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YAMI CURA

APOYO UNIVERSITARIO

PSICOLOGÍA SOCIAL
2018

El mundo necesita más gente QUE AME lo que hace...

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BIBLIOGRAFIA (Obligatoria)

Módulo 1: Genealogía y reconstrucción del campo de estudio de la Psicología Social.

- IBAÑEZ GRACIA, T. (1990). Capítulos: La inexcusable exigencia genealógica; Las grandes


orientaciones teóricas tradicionales; Epílogo. En Aproximaciones a la Psicología Social. Barcelona.
Sendai Ediciones
- DOMENECH M. y IBAÑEZ T (1998). La Psicología Social como crítica. Revista Anthropos, Nro. 177.
España.
- MONTERO M. (comp.) (1994) Un Paradigma para la Psicología Social. Reflexiones desde el
quehacer en América Latina. En Construcción y Crítica de la Psicología Social. Barcelona:
Anthropos.
- MOSCOVICI, S. (1984). Introducción al campo de la Psicología social, en Psicología Social Vol. 2
Buenos Aires : Paidós.
- PAULIN, H. (Comp) (2013). Perspectivas teóricas contemporáneas en Psicología Social Cuaderno
del Campo Psicosocial Nº 3- 1a ed. Teorías e intervenciones en Psicología social,– Sección 1 .pp1-
62 Córdoba: Brujas. AULA VIRTUAL.
- PICHON RIVIERE E. (1985). Aportaciones a la didáctica de la Psicología Social. En El proceso grupal.
Del psicoanálisis a la Psicología Social. Buenos Aires: Nueva Visión.

Bibliografía Complementaria

- CORREA DE JESÚS N. y otros, "La Psicología Social: Pasión inútil del Estado Terapéutico". En
Revista Anthropos Nro 156. España.

Módulo 2: Hacia la reconstrucción crítica de la Psicología Social

- CORREA, A. (2013). Hacia la definición del objeto de estudio como campo de problemáticas. En
Notas para una Psicología Social como crítica a la vida cotidiana. Córdoba: Brujas.
- CORREA A y PAULÍN H. (2015).Psicología Social. Manual de Curso Ingreso Psicología
- IBAÑEZ, T.(1992). Introducción. En (Páez d. Comp.) Teoría y Método en Psicología Social 1992.
Barcelona: Anthropos.

Bibliografía Complementaria

- FERNANDEZ, A. (2007). Haciendo met-odhos. En Las lógicas colectivas. Buenos Aires: Biblos. p.27-
37.

Módulo 3: Sociedad, Instituciones y Subjetividad.

- BONVILLANI, A. (2012). Hacia la construcción de la categoría subjetividad política. Una Posible


herramienta y algunos lineamientos de significaciones emergentes. En Subjetividad política:
desafíos y debates latinoamericanos. Piedrahita Echandía, Díaz Gómez y Vommaro (comp).
CLACSO. Bogotá.(Aula Virtual).
- CORREA, A. (2016). Sociedad, Institución y Subjetividad. Ficha de Cátedra (Aula virtual).
- FERNÁNDEZ, A. & DE BRASSI, J.C. (1993). De lo imaginario social a lo imaginario grupal. En Tiempo
histórico y campo grupal. Masas, grupos e instituciones. Buenos Aires: Nueva visión. p.69-91.
- LAZZARATTO, M. (2007). Las Técnicas de Gobierno. En Biopolítica. Estrategias de gestión y
agenciamiento de creación. Fundación Universidad Central – IESCO Ediciones “Sé cauto”
Fundación Comunidad
2
Bibliografia Complementaria

- ENRIQUEZ, E. (1989) El trabajo de la muerte en las instituciones. En La institución y las


Instituciones. Estudios psicoanalíticos. B.A. Barcelona. México: Paidós.p.84-92.
- FOUCAULT, M. (1991) La Gubernamentalidad. En Espacios de Poder (comp). Madrid. Ediciones la
Piqueta.

Módulo 4: Socialización y prácticas de subjetivación


- BERGER, T. y LUCKMAN, P. (1994). La sociedad como realidad subjetiva. En La construcción social
de la Realidad. Buenos Aires: Amorrortu.
- PAULIN, H. y TOMASINI, M. (2007) Inducción, apropiación y resistencia. Discusiones sobre el
concepto de socialización en las prácticas educativas. Conciencia Social. VII, 10, 67-
- PAULIN, H. (2014). Socialización, sociabilidad y subjetivación. Tres categorías claves para el
estudio de la subjetividad en Psicología Social ( Aula virtual)

Módulo 5: Conocimiento social en la vida cotidiana.

- GONZALEZ PEREZ, M. (2001). La teoría de las representaciones sociales. En Significados colectivos


procesos y reflexiones teóricas. CIIACSO y TEC de Monterrey. México.
- JODELET, D. (1983) Cap.13 "La representación social: fenómenos conceptos y teoría." En
MOSCOVICI. Manual de Psicología Social. Vol. II Paidós
- MONTERO, M. (1994) Indefinición y contradicciones de algunos conceptos básicos en la
- psicología social .Construcción y crítica de la psicología social. -- Barcelona : Anthropos,
- 1994. p. 109-126
- PAULIN, H. (2013). De las actitudes a las representaciones sociales. En Notas para una Psicología
Social como crítica a la vida cotidiana. Córdoba: Brujas. (Aula Virtual).
- BANCH, M. A. (2006), “Las representaciones sociales como perspectiva teórica para el
estudio etnográfico de las comunidades”, en Valencia Abundiz, S. (coord.), Representaciones
sociales. Alteridad, epistemología y movimientos sociales. Guadalajara, Universidad de
Guadalajara, Maison des Sciences de l’Homme.

Bibliografía complementaria:

- CASANOVA, M. La teoría de la tipificación como fundamento de la construcción del sentido


común. Weber, Schutz y Bauman. En Notas para una Psicología Social como crítica a la vida
cotidiana. Córdoba: Brujas
- JODELET, D. (1991). La representación social: Un área en expansión En Sida: Imagen y prevención
D. Páez, J.Romo; A.Vergara (Comp.)Madrid: Fundamentos

Módulo 6: Movimientos sociales y acción colectiva en la vida cotidiana.

- BERGER, T. y LUCKMAN, P. (1994). Los fundamentos del conocimiento en la Vida cotidiana.


En La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu.
- QUIROGA, A.(1986). Psicología Social y crítica a la Vida Cotidiana. Enfoques y perspectivas en
Psicología Social. Buenos Aires: Ed. Cinco.
- CORREA, A. (Comp.) (2013). Largo camino en democracia: demandas, reclamos y exigibilidad de
derechos. Cuadernos del Campo Psicosocial Nº4, Córdoba: Brujas.
- MONTERO, M (2004). Actividad y resistencia en la comunidad. En Teoría y práctica de la
Psicología comunitaria. Buenos Aires: Paidós. (119-142).
- REGUILLO R. (2000). La clandestina centralidad de la vida cotidiana. En Lindon, A. (Coord.) La vida
3
cotidiana y su espacio-temporalidad. Barcelona: Anthropos.
- LOPEZ, J y RODIGOU NOCETTI, M. (2013) Los trapitos sucios NO se lavan en casa. Una
intervención callejera como estrategia político feminista”.
- TORRES CARRIL, A. (2009). Acción colectiva y subjetividad. Un balance desde los estudios sociales,
Folios, Segunda época, 30 pp. 51-74.

Bibliografía complementaria

- MELUCCI, Alberto. (1999). Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. Centro de estudios
sociológicos; El Colegio de México. 1ra Edición. México D. F. México.
- PARRA MARCELA (2005). La construcción de los movimientos sociales como sujetos de estudio en
América Latina, Athenea Digital - num. 8: 72-94 (otoño 2005).

Módulo 7: Quehaceres y prácticas en psicología social

- BAZ, M. (2007). La intervención grupal: finalidades y perspectivas para la investigación, en Área 3.


Cuadernos de temas grupales e institucionales Nº 11
- CORREA, A. y PAN, M. (Comp.) (2005) Cuaderno del campo psicosocial nº 2: intervención
psicosocial, Seminario la Intervención Psicosociológica Correa Ana; La Intervención
Psicosociológica: un debate sobre la Teoría y la Práctica. Eugene Enriquez; El Diagnóstico en la
Intervención Psicosocial. Bonvillani Andrea. Córdoba: Brujas.
- CORREA, A. (Comp.) (2013). Largo camino en democracia: demandas, reclamos y exigibilidad de
derechos. Cuadernos del Campo Psicosocial Nº4, Córdoba: Brujas
- MONTENEGRO Marisela y PUJOL TARRÈS, Joan. Conocimiento Situado: Un forcejeo entre el
relativismo construccionista y la necesidad de fundamentar la Acción. Revista de Psicología
Internacional Journal of Psychology. 2003. Vol 37 Nº 2 :295-307. Universidad de Barcelona,
España.
- MONTENEGRO Marisela (2011) Conocimientos, agentes y articulaciones. Una mirada situada a la
intervención social. Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social, Número 0,
abril 2001
- PAULÍN, H. Y RODIGOU NOCETTI, M. (Comp.)(2002). Cuaderno del campo psicosocial nº 1:
Hacer/es en psicología social. Panel sobre Roles y Prácticas en Psicología Social. Silvia Plaza,
Andrea Pujol, Cristina Petit y Ana María Correa- Las nuevas perspectivas de la
psicosociología: aporte para la construcción del rol. Eugène Enriquez-Interrogando el rol
del/a psicólogo/a social y sus modos de construcción y transmisión. Maite Rodigou Nocetti-
Psicología Social y escuela: supuestos y líneas de trabajo en los “problemas de disciplina y
convivencia” Horacio Paulín.-Córdoba: Brujas.
- PAULIN, H. (Comp) (2013) Cuaderno del Campo Psicosocial Nº 3 Teorías e intervenciones en
Psicología social -Sección 2 Intervenciones psicosociales en Extensión Universitaria pp 62-146 ,
Córdoba: Brujas.

Bibliografía optativa y de consulta:

- CORREA (2012) ¿Cómo inscriben la aventura de estudiar los internos/as en la cárcel? Relatos de
historias de vida y educación. En GUTIERREZ M. (comp). Lápices o rejas Buenos Aires. Editorial del
Puerto.
- BANCH Auxiliadora. Las representaciones sociales como perspectiva teórica para el estudio de
etnográfico de las comunidades. En Representaciones Sociales. Alteridad, Epistemología y
movimientos Sociales. Universidad de Guadalajara. Maison de Sciences de l’Homme.

4
- BLANCO, CABALLERO, DE LA CORTE. (2005) Psicología de los grupos. Prentice Hall.
- BOURDIEU – WACQUANT. (2005) Una invitación a la sociología reflexiva. Siglo XXI.
- BUTLER Judith (2009) Vida Precaria. El poder del duelo y la violencia. Paidos. Buenos aires
- CASTORIADIS C. (1993) La institución imaginaria de la sociedad. Vol.2 El imaginario social y la
institución. Tusquets.
- CASTORINA JA (2003). Representaciones sociales . Problemas teóricos y conocimientos infantiles.
Gedisa.
- CASTEL R. (2004) Las trampas de la exclusión. Topia.
--------------------------La inseguridad social. Que es estar protegido?. Manantial.

- COLLIER,G, MINTON H. y REYNOLDS G. Escenarios y tendencias de la Psicología social Tecnos:


Madrid.1996.
- CORREA ANA. “Consideraciones preliminares. Acerca del estudio de las representaciones sociales
en la pobreza”. En CORREA, A. y otros. La Fase borrosa de las representaciones sociales. Lecturas
del campo representacional en torno al trabajo en la Villa. Editorial Universidad Nacional de
Córdoba. 2009. Córdoba.
- CRUZ Manuel, comp. (2007) Odio, Violencia, emancipación. Editorial Gedisa, Barcelona.
- FERNANDEZ A. y Colab. (1999) Instituciones estalladas. Eudeba. BA.
- ---------------------------(2008) Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicidades. Editorial
Biblos.
- GIDDENS A. (1995) “Los contornos de la modernidad reciente”, en Modernidad e identidad del yo.
Barcelona, Península, pp. 21-50.
- HOGG & VAUGHAN.( ) Psicología Social. Ed. Panamericana
- HELLER A. (1987). Sociología de la Vida Cotidiana. “Las colisiones de la vida cotidiana”. “El espacio
cotidiano” Península. Barcelona.
- LEWKOWICZ, I.(2004) Pensar sin Estado. La subjetividad en la era de la fluidez. Buenos Aires,
México y Barcelona. Paidos.
- LINDON A. (Coord.)(2000) La vida cotidiana y su espacio-temporalidad. Anthropos. Barcelona.
- LECHNER N. (1990) Los patios interiores de la democracia. Subjetividad y Política. Fondo de
Cultura Económica
- MORALES, PAEZ, KORNBLIT, ASUN. (2001) Psicología Social. Prentice Hall.
- PALMA Diego (1998) “La participación y la construcción ciudadana “ Doc. Nº 27. Centro de
Investigaciones sociales , Universidad Arcis (Chile).
- PICHON RIVIERE E. (1971) El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (I). Ed. Nueva
Visión.
- ZITO LEMA V. Conversaciones con Enrique Pichón Riviere sobre arte y la locura. Cap. VI La
Psicología social. Sus fundamentos. Ediciones Cinco 1991

5
MÓDULO 1

Aproximación al campo de
estudio de la Psicología Social

6
IBAÑEZ GRACIA, T. (1990). Capítulos: La inexcusable exigencia genealógica; Las
grandes orientaciones teóricas tradicionales; Epílogo. En Aproximaciones a la
Psicología Social

La inexcusable exigencia genealógica

La afirmación de que un mismo objeto actual, en este caso la Ps. Social, tiene “varios
pasados”, abre un debate, en cuanto a la naturaleza del discurso histórico, y en cuanto
a la naturaleza de la causalidad social. Entonces existen varias formas de escribir la
historia de una realidad actual y la forma en que se escribe la historia puede afectar la
configuración misma del presente porque ninguna historia es inocente.

El análisis históricos de la Ps. Social debe constituir un análisis contextualista y un


análisis crítico. Contextualista porque no se puede entender adecuadamente a la Ps.
Social si no se sitúa en el amplio movimiento de ideas que tardo varios siglos en
fragmentarse para dar paso a las diversas disciplinas que constituyen las actuales
ciencias sociales y humanas. De modo que, la presente historiografía debe ser
contextualista en el sentido de que debe abarcar el tronco común de la reflexión sobre
lo social, con independencia de las actuales fronteras disciplinarias.

Esta historiografía además de ser contextualista, pretendía ser también una


historiografía critica. Es decir, una de las principales funciones que asigno a la
investigación histórica consiste en poner al descubierto los supuestos implícitos y las
tomas de partido enmascaradas que subyacen en muchas de las formulaciones que se
“dan por sentadas” en una disciplina.

1- Las grandes orientaciones teóricas “tradicionales” y sus correspondientes


teorías de medio alcance
A continuación se analizan los aportes de los siguientes marcos teóricos:

a) Las orientaciones socio-conductistas


b) Las orientaciones socio-gestálticas
c) Las orientaciones psicoanalíticas
d) La orientación de la teoría del rol
e) Las orientaciones del interaccionismo simbólico

a) Las orientaciones socio-conductistas


El conductismo metodológico de Watson influencio en cierta medida a la Ps. Social
representada por Allport, consiguiendo que prevaleciera el interés por la conducta
“observable” y por la “operacionalización” de los conceptos. Cabe citar en la línea de
esta influencia las investigaciones de Berkowitz y Bandura sobre el fenómeno de la
agresión. Estas investigaciones recalcan la importancia que tienen los factores

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situacionales. A su vez, Bandura desarrollaría una influyente teoría del aprendizaje
social basada en el concepto de aprendizaje vicario (Bnadura y Walter, 1963).

Por otra parte, el conductismo radical de Skinner también dejo huella en el


conductismo social. Podemos decir entonces que mas allá de sus diferencias, las
diversas orientaciones conductistas comparten una misma convicción de que la
conducta social se adquiere fundamentalmente a través de un proceso de
condicionamiento, ya sea instrumental o clásico. Y que a partir de esta convicción, su
propósito consiste en explicar las conductas sociales en términos de los principios
generales del aprendizaje. De esta forma, su programa de investigación consiste en:
“predecir la conducta social de la persona a partir del conocimiento de los eventos
situacionales y la de la experiencia previa que haya tenido la persona con esos eventos
(o eventos similares).

b) Las orientaciones socio-gestálticas


La Gestalt permitió que se estableciese, en la Psi. Social norteamericana, un foco de
influencia alternativo al que representaba el conductismo. En efecto, su concepción
“molar” de los procesos psicológicos, frente al “elementarismo” del enfoque
conductista, y su énfasis sobre la actividad constructiva del ser humano, frente al
determinismo ambientalista de los conductistas, hacían de ella un instrumento mas
adecuado para abordar los fenómenos psicosociales.

La adscripción de la Gestalt a la tradición experimentalista la preservo de muchas de


las críticas positivistas que obstaculizaron la expansión de otras orientaciones
irreductibles al conductismo. Su énfasis en el carácter activo del ser humano resulto
estar en estrecha consonancia con la ideología dominante en Estados Unidos, que
privilegiaba la imagen de la autonomía individual.

Las resonancias fenomenológicas, que estaban presentes en la Gestalt, redundaban en


esa misma debilitación de la importancia de los determinismos socio-estructurales,
insistiendo en la idea de que lo que en verdad importa no es tanto la propia realidad,
sino la forma en que la interpretan las personas.

c) Las orientaciones psicoanalíticas


S. Freud desarrolló un peculiar análisis de los fenómenos psicosociales, publicando una
serie de textos sobre la génesis del hecho social, sobre las características de la cultura y
sobre la psicología de las masas.

En Totem y Tabú, Freud explica la génesis de la estructura social a partir del crimen
primal, que permite a los jóvenes machos de la tribu destruir el poder despótico del
padre fundador e instituir lo social como represión interiorizada y como sublimación
de las pulsiones.

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Además, otras publicaciones como “Psicología de las masas y análisis del yo”, “El
porvenir de una ilusión”, “El malestar en la cultura”, etc., constituyen una aportación
directa a la temática psicosocial.

d) La orientación de la teoría del rol


El concepto de rol social presenta la particularidad de ser un concepto absolutamente
esencial dentro de la Ps. Social. Este concepto es la articulación teórica entre la
Sociología y la Ps, Social.

G. Mead, plantea una de las primeras y de las más sugestivas utilizaciones de la noción
de rol para dar cuenta de la socio génesis de las personas, la capacidad de adoptar la
posición del otro y de actuar hacia sí mismo desde esa posición, es decir, en definitiva
el proceso de “toma de rol” constituye, según Mead, uno de los mecanismos básicos
de la socialización y de la interiorización de las normas sociales, a la vez que
proporciona un instrumento para construir la propia identidad.

e) Orientaciones del interaccionismo simbólico


El interaccionismo simbólico constituye una rica y sugestiva corriente psicosociológica
que se contrapone a la Ps. Social individualista.

Según Blumer, el reconocimiento de lo propio de los seres humanos radica en actuar


en relación con los objetos a partir del significado que estos representan para ellos.
Para explicar la conducta humana, es fundamental ir mas allá de las supuestas
características objetivas de las situaciones sociales y entender cuál es la definición
subjetiva que da a la situación el propio individuo. El significado de los objetos emerge
a partir de las interacciones sociales que el individuo teje con sus semejantes. La
génesis de los significados está allí.

El estudio combinado de la historia de la Psicología Social y de las características


actualmente dominantes en ls Ps. Social desemboca en una constatación cuya validez
reúne suficientes argumentos para que sea asumida como fundamentada. Esta
constatación puede formularse en pocas palabras: la “americanización” de la Ps. Social
ha tenido un impacto esencialmente reduccionista sobre la disciplina.

Este proceso reduccionista ha afectado simultáneamente:

 Al campo sustantivo de los fenómenos abarcados por la Ps. Social.


 A la fundamentación epistemológica de la disciplina.
 A la apertura interdisciplinar.
 A las raíces históricas y a la pluralidad cultural de la Ps. Social.
 Al propio concepto de lo “social”.
 Al ámbito de las metodologías disponibles.

DOMENECH M. y IBAÑEZ T (1998). La Psicología Social como crítica


9
Gergen, en 1973, reclamaba que la Psicología Social fuera considerada una ciencia
histórica y no ciencia positiva al estilo de las ciencias naturales, planteando un rechazo
al método científico de carácter naturista y cuestionando la posibilidad de establecer
leyes de la conducta social. Decía que los fenómenos psicosociales como las
elaboraciones teóricas acerca de ellos había que entenderlos condicionados por la
historicidad. Gergen contribuía a la generación de ese clima de crisis que impregno a la
PS, durante los años 70 y 80.
Surgieron dos grandes alternativas a la comprensión de la disciplina, detalladas a
continuación:

1) Perspectiva dominante: la PS como ciencia positiva:


Los psicólogos de orientación positivista adoptaron los métodos de investigación de las
ciencias naturales y físicas y sostenían que las experesiones abstractas, por no ser
concretas u observables, no deberían ser admitidas. Definen la realidad como
independiente de la de la acción humana.
Posee una concepción representacionista del conocimiento.
La producción de conocimiento es un proceso sin sujeto, a-histórico y a-social.
Busca la verdad, noción de verdad que se caracteriza por su carácter absoluto y
trascendente. La verdad como universal y absoluta, fuera de la historia, fuera de la
cultura.

2) Nueva perspectiva: la Psicología Social como ciencia critica


La PS como crítica asevera que la realidad existe y que se debe cuestionar que la
realidad exista con independencia de nuestro modo de acceso a la misma. Intervienen
tantas mediaciones entre nosotros y a realidad, que nunca podremos saber cómo es
esa realidad con independencia de dichas mediaciones.
Ningún objeto existe como tal en la realidad con independencia de nosotros. Lo que
tomamos como objetos naturales son objetivaciones que resultan de nuestras
características y de nuestras prácticas.
Critica a la concepción representacionista del conocimiento porque no se puede
acceder a la realidad con independencia del conocimiento que tenemos de ella.
La PS crítica no puede admitir una visión de la ciencia en la que no se tiene en cuenta
las diferentes prácticas sociales y culturales que tienen que ver con la producción de
conocimiento. También el conocimiento científico necesita una explicación social.
Para la PS crítica existe un relativismo conceptual: el conocimiento es relativo a las
prácticas, al contexto socio-histórico y cultural, a los intereses de la comunidad de
científicos en la que es generado, etc. Los criterios de verdad son relativos a nuestras
cambiantes prácticas.
La PS como crítica hace hincapié en la necesidad de considerar la dimensión política de
la disciplina. El científico ahora adquiere un carácter de agente político, al producir
conocimiento sobre la realidad social.
La PS como crítica rescata la importancia de la metodología cualitativa, como la
etnografía o el análisis del discurso, que les permiten atender a los significados
intersubjetivos, situados y construidos, que se dan en la interacción humana.

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La PS crítica tiene un carácter transdiciplinar, es decir, integra los planteamientos de
otras ciencias como propios, para el enriquecimiento de la PS. la transdiciplinariedad
es la superación de la compartimentación del conocimiento en disciplinas.

MONTERO M. (comp.) (1994) Un Paradigma para la Psicología Social. Reflexiones


desde el quehacer en América Latina. En Construcción y Crítica de la Psicología Social

Según Thomas Kuhn, la ciencia avanza por cambios paradigmáticos, los cuales ocurren
mediante revoluciones. Un paradigma es una realización científica que alguna
comunidad científica reconoce durante cierto tiempo como fundamento para su
práctica posterior.

Una interpretación de interés para el campo de la Psicología es la de Mumné (1989),


para quien los paradigmas en Ps. Social derivan de modelos del hombre, los cuales se
ubican a su vez en las concepciones de la ciencia o metaparadigma. Para Mumné un
paradigma es un conjunto coherente relativamente autónomo de premisas referentes
a un determinado modelo de hombre, que proporciona un fundamento a diferentes
teorías de alcance medio, y a varios marcos teóricos. Lo propio del paradigma será su
carácter fundamentante, su condición de modelo organizador y suministrador de una
orientación epistemológica.

Un paradigma es un modelo constituido por un conjunto sistemático de ideas que


presenta relaciones e interpretaciones acerca de la actividad humana, de sus
productores, de su génesis, de sus efectos sobre los seres humanos y sobre la
sociedad, señalando modos preferentes de hacer conocerlos.

El paradigma dominante en Psicología

Cuando la Psicología surgió como ciencia a fines del siglo XX, se vio influenciada por el
modelo positivista de las ciencias naturales, modelos que imperó en Ps. Social hasta los
´70/´80.

Las características del paradigma positivista son:

1- Predominio del método hipotético-deductivo.


2- Atemporalidad, sin dar importancia a lo histórico.
3- Predominio de un modelo metodológico experimentalista.
4- La relación entre el investigador y sujeto de conocimiento supone una
distancia: el investigador es activo, controla, dirige, conoce los objetivos; el
sujeto es pasivo y manipulable.
5- Se supone la existencia de una estructura de equifinalidad.
6- Se supone la existencia de variables homeostáticas.
La inconformidad con este paradigma se venía haciendo sentir desde la década del ´70
y finalmente da frutos en el sentido de estructurar un nuevo paradigma.
11
El paradigma emergente

Se ha venido construyendo en los ´80 y ´90 y se caracteriza por los siguientes


postulados:

1- Carácter histórico de la Psicología. Los fenómenos psicosociales deben


relacionarse con los cambios socioculturales.
2- La realidad social como orientadora fundamental de los estudios psicológicos.
3- La Psicología no es una ciencia objetiva.
4- Reconocimiento del carácter activo de los seres humanos.
5- Necesidad de incluir el punto de vista de los oprimidos.
6- El conflicto es parte de la acción humana.
7- Importancia del estudio de la ideología.
8- Incorporación de una concepción dinámica y dialéctica, lo que supone la
necesidad de estudiar el cambio social.
9- Rechazo a la noción de progreso.

MOSCOVICI, S. (1984). Introducción al campo de la Psicología social, en Psicología


Social

Todo resultaría muy sencillo si pudiésemos decir sin dudar: existe el individuo y existe
la sociedad. Evidentemente esto se nos repite innumerables veces y uno parece
comprender e incluso ver lo que indican estas palabras. Todos aceptamos como algo
indiscutible que estos dos términos estén separados, que cada uno sea autónomo y
posea una realidad propia. Esto significa que podemos conocer uno sin conocer el
otro, como si se tratasen de dos mundos extraños entre sí. La fuerza de esta visión
resulta incontestable, al igual que la división que mantiene: el individuo reducido a su
organismo y la sociedad petrificada en sus instituciones y aparatos. O mejor aún. Por
una parte el uno, lo único, por otra parte lo múltiple o colectivo. Y esta visión tiene un
efecto al que nos hemos acostumbrado desde hace largo tiempo: el tratado de
partición que concede el individuo a la psicología y la sociedad a la economía o a la
sociología. Este resultado se expresa a menudo de una forma más concreta: el
psicoanálisis se ocupa del individuo y el marxismo de la sociedad. Semejante
convención clarifica las ideas y contribuye de manera eficaz a la coexistencia pacífica
entre las diversas ciencias y entre las diversas teorías.

He aquí una primera fórmula : la psicología social es la ciencia del conflicto entre el
individuo y la sociedad. Podríamos añadir: de la sociedad externa y de la sociedad que
lleva adentro. No escasean los ejemplos de dicho conflicto. La resistencia a las
presiones conformistas de la mayoría, la oposición entre un líder y su grupo, las
desviaciones con respecto a la ortodoxia, las discusiones dentro de un grupo a fin de
llegar a una decisión, la captación de un individuo por la masa, y otros muchos casos.
Hasta aquí hemos considerado el espectro en toda su extensión. Ahora debemos

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acotarlo para captar mejor y con mayor precisión el campo de la psicología social. En
pocas palabras, tras haber visto el problema al que responde consideremos los
fenómenos de los que se ocupa. O mejor dicho, los fenómenos de los que se ocupan
los psicosociólogos al salir al terreno o al encerrarse en sus laboratorios. En una
palabra, ¿Cuál es su objeto?

Ahora ya disponemos de una segunda fórmula: la psicología social es la ciencia de los


fenómenos de .la ideología (cogniciones y representaciones sociales) y de los
fenómenos de comunicación.

La visión psicosocial

A continuación intentaré ofrecer una idea de este enfoque.


Comencemos por la manera con que el psicólogo y, a menudo, el sociólogo, enfocan
los hechos. Utilizan en general una clave de lectura binaria. Esta clave corresponde a la
separación entre sujeto y objeto, que son dados y definidos independientemente uno
del otro. El psicólogo pone de un lado el “ego” (el individuo, el organismo) y del otro el
“objeto”, o bien, de una parte un repertorio de respuestas y de la otra el estímulo.

Sujeto individual (ego, organismo) ∅ objeto (medio ambiente, estímulo).

En sociología encontramos un esquema muy similar. La diferencia radica en que el


sujeto ya no es un individuo sino una colectividad (el grupo, la clase social, el Estado,
etc.) O bien, podemos tomar en consideración una multitud de sujetos que cambian,
negocian, comparten una misma visión del mundo, etc. Por lo que se refiere al objeto,
éste también posee un valor social, representando un interés o una institución. Por
otra parte, el objeto a veces está constituido por otras personas, por otros grupos, que
forman lo que denominamos entorno humano. Evidentemente, en todos estos casos
nos encontramos ante un sujeto y un objeto diferenciados según criterios económicos
o políticos, éticos o históricos. Independientemente del tipo de diferenciación, lo que
deseamos saber es cómo se comportan las diversas categorías de individuos en la
sociedad, cómo reproducen la jerarquía existente, como distribuyen las riquezas o
ejercen sus poderes. O bien, cómo la acción de cada individuo, provisto de sus propios
intereses y metas, se transforma en una acción colectiva.

Existe una visión psicosocial que se traduce por una lectura ternaria de los hechos y de
las relaciones. Su particularidad consiste en sustituir la relación de dos términos, entre
sujeto y objeto, heredada de la filosofía clásica, por una relación en clave de tres
términos: Sujeto individual - Sujeto social - Objeto. Para expresarme de otra manera:
Ego-Alter-Objeto, obviamente diferenciado. Y esto presupone una mediación
constante, una “terceridad”.

13
Pero esta relación de sujeto a sujeto en su relación con el objeto puede concebirse de
manera estática o dinámica, es decir, puede corresponder a una simple “co-presencia”
o a una interacción” que se traduce en modificaciones que afectan el pensamiento y el
comportamiento de cada individuo. A este respecto podemos distinguir dos
mecanismos que ilustran perfectamente esta distinción: la facilitación social de una
parte y la influencia social, por la otra. La primera consiste en que la simple presencia
de un individuo o de un grupo haga que un individuo prefiera o aprenda con mayor
facilidad las repuestas más familiares y las menos originales. Como si se inhibiese, el
individuo expresa o retiene las respuestas dominantes, comunes a todos. La influencia
social consiste en que un individuo sometido a la presión de una autoridad o de un
grupo adopte las opiniones y conductas de dicha autoridad o grupo.

Obstáculos epistemológicos

Ciertos “prejuicios” muy extendidos y que constituyen verdaderos obstáculos


epistemológicos para alguien que desee dedicarse a la investigación y práctica de la
psicología social:
- El primero consiste en la opinión bastante difundida según la cual hay que agregar un
suplemento espiritual a los fenómenos sociales. En términos claros, esto significa que
se debe explorar el aspecto subjetivo de los acontecimientos de la realidad objetiva.
Por realidad objetiva debemos comprender la realidad económica y social. En general,
las cosas se presentan así. Se comienza por analizar los diversos aspectos del sujeto
“colectivo”: el poder, las desigualdades económicas, la clase social, los intereses de los
grupos y otros muchos aspectos.
- El segundo obstáculo guarda una simetría perfecta con el primero. Es sabido que la
psicología estudia una suma impresionante de fenómenos: la percepción, el
razonamiento, la ansiedad, es desarrollo infantil, el aprendizaje, etc, pero los estudia
en el individuo aislado, como si fuese autista.
Los obstáculos epistemológicos están ahí e impiden ver lo que esta ciencia tiene de
propio: su enfoque consiste en cuestionar la separación entre lo individual y lo
colectivo. La psicología social analiza y explica los fenómenos que son
simultáneamente psicológicos y sociales.
PAULIN, H. (Comp) (2013). Perspectivas teóricas contemporáneas en Psicología Social
Cuaderno del Campo Psicosocial Nº 3

14
La psicología social crítica se aboca fundamentalmente al análisis de la construcción de
la individualidad-subjetividad con relación a los espacios de poder instituidos y las
formaciones ideológicas hegemónicas en cada etapa histórica o época determinada. Es
decir, se trata de una forma de hacer psicología social que enfatiza los aspectos de
dominación social que se hacen presentes en la construcción identitaria de las
personas.
La psicología social critica concibe el quehacer científico como un conjunto de prácticas
sociales que también operan en la tensión libertad-dominio, poder-contra poder
(resistencia).
“la psicología social critica debe definirse básicamente en términos de nuevas
prácticas, debe ayudar a desarrollar las practicas que debiliten los efectos de poder de
la institución científica sin reproducir nuevamente sus estructuras de dominación”.

Concepción de sujeto

Se entiende al sujeto como un producto fragmentario, histórico, relacional, construido


en el seno de prácticas sociales que lo constituyen (Barroeta, 2001). Se opone a la
visión de “sujeto univoco”, que se sustenta en la creencia de que es posible reducirlo a
instancias motivaciones y cognitivas.
El planteo de esta teoría en relación a la concepción de sujeto apunta entonces a
reconocer la presencia del contexto social e histórico n el devenir del mismo y sus
realizaciones; por lo que, la idea de separación del sujeto de la sociedad y su
autoeficiencia aparece como “ficticia”.
La noción de sujeto se acerca a una concepción de subjetividad que “atiende a como
los recursos disponibles, las representaciones, los valores, las éticas, los códigos
sexuales y de género se generan en una continua relación e interpretación de las
dinámicas institucionales y otras limitaciones.

Concepción de conocimiento
Para la teoría crítica, el conocimiento es una producción social que genera
consecuencias sociales y está marcado por la historicidad. Es decir, se refiere a un
conocimiento socio-culturalmente anclado que se construye en las prácticas sociales.
La noción de de-construccion refiere a una constante deconstrucción de todos los
supuestos acríticamente asumidos que infiltran de forma subrepticia sus
conceptualizaciones , sus teorías y sus procedimientos.
En relación al carácter histórico de los fenómenos y las prácticas sociales, se plantea la
historicidad como constructiva e intrínseca de lo social. El objeto social es siempre
particular y concreto, producto de sus prácticas y de unos contextos que siempre son
específicos.

15
La PSC asume un estrecha relación entre la producción de conocimiento en la actividad
investigadora y la metateoría. Reprocha a la psicología social experimentalista y
positivista dos cuestiones al respecto: por una lado, el supuesto de que la validez de
los conocimientos científicos resulta solo de la correcta aplicación del método
adecuado,. Por otro, que este último es adecuado si garantiza la “objetividad” de los
datos.
La dimensión hermenéutica del conocimiento se refiere a la imposibilidad de un afuera
del lenguaje.

Concepción de realidad

La concepción de realidad para la PSC se presenta bajo la idea de una realización


constante con los grupos e intereses que a su vez participan en su construcción. De
aquí se sostiene la concepción de realidad atendiendo al carácter histórico de la
misma.
Otro aspecto a considerar de la concepción de la realidad es la necesidad de evitar
reduccionismos en conceptos de lo social.
Esta concepción de la realidad lleva a ir mas allá del individuo como unidad de análisis
fundamental de la psicología social tradicional o de las actuales corrientes de la
cognición social centradas en una psicología de la mente. En todo caso, “abarca las
prácticas sociales, la intersubjetividad, la construcción de significados sociales y la
continua reproducción y transformación de las estructuras sociales”.

PICHON RIVIERE E. (1985). Aportaciones a la didáctica de la Psicología Social. En El


proceso grupal. Del psicoanálisis a la Psicología Social

Caracterización de la escuela

La escuela de la psicología social se define como una institución centrada en el


aprendizaje y fundamentada en un esquema conceptual, referencial y operativo en el
campo de la psicología social.

El esquema conceptual referencial y operativo

Caracterizamos al ECRO como conjunto organizado de nociones y conceptos generales,


teóricos, referidos a un sector de lo real, a un universo del discurso, que permite una
aproximación instrumental al objeto particular concreto. Este ECRO y la didáctica que
lo vehiculiza están fundados en el método dialéctico.
El método dialéctico, por el que se desarrolla la espiral del conocimiento, implica un
tipo de análisis que a partir de los hechos fundamentales, las relaciones cotidianas-
devela los principios opuestos, las tendencias contradictorias, fuentes configuradoras
de la dinámica de los procesos.
16
Este método es el que permite la producción del conocimiento de las leyes que rigen la
naturaleza, la sociedad, el pensamiento, tres aspectos de lo real comprometido en lo
que denominamos "hombre en situación".

Psicología social

La psicología social a la que apuntamos se inscribe en una crítica de la vida cotidiana.


Abordamos al sujeto inmerso en sus relaciones cotidianas. La psicología social que
postulamos tiene como objeto de estudio el desarrollo y transformación de una
relación dialéctica, la que se da entre estructura social y fantasía inconsciente del
sujeto, asentada sobre sus relaciones de necesidad. Dicho de otra manera, la relación
entre estructura social y configuración del mundo interno del sujeto, relación que es
abordada a través de la noción de vínculo.
El ser humano es un ser de necesidades, que sólo se satisfacen socialmente en
relaciones que lo determinan. El sujeto es producido en una praxis. No hay nada en él
que no sea la resultante de la interacción entre individuo, grupos y clases.
Si esa relación es el objeto de la psicología social, su campo operacional privilegiado es
el grupo, que permite la indagación del interjuego entre lo psicosocial (grupo interno)
y lo sociodinámico (grupo externo), a través de la observación de las formas de
interacción nos permite establecer hipótesis acerca de sus procesos determinantes.
La psicología social como disciplina que indaga la interacción en sus dos aspectos,
intersubjetivo (grupo externo) e intrasubjetivo (grupo interno), es significativa,
direccional y operativa. Se orienta hacia una praxis, de donde surge su carácter
instrumental.

La didáctica
Denominamos didáctica a una estrategia destinada no sólo a comunicar conocimientos
(tarea informativa) sino básicamente a desarrollar aptitudes y modificar aptitudes
(tarea formativa). La didáctica puede ser caracterizada como de núcleo básico,
interdisciplinaria y grupal, instrumental y operacional.

Aclaremos el significado de estos términos:

Núcleo básico.

Según las hipótesis de los investigadores en el campo de educación de adultos, la


transmisión de conceptos universales, fundamentos de cada disciplina específica,
permite acelerar el proceso de aprendizaje, a la vez que hace posible mayor
profundidad y operatividad en el conocimiento. El núcleo básico está constituido por
esos conceptos universales y el aprendizaje va de lo general a lo particular.

Interdisciplinaria y grupal.

17
Lo interdisciplinario está aquí considerado en dos niveles; uno estaría dado por los
aportes que de distintas disciplinas se integran en el ECRO, en la medida en que
resultan pertinentes al esclarecimiento del objeto de estudio.
Por otro lado, lo interdisciplinario estaría relacionado con el sentido de la búsqueda de
la mayor heterogeneidad posible en términos de edad, actividad, formación, sexo, en
la composición de los grupos que deberán reelaborar la información.
La heterogeneidad apunta básicamente a la ruptura de los estereotipos en la
modalidad de aproximación al objeto de conocimiento, estereotipos que, por carencia
de confrontación, suelen potencializarse en los grupos homogéneos.

Instrumental y operacional

Como estrategia de formación en psicología social tomamos como punto de partida la


ubicación del sujeto, su inserción en un campo específico (la situación grupal). Esto le
permite vivir una experiencia de campo a la vez que lo dota de herramientas teóricas
para comprender su propia inserción, las características del campo y los recursos
técnicos para operar sobre él.
Esta inserción en el campo grupal y la instrumentación técnica deben ser
paulatinamente extendidas a otros campos de la operación de la psicología social
(institucional o comunitario).

La noción de aprendizaje

Está sustentada en una didáctica que lo caracteriza como la apropiación instrumental


de la realidad, para modificarla. La noción de aprendizaje se vincula íntimamente con
el criterio de adaptación activa a la realidad, a través de lo cual se explicita la ideología
que sustenta esta institución.
Entendemos por adaptación activa, aprendizaje de lo real, la relación dialéctica
mutuamente modificante y enriquecedora entre sujeto y medio.
Aprender es realizar una lectura de la realidad, lectura coherente, no aceptación
acrítica de normas y valores. Por el contrario, apuntamos a una lectura que implique
capacidad de evaluación y creatividad (transformación de lo real).

Nuestro instrumento de trabajo. El grupo operativo

Supuestos teóricos

Hemos adoptado como instrumento primordial de trabajo y de tarea e indagación la


técnica operativa de grupo, partiendo de la hipótesis de que el grupo es una estructura
básica de interacción, lo que la convierte de hecho en una unidad básica de trabajo e
interacción.
Definimos al grupo como el conjunto restringido de personas, ligadas entre sí por

18
constantes de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna, que
se propone en forma explícita o implícita una tarea que constituye su finalidad.

La técnica operativa

Esta técnica se caracteriza por estar centrada en la tarea: es decir, que privilegia la
tarea grupal, la marcha hacia el logro de sus objetivos.
Toda situación de aprendizaje, haciendo extensiva la noción de situación de
aprendizaje a todo proceso de interacción, a todo tipo de manipuleo o apropiación de
lo real, a todo intento de respuesta coherente y significativa a las demandas de la
realidad (adaptación), genera en los sujetos dos miedos básicos, dos ansiedades
básicas que hemos caracterizado como el miedo a la pérdida y el miedo al ataque: a)
Miedo a la pérdida del equilibrio ya logrado en la situación anterior, y b) Miedo al
ataque en la nueva situación en la que el sujeto no se siente adecuadamente
instrumentado. Ambos miedos que coexisten y cooperan configuran, cuando su monto
aumenta, la ansiedad ante el cambio, generadora de la resistencia al cambio.
Dicha resistencia al cambio se expresa en términos de dificultades en la comunicación
y el aprendizaje. El desarrollo del grupo se ve obstaculizado por la presencia del
estereotipo en el pensamiento y la acción grupal. La rigidez y el estereotipo
constituyen el punto de ataque principal.
Allí se centra la tarea que se realiza mediante el abordaje y la resolución de los medios
básicos en un trabajo compartido de esclarecimiento grupal.
Este esclarecimiento implica el análisis, en el "aquí y ahora" de la situación grupal, de
los fenómenos de interación, los procesos de adjudicación y asunción de roles, las
formas de la comunicación, en relación con las fantasías que generan esas formas de
interacción; los vínculos entre los integrantes, los modelos internos que orientan la
acción (grupo interno) y los objetivos y tarea prescripta del grupo.
El análisis sistemático de las contradicciones (análisis dialéctico) constituye la tarea
central del grupo. Este análisis apunta básicamente a indagar la infraestructura
inconsciente de las ideologías que se ponen en juego en la interacción grupal. La
coexistencia interna al grupo y al sujeto de ideología del signo contrario determinan
distintos montos de ambigüedad que se manifiestan como contradicción y
estancamiento de la producción grupal (estereotipa). La técnica operativa apunta a
que el grupo constituya un ECRO de carácter dialéctico, donde las contradicciones
relativas al campo de trabajo deben referirse al campo mismo de la tarea grupal
(praxis).

Itinerario del grupo y relaciones cotidianas

Cuando la técnica operativa se aplica a un grupo centrado en el aprendizaje -en este


caso particular, en el aprendizaje de la psicología social-, éste parte del análisis de las
situaciones cotidianas para alcanzar, en sucesivos momentos de comprensión, un
19
conocimiento objetivo.
El grupo operativo es la primera instancia de aporte de lo cotidiano. En él tienden a
reproducirse relaciones cotidianas, los vínculos que ponen en juego modelos internos.

La tarea del coordinador

El coordinador mantiene con el grupo una relación asimétrica, requerida por su rol
específico: el de co-pensor. Su tarea consiste en reflexionar con el grupo acerca de la
relación que los integrantes del mismo establecen entre sí y con la tarea prescripta.
Cuenta con dos herramientas: el señalamiento que opera sobre lo explícito y la
interpretación que es una hipótesis acerca del acontecer implícito que tiende a
explicitar hechos o procesos grupales que no aparecen como manifiestos a los
integrantes del grupo, y que funcionan como obstáculo para el logro del objetivo
grupal.
El equipo de coordinación, integrado por coordinador y observador, cada uno desde su
rol específico y a partir de un ECRO que le permite la comprensión de las leyes
estructurantes del proceso grupal, detecta las situaciones significativas (emergentes)
que desde lo explícito remiten como signo a formas implícitas de interacción. La
interpretación se incluye como herramienta en la técnica del grupo operativo en la
medida en que se permite la explicitación de lo implícito.

la actitud ante el cambio, que se modifica en términos de incremento o resolución de


los miedos básicos, generadores del estereotipo.

20
MÓDULO 2

Hacia una reconstrucción


crítica del campo de la
Psicología Social

21
CORREA, A. (2013). Hacia la definición del objeto de estudio como campo de
problemáticas. En Notas para una Psicología Social como crítica a la vida cotidiana

Psicología social es una construcción provisoria de conocimiento, que estudia (analiza,


comprende y aborda) la trama psico-social (relacional, vincular) en un orden socio
histórico en que se configuran representaciones sociales que enlazan sujetos y
realidad.

RECAUDOS PARA EL ESTUDIO DE PSICOLOGIA SOCIAL:

-Para construir es preciso deconstruir, es decir, producir una ruptura de la continuidad


producida en la cotidineidad.

-requiere explicitar los esquemas, a prioris, supuestos, creencias donde andan los
saberes.

-Interroga las referencias que le han dado origen o fundación y pregunta su finalidad.

-Formula hipótesis acerca del problema y construye problemáticas.

-Selecciona métodos que posibiliten generar nuevos dispositivos, analizadores y de


transferencia.

COMPONENTES CENTRALES E INTERROGANTES CLAVES DE LA PSICOLOGIA SOCIAL:

Ámbito donde se construye la trama: Vida Cotidiana.

-Ámbito de la V.C. está entramado con un orden sociohistórico.

-Proceso grupal y de socialización en la trama psicosocial en la V.C.

-R.S. condensan significados del mundo donde se vive y de si.

CORREA A y PAULÍN H. (2015).Psicología Social. Manual de Curso Ingreso Psicología

“…es necesario aceptar que las propias ciencias sociales, y en especial la psicología
social, deben girar hacia sí mismas las armas críticas, considerándose a sí mismas como
objetos ordinarios del análisis social y como meras prácticas sociales que deben ser
investigadas sin miramientos particulares…” (Ibañez Gracia, 1990)

En “Notas para una Psicología Social como crítica a la vida cotidiana” escrito en 1999 y
revisado en una nueva edición en 2003, de autoría de miembros de la cátedra de la
Facultad de Psicología se realiza una propuesta de Psicología social Crítica para la
construcción de conocimiento acerca de los problemas, exigencias, tensiones sociales y
la subjetividad en un proceso histórico. La inquietud surgió ante la permanente
22
dificultad de trasmitir a los lectores (en buena medida estudiantes cursantes de la
asignatura) la complejidad del problema de este campo de conocimiento en
instituciones, grupos, comunidades, movimientos sociales, otros, que requieren
aportes de diversas disciplinas en relación a temas/problemas de salud, educación,
trabajo seguridad entre otros. En efecto, dice Tomas Ibáñez Gracia en el Prólogo de su
libro Aproximaciones a la Psicología Social “es dar cuenta de una materia problemática
que debe acrecentar las inquietudes y el deseo de saber, de quienes se acercan a ella,
en lugar de apaciguarlos y calmarlos” (Ibáñez, 1990).

Desde los inicios de la disciplina ha sido y es preocupación en el conocimiento la


relación-tensión irreductible entre lo individual y lo social, considerándose como una
dificultad, una aporía, una oportunidad para construir el campo científico de la
Psicología Social, variando enfoques y perspectivas según, los momentos socio-
históricos y el desarrollo de las ciencias sociales. En la historia de las ciencias existió y
existe un debate inacabado acerca de la importancia, la relevancia y los modos de
construcción del conocimiento científico, mediantes cambios discontinuos que se
nombran como rupturas epistemológicas El Ejercicio de la Profesión del Psicólogo 203
(Bachelard, 1934) o cambios de paradigma (Kuhn, 1962). Estas son maneras diferenciar
concepciones de conocimiento, de la realidad, del sujeto y las subjetividades. La
Psicología Social es parte de este debate y reconoce que es una disciplina
problemática, pues necesitó para construir teoría de la relación-tensión irreductible
entre lo individual y lo social de otras disciplinas – la psicología, la antropología, la
economía, la sociología, la política, entre otras- y, en el proceso histórico, dio lugar a la
coexistencia de paradigmas: el Paradigma hegemónico, inscripto en la tradición
positivista con un importante desarrollo después de la 2da. Guerra Mundial en Estados
Unidos de Norteamérica y, el Paradigma crítico, a partir de los años sesenta, con
marcada fuerza en América latina, histórico reflexivo y político; una construcción de
conocimiento que analiza la historia para entender la constitución de sujetos en
relaciones de poder o, más precisamente aún, pensar las relaciones de dominación y
dependencia que fueron determinantes desde “la llamada conquista europea”
estableciendo diferencias de clase, etnias y género. Esta tensión entre paradigmas
produjo y aun insiste, un debate profundo en antropología, psicología, psicoanálisis,
sociología, lingüística, política y economía que puso en evidencia una gran
desconfianza en la teoría y práctica psicosociológica que había operado
funcionalmente a la “normalización y corrección” de los individuos y, propone un
trabajo crítico sobre las herramientas conceptuales y metodológicas, como también,
una reflexión acerca de las implicancias éticas y políticas de las prácticas de los
psicólogos sociales (Paulín, 2013).

Algunos precursores La creación de la Psicología fisiológica experimental coincide con


el primer Laboratorio de Psicología creado por Wundt en 1879, en los esfuerzo de
23
creación de un Estado-Nación, en el siglo XVIII. Este autor en 1916 impacta a científicos
con la presentación de Psicología de los pueblos. Apuntes para una psicología histórica
del desarrollo de la humanidad (10 tomos). Trabajo de corte etnológico que estudia las
formas de comportamiento colectivo, los procesos mentales que trascienden a los
individuos y que surgen por asociación en una comunidad cultural y son importantes
para la comprensión de procesos cognitivos superiores no cognoscibles por
introspección. Analizando la relación entre lenguaje y pensamiento. Estas ideas de
Wundt, señala Seidmann (2013) tienen un antecedente importante en la Psicología
Social rusa (aproximadamente 1860), una Psicología de corte etnográfico que estudia
los procesos mentales como un producto histórico y cultural, otorgándole especial
relevancia al papel del lenguaje en la construcción de un pensamiento compartido.

La fecha de nacimiento de la Psicología Social está dada con la aparición de los


primeros textos en 1908. Desde entonces se definieron tendencias o tradiciones en
Psicología Social más psicológica e individual y otra más sociológica en la búsqueda de
conocimiento de las relaciones sociales. Una época cuyos “temas” problemas según
Ibañez Gracia (1990) se presentan como el de la reproducción de la sociedad, la
construcción social de la persona y la conducta colectiva de masas. En este sentido las
estrategias institucionales estuvieron orientadas por la eficacia socializante de formas
distintas de gobierno mediante disciplinamiento de los cuerpos, como define Michel
Foucault para explicar cómo surge un modelo de institución, en el Estado-Nación. Se
ha nombrado a este momento “Instrumentalización de la ciencia, porque (las
disciplinas) fueron captadas para el servicio del capital haciendo cuerpos dóciles”
(Correa de Jesús, Figueroa Sarriera y López, 1994) y de esta manera contribuían a dar
respuestas a principio del siglo XIX a la intensa transformación de las ciudades en el
proceso de industrialización, al aumento de la pobreza y enfermedades por procesos
migratorios, al escaso sentido de pertenencia. En este sentido, la Psicología Social
dicen los mencionados autores resulta una fisura a la normalización y aborda
cuestiones referidos a “comportamiento en grupos y el desarrollo del espíritu de
pertenencia a un determinado orden social” (Correa et al., p. 34). 2do. período:
Norteamericanización de la Psicología Social A partir de la segunda guerra mundial, el
modelo de trabajo en serie -taylorista- se vuelve eficiente y hegemónico, en términos
de producción. Prometen pleno empleo a los trabajadores mediante formas de
relaciones contractuales con una idea de progreso y desarrollo de la tecnología que
garantizan el crecimiento económico y el papel del Estado es velar por ello. Es un
período de gran desarrollo industrial, de expansión colonizadora (desarrollismo) que
requiere un llamado a la integración social. Desde el Estado se producen campañas
gubernamentales con proyectos de ley que ponen énfasis en el trabajo de investigar
aspectos de la conducta, en tanto son claramente observables y medibles y, por lo
tanto, podrían ser manipulables a los fines de alcanzar al máximo de utilidades y
ganancias. En este período se da énfasis a estudios cambios de actitudes y se produce
24
una psicologización de problemas sociales. Así las grandes orientaciones teóricas
“tradicionales” dieron lugar a elaboraciones de teorías en Psicología Social (Ibáñez
Gracia, 1990; Fernández Villanueva, 2003).

3er. Período: Crisis de confianza de la Psicología Social La crisis internacional


económica a mitad de los sesenta, se muestra por el decaimiento de las ganancias,
subas de salarios, desigual desarrollo tecnológico y la desconfianza de los trabajadores
ante la crisis del Estado. La Guerra de Vietnam y el cuestionamiento al sistema
colonial, producen una sub-versión de lo establecido. En dicho contexto se producen
fuertes críticas a la psicología social, sobre todo a la relevancia social de sus
investigaciones, a la “neutralidad” política de los psicólogos sociales y a la dificultad en
recuperar aportes transdisciplinarios. En ese marco de controversias académicas y
políticas surge en Francia la Teoría de las Representaciones Sociales de Moscovici
(1961) cuya relevancia posibilitó entender que las representaciones sociales, como
forma de conocimiento cotidiano que orientan comportamientos y reconstruyen
posiciones y relaciones del sujeto en los grupos sociales. Una teoría que se expandió
hacia diferentes campos disciplinarios con una diversidad de enfoques y metodologías
analizando el conocimiento de sentido común sobre la locura, la salud, los roles
sexuales, el SIDA, entre otros objetos sociales relevantes.

4to Período: la Psicología Social campo de problemas La creciente supremacía del


mercado en los modos de regulación social y las recurrentes dictaduras militares en
América Latina durante largos períodos de gobierno desde los mediados de los años 70
hasta mediados de los 80, posibilitaron los juegos de poder de la libre empresa,
despedazando las tramas sociales mediante estrategias de miedo, amenaza,
silenciamiento. Fue un largo período en el que la producción y los productores de un
pensamiento crítico, también en Psicología Social fue particularmente perseguida por
subvertir el orden establecido. Es en la restauración de la democracia, que se rediscute
y resignifica la posición crítica, produciéndose una profunda crisis epistemológica. Se
cuestionan supuestos en los discursos (oficiales) y reduccionistas de las disciplinas para
tomar y pensar más complejamente (Ardoino, 1990). Por ello, preferimos hablar de
campo de la psicología social y no de objeto discreto. Un campo como el del
campesino, dice Ana Fernández (1992) metafóricamente, pues sirve de lecho de
semillas, donde brotan pensamiento y acción. En este período abonan Teorías
Construccionistas que se ocupan de explicar los procesos por medio de los cuales las
personas describen, explican y dan cuenta del mundo (incluidos ellos mismos) en el
que viven. Toma relevancia los asuntos del lenguaje en la construcción de la realidad,
en las prácticas sociales y los procesos de invención o creación de nuevos sentidos.
Importancia actual de la producción de conocimiento psicosocial. Aportes de las
investigaciones e intervenciones en el ejercicio profesional. “La Psicología Social, como
todo ciencia, es una empresa colectiva e histórica que no es independiente del resto
25
de los saberes. Tampoco es independiente de las definiciones que demos de ella los
que nos incluimos en su quehacer. La reflexión sobre este quehacer es una necesidad
continua, incluso un deber, en la medida en que todo saber está en relación con unos
efectos de poder y es necesario preguntarse por las consecuencias sociales de dicho
saber.” (Fernández Villanueva, 2003, p. 243)

Desde la posición asumida se considera el objeto de estudio como campo de


problema. Un modo de pensar y construir el problema-objeto mediante interrogantes
que se hacen con otros, sin buscar respuestas únicas y mucho menos esenciales, sino
avanzando por aproximaciones sucesivas en situaciones cotidianas y explicitando hasta
donde nos sea posible, los recaudos de métodos (de hacer camino), la importancia de
reconocer los aportes y referencias de distintas disciplina; de analizar las experiencias y
las implicaciones de los propios psicólogos como asimismo los dispositivos a utilizar en
la indagación psicosocial.

IBAÑEZ, T.(1992). Introducción. En (Páez d. Comp.) Teoría y Método en Psicología


Social

Método – Guerras metodológicas. Siempre el método científico fue el predominante.

Fetichización del método: DeseoFetiche Goce.

3 conceptos para el análisis de los datos:

1. Hermenéutica: Interpretación de textos, datos, situación (atraviesa toda una


ciencia).

2. Reflexividad: crítica a si misma, carácter reflexivo, en donde se pueda cuestionar. Es


necesario aceptar que la propia psicología social debe girar hacia si misma, las armas
de la critica. Considerándose a si misma objeto de análisis.

3. Historicidad: El conocimiento científico está marcado por la historicidad.


Importancia del periodo socio-histórico. El análisis dependerá de estos. “Las ciencias
sociales la doble condición de ser fenómenos históricos que versan sobre fenómenos
históricos”.

CARÁCTER DE LAS CIENCIAS SOCIALES – EN LA PSICOLOGIA SOCIAL CRITICA


(PRODUCTIVO – POLITIZADO)

Carácter productivo: los conocimientos de las ciencias sociales son intrínsecamente


productivos. No es posible construir conocimientos científicos sobre lo social sin que
estos produzcan a su vez efectos sociales. Es mutuamente modificante. Cualquier
cambio del sujeto produce un cambio en la realidad y viceversa.
26
Carácter politizado: induce modificaciones sociales y al mismo tiempo incorpora, es
decir, reproduce creencias socialmente instituidas.

LA DES-DISCIPLINARIZACION DE LA PSICOLOGIA SOCIAL

Refiere a superar los límites de diferentes disciplinas que investiguen el mismo


fenómeno. Poner en el mismo lugar todas las ciencias con sus diferentes aportes.

27
MODULO 3
Sociedad, instituciones y
subjetividad

28
BONVILLANI, A. (2012). Hacia la construcción de la categoría subjetividad política.
Una Posible herramienta y algunos lineamientos de significaciones emergentes. En
Subjetividad política: desafíos y debates latinoamericanos

Subjetividad política: horizonte teórico

Una de las modalidades recurrentes para conceptualizar la subjetividad política en


trabajos actuales, Rocha Romero (2002); Gaona (2007), es aquella a partir de la cual se
le considera un tipo específico de subjetividad, con lo cual resulta en “el conjunto de
cogniciones y emociones cuyos contenidos están referidos al ámbito político, (…) y que
finalmente se traduce en las variadas expresiones en las que manifiesta su
comportamiento”, (Rocha Romero, op. cit., p. 3-4). La subjetividad política pasa así a
nombrar un espacio intermedio entre la subjetividad y la política que, entonces, se
mantienen como esferas separadas. La concepción de subjetividad política que
propongo no intenta evidenciar los aspectos psicológicos de la actividad política, sino
más bien rastrear las formas como el orden socio-político produce las subjetividades
en sí. Por ello, mi enfoque resulta incompatible con la idea de dos esferas separadas
que se juntan formando una “subjetividad política”, porque parto de considerar que la
política es constitutiva de la subjetividad, la origina en tanto tal, y, en todo caso, las
producciones subjetivas que se objetivan en significaciones, sensibilidades y prácticas
políticas, nos muestran la compleja tensión entre las huellas de esa constitución y las
distintas estrategias de los sujetos por recrearlas y resignificarlas.

Desde mi planteamiento, la política no se reduce a un estímulo que afecta al individuo


produciendo comportamientos, sino que, en tanto una manera específica de
tramitación del lazo social, constituye la subjetividad per se. Pero además, estas
formas subjetivas constituidas políticamente se entraman permanentemente con otras
subjetividades, por lo que los sentidos acerca de la política se elaboran en forma
colectiva, aunque nos acerquemos a ellos a partir de un sujeto (particular) que siente,
que habla, que hace. Desde la perspectiva que intento construir, la subjetividad
política se muestra como un despliegue incesante y complejo de dimensiones
cognitivas, afectivas y de las prácticas de los sujetos, puesto que no las concibo como
“elementos psicológicos aislados”, sino como “configuraciones subjetivas” (González
Rey, 2008). Siguiendo a este autor, los diversos sentidos provenientes de distintas
áreas de experiencia de los sujetos, se articulan para formar una organización dinámica
a la que denomina “configuración”, que es la forma en que se presenta la subjetividad.

La configuración subjetiva es una integración “relativamente estable”, lo cual implica


mantener una tensión productiva entre la dinámica procesual de la subjetividad y una
cierta estabilidad que permite por ejemplo la generación de nuevos sentidos a partir
de los estabilizados. Desde esta posición teórica, la subjetividad política no es un
producto estático que podríamos “encontrar” en los sujetos bajo la forma de
29
percepciones, cogniciones o emociones, sino un proceso que configura una
determinada modalidad de acercamiento y lectura de la realidad y que, en
consecuencia, pone en evidencia un sujeto producido a través de diversas prácticas de
saber y poder, “modos de subjetivación” que no se imponen desde el exterior al
sujeto, de acuerdo con una causalidad necesaria o con determinaciones estructurales,
abren un campo de experiencia en el que el sujeto y el objeto no se constituyen uno y
otro sino bajo ciertas condiciones pero en las que, a su vez, no dejan de modificarse el
uno al otro, y por tanto, de modificar ese mismo campo de experiencia. (Foucault,
1999: 366). Esto implica que toda subjetividad es entendida en sí misma como una
operatoria política y, desde esa asunción, se estaría sugiriendo cierto cuestionamiento
a la pertinencia de sostener la “subjetividad política” como una categoría con
autonomía conceptual.

“La subjetivación política es una puesta en práctica de la igualdad (…) por personas
que están juntas y que por tanto están “entre”. Es un cruce de identidades que
descansan sobre un cruce de nombres: nombres que ligan (…) un ser a un no-ser o a un
ser-por-venir”. (Rancière, 2006, p. 22). En síntesis, la categoría “subjetividad política”
desde la perspectiva que asumo, pone en visibilidad de qué manera se tensionan la
cuestión de la subjetividad, la política y los procesos de inclusión/exclusión que operan
en el marco del Capitalismo en la actualidad, porque permite analizar en tensión los
procesos de sujeción a un orden social (policial) con las posibilidades de emancipación
subjetiva en procura de la igualdad.

La subjetivación política como “darse un nombre”

“Quien carece de nombre no puede hablar”, dice Rancière (op. cit. p. 38). En esa
dirección, dotarse a sí mismo de la identidad piquetera opera efectos subjetivantes,
autoriza a investirse de la cualidad de ser digno de decir, de formar parte con pleno
derecho de una comunidad de seres parlantes, incluso al punto de oponer un
“¡basta...!”, un límite a la opresión, al atropello, al maltrato.

La subjetivación política como “tomar la palabra”

Rancière (2006) define la subjetivación como “la producción mediante una serie de
actos, de una instancia y una capacidad de enunciación que no eran identificables en
un campo de experiencia dado, cuya identificación, por lo tanto, corre pareja con la
nueva representación del campo de experiencia” (p. 52). La experiencia que
caracteriza la trayectoria de vida de los jóvenes de sectores populares como estos con
los que he trabajado, podría definirse como atravesada por intensos procesos de
estigmatización social, que han sumado a la privación material ofensas al
reconocimiento, Honneth (2007), construyendo una autoimagen que tiende hacia la
autodesvalorización. En este marco, resultan destacables las distintas oportunidades

30
de asumir protagonismo en el campo de experiencia ofrecido por el movimiento social,
en la medida en que habilitan en los jóvenes una “capacidad de enunciación” que no
era identificable en las experiencias inscriptas en su trayectoria vital y, en
consecuencia, pueden caracterizarse como condiciones de subjetivación política. La
subjetivación política como “sentimiento de un nosotros”

El sentimiento de pertenencia al movimiento social resulta fundamental para


comprender la fertilidad que tiene la experiencia de compartir en la configuración de
una subjetividad política en estos jóvenes. Como expresé anteriormente, la
subjetividad política es una fabricación colectiva que se trama en el encuentro con el
otro cuando se llega a la convicción –más o menos consciente, en orden a que se trata
de un sentido práctico construido en la lógica de la acción– de que se comparten los
mismos sufrimientos y, también, los mismos sueños de transformación de la opresión.

CORREA, A. (2016). Sociedad, Institución y Subjetividad. Ficha de Cátedra

LO SOCIAL, LA SOCIEDAD

Las preocupaciones por las formas del vivir y del morir, por el bienestar, por la libertad
y la justicia, han sido y siguen siendo planteos filosóficos, jurídicos, antropológicos y
existenciales que participan en las nociones que construyen lo social y definen una
SOCIEDAD.

¿Qué es lo social?

La Sociología encuentra lo “social” definido como cosa, algo empíricamente observable


que ejerce coerción externa sobre el individuo (Durkheim).

Karl Marx define “lo social como la totalidad de condiciones y relaciones en la cual los
sujetos se encuentran recíprocamente situados generando intereses contrarios que
crean conflictos.”

Max Weber, expresa “lo social es regularidad de acciones según medios y fines” donde
destaca la existencia de intereses culturales. Siglos después, de estas teorías claves que
se describen mas adelante, la noción de lo social se va complejizando e incluye
aspectos antropológicos, psicológicos, linguísticos, históricas.

Moscovici, define “lo social” como los fenómenos de la ideología y la comunicación


donde se producen procesos psicosociales de influencia y facilitación social en una
cultura dada. Estos procesos de influencia y facilitación social, han sido desarrollados
por las sociologías que consideran lo social como algo externo

Pichón Riviere aporta y profundiza desde el psicoanálisis la articulación resultante


31
entre estructura social / mundo externo y mundo interno / fantasía inconsciente, en la
interacción. Habla entonces de lo social como proceso inter e intra subjetivo en
condiciones concretas en la cual se produce una modificación mutua hombre –
naturaleza. Es una concepción dialéctica de lo social en tanto praxis humana.

¿Qué es la Sociedad?

Se presenta un esquema general de las nociones que en un proceso socio-histórico


definen la Sociedad, para pensar en y desde ella/s que son las Instituciones. En este
sentido la esquematización ha sido teniendo en cuenta las vertientes que se presentan
a continuación:

a) El materialismo histórico de Karl Marx (1848) define a la Sociedad como el producto de


la acción recíproca de los hombres cualquiera sea su forma- según el modo concreto
de producción. Desde una premisa materialista de la historia el autor afirma, que es el
modo de producción con sus formas y relaciones de producción y reproducción social
lo que define la Historia. Son las relaciones económicas (de eco/ sentido y
nomos/norma) en tanto, producto de la acción del hombre por apropiarse de la
naturaleza y satisfacer necesidades, las que van definiendo la Sociedad. Marx afirma
que a un determinado modo de desarrollo de las fuerzas productivas corresponde una
determinada forma de producción y de consumo, es decir una forma de SOCIEDAD.
Desarrollo transitorio e histórico pues al adquirir los individuos en relaciones nuevas
facultades productivas, cambian el modo de producción y con ello cambian las
relaciones, por ello son estas formas de producción la base que condiciona, en última
instancia, el desarrollo político, jurídico y filosófico, literario, artístico. Es decir, la
manera en que Marx entiende la sociedad se basa directamente en develar las
condiciones y/o determinaciones de la relación social para analizar cómo éstas se
generan y se reproducen en las formas de producción. Este concepto central, en la
obra del joven Marx, implica que en este modelo societal capitalista se fragmenta la
relación entre conciencia-acción en la acción recíproca y lo lleva a un intercambio
donde se disocia la cosa útil y el valor de la cosa.

b) La sociología de Emile Durkheim, tuvo como interés el destacar las aplicaciones


jurídicas y políticas de sus elaboraciones. Para el autor, la creciente división del trabajo
da lugar a tipos de estructuras sociales que presentan la mas alta forma de
“integración social: la solidaridad orgánica”. Una sociedad es como un organismo, cada
parte tiene su función y ello tiende a producir un “equilibrio”. En las sociedades
primitivas, decía Durkheim, la solidaridad es mecánica “ya que las gentes están poco
diferenciadas y se mantienen unidas por amistad, vecindad y parentesco” es una unión
que responde a una fuerza externa. En “Las reglas del Método Sociológico” el autor
define lo que él considera el “hecho social”, en el afán de precisar y diferenciar de los
fenómenos sociales de los psíquicos. Los hechos sociales son colectivos, coercitivos,
exteriores al individuo y existe una sanción que subyace en lo social y esto de forma
colectiva define las instituciones de la sociedad. No vacila en definir a la sociología
como una ciencia de las instituciones, de su génesis y su funcionamiento, el estudio de
32
las relaciones de los individuos con las instituciones. “La estructura social define- en
términos de costumbres, representaciones colectivas, normas y leyes- los límites del
comportamiento posible y como es posible convivir.” En este sentido la función del
Derecho es para ejercer el control social mediante sanciones.

c) La sociología comprensiva de Max Weber: se ocupa del estudio de la acción social para
entender la cuestión de la relación social. Entender interpretándola, explicarla en su
proceso y en su efecto. Se trata de una acción con sentido y de esta manera la relación
social se define por la reciprocidad dado que son acciones mutuas que tienen
intencionalidad, intereses, en un orden legítimo, pues se ajustan a normas obligatorias
que operan como modelos de comportamiento. A partir de esta distinción, Weber
define dos conceptos claves: Comunidad – proceso de comunión- y de Sociedad –
proceso de asociación. En este marco establece diferencias en las relaciones sociales y
genera las categorías de fin y medios (racionalidad instrumental).

d) Interaccionismo Simbólico: introduce herramientas para repensar la problemática de


la construcción social de la “realidad” y la integración de los sujetos en la sociedad.
Desarrolla una de las grandes disyuntivas largamente discutidas en el campo de las
ciencias sociales tiene que ver con el problema de la objetividad y la subjetividad;
despejando la opción metodológica para discutir la realidad objetiva de la realidad
subjetiva. “la sociedad es una realidad construida en la dialéctica de procesos de
objetivación, externalización, internalización. Los procesos de “objetivación”
constituyen un sistema simbólico – de normas, mitos, lenguaje- que dan sentido al
mundo donde se vive. Los procesos de “externalización” corresponden al fenómeno de
“institucionalización” es decir cuando las objetivaciones, mediante el proceso de
socialización, se han internalizado, se han configurado en la vida cotidiana pues la
Institución ha establecido como legítimas en una dinámica conforme a ella. En este
marco conceptual, se pueden destacar, además de la célebre obra de Berger &
Luckmann “La construcción social de la realidad”; la producción de Goffman, “Estigma”
“Internados” “La presentación de la vida cotidiana” donde, especialmente en los dos
primeros, analiza la institución y la sociedad definiendo la “institución total” hospitales
psiquiátricos – cárcel, como formas paradigmáticas de la captura de la subjetividad

e) Castoriadis incita a pensar el sentido que hace que una sociedad exista y se pregunta
¿qué mantiene unida a la sociedad? Para que exista una Sociedad debe instituir sus
propias significaciones imaginarias. Una sociedad, es un sistema de interpretación del
mundo, de construcción, de creación. Cada sociedad inventa sus significaciones pues
ellas mismas son producciónde sentido que pueden configurarse como organizadores
de sentido –condición para la representación- es decir, de aquello que esa sociedad
puede darse y lo que la mantiene unida es su INTITUCION. La institución de normas,
valores, lenguajes, para hacer que las cosas sean y los individuos también. La
institución produce individuos quienes a su vez producen y reproducen la Institución
de la Sociedad. (Castoriadis.1989) La SOCIEDAD es una urdimbre de significaciones y
simbolismos inmensamente compleja y creativa. Es decir, sostiene la idea de relativa
indeterminación, con nuevas determinaciones y determinaciones distintas, que no
33
pueden reducirse a lo que ya había, ni deducirse ni producirse a partir de ello. En otros
términos, dice Castoriadis, lo que mantiene unida la sociedad es una construcción
colectiva en acción e interacción, fuerza creadora, de lo real y de lo sociohistórico, que
llama imaginario social. La noción de imaginario social alude a un conjunto de
significaciones por las que un colectivo social – grupo, comunidad, institución- se
instituye como tal en un momento social dado. Establece lo que permite y lo que no,
construye el modo de relación, crea sentidos. El Imaginario social para Castoriadis es
producción incesante de sentido históricosocial, imprime una singularidad propia y
diferenciada de otras épocas y otras sociedades, por ello distingue entre imaginario
social efectivo (instituido) es decir esas significaciones que consolidan lo establecido
creando organizadores de sentido que mantienen unida a una sociedad y el imaginario
social radical (instituyente) que posibilita la irrupción de nuevos organizadores de
sentido.

LA INSTITUCIÓN Y LAS INSTITUCIONES

En el diccionario de Ciencias Sociales (Littré) la Institución es como “aquello que da


comienzo, lo que establece, lo que forma” y, en esta definición formal, se encuentran
de entrada, el problema de la función de una institución en la sociedad: la
conservación, la estabilidad y la formación de una Sociedad. Por ello se afirma que en
términos amplios una institución apunta a establecer un modo de regulación que tiene
por fin mantener un estado, hacerlo perdurar y asegurar su transmisión. Para ello se
vale de una violencia estructural que precede la existencia de quienes ocupan las
instituciones – pone un límite, establece reglas, fija acuerdos o pactos- es decir, que el
malestar y el sufrimiento institucional es parte constitutiva del lazo entre sujetos e
institución y que se transita, en ellas y por ellas, inventando formas de sublimación,
creación, proyección o introyección productoras de subjetividades.

Ellas nos preexisten y nos hablan desde antes de nacer, nos legan una herencia de
valores, pautas, clasificaciones que nos ordenan la construcción del mundo creando
sentimientos de pertenencia y fidelidad, sin que medie una clara y explícita decisión de
parte los individuos. Fabrican por tanto sujetos aptos para la vida en sociedad,
construyen la certeza de se hace lo que se tiene que hacer. Establecen, regulan y dan
forma a las relaciones entre los hombres.

Análisis Institucional: discusiones y apuestas que explican la sociedad moderna.

René Lourau (1975) muestra que la noción de Institución no es unívoca sino que el
concepto presenta al mismo tiempo: un carácter universal que se representa por un
concepto abstracto, que se desprende del valor de la norma considerada como
universal; un carácter práctico que está encarnado en la vida cotidiana y un carácter
simbólico en las maneras que los sujetos se representan la Institución.

De esta manera Lourau señala que el concepto INSTITUCIÓN da cuenta de un


34
movimiento dialéctico entre:

 El carácter universal / o momento de la universalidad, es el de la unidad positiva y


racional del concepto, siendo su contenido los valores, normas y sistemas culturales ya
existentes. Si se analiza aisladamente, este momento significa asumir una postura
positiva de la Institución: lo ideológico – lo político. Por ejemplo cuando se toman
proclamas y/o enunciados convocantes y exhortativos como: “todos los hombres son
iguales ante la ley” .
 El carácter práctico / o momento de la particularidad, expresa la negación del
momento precedente puesto que la universalidad lleva su contradicción y cuando la
norma encarna en la realidad, en la vida cotidiana ella se instala según las condiciones
concretas materiales y simbólica. Si se aisla este momento implica instalarse en la
interiorización / socialización, relaciones de aprendizaje en un campo de lucha (de
poder). Por ejemplo y retomando lo anterior, se consideran “desigualdades,
discriminaciones, conflictos que emergen de aquella igualdad en las relaciones
cotidianas” .
 El carácter simbólico /o momento de la singularidad, expresa en sus contenidos las
formas organizacionales jurídicas o anómicas para el logro de objetivos. Autonomizar
este momento implica quitarle fuerza al carácter histórico de lucha en los procesos de
incesante transformación. Por ejemplo el establecimiento de nuevas regulaciones
producto de la visibilidad de desigualdades en pos de lograr el carácter universal.
En consecuencia, el concepto Institución resulta: polisémico, equívoco y problemático,
según sistemas de referencias disciplinares (antropología, sociología, filosofía del
derecho, psicoanálisis, administración) y su utilidad en el análisis.

 El concepto es polisémico: en tanto no es unívoco: señala que la polisemia del


concepto tiende a mostrar no solo la eficacia simbólica de lo jurídico sino que expresa
que la contingencia de lo normativo nos arroja a aprehender las relaciones en la
institución en relaciones de fuerza, de clase, de producción, de poder.
 El concepto es equívoco: designa alternativa y simultáneamente lo instituido y lo
instituyente. Lo instituido como la cosa establecida y lo instituyente que propone su
transformación, en las maneras particulares de interpretar lo instituido.
 El concepto es problemático: pues la institución no se presenta de manera inmediata
a la observación y al análisis. La institución emite mensajes falsos de sus proclamas,
discursos, exhortaciones y también emite mensaje efectivos mediante sus códigos y su
organización.

La dimensión colectiva de la producción de sentido: la transformación de la sociedad


moderna.

Si bien la producción de Cornelius Castoriadis es contemporánea a Lourau, su interés


es diferente. Analiza la dimensión colectiva en la producción de sentido, lo que hace
ser las instituciones en una sociedad en tanto conjunto de significaciones imaginarias
sociales socialmente sancionadas. Lo histórico social es la unión y la tensión de la
sociedad instituyente y la sociedad instituída, la historia hecha y la historia que se hace
35
(La institución imaginaria de la sociedad, 1974. p.185) Para Castoriadis toda actividad
humana es con anterioridad a su función productiva una acción humana cuyo núcleo
no es el fin (racionalidad) sino el sentido. La dimensión de la acción da sentido al hacer
propiamente dicho, por lo que Castoriadis pone especial atención a la actividad
humana en su doble manifestación: del hacer productivo y de la producción simbólica.
Por ello, de ninguna forma es posible hablar de ser humano extrasocial o asocial ya
que, sólo es posible pensar y hablar del hombre, como ser social.

En este pensamiento, el imaginario social, presenta una doble dimensión: una que
mantiene unida la sociedad y que define como “imaginario efectivo”-lo instituido- que
define sus esquemas organizadores de sentido (lo bello - lo prohibido- lo no permitido)
y el “imaginario radical”-instituyente- génesis del proceso de construcción sentido de
transformación y cambio de esas significaciones. El carácter de imaginario social,
conlleva lo instituido y el instituyente, esta dado por la creación, la auto-alteración y
sólo existe porque es social. Buscar explicar las instituciones presenta el riesgo de
reducir la interpretación a la función de las mismas en un sistema más amplio; se limita
a una descripción de los hechos, dentro de una teoría que les atribuye un significado;
pues en toda la interpretación de los simbolismos siempre media la actividad y el
pensamiento de los sujetos socialmente situados en un mundo histórico y social.

FERNÁNDEZ, A. & DE BRASSI, J.C. (1993). De lo imaginario social a lo imaginario


grupal. En Tiempo histórico y campo grupal. Masas, grupos e instituciones

I. Introducción
¿Qué mantiene unida a una sociedad? Se mantiene a través de la consolidación y
reproducción de sus producciones de sentido. Esta subjetividad colectiva también
llamada imaginario social se trata de sentidos organizadores o mitos que sustentan la
institución de normas, valores y lenguaje, a través de las cuales una sociedad puede
ser visualizada como una totalidad. La institución de la sociedad produce individuos
quienes a su vez están en condiciones de reproducir dicha sociedad.
Se vive sencillamente dentro de un universo simbólico.

II. Poder e imaginario social


La cuestión de lo imaginario social es inseparable del problema del poder. La historia
de los repartos de poder, la distribución de sus jerarquías, las prácticas y sistemas de
valores ocupan un lugar central en el cuadro de la vida social.
Si los actos de fuerza producen poder, a partir de allí, el discurso del orden y el
imaginario social consolidan las condiciones reproductivas del poder producido, es
decir garantizan la continuidad del poder conquistado o instituido. Discurso de orden e
imaginario social, trasforman la fuerza en verdadero poder y aseguran la presencia del
36
poder aun cuando la fuerza ya este ausente.
Hay tres elementos básicos que hacen que el poder funcione, están articulados entre
sí:
a. La fuerza o violencia, es la manera en que se enfrenta el poder, es decir, la forma de
conquista del mismo o fuerza de los votos. Un golpe de estado es tomar el poder por la
violencia.
b. El discurso del orden, es el que ordena el poder conquistado por la fuerza y la
violencia. Es un espacio de racionalidad. Pertenece al ámbito del conocimiento, la
teoría y las representaciones racionales. Se incluyen la moral, la filosofía política y la
religión. Comprende la legitimación del sistema, es el lugar de emisión de los
enunciados normativos y de las reglas de justificación.
c. El imaginario social, universo de significaciones: soportes mitológicos, emblemas y
rituales que disciplinan a los cuerpos. Hace que el poder marche haciendo que las
instituciones de los miembros de una sociedad se inscriban en el espíritu de hombres y
mujeres. Más que en la razón, el imaginario social interpela a las emociones,
voluntades, sentimientos. Sus rituales promueven las formas que adquirirán los
comportamientos de agresión, de temor, de amor, de seducción, que son las formas
en que el deseo se anuda al poder.

III. Instituido-Instituyente
Castoriadis diferencia el imaginario social efectivo o dado o instituido (aquello que
mantiene unida a una sociedad) del imaginario social radical o instituyente. Ambas
operan como organizadores de sentido de los actos humanos estableciendo las líneas
de lo lícito y lo ilícito, de lo permitido y lo prohibido, lo bello y lo feo, etcétera.

¿Qué inventa una sociedad cuando se instituye como tal? Inventa significaciones que
son esquemas organizadores, condición de representabilidad de aquello que en una
sociedad puede darse. Aquello que mantiene unida a una sociedad es su institución: la
institución de normas, valores y lenguaje. No son solo herramientas o procedimientos
para hacer frente a las cosas, sino más bien son los instrumentos para hacer las cosas,
en particular para hacer individuos. Se alude aquí a la construcción, a partir de la
materia prima humana, de los individuos de una sociedad.
La institución produce individuos, quienes a su vez, están en condiciones de reproducir
la institución de la sociedad. En tal sentido, la institución de la sociedad está hecha de
múltiples instituciones particulares, que funcionando en coherencia hacen que, aun en
crisis, una sociedad sea esa misma sociedad.

Estas significaciones son imaginarias porque están dadas por invención, no


corresponden a elementos estrictamente reales y son sociales porque solo existen
siendo objeto de participación de un ente colectivo.

37
En el término de “imaginario social” lo imaginario remite a otro orden de sentido, ya
no como imagen de o imagen reflejada, sino como capacidad imaginante, como
invención o creación incesante social- histórica- psíquica de figuras, formas, imágenes;
en síntesis, producción de significaciones colectivas.
Una sociedad es también un sistema de interpretación del mundo; es decir de
construcción, creación e invención, en tanto puede percibir como peligro cualquier
desmentida a su sistema de interpretación del mundo. Estas situaciones suelen ser
vividas como ataques a su identidad y las diferencias son entonces imaginadas como
amenazantes.

No hay sociedad sin mito ya que son la pieza clave en el sostenimiento de lo instituido.
Los mitos que una sociedad instituye (mitos sociales o imaginario efectivo o instituido)
operan como organizadores de sentido en el accionar, pensar y sentir de los hombres y
mujeres que conforman la sociedad, sustentando a su vez la orientación y legitimidad
de sus instituciones. Constituyen piezas claves en el disciplinamiento de una sociedad y
en el sostenimiento de lo instituido, en tanto cada uno con sus narrativas
particularizadas, pero muy enlazadas entre si, da forma al universo de significaciones
imaginarias que instituye cada institución. Estimulan y promueven las formas propias
de los comportamientos y posicionamientos en relación con la agresión, el temor, el
amor y la seducción.
Pero lo histórico-social no crea o inventa de una sola vez y para siempre significaciones
imaginarias, el desorden social se despliega cuando aparecen nuevos organizadores de
sentido. Por ejemplo en el desmoronamiento del mundo romano apareció un nuevo
principio unificador: el cristianismo que crea o inventa nuevas significaciones
imaginarias. Otro ejemplo es el movimiento de mujeres que puso en tela de juicio
significaciones imaginarias centrales de la sociedad instituida y al mismo tiempo, creó
algo.

Los mecanismos a través de los cuales los mitos sociales logran su eficacia en el
disciplinamiento social y en consecuencia en la legitimación y orden de las
instituciones que involucran son:
 repetición insistente de sus narrativas: Discursos que, con pequeñas variaciones de
enunciabilidad, sostienen una misma trama argumental. Ejemplo: discursos científicos,
religiosos, novelas, cines reproducen argumentos que instituyen por ejemplo lo
femenino de lo masculino en nuestra sociedad.
 Violencia simbólica: Se instituye como significaciones totalizadoras (principios
universales, es decir para todos los hombres y mujeres). En tal sentido invisibiliza las
diferencias de sentido, homogeneíza y por lo tanto violenta lo diverso.

Esta invisibilización de lo diverso deja sin lugar a la singularidad, y a través de sus

38
discursos, se invisibiliza el proceso socio-histórico de su construcción, presentando
realidades naturales y a-históricas y por lo tanto inmodificables.
Por otra parte operan por deslizamiento de sentido, que vuelve equivalentes
cuestiones muy diferentes. En el mito mujer madre no es lo mismo decir que para se
madre se necesita ser mujer, que para ser mujer se necesita ser madre. Sin embargo
esta ecuación simbólica en nuestra cultura ha vuelto equivalentes ambos términos de
la ecuación.
Los mitos sociales obtienen su eficacia simbólica a través de la repetición (insistencia
de sus tramas argumentales, que se multiplican en innumerables focos del tejido
social).
A través de enunciaciones totalizadoras y totalizantes, deslizamientos de sentido,
producción de invisibles (exaltaciones y negaciones concomitantes) y eliminación de
contradicciones, gestionan su violencia simbólica.

LAZZARATTO, M. (2007). Las Técnicas de Gobierno. En Biopolítica. Estrategias de


gestión y agenciamiento de creación

Foucault sostiene que para comprender como funcionan las relaciones de poder es
necesario distinguir y articular 3 conceptos: las relaciones de poder propiamente
dichas, las relaciones de dominación, y en medio de ambas las técnicas de gobierno.

1. Relaciones de poder propiamente dichas:

Son relaciones diferenciales entre fuerzas.


Tenemos una fuerza A y una fuerza B. Asimetría entre las fuerzas en juego, siempre
una fuerza es más poderosa que la otra (no es posible suponer una igualdad entre las
partes).
Características: Móviles, reversibles, y siempre pueden ser modificadas.
En las relaciones de poder siempre hay libertad, por eso difieren de la violencia.

2. Estrategias de dominación:

Relaciones fijas, es decir, no son móviles ni reversibles ni susceptibles de ser


modificadas. No puede invertirse la relación de poder que allí se establece.

Son relaciones asimétricas que toda relación social contiene, se cristalizan, pierden la
libertad, la fluidez y la reversibilidad de las relaciones estratégicas.

Se pasa de las relaciones de poder a las relaciones de dominación a través de las


técnicas de gobierno.

3. Técnicas de gobierno:

39
Tecnologías humanas de control y organización de las relaciones con diferentes
grados de libertad y el propósito de estas tecnologías es transformarlas y reducirlas a
relaciones de dominación.

Según Foucault, existen tres tipos de técnicas de gobierno: las técnicas de soberanía,
las técnicas disciplinarias y las técnicas de seguridad.

La disciplina encierra, fija límites y fronteras, mientras que la seguridad garantiza la


circulación. La disciplina impide, la seguridad permite, incita, favorece y solicita. La
primera limita la libertad, la segunda es productora de libertad.

PODER: Definido como “la capacidad de estructurar el campo de acción del otro, de
intervenir en el ámbito de las acciones posibles del otro; el poder es un modo de
acción sobre sujetos actuantes”.

Una relación de poder se articula sobre dos elementos:

1. Que el otro, aquel sobre quien el poder se ejerce, sea reconocido y


mantenido hasta el final como sujeto de acción.
2. Que el que ejerce ese poder abra un campo de respuestas, de
relaciones, de efectos y de invenciones posibles.

40
MODULO 4
Socialización y prácticas de
subjetivación en instituciones
y grupos

41
BERGER, T. y LUCKMAN, P. (1994). La sociedad como realidad subjetiva. En La
construcción social de la Realidad

Socialización primaria:

Se da en la infancia. El individuo no nace miembro de la sociedad, si no que es inducido


a participar de la dialéctica de la sociedad. El punto de partida de este proceso es la
internalización: Aprehensión o interpretación inmediata.Todo individuo nace dentro
de una estructura social objetiva en la cual se encuentra a los otros significantes que
están encargados de su socialización y que le son impuestos (a los padres no los
elegimos).

Los otros mediatizan el mundo para el niño y lo modifican en el curso de esa


mediatización: Seleccionan aspectos del mundo según la situación que ocupan dentro
de la estructura social y también en virtud de sus idiosincrasias individuales. El mundo
social aparece “filtrado” para el individuo. Se efectúa en circunstancias de enorme
carga emocional. Se produce identificación con los otros significantes (el niño acepta
roles y actitudes de los otros significantes; los internalizar y se apropia de ellos). Crea
en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va de los roles y actitudes de
los otros a los roles y actitudes en general.

Esta abstracción se denomina “otro generalizado”: Formación dentro de la conciencia


del “otro generalizado”, implica la internalización de la sociedad, la identidad y la
realidad: Internalización del lenguaje. Finaliza cuando el concepto del “otro
generalizado” se ha establecido en la conciencia del individuo.

Ya que la sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva, cualquier
comprensión teórica adecuada de ella debe abarcar ambos aspectos. Como ya
sostuvimos anteriormente, estos aspectos reciben su justo reconocimiento si la
sociedad se entiende en términos de un continuo proceso dialéctico compuesto de
tres momentos: externalización, objetivación e internalización. En otras palabras, estar
en la sociedad es participar en su dialéctica. Sin embargo, el individuo no nace
miembro de una sociedad nace con una predisposición hacia la socialidad, y luego llega
a ser miembro de una sociedad. El punto de partida de este proceso lo constituye la
internalización: la aprehensión o interpretación inmediata de un acontecimiento
objetivo en cuanto expresa significado, o sea, en cuanto es una manifestación de los
procesos subjetivos de otro que, en consecuencia, se vuelven subjetivamente
significativos para mí.

Más exactamente, la internalización en este sentido general, constituye la base,


primero, para la comprensión de los propios semejantes y, segunde, para la
aprehensión del mundo en cuanto realidad significativa y social. Esta aprehensión no
resulta de las creaciones autónomas de significado por individuos aislados, sino que
42
comienza cuando el individuo "asume" el mundo en el que ya viven otros. No solo
vivimos en el mismo mundo, sino que participamos cada uno en el ser del otro. La
socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez; por
medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. La socialización secundaria es
cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores
del mundo objetivo de su sociedad.

Se advierte a primera vista que la socialización primaria suele ser la más importante
para el individuo, y que la estructura básica de toda socialización secundaria debe
semejarse a la de la primaria. Todo individuo nace dentro de una estructura social
objetiva en la cual encuentra a los otros significantes que están encargados de su
socialización y que le son impuestos. Las definiciones que los otros significantes hacen
de la situación del individuo le son presentadas a éste como realidad objetiva. De este
modo, él nace no solo dentro de una estructura social objetiva, sino también dentro de
un mundo social objetivo. Los otros significantes, que mediatizan el mundo para él, lo
modifican en el curso de esa mediatización. Seleccionan aspectos del mundo según la
situación que ocupan dentro de la estructura social y también en virtud de sus
idiosincrasias individuales, biográficamente arraigadas. El mundo social aparece
"filtrado" para el individuo mediante esta doble selección. El niño se identifica con los
otros significantes en una variedad de formas emocionales; pero sean éstas cuales
fueren, la internalización se produce solo cuando se produce la identificación. El niño
acepta los "roles" y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se
apropia de ellos. Y por esta identificación con los otros significantes el niño se vuelve
capaz de identificarse él mismo, de adquirir una identidad subjetivamente coherente y
plausible. En otras palabras, el yo es una entidad reflejada, porque refleja las actitudes
que primeramente adoptaron para con él los otros significantes; el individuo llega a ser
lo que los otros significantes lo consideran. Lo que más importa para nuestra
argumentación presente es el hecho de que el individuo no solo acepta los "roles" y las
actitudes de otros, sino que en el mismo proceso acepta el mundo de ellos. La
socialización primaria crea en la conciencia del niño una abstracción progresiva que va
de los "roles" y actitudes de otros específicos, a los "roles" y actitudes en general. Su
formación dentro de la conciencia significa que ahora el individuo se identifica no solo
con otros concretos, sino con una generalidad de otros o sea con una sociedad.
Solamente en virtud de esta identificación generalizada logra estabilidad y continuidad
su propia auto-identificación.

Esta etapa se corresponde con la internalización del lenguaje. Por razones evidentes,
según nuestro análisis previo del lenguaje, éste constituye, por cierto, el contenido
más importante y el instrumento más importante de la socialización. Cuando el otro
generalizado se ha cristalizado en la conciencia se establece una relación simétrica

43
entre la realidad objetiva y la subjetiva. El lenguaje es por supuesto, el vehículo
principal de este proceso continuo de traducción en ambas direcciones.

La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado (y todo lo


que esto comporta) se ha establecido en la conciencia del individuo. A esta altura ya es
miembro efectivo de la sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y un mundo.
Pero esta internalización de la sociedad, la identidad y la realidad no se resuelven así
como así. La socialización nunca es total, y nunca termina.

Socialización secundaria:

La socialización secundaria es la internalización de "submundos" institucionales o


basados sobre instituciones. Su alcance y su carácter se determinan, pues, por la
complejidad de la división del trabajo y la distribución social concomitante del
conocimiento. Olvidando por un momento sus otras dimensiones, podemos decir que
la socialización secundaria es la adquisición del conocimiento específico de "roles",
estando éstos directa o indirectamente arraigados en la división del trabajo. La
socialización secundaria requiere la adquisición de vocabularios específicos de "roles",
lo que significa, por lo pronto, la internalizaci6n de campos semánticos que
estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina dentro de un área
institucional. Al mismo tiempo también se adquieren "comprensiones tácitas",
evaluaciones y coloraciones afectivas de estos campos semánticos. Los "submundos"
internalizados en la socialización secundaria son generalmente realidades parciales
que contrastan con el "mundo de base" adquirido en la socialización primaria. Los
procesos formales de la socialización secundaria siempre presupone un proceso previo
de socialización primaria; o sea, que debe tratar con un yo formado con anterioridad y
con un mundo ya internalizado.

En la socialización primaria el niño no aprehende a sus otros significantes como


funcionarios institucionales, sino como mediadores de la realidad; el niño internaliza el
mundo de sus padres como el mundo y no como perteneciente a un contexto
institucional específico. Algunas de las crisis que se producen después de la
socialización primaria se deben realmente al reconocimiento de que el mundo de los
propios padres no es el único mundo que existe, sino que tiene una ubicación social
muy específica, quizás hasta con una connotación peyorativa. Los maestros son
funcionarios institucionales con la tarea formal de transmitir conocimiento específico.
Los "roles" de la socialización secundaria comportan un alto grado de anonimato, vale
decir, se separan fácilmente de los individuos que los desempeñan. El mismo
conocimiento que enseña un maestro de tantos puede enseñarlo otro Cualquier
funcionario de su tipo podría enseñar ese tipo de conocimiento. Por lo tanto, el acento
de realidad del conocimiento internalizado en la socialización secundaria se descarta

44
más fácilmente (o sea, el sentido subjetivo de que estas internalizaciones tienen
realidad, es más fugaz).

El acento de realidad del conocimiento internalizado en la socialización primaria se da


casi automáticamente; en la socialización secundaría debe ser reforzado por técnicas
pedagógicas específicas, debe hacérselo sentir al individuo como algo "familiar". Esta
palabra resulta sugerente, porque la realidad original de la niñez es el "hogar" y se
plantea por sí sola en cuanto tal, inevitablemente y, por así decir, "naturalmente".

Aquellos hechos de los cuales los procesos de la socialización secundaria no


presuponen un alto grado de identificación y cuyos contenidos no poseen la cualidad
de inevitables pueden resultar de utilidad pragmática, porque permiten aprender
secuencias racional y emocionalmente controladas.

PAULIN, H. y TOMASINI, M. (2007) Inducción, apropiación y resistencia. Discusiones


sobre el concepto de socialización en las prácticas educativas

El objetivo de este artículo es analizar el papel que juegan ciertas concepciones del
proceso de socialización (particularmente las ideas sobre la socialización escolar) en
las prácticas disciplinarias y en los modos de abordar los conflictos en el cotidiano
escolar. Nos interesa explorar los aspectos de este conocimiento práctico puesto en
juego por los actores escolares, en la comprensión y abordaje de las situaciones
conflictivas en la escuela; particularmente las visiones y sentido que le atribuyen a la
emergencia de conflictos que se despliegan entre el mundo adolescente y la
institución escolar.

El análisis del conflicto entre el orden normativo institucional y sujetos escolares


remite a la relación entre el proceso más amplio de la socialización escolar y los
procesos de subjetivación que se tramitan en la adolescencia, y de intersubjetividad
entre adultos y adolescentes. En esta comunicación, nos interesa presentar la
discusión acerca del papel que juegan en las practicas escolares ciertas concepciones
del proceso de socialización y particularmente su impacto en las practicas
disciplinarias y en los modos habituales de abordar los conflictos en el cotidiano
escolar.

Así, se reconstruyen dos líneas de sentido en torno a la socialización: como inducción


social (se liga a ideas de transmisión de lo normativo como acción de reforzamiento
continuo, con predominio de prácticas coercitivas) y como interjuego entre la
inducción y la resistencia y apropiación (permite considerar las multiples estrategias
por las cuales los actores enfrentan las exigencias de la institución y posibilita enfocar
la mirada en la actividad de los niños y jóvenes en la internalización de lo social, que es

45
reconstructiva y no meramente reproductiva, y el papel de los adultos de mediación
en este proceso).

Socialización como inducción social

El énfasis recae en el conjunto normativo que las nuevas generaciones deben


incorporar. Se supone cierta equivalencia entre las normas sociales y las conductas de
los individuos, quienes interiorizan reglas y valores de su medio sociocultural y los
siguen en sus comportamientos cotidianos.

Se supone que los individuaos interiorizan las normas y valores imperantes en su


cultura y las utilizan a modo de instrucción que hay que seguir en la vida cotidiana.
Este esquema teórico básico se aplicaría en la explicación de las normas escolares
planteando que los comportamientos de transgresión serian desempeñados por los
individuos que no las han internalizado adecuadamente, sin poner en cuestión el
proceso de construcción social de las mismas. En este planteo la escuela aparece como
un institución que transforma valores colectivos en personalidades individuales (Dubet
y Martuccelli, 1998).

La socialización como inducción, como modelaje de la conducta basado en un


esquema de sanciones y gratificaciones y en la proposición de un aprendizaje por
imitación de un modelo. Particularmente las normas sirven para explicar los patrones
de comportamiento en términos de disposiciones adquiridas para actuar de
determinada manera.

Reconstruimos un patrón de intervención con una secuencia generalmente constante


que implica:

1) El supuesto de la existencia y el conocimiento de las normas por parte de todos los


miembros de la escuela.
2) Las transgresiones de los alumnos.
3) La puesta de sanciones.
4) La búsqueda de reflexiones de los alumnos por parte de los educadores.

Socialización como interjuego de inducción/imposición y apropiación/recreación

Rechazo a la idea de un sistema estable de normar y valores compartidos, que es


internalizado y gobierna las acciones de los actores. La particularidad de las normas y
las reglas es que solo pueden ser entendidas o generadas por via de la participación en
procesos de comunicación y su condición de determinantes de la acción se constituye
por medio de la apropiación interpretativa que hacen los actores de los contenidos
culturales recibidos.

46
Nos permite pensar que la socialización escolar es un espacio de resignificación que las
nuevas generaciones hacen o pueden hacer de las normas y valores de una cultura
adulta determinada. Pero sobre todo ayuda a enfocar la mirada en las posibilidades
que las prácticas institucionales ofrecen para que los chicos se apropien
significativamente del conjunto normativo, más allá de la conformidad y la obediencia,
sino no habría posibilidad de pensar procesos de transformación.

La convivencia escolar se construye en la delicada tensión entre la elaboración de


acuerdos regulativos y el reconocimiento de la diversidad de voces, de modo que se
dé cabida a un “dialogo conflictivo”, en vez de pensar en la resolución de los
problemas desde prácticas de imposición unilateral. De lo contrario no se podría
pensar la construcción de nuevas posibilidades de acción normativa, sino más bien en
la aplicación de reglas normativas predefinidas.

PAULIN, H. (2014). Socialización, sociabilidad y subjetivación. Tres categorías claves


para el estudio de la subjetividad en Psicología Social

La socialización

La teoría de socialización de Talcott Parsons postula que la sociedad puede ser


pensada como un sistema funcional compuesta por tres subsistemas, el social, el
cultural y el de la personalidad. El subsistema cultural organiza normativamente las
interacciones del subsistema social por vía de ciertas orientaciones culturales de valor
que proporciona a los sujetos. La acción socializadora en la interacción familiar,
religiosa y escolar propicia un ajuste del actor a las expectativas de rol (hijo, creyente,
alumno) por vía de la motivación psicológica de gratificar al alter (subsistema de la
personalidad).

La socialización consiste, entonces, en un proceso de construcción de conformidad


inducido por vía de la motivación al actor a que cumpla las expectativas y
prescripciones de rol orientadas culturalmente expresadas en las interacciones sociales
cada vez mas diferenciadas en el mundo moderno (Parsons y Shils, 1968).

En cambio, las teorías de la socialización de George Mead (1934) y los desarrollos


posteriores de Peter Berger y Thomas Luckman (1966) se ubican entre las teorías que
van a rechazar el supuesto de la unidad social y la homogeneidad cultural en las
sociedades contemporáneas. Mead construye una teoría de la socialización cuyo logro
central es la identidad personal y social del individuo.

En la interacción comunicativa de la socialización se va constituyendo en el niño un sí


mismo (self) primero como objeto de significación de los otros (mí) para abrir paso a
intereses y aspiraciones propias (yo). Esta progresiva construcción de un yo se logra a
47
partir de la toma de conciencia como sujeto que resignifica las actitudes y expectativas
de aquellos otros significativos y referentes de su comunidad. El self medeano, es el
resultado de las tensiones entre el mí, como conjunto de expectativas y prescripciones
de roles sociales adjudicadas y el yo como instancia subjetiva que los traduce y
reinterpreta en la asunción original de dichas expectativas y roles sociales. En este
proceso progresivo se conforma y complejiza la conciencia del individuo, a la vez que
se integra socialmente. Es decir, se conforma como individuo con una identidad
personal que al participar como miembro de su grupo social, contribuye a la
construcción de la sociedad porque se siente perteneciente a esa comunidad y se
afirma (individualiza) en ella.

Por otra parte, Berger y Luckmann en 1966 desdoblan el proceso de socialización en


dos momentos, como socialización básica o primaria y luego distintas socializaciones
secundarias, se lo entiende como un proceso abierto y múltiple de constitución de la
subjetividad que va más allá de los enrolamientos tradicionales. Se le otorga
temporalidad histórica y contexto cultural a un modelo de socialización hasta entonces
definido atemporalmente. Berger y Luckmann (1999) siguen a Mead para formular su
planteo en torno a la socialización como el proceso de “inducción amplia y coherente
del individuo en el mundo objetivo”.

La socialización primaria o familiar se realiza en circunstancias de enorme carga


afectiva con sus figuras parentales lo que se constituirá en motor de la identificación
del niño con sus otros significativos. Esta primera socialización culmina luego de la
constitución del otro generalizado medeano: una abstracción de roles y actitudes
correspondientes a los otros significantes que forman parte del grupo de referencia
sociocomunitario del infante. Este logro conlleva el aprendizaje de pautas culturales,
roles sociales y la comprensión del mundo desde el punto de vista de sus otros
significativos. A su vez este proceso implica la formación de una identidad personal en
el sujeto en un interjuego dialéctico de autoidentificaciones e identificaciones con
otros. Las socializaciones secundarias, aporte original de la sociología fenomenológica
del conocimiento, implican la internalización de submundos institucionales en los que,
“su alcance y su carácter se determinan, pues por la complejidad la división el trabajo y
la distribución social concomitante del conocimiento” (Berger y Luckman, 1999: 174).
Esta tarea implica la adquisición de conocimientos más específicos, de cada vez mayor
número de roles en contextos sociales cada vez más diferenciados y dotados de
diversidad cultural en donde las experiencias personales toman distancia3 de los roles
prescriptos institucionalmente.

Más allá de la socialización: sociabilidades y subjetivación

A partir de relecturas de Mead y Berger y Luckman, distintos autores contemporáneos


enfatizan el papel de la experiencia como espacio de separación entre la socialización y
48
los modos de individualizarse de los sujetos, ya no como personalidades o personajes
sociales -producto del trabajo de las instituciones en el enfoque clásico de la
socialización parsoniana- sino como instancias de subjetivación y de individuación
(Dubet, 2000; Dubar, 1991 y Martuccelli, 2007). Las interpretaciones se sucedieron en
cascada durante las últimas décadas: los individuos, en función de sus grupos de
pertenencia, subculturas, generaciones o sexo no interiorizan los mismos modelos
culturales; todos los individuos, por otra parte, no llegan a ser correctamente
socializados; en una sociedad hay un gran número de posibles conflictos de
orientación entre los fines y los medios legítimos. En breve, la socialización cesa de ser
un principio exclusivo de integración y se transforma en un proceso sometido al
antagonismo social (Araujo y Martuccelli, 2010:81).

Socialización, familia y escuela

En este contexto de discusiones sobre la socialización se expresan distintas lecturas del


papel de la escuela y la familia como agencias socializadoras. En ese sentido, Dubet y
Martuccelli (1998) proponen la noción de experiencia escolar como eje de sus
indagaciones, en una extensión de la hipótesis de la experiencia social planteada por,
como conjunto de tres lógicas de acción: a) la interiorización de normas o roles como
socialización, b) el desarrollo de una subjetividad personal en forma de gustos y de
intereses que conduce a los individuos a establecer una distancia con su socialización
como subjetivación y c) la actuación instrumental cifrada por un cálculo de utilidad de
inversión en las tareas escolares con vista a proyectos futuros considerando sus
recursos y recorrido escolar previo como estrategia (Dubet y Martuccelli, 2000).
Postulan una primacía distinta de cada una de estas lógicas en el transcurso de la
escolaridad. Mientras que en los primeros años de la escuela primaria la lógica
predominante es la socialización -entendida como inducción de normas, hábitos e
identidad escolar-, en la enseñanza secundaria se daría la emergencia de conflictos de
otro orden al comenzar a desplegar los sujetos jóvenes su subjetividad entre sí y con
los adultos. Al final de la escuela, los jóvenes se ubicarían más cómo estrategas
actuando instrumentalmente por la obtención de sus titulaciones. Los adolescentes
sostienen un ideal de sociabilidad basado en el respeto mutuo con sus docentes y se
orientan por la búsqueda de un sentido igualitario en sus relaciones con los adultos
que denominan principio de reciprocidad. Además, se alejan de las actitudes de
obediencia características de la niñez más heteronormada. En la misma línea se da un
pasaje de rutinas obedientes del trabajo escolar hacia estrategias de cálculo,
especulación, resistencia y simulación.

En el caso de la institución familiar, podemos hoy distinguir el pasaje de formas


históricas de las familias, como la tradicional, la nuclear y las actuales, en las que sin
dejar de reconocer la presencia de lazos vinculares que responden a los anteriores

49
modelos, se presentan como configuraciones más inciertas y diversas. La familia
llamada tradicional se concibe como una alianza entre familias que asegura las
herencias económicas y la firme regulación de los sujetos a través de una
diferenciación de los roles sexuales y las generaciones. Los hijos y las mujeres eran
considerados bienes a disposición de los hombres y solo bajo ciertas condiciones
podían tener derechos. La cohabitación se daba entre distintas generaciones con
reglas muy estrictas y los adultos no eran tales sino hasta la muerte de sus
progenitores (Dubet y Martuccelli, 2000). Por otra parte, la familia llamada nuclear,
caracterizada por la presencia de convivencia de un matrimonio heterosexual
monogámico y sus hijos en un espacio doméstico de convivencia “el hogar” en la que
coinciden “privadamente” la práctica sexual y la procreación, vino a constituirse en el
modelo ideal de la familia en la historia occidental de los últimos dos siglos (Jelin,
1998). En el modelo de la socialización clásica que venimos analizando está implícito
este modelo naturalizado de familia, que se ha construido como “normal” y como
referencia para determinar las desviaciones, patologías y disfuncionalidades familiares
las cuales explican supuestamente porque no se cumple correctamente con la función
de integración social en ciertas situaciones sociales construidas como problemáticas.
Frente a este modelo de familia naturalizado como “normal” cabe preguntarse ¿Qué
sucede con la socialización en las familias ensambladas, monoparentales u
homoparentales? ¿Qué sucede cuando los otros significativos son los pares y /o
hermanos, vecinos, frente a distintas ausencias y presencias de los progenitores
adultos? ¿Son, a priori, socializaciones deficitarias, fallidas y desviadas? Estas
transformaciones de las familias pueden analizarse desde un sesgo prescriptivo como
el que la socialización según el modelo de Parsons destacaría haciendo hincapié en la
disfuncionalidad , o en cambio se pueden leer como efecto de los cambios culturales y
económicos actuales, en los cuales los sujetos construyen y recrean la institución
familiar al transitar diversas experiencias conflictivas de socialización.

La posibilidad de pensar la socialización, entonces, no solo como modelado


meramente inductivo de normas sociales permite ingresar al nivel intersubjetivo
reconsiderando el papel que tienen las relaciones sociales y vínculos afectivos que se
dan con cierta elasticidad con respecto a la influencia en la construcción de la
experiencia de los sujetos. Esta consideración abre paso a definir los conceptos de
subjetivación y sociabilidad en el marco de los procesos de socialización actuales. La
subjetivación Para Dubet y Martuccelli (1998), la subjetivación comprende una
posibilidad de trabajo activo del individuo sobre las prescripciones de rol que lo
inducen a comportarse de determinada manera en los distintos momentos de su vida.
Orientados por una relectura de los desarrollos de Mead enfatizan el papel que las
interacciones significativas juegan en el proceso de socialización y de la subjetivación
como operación activa de una distancia entre ideales e imperativos sociales y la
construcción de su autonomía.
50
Subjetivación

El actor social no está solamente definido por sus pertenencias y sus intereses.
También lo está por una distancia de sí mismo y por una capacidad crítica que hacen
de él un “sujeto” en la medida en que se refiere a una definición cultural de esa
capacidad de ser sujeto. Por largo tiempo esta definición de sujeto fue considerada
como no social, “fuera del mundo” en el caso del alma o de la Razón, y si siempre se ha
distinguido la socialización de la educación, es porque la educación debía construir la
relación con este sujeto cultural, no pudiendo ser una simple adaptación al mundo tal
cual es. Pero poco importa la naturaleza de este sujeto, su trascendencia o su
inmanencia, lo esencial reside en que su presencia construye una distancia al orden de
las cosas, autorizando una capacidad de convicción, de crítica y de acción autónoma.

La subjetivación implica un abanico de procesos, aspectos y modos de comprender la


construcción de subjetividad que son subrayados de distinta forma por diferentes
autores y recorridos disciplinarios en Ciencias Sociales (Weiss, 2012).

 La interiorización de normas y valores, que si bien es un supuesto central del


proceso de socialización, es entendida como proceso sociocognitivo e histórico cultural
que las psicologías piagetiana y vigoskiana, respectivamente, enfatizan en el papel
constructivo y protagónico del individuo. Aquí los sujetos no siguen mecánicamente
reglas y pautas sociales sino que las interpretan para situarse en forma activa frente a
las relaciones con el mundo social.

 La reflexión sobre las expectativas y actitudes sociales de los “otros generalizados”.


La capacidad de reflexionar es logro de un proceso de constitución subjetiva que en la
teoría psicosociológico del self, George Mead (1934) desarrolla no solo para
comprender la integración del niño a su grupo familiar y luego a las instituciones de la
modernidad, sino también indicar la capacidad de iniciativa del yo frente a las distintas
demandas.

 La agencia como capacidad de actuar del yo que implica poder. Autores como
Anthony Giddens (1997) van a definir a la agencia como la capacidad humana de obrar
y reflexionar a partir de las rutinas y certidumbres de la vida cotidiana para alterar las
condiciones materiales y simbólicas que les preceden, es decir, ser autores de alguna
dirección del curso de su actividad social con cierta capacidad de maniobra.

 La construcción identitaria como trabajo narrativo sobre sí mismo. Jerome Bruner


(1990) aduce que los sujetos participan en la vida social construyendo narrativamente
su identidad (por ellos son considerados autores), lo cual es más que un simple devenir
de los relatos, una necesidad de subjetivación e identificación, una búsqueda
consecuente de aquello-otro que permita articular, aun temporariamente, una imagen
de autorreconocimiento (Arfuch, 2010) Socialización, sociabilidad y subjetivación.
51
Profesor Horacio Luis. Paulín. Cátedra de Psicología Social. Facultad de Psicología.UNC.
Año 2014

 La apropiación de la cultura, proceso significativo analizado por la antropología que


alude por un lado “al sentido de naturaleza activa transformadora del sujeto y, a la vez
del carácter coactivo, pero también instrumental, de la herencia cultural” (Rockwell,
2005; citado por Weiss, 2012: 139). La internalización de las normas y valores, en tanto
apropiación, va más allá de la reproducción de lo que recibe en la socialización y en ese
exceso hay espacio para la subjetivación.

 La emancipación de las orientaciones e imposiciones de valor y la emergencia de


pautas, reglas y moralidades propias y alternativas a las dominantes. Aquí Weiss
recupera la lectura de Martuccelli (2007), cuando alude a los planteos de la
subjetivación entendida como la emancipación personal de las estructuras de
dominación por la vía de la acción de los sujetos colectivos y los movimientos sociales
obreros y feministas, por ejemplo, puestos en consideración histórica por los análisis
de Marx y las teorías críticas, como también por los análisis de Judith Butler.

 La resistencia como resto y exceso frente a la sujeción. Aquí también, podemos


incluir el análisis de Foucault8 sobre la subjetivación al indicar el significado diferente
que le otorga a dicho proceso según sea considerado en términos de positividad y
negatividad con respecto a la sujeción o emancipación de los sujetos. La inversión de
Foucault consistirá en mostrar que la subjetivación no es sino una variante del proceso
de sujeción del sujeto, que las dos cosas no son sino las dos caras de una misma
moneda. En la subjetivación, entendida como un término positivo, lo importante es ser
sujeto; en la subjetivación, comprendida como un proceso negativo, ser sujeto es
“estar sujeto a” o sea dominado… En esta etapa de su obra, para

Se define la subjetivación como la capacidad de afectación de sí por sí mismo, es decir,


el individuo ya no se define más en función de su acuerdo con una moral del bien y del
mal, que le es impuesta desde el exterior, pero actúa sobre sí mismo tratando de
permanecer lo más próximo posible a su naturaleza íntima.

Socialidad

El concepto de socialidad destaca un revivir de la comunidad, un actuar juntos guiado


más por la emoción que por la razón, el predominio de un paradigma estético en la
sensibilidad colectiva y la importancia de elementos lúdicos y dionisíacos en el vibrar
juntos de un neo-tribalismo. Para Maffesoli, la socialidad es un marco orientador
propio de experiencias compartidas por la multiplicidad de redes formadas por
pequeños grupos. “Su dominio se ejerce en lo insignificante, lo banal, en todo aquello
que escapa a finalidades macro sociales volviéndose hacia la calidad de las relaciones
que pasan a ser cada vez intensivas” (Guimarães, 2005:9). Mafessoli considera a la
52
socialidad como el motor de la vida social, ya que en ella se expresa el juego de la
diferencia y el dinamismo social existentes en la sociedad, llevando a la solidaridad de
base, o sea a partir del espacio que aproxima a los habitantes de un mismo lugar y
permite la estructuración comunitaria fundada en el afecto, los conflictos y las
pasiones de los diferentes elementos que la constituyen (Guimarães, 2005). Para
Mafessoli la socialidad de fin del siglo XX se caracteriza por un vaivén constante entre
la masificación y el desarrollo de microgrupos entre la subjetividad y el colectivo.

Para Danilo Martuccelli la sociabilidad incluye un sistema de reglas para construir una
relación con otros, pero se encuentra actualmente resquebrajada por diferentes
grietas como por ejemplo: a) las tensiones subjetivas entre la adhesión a la comunidad
de origen y a expresarse individualmente, b) la demanda de singularizarse a partir de
las nuevas formas de relacionarse entre los sujetos géneros y c) un malestar cultural
que se vislumbra como crisis del sentimiento de solidaridad hacia los otros en las
sociedades posindustriales. Para este autor el análisis actual de la sociabilidad pasa por
comprender las formas de construcción del respeto que dan confirmación social al
individuo en sus distintas formas de relacionarse en la convivencia cotidiana con otros
cercanos y lejanos (Martuccelli, 2007:204).

53
MODULO 5
Conocimiento social y acción
en la vida cotidiana

54
GONZALEZ PEREZ, M. (2001). La teoría de las representaciones sociales. En
Significados colectivos procesos y reflexiones teóricas

Jodelet:

Las R.S. son una forma de conocimiento específico, el saber del sentido común
cuyo contenido manifiesta la operación de procesos generativos y funcionales
socialmente caracterizados. Designa una forma de pensamiento social. Son
modalidades de pensamiento práctico orientadas a la comunicación, la comprensión y
el dominio del entorno social, material e ideal.

Plantea 3 características:

a. Vitalidad: el estudio de las R.S. está en auge.

b. Transversalidad: por la interdisciplinariead que provoca el concepto de R.S.,


confluyen la antropología, la sociología, y las ciencias políticas, la pedagogía social, etc.

c. Complejidad: porque debemos observar diferentes enfoques para abordar su


estudio.

Finalidad y funciones de las R.S.:

Moscovici:

Las representaciones sociales participan en la integración de conceptos nuevos


en nuestra red de conocimientos previos, haciendo familiar lo extraño.

Jodelet:

Las R.S. participan en la difusión de conocimientos, en el desarrollo de los


individuos y de las colectividades, en la expresión de los grupos y en la transformación
de la sociedad.

3 tipos de R.S.:

a. hegemónicas: Tienen un carácter predominante y coercitivo (reprimen), son


compartidas por un grupo altamente estructurado (iglesia).

b. Emancipadas: Son las compartidas por sub. grupos (cinco puntos carceleros).

c. Polémicas: representaciones sociales que surgen de relaciones conflictivas y


polarizadas entre diferentes grupos de la sociedad (homosexuales, hinchas de
Belgrano como bolivianos).

Orígenes de la teoria de las representaciones sociales:

55
1961 – Moscovici: Representaciones sociales: para crear este concepto se
agarro de las representaciones colectivas de Durkheim (que dejaban de lado el
carácter subjetivo).

Moscovici agrego el carácter subjetivo y social.

Piaget: Retoma la posibilidad de estudiar la estructura intelectual.

Freud el hecho de poder acceder a las representaciones interiorizadas.

Representaciones sociales como teoria:

La T.R.S. es una teoria social del conocimiento porque establece un marco de


dimensiones simbólicas, proceso genético y de funciones de índole más social. Más allá
de toda la sociedad existe la subjetividad de cada uno. Esa sociedad se compone de
sujetos pensantes que utilizan las representaciones sociales para comunicarse.

Establece dos universos de conocimiento.

Universo deificado: en el que el conocimiento acerca de los eventos sociales y


las personas es integrado en una estructura comprensiva, sistemática y garantizada, es
la realidad oficial.

Universo consensual: espacio donde fluyen las representaciones producidas por


la sociedad pensante. Es aquí donde se produce el sentido común y su forma de
conocimiento. Las R.S.

Representaciones sociales como medio:

Las R.S. que en determinado momento se están construyendo colectivamente y


que están siendo intercambiadas por grupos sociales que condensan el significado que
para ellos tendrán tales R.S., pueden en el transcurso del tiempo emanciparse de los
sujetos que las generaron y adquirir una vida por si mismos, circulando en un medio
que comparten con otras representaciones.

Procesos sociocognitivos para la construcción de las R.S.:

1. Objetivación: el proceso de objetivación se activa para dotar de materialidad


a un concepto abstracto. Es encarnar el pensamiento, otorgarle una imagen a una
entidad inimaginable para hacerla real.

1.a. Construccion selectiva: es el proceso a través del cual los grupos sociales
criban (seleccionan) el nuevo concepto a representar.

Tiene como función filtrar todos los rasgos del concepto que sean admisibles a
la norma y la cultura del grupo apartando los elementos desagradables
56
1.b. Esquematización desestructurante: se construyen con los conceptos
seleccionados del concepto a representar, un esquema figurativo que expresa
gráficamente y de manera sintetizada las relaciones que establecen los componentes
principales de la R.S. con el fin de facilitar su uso o expresión.

1.c. Naturalización: consiste en humanizar el esquema figurativo que ha sido


adquirido por un determinado grupo social.

2. Anclaje: tiene como finalidad integrar el concepto objetivado dentro de nuestra red
de conocimientos previos, ya que ninguna representación social puede existir si no
está anclada a un sistema de R.S.

2 fases:

Clasificación: consiste en insertar el concepto objetivado en una categoría


previamente establecida. Dicha inclusión lleva implícita una valoración positiva
o negativa de esa nueva representación.

b. Nombramiento: proporcionar una etiqueta o membrete a la nueva R.S.

R.S. como producto:

Herzlich:-Actitud: considerada como la evaluación positiva o negativa que el sujeto o


grupo tienen sobre el objeto a representar.

-información: la información del grupo acerca de la R. va a depender del nivel


socioeconómico que facilita o dificulta el acceso a los medios de comunicación social.

-Campo de la representación: manera como se integran jerárquicamente los


elementos de la representación.

Critica que recibe la T.R.S.:

La crítica que recibió es el decir que es una teoria cognitiva.

Moscovici: esta teoria no puede considerarse como cognitiva ya que no se fundamenta


en el procesamiento humano de la información. La T.R.S. presupone la existencia de
gente racional que participa en la construcción de representaciones.

JODELET, D. (1983) Cap.13 "La representación social: fenómenos conceptos y teoría"

La representación que elabora un grupo sobre lo que debe llevar a cabo, define
objetivos y procedimientos específicos para sus miembros. Esta representación incide
directamente sobre el contemporáneo social y la organización del grupo y llega a
modificar el propio funcionamiento colectivo.

57
R.S.: Se trata de una manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana; una
forma de conocimiento social, actividad mental desplegada por individuos y grupos a
fin de fijar su posición en relación a situaciones, acontecimientos, objetos y
comunicaciones.

Las R.S. designan el conocimiento común:

a. Es opuesto al conocimiento científico.

b. Se construye a partir de nuestras experiencias e informaciones.

c. Es el conocimiento socialmente elaborado y compartido.

d. Es el conocimiento práctico.

e. Participa en la construcción social de nuestra realidad.

Contenido de las R.S.:

Las R.S. Tienen un contenido, que son informaciones, imágenes, opiniones, actitudes
etc. que representa.

-Representación: viene del verbo representar, que es sustituir, estar en lugar


de, es hacer en la mente, en la conciencia. La representación mental- social conlleva
carácter significante.

Representación  Figura

Sentido.

a. Siempre representa un objeto.

b. Tiene carácter de imagen y la propiedad de intercambiar la percepción y el


concepto.

c. Tiene carácter simbólico y significante.

d. Tiene carácter constructivo.

e. Tiene carácter creativo y autónomo.

Social: Porque es aceptada colectivamente.

OBJETIVACIÓN Y ANCLAJE SEGÚN CADA AUTOR:

58
GONZALEZ PEREZ JODELET

Objetivación: Objetivación:

Construcción selectiva  Selección y descontextualización de los


elementos de la teoría
Esquematización estructurante
Formación del núcleo figurativo.
Naturalización
Naturalización.
Anclaje:
Anclaje
Nombramiento

Clasificación

PAULIN, H. (2013). De las actitudes a las representaciones sociales. En Notas para


una Psicología Social como crítica a la vida cotidiana

Presentar a la teoría de las representaciones sociales con relación a otro constructo


teórico como el de la actitud radica en el convencimiento de que la primera surge,
desde su autor original en Psicología Social Serge Moscovici, con la pretensión de
formular una construcción teórica que tratara de superar las limitaciones de la
segunda.

Para Allport la actitud se definia como: “estado nervioso y de preparación, organizado


a partir de la experiencia, ejerciendo una influencia directriz o dinámica sobre las
respuesta del individuo ante todos los objetos o situaciones con los que se ve
confrontado”.

Actitud, entonces, se conceptualiza como una disposición interna del individuo


respecto del objeto, se reserva a un estado particularmente estable de una situación a
otra, es adquirida y tiene que ver con todo lo que evoca el sujeto.

Breckler propone una definición más amplia de actitud, compuesta por tres elementos:

 Componente afectivo: sentimientos favorables o desfavorables.

 Componente cognitivo: juicios, creencias, conocimiento e información.

 Componente conativo: tendencia a la acción.

59
Se puede definir actitud como organización psicológica de orientación negativa o
positiva ante un objeto. Su carácter definitorio es el de la estructuración evaluativa de
un conjunto de respuestas y tiene dos funciones: de regulación (selección de las
manifestaciones u orientaciones de la conducta) y dinamizante y motivacional
(mediante la carga afectiva que se le supone).

Actualmente se considera que los estudios de las representaciones sociales se basan


en tres dimensiones analíticas:

 Información/opinión: suma de conocimientos sobre un objeto social, ya sea en


términos cuantitativos o cualitativos. Por información se entiende el conjunto
de conocimientos que el grupo posee sobre un objeto social.

 Organización: del contenido de las representaciones en torno a un nucleo


figurativo. También se define como campo de representación que designa a la
imagen, modelo que subyace al objeto de representación.

 Actitud: considerada como una dimensión evaluativa positiva o negativa hacia


un objeto de representación. Orientación global con relación al mismo en la
vida cotidiana. Se entiende como dimensión afectiva que expresa la orientación
evaluativa y actitudinal, positiva o negativa hacia el objeto representado, lo
cual imprime a las representaciones sociales un carácter dinamizador y
orientador de las conductas.

Estas tres dimensiones son un intento de Moscovici de avanzar en la definición teórica


de una representación social que permita el abordaje metodológico de los fenómenos
que este concepto plantea explicar y describir. Son dimensiones operativas para
orientar la investigación empírica y no deben tomarse como una modelización teórica
de su estructura.

60
MODULO 6
Acción colectiva y
movimientos sociales en la vida
cotidiana

61
BERGER, T. y LUCKMAN, P. (1994). Los fundamentos del conocimiento en la Vida
cotidiana. En La construcción social de la realidad

La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que
para ellos tiene el significado subjetivo de un mundo coherente. El mundo de vc no
solo se da por establecido como realidad por los miembros ordinarios de la sociedad
en el comportamiento subjetivamente significativo de sus vidas. Es un mundo que se
origina en sus pensamientos y acciones, y que está sustentado como real por estos.

El método que consideramos para clasificar los fundamentos del conocimiento en vc es


el análisis fenomenológico, método descriptivo, empírico pero no científico. El análisis
fenomenológico de la vc, o más bien de la experiencia subjetiva de la vc, es un freno
contra todas las hipótesis causales o genéticas. La conciencia siempre intencional,
siempre apunta o se dirige a objetos. Nunca podemos aprehender tal o cual substrato
supuesto de conciencia en cuanto tal, sino solo la cc de esto o de aquello. Objetos
diferentes aparecen ante la conciencia como reconstitutivos de las diferentes esferas
de la realidad. Mi conciencia, pues, es capaz de moverse en diferentes esferas de la
realidad. Tengo conciencia de que el mundo consiste en realidades múltiples. Cuando
paso de una realidad a otra, experimento por esa transición una especie de impacto.
Este impacto ha de tomarse como causado por el desplazamiento de la atención que
implica dicha transición. Este desplazamiento puede observarse con claridad al
despertar de un sueño. Entre las múltiples realidades existe una que se presenta como
la realidad por excelencia. Es la realidad de la vida cotidiana. Su ubicación privilegiada
le da derecho a que se la llame suprema realidad.

Aprehendo la realidad de la vc como una realidad ordenada, ya que se presenta


objetivada, constituida por un orden de objetos que han sido designados como objetos
antes de que yo apareciera en escena. El lenguaje usado en la vc me proporciona
continuamente las objetivaciones indispensables y dispone el orden dentro del cual
estas adquieren sentido y dentro del cual la vc tiene significado para mí. El lenguaje
marca las coordenadas de mi vida en la sociedad y llena esa vida de objetos
significativos. La realidad de la vc se organiza alrededor del “aquí” de mi cuerpo y el
“ahora” de mi presente. Yo experimento la vc en grados diferentes de proximidad y
alejamiento, tanto espacial como temporal. Lo mas próximo a mi es la zona de mi vc
directamente accesible a mi manipulación corporal. Mi atención a este mundo esta
determinada principalmente por lo que hago, lo que ya he hecho o lo que pienso hacer
en el. Se, por supuesto que realidad de la vc incluye zonas que no me resultan
accesibles de esta manera. Mi interés por las zonas alejadas es menos intenso y menos
urgente. Me siento fundamentalmente interesado por el grupo de objetos que
intervienen en mi tarea diaria. La realidad de la vc se me presenta como un mundo
intersubjetivo, un mundo que comparto con otros.

62
El mundo de la vc se estructura tanto en el espacio como en el tiempo. La estructura
espacial es totalmente periférica. Es suficiente señalar que también posee una
dimensión social en virtud del hecho de que mi zona de manipulación se intercepta
con la de los otros. La temporalidad es una propiedad intrínseca de la consciencia
(intimo). El torrente de la consciencia esta siempre ordenado temporalmente. Donde
es posible distinguir diferentes niveles de esta temporalidad que se da
intrasubjetivamente. Todo individuo tiene consciencia de un fluir interior del tiempo.
La intersubjetividad tiene también una dimensión temporal en la vc. El mundo de la vc
tiene su propia hora oficia, que se da intersubjetivamente. Esta hora oficial puede
entenderse como la intersección del tiempo cósmico con su calendario establecido
socialmente según las secuencias temporales de la naturaleza, y el tiempo interior.
Tanto mi organismo como la sociedad a que pertenezco me imponen, e imponen a mi
tiempo interior, secuencias de hechos que entrañan una espera. Mi propia vida es un
episodio en el curso externamente artificial del tiempo. Existía antes de que yo naciera
y seguirá existiendo después de que yo muera. El conocimiento de mi muerte
inevitable hace que este tiempo sea limitado para mí. Cuento solo con una
determinada cantidad de tiempo para realizar mis proyectos. Así mismo, puesto que
no quiero morir, este conocimiento inyecta una angustia subyacente en mis proyectos.
La estructura temporal de mi vc no solo impone secuencias preestablecida en la
agenda de un día cualquiera sino que también se impone sobre mi biografía en
conjunto. (El reloj y el calendario).

INTERACCION SOCIAL EN LA VC

La realidad de la vc es algo que comparto con otros. La experiencia más importante


que tengo de los otros se produce en la situación “cara a cara”, que es el prototipo de
la interacción social y del que se derivan todos los demás casos. El resultado es un
intercambio continuo entre mi expresividad y la suya. Cada una de mis expresiones
está dirigida a el y viceversa. La realidad es parte de la realidad total de la vc y en
cuanto tal masiva e imperiosa. Mi subjetividad me es accesible de una manera como
jamás podrá serlo la suya, por muy cercana que sea nuestra relación. Mi pasado está a
mi alcance en mi memoria.

Yo aprehendo al otro por medio de esquemas tipificadores, estos esquemas son más
vulnerables a sus interferencias que otras formas más remotas de interacción. Aunque
resulte comparativamente difícil imponer pautas rígidas en la interacción, esta ya
aparece pautada desde el principio si se presenta dentro de las rutinas de la vc. La
realidad de la vc contiene esquemas tipificadores en donde los otros son aprehendidos
y tratados en encuentros cara a cara. Todas estas tipificaciones afectan continuamente
mi interacción.

63
En otras palabras, los esquemas tipificadores entran en “negociación” continua cuando
se trata de una s c a c. Las tipi de la interacción social se vuelven progresivamente
anónimas a medida que se alejan de la situacion cara a cara. La realidad social de la vc
es pues aprehendida en un continuo de tipificaciones que se vuelven progresivamente
anónimas a medida que se alejan del aquí y ahora de la situación cara a cara. La
estructura social es la suma total de todas estas tipificaciones y de las pautas
recurrentes de interacción establecidas por intermedio de ellas. La estructura social es
un elemento esencial de la vc.

EL LENGUAJE Y EL CONOCIMIENTO EN LA VIDA COTIDIANA :

La expresividad humana es capaz de objetivarse, es decir, se manifiesta en productos


de la actividad humana, q están al alcance tanto de sus productores como de los otros
hombres, por ser elementos de un mundo común. En la situación cara a cara
encontramos índices q constituyen la situación optima para darme acceso a la
subjetividad ajena. Estos mismos índices no tienen posibilidad de sobrevivir mas allá
del presente vivido q ofrece la situación cara a cara.

La realidad de vc no solo está llena de objetivaciones, sino q es posible únicamente por


ellas. Un caso especial de objetivación, es la significación, o sea la producción humana
de signos. Un signo puede distinguirse de otras objetivaciones por su intención
explícita de servir como indicio de significados subjetivos. Hay una gran fluidez entre el
uso instrumental y el uso significativo de ciertas objetivaciones. Los signos se agrupan
en una cantidad de sistemas. Los signos y los sistemas de signos son objetivaciones en
el sentido de q son accesibles objetivamente mas allá de la expresión de intenciones
subjetivas “aquí y ahora”.

El lenguaje, podemos definirlo como un sistema de signos vocales, es el sistema de


signos más importantes de la sociedad humana. Las objetivaciones comunes de la v c
se sustentan primariamente por la significación lingüística. La v c, es vida en el lenguaje
que comparto con mis semejantes y por medio de él. Por lo tanto, la comprensión del
lenguaje es esencial para cualquier comprensión de la realidad de la v c. El lenguaje se
origina en la situación cara a cara, pero puede separarse de ella fácilmente. La
separación del lenguaje radica mucho mas fundamentalmente en su capacidad de
comunicar significados q no son expresiones directas de subjetividad “aquí y ahora”.
Esta capacidad la comparte con otros sistemas de signos, pero su enorme variedad y
complejidad lo hace mucho más fácil de separar en la situación cara a cara que
cualquier otro. En la situación cara a cara el lenguaje posee una cualidad inherente de
reciprocidad q lo distingue de cualquier otro sistema de signos. Hay una continua
producción de signos vocales.

64
El lenguaje es capaz de hacer presentes una diversidad de objetos q se hallan ausentes
del “aquí y ahora”. En cualquier momento puede actualizarse todo un mundo a través
del lenguaje. Este poder trascendente e integrador del lenguaje se conserva aun
cuando, de hecho, yo ya no estoy dialogando con otro. Aun “hablando conmigo
mismo”.

RESUMEN:

Para poder analizar V.C. es necesario realizar un análisis fenomenológico, con un


método descriptivo y empírico no científico. Implica un freno contra las hipótesis
causales o genéticas.

En la Vida cotidiana el lenguaje proporciona las objetivaciones indispensables y


dispone el orden dentro del cual estas adquieren sentido y dentro del cual la V.C. tiene
significado.

La realidad de la vida cotidiana se organiza alrededor del aquí y del ahora (estructura
espacio-temporal).

Interacción social en la V.C.:

La interacción es el intercambio continuo de experiencias. Esta interacción está


mediada por “esquemas tipificadotes” y dicha interacción puede ser directa o indirecta
(medios de comunicación).

Lenguaje y conocimiento en la V.C.:

La V.C. Está atravesada por objetivaciones como lo son los sistemas de signos.

Lenguaje:

-Capacidad intrínseca de expresividad vocal que posee el organismo humano.

-En la situación cara a cara posee la cualidad de reciprocidad.

-Posibilita el acceso continuo, sincronizado y reciproco de subjetividades en la cercanía


intersubjetiva de la situación cara a cara.

-Permite objetivar experiencias, tipificarlas y las vuelve anónimas.

-Debido a su capacidad de trascender el aquí y ahora, el lenguaje tiende puentes entre


diferentes zonas de la realidad de la V.C. y las integra en un todo significativo.

QUIROGA, A.(1986). Psicología Social y crítica a la Vida Cotidiana. Enfoques y


perspectivas en Psicología Social
65
Enfoque bio-psico-social / Concepto de hombre.

Por su carácter de ser y de necesidades, su vida depende de que a partir de esas


necesidades, y en función de ellas, establecen entre sí relaciones en las que producen y
en función de ellas, establecen entre sí relaciones en las que producen, en una acción
planificada y social que se denomina trabajo, los bienes para satisfacerla.

El enfoque psicosocial considera al sujeto como emergente; producido en una


complejísima trama de vínculos y de relaciones sociales. Producido y emergente en
tanto determinado, pero a la vez productor, actor y protagonista.

Cotidianidad: el objeto, los medios y las formas de producción, axial como la inserción
de los sujetos en ese proceso productivo, la distribución de lo producido, y la relación
que guarda lo que se produce y su distribución con las necesidades de los hombres que
constituyen una organización social, determinan sus formas de vida, su cotidianidad.

Vida Cotidiana: espacio y tiempo en que se manifiestan en forma inmediata las


relaciones que los hombres establecen entre si y con la naturaleza en función de sus
necesidades, configurando sus “condiciones concretas de existencia”.

Crítica a la Vida Cotidiana: La crítica implica una interpelación (cuestionamiento) a los


hechos, su problematización. Como consecuencia de la crítica, aparece la
desmitificación, la recuperación de ilusiones o ficciones en relación a los hechos. La
crítica es un interrogar a los fenómenos y las relaciones, en la búsqueda de sus leyes
internas, de su esencia. Incluye conciencia y reflexión. Romper con los mitos y la
familiaridad acrítica.

CORREA A. (2013). La Vida Cotidiana: contexto social y ámbito de la vida cotidiana

La Vida Cotidiana: Contexto Social y Ámbito de la Vida Cotidiana


El enfoque y perspectiva de la Psicología es Social y Política. Se construye y
reconstruye en la tensión conocimiento – demandas sociales en la VC. Por eso la
elaboración de sus conceptos requiere de una reflexión crítica porque siempre está
presente una lucha de poder.

¿Por qué la PS se plantea como una crítica de la VC?

La crítica es:

 Desbaratar las producciones teóricas descontextualizadas, que tiende a reproducir


los silencios de las instituciones y la reproducción del mismo sistema.
 Inquietar al investigador en la sistemática revisión teórico – Metodològica de los
esquemas conceptuales, de sus saberes, experiencias y emociones.
Esto nos exige → Explicitar los fundamentos teóricos – epistemológicos – éticos

66
→ Definir los principios de elaboración (conceptos, categorías, técnicas).

→ Evaluar y reconstruir el campo operacional de una PS

→ Reconocer las demandas sociales en las condiciones de producción.

→ Elucidar los esquemas conceptuales y metodológicos disponibles

Vida Cotidiana: Suma de rutinas presentes, pero no conocidas, nunca registradas.

Crítica a la VC: Enfocar lo visto pero no reconocido. Criticar las certezas básicas que llamamos Sentido
Común.
Es en la crisis cuando lo cotidiano adviene como significativo, cuando ya no lo es.

Vida Cotidiana
 Vinculada con la Política.
 En esta se dan las operaciones del Sentido Común, y de allí extraemos hábitos,
usos y aprendizajes para las decisiones en política.
Desde la Psicología nos interesa...

Indagar los mecanismos por los que cada sistema social produce determinados
sujetos “aptos” para la continuidad y desarrollo de tal sistema.

Aptos → Hombres Concretos → Sujetos que viven sus Condiciones Concretas de


Existencia

Condiciones Concretas de Existencia:

 Hábitat
 Espacio y Tiempo que lo determinan
 Su familia estructurada en acuerdo con una formación económico – social
 Modo de producir, destinado a satisfacer sus necesidades afines a una
determinada cultura.

Sujetos → Seres vivos y de Necesidad


→ En relación de intercambio con el medio.
→ Del pensamiento, de la representación, del lenguaje

ENFOQUES DE VIDA COTIDIANA

1. SOCIOANTROPOLÓGICO – FILOSOFICO (Agnes Heller)


 Componentes Centrales
 Estructura de la Personalidad: Su personalidad no es particular sino
individual.
En la VC puede haber personalidades individuales.
67
 Estructura de la Objetividad: Capacidad humana exteriorizada (lenguaje
– hábitos). Sin esto no hay VC ni sociabilidad.
 Alineación: La relación del individuo con estas formas de actividad, y lo que se
mantiene con lo cotidiano.
 Vida Cotidiana: Conjunto de actividades que caracteriza la reproducción de los
hombres particulares, que a su vez crean la posibilidad de reproducción social.
 Importancia al momento histórico del desarrollo de las relaciones
sociales, que marca un grado de satisfacción de las necesidades.
 Se transmite un determinado sistema de exigencias.
La VC es vida de todo HOMBRE ENTERO (todos los aspectos de su personalidad).

→ El HOMBRE es → PARTICULAR: ser aislado individual.

→ ESPECÍFICO: Lo que supera la mera atención a las necesidad del yo.

 Hombre en Grupo: Aprende a adquirir dominio de las cosas, y transmiten las


costumbres. Aprende los elementos de la Cotidianeidad. Lo humano específico es
representado por la comunidad “Consenso Colectivo”.
 No se puede definir lo cotidiano y lo no cotidiano. Existen formas de elevación por
encima de la VC que producen objetivaciones duraderas (ej. arte – ciencia) que
rompen con lo espontáneo del pensamiento cotidiano. Pero no se separan
rígidamente de la VC, porque el artista y el científico tienen VC.
 Esta postura ubica al ámbito de la VC en:
 El centro mismo de la Historia.
 Tiene en cuenta Condiciones Orgánicas (trabajo, vida privada, descanso,
etc)
 Según el tipo de actividad la VC es → Heterogénea
→ Jerárquica: Determinada por el modo
de producción social – histórico)

→ Específica: Según los momentos en


que se desarrolla.

 Características Específicas
 Espontaneidad: Tendencia de toda actividad humana. Actividad que
hacemos sin pensar.
 Probabilidad: Relación entre las actividades y las consecuencias de
estas.
 Economicismo: Toda acción y pensamiento funciona en la medida que
es impredecible para la continuación de la VC.
 Pragmatismo: Lo acertado es verdadero. Todo lo que ocurre es
verdadero y absoluto.
 Ultrageneralización o Generalización Ecesiva1: Juicios provisionales, y
en ellos podemos orientarnos.
Prejuicios: Cuando asientan en particularidades.

68
No son prejuicios: Si se basan en el afecto o en la confianza.

 Imitación: Asimilamos el sistema por imitación de otros


Todo esto lleva a una Naturalización Acrítica, todo lo mencionado no debe ser
absoluto, sino que tiene que dejar un margen de movimiento y posibilidad de
desarrollo, sino se produce una Extrañación de la VC.

 Sentimientos de Orientación → Sentimiento de SI


→ Sentimiento de NO

→ INDIFERENCIA

 Es Antropológico porque en el centro está el HOMBRE


 Punto Fijo: Es importante. Espacio del cual parto y hacia el cual vuelvo siempre. (ej.
casa)

2. INTERACCIONISMO SIMBÓLICO
 La realidad se organiza alrededor del aquí de mi cuerpo y el ahora de mi presente.
Se presenta en diferentes grados de proximidad y alejamiento espacial y temporal.
 Existe la VC porque me comunico con otros, lo que se establece por la
intersubjetividad. Hay una continuidad entre mis significantes y sus significantes
en mundo que no es común.
 Ejes para analizar la Vida Cotidiana: Espacio y Tiempo
 Espacio: Es periférico, porque mi zona de manipulación se interacciona
con la de otros.
 Tiempo→ Se relaciona con la intersubjetividad
(tengo que sancionar mis proyectos con los otros).

→ Proporciona la historicidad.

 El prototipo de la interacción es cara a cara: Donde el otro me es completamente


real.
 Esquema Tipificador: Proporcionado por el cúmulo de conocimiento.2
 Son recíprocos
 Afectan mi interacción cara a cara
 Son valederos hasta nuevo aviso
 Se vuelven anónimos si se alejan de la situación cara a cara.

3. ENFOQUE PSICOSOCIAL
 Lo analiza en su realidad inmediata, en sus condiciones concretas de existencia, en
su cotidianeidad.
 El sujeto es sujeto de necesidad, que para satisfacerla se relaciona con otros a
través del trabajo.
 Cada sujeto interpretará la realidad a través de sus emociones.

69
 La Cotidianeidad se determina por la forma de distribución de lo que el sujeto
produce, y la relación con las necesidades se determina por sus condiciones
concretas de existencia.
 La representación y el pensamiento son acción procesada, interiorizada.
 Este sujeto emergente y producido en una trama de vínculos y relaciones sociales,
determinado, productor y protagonista.
 La PS aborda al sujeto en la interioridad de sus vínculos, en el seno de la trama de
relación, en donde sus necesidades emergen y son significadas, cumpliendo con su
gratificación o frustración.
 Crítica a la Vida Cotidiana: Se estudia a los sujetos en sus condiciones concretas de
existencia, se analiza el destino de las necesidades de los hombres en una
organización social determinada. Implica el estudio de las leyes que rigen la
configuración del sujeto, a partir del interjuego entre necesidad y satisfacción, en
esta dialéctica tiene su anclaje toda representación, significación social, en un
orden histórico – social, de significación simbólica.
 Vida Cotidiana: Manifestación inmediata (en un E y T) de las relaciones que
regulan la vida de los hombres en una época determinada. Subyacen las relaciones
que regulan la vida de los hombres en una época determinada.

MONTERO, M (2004). Actividad y resistencia en la comunidad. En Teoría y práctica


de la Psicología comunitaria

Mayorías y minorías

Una primera aproximación, define a ambos grupos por la cantidad. Mayoría es


muchos, minoría es pocos. Los muchos, pueden más que los pocos. De consideraciones
como éstas se desprende que la supremacía numérica prevalecerá, tendrá más poder
debido a su número. Esa es la manera de definir el asunto en el sentido común.
Pero en la vida cotidiana, y con profundas consecuencias para la vida política y los
sistemas que la rigen, nos encontramos con frecuencia con una paradoja: grupos
menores en tamaño, (menor cantidad de personas), dominan y oprimen a grupos
mucho mayores en cantidad. Esta contradicción con la definición de sentido común ha
llevado a definir las condiciones de mayoría y minoría en los grupos sociales, a partir
del poder que ejerza un determinado grupo, independientemente de la cantidad de
personas que lo forme. Así, mayoría es la que detenta y ejerce el poder y minoría es el
grupo al cual se priva del ejercicio de determinados poderes, o se impide su acceso a
las condiciones para adquirirlos. Definido así, el concepto permite que se consideren
mayoría tanto los grupos de pocos miembros como de muchos.
El poder, es una relación muy compleja que depende de la fuerza, y de muchos otros
recursos como la influencia social en sus diversos aspectos. Por eso, es necesario
considerar estos conceptos en relación con las comunidades, sus recursos y
necesidades; así como hasta qué punto ellas pueden ser mayorías o minorías y cuál es
la dimensión y el alcance de su actividad en tanto tales.

El sesgo en las explicaciones teóricas

70
La identificación de necesidades, primer paso en todo trabajo psicosocial comunitario,
revela no sólo un estado de carencias (vividas como naturales o como problemas), sino
también la acción de complejos procesos de influencia social (conscientes o
inconscientes), y el juego de fuerzas, (brutal y sutil), que se establece entre la sociedad
como totalidad mayoritaria y la comunidad como minoría que puede plantear un
movimiento social disidente.
El estudio psicológico de la influencia social se ha caracterizado por su parcialidad,
puesto que solo considera la influencia que se ejerce desde las mayorías con poder
sobre las minorías oprimidas, pasivas debido a la opresión.
El estudio de los procesos de influencia social fuera de los laboratorios, en situaciones
naturales, suministra una visión más integradora del problema, en el sentido de que
ambas perspectivas pueden coincidir en la dinámica de las relaciones cotidianas.
En el trabajo psicosocial comunitario, el carácter bidimensional de la relación de
influencia se hace particularmente evidente. La comunidad que se problematiza, que
desarrolla una clara conciencia de sus necesidades y de sus recursos, de sus
posibilidades y de sus limitaciones, así como de la manera de hacer efectivas las
primeras y de superar las segundas, puede llegar a constituir una minoría disidente en
la medida en que su labor autoafirmativa puede chocar con los intereses de
instituciones, grupos de personas con puntos de vista opuestos y que ocupan
posiciones de autoridad y ejercen poder estatuido. Un buen ejemplo de ello es el caso
de las asociaciones de vecinos en áreas urbanas, que luchan por defender las zonas

La presencia del poder

Lo que está implícito pero no totalmente admitido, en ninguna de las 2 posiciones es la


noción de poder. En ambos casos hay instrucciones precisas dadas por figuras de
autoridad, en ambientes controlados, con tareas predeterminadas e intervención de
cómplices ejecutores seguros y confiables (para los investigadores). Sin embargo, se
asume que las condiciones del laboratorio se refieren sólo a la producción de
respuestas de acatamiento a la mayoría, o de conversión a la opinión minoritaria, y se
piensa que "se estudian, las relaciones mayoría/minoría haciendo abstracción de las
relaciones sociales de poder", (Mugny) las cuales sí estarán presentes en el caso de
"juicios sociales inscritos en las tensiones extra laboratorios .

La influencia de la mayoría: procesos y efectos

La influencia de la mayoría se ejerce a través de la presión social, la amenaza, la


represión política y económica, la fuerza de la costumbre ligada a elementos histórico-
culturales, la censura y los mecanismos, que sirven para oponerse al cambio:
-La psicologización: explicación de la posición y el discurso sostenidos por una minoría,
en función de atribuciones referidas a características psicológicas de sus miembros. Se
dirá entonces que los miembros de un grupo minoritario hacen o dicen algo porque
está amargados, frustrados, son envidiosos o resentidos, por ejemplo. Desplazando la
responsabilidad respecto de la situación en que se encuentran, dejando de ser víctimas
para ser acusados de causantes y la concomitante descalificación en términos

71
psicológicos.
-La denegación "oposición a conceder la mínima verosimilitud a un hecho o una
afirmación expresada por la minoría" (Moscovici). Aquí se ataca, no ya a las personas
que emiten opinión, sino a lo que ellas dicen, su discurso, sus razones, a las cuales se
busca privar de razón, de racionalidad, acusándolas de ser incoherentes, ilógicas, para
desvalorizarlas y bloquear su posible influencia social.
-La sociologización, tiene la función de atribuir la intención del contenido de las
razones alegadas por una minoría que choca contra las posiciones mayoritarias, a
características de orden social, como la ignorancia, el origen étnico, religioso o de
clase.
Lo paradójico de estos tres mecanismos es que ponen en evidencia a la minoría, ya que
le dan visibilidad al recalcar su carácter disidente, atípico y hacerlo público, impulsando
la reflexión sobre él. Al destacar su diferencia favorecen también la difusión de la
influencia minoritaria al focalizar la atención del grupo mayoritario sobre lo que las
minorías dicen y hacen.

La influencia de las minorías: procesos y efectos


Por otra parte, la influencia de las minorías se ejerce a través de
 La resistencia: En las ciencias sociales se ha hablado mucho desde sus inicios de
los efectos de la opresión y la dominación sobre los grupos sociales que la
sufren. La capacidad de resistencia de las minorías (entendidas en su sentido
social como grupos carentes de poder, sometidos) ha sido muchas veces
subestimada, lo cual puede ser una consecuencia de la necesidad de destacar
los efectos de la opresión.
En tales casos se habla de resistencia y en el campo de la psicología tal forma
de comportamiento ha recibido el nombre de resiliencia, (resistencia,
capacidad de adaptarse, poder de recuperación). Lo que la psicología quiere
expresar es el poder de resistir a presiones y constreñimientos, y la capacidad
de presentar la apariencia, conservando la esencia. Egeland, Carlson y Stroufe
la definen como la "capacidad de adaptarse exitosamente, de competir o de
funcionamiento positivo a pesar de las condiciones de alto riesgo, del estrés
crónico o después de trauma grave o prolongado". Esta resistencia se da en
condiciones no necesariamente orientadas por formas de organización
específicamente definidas. Muchas veces parece estar ligada a la transmisión
histórica de patrones de comportamiento, de culto y de atesoramiento de
conocimientos, gustos y predisposiciones mantenidos en el seno familiar,
transmitidos en el ámbito laboral o ligados al género.
 La protesta: es una forma de expresión del descontento, del malestar de grupos
o poblaciones. A través de ella, la ciudadanía en general, o grupos específicos
dentro de ella, expresan su disentimiento y hacen pública su opinión sobre
algún aspecto o situación que causa su descontento. Klandermanss, dice que
transformar el descontento en acción de protesta supone no sólo participar en
un movimiento social sino además ir más allá de la simpatía. Para ello establece
cuatro pasos en la participación en movimientos sociales :
1. Simpatizar con la causa del movimiento.
2. Ser blanco de los intentos de movilización.
72
3. Tener la motivación para participar.
4. Participar concretamente.
 La conversión: “ … sutil proceso de modificación cognitiva o perceptiva por el
cual una persona continúa dando su respuesta usual cuando implícitamente
adopta los puntos de vista o las respuestas de los otros (Moscovici y Mugny).
Esto significa que se aceptan ciertas ideas, debido a la influencia que se ejerce
socialmente, pero se rechaza o se silencia la mención de sus autores. Es por esa
aceptación que se las incorpora al conocimiento considerado como propio, de
modo que no generen disonancia con las opiniones anteriores. La conversión es
el resultado de la infección producida en la mayoría por las ideas de la minoría,
la misma a la que se rechaza y a veces incluso se difama, cuyo discurso se niega
y a la que se puede llegar a perseguir. La conversión consiste entonces en
cambios que se producen y que no son percibidos [de allí el carácter de sutil]
sino, después de haber sufrido una influencia.
La conversión implica la existencia de un sub proceso previo de validación de la
propuesta minoritaria, que hace que el foco de atención se vuelque sobre su
contenido y que se produzca en los miembros de la mayoría una actividad de
carácter cognoscitivo en el sentido de hacer comparaciones, producir ideas más
creativas y originales, hacer menos defensivas las reflexiones, buscar soluciones
al conflicto producido por la contradicción entre puntos de vista opuestos y
soluciones al dilema de aceptar una idea que viene de un grupo que se rechaza,
o rechazar un buen planteamiento al excluir a sus autores. Todo esto puede
llevar a esa escisión entre opinión y fuente y a otra aún más dramática: la
escisión entre opinión privada (acorde con la minoría) y opinión pública
(descalificante de la minoría).
La relación entre minoría activa y mayoría, no menos activa, pero además
armada de poder, genera conflicto entre ambas y conduce a un proceso
dinámico de confrontación de fuerzas, donde la minoría es definida como
opositora, diferente, distinta, resistente a la presión social y con poca o ninguna
credibilidad, carente de legitimidad. La negación de semejanza atribuida o
percibida en la minoría, así como su insistencia y su resistencia, la terquedad
con la que defiende sus posiciones divergentes de la corriente dominante,
tienen un doble efecto:
a) hacen relevante y visible a la minoría ante los ojos de la mayoría dominante,
pero también ante la población no involucrada en la confrontación. Esa
visibilidad produce curiosidad, interés y búsqueda de información sobre el
grupo en cuestión.
b) generan y fortalecen en la minoría la certeza de sus convicciones y reclamos
y la pertinencia de sus planteamientos, que a su vez provienen de un proceso
de concientizacion y de una clara identidad social.

REGUILLO R. (2000). La clandestina centralidad de la vida cotidiana. En Lindon, A.


(Coord.) La vida cotidiana y su espacio-temporalidad

73
La vida cotidiana se constituye en un lugar estratégico para pensar la sociedad en su
compleja pluralidad de símbolos y de interacciones ya que se trata del espacio donde
se encuentran las prácticas y las estructuras, del escenario de la reproducción y
simultáneamente, de la innovación social.

Armada sobre la certeza de su repetición, la cotidianidad es ante todo el tejido de


tiempos y espacios que organizan para los practicantes los innumerables rituales que
garantizan la existencia del orden construido.

La «naturalidad» con la que ella se despliega la vuelve ajena a toda sospecha y


amparada en su inofensivo transcurrir selecciona, combina, ordena el universo de
sentidos posibles que le confieren a sus procedimientos y a su lógica el estatuto de
«normalidad».

La vida cotidiana tiene su tiempo y su espacio a contrapunto del tiempo y del espacio
de excepción, de los cuales extrae, sin embargo, la fuerza de sentido para explicarse
a sí misma. En el espacio y tiempo sagrado de los rituales religiosos,
políticos, sociales que la interrumpen, la vida cotidiana encuentra su sentido y
renueva su gestión.

En tal sentido puede decirse que una manera de definirla es mediante una operación
de oposición y al mismo tiempo de complementariedad: de un lado, lo cotidiano se
constituye por aquellas prácticas, lógicas, espacios y temporalidades que
garantizan la reproducción social por la vía de la reiteración, es el espacio de lo que
una sociedad particular, un grupo, una cultura considera como lo «normal» y lo
«natural»; de otro lado, la rutinización normalizada adquiere «visibilidad» para
sus practicantes tanto en los periodos de excepción como cuando alguno o algunos
de los dispositivos que la hacen posible entra en crisis.

Un aspecto obvio y no por ello menos central es la necesidad de asumir,


analíticamente hablando, que no existe una cotidianidad esencial, es decir,
que ella no puede explicarse mediante abstracciones o generalizaciones unívocas. En
tanto que la vida cotidiana, desde la perspectiva que aquí interesa resaltar, es
centralmente el escenario de la re-producción social, está indisociablemente
vinculada a lo que en un momento específico y en una cultura particular se asume
como legítimo, normal, necesario para ga rantizar la continuidad. Por tanto,
la vida cotidiana es histórica, es decir, no puede pensarse al margen de las
estructuras que la producen y que son simultáneamente producidas (y legitimadas)
por ella.

Para decirlo con Giddens, cuando se refiere a las estructuras sociales(1986), la vida
cotidiana es simultáneamente «habilitante y constrictiva». Sus mecanismos y lógicas
de operación, al ser rutinizadas, constriñen a los actores sociales, les imponen unos
74
límites, fijan unos márgenes y unos modos de operación, sin embargo, hay una
franja de indeterminación relativa que deja espacio para la «improvisación», lo
mismo para hacer frente a situaciones novedosas como para incorporar,
normalizando, discursos y prácticas que penetran desde el orden social, los mundos de
la vida. Tal es el caso por ejemplo de la tecnología que ha sido paulatinamente
incorporada a las rutinas cotidianas sin desestructurar su tejido o la incorporación al
imaginario colectivo latinoamericano de la crisis como componente «rutinario» de las
prácticas sociales.

La «ciencia-ficción» nos ofrece un territorio fértil para la reflexión: el poder


autoritario se instaura, el ojo vigilante extiende sus dominios, no hay
espacio para la privacidad ciudadana. Sin embargo, para sus fines y su
perpetuación este poder autoritario requiere de ciudadanos hábiles con
competencias reflexivas, (auto) convencidos de la legitimidad del orden al
que sirven. Es esta reflexividad ciudadana la condición para instaurar y perpetuar el
poder, pero es también el obstáculo para su absoluto dominio. Se produce una fuga,
un «excedente» de sentido, se crea la situación para la subversión o la inversión.

Puede decirse entonces, que el ámbito de la cotidianidad no es esa penumbra pre


reflexiva en la que todo ha sido domesticado y es por ello, previsible, controlable.
Bajo ciertas condiciones, la vida cotidiana puede pensarse como un espacio
clandestino en el que las prácticas y los usos subvierten las reglas de los poderes. Estas
condiciones son la dimensión asociativa y el desanclaje espacio-temporal.

Modos colectivos de gestión

Para Michel De Certeau, la primera condición de la comunicación es la de las «redes


sociales que aseguran su dinámica y gestión» (1995, 142). Parafraseando
esta afirmación, puede decirse que la primera condición de la vida cotidiana es
esencialmente la comunicación, en la medida en que sus estructuras y lógicas de
operación se hacen visibles, no por la repetición o habituación, sino por el sentido
subjetivo de la acción que de-viene intersubjetivizada en la medida en que el actor
social va construyendo, en colectivo, la inteligibilidad de la acción.

El sentido de las prácticas cotidianas, por ejemplo, levantarse, asearse, vestirse, comer,
usar el transporte, ir a trabajar, adquieren su pertinencia y relevancia cuando se
verifica que tras ese conjunto de rituales prácticos existe un colectivo que sanciona y
legitima esas prácticas. Legitimación que se opera a través del acervo cognitivo y
lingüísticamente disponible en una sociedad. Cada pequeña acción individual
encuentra así una interpretación social que provisoriamente puede definirse como
«discursos cotidianos para nombrar la vida». Discursos que se nutren
simultáneamente de las prácticas y de la cultura depositada en las instituciones en un
flujo continuo de producción de sentido.

75
Sin embargo, como se ha dicho, la vida cotidiana es histórica y de acuerdo a la teoría
de la práctica de Bourdieu (1987), las prácticas (cultura en movimiento) y
estructuras (cultura objetivada) se articulan mediante el habitus (cultura
incorporada) en una dinámica garantizada por las estructuras de plausibilidad, es decir,
por las condiciones que hacen posibles las prácticas. Cuando estas estructuras
de plausibilidad fallan o entran en crisis, se produce un desajuste o una ruptura,
entre la práctica y la estructura que genera movimientos en el habitus, es decir,
en los esquemas de percepción, valoración y acción sobre el mundo social. La práctica
queda desanclada, pierde su referencia en el universo simbólico. El debilitamiento del
sentido otorgado a ciertas prácticas cotidianas, por esos desajustes o rupturas
genera un fallo en lo que Schutz (1974) denominó los presupuestos de la vida
cotidiana. Es posible también plantear la situación inversa, los presupuestos
fallidos debilitan el sentido de las prácticas. En un contexto de acelerados cambios,
los discursos orientadores pierden rápidamente su potencia cohesionadora y
estructuradora de las prácticas sociales. Esto ha sido motivo de análisis y reflexiones
diversas.

No puede existir, sin embargo, una vida cotidiana sin un discurso que la explicite y la
fundamente, por lo que lo social, lo colectivo tenderá a restituir el sentido a través de
una intersubjetividad que busque nuevos postulados socioculturales asibles en el nivel
de lo cognitivo-lingüístico, para garantizar la continuidad y sobrevivencia del grupo o
sociedad.

Esta «búsqueda», puede reconocerse en dos grandes tendencias. De un lado, en la


reemergencia de ciertos discursos totalitarios o intolerantes que interpelan la
subjetividad mediante argumentos centrados en la «recuperación» de lo perdido: las
costumbres, la centralidad de la familia, los valores religiosos, el exacerbamiento de los
nacionalismos. A la incertidumbre se responde «cerrando» el sentido y excluyendo la
diversidad. Conservación y reproducción como dispositivos de continuidad. De otro
lado, y este es el punto sobre el que interesa hacer énfasis, el desdibujamiento de los
referentes, al debilitar el significado compartido ha hecho posible la emergencia de
relaciones horizontales en las que es posible establecer una comunicación centrada en
la selección de códigos que tienen como base la definición en común de la situación
(Habermas,1989).

Se abre la posibilidad de una nueva forma de gestión colectiva capaz de incorporar,


respetando, los distintos significados que pueden caber en una
definición orientadora. La vida cotidiana de los indígenas, de las comunidades
homosexuales, de algunos grupos religiosos -la lista de ejemplos puede seguir-, con sus
ritos, sus hábitos, sus coordenadas espacio-temporales, pasa de ser una «amenaza» a
formar parte de una red, de un tejido social múltiple, simultáneo y heterogéneo. Es

76
posible entonces construir puentes entre lo cotidiano y la esfera pública, porque
siguiendo a Habermas (1990: 156), las pretensiones de validez para legitimar la propia
acción dejan de extraerse de unos órdenes superiores (morales y políticos) y se viven
más como resultado de un proceso de entendimiento, de consenso.

El espacio y el tiempo, el desanclaje.

El tiempo y el espacio son constitutivos fundamentales de la vida cotidiana. Organizan


y marcan para los actores sociales, los diferentes ciclos y lugares para el desarrollo de
las prácticas. El calendario y el reloj, dos de los principales mecanismos de
representación del tiempo, determinan las posiciones, fijan los intervalos y pautan
los ritmos de duración de las cosas. El mapa y el croquis, representaciones del espacio,
también determinan posiciones y organizan tránsitos y recorridos. Así pues, el diario
transcurrir de la vida está organizado por un cuándo y un dónde, establecidos
socialmente y diferencialmente apropiados por los distintos colectivos que conforman
una sociedad. El calendario social otorga la seguridad y la certeza de la sucesión de
puntos reconocibles, pero es en la actualización cotidiana a su vez anclada en matrices
culturales e históricas, donde este calendario adquiere sus «contenidos» específicos;
por ejemplo para la construcción de categorías sociales definidas por la temporalidad:
la niñez, la juventud, la adultez, la vejez.

El tiempo de lo cotidiano se constituye a partir de la relación entre una dimensión


social y una dimensión subjetiva. Puede hablarse de un tiempo social y de una
temporalidad cotidiana definida por los usos y los contextos.

Para Giddens una de las principales consecuencias de la modernidad ha sido la


separación del tiempo y del espacio, operada por lo que él denomina «vaciado
temporal» y «vaciado espacial», que pueden entenderse como la uniformación, y
estandarización de estas dimensiones a través de unidades de medida.
Indudablemente la objetivación de las dimensiones espaciotemporales, traducida a
unidades de medida entendibles por «todos» los actores sociales en el mundo
moderno de Giddens, repercute en la asunción colectiva de estos mecanismos
orientadores, pero deja aparentemente de lado el problema de la experiencia o
percepción subjetiva del tiempo y del espacio. La aceptación y entendimiento de los
usos horarios o la posibilidad de las referencias espaciales sin necesaria referencia al
lugar, por ejemplo, no anulan la diversidad de sentidos con los que diferentes grupos
sociales se las apropian .Y de nueva cuenta, si la vida cotidiana es el escenario de la
reproducción y de la imposición de un orden construido, es también el punto de
ruptura de este orden.

Las revanchas

77
Despojada de una definición esencialista, es posible ver en la vida cotidiana el lugar
estratégico para observar el cambio social. La mirada densa sobre sus formas
de estructuración, sus rituales, sus horizontes espacio-temporales, revelan las
interfaces entre las fuentes de donde se nutren las prácticas cotidianas y las propias
prácticas situadas de los agentes sociales en una dinámica de producción -
reproducción de significados. El análisis social ha ido incorporando paulatinamente
el interés por la vida cotidiana y hoy se entiende como un componente indisociable y
constitutivo del mundo público social, que durante mucho tiempo ha eclipsado la
atención de los estudiosos como el mundo de «lo que si vale», desubjetivizando a los
actores que aparecerían así ajenos a sus ámbitos afectivos-simbólicos. El riesgo es
«substituir» un tipo de análisis por otro, es decir, al rescatarlos ámbitos de la vida
cotidiana, caer en su sobrevaloración al pensarla al margen del poder y como el
espacio de autoafirmación apriori de los actores sociales.

En la diversidad con que los actores asumen y despliegan los sentidos dados a lo
cotidiano, no se encuentran necesariamente los elementos reflexivos que supondría la
apropiación crítica delas prácticas, pero si se acepta, según el planteamiento de
Foucault (1980) que a todo poder se opone otro poder en sentido contrario, puede
pensarse que en la vida cotidiana se articulan, mediante las prácticas, unos
micropoderes que se enfrentan «chapuceramente» a la intención normalizadora
del poder. Se trata de pequeñas «revanchas» con las que los actores subvierten lo
programado y afirman su existencia como «autores» al imprimir la huella de su
propio hacer en las prácticas socialmente compartidas.

Síntesis:

Vida cotidiana:

Una manera de definirla es mediante una operación de oposición, y al mismo


tiempo de complementariedad; de un lado lo cotidiano se constituye por aquellas
prácticas, lógicas, espacios y temporalidades que garantizan la reproducción social por
vía de la reiteración. De otro lado la rutinización normalizada adquiere visibilidad para
sus practicantes tanto en sus periodos de excepción, como cuando algunos de los
dispositivos que la hacen posible entra en crisis.

Características:

-Histórica: depende del contexto histórico, social y político.

-Habilitante: deja una franja de indeterminación para la innovación.

-Constrictiva: impone límites a los actores sociales.

Modos colectivos de gestión:


78
Practicas, lógicas, costumbres, formas de hacer en la V.C. que son aceptadas
socialmente. Responde a cómo nos ponemos de acuerdo para llevar a cabo diferentes
prácticas.

“La comunicación es la primera condicion de la V.C. en el sentido de las practicas


cotidianas, adquiere su pertinencia y relevancia cuando se verifica que tras ese
conjunto de rituales prácticos existe un colectivo que sanciona y legitima esas
practicas”.

Los modos colectivos de gestión son el acervo cognitivo (señales – símbolos) y


lingüísticamente disponible en una sociedad. Las practicas y estructuras se articulan
mediante el Habitus en una dinámica garantizada por las estructuras de plausibidad,
por las condiciones que hacen posibles las practicas. Frente a este desajuste o ruptura
(en el Habitus), que genera movimientos, la practica queda desanclada. Frente a ello,
surgen dos tendencias:

a. Discursos totalitarios o intolerantes:

-interpelan la subjetividad mediante argumentos centrados en la recuperación de lo


perdido.

-A la incertidumbre se responde cerrando el sentido y excluyendo la diversidad.

-conservación y reproducción como dispositivos de continuidad.

b. Emergencia de relaciones horizontales.

-Comunicación centrada en la relación de códigos que tienen como base la definición


en común de la situación.

-Como consecuencia surgen las revanchas: acciones con las que los actores revierten lo
programado y afirman su existencia como autores al imprimir la huella de su propio
hacer en las prácticas socialmente compartidas.

La vida cotidiana incluye reflexividad (competencia del actor para pensar su propio
pensamiento) para objetivar el sentido de su estar y su actuar en el mundo. La
reflexividad de la V.C. es a posteriori, como conjunto de acciones revisables y
corregibles en una línea de tiempo que va del presente al pasado proyectándose hacia
el futuro.

79
MODULO 7
Quehaceres en Psicología
Social

80
PAULÍN, H. Y RODIGOU NOCETTI, M. (COMP.)(2002). CUADERNO DEL CAMPO
PSICOSOCIAL Nº 1:

1) Hacer/es en psicología social. Panel sobre Roles y Prácticas en Psicología


Social. Silvia Plaza, Andrea Pujol, Cristina Petit y Ana María Correa

2) Las nuevas perspectivas de la psicosociología: aporte para la construcción del


rol. Eugène Enriquez

3) Interrogando el rol del/a psicólogo/a social y sus modos de construcción y


transmisión. Maite Rodigou Nocetti

1) Hacer/es en psicología social. Panel sobre Roles y Prácticas en Psicología


Social. Silvia Plaza, Andrea Pujol, Cristina Petit y Ana María Correa

Psicología Comunitaria
 El nombre aparece por primera vez en EEUU en la década de los 60.
 Viene a constituir algún tipo de respuesta, a cuestionar la situación en la que se
encontraba la Psicología y en particular la Psicología Social y Clínica.
 Diferentes modalidades de incluir lo comunitario hacen referencia a diferentes
estrategias que se dan los sujetos, grupos, el Estado, tratando de responder a una
situación particular histórica.

Hay dos grandes campos que otorgan una orientación y un perfil a las prácticas de los
que trabajan en la comunidad:

1. Ciencias de la Salud: Hay una fuerte articulación con el Estado y las políticas
públicas. Se intenta democratizar un servicio (de salud), se incluye a la comunidad,
como población y sujetos que puedan acceder en forma igualitaria y democrática al
servicio público.
2. Ciencia Social: Sitúa a los equipos en la preocupación de acompañar, promover y
producir la posibilidad real de que la gente pueda autogestionar sus propias formas
de vida. La propuesta de Psicología Comunitaria de la Cátedra de Estrategias de
Intervención Comunitaria, se incluye en el campo de las Cs. Sociales, articulando
desde allí con el campo de la salud.
La Psicología Comunitaria tiene como objeto a los procesos comunitarios, es su foco
de atención.

Los procesos refieren a la potencia de lo que viene siendo y de lo que aún no es:

 Lo previsible: Desde su trayectoria histórica con posibilidad de abordarlo como


desarrollo de algo que ya está.

81
 Lo no previsto: Lo no visto, lo no escuchado, a la emergencia de un nuevo
acontecimiento, de nuevos sentidos.
Con respecto a la Intervención: Si el proceso es desarrollo de algo que ya está, nuestra
intervención sería solo acompañar que algo exista, potenciar condiciones que den
lugar a aquello que aún no es, que se realiza en un encuentro con otros.

Lo Comunitario:

 Alude a Comunidad
 Aquello que es común o compartido.
 Da lugar a concebir a lo comunitario como homogéneo y armónico, con efecto de
neutralización y/o anulación de lo diverso, heterogéneo y del conflicto.
 “Sentidos y prácticas comunes”, se descuida los “Sentidos y prácticas diversos y
múltiples”.
 La inclusión de ambos sentidos hace al pensamiento crítico.
¿Que es lo compartido?

 La localización geográfica / territorial: Espacio delimitado donde la gente habita


(comunidad).
 Las significaciones: el universo simbólico, manera de nombrar / nombrarse, mundo
de relaciones que se construye en la interacción (lo comunitario).
 La pertenencia a un territorio: Las personas habitan un espacio.

La Psicología Comunitaria de ocupa de los Procesos Comunitarios, y no solo de


procesos en la comunidad (espacio geográfico), no es suficiente la instalación de un
equipo en el territorio.

Procesos Comunitarios: Aquí se produce un encuentro / desencuentro con el otro, el


núcleo de trabajo es lo relacional. Interesa saber que se mueve, que circula entre el
equipo profesional que interviene y el sujeto comunitario. Este “entre” es nuestro
nudo de intervención, aquí se juega el Proceso Comunitario.

Método: Investigación / acción participativa y participante. Manera de concebir y


construir el conocimiento, construcción histórico y social, y se realiza con el otro y en
la acción.

Herramientas: Que permiten leer la organización comunitaria:

 Redes (de parentesco, sociales e institucionales).


 Grupos
 Organizaciones (formales e informales).
Se sostienen por personas que habitan un territorio social, significante y significativo,
configurando tramas relacionales, formas organizativas y de comunicación. La vida
comunitaria esta viva. Hace anclaje en una matriz relacional inicial y básica: inclusión
del otro sin que medie ninguna organización instituída. Posibilidad que las personas

82
tienen de compartir, convivir y coexistir en un territorio dado. Las comunidades se
organizan y construyen su propia forma de colaboración.

Formaciones grupales o Instituciones, tienen como base y condición de su existencia,


estas redes en el proceso comunitario. Realizan para su emergencia, recortes de
necesidades, objetivos y acciones. El Psicólogo Comunitario debe mirar la red que
sostiene cualquier grupo u organización que se instituye como configuración
diferenciada en ese territorio.

Abordajes en el Trabajo Comunitario:

 Externo: Programas ya diseñados fuera del territorio comunitario, buscando la


inclusión de beneficiarios y estableciendo la relación con líderes comunitarios.
 Interno: Proyectos diseñados desde la participación comunitaria, articulando con
los procesos, las condiciones, las necesidades, modalidades en la propia dinámica
de las comunidades.

Momentos que organizan el trabajo, una vez situados en el territorio comunitario:

 Momentos de Ingreso
 Momento de despliegue y desarrollo del proyecto comunitario.
 Momento de cierre y devolución

Rol
 Es preferible llamarlo quehacer, hacer o prácticas.
 Se construye en tensión.
 Interesa saber por que trabajamos, quien encarga nuestra tarea y a quien
respondemos.
 Conocer la tensión entre la historia de la Psicología.
 Permite construir una manera de hacer en contexto y en situación, con estos
sujetos y comunidad, también con la dimensión ética.

2) Las nuevas perspectivas de la psicosociología: aporte para la construcción del


rol. Eugène Enriquez

Psicosociología
 Está en el centro de la cuestión de la → Democracia
→ Ciudadanía

→ Aparición del Sujeto

 Como conductas que viene generando acontecimiento, y que pueden hallar su


forma en una figura determinada.
83
 Desde el origen trató el problema de la democracia concreta.
 Nutrida de militancia.
 Tiene como motivaciones:
→ Rechazo a las injusticias

→ Preguntarse sobre los modos de dominación social

→ Creencia de sentirse responsable de su destino y creador


en parte, de su historia y la de los otros.

 Ha analizado la burocracia y la tecnocracia como sistemas mortíferos de poder.


 Psicosociólogo: Tercera instancia en la que el proceso facilita la apertura de
constelaciones coaguladas.
 Una de las funciones es la de analista de procesos.

Rol del Psicosociólogo:

1. Posee un SABER sobre los procesos, las pasiones humanas y el


funcionamiento del pensamiento. Y debe compartirlo con otros, por
compartirlo puede desarrollar en el otro el deseo de sublimación.
 Propone
 Comenta
 Reacciona
 Provee a las personas de un envoltorio sonoro que las envuelve y
apoya.
(como un chamán)

2. Como HOMO VIATOR (sujeto de pasajes) para permitir a los otros


desplazarse en el espacio de su propia vida: Representar nuevos roles,
renovar sus inversiones y los objetos de esa inversión.
Debe contribuir inventando lugares de encuentro, espacios de
convivencia y experiencia. Tiene que transformar un sitio en privilegiado
de juego y aprendizaje. Debe no solo representar, sino hacer el juego
(homo ludens). En es el creador, productor y participante de un espacio
potencial.

3. Trabajar en las REDES DE INFLUENCIA, de las que son tomados los


individuos y los grupos. El trabajo del psicososiólogo es:
 Identificar esas redes
 Comprender el lugar que ocupan en esas trampas
 Captar el rol que quieren hacerle jugar y que ellos quieren jugar
 Desarrollar estrategias provechosas.
 Frecuentemente, aceptar ser el mediador entre diferentes
instancias, a fin de que c/u pueda formular un diagnóstico mas justo
sobre las personas en cuestión, sobre su propia acción y sobre las
actitudes subyacentes.
84
 Ser el interviniente, ensayar, poner en comunicación esas instancias,
ya que está en el centro de estas
De consultor neutro → A hombre recurrente para todos.

4. Ser ANALISTA: Las conductas actuales son fruto de una larga historia.
La labor es favorecer la anamnesis, la reproducción de su historia
individual y colectiva, a fin de que puedan escapar al ciclo de la
repetición.
El trabajo de rememorar favorece el nacimiento de un proyecto
liberador en los grupos en dificultades. Ayuda a darse cuenta que si el
pasado ha existido, es posible cambiarlo y darle un sentido diferente e
integrarlo en la memoria, dándole fuerza de existencia y acción. De esta
forma se puede transformar el Imaginario Social. El trabajo es difícil si la
represión ha sido fuerte.

El rol de reconstrucción de la memoria es esencial: Está en juego la capacidad de las


personas de desprenderse de aquello que les ahoga y asumir su voluntad y esperanzas.

 Trabajar con los grupos que tienen una historia, que pueden crear espacios que
son tomados en sus redes, que están en una búsqueda de verdad, pondrá su
atención en los grupos abiertos a las “comunidades”, en situación de
desorganización y reorganización.
 La urgencia (en nuestra sociedad) es ayudar a los individuos a situarse como
sujetos de una historia individual y colectiva, a ser ciudadanos activos de una
democracia, a inventar, a definirse como creadores de la historia.

El Psicosociologo:

Debe restituirles su existencia de seres completos, poseedores de múltiples


pertenencias, y que pueden jugar un rol en el funcionamiento global. Debe generar
en las personas la comprensión de las determinaciones múltiples a las cuales
están sometidos, y los márgenes de libertad que les son propios. Está enmudecido
por una ética de responsabilidad.

 Tiene que favorecer (en cada individuo y en los grupos) la voluntad de encontrar
en la sociedad el lugar que le conviene y que responde a sus posibilidades reales
actuales.
 Comprender mejor los fenómenos globales como las influencias sociales
específicas para poder compartir su análisis, permitiéndoles aprender mejor las
situaciones en las cuales se encuentran.
 Tiene necesidad de una buena formación.
 Está interesado en los acontecimientos y movimientos que desorganizan y
reorganizan lo social. Es capaz de:
85
 Ligar los traumas psíquicos y los traumas sociales.
 Ver de que manera los hombres habitan las estructuras y son capaces
de reaccionar a las situaciones.
 Señalar las necesidades de consenso y de algunos conflictos.
 Comprender mecanismos de rechazo, represión, canalización,
sublimación de las pulsiones amorosas y agresivas.
La Psicosociología atribuye mas importancia a la dinámica histórica, así como a la
dinámica grupal y organizacional, sabiendo que en el interior de los grupos, de las
organizaciones e instituciones la historia se actualiza.

Objetivo: Hacer que cada uno, en cooperación con otros, pueda desarrollar los nudos
en los cuales se encuentra, tener de sí mismo y de los otros una visión realista e
imaginativa. Que se pueda conducir, como sujeto dirigido hacia la autonomía y creador
de instituciones, en las cuales la invención democrática encontrará su lugar de refugio.

3) Interrogando el rol del/a psicólogo/a social y sus modos de construcción y


transmisión. Maite Rodigou Nocetti

Hablar del Rol del Psicólogo Social → remite a pensar en el campo de la Psicología
Social

Campo Científico con contextos que lo conforman:

 Contexto Científico: Donde las fronteras disciplinarias se abre, se transforman,


compiten los saberes.
 Contexto Social: Dimensiones económicas y cultural. Realidades poblacionales,
determinaciones económicas, fronteras nacionales y configuraciones culturales, que
son dinámicas y exceden lo local, aunque se construyen en este nivel.

Hay que poner en cuestión:

1. Antinomía INDIVIDUO – SOCIEDAD, lógica que atribuye lo subjetivo a lo


individual y lo colectivo a lo social
Hay que ir al origen de las Ciencias Sociales, a la antinomia

individuo (biológico) – sociedad (social)

Se superaría si se realiza un pasaje

86
del término individuo → a la noción de sujeto, una vez que lo atraviesa el lenguaje
(social).

Reemplazo de la lógica del desarrollo natural → por el orden simbólico.

↓↑ relacionado con la

La definición de la PS: estudia e interviene en la trama psicosocial, en un orden socio –


histórico en que configuran RS que enlazan sujeto y realidad, propuesta a superar la
lectura dilemática e ingenua de la relación individuo – sociedad, por una
construcción en desarrollo y transformación en la realidad de la VC. (Correa).

2. ROL se deriva del campo científico


Rol Son construidos mutuamente en un interjuego con las demandas
sociohistóricas

Campo Científico

Rol del

Psicólogo Social → Acepción de nuestra disciplina con otras ciencias sociales. Tomada
por la

Sociología funcionalista y por la PS.

Ha sido criticada por la fijeza del rol y la deshistorización de lo


social

Desde perspectivas mas críticas, la noción de rol comienza a tomar otro sentido,
aparecen nuevas adjetivaciones del rol (por ej. prescripto).

3. Para pensar en el rol hay que reflexionar acerca del QUEHACER (práctica)
Quehacer: Práctica. Donde se pone en juego las tensiones planteadas. Nos implica
definir...

 Una lectura de la realidad: Presupuestos ontológicos y epistemológicos.


 Intervenciones: Involucra presupuestos metodológicos, instrumentos de acción con
los que trabajamos.
La lectura de la realidad en la cual intervenimos nos permitirá realizar otra
intervención. Nuestro deseo como profesionales y sujetos sociales orientará otra
intervención. Cada intervención implica reconfigurar una praxis nunca idéntica,
87
aunque existan principios básicos permanentes que se sostienen en supuestos
paradigmáticos (ontológicos, epistemológicos y metodológicos).

4. Se deben tener en cuenta las DIVERSIDADES SOCIALES y el lugar que ocupará el


psicólogo según quien lo contrate.
Realidad: (Desde el Paradigma Latinoamericano) Construida y constitutiva, en relación
dialéctica con el sujeto. Si los contextos socio – históricos son productores de los
objetos de conocimiento, las demandas sociales y las articulaciones con otras teorías
científicas configuran objetos y quehaceres en la PS. Interesa conocer:

 La vivencia del presente, pasado y futuro.


 Vínculos, configuraciones familiares diversas
 Descrédito en las acciones colectivas y políticas.
 Crisis de las Instituciones
 Crisis de Valores
 Crisis Religiosas
 Privatización del conflicto social
 Etc.
Deberíamos → Pensar el reconocimiento de las diversidades sociales y su complejidad

→ Posibilitar espacios de encuentro de los sujetos y el sentido de la vida


pública.

→ Potenciar los aspectos creativos de los grupos.

→ Potenciar la autonomía de los sujetos en la definición de las


necesidades, problemas y proyectos.

MONTENEGRO M. Y PUJOL T.” CONOCIMIENTO SITUADO: UN FORCEJEO ENTRE EL


RELATIVISMO CONSTRUCCIONISTA Y LA NECESIDAD DE FUNDAMENTAR LA ACCIÓN”

Intervención a partir de Nuestro Conocimiento de la Realidad

En las discusiones – tanto ontológicas como epistemológicas-que se dan en el ámbito


de las ciencias sociales, el conocimiento y la transformación de lo ‘real’ es tema de
profundo debate. Al mismo tiempo, en el ámbito de los movimientos sociales la
urgencia de la acción política dirigida a transformar situaciones consideradas opresivas
(Barker & Dale, 1998) o significados asociados a ciertas prácticas sociales (Melucci,
1995), hace necesaria una definición de la situación-un “diagnóstico”-basado en
formas de entender el mundo, malestares, deseos, etc. En cada caso, es necesaria la
definición de un ‘estado de cosas’ sobre el cual intervenir o participar políticamente,
en la búsqueda de transformaciones sociales.
88
En el ámbito científico, el conocimiento ha sido tradicionalmente entendido como una
forma de acceder a lo ‘real’, una relación entre un sujeto que conoce y un objeto,
externo a éste, que puede y debe ser conocido. El positivismo y las tecnologías de
intervención asociadas a éste han insistido en crear metodologías que, cada vez más
perfeccionadas, hacen una representación de lo real; definiendo situaciones y
colectivos problemáticos para su futura intervención. En la referencia a los criterios
objetivos a través de los cuales se puede ubicar un problema social, se apela a los
métodos de observación y medición científica validados como formas de
descubrimiento de la realidad (Clemente Díaz, 1992).
Estos acercamientos parten del supuesto de que las condiciones sociales están en la
realidad y que es posible delimitarlas, conocerlas y tener conciencia de ellas como
problema. Estos modelos se basan en: 1) La idea de que existen condiciones sociales
determinadas en una sociedad; 2) Que estas condiciones son cognoscibles a partir de
métodos de investigación científica; 3) Que estas condiciones afectan a los individuos y
grupos sociales creando situaciones de malestar social; y, 4) Que es posible, a través de
ciertas técnicas y recursos, implementar intervenciones que solucionen el malestar
causado por los problemas sociales. Esta perspectiva asume una relación entre
conceptos teóricos y realidad.
Por su parte, las ‘perspectivas participativas’ han desarrollado una crítica al modelo
positivista de la ciencia. En este sentido, estas perspectivas se basan en dos aspectos
importantes: 1) La relevancia social que debe tener la investigación e intervención en
las ciencias sociales (dado que existen tantos problemas sociales que involucran el
sufrimiento humano, las teorías y prácticas desarrolladas en los ámbitos académicos
deben tener un impacto social para resolver estos problemas); y, 2) El conocimiento
está mediado por los sujetos que lo producen, por lo tanto, no hay neutralidad ni en la
forma de conocer ni en el conocimiento que se produce.
Esto trae como consecuencia la necesidad de posicionamiento de quien investiga/
interviene con relación a las personas con las que trabaja.
En las perspectivas participativas la apuesta que se hace es estar del lado de las
comunidades y grupos con los que se trabaja, estableciendo un compromiso explícito
con esos grupos hacia la transformación de sus condiciones de opresión.
 Al reconocer el carácter histórico (y no natural) de las actuales formas de
relaciones sociales, la posibilidad del cambio se hace palpable. La solución a
problemas sociales concretos que afectan a las personas puede partir de la
conciencia de las causas de éstos y del intento de transformación de las
relaciones de dominación que los sustentan.
 En las perspectivas participativas las personas afectadas por problemas sociales
protagonizan, a través de su participación, la propia definición de aquello
problemático y de las vías de solución posibles.

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 En el caso de las “perspectivas participativas”, el conocimiento de lo ‘real’ se
adquiere en el diálogo entre interventores/as e intervenidos/as (Freire, 1970),
de lo cual se desprende que, justamente por la diferencia de posiciones entre
estos dos grupos y sus diferentes conocimientos (conocimiento científico –
conocimiento popular), se puede acceder al conocimiento sobre la realidad.
 Esta postura, aunque incorpora la diferencia de puntos de vista por actores y
grupos en diferentes posiciones sociales, asume una postura representativa
porque hay de todas maneras una realidad que es necesario develar en ese
diálogo propuesto.
 Las perspectivas participativas proponen una solución al problema de cómo
actuar sobre la realidad para transformarla: La realidad es producto de las
relaciones asimétricas de poder en la sociedad aunque está oculta a través de
los elementos ideológicos de conciencia que enmascaran estas relaciones y las
situaciones que se derivan de ellas.
 A través del diálogo entre personas de la comunidad y profesionales
comprometidos/as con el cambio social (asumiendo la necesidad de unas
ciencias sociales que acometa los problemas sociales desde una posición que
evita una neutralidad política frente a la investigación y la intervención) se
puede develar cuáles son las reales relaciones opresión a la que están
sometidos.

El Carácter Construido del Conocimiento y su Dificultad para Sustentar la Intervención

Construccionismo social:

1) Una actitud crítica hacia el conocimiento dado por sentado;


2) La especificidad histórica y cultural del conocimiento;
3) Que el conocimiento es sostenido por los procesos sociales;
4) Que las descripciones o construcciones del mundo sostienen algunos patrones de
acción social y excluyen otros.
A través de estas premisas, el construccionismo social rechaza que el conocimiento sea
una percepción directa de la realidad. Uno de los principales representantes de este
movimiento argumenta que “los términos y las formas por medio de las que
conseguimos la comprensión del mundo y de nosotros mismos son artefactos sociales,
productos de intercambios situados histórica y culturalmente y que se dan entre
personas” (Gergen, 1994, p. 73). Según este enfoque, el significado es visto como algo
que deriva de intercambios microsociales incrustados en el seno de amplias pautas de
vida cultural. Esta corriente afirma que no hay maneras en las que la realidad pueda
ser percibida objetivamente. Proponen, por el contrario, que nuestros conceptos son

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fundamentalmente producidos socialmente, a través del lenguaje, en comunicación
con otras personas (Spears, 1997).
Las corrientes críticas con la noción de representación de la realidad, aunque han sido
útiles para mostrar el carácter contingente de todo conocimiento y los efectos de
poder de la institución científica – académica en la definición de personas y problemas
sociales, no proponen una salida clara sobre cómo es posible desarrollar una acción
política o forma de intervención desde allí; aplicadas a situaciones prácticas sus
consecuencias pueden ser desconcertantes en el sentido de producir inmovilismo al
cuestionar las principios sobre los cuales se fundamenta la acción (Stainton & Stainton,
1999).

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