Compromisos, deberes y servicios

Las transacciones con reserva de usufructo le permitían a las instituciones

eclesiásticas ganar más en el largo plazo por lo que renunciaron a acumular
propiedades de forma inmediata y entraron en una dinámica de esperar a
que se cumplieran las clausulas temporales e inclusive también se
contemplaban ganancias económicas. En muchas de estas transacciones los
vendedores o donantes se comprometían a defender al monasterio con
todos sus bienes, los presentes y los futuros.

Los laicos tenían que ser fieles vasallos del monasterio pero a cambio
podían convertirse en sus familiares y recibir sepultura en él es decir
compartir los beneficios espirituales que se asociaban a los miembros de la
comunidad monástica.

El “amor” en las transacciones se relacionaba con las funciones del

“hombre bueno” (representante de la comunidad) que le permitieron al
caballero actuar a favor de Oseira.

Algunas de las cláusulas de los acuerdos mencionaban obligaciones como:

No vender, no enajenar, no pignorar, las cuales se reporten en todas las
operaciones entre las comunidades locales y las instituciones monásticas y
la interpretación general incide en la necesidad de estas de controlar la
tierra y sus posesores.

En un mundo en que las transferencias de tierra permitían establecer

relaciones sociales y construían identidades personales y colectivas, la
prohibición del intercambio durante años bloqueaba a largo plazo las
posibilidades de nuevas relaciones de estos grupos. La tierra es el objeto de
las transacciones, genera vínculos y funciona con un tiempo propio
diferente a la manera en que se produce la circulación de otros bienes. Los
flujos de tierra sancionan relaciones sociales y a su vez están
condicionados por ellas.

En el caso de los grupos de caballeros y miembros destacados de las

comunidades en el entorno de Oseira, la tierra generaba relación entre las
personas y no grandes cambios patrimoniales en sí mismos ya que a través
de la tierra se negocian derechos y obligaciones establecidos en distintos
plazos, mientras que la renta que se obtiene de la tierra circula de manera,
la cual se aumenta o se renegocia depende las circunstancias.

Algunos bienes eran importantes en la transacción porque eran capaces de

modificar la vinculación entre las instituciones monásticas y sus vecinos
poderosos locales (relación entre personas y cosas pero también entre
personas). Aun después de haberlos donado, las familias solían seguir
ligadas a esos bienes.