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ANTECEDENTES HISTORICOS

Sin lugar a dudas el modo en que vivimos, aprendemos y trabajamos está cambiando con
rapidez. La explosión de la tecnología es quizás el indicador más poderoso del rápido cambio
social. Cada vez es mayor la presencia de diversos tipos de tecnologías en el hogar, escuela y
lugar de trabajo, ya que nos proporcionan medios poderosos para transmitir, acceder, e
interpretar la cantidad creciente de información. La tecnología forma parte ya de nuestra cultura
y algunos niños se encontrarán por primera vez con el texto escrito a través de la televisión, la
computadora o teléfonos móviles, artefactos que forman ya parte de la cultura popular en
nuestro país. La escuela no puede ser ajena a este fenómeno, y debe ofrecer experiencias y
entrenamiento en estos nuevos medios para manejar la información.

(PSICOESPACIOS, Paula Andrea Suárez Palacio, Maribel Vélez Múnera Vol. 12, N, 2018). El ser
humano aprende a relacionarse desde pequeño con la familia, es decir, allí se aprenden las bases
para la interacción con los demás; también los estilos de vida, las formas de pensar, los valores,
los hábitos, entre otros, que sirven para configurar la personalidad del individuo, que
posteriormente se desenvolverá en un contexto sociocultural.

El papel de la educación es facilitar el desarrollo personal y familiar mediante acciones


sistemáticas y programadas, como afirma Villalobos, Flórez y Londoño-Vásquez (2017).

Los padres y los educadores deben saber, por tanto, que el desarrollo es consecuencia de la
educación, ya que el nacimiento de un niño implica no solo proporcionarle cuidados físicos de
protección, sino convertirlo en miembro de la especie humana, integrarlo en el grupo cultural
donde ha nacido y cuyas costumbres, tradiciones y normas ha de asimilar.

Todo esto teniendo en cuenta que el ser humano cuando nace no cuenta con patrones de
conducta determinados, sino que necesita relacionarse con individuos de su entorno para
configurarse como persona, así la educación se justifica desde la necesidad que tienen las
personas de ser influenciados por sus iguales para que de esta manera adquiera características
propias del ser humano.

En el trabajo (Vuanello, Graciela Roxana Gladys Los niños frente a Internet: seguridad, educación
y tecnología Trayectorias, vol. 17, núm. 41, julio-diciembre, 2015,) afirma lo siguiente: Es cierto
que permitir la disponibilidad de equipos y red democratizan al sector infantil. No obstante, se
debe diferenciar el término acceso del de uso, último concepto donde la implicación de padres,
como profesores o supervisores y guías se hace imprescindible para que esta utilización sea
efectiva, nutritiva y formadora, tanto en lo pedagógico como en todas las áreas de desarrollo.

El mundo en línea no se encuentra desanclado del mundo fuera de la red, antes pensado como
el real por su existencia única. Los riesgos y el cuidado de estas poblaciones infantiles debe ser
un saber que transcienda el mundo académico para constituir un saber popular que proteja a
las nuevas generaciones.

(Revista Iberoamericana de las Ciencias Sociales y Humanísticas, Enero – junio 2017); Desde que
el ser humano se pone en contacto con el mundo, establece un tipo de interacción con él, desde
que nace desarrolla un primer vínculo con la madre, que posteriormente extiende a la familia,
los amigos y todo su contexto.
es importante conocer los principales hábitos de los niños que les permiten el desarrollo de
habilidades y competencias sociales. Así como la relación entre la etapa de desarrollo de
acuerdo a la edad y la aparición del interés por usar por primera vez Internet como medio de
acceso a la información y socialización.

los niños a muy temprana edad tienen acceso a las herramientas tecnológicas, y por lo tanto se
familiarizan rápidamente con el manejo de estos medios para estar en contacto con las personas
cercanas interactuando mediante el juego, pero siguen aún más habituados al contacto personal
como medio de socialización, lo que implica que los medios virtuales no sustituyen el contacto
directo con sus grupos, pero si complementan y representan una forma de abrir su campo de
acción social.

(El uso de dispositivos móviles por niños: Entre el consumo y el cuidado familiar, CUHSO •
CULTURA-HOMBRE-SOCIEDAD JULIO 2017 • ISSN 0719-2789 • VOL. 27), El presente artículo
busca conjugar las necesidades prácticas de identificación de problemas sociales en el ámbito
de la infancia y la familia, con las preocupaciones de la teoría crítica de la tecnología.

la experiencia de uso de dispositivos móviles por parte de los niños implica una tensión entre
diversas formas de poder e intereses en disputa. Se sitúa en las tensiones producidas entre las
expectativas de instrumentalización de sus padres orientadas a la comunicación, la seguridad,
el cuidado de la familia, y las necesidades educativas; y la instrumentalización estratégica del
mercado donde se diseñan los dispositivos de tal forma que se potencia su función de
entretención que facilitan el acceso y la difusión de juegos, videos y música. El diseño estratégico
de dispositivos tecnológicos se confronta con las necesidades e intereses familiares, las que en
cierta medida siguen estableciéndose como estratégicas, y únicamente en la experiencia de uso
de los niños es donde aparece una confrontación táctica contra el poder ejercido por los padres,
aunque esa acción táctica, finalmente, termina siendo funcional a la lógica del consumo y la
entretención.

Padres y madres buscan orientar a los niños según sus preocupaciones, y, en muchos casos,
ejerciendo regulaciones e intentando normar el uso de tecnologías, pero habitualmente con
menos capacidades tecnológicas que sus hijos; no siempre son capaces de conseguir
comportamientos esperados.

(UNICEF – EL ESTADO MUNDIAL DE LA INFANCIA 2017) El Estado Mundial de la Infancia 2017)


trata sobre un tema extraordinario que afecta cada vez más a casi todos los aspectos de la vida
de millones de niños en todo el mundo y, de hecho, de todos nosotros: la tecnología digital.

A medida que aumenta la influencia de la tecnología digital, y especialmente de internet, se


intensifica el debate sobre sus repercusiones: ¿es una bendición para la humanidad, ya que
ofrece oportunidades ilimitadas para la comunicación y el comercio, el aprendizaje y la libertad
de expresión? ¿O es una amenaza para nuestra forma de vida, ya que socava el tejido social,
incluso el orden político, y amenaza nuestro bienestar? Este es un debate interesante pero
esencialmente académico. Porque para bien o para mal, la tecnología digital se

encuentra ya en medio de nuestras vidas.

Para bien:

El niño que vive con parálisis cerebral e interactúa en línea en igualdad de condiciones que los
demás niños, y para quien, por primera vez en su vida, sus aptitudes son más “visibles” que su
discapacidad.
La niña que huyó de la violencia en la República Árabe Siria con su familia y que recupera su
futuro en el campamento de refugiados de Zaatari orientada por una maestra mientras usa una
tableta digital para aprender.

Para mal:

La niña a quien las normas de su familia o de su sociedad prohíben conectarse a internet, y por
ello pierde la posibilidad de aprender y conectarse con amigos.

El adolescente cuya información personal es mal utilizada por las empresas de marketing, que
la comparten en línea.

El niño para quien el videojuego se ha convertido en un hábito y se ha apoderado de su vida, al


menos según sus padres.

La tecnología digital también puede hacer que los niños sean más susceptibles de sufrir daños
en línea y fuera de línea.

Los niños ya vulnerables pueden correr un mayor peligro de sufrir algún tipo de daño, incluida
la pérdida de privacidad.

Las TIC están intensificando los riesgos tradicionales de la niñez, como la intimidación, y
fomentando nuevas formas de abuso y explotación infantil, como el material con un contenido
de abuso sexual infantil hecho a medida de los usuarios y la transmisión en vivo de actos de
abuso sexual infantil.

Los depredadores pueden comunicarse más fácilmente con niños desprevenidos a través de sus
perfiles en las redes sociales y los foros de juego anónimos y sin protección.

Aunque la mayoría de los niños que están en línea lo ven como una experiencia positiva, a
muchos padres y maestros les preocupa que la inmersión en las pantallas deprima a los niños,
genere dependencia de internet e incluso contribuya a la obesidad.

Los investigadores reconocen que el uso excesivo de la tecnología digital puede contribuir a la
depresión y a la ansiedad infantil. Por el contrario, los niños que tienen problemas fuera de línea
a veces pueden entablar las amistades y recibir el apoyo social en línea que no están recibiendo
en otros lugares.

Como la globalización y la urbanización, la “digitalización” ya ha cambiado el mundo. La rápida


proliferación de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) es una fuerza
imparable que afecta prácticamente a todas las esferas de la vida moderna, desde las economías
a las sociedades y las culturas... y a la vida cotidiana.

No cabe duda de que el futuro de un número cada vez mayor de niños estará cada vez más
influenciado por la tecnología digital.

Los niños ya representan un porcentaje considerable de la población mundial en red, y su


participación solo aumentará en un futuro próximo, ya que la penetración de internet se
extiende cada vez más a las regiones donde crece con mayor rapidez la proporción de niños y
jóvenes. Todos ellos tendrán a su disposición más dispositivos digitales y plataformas en línea.
Las TIC continuarán configurando la vida de los niños, para bien o para mal, del mismo modo
que tecnologías emergentes como el internet de las cosas y la inteligencia artificial contribuyen
a transformar el panorama digital a escala mundial.
(Romero Tena, R.; Gutiérrez-Castillo, J.J. & Puig Gutiérrez, M. (Eds.) (2016). Libro de Actas del I
Congreso internacional de Innovación y Tecnología Educativa en Infantil (CITEI'16)). Esta
presentación se centrará en la formación inicial –especialmente- y permanente de las
competencias digitales de los docentes de infantil; si bien, su desarrollo y adquisición no pueden
estar ajenas a las otras dos competencias (científicas y profesionales). Entendiendo esta
competencia digital – también llamada “alfabetización digital” y “alfabetización multimedia” -
como se recoge en Wikipedia, como: “…la habilidad para localizar, organizar, entender, evaluar
y analizar información utilizando tecnología digital. Implica tanto el conocimiento de cómo
trabaja la alta tecnología de hoy día como la comprensión de cómo puede ser utilizada” en
nuestro caso, en entornos de aulas y centros de infantil.

Nadie discute cómo el desarrollo tecnológico ha cambiado y está transformando nuestra


sociedad. Pero en los cambios de las prácticas docentes hay voces críticas y disconformes en
cuanto a si realmente es necesario tanta tecnología en etapas tan tempranas.

(Salomé Recio Caride,2016.) Tecnología no siempre es sinónimo de innovación, por lo que


nuestra labor

como docentes implicados en la inclusión de la metodología con TIC en las aulas, dentro del
proceso enseñanza-aprendizaje, desarrollando nuestras experiencias con nuestro alumnado,
debe llevarse a efecto con plena conciencia de que debemos aplicar nuevas formas de enseñar.

El uso que hagamos de herramientas y recursos tecnológicos debe llevar implícito su uso
adecuado al planteamiento didáctico que se pretende, y para ello nuestros alumnos deben ser
los protagonistas, los que interactúen con la PDI, el ordenador, las tabletas digitales, los robots,
etc. De esta forma, se procurará un mayor desarrollo de su creatividad, y abonaremos el terreno
a la programación de actividades que sirvan al alumnado para aprender convirtiéndose en
actores principales del proceso.

En mi presentación, expondré algunas de las experiencias llevadas a cabo en mi aula de Infantil


con niños de 3, 4 y 5 años, en las que se destaca el uso de las TIC de forma vehicular, utilizándose
como una herramienta más de aprendizaje, que aporta mayor interacción y su potentes
metodologías, gracias a la ruptura que hace del tiempo y el espacio, lo que nos permite realizar
proyectos colaborativos con otros alumnos de diferentes y lejanos lugares y de distintas edades,
evitando las barreras impuestas por distancias y horarios.

Estas vivencias que los alumnos de Infantil experimentan en primera persona, son los mayores
aliados para aprender y retener conceptos, yendo más allá de los meramente programados a
partir del momento en que van surgiendo preguntas e inquietudes que se investigan entre
todos, dando respuesta a cuestiones que les inquietan y que les gusta aprender.

Mis alumnos son, desde los 3 años, parte fundamental en la alimentación del blog de aula,
redactando ellos mismos las experiencias, subiendo imágenes o dibujos realizados por ellos
mismos y desarrollando, así, tanto la motricidad como las competencias digitales.

Inventan historias que ilustran, graban y componen de forma colaborativa entre todos. Hacen
vídeo-llamadas a países lejanos para aprender detalles de otros lugares. Trabajan en
colaboración con los alumnos de 2º del Grado de Educación Infantil de la Facultad de Educación
de la Universidad de Murcia, contándose cuentos y hablando de sus cosas.
Viajan a lugares lejanos en medios de transporte tan excepcionales como cohetes, motos de
agua, submarinos o avionetas, ayudados por herramientas como Google Earth o View,
conociendo detalles a los que difícilmente accederían si no visitaran realmente ese lugar.

Juegan con dinosaurios gracias a la realidad aumentada, y hacen que parezcan reales
transportes dibujados por ellos mismos.

Crean historias mediante aplicaciones que les permiten vivir todo tipo emociones. Inventan
cuentos con las letras del abecedario, ampliando su vocabulario y buscando palabras y
definiciones en el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua a través de su web.

Escriben correos electrónicos, pero también emplean el correo ordinario, comprando los sellos
y enviando las cartas echándolas en un buzón.

Juegan aprendiendo con su robot, al que llamaron Pepi, que tantas alegrías y buenos momentos
les hace pasar, convirtiéndose en su gran aliado para iniciarse en la lectura y en las sumas o
restas Emplean la mesa de luz casera, o la combinación de recursos junto al software de la PDI,
como los lápices, colores, ceras, rotuladores, etc.

(“Educación y tecnología en las escuelas peruanas” realizado con el apoyo de la Pontificia


Universidad Católica del Perú y el Taller de Antropología de la Escuela entre enero y julio del
2015.) El término nativos digitales hace alusión a una experiencia social y generacional de
alcance global y se ha usado para llamar la atención sobre las nuevas características y
necesidades de los niños y jóvenes contemporáneos. Para los adultos se emplea su antónimo:
inmigrantes digitales. Ello genera una dicotomía rígida que aparentemente no podría ser
superada ni aún con años de práctica e inmersión en los entornos digitales.

En este artículo discuto esta dicotomía, resalto las experiencias infantiles con relación a las
tecnologías de información y comunicación (TIC), la desigualdad que las atraviesa y las
consecuencias negativas de ignorarlas, particularmente en el ámbito de la educación, pues lleva
a desempoderar a ciertos actores (padres y maestros) sin necesariamente empoderar a otros
(estudiantes, niños y adolescentes).

A la vez, la dicotomía nativos digitales versus inmigrantes digitales supone que los niños, por ser
niños y haber nacido en estos tiempos, ya están equipados con el conocimiento de la tecnología
digital. Esto parece reforzar la concepción esencializadora y biologicista de la infancia, a pesar
del largo recorrido teórico que ha permitido establecer que la infancia es una construcción social
e histórica.

A lo largo del artículo hemos visto que los niños y jóvenes presentan una gran diversidad en el
uso y manejo de las TIC, producto de las variadas condiciones socioeconómicas en las que crecen
y se socializan. El acceso a bienes culturales como computadoras, teléfonos celulares, tabletas,
dispositivos portátiles de almacenamiento y reproducción de música está muy extendido, pero
de manera desigual; no todos acceden a todo, ni todos los dispositivos son similares en
capacidad y potencia.

Las escuelas de la región están intentando contribuir a cerrar la brecha digital en el acceso a las
TIC mediante políticas públicas. A ello contribuye el creciente abaratamiento de equipos, que
los han vuelto más accesibles a diversos grupos sociales. Pero la brecha más difícil de cerrar que
se va configurando se relaciona con el uso de las TIC. El papel de la escuela para brindar
oportunidades de desarrollo de habilidades, conocimientos y destrezas ligados al uso de las TIC
es fundamental. La inflexible dicotomía entre nativos e inmigrantes digitales constituye una
dificultad para que los docentes identifiquen las desiguales habilidades de sus estudiantes y
cómo superarlas. Se sugiere aprovechar las posibilidades que ofrecen las TIC para el trabajo
conjunto y el aprendizaje mutuo entre docentes y estudiantes.

Los niños y jóvenes con los que trabajamos en las investigaciones citadas se revelaron no como
sujetos homogéneos y pasivos, sino como agentes sociales diversos, afectados por las realidades
sociales en las que crecen y por las desigualdades que las caracterizan, pero también activos en
la exploración de las TIC que les abren oportunidades de participación y aprendizaje. Para
ampliar y aprovechar estas oportunidades es necesario superar el riesgo de esencializarlos con
etiquetas como las examinadas aquí y facilitarles el acceso a las habilidades y destrezas que
están buscando.

(Quintero J, Munévar RA, Munévar FI. Nuevas tecnologías, nuevas enfermedades en los
entornos educativos. Hacia promoc. salud. 2015) La aparición de nuevas enfermedades
derivadas del uso inadecuado de las tecnologías ha generado interés en los procesos
pedagógicos y ha preocupado a la comunidad educativa. Se interroga acerca del papel de la
escuela, la acción de los educadores, la reorientación de los procesos pedagógicos y curriculares,
la injerencia de los medios de comunicación y la responsabilidad de los gobiernos interesados
en modernizar las instituciones como uno de los indicadores de calidad y desarrollo de los países.
Se reconoce el potencial innovador que podrían ejercitar jóvenes y niños cuando aprenden en
el ciberespacio; sin embargo, existe el riesgo de incorporar costumbres de otras culturas
electrónicas que afectan su salud y rendimiento académico. Las instituciones educativas
reportan un aumento de la proporción de niños y jóvenes de diferentes estratos sociales cada
vez más adictos a ciertas tecnologías, entre ellas se mencionan aparatos con aplicaciones que
les permiten acceder ágilmente a las redes sociales.

Los padres de familia en sus hogares y los maestros en las aulas son los observadores más
cercanos de los nuevos estilos de vida de sus hijos, los cuales conllevan efectos directos en el
rendimiento académico, en cambios actitudinales y aun de personalidad.

Esta es una de las primeras investigaciones realizadas en instituciones escolares públicas del país
que reporta datos cualitativos relacionados con la preocupación de la comunidad educativa
acerca de los riesgos de adquirir nuevas enfermedades derivadas de la exposición exagerada de
los estudiantes frente a la pantalla y la adicción a diferentes artefactos electrónicos.

Las cifras reportadas a nivel mundial sobre la aparición o incremento de enfermedades


relacionadas con el uso indebido de aparatos tecnológicos han llevado a padres, maestros,
autoridades y comunidad educativa en general a establecer diversas estrategias pedagógicas,
programas o intervenciones para mitigar este problema y para que las personas asuman
concepciones diferentes acerca de lo que implica la relación salud-educación y los factores que
la afectan. Se destacan: campañas, charlas de especialistas, reuniones de padres,
sistematización y divulgación permanente de información,reportes de casos, informes
institucionales, lectura de fuentes confiables, proyectos de aula, elaboración de material
didáctico impreso y virtual, puesta en práctica de manuales, remisión a servicios médicos,
normas de convivencia, ambiente ecológico agradable para las clases, reorientación de
asignaturas curriculares tales como educación física y recreación, ciencias naturales, educación
ambiental, trabajos de grado y prácticas profesionales.
(TENDENCIAS PEDAGÓGICAS N.º 26 2015), lo cierto es que la edad de inicio en su uso es mucho
más temprana. Los niños de 2 y 3 años de edad acceden de forma habitual a los terminales de
sus padres, manejando diversas aplicaciones, principalmente juegos, aplicaciones para pintar o
colorear y cadenas de televisión que ofrecen series infantiles a través de estos dispositivos.
Algunos de estos niños ya recorren Youtube saltando de vídeo en vídeo, o repasan de una en
una las fotografías que sus padres tienen en sus galerías de fotos”.

Los principales entornos de interacción de la infancia y adolescencia con las TIC son el centro
educativo y el hogar. Son muchas las escuelas de Educación Infantil (Asorey y Gil Alejandre,
2009) y Centros de Educación Primaria y Secundaria (véase, como un ejemplo de muchos, el
Proxecto Abalar en Galicia (http://www.edu.xunta.es/espazoabalar) que han incorporado en sus

aulas todo tipo de recursos tecnológicos, como son ordenadores, pizarras digitales, e-readers, y
también tablets.

En el hogar, como se ha reflejado en las páginas precedentes, la situación no es diferente, y la


tablet ha comenzado a posicionarse como una nueva pantalla de referencia para las familias,
compartiendo espacio con una TV evolucionada (ahora Smart TV), el smartphone y el ordenador.

(Yaritza García Ortiz. Máster en Psicología Médica y Psicología de la Salud, 2015). Las nuevas
tecnologías de la información y las comunicaciones son una amplia y variada gama de aparatos,
instrumentos, herramientas, canales y soportes dedicados al uso, manejo, presentación,
comunicación, almacenamiento y recuperación de la información, tanto analógica como
digital.1 En la actualidad se reconoce que el consumo de estas tecnologías -en especial la
televisión-, ha experimentado un incremento sensible en niños menores de 3 años.

Adriana Rodríguez plantea que la indagación de la comunidad científica sobre los niños menores
de 3 años y la televisión solo empieza a avanzar en la década de los noventa del siglo XX; aún
cuando reconoce la existencia de trabajos realizados en las décadas del 60, 70 y 80 que
reconocían el consumo televisivo en estas edades, las características del consumo, el
entendimiento de los niños de estos programas y muy someramente las afectaciones que
podían producir. Para esta investigadora el auge de estas investigaciones en la década del 90 y
en la actualidad se deben a: 1) la difusión intensiva de los discursos sobre el desarrollo del
cerebro en los tres primeros años de vida del ser humano, 2) el rápido crecimiento de la industria
audiovisual dirigida a los niños de estas edades y 3) los debates públicos que se han generado
en torno a la expansión de estas industrias y sus posibles repercusiones en el desarrollo de los
niños.

La Asociación Americana de Pediatría señala en su declaración más reciente que:

1) no hay evidencias sobre los beneficios educativos o en el desarrollo, que puedan aportar los
medios dirigidos a los niños menores de 2 años,

2) hay potenciales efectos adversos en la salud y desarrollo de los niños menores de 2 años por
el uso de los medios,
3) hay efectos adversos por el uso de los medios por parte de los padres de los niños menores
de dos años, porque afecta su interacción con ellos.

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