los evangelios los mencionan
claramente: «Su madre y sus
hermanos estaban fuera» (Mt 12, 46-
50). Además, es mencionado por Juan
―«Porque ni aun sus hermanos creían
en él» (Jn 7, 5)―. Pablo también hace
mención en sus cartas a Santiago el
hermano del Señor (Gal 1, 19). En la
Primera epístola a los corintios dice:
«¿No tenemos derecho de traer con
nosotros una hermana por mujer
como también los otros apóstoles, los
hermanos del Señor y Cefas?» (1 Cor
9, 5). El libro Hechos de los Apóstoles
menciona a Santiago (Hc 13, 17, Hc
15, 13 y siguientes). Una fuente
extrabíblica, el historiador Flavio
Josefo, menciona que Santiago,
hermano de Jesús, fue linchado en el
año 62 d. C. Siglos más tarde, la
teología cristiana, para defender el
dogma de la virginidad de María,
planteó el argumento de que la
palabra utilizada para designar a los
hermanos, tanto en arameo (âch-
'achâ) como en griego (adélfoi), puede
también utilizarse para denominar a
los parientes. El hebreo y el arameo no
tienen una palabra específica para
primos, sino que se designa de igual
forma a primos y hermanos. En griego
sí existen otras palabras para referirse
a los primos y parientes que nunca
son usadas con los hermanos de
Jesús. Se ha dicho, no obstante, que
los autores del Nuevo Testamento, por
influencia de las lenguas semíticas,
pudieron utilizar el término «hermano»
para referirse también a los parientes.
23. Según Hegesipo las hermanas se
llamaban Salomé y Susana.
24. Véase, por ejemplo, Mc 10, 47-48.
25. Lc 1, 27, Mt 1, 16, Hch 13, 23, Rm 1, 3-
4.
26. Sí se sabe, sin embargo, que no
predicó en las ciudades helenísticas
de Galilea, donde se hablaba
principalmente el griego.
27. El relato de los evangelios y el de
Flavio Josefo sobre la muerte de Juan
el Bautista son bastante diferentes. En
los evangelios (Mc 6, 17-29, por
ejemplo), Juan es encarcelado por
haber reprobado públicamente el
matrimonio de Herodes Antipas con
Herodías y se le ejecuta a causa de las
intrigas de Herodías y Salomé. Los
dos relatos coinciden, sin embargo, en
lo esencial: Herodes consideraba al
Bautista un peligro potencial por su
influencia sobre el pueblo.
28. Sin embargo, Jesús no parece haber
heredado de Juan el uso de este rito:
en los sinópticos no se hace nunca
referencia a que Jesús bautizase y
solo en el Evangelio de Juan, bastante
más tardío, se mencionan bautismos
realizados por Jesús (concretamente
en Jn 3, 22). El de Juan es, además, el
evangelio que más desarrolla la
relación entre Jesús y Juan el
Bautista.
29. Principalmente las fuentes sinópticas
y el Evangelio de Juan, pero también,
entre los apócrifos, hace referencia a
la muerte de Jesús el Evangelio de
Pedro. Entre las fuentes no cristianas,
confirma esta idea sobre todo Flavio
Josefo. Tácito afirma que fue
ajusticiado, aunque no precisa el tipo
de ejecución. Las fuentes talmúdicas,
en cambio, presentan una versión
diferente, ya que indican que Jesús
murió por orden de las autoridades
judías.
30. Los tribunales judíos no tenían en
principio potestad de condenar a
muerte a un reo, aunque se conocen
dos casos, concernientes a discípulos
de Jesús, en que tribunales judíos
pronunciaron sentencias de muerte:
las ejecuciones de Esteban y de
Santiago. En ambos casos los
condenados fueron lapidados.
31. Además, en el Evangelio de Juan dice:
«Entonces los judíos le dijeron: “¿Aún
no tienes cincuenta años y has visto a
Abraham?”» (Jn 8, 57). Se ha dicho
que de haber tenido Jesús treinta y
tres años en el momento de su muerte
se habría mencionado la cifra de
cuarenta, no de cincuenta.
32. Dado que el cristianismo dista mucho
de ser una corriente uniforme de
creencias y pensamiento, para hablar
sobre Jesús en el cristianismo, habría
que describir las modalidades o
concepciones cultivadas por las
distintas ramas del cristianismo,
también llamadas denominaciones
cristianas. Si bien todas esas
concepciones son perfectamente
admisibles como posiciones de fe,
exponerlas sin más en pie de igualdad
conduciría a cierto relativismo que no
daría cuenta del hecho innegable de
que unas son creencias mayoritarias y
otras particulares, que unas fueron
desestimadas solo después de largos
debates y otras se consideraron
herejías de manera tajante y desde el
primer momento.
33. La historicidad de la resurrección de
Jesús de Nazaret es un hecho que
diferencia la religión cristiana de las
religiones griegas. Si, para estas
últimas, el tiempo es una entelequia
circular y repetitiva, que se sucede a
modo de eterno retorno, el
cristianismo asume desde el principio
una noción lineal del tiempo, en la cual
la resurrección es un hito histórico
único sobre el cual se ordena la
historia pasada y la futura. Véase
Puech, Henry: El tiempo en el
cristianismo.
34. La naturaleza de Dios (increada) y la
naturaleza del hombre (criatura) están
separadas por el abismo ontológico
del acto creativo ex nihilo
35. La posibilidad del pecado es exclusiva
de la voluntad de la criatura alejada de
Dios
36. Entendida sobre todo en el sentido
ontológico (dejar de ser)
37. Son bastante singulares, por ejemplo,
las creencias acerca de Jesucristo de
la secta Moon, según la cual Jesús no
es Dios, sino simplemente un hombre
«reflejo de Dios», nacido de una
relación adúltera entre María y
Zacarías, que fracasó en su misión
salvadora: para ellos, la crucifixión de
Jesús es testimonio del fracaso del
cristianismo. Véase: Manuel GUERRA
GÓMEZ: Los nuevos movimientos
religiosos (las sectas). Pamplona:
Ediciones Universidad de Navarra,
1993. ISBN 84-313-1234-3. Pág. 361.
38. La Trinidad plantea un problema a
Mahoma: el politeísmo que tanto
combatió. Aceptar que Dios es Uno y
Trino constituyó un problema desde el
principio. Las teorías de la Trinidad
que conoció Mahoma fueron las de
los coliridianos únicamente. No
obstante, sus posiciones sobre la
Trinidad se acercan al propio Concilio
de Letrán, donde se trata de corregir la
creencia de que Jesús es hijo de Dios
en un sentido humano. Así hay quien
ve semejanzas, aún en la diferencia.
«Son infieles quienes dicen Dios es el
tercero de una tríada. No hay dios,
sino un Dios único. [...] El Mesías, hijo
de María, no es más que un Enviado»
(Corán, 5 77-79) «¡Gente del Libro! No
exageréis en vuestra religión ni digáis,
sobre Dios, más que la verdad.
Realmente el Mesías, Jesús, hijo de
María, es el Enviado de Dios, su Verbo,
que echó a María en espíritu
procedente de él. Creed en Dios y en
sus enviados, pero no digáis Tres. [...]
¿Tendría un hijo cuando tiene lo que
está en los cielos y en la tierra? ¡Dios
basta como garante!» (Corán, 4 169-
170). Juan Vermet (trad.): El Corán,
págs. 48, 49, 135, 146, 147.
Referencias
1. Canto, Alicia M. «Textos históricos
sobre Jesús de Nazareth» (artículo en
Celtiberia.net, del 8 de diciembre de
2005). Versión más reciente (2017) en
Academia.edu .
2. Mt 1:18-2:23, Lc 1:5-2:52.
3. Según Geza Vermes (El nacimiento de
Jesús, pág. 94): «El Evangelio de
Mateo no identifica el lugar donde
viven María y José, pero al no hablarse
de un cambio de residencia entre ese
momento [el sueño de José] y el
nacimiento de Jesús, se puede
concluir que, en opinión de Mateo, la
pareja residió siempre en Belén».
4. Is
5. Mt 1:19-21
6. Mt 2:13
7. Mt 2:19-23
8. Mt 2:23
9. Lc 1:26-38.
10. Mt 1:2-16, Lc 3:23-28.
11. Mt 3:1-12, Mc 1:4-8, Lc 3:1-18 (Jn 1:19-
32
12. Mt 3:13-15, Mc 1:9,Lc 3:21 Según el
Evangelio de Juan, Jesús no recibió el
bautismo personalmente de Juan el
Bautista, ya que por entonces este se
encontraba encarcelado por orden de
Antipas.
13. Mt 3:16-17, Mc 1:10-11, Lc 3:21-22. En
el Evangelio de Juan se menciona esta
teofanía (Jn 1:32-33), aunque no en
ocasión del bautismo de Jesús.
14. Mt 4:2-11, Mc 1:12-13, Lc 4:1-13.
15. Mt 4:12-17, Mc 1:14, Lc 4:14.
16. Mt 4:17, Mc 1:15, Lc 4:14. Según Jn
1:35-51 Jesús reclutó a sus primeros
seguidores (aunque eran galileos) en
Judea, antes de partir hacia Galilea
para iniciar su ministerio.
17. Mt 11:20-21, Lc 10:13
18. Mt 13:53-58, Mc 6:1-6, Lc 4:16-30.
Según el relato de Lucas, los
habitantes de Nazaret intentaron
matar a Jesús.
19. Mt 20:29, Mc 10:46, Lc 18:35.
20. Jn 11:38-44
21. Mt 10:2-4, Mc 13:16-19, Lc 6:13-16. En
los tres sinópticos, los apóstoles son
agrupados por parejas, aunque no
siempre coinciden en su distribución.
22. Mt 4:18-22, Mc 1:16-20. En el
Evangelio de Juan, Simón y Andrés
son discípulos de Juan el Bautista que
se unieron a Jesús en Judea.
23. Mt 9:9, Mc 2:14, Lc 5:27-28,
24. Véase, por ejemplo, Jn 6:67, Jn 6:70,
Jn 6:71. En diferentes pasajes cita a
los siguientes: Simón Pedro, Andrés,
los hijos de Zebedeo (es decir
Santiago y Juan), Felipe, Natanael,
Dídimo Tomás, Judas Iscariote y otro
Judas. Natanael es generalmente
identificado con el Bartolomé que
mencionan los sinópticos.
25. Mt 9:32-34, Mt 12:22-30, Mc 3:22-27,
Lc 11:14-15, Lc 11:17-23)
26. Lc 10:17-20
27. Mc 9:38-40
28. Mt 17:1-8, Mc 9:2-8, Lc 9:28-36.
29. Mt 21:1-11, Mc 11:1-11, Lc 19:28-40,
Jn 12:12-19.
30. Mt 21:12-22, Mc 11:15-19, Lc 19:45-48.
Marcos intercala entre la entrada de
Jerusalén y la expulsión de los
mercaderes el episodio de la
maldición de la higuera (Mc 11:12-14,
y Lucas una profecía sobre Jerusalén
(Lc 19:41-44
31. Jn 2:13-22. En este pasaje, Jesús
utiliza un azote para expulsar a los
vendedores, al que no se hace
referencia en los sinópticos.
32. Mt 24:1-3, Mc 13:1-4, Lc 21:5-7.
33. Mt 26:6-13, Mc 14:5-9, Jn 12:1-8. En el
relato de Juan, la mujer que unge a
Jesús es María de Betania, hermana
de Lázaro; en los otros dos no se
menciona su nombre.
34. Mt 26:26-29, Mc 14:22-25, Lc 22:19-20.
Para los cristianos, este gesto de
Jesús representa la institución del
sacramento de la Eucaristía.
35. Mt 26:36-46, Mc 14:32-42, Lc 22:40-46.
36. Mt 26:14-16, Mc 11:10-11, Lc 22:3-6.
37. Mt 26:47-56, Mc 14:43-52, Lc 22:47-53,
Jn 18:2-12. El relato de Juan ofrece
variantes significativas: no se cita
Getsemaní como el lugar de la
detención, sino un huerto «al otro lado
del torrente Cedrón»; en la detención
de Jesús toma parte una cohorte
romana; y Jesús no es denunciado por
Judas, sino que se entrega él mismo a
los que iban a detenerlo.
38. Mt 26:57-68, Mc 14:53-65, Lc 22:63-71.
39. Jn 18:19-29
40. Mt 26:69-75, Mc 14:66-72, Lc 22:55-62,
Jn 18:15-27.
41. Mt 27:11-26, Mc 15:1-15. El Evangelio
de Lucas añade que Pilato envió a
Jesús ante Herodes Antipas, tetrarca
de Galilea, que se encontraba de visita
en Jerusalén. Según este relato, Jesús
no quiso contestar a las preguntas de
Antipas, quien lo envió de nuevo a
Pilato (Lc 23:1-25). En el Evangelio de
Juan, por otro lado, se añaden dos
diálogos entre Jesús y Pilato que no
aparecen en el resto de los relatos de
la Pasión (Jn 18:28-19:16).
42. Mt 27:26-31, Mc 15:15-20
43. Mt 27:32-44, Mc 15:21-32, Lc 23:26-43,
Jn 19:16-24. Juan no menciona a
Simón de Cirene. Afirma que Jesús fue
crucificado entre otras dos personas,
pero no dice que fuesen ladrones.
44. Mt 27:45-50, Mc 15:33-41
45. Lc 23:39-46. Jn 19:25-30
46. Mt 27:57-61, Mc 15:42-47, Lc 23:50-56,
Mc 19:38-42
47. Mt 27:62-66.
48. Mt 28, Mc 16, Lc 24, Jn 20-21
49. Is 7:14, Miq 5:2
50. Is 9:1
51. Is 9:6-7, Is 11:1-9), Is 16:5
52. Is 40:3. Esta profecía es citada
explícitamente en los cuatro
evangelios del Nuevo Testamento (Mt
3:3, Mc 1:2-3, Lc 3:4-6, Jn 1:23).
53. Is 42:1-7, Is 49:1-7, Is 50:4-9, Is 52:42-
53:12.
54. Por ejemplo, Zc 12:10.
55. Morris, John D. (en inglés). «Has
archaeological evidence for Jesus
been discovered?» Instituto de
Investigación sobre la Creación.
Consultado el 22 de mayo de 2009.
Si recordamos que la
tradición predominante
representada por la mayoría
de los eruditos cristianos
tempranos databa la fecha del
nacimiento de Jesús de 3/2
antes de Cristo, y si
aceptamos el tiempo de la
muerte de Herodes entre el
eclipse [lunar] de enero 9-10 y
la Pascua del 8 de abril en el
año 1 antes de Cristo,
entonces probablemente
datemos la fecha de la
natividad de Jesús del
3/2 a. C., tal vez a mediados de
enero de 2 a. C.
Finegan
Doherty
Bibliografía
Bibliografía utilizada
El Jesús histórico
AGUIRRE, Rafael: «Aproximación actual
al Jesús de la historia» , en Cuadernos
de Teología Deusto, n.º 5. ISBN 84-7485-
424-5.
CROSSAN, John Dominic: Jesús, vida de
un campesino judío. Barcelona: Crítica,
1994. ISBN 84-7423-655-X.
GUIJARRO, Santiago: Dichos primitivos
de Jesús. Una introducción al
«Protoevangelio de dichos Q».
Salamanca: Sígueme (2.ª edición), 2005.
ISBN 84-301-1527-7.
MEIER, J. P.: Un judío marginal. Nueva
visión del Jesús histórico. I, II 1-2, III.
Estella: Verbo Divino, 2001 ss.
PIÑERO, Antonio (ed.): Orígenes del
cristianismo. Antecedentes y primeros
pasos. Madrid: El Almendro, 1991. ISBN
84-86077-95-8.
PIÑERO, Antonio (ed.): Fuentes del
cristianismo. Tradiciones primitivas
sobre Jesús. Madrid: El Almendro, 1993.
ISBN 84-8005-006-3.
PIÑERO, Antonio: Guía para entender el
Nuevo Testamento. Madrid: Trotta, 2006.
ISBN 84-8164-832-9.
PUENTE OJEA, Gonzalo: El Evangelio de
Marcos. Del Cristo de la fe al Jesús de la
historia. Madrid: Siglo XXI, 1998. ISBN
84-323-0743-2.
PUIG, Armand: Jesús. Una biografía.
Barcelona: Destino, 2005. ISBN 84-233-
3752-9.
SANDERS, E. P.: La figura histórica de
Jesús. Estella: Verbo Divino, 2000. ISBN
84-8169-400-2.
THEISSEN, Gerd, y Annette MERZ: El
Jesús histórico. Salamanca: Sígueme,
2004. ISBN 84-301-1349-5.
VERMES, Geza: Jesús el judío.
Barcelona: Muchnik, 1979 (2.ª edición)
ISBN 84-72-640005-1
VERMES, Geza: El nacimiento de Jesús.
Barcelona: Ares y Mares, 2007. ISBN
978-84-8432-944-2.
WINTER, Paul: El proceso a Jesús.
Barcelona: Muchnik, 1983. ISBN 84-
85501-50-0
Jesús en el cristianismo y en otras
religiones
Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o
sobre Jesús de Nazaret.
El Jesús histórico
Jesus. Teología.
Jesus.Teología.Upsa.es («El Jesús
histórico», por Santiago Guijarro Oporto,
de la Universidad Pontificia de
Salamanca).
Mercaba.org («El Jesús histórico a la
luz de la exégesis reciente», por Rafael
Aguirre).
Ccparagon.pangea.org («Aproximación
al Jesús histórico», posibilidades de
historicidad).
Upcomillas.es («El Jesús judío», por
Juan Manuel Martín-Moreno).
En inglés
EarlyChristianWritings.com («Historical
Jesus theories», hipótesis sobre el
Jesús histórico; en inglés).
bsw.org («The present state of the
“Third quest” for the historical Jesus:
loss and gain», por John P. Meier; en
inglés).
Datos: Q302
Multimedia: Jesus Christ
Citas célebres: Jesús de Nazaret
Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Jesús_de_Nazaret&oldid=118946313»