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AGROROLOGIA

La agroecología es una disciplina científica relativamente nueva (década de los setenta del siglo
XX), que frente a la agronomía convencional se basa en la aplicación de los conceptos y principios
de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles

La agricultura ecológica, como puesta en práctica de la ciencia agroecológica, puede ser altamente
productiva y a su vez sostenible en producción y conservación a largo plazo con la finalidad de
poder solventar el abastecimiento de alimentos a una creciente población humana.

DESARROLLO RURAL

La expresión desarrollo rural hace referencia a acciones e iniciativas llevadas a cabo para mejorar
la calidad de vida de las comunidades no urbanas. Estas comunidades humanas, que abarcan casi
la mitad de la población mundial, tienen en común una densidad demográfica baja

El desarrollo rural persigue dar respuesta a tres necesidades básicas para hacer posible un futuro
sostenible de nuestra especie:

 mejorar la formación y el bienestar de los miles de millones de personas que viven en


este medio (cerca de la mitad de la población mundial), erradicando la pobreza extrema
y evitando su migración hacia la marginación de las mega ciudades

 lograr una producción agrícola sostenible para asegurar que todos los seres humanos
tengan acceso a los alimentos que necesitan y

 proteger y conservar la capacidad de la base de recursos naturales para seguir


proporcionando servicios de producción, ambientales y culturales.

Desarrollo rural en Colombia


El desarrollo rural, generalmente, hace referencia a las acciones propiciadas para
mejorar la calidad de vida de los habitantes de las áreas rurales. Para Ceña (1993), es un
proceso de mejora del bienestar de la población rural y de la contribución que el área
rural hace de forma al bienestar de la población, ya sea urbana o rural, basándose en sus
recursos naturales.
Para Trivelli, Escobal y Revés (2009), desde el punto de vista de un plano operativo, el
desarrollo rural tiene como objetivo aumentar la cantidad y calidad de los activos de las
personas e instituciones para lograr un mayor nivel de ingresos. Así mismo, busca
generar un impacto en las capacidades humanas, asistencia técnica, créditos y
donaciones, entre otros.
Colombia, en su proceso formativo como nación, ha desarrollado históricamente una serie de
características que explican los comportamientos culturales, socioeconómicos y políticos desde los
que se han planteado desafíos a la investigación académica que buscan explicar el
comportamiento económico y de subdesarrollo en la región; el desarrollo rural no ha sido la
excepción.

Colombia entró a la modernización sin haber resuelto el problema agrario porque siempre pensó
que el país era más urbano que rural: construyó un modelo de desarrollo que conlleva el fracaso
del mundo rural, rindiéndole más culto al mercado que al Estado, lo cual amplió las brechas entre
lo urbano y lo rural, preservando su orden social injusto, que no ha cambiado por falta de
decisiones políticas y de una visión de largo alcance sobre lo rural y su papel estratégico en el
desarrollo

Factores que obstaculizan el desarrollo rural

El proceso de desarrollo económico, en general, y Colombia no escapa a esa situación, se ha


basado en una relación desigual entre las áreas urbanas y las zonas rurales. A pesar de la enorme
dependencia de la economía nacional de la producción agropecuaria, en especial de la agricultura,
gracias a la adopción de los modelos de desarrollo que privilegiaban lo urbano-industrial, el sector
rural ha sido tratado marginalmente, mediante la aplicación de políticas macroeconómicas de
carácter sectorial y sin tener en cuenta, la totalidad de sus potencialidades de desarrollo y menos
aún, el espacio propicio para el surgimiento de inconformidad entre los diferentes sectores. Esta
inconformidad social se ha traducido en la aparición de fenómenos que sólo hoy en día empiezan
a ser tomados en cuenta, como factores determinantes del tipo de desarrollo al que se pueda
llegar. Esos factores son algunos de larga trayectoria, como la violencia política partidista y la
guerrilla, y otros de más reciente aparición, pero que en alguna forma derivan de las anteriores,
como son el narcotráfico, el paramilitarismo y el desplazamiento de población civil. "...En el campo
colombiano se observa una combinación paradójica entre grandes potencialidades, grupos de
actividad económica y social de gran importancia para toda la economía nacional, y procesos
absolutamente indeseables de exclusión, miseria y violencia que se agudizan cada vez más. La
situación actual del sector rural, muestra cómo en él convergen múltiples fenómenos con una gran
capacidad de desestabilización de todo el conjunto del desarrollo nacional. De hecho, el sector
rural colombiano se ha convertido en el escenario en el cual se concentran en mayor medida las
condiciones de pobreza, de desigualdad, de violencia, de desestabilización y pérdida de fortaleza
de las instituciones políticas y del Estado. La aparición con gran fuerza de la economía del
narcotráfico, la profundización del conflicto guerrillero, las expresiones de respuesta de
autodefensa y grupos pararnilitares son ejemplos del deterioro de los mecanismos de desarrollo
de ese sector rural colombiano.

Los elementos que dificultan un verdadero desarrollo rural provienen tanto de parte de las
distintas entidades del Estado como de las propias comunidades y se pueden identificar las
siguientes causas:

 Falta de integralidad de las políticas públicas:


 Debilidad en la participación:
 Limitaciones en la planificación:
 La concentración en la tenencia de la tierra
Un nuevo desarrollo rural para el desarrollo sustentable

Las sociedades rurales de América Latina y el Caribe han vivido profundas transformaciones en las
últimas décadas, aunque los efectos de estos cambios muchas veces no han ido en la dirección
del tipo de desarrollo definido por los ODS y la Agenda 2030.

“En este siglo entendemos que el desarrollo sólo traerá verdadero progreso humano si resulta en
sociedades rurales más plenas”, explicó Manuel Otero, Director General del Instituto
Interamericano de Cooperación para la Agricultura, IICA.

Se ha creado una realidad dual, con un sector agrícola muy competitivo orientado a la exportación,
altamente tecnificado y al que los gobiernos dan muchas facilidades y el sector de la agricultura
familiar, que es quien realmente alimentan a la población, que carece de acceso a la tecnología,
los mercados, los servicios públicos básicos y el apoyo financiero y que además ocupa las tierras
de peor calidad.

Esto tiene como consecuencia que en la inmensa mayoría de los indicadores de los ODS, las
sociedades rurales obtienen resultados menos positivos que los que caracterizan a las sociedades
urbanas.

El caso de la pobreza lo ejemplifica: la pobreza rural alcanza al 48 % de la población regional, casi


el doble que la pobreza urbana, una diferencia que no ha cambiado sustancialmente en décadas.

Las cuatro agencias destacaron que, para llevar adelante el nuevo tipo de desarrollo rural
necesario para el siglo XXI, es fundamental impulsar transformaciones estructurales en las zonas
rurales que permitan enfrentar múltiples desigualdades, territoriales, económicas, de género y de
etnia.

“Se necesitan compromiso político, políticas renovadas e inversión social para generar estas
transformaciones. El desarrollo del sector rural es fundamental para la sostenibilidad de las
sociedades modernas. Es un camino necesario para la integración social, para la reducción de las
inequidades sociales y para promover el desarrollo de todos los habitantes”, enfatizó Miguel
Barreto, Director Regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos
(PMA).

La FAO, el FIDA, el IICA y el PMA reafirmaron su compromiso con los gobiernos y las sociedades
latinoamericanas y caribeñas para buscar juntos el camino hacia un nuevo desarrollo rural y así
cumplir las metas de los ODS.

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