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La entrevista clínica
Katie L. Sharp, Alexander J. Williams, Kathleen T. Rhyner, y Stephen S. Ilardi

Hace medio siglo, psiquiatra estadounidense influyente Harry
Stack Sullivan caracteriza como la entrevista clínica
una situación de comunicación principalmente vocal. . . con el
fin de dilucidar los patrones característicos de la vida de la
persona sujeta, el paciente o cliente, que los patrones que
experimenta como particularmente problemático o
especialmente valiosa, y en la revelación de la cual espera
■ ■ entrevistas no estructuradas, que siguen una, forma de flujo
libre mucho más abierto, uno sólo dirigida mínimamente por
el médico; y
■ ■ entrevistas terapéuticas, en el que el proceso de la entrevista se
considera explícitamente como un modo de intervención en su propio
derecho. Sin embargo, antes de girar la atención a un examen de cada
modalidad de entrevista importante, puede ser instructivo primero en
examinar brevemente la historia relevante de la entrevista clínica.

obtener un beneficio. (Sullivan, 1954, p. 4) En efecto, la

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entrevista es una forma de conversación con un propósito

clínico explícito.

Consideraciones históricas

La entrevista de recopilación de información con las personas con

La práctica de la entrevista clínica ha sido considerado como un
enfermedad mental y sus familias es una práctica antigua de procedencia.
elemento fundamental dentro de las disciplinas, tanto de la psiquiatría y la
Se describe, por ejemplo, en el trabajo de los médicos pioneros del siglo
psicología clínica (Groth-Marnat, 2009; Sullivan, 1954; Wiens, 1976). Fue
18 como Benjamin Rush y Philippe Pinel (Whitaker, 2010). Tales
el primer método sistemático de recogida de información del paciente
conversaciones a menudo se modelan después de la pregunta y
pertinente en centros de salud mental. De hecho, la capacidad de realizar
respuestas formato característico Directiva de otras disciplinas médicas. A
una entrevista clínica con éxito sigue siendo una habilidad esencial para
principios del siglo 20, sin embargo, como la psiquiatría y la psicología
los profesionales de la salud mental contemporáneos, una parte integral
clínica se fundieron en distintas disciplinas, Sigmund Freud defendió una
de los procesos relacionados con la evaluación y la intervención (Nuttall y
alternativa, psicoanalíticamente enfoque inspirado para la obtención de
Ivey, 1986; más amplia información sobre el proceso de evaluación
material clínico relevante: una, flexible formato de entrevista que fluye
aparece en el Capítulo 2 de este volumen).
libremente, mínimamente estructurado (Groth-Marnat, 2009). Aunque

Freud sigue considerando que el entrevistador como parte activa y

dinámica del proceso de recopilación de información (Nuttall y Ivey,

entrevistas clínicas han evolucionado a lo largo del siglo pasado en

una variedad de formas, que pueden ser ampliamente subdivide en tres

categorías principales:

■ ■ entrevistas estructuradas, en el que se especifica explícitamente 1986) y un jugador vital en el diálogo clínica (Matarazzo, 1965),
la redacción y el orden de cada consulta ( entrevistas consideraba que la entrevista no estructurada como el contexto en el
semi-estructuradas constituir una variación algo más flexible en el que importantes procesos mentales inconscientes del paciente podrían
tema); ser evidentes mejor.

DOI: 10.1037 / 14048-007

Manual de la APA de Pruebas y Evaluación en Psicología: vol. 2. Pruebas y Evaluación en Psicología Clínica y Consejería,
103
KF Geisinger (Editor en Jefe)
Copyright © 2013 por la Asociación Americana de Psicología. Todos los derechos reservados.
 De Sharp et al.
influencia seminal de Freud en el campo soportó durante décadas, y
para mediados de siglo su enfoque generalmente no directivo, estructurado
fue la modalidad entrevista dominante en un configuración- salud mental
que incluso encontró cierto apoyo de la investigación incipiente en la zona.
Un primer estudio de protocolos de entrevistas grabadas, por ejemplo,
indica que las interacciones no directivas con frecuencia precedidos
cambios favorables en las actitudes de los clientes, en contraste con los
enfoques directiva, que a menudo condujeron a la hostilidad del cliente y la
actitud defensiva (Snyder, 1945). Del mismo modo, Porter (1950) tomó nota
de los efectos generalmente salubres de más abierto y tranquilizador, en
contraposición a evaluación, respuestas entrevistador.
Aunque formado en un marco ampliamente psicoanalítica,
Sullivan (1954) introdujo un cambio influyente en perspectiva sobre el
proceso de la entrevista. Se conceptualiza la entrevista psiquiátrica
como una sistema
de procesos interpersonales, uno en el que hay influencia recíproca
continua entre el entrevistador y el entrevistado, con cada
participante respondiendo continuamente a (e influir) el tono
emocional de la otra. Sullivan se refirió al proceso como “emoción
recíproca”, que llevó a cabo el potencial, él afirmó, para beneficiar al
entrevistado a través de la influencia del entrevistador. A este
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respecto, Sullivan presagiaba desarrollos terapéuticos posteriores en
las que el proceso de la entrevista llegó a ser considerado como una
forma potente de intervención en su propio derecho, como, por
ejemplo, en la formulación de entrevista motivacional ( Miller y
Rollnick, 2002) o incluso de Rogers (1961) centrada en el cliente enfoque disciplinas afines de la década de 1960 hasta la actualidad, el campo ha
terapéutico.
El énfasis de Sullivan en la causalidad recíproca dinámica entre
terapeuta y el paciente se reflejó también en el posterior desarrollo de la
teoría de sistemas general ( Matarazzo, 1965; Watzlawick, Beavin, y
Jackson, 1966), que se centró en las interacciones dentro de la díada
entrevistador-entrevistado, en lugar de las acciones de cada uno solo
individuo. Numerosas intervenciones de terapia familiar del mismo modo
se originaron de estos énfasis interacción dinámica (Craig, 2003; Van
Dyke, 2005; para obtener información acerca de la evaluación de
asesoramiento matrimonial y familiar contextos, véase el capítulo 33 de
este volumen).
En un contraste más sorprendente, sin embargo, de orientación
conductual clínicos (incluyendo los subsumido por la
cognitivo-conductual rúbrica) tiene, desde hace varios
104
décadas, se centraron en las ventajas de la fuerza estructuración el proceso de
la entrevista de modo que provocará de forma fiable la información clínica
válida de alta relevancia a los procesos tanto de conceptualización del caso
(diagnóstico) y el tratamiento (Craig, 2003). Lazarus (1973), por ejemplo,
ofreció un mnemónico ( “BASIC ID”) para delinear una amplia gama de temas
a ser consultado sistemáticamente por el médico durante una entrevista inicial:
B = comportamiento, especialmente comportamientos problemáticos en
respuestas afectivas a =, especialmente nocivos Ones S = alteraciones
sensoriales (por ejemplo, dolor emocional) I = imágenes (por ejemplo,
fantasías) C = cognición, distorsionadas especialmente pensando I =
relaciones interpersonales D = fármacos (tanto ilícitas y prescritas)
Del mismo modo, Wolpe (1973) aconsejó a los médicos de
comportamiento para recoger datos estructurados basados ​en entrevistas
en relación con la historia temprana de la familia, la educación, el empleo,
la historia sexual y las relaciones actuales, mientras que Kanfer y Scheft
(1988) abogaron por una investigación a fondo del problema que se
presenta; la causa (s) de comportamiento anormal; motivación y desarrollo
pertinentes; habilidades de autocontrol; relaciones sociales; y el entorno
social, cultural y física del cliente.
Como el punto de vista cognitivo-conductual ha surgido como un
marco conceptual cada vez más influyente dentro de la psicología clínica y
sido testigo de un aumento correspondiente en el uso de la entrevista
estructurada. Sin embargo, otro importante impulso proviene de la
creciente reconocimiento dentro de la psiquiatría y aliados campos que
estructuraron las entrevistas son muy adecuadas para el suministro de
información clínica fiable y válida para los fines de diagnóstico psiquiátrico
en base a criterios de la Manual Diagnóstico y Estadístico de los
Trastornos Mentales ([ 4ª ed, revisión del texto.; DSM-IV-TR; American
Psychiatric Association, 2000]; Shea, 1990) -la información de gran
importancia tanto para los médicos en ejercicio (que son habitualmente
necesarios para proporcionar información diagnóstica precisa a los
aseguradores) y para los investigadores clínicos.
En resumen, el desarrollo histórico de la entrevista clínica es
una progresión inextricablemente entretejido con sus diversas
conceptualizaciones. No es de extrañar que las entrevistas clínicas
han asumido una

variedad de formas, que generalmente reflejan, más que cualquier otra
cosa, los puntos teóricos de vista, los objetivos clínicos, y los valores de
los que realizan la entrevista.
La entrevista clínica ESTRUCTURADO
Un entrevista clínica estructurada implica una interacción de
composición abierta, de flujo libre entre el clínico y el cliente
/ paciente. Se caracteriza por la ausencia de un conjunto
predeterminado de preguntas, con un enfoque en cambio en
el contenido espontánea que surge durante la interacción
clínica. El papel del médico es el de facilitar la discusión de
temas iniciados por el entrevistado en lugar de dirigirlos a
través de una serie estructurada de preguntas
exclusivamente de la elección del entrevistador (Ilardi y
Branstetter, 2004). De hecho, el entrevistador tiene lugar
generalmente bajo el supuesto de que las cuestiones
importantes surgirán espontáneamente en la conversación,
siempre que el cliente no se ve obstaculizada por ideas
preconcebidas, perspectivas, o supuestos del clínico
(Jenkins, 2007); sin embargo, el médico sigue siendo activo
y comprometido,
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2002, p. 433).
El médico que realiza una entrevista no estructurada es también libre
para dirigir suavemente la conversación que facilita la evaluación de lo que
ella construye o se siente que es necesario, usando cualquier respuestas,
preguntas u observaciones que él o ella cree que es más relevante (Widiger,
2008). De hecho, la mayoría de los entrevistadores proceden con un
conjunto general de los dominios de contenido sobre los que están
interesados ​en la recopilación de información-áreas tales como el problema
que se presenta, estado de diagnóstico, el apoyo social disponible, y los
estresores psicosociales relevantes (Ilardi y Branstetter,
2004). La estructura flexible de la entrevista no estructurada también
proporciona una gran libertad para el clínico para perseguir cualquier
tema o línea de investigación relevante que surge espontáneamente
durante el curso de la entrevista (Johnson, 1981).
Es importante tener en cuenta que el formato de entrevista no
estructurada también puede impulsar el clínico para asistir cuidadosamente
para cada tema planteado por el cliente, un proceso con un claro potencial
para fortalecer la
La Entrevista Clínica
Alianza terapéutica. Esta consideración, quizás más que cualquier
otra, puede explicar por qué la entrevista no estructurada sigue
siendo la forma más común de evaluación clínica en la práctica
contemporánea, a pesar de las ventajas psicométricas bien
establecidas de enfoques estructurados y semi-estructuradas
(Craig, 2003; Miller, 2003; SommersFlanagan y
Sommers-Flanagan, 2003).
La entrevista no estructurada, como se señaló anteriormente,
tiene sus raíces en la práctica psicoanalítica. En el marco
psicoanalítico clásico, se cree que una entrevista tales no directiva
para servir como un catalizador para la expresión de material
inconsciente del paciente, por ejemplo, por medio de reacciones de
transferencia y asociaciones libres. Dentro de la práctica
contemporánea, sin embargo, la entrevista no estructurada es
utilizado por los médicos de una amplia gama de teóricos fondos, no
sólo psychodynamic- a pesar de la orientación teórica del clínico
todavía puede influir en el foco de la entrevista y los detalles
específicos que se enfatizan y perseguido (Ilardi y Branstetter,
2004).
Una de las consecuencias de no tener una estructura predeterminada
de preguntas es que la entrevista no estructurada se basa principalmente
en la perspicacia terapéuticos del clínico y la creatividad (Mohr y Beutler,
2003). Como resultado, la entrevista no estructurada es una habilidad más
difícil de adquirir, que requiere considerable entrenamiento y práctica para
desarrollar (Carlat, 2005). Por lo tanto, la mayoría de los programas de
formación dedican una gran cantidad de atención a ayudar a los
estudiantes a desarrollar las habilidades de escucha terapéuticas
necesarias para ser eficaz en un contexto tal entrevista no estructurada.
Cuando se implementa con habilidad, se realiza la entrevista en un flujo
natural y por lo general sigue centrado en los problemas presentados por el
cliente y la relación entre el cliente y el entrevistador (Johnson, 1981).
El proceso de la entrevista no estructurada se ha planteado la
hipótesis de por Sullivan consistir en cuatro etapas primarias, delineado
en su influyente libro, La Entrevista Clínica ( 1954). los comienzo incluye la
bienvenida al paciente y establecer las expectativas para la entrevista. Reconocimiento
consiste en preguntar al paciente acerca de su historia, situación social,
y las necesidades terapéuticas. Durante el investigación etapa, el médico
comienza a probar diferentes hipótesis clínicas relacionadas con los
problemas que presentaba el paciente.
105
 De Sharp et al.
La etapa final, terminación, consiste en que termina la entrevista de una
manera mutuamente satisfactoria.
Una descripción más reciente de la entrevista no estructurada se
encuentra en el modelo estructural (1988) de cinco fases de Shea.
Fase Uno consiste en la introducción entre el paciente y el terapeuta,
durante la cual se educa al paciente sobre el proceso de la entrevista.
La segunda fase consiste en la propia cuenta del paciente del
problema (s) de presentación. Fase tres denota el cuerpo de la
entrevista, en la que el médico intenta reunir más información sobre el
problema que se presenta, así como contenido relacionado pertinente
para el diagnóstico y la planificación del tratamiento. Fase Cuatro
consiste en un resumen de la entrevista y la presentación de
conceptualización actual del clínico de los problemas del paciente y
cómo pueden ser tratadas. Terminación, la fase final, implica la
conclusión formal de la entrevista y el que sale el del paciente.
El modelo de Shea ilustra muy bien el punto de que,
aunque el formato de entrevista puede permanecer no
estructurado (medida en que las preguntas y redacción
de las mismas no se han previsto antes de la sesión), el
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entrevistador típicamente retiene una idea general de la
secuencia y el flujo de la entrevista. (Ilardi y Branstetter,
2004, p. 1018) Lamentablemente, entrevista no
estructurada parece ser uno de los menos fiable y válida
de los procedimientos de evaluación existentes (Maruish,
2008). También hay investigaciones publicadas muy
escasa sobre su utilidad clínica en general, pero hay
poco que sugiere que puede con frecuencia ser inferiores
a las entrevistas estructuradas y semi-estructuradas en
ese frente, así (Basco, 2003; Segal, Hersen, y Van
Hasselt, 1994; Vitiello , Malone, Buschle, y Delaney,
1990; Widiger, Sanderson, y Warner, 1986; Young,
O'Brien, Gutterman, y Cohen, 1987).
En particular, las entrevistas no estructuradas también pueden
introducir inadvertidamente sesgos del entrevistador sustanciales con
respecto a la evaluación de un paciente-fenómeno de
106
el cual estructurado entrevistas parecen ser mucho menos vulnerables
(Groth-Marnat, 2003). Por ejemplo, un cliente que es cortés y educado
durante la entrevista se puede evaluar, a través de la efecto aureola, como
más competentes e interpersonal efectiva de lo que realmente son
(Groth-Marnat, 2009). Del mismo modo, el entrevistador puede guiarse por
sus principios inferencias acerca de un cliente para sondear
preferentemente para la información que confirma estas ideas
preconcebidas, un proceso conocido como sesgo de confirmación. Tales
sesgos pueden, por supuesto, comprometer la fiabilidad y validez de las
inferencias basadas en entrevistas.
la variabilidad de diagnóstico en el contexto de evaluación no
estructurada es también motivo de cierta preocupación. A menudo se deriva
de varianza de la información, en la que el clínico obtiene información
diferente de cada paciente debido a amplia variación en la gama de material
de symptomrelated realmente cubierto durante cada entrevista. diferencias
de diagnóstico también pueden verse afectados por
varianza criterio, en el que surgen discrepancias con respecto a los
criterios utilizados para tomar una decisión sobre la presencia o ausencia
de una condición específica. Por último, los entrevistadores varían con
respecto a su nivel de experiencia, la orientación teórica y disposición,
todo lo cual puede contribuir a la variación observada en los resultados
de evaluación basado en la entrevista no estructurada (Rosqvist,
Bjorgvinsson, y Davidson,
2007). No es sorprendente que las citadas fuentes de variabilidad
inherente en el formato estructurado generalmente resultan en
baja fiabilidad diagnóstica y la validez en comparación con las
entrevistas estructuradas formales (Huffcutt & Arthur, 1994;
Marchese y Muchinsky, 1993).
Por otro lado, muchos médicos todavía defienden el formato
estructurado. Se ha sugerido, por ejemplo, que la información
derivada de la entrevista no estructurada es particularmente útil como
un medio de aumentar los datos de otros modos de evaluación
(Bagby, salvaje, y Turner, 2003). Del mismo modo, aunque las
entrevistas de diagnóstico clínico implican inevitablemente el objetivo
de hacer precisa DSM-IV-TR
(American Psychiatric Association, 2000) diagnósticos (Jones, 2010), una
entrevista estructurada menos rígidamente, en manos de un experto en
diagnóstico, puede proporcionar al médico con una flexibilidad óptima en
alcanzar esta meta evaluación central (O'Brien y Tabaczynski,
2007). Además, el cliente que se presenta

con amplio, preguntas abiertas pueden ser especialmente propensos a
reportar sus espontáneas pensamientos, recuerdos y sentimientos, por lo
tanto para revelar los elementos claves de su estilo interpersonal
(Jenkins, 2007) - información potencialmente pertinente que podría
perderse con los enfoques más estructurados que utilizan una forma fija
de preguntas.
El enfoque no estructurado también puede proporcionar al clínico
con un marco mejor que el contexto de la entrevista estructurada para
establecer una relación efectiva con el cliente, ya que la interacción
con el cliente terapeuta-no está limitado y restringido por un conjunto
inflexible de preguntas estandarizadas (Jones,
2010). Del mismo modo, la sensación más natural y conversacional del
enfoque estructurado plausiblemente podría dar al entrevistado una
mayor libertad para ser abierto acerca de sus preocupaciones y sentirse
más cómodo con interjecciones espontáneas que podrían ser de
importancia clínica.
En resumen, la entrevista no estructurada sigue siendo una
práctica clínica ampliamente utilizado, en gran medida sobre la base de
su percepción, aunque empíricamente sin fundamento, ventajas. A
pesar de su uso generalizado, la solidez psicométrica de la entrevista
no estructurada permanece en cuestión, y su utilidad clínica real
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también está claro. Sin embargo, a la luz de la más bien escasa
cantidad de pruebas directas, y las muchas ventajas hipotéticas del
formato, será necesario continuar investigando antes de que se justifica
ninguna conclusión negativa de barrido con respecto a la entrevista no
estructurada.
La entrevista estructurada
La entrevista estructurada se caracteriza por un conjunto predeterminado
de consultas que el clínico está dirigida a pedir al paciente verbatim, en
un orden definido con precisión (Hong y Ilardi, 2004). También utiliza
criterios fuertemente operacionalizadas y estandarizados para la
codificación, la puntuación, y la interpretación de cada respuesta
entrevistado (Beutler, 1995). Debido a que no hay desviación se permite
de un médico a otro en cualquier aspecto importante del proceso de la
entrevista formulación de las preguntas, la ordenación temporal de las
consultas, o la discusión de cualquier material nuevo o inesperado
presentado por el entrevistado, el proceso está diseñado para provocar
entrevistado casi idéntica
La Entrevista Clínica
respuestas a través de diferentes entrevistadores, promoviendo así
la fiabilidad entre aumentada (Segal,
1997).
La entrevista semiestructurada es una variación importante en el
tema de la entrevista estructurada. Retiene los principales elementos del
enfoque estructurado pero difiere en virtud de permitir que el clínico
cierta libertad en la formulación de su propio seguimiento consultas para
sondear más dominios relevantes de contenido (por ejemplo, los criterios
de diagnóstico específicos, el estado mental del paciente, el
funcionamiento psicosocial, síntoma la gravedad) de profundidad
suficiente para permitir una clasificación válida (Hong y Ilardi, 2004). Por
ejemplo, un médico podría tratar de aclarar el significado clínico de
aislamiento social auto-reporte de un paciente con una consulta de
seguimiento, tales como, “Usted ha dicho hace un momento que usted
no ha estado tan interesado en pasar tiempo con los demás últimamente:
¿me puede dar un ejemplo de una de sus actividades sociales habituales
que se decidió no tomar parte en esta semana?”
Es importante señalar, sin embargo, que por lo general entrevistas
semiestructuradas esquema para el entrevistador la mayor parte del potencial
de seguimiento indicaciones para ser utilizado en el sondeo de información
aclaratoria adicional dentro de cada dominio de contenidos de interés; por
ejemplo, “¿Cuándo fue la primera vez que comience a experimentar
dificultades con __________?” Por tanto, el grado real de latitud entrevistador
es bastante estrecho en la práctica. En consecuencia, la entrevista
semiestructurada mejor puede considerarse como meramente una versión
más matizada del formato de entrevista estructurada en lugar de como una
categoría distinta de la entrevista en su propio derecho.
El cambio a entrevistas estructuradas
Las entrevistas estructuradas se han vuelto mucho más ampliamente
utilizado en los dos ámbitos aplicados y de investigación en las últimas
décadas. En parte, el cambio refleja un énfasis creciente del campo de DSM diagnóstico
basado, en tándem con un reconocimiento creciente de que los diagnósticos
derivan de no estandarizada, no estructurado, idiosincrásica procedimientos
de entrevista exhiben generalmente pobre fiabilidad, con inaceptablemente
alta variabilidad de diagnóstico de un médico a la siguiente (Helzer et al.,
1977).
107
 De Sharp et al.

Por el contrario, las entrevistas estructuradas permiten al USADOS entrevistas estructuradas

médico (o investigador clínico) para evaluar sistemáticamente todos
los dominios de los síntomas dentro de todas las categorías
Las entrevistas estructuradas son ampliamente utilizados en la práctica
diagnósticas pertinentes (Shea, 1990) utilizando consultas
contemporánea, no sólo a los efectos de DSM
estandarizadas y criterios de codificación así operacionalizados-- un
diagnóstico basado sino también para una amplia gama de propósitos de
proceso que reduce tanto la varianza criterio (el uso de diferentes
evaluación clínica, incluyendo la evaluación del estado mental, gravedad de
normas por diferentes entrevistadores en la determinación de la
los síntomas, el funcionamiento global y el apoyo social relevante. La
presencia o ausencia de cada síntoma) y la varianza de la
siguiente es una revisión de cinco entrevistas de uso común.
información (variación en los datos clínicos reales obtenidos por
cada entrevistador). En consecuencia, entrevistas de diagnóstico
estructuradas generalmente producen un alto grado de fiabilidad
interrater (Segal, 1997; Segal y Falk, 1998). Además, puesto que la Entrevista Clínica Estructurada para DSM-IV
fiabilidad de un instrumento sirve como un factor limitante de la ( SCID)
velocidad en su potencial de validez, es decir, una medida puede El SCID es una medida de la entrevista semiestructurada utilizado en más de

no ser válida si no es confiable-estructuradas entrevistas es, como 1.000 estudios de investigación clínicos publicados (Summerfeldt,

es lógico, Kloosterman, y Antony, 2010). Debido a que los médicos e investigadores a

menudo tienen algo diferentes necesidades de evaluación de diagnóstico, hay

dos ediciones principales de la SCID: la versión clínica de la SCID (SCID-VC:

en primer lugar, Spitzer, Gibbon, y Williams, 1996) y la versión de búsqueda de

A la luz de tales propiedades psicométricas superiores, entrevistas la SCID (SCID-I; En primer lugar, Spitzer, Williams, y Gibbon, 1995). El

estructuradas de diagnóstico se han convertido en el estándar de facto para el SCID-CV es la forma más corta. Se evalúa sólo los trastornos más

oro DSM evaluación de diagnóstico basado en contextos de investigación. De comúnmente encontradas en entornos de práctica (por ejemplo, trastorno

hecho, su inclusión en los protocolos de estudio puede considerarse como depresivo mayor, trastorno bipolar, trastorno de estrés postraumático [TEPT]),
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prácticamente un requisito previo para la publicación de la investigación y proporciona versiones del Uso de Sustancias Trastorno del estado de ánimo

clínica en cualquier población del Eje I o del Eje II bien definido (Hong y Ilardi, y los módulos abreviada. La SCID-I se presenta en tres formas. La edición del

2004). paciente de la SCID-I (SCID-I / P; Primero, Spitzer, Gibbon, y Williams, 1997c)

es la versión más amplio, diseñado para participantes de la investigación que

Sin embargo, como dio a entender en la sección anterior, ya han sido designados como los pacientes psiquiátricos. La SCID-I / P, con

entrevistas estructuradas están también caracterizados por pantalla psicótico (En primer lugar, Spitzer, Gibbon, y Williams, 1997b) es para

unas pocas limitaciones concomitantes. Cabe destacar que, uso en entornos de investigación psiquiátricos en los que no se espera que los

debido a la redacción precisa y ordenación de todas las trastornos psicóticos (por ejemplo, en un ensayo clínico de la psicoterapia para

consultas están predeterminados de forma rígida, el formato individuos ansiosos), tales que una simplificación de módulo trastorno psicótico

de entrevista estructurada proporciona poca libertad para el del SCID-I / P se considera suficiente. La versión no pacientes de la SCID-I

entrevistador capacitado para adaptar el proceso para (SCID-I / NP; En primer lugar, Spitzer, Gibbon, y Willams, 1997a) es que los

adaptarse de manera óptima las necesidades de cualquier participantes de investigación fuera de los entornos psiquiátricos (por ejemplo,

entrevistado en particular o incluso para dar la entrevista una la investigación en un centro de atención médica primaria), sin suposiciones

sensación conversacional más natural . Como resultado, tanto implícitas acerca de la presencia o ausencia de dolencias psiquiátricas.

el médico y el paciente pueden, a veces, encontrar el formato diseñado para participantes de la investigación que ya han sido designados

de entrevista estructurada para ser un poco incómoda como los pacientes psiquiátricos. La SCID-I / P, con pantalla psicótico (En

interpersonal (Beutler, 1995). Además, debido a que algunos primer lugar, Spitzer, Gibbon, y Williams, 1997b) es para uso en entornos de

entrevistados pueden estar menos dispuestos a divulgar investigación psiquiátricos en los que no se espera que los trastornos

información personal sensible a los médicos con los que aún psicóticos (por ejemplo, en un ensayo clínico de la psicoterapia para individuos

no han establecido una relación cómoda, ansiosos), tales que una simplificación de módulo trastorno psicótico del

SCID-I / P se considera suficiente. La versión no pacientes de la SCID-I

(SCID-I / NP; En primer lugar, Spitzer, Gibbon, y Willams, 1997a) es que los participantes de investigació

Todas las versiones de la SCID comienzan con preguntas abiertas

respecto a la información demográfica, el trabajo

108
 La Entrevista Clínica

historia, motivo de consulta, la historia de los periodos presente y pasado Asociación de Psiquiatría, 1987). Observaron justo-a-una buena fiabilidad de

de la enfermedad mental, y la evaluación del funcionamiento actual. Esta diagnóstico a través de diagnósticos del Eje I en una muestra del paciente ( κ

porción menos estructurado de la entrevista permite la construcción de = . 61), pero relativamente pobre fiabilidad en una muestra no pacientes ( κ = . 37).

relaciones, y puede proporcionar un contexto útil para la interpretación de fiabilidades Test-retest para diagnósticos dados variaron entre un máximo de

las respuestas subsiguientes en la sección de diagnóstico (Summerfeldt et 0,86 para la bulimia nerviosa a un mínimo de

al., 2010). El SCID comprende nueve módulos de diagnóstico: Mood

episodios, síntomas psicóticos, trastornos psicóticos Trastornos diferencial, . 40 a la distimia.

trastornos del humor diferenciales, uso de sustancias, ansiedad, trastornos han aparecido unos estudios de validez publicados de la SCID,

somatomorfos, trastornos alimentarios, y el ajuste. presumiblemente debido a la alta pone en evidencia SCID

validez aparente, como la entrevista se deriva explícitamente desde y atado a

la DSM criterios de diagnóstico basados ​de interés. Aunque los estudios

disponibles apoyan en general la construcción y el criterio de validez de la

Cada sección de diagnóstico consiste en sondas iniciales y las SCID (véase Rogers, 2001), se necesita más investigación en este frente,

posibles preguntas de seguimiento. Cada sonda está explícitamente como es la investigación para aclarar la validez predictiva del instrumento a

vinculado a un elemento del criterio de diagnóstico para una específica DSM-IV través de diferentes pacientes y poblaciones no pacientes (por ejemplo,

trastorno. Los entrevistados se clasifican en cada criterio sobre la base de parques, Kmetz, y Hillard , 1995).

sus respuestas a las sondas y las consultas de seguimiento, y cada

elemento criterio puede ser clasificado como ausente, presente a un nivel

por debajo del umbral (es decir, no a un nivel clínicamente significativo), Diagnostic Interview Schedule (DIS)
existente en o por encima del umbral (es decir, a un nivel clínicamente El DIS (Robins, Helzer, Croughan, y Ratcliff, 1981) es una herramienta de

significativo), o como no tener evidencia suficiente del entrevistado para entrevista estructurada totalmente diseñado inicialmente para el Instituto

fines de puntuación. En consecuencia, la SCID requiere juicio clínico Nacional de Salud Mental Epidemiológica de Captación Área de Estudio. Las

considerable por parte del entrevistador (Summerfeldt et al., 2010). limitaciones presupuestarias del estudio hicieron necesario el uso de los laicos
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para llevar a cabo todas las entrevistas (Summerfeldt et al.,

2010). Como resultado, los investigadores deseaban la DIS sea lo más o

Zanarini et al. (2000) encontraron una excelente fiabilidad entre en el menos estructurado de lo posible, con una necesidad mínima de juicio clínico.

SCID ( κ s varía de 0.76 a 1,0) para seis DSM-IV diagnósticos (distimia, Por lo tanto, la estructura de ejecución está diseñado para su uso por los

cualquier trastorno de la alimentación, trastorno de depresión mayor [TDM], profesionales y legos capacitados para evaluar los trastornos psiquiátricos.

trastorno de estrés postraumático, abuso / dependencia del alcohol, abuso Aunque originalmente diseñado en concierto con los criterios de diagnóstico de

de drogas y / dependencia) y justo a una buena fiabilidad ( κ s que van desde la tercera edición de la DSM, la iteración actual de la DIS (el DIS-IV; Robins,

Cottler, Bucholz, y Compton, 1996) consta de 19 módulos que abordan más de

. 57 a 0,65) para cuatro diagnósticos (trastorno obsesivo-compulsivo [TOC], 30 distinta DSM-IV diagnósticos del Eje I, así como trastorno de personalidad

fobia social, trastorno de ansiedad generalizada [GAD], y trastorno de pánico). antisocial en el Eje II. Cada módulo se puede utilizar de forma independiente,

También encontraron fiabilidad excelente prueba-reprueba ( κ s que van desde la liberación de los entrevistadores más que mirar a aquellas áreas en las que

.76 a .78) para los tres diagnósticos (abuso / dependencia de drogas, abuso / están interesados.

dependencia de alcohol y trastorno de estrés postraumático), justo-a-una

buena fiabilidad ( κ que van desde 0,44 to.65) durante seis diagnósticos (GAD,

fobia social, TOC, MDD, cualquier trastorno de la alimentación, y el trastorno formato estructurado en gran medida de la DIS ha permitido el

de pánico), y la escasa fiabilidad ( κ = . 35) para la distimia. desarrollo de un DIS computarizado, conocido como el CDIS (Robins et al.,

2000). De hecho, el CDIS es la única versión de la DIS todavía en uso

generalizado. El CDIS se puede utilizar ya sea en formato autoadministrado

El estudio de fiabilidad antes mencionado se compara favorablemente o como una herramienta para el entrevistador. Si se utiliza el primer caso,

con un tanto una investigación multisitio anterior llevado a cabo por los se aconseja que un clínico todavía esté presente para supervisar los

originadores del SCID (Williams et al., 1992) utilizando los criterios de procedimientos (Kobak, Skodol, y Bender, 2008).

diagnóstico de la tercera edición revisada de la DSM ( americano

109
 De Sharp et al.
El DIS comienza con un módulo de evaluación de los factores
demográficos. El instrumento va más allá de las evaluaciones demográficas
típicas en términos de profundidad, solicitando información sobre los
entrevistados que normalmente no se solicitó en las entrevistas de
diagnóstico, y hace preguntas acerca de los eventos cronológicos en el
pasado entrevistados que podrían estar conectados con sus síntomas
actuales (Summerfeldt et al., 2010).
Como Summerfeldt et al. (2010) han señalado, debido a que la
DIS fue desarrollado originalmente para estudios epidemiológicos, se
asume ninguna queja principal que presenta. En su lugar, la
entrevista transcurre a través de dominios potenciales de los
síntomas de un modo conjunto. Del mismo modo, todas las
preguntas se hacen de una manera específica. Si el entrevistado no
está claro el significado de cualquier cuestión, de acuerdo con la
naturaleza altamente estructurada del instrumento, la cuestión es
simplemente repite con la misma redacción. Todas las preguntas con
respecto a la experiencia del síntoma objetivo se formatean para que
las respuestas del entrevistado será “sí” o “no”. Dependiendo de la
respuesta dada, se les puede pedir preguntas de seguimiento de la
sonda para determinar si la base para el síntoma es psiquiátrica en la
naturaleza (en lugar de ser causada por una enfermedad psiquiátrica
o un fármaco) y, si es así,
Copyright American Psychological Association. Not for further distribution.
Sobre la base de las respuestas proporcionado, cada síntoma se codifica
como una de las siguientes: no ocurre; no se produce en un nivel
clínicamente significativo; resultante de la medicación, las drogas, o el uso de
alcohol; que resulta de una dolencia física; o representa un posible síntoma
psiquiátrico. Si los síntomas suficientes para este trastorno son calificados
como “posiblemente psiquiátrica” para justificar un diagnóstico del potencial DSM-IV,
Se les pide a las preguntas de seguimiento más estandarizados. Las
respuestas a todas las consultas son finalmente analizados por algoritmo
informático de la DIS, que entrega sin demora un informe de diagnóstico.
La mayoría de los datos sobre la fiabilidad DIS y el vástago de
validez de pre- DSM-IV versiones de la medida, y la literatura
relevante ha sido tanto mixto y controvertido (Groth-Marnat, 2009;.
Summerfeldt et al,
2010). Reliability indices have generally fallen in the lower end of
the fair-to-good range. With regard to validity, there is some
evidence (Eaton, Neufeld, Chen, & Cai, 2000; Groth-Marnat,
2009; Murphy,
110
Monson, Laird, Sobol, & Leighton, 2000) that the specificity of the
DIS (its ability to detect accurately people who are not suffering
from a given mental illness) is superior to its sensitivity (its ability
to detect individuals who are suffering from a given mental illness).
See Groth-Marnat (2009) for an in-depth discussion of these
issues.
Schedules for Clinical Assessment in
Neuropsychiatry (SCAN)
The SCAN (World Health Organization, 1994) is a set of
instruments developed to allow dimensional ratings across an
array of psychological symptoms. In principle, these ratings can
be used to diagnose patients across a broad range of
psychopathologies and diagnostic systems—for example, DSM–IV
and the International Classification of Diseases (10th revision;
ICD–10; World Health Organization,
2004).
El SCAN consta de cuatro componentes textuales y un sistema de
puntuación del equipo. Los componentes textuales incluyen al presente
examen de Estado (PSE), el artículo Lista de verificación Group (CIG), un
glosario de términos y un Esquema de Historia Clínica opcional (CHS). La
parte más sustancial de la SCAN es el PSE, una entrevista
semiestructurada. El PSE en sí consta de dos partes. La primera parte
contiene información sobre los síntomas psicóticos (los relacionados con la
ansiedad, estado de ánimo, abuso de sustancias, etc.). El segundo mide los
síntomas de la psicosis, trastornos cognitivos y trastornos en el habla o
comportamiento. Todos los síntomas se evalúan con respecto a la medida
en que están actualmente presentes o han existido en algún momento en el
pasado. El IGC recoge la información a partir de fuentes que no sean el
paciente (por ejemplo, informes de casos), ya sea para complementar el
PSE o para sustituir aspectos de la misma (aunque de manera imperfecta) si
el PSE no puede estar totalmente finalizado. El glosario facilita la puntuación
de las respuestas de sujetos para cada elemento de la exploración. La CHS
recoge la información sobre la historia social y de desarrollo de uno (por
ejemplo, la infancia, la educación, la inteligencia), que es necesaria para el
diagnóstico diferencial en muchos sistemas de diagnóstico (Kobak et al.,
2008). Finally, the SCAN’s CATEGO5 computer scoring system
can provide profiles of symptoms germane to various DSM–IV and
ICD–10 diagnostic categories.

The original field testing of the SCAN found high interrater and
test–retest reliabilities (Wing, Sartorius, & Der, 1998). Regarding DSM-Esquizofrenia (SADS)
based depression and anxiety disorders, overall current and
lifetime diagnoses reliabilities for SCAN have been reported as
.67 and .60, respectively (Kobak et al.,
2008). Andrews, Peters, Guzmán, y Bird (1995) comparó el SCAN con la
Entrevista en mayor medida estructurado Diagnóstica Internacional
Compuesta (CIDI; una entrevista similar a la DIS, especialmente en su
capacidad de ser utilizado por nonclinicians), y observó que el CIDI pone en
evidencia mayores niveles de acuerdo entre evaluadores. La naturaleza
menos estructurada de la exploración, sin embargo, puede hacer que sea
más probable que recoger en ciertos síntomas, en particular los pertinentes
para el diagnóstico de los trastornos del estado de ánimo (Eaton et al., 2000).
Al resumir la investigación sobre la validez SCAN, Summerfeldt et al.
(2010) afirmaron que muchos consideran que es un “punto de referencia”
para juzgar la validez de otras pruebas de diagnóstico (pero ver Kobak et al.,
2008, para una toma más de precaución).
Trastornos de Ansiedad Entrevista Calendario para DSM-IV
( ADIS-IV)
Copyright American Psychological Association. Not for further distribution.
La Lista de los trastornos de ansiedad Entrevista
DSM-IV ( ADIS-IV; Brown, Di Nardo, & Barlow,
1994) provides more in-depth assessment of anxiety disorders
than other notable structured and semistructured diagnostic tools.
It is a semistructured, clinician-administered interview that
differentially assesses for anxiety disorders as well as mood,
somatoform, and substance use illnesses “because of their high
comorbidity with anxiety-related diagnoses” (Summerfeldt et al.,
2010, p. 101). The ADIS-IV comes in both the standard version
and the Lifetime version (ADIS-IV-L; Di Nardo, Brown, & Barlow,
1994), the former of which assesses for current disorders
whereas the latter assesses for both current and past problems.
(Summerfeldt et al., 2010).
With respect to the assessment of DSM-IV diagnósticos de
trastornos de ansiedad y enfermedades afectivas, Brown, Di Nardo,
Lehman, y Campbell (2001) encontraron aceptablemente alto niveles de
fiabilidad entre para el ADIS-IV-L, que van desde 0,60 hasta 0,82 (con
la excepción de κ = . 22 para el trastorno distímico). Han aparecido
ningún estudio publicado hasta la fecha que abordan directamente la
validez de la ADIS-IV.
The Clinical Interview
Programa para Trastornos Afectivos y la
Los SADS (Endicott y Spitzer, 1978) es una herramienta ampliamente
utilizada, semiestructurada, médico-administrado de diagnóstico. Se evalúan
23 grandes categorías de diagnóstico cubiertos por los anteriormente
influyentes Research Diagnostic Criteria (RDC; Spitzer, Endicott, y Robins,
1978). Aunque ofrece diagnósticos en menos áreas que muchas otras
entrevistas estructuradas y semiestructuradas generales, ofrece sobre todo
una amplia cobertura de los trastornos del estado de ánimo. Además,
existen al igual que varias versiones diferentes de la SCID para adaptarse a
los diferentes propósitos de investigadores y clínicos, la SADS viene en tres
versiones principales: (a) la SADS estándar, que dedica parte I a la
cobertura de las enfermedades mentales que han tenido lugar dentro del
precedente año y la segunda parte a las existentes antes de ese punto; (B)
la versión de por vida, o SADS-L, que es similar a la Parte II de la SADS
regular, excepto que también cubre los problemas actuales con la
enfermedad mental (aunque con menor detalle de la parte I de la SADS
regular); y (c) el cambio de versión, o SADS-C, que se centra en los
cambios temporales en patrones de síntomas.
El SADS ha sido popular en los círculos de investigación desde su
creación, aunque su uso ha sido limitado por la cantidad relativamente
sustancial de la experiencia clínica requerida del entrevistador, su largo
tiempo de administración (2-4 h para pacientes psiquiátricos), y su ser
derivado de RDC en lugar de DSM-IV criterios. Esta última preocupación es
tal vez menos preocupante para los médicos e investigadores que estudian
los trastornos del estado de ánimo y psicóticos espectro, como los criterios
para estas categorías en la RDC son muy similares a los de la DSM-IV. Sin
embargo, particularmente para diagnósticos con respecto a los trastornos
de ansiedad y somatomorfos, se necesitan elementos adicionales en la
evaluación para conectar más de cerca los resultados de la SADS con DSM
criterios (Summerfeldt et al., 2010).
The SADS generally demonstrates high levels of interrater
(Endicott & Spitzer, 1978) and test–retest reliabilities (Spiker &
Ehler, 1984). In terms of construct and content validity, the SADS
has been successfully used to detect family patterns of OCD
(Bienvenu et al., 2000), schizophrenia (Kendler, Gruenberg, &
Kinney, 1994; Stompe, OrtweinSwoboda, Strobl, & Friedmann,
2000), and panic disorder (Coryell, Pine, Fyer, & Klein, 2006). It
has
111
 Sharp et al.
also been observed to “predict the course, clinical features,
and/or outcome in schizophrenia (Loebel et al., 1992; Stompe et
al., 2000), major depression (Coryell et al., 1994), and bipolar
disorder (Vieta et al., 2000; Weisman et al., 2002)”
(Summerfeldt et al., 2010, p. 122).
The Clinical Interview as
Therapeutic Intervention
Regardless of its degree of structure, the clinical interview allows
the interviewer to begin acting as a potential agent of therapeutic
change from the very first moments of the clinical interaction
(Ilardi & Branstetter, 2004). In other words, the interview process
has considerable implicit therapeutic promise.
Tal vez lo más obvio, la entrevista inicial proporciona al médico hábil
con la oportunidad de comenzar a construir (o fortalecimiento) de la alianza
terapéutica con cada paciente. De hecho, Carl Rogers (1961) sugirió un
conjunto de principios que pueden ayudar al clínico a establecer la alianza
durante cualquier proceso de entrevistas, entre ellas: mantener una actitud
sin prejuicios, viendo al paciente con consideración positiva incondicional, lo
que refleja la empatía exacta, y transmitiendo una sensación de la
autenticidad y la autenticidad. Más recientemente, Othmer y Othmer (1994)
Copyright American Psychological Association. Not for further distribution.
elaboraron un conjunto de principios similares que incluyen: poner al
paciente en la facilidad, la determinación de la fuente del sufrimiento del
paciente, mostrando empatía adecuada, la evaluación de la comprensión
del propio paciente de sus problemas, la comunicación de un sentido de ser
“de su lado, ”Y actuando como un experto clínico creíble. En consecuencia,
la entrevista puede permitirse el médico la oportunidad de aumentar la
sensación del paciente de la esperanza (por ejemplo, a través de la
percepción de que un experto en el cuidado se ha comprometido a ayudar a
la comprensión y ellos). De hecho, en su libro seminal, La persuasión y la
curación, Frank y Frank (1991) plantearon la hipótesis de que el aumento de
la esperanza de pacientes en las primeras etapas de la terapia puede ser el
mejor predictor de beneficios posteriores en la terapia y moviliza al paciente
a trabajar hacia el cambio con el clínico.
Aunque los principios terapéuticos antes mencionados se pueden aplicar
a prácticamente cualquier interacción basado en entrevistas, en las últimas
décadas los investigadores clínicos han comenzado a explorar el potencial de
las técnicas de entrevista específicas para servir como eficaz autónomo
112
intervenciones. El desarrollo más notable a este respecto es la de entrevista
motivacional ( MI), desarrollado por Miller y Rollnick (2002), un conjunto de
técnicas que se utilizan actualmente generalizada con las personas que
sufren de diversos trastornos por uso de sustancias.
Miller y Rollnick (2002) definen MI como “un método centrado
en el cliente, directiva para mejorar la motivación intrínseca para
cambiar mediante la exploración y la resolución de la ambivalencia”
(p. 25). Es bastante interesante que este enfoque clínico tiene sus
raíces en la terapia de Rogers centrada en el cliente. Se centra en
los intereses y preocupaciones actuales de los clientes, en lugar de
enseñar habilidades, el cambio de cogniciones, o discutir los
acontecimientos del pasado. Sin embargo, MI sigue siendo
decididamente más directivo en su enfoque de la terapia de Rogers
tradicional, ya que el médico maniobra intencionalmente para
llamar la atención sobre la ambivalencia del cliente sobre el cambio
y también refuerza el cambio de conversación para ayudar al
cliente a moverse en esa dirección. MI no es, sin embargo, una
forma de engañar a la gente para que haga algo que no quiere
hacer. En lugar,
As noted, the MI perspective places a central focus on the
construct of ambivalence, inasmuch as clients often have
decidedly mixed feelings about undertaking behavioral changes
(clinician recommended or otherwise). In fact, the principal goal of
MI is to help the client overcome ambivalence toward potentially
salubrious change and to facilitate the development of the
conditions necessary for the desired change to occur. Thus, for
the MI therapist, it is crucial to serve as a catalyst for resolving a
client’s inherent conflict between the desire to change and the
perceived costs of change (Miller & Rollnick, 2002).
Accordingly, MI makes use of four general principles to help
individuals resolve such ambivalence. The first principle is
expressing empathy, including a clear understanding the client’s
perspective of their presenting problem. The second principle
involves developing the client’s sense of discrepancy between
how they want their life to be and any current behaviors that may
be interfering with this goal. The third principle is to “roll with
resistance”; that is, to consider client opposition to change a
natural

process worthy of empathic validation. The fourth principle is to
support the client’s self-efficacy. This includes not only
encouraging change talk and helping the client move toward
change but also accepting the client’s potential decision not to
change (Miller & Rollnick, 2002).
MI is most frequently used with individuals suffering from
alcohol dependence or other substancerelated disorders, and the
majority of clinical trials of MI’s efficacy have occurred with these
clinical populations. MI-based interventions have generally been
found to be equivalent to other credible alternative treatments and
yield a small-to-moderate effect size when compared to
no-treatment conditions or placebo controls for alcohol, drug, and
weight-related problems (Burke, Arkowitz, & Menchola, 2003;
Lundahl, Kunz, Brownell, Tollefson, & Burke, 2010). MI has also
been used as a prelude to cognitive– behavioral therapy—a brief
pretreatment intervention designed to enhance motivation for
complying with subsequent treatment—and it appears to be
moderately effective as a means of increasing adherence to
potentially demanding cognitive–behavioral therapy protocols
(Burke, Arkowitz & Dunn, 2002). Likewise, MI has been shown to
improve adherence to a variety of medical treatments, including
those for managing diabetes (Resnicow et al., 2002). However, MI
interventions have not shown to be particularly effective for
Copyright American Psychological Association. Not for further distribution.
smoking or HIV-risk behaviors (Burke et al., 2003; Lundahl et al.,
2010).
It remains for future researchers to clarify the extent to
which MI-based interventions may be useful in the treatment of
other clinical populations (e.g., those with eating disorders) and
to elucidate the salient mediators of MI-derived therapeutic
effects. Likewise, further investigation is warranted to help
identify the extent to which other interviewbased clinical
techniques—beyond those developed within the MI
framework—may be useful as therapeutic interventions in their
own right.
CONCLUSION
The clinical interview is a form of conversation with an explicit
therapeutic purpose. It has been regarded as a foundational
element of psychological and psychiatric practice for over a
century, integral to the
The Clinical Interview
procesos centrales de la evaluación y la intervención. Sin embargo, no
hay una estructura monolítica única o contenido que caracteriza a todas
las entrevistas clínicas; por el contrario, los investigadores han
identificado tres categorías distintivas en la que las entrevistas son ahora
comúnmente subclassified: estructurada, no estructurada,
y terapéutico.
La entrevista no estructurada se dirige únicamente
mínimamente por el clínico. Se pone en evidencia un
freeflowing dinámica de conversación abierta,, entre el paciente
y el clínico. El formato no estructurado es de procedencia
antiguos ecos de investigación en las entrevistas clínicas de los
médicos como Pinel y Rush de siglos pasados. Tal vez no es de
extrañar que también era el modo dominante de entrevistar en
gran parte del siglo 20 en centros de salud mental. Aunque el
formato no estructurado permite un alto grado de creatividad
clínico, la flexibilidad y la espontaneidad, que ha sido criticado
por dos razones importantes: (a) Es uno de los menos fiable y
válida de los procedimientos de evaluación clínicos existentes, y
(b) aparece para requerir un régimen de entrenamiento muy
largo para dominar el proceso. Sin embargo,
entrevistas estructuradas, por otra parte, se caracteriza por un
conjunto predeterminado de consultas que el clínico se dirige para hacer
verbatim, en un orden definido con precisión. Dichas entrevistas se han
vuelto mucho más ampliamente utilizados en los dos ámbitos aplicados y
de investigación en las últimas décadas, en parte debido a sus
propiedades psicométricas superiores. entrevistas estructuradas usados
​comúnmente incluyen el SCID, el DIS, el análisis, el ADIS-IV, y los
SADS.
There also exist a number of clinical interview techniques that
serve as stand-alone modes of therapeutic intervention. MI
describes the most widely used among such
interview-as-intervention strategies. MI encompasses an array of
interview techniques designed to enhance the patient’s intrinsic
motivation for salubrious change; for example, through drawing
attention to the patient’s likely ambivalence about the behavioral
change process itself.
Although MI has received some measure of empirical
support regarding its efficacy, it remains for future investigators
to demonstrate the therapeutic potential—or lack thereof—of the
many non-MI
113
 Sharp et al.
interview-based techniques. Likewise, unstructured and
structured interviewing both remain fertile domains of active
research investigation.
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